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Somewhere I belong por desire nemesis

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¡Me estas cayendo mal, Kakashi kun!—exclamó quejoso Toby. El otro sonrió. –Por lo pronto voy a conformarme con mi destino pues como sabes soy un hombre paciente y aún puedo disfrutar de dos semanas contigo para mi solo. ¿No es verdad Hatake? ¿Era eso en lo que estabas pensando cuando te encerraste aquí conmigo, verdad? ¿Pensaste en hacer un dulce sacrificio?—preguntó con un tono lujurioso que causó un escalofrío en el otro.

 

¿Acaso se había metido él solo en la boca del lobo?, se preguntó el peligris.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todos excepto Kabuto miraban la cueva con la sensación de haber perdido algo importante.

 

¡Nah! ¡Estará bien! Kakashi sensei es el mejor ninja de Konoha. Cuando volvamos en 25 años estará esperándonos con una sonrisa después de haber hecho polvo a ese tipo—dijo muy confiado Naruto.

 

Los demás deseaban creerle pero es que Madara era una de las leyendas vivientes de Konoha.

 

 

 

 

 

 

 

Llegaron a Konoha y su hijo se soltó de la mano de su madre de una forma brusca e impertinente.

 

¡Oye! ¿Pero que es lo que te pasa?—preguntó enojándose Naruto.

 

Creo saber que sucede—dijo su pareja y el rubio le miró esperando una aclaración. –Lo sabe—agregó.

 

¿Qué sabe?—preguntó confundido el jinchuriki de Kurama.

 

Yakushi lo miró atónito. ¿Preguntaba en serio? Al darle otro vistazo supo que si. El otro no tenía ni pista de lo que sabía Naruto.

 

¡Que me voy a morir en unas semanas, que ustedes lo sabían y que no me dijeron nada!—dijo ceñudo el menor.

 

¡Ah! ¡Essssso!—exclamó con una cara de “Uy, me agarró”. –Jeje. Hijo eso es un error. Tu no vas a…--trató de engañarlo Uzumaki. Yakushi vio que la cara ya de por si ceñuda de su hijo se tornaba peor e intervino.

 

Naruto, nuestro hijo no es como tu—dijo el mayor de los tres.

 

¿Y eso que quiere decir?—preguntó el rubio