El desconocido miro a Kitsune. --¿Cuál es su problema?—preguntó.
Ninguno. ¡Tu eres un bakka!—le gritó el joven Uzumaki y se fue tras el Uchiha.
Naruto caminaba alegremente. Había estado entrenando toda la tarde y al caer el sol se dirigía a su casa a prepararse un rico ramen de repollo, cerdo y queso.
En el comercio cerca de su casa estaría todo, como esperándolo. Ya se lo veía venir. Le gustaba tener por fin una familia propia que le esperara en casa aunque pusieran cara de condenados a muerte cada vez que decía que iba a cocinar y propusieran llamar a la pizzería mas cercana por un delivery.
Lo que no vio venir fue el ataque del que fue victima. Sintió de pronto que algo se enrollaba en sus piernas, sobre sus brazos y por su garganta.
Eran lazos verdosos y el supo al momento quien lo estaba atacando. De pronto alguien se puso en su campo visual.
Me estas decepcionando Uzumaki—dijo el ojirrojo con la máscara.
Ya veras si te decepciono—le dijo el ojos azules mirándolo con los ojos entrecerrados y los dientes apretados.
El chacra rojo empezó a emanar del cuerpo del rubio mientras sus ojos tomaban el mismo color.
¡Ah, no! ¡Eso no!—dijo el enmascarado haciendo que su dedo índice se bamboleara en señal de negación.
De pronto el jinchuriki sintió un pinchazo en su cuello y la debilidad comenzó a vencerle hasta que el sueño llego.
¡Tsk! ¡Ma… maldito!—dijo el Uzumaki antes de caer en brazos de Morfeo.
Un sonido alertó a Obito que miro entre los arbustos cercanos y vio los ojos verdes que le miraban directo.
¡Ishin!—grito feliz el Uchiha mayor.
El niño se fue rápidamente.
¿Voy por él?—le preguntó su esbirro al enmascarado.
No. Nada puede hacer. Cuando les cuente ya estaremos muy lejos—dijo el Uchiha mayor con un leve encogimiento de hombros. Luego desaparecieron en el jutsu de Toby.
Un rato antes.
Kakashi miraba el techo de su habitación. Le parecía que había despertado de una pesadilla que aun ahora se negaba a comprender. Las cosas que había visto y hecho le llenaban de vergüenza. Mientras estaba su antigua alumna en su cuarto se había negado a demostrar lo mal que se sentía y hasta le había sonreído falsamente diciéndole que pronto se recuperaría.
A que estas recordando nuestros bellos momentos. ¿A que sí, Kakashi kun?—dijo de pronto una voz que le puso los pelos de punta al susodicho.
Despacio volteó la cara para ver en la penumbra del atardecer al dueño de su pesadilla que lo miraba desde unos pasos de distancia.
Tomo impulso y se levanto de golpe para ir a por él pero al dar dos pasos se mareó por el brusco movimiento y se hubiera caído de no ser por Obito que le atrapó en el aire.
¡Tranquilo Kakashi kun! ¡Aun estas muy débil para perseguirme!—dijo después depositándolo en la cama de hospital. –Y es una pena—agregó para sorpresa del otro que lo miro fijo. ¿Qué se traía el Uchiha? –Me hubiera gustado saber si podrías evitar que me lleve a tu antiguo alumno—añadió separándose y dando dos pasos hacia atrás.
¡Tu no te llevaras a Naruto!—dijo tensando los músculos Hatake.
¿A que si?—dijo Toby antes de desaparecer en el aire.
Sakura Haruno había ido a visitar a Naruto para que entre ella y Kabuto tratar de convencerlo de que aceptara hacerle un tratamiento nada convencional a su hijo y así tratar por lo menos de detener los efectos de su enfermedad mientras encontraban una cura definitiva.
Sasuke que estaba con ella al momento de partir insistió en acompañarla. Es así como los tres terminaron en el salón de Naruto esperando a este.
Kitsune había sido invitado por el hijo de Shikamaru al cine. Por alguna extraña razón al chico no le agradaba el padre de este. Lo había mirado muy feo cuando este fue a recogerlo para llevarlos a ver el filme.
Así que te has vuelto un hombre respetable—dijo con ironía mal disimulada el azabache mirando la casa.
Al igual que tu. ¿No?—preguntó el otro devolviéndole la ironía de sus palabras.
El moreno quería fulminar al peligris con la mirada y la Hokage al percibirlo habló para distraerlos y así evitar una catástrofe.
Al parecer es tan famoso como siempre. Gaara me ha pedido que lo destaque en Suna para que sea la conexión entre ambas aldeas—dijo la pelirrosa.
¿En serio?—preguntó con cierto tinte en su voz el ojo acerado.
Al percibirlo el Uchiha preguntó lleno de sospecha--¿Qué tiene de raro?—
Nada—dijo sonriente Kabuto. –De seguro Kakashi te recomendó para el puesto—añadió con su mirada más acerada.
¿Qué tiene que ver Kakashi en esto?—preguntó confundido el pelinegro. Sakura también estaba muy atenta. ¿Qué guisado se estaba cocinando ahí?
Kakashi puede dar buena fe de que te interesan mucho las relaciones interpersonales—soltó Kabuto como si nada. Al Uchiha le sonó como un yunque cayéndole encima. –Además se que se llevara muy bien con el Kazekage. El otro le día vi. que se trataban muy amablemente por la ventana de mi laboratorio en el hospital—exclamó el peligris. El pelinegro sintió que le daría un infarto. –Jamás creí que vería a Sasuke Uchiha tratar así a otra persona—agregó. Se veía a leguas que disfrutaba de la incomodidad del pelinegro.
