Estaban en la academia. Era el receso del mediodía en que todos aprovechaban para comer los bentos que sus padres les habían dado.
Kitsune tenía una rara mezcla de menma y ramen de cerdo para comer. Al pobre se le había ocurrido descubrir platillos y estaba utilizando a su hijo como conejillo de indias.
El pobre peligris miraba desolado aquella comida preguntándose cuanto mal podría hacerle el probarla sin saber que a dos kilómetros de distancia otro peligris se preguntaba lo mismo. Kabuto tenia en el hospital media hora para comer y al abrir la caja descubrió “eso” que parecía mirarlo fijo. Miro el bento cuidadosa y zarrapastrosamente envuelto por su pareja y luego la vitrina de la cantina del hospital, después de unos segundos “dejo caer” el bento en el bote de basura mas cercano.
Pero el pobre Kitsune no sabía que hacer. Después de todo era su oka san quien se lo había dado.
¡Toma! ¡Te doy el mío!—le dijo de repente una voz conocida y al levantar la vista vio los ojos verdes que le miraban fríos y distantes en apariencia pero que lo habían percibido todo. –Después de todo no lo iba a comer—dijo el Uchiha como si nada.
¿En serio?—preguntó sorprendido el de ojos azules.
Yo no bromeo nunca dobe—dijo el mayor.
Aburrido—murmuro el otro pero al darse cuenta que le había dicho tal cosa al que le acababa de regalar su almuerzo se arrepintió.
¿Qué has dicho?—preguntó el de pelo azabache.
¡Que que rico! Esto esta muy rico—dijo con una sonrisa de “ojalanomedescubra” en el rostro.
¡Ahhhh!—dijo el otro ya tranquilo.
Teme—dijo bajito el Uzumaki.
¿Qué?—pregunto con una ceja levantada el otro.
Que me gustaria saber quien lo ha hecho—dijo el peligris con la misma sonrisa.
La cocinera de mi madre—respondió el Haruno.
¿Tu mamá tiene cocinera?—preguntó el de ojos zafiro.
¡Por supuesto, es la Hokage!—dijo en respuesta Ishin.
Pues a ver cuando mi oka san cumple su sueño de ser Hokage. Ya no tendría tiempo de cocinar—dijo meditativo y luego se dio cuenta que se pasaba el tiempo y no comía por lo que se puso a devorar el bento de su compañero.
Rato después en el segundo receso, el de la merienda, buscaba al pelinegro cuando escucho a dos niñatas hablar del susodicho y paro la oreja.
Cuando tengamos la edad adecuada Uchiha Ishin y yo nos casaremos—dijo una.
¿Cómo puedes estar tan segura de ello?—replicó la otra.
Porque nuestros padres lo arreglaron hace tiempo. Papá dice que esto será muy bueno para el clan Hyuga y ya que el clan Uchiha esta casi extinto y necesita sangre nueva… ¿Que mejor que la sangre Hyuga? El byakugan unido al sharingan podríamos volver a ser los poseedores del rinnengan y eso nos haría los ninjas más fuertes quizas del mundo. Oto san es muy inteligente a pesar de solo ser un Hyuga de segundo orden y el dijo que era lo mejor para nosotros—dijo la primera.
¿Y tu oka san que opina? He oído que Hinata sama no opina que deba casarse uno por conveniencia—dijo la segunda.
¡Oka san esta de acuerdo con lo que oto san diga!—dijo la primera con el ceño fruncido.
Kitsune la conocía. Era una compañera muy sangrona llamada Hanako Hyuga, era muy estirada y soberbia y de todas las chicas de la academia era quien peor le caía y ahora con lo que había dicho le caía aun peor. Era una chica cruel y sin corazón. Que terrible que ya hubieran condenado a su amigo al matrimonio sin derecho a elegir. Sintió pena por Ishin
Buscando encontró al de ojos esmeraldas leyendo bajo un árbol.
¡Oye!—dijo el peligris y el otro levanto la vista para verlo. –He oído por ahí que tu padre te ha comprometido para casarte—añadió Uzumaki.
¡Déjalo así! Esa es una de las tantas cosas por la que odio a mi padre. Esta convencido de que debe hacer al clan lo que era antes y usara cualquier estratagema con tal de lograrlo. Hasta esta dispuesto a usarnos a mí y a mi hermana como fichas de ajedrez—dijo el azabache.
Pero tu no tienes porque hacerle caso—arguyó el de ojos azules.
¡Oh si! Se me olvidaba que eres hijo de un padre medio loco. No es como si yo tuviera voz y voto en esto—le dijo Uchiha.
¿Pero no quieres casarte con una chica de la que estés enamorado?—preguntó el peligris.
Yo nunca me enamoraré de una chica—dijo muy serio el otro.
El Yakushi lo tomo como una actitud infantil. --¡Vamos teme, eso lo dices ahora porque no has conocido a ninguna que te guste pero ya veras!—dijo muy alegre el otro.
¡No seas dobe!—le grito algo furioso el hijo de la Hokage.
¡Uy! ¿Y ahora por que te enojas?—preguntó confuso el Uzumaki viéndolo levantarse y cuando lo vio trastabillar le agarro del brazo para ayudarlo a pararse seguro.
Todo rojo el otro le grito--¡Suéltame bakka!—e impresionado el otro lo hizo para verlo irse con una gotita en la cabeza. No entendía la actitud del otro hasta que recordó lo que momentos antes le dijera.
“Yo nunca me enamoraré de una chica”
Se le abrieron los ojos de la sorpresa y corrió tras el otro para al alcanzarlo cerrarle el paso parándose delante de este.