Sasuke no sabía que contestar lo que tenía muy intrigada a su Hokage que se había dado cuenta. Pero para suerte o desgracia del de ojos negros llego su hijo algo así como al rescate.
¡Han secuestrado a Naruto san!—dijo con voz un poco apagada por la carrera que había hecho para llegar allí. Para su suerte habían olvidado cerrar la puerta y entro directamente en escena. Al terminar sus palabras se dio cuenta que su madre y su padre estaban ahí pero por suerte el peligris menor, no.
Kitsune se pasó la película sin poderla disfrutar del todo y era una pena. Es que el idiota del papá de Nara estaba ahí y el problema radicaba que se había encontrado con que el papá de su compañero fue el molesto tipo que lo encontró con Ishin y molesto a este diciendo que el padre era gay.
Ni bien termino el filme pidió que lo llevaran a su casa y decepcionando a su compañero que quería ir a comer pizza después. Pero como buen Uzumaki que era, o sea, cabeza dura no desistió y con un resoplido el padre de su amigo se resignó a llevarle a casa.
Ese crío es muy problemático—dijo a su hijo una vez que lo dejaron frente a su casa.
Kitsune abrió la puerta despacio y oyó la voz de Ishin Uchiha decir— ¡Tenemos que rescatarle o sino le arrancarán el Kyubi y la vida!—De inmediato el joven se dio cuenta de que hablaban de su oka san. ¿Quién le había secuestrado?
¡Tenemos que esperar a Kitsune!—dijo Kabuto.
Este iba a anunciar su presencia abriendo la puerta del todo pero una palabra del Uchiha menor le detuvo.
¡No!—dijo aquél.
Pero él tal vez pueda ayudarnos a rastrear a su madre. Sabes que el también es un jinchuriki y podría captar al otro Kyubi—exclamó inteligentemente el peligris. En realidad estaba desesperado y muy preocupado por el rubio pero el jamás admitiría algo así, es por eso que estaba dispuesto a utilizar a su hijo ya que este era el único recurso que se le ocurría. Las palabras del chico lo tomaron por sorpresa al igual que a su hijo que estaba a la escucha sin que ellos supieran. Muy ofendido porque el otro no quisiera que él participara de la búsqueda de su mamá. Él no era un inútil. Además quería saber el porqué de su rechazo así que esperó en silencio.
¿Piensa que es prescindible, no? ¡Claro! Como sabe que va a morir dentro de poco prefiere sacrificarlo en aras de encontrar al jinchuriki que sobrevivirá más de quince semanas. ¿No es cierto? Sabe que sus habilidades como ninjas son nulas. Si se enfrenta con algún shinobi aunque no sea akatsuki de seguro le matarán—dijo el de ojos verdes dejando a más de los que veía petrificados.
“¿Cómo? ¿Qué voy a morir? ¿Yo?” se preguntó el de ojos azules.
¿Y tu cómo sabes eso?—preguntó Kabuto ya sospechando.
Sasuke Uchiha lo miró. ¿Acaso era cierto? ¿Ese niño que parecía tener la edad de su hijo iba a morir? Vio al enfadado Ishin y de repente un miedo que no conocía lo recorrió. Como ninja aceptaba los peligros que implicaba esa profesión pero que su hijo muriera por casas ajenas, naturales, antes que él nunca se lo hubiera planteado.
Porque él es quien nos oyó cuando se lo dije a Naruto en el hospital. ¿No es cierto Ishin?—preguntó la madre de este. Él asintió con su ceño aun muy fruncido.
“¿Oka san también lo sabe y no me dijo nada?” se preguntó el de detrás de la puerta.
¿Cómo nos crees capaces de sacrificar a Kitsune?—preguntó la pelirrosada.
¡Son crueles!—dijo el menor pasmando a esta. –El otro día estuvieron a punto de decírselo. Si no fuera porque dije que tenía tarea con él y me lo llevaba se lo hubieran dicho. ¡Son muy crueles!—dijo el joven Uchiha.
Kitsune recordó ese día en que le esperaban en casa de la Hokage.
¿Eso pensaste que ibamos a hacer?—preguntó su madre empezando a enojarse. Su ceño estaba tan fruncido como el suyo y esto dio mala espina a padre e hijo. –Ibamos a darle un tratamiento experimental. Algo que detuviera el proceso mientras encontrábamos una cura definitiva, bakka—le dijo enfadada Sakura.
El pequeño de ojos verdes tragó en seco.
Kabuto se acomodó los lentes de su característica manera. –Por otro lado si yo quisiera muerto a mi hijo, no hubiera resuelto volver a Konoha para encontrar una cura. No es que me agrade la idea de ser un medicucho de pueblo—dijo ganándose una mirada reprobatoria de los demás.
La mente del joven Uzumaki tras la puerta bullía de sentimientos encontrados. El de sentirse traicionado y engañado por todos. El de preocupación por su madre que estaba en peligro y el de ser menospreciado por los demás. Y como era digno hijo de Naruto decidió demostrarles a los demás cuan valioso era y salvar a su madre al mismo tiempo. Además si igualmente iba a morir que lo hiciera tratando de rescatarle no cambiaría nada.