¿Ishin? ¿Te gustan los chicos?—preguntó y el otro se lo quedo viendo con los ojos como platos. –Te gustan los chicos—esta vez era una afirmación.
El pelinegro pasó por su lado desmoralizado.
¡Admítelo!—le grito su compañero siguiéndolo por una parte inhabitada de la academia. El otro lo miro con ganas de matarlo. --¿Vas a dejar que te casen con una chica si te gustan los varones?—preguntó el peligris.
¿Crees que mi padre se aguantara así como así el escándalo? ¿Su hijo gustándole los hombres? No lo permitiría. Prefiero casarme que morir joven—dijo el de pronto expresivo ojiesmeralda.
¡Tu oto san no haría eso!—grito confiado y sonriente el otro.
Tú no sabes de lo que es capaz mi padre ni el sharingan—le dijo el Uchiha en contestación. Luego lo miro y suspiro. –Claro que olvidaba con quien hablo. Para ti eso de ser gay debe ser muy normal—añadió.
¿Lo dices por mis papás?—preguntó Kitsune.
¿Por qué mas lo mencionaría?—pregunto a su vez el otro.
¿Es que no es normal?—preguntó inocentemente el menor y el otro lo miro de hito en hito. ¿En verdad pensaba que eso era normal?
No. No es normal. Kitsune eso es tabú. Esta prohibido. Te convertirías en un paria si lo fueras—dijo el Haruno.
Pero mi oka san…--dijo Yakushi.
Naruto kun es diferente. El puede tener hijos, por eso se lo perdonan, por eso y por ser…--dijo el Uchiha pero se contuvo.
¿Por ser que?—pregunto el hijo del mencionado.
Por ser… amable con todos—dijo el pelinegro para salir del atolladero en que el mismo se metiera.
¡Ah!—dijo el peligris creyéndole.
¡Iluso!—dijo bajito el otro.
¿Qué?—preguntó levantando una ceja el hijo del jinchuriki.
Confuso—dijo para salir del paso Ishin. –Que sé que esto debe ser para ti confuso—añadió.
¡Vaya que lo es!—contestó el otro. Luego lo miro serio. --¿Hay un chico que te guste Ishin?—le preguntó Kitsune.
Molesto de nuevo el otro pasó por su lado y le dijo--¿Por qué preguntas eso? ¡No te metas en mis asuntos!—
¡Solo quiero ayudar! ¡Si hay un chico que te gusta yo pudiera ayudarte!—dijo el de ojos zafiro tomando con la ultima palabra el brazo del otro para obligarlo a detenerse y voltear. Entonces vio el sonrojo en las mejillas del azabache repetirse y entendió. De un rápido movimiento dio un torpe beso al otro que le tomo totalmente desprevenido.
Al separarse el Uchiha preguntó--¿Por qué has hecho eso?—
El Uchiha menor con el sonrojo y la cara de estúpido que tenía ahora era realmente adorable, pensó el Uzumaki.
Para ver si yo te gusto—respondió con simpleza el de las marcas en las mejillas.
Ese descaro le cayó como un balde de agua fría al otro.
¡Pues no me gustas!—grito el de ojos esmeralda.
Antes de que cerrara su boca los labios del otro estaban sobre los suyos esta vez en un beso más demandante y pasional y pego sus cuerpos abrazándolo. El azabache se resistió un momento pero le gusto sobremanera como se sentía el contacto del otro. Lo mismo le pasaba al peligris. Ahora entendía porque sus papás gustaban tanto de estar encerrados solos. La sensación era como de miles de mini corrientes eléctricas recorriendo el cuerpo y la sangre hirviente queriendo salir por los poros. La descarga de adrenalina, intensa y salvaje, era simplemente genial.
Cuando se separaron el Yakushi tenía la sonrisa sabihonda de su padre.
¿De que te ríes bakka?—preguntó Ishin.
Te gusto—dijo el triunfante Uzumaki.
¿Y eso que importa?—preguntó ahora Uchiha.
¡Que a mi también me gustas! ¡Lo acabo de descubrir!—dijo el peligris acercándose de nuevo para abrazarlo.
El otro retrocedió un par de pasos y preguntó--¿Y eso que?—
Eso le dolió al Yakushi.
¡Enriéndelo de una vez! ¡Si mi oto san se entera de que me gustan los chicos me castigará! ¡Y no hablo de dos semanas sin tele! ¡Hablo de que me encerrará en un mundo donde me puede torturar por semanas y aquí no habrán pasado mas de dos minutos gracias al sharingan!—dijo el de ojos azules.
¡Pero tú también lo tienes! ¡Puedes hacerle frente!—dijo el Yakushi.
¡Eres un iluso!—le grito el otro.
¡Te escuché!—grito Kitsune.
Quería que lo hicieras bakka—respondió Ishin.
Yo en sus lugares no me preocuparía tanto. Después de todo Sasuke Uchiha se beso el otro día con otro hombre en una calle pública—dijo una voz proveniente del edificio a su lado.
Los dos jóvenes sorprendidos miraron al edificio mientras una figura salía de él.
¡Mientes!—dijo furioso el Uchiha de que jugaran con el así y de que injuriaran a su padre. Después de todo era un Uchiha.
¡No, claro que no! ¡Claro que un perro lo ayudo golpeándolo por detrás pero eso…!—dijo el desconocido.
¡Cállate bakka!—le dijo Ishin antes de irse corriendo.
El desconocido miro a Kitsune. --¿Cuál es su problema?—preguntó.
Ninguno. ¡Tu eres un bakka!—le gritó el joven Uzumaki y se fue tras el Uchiha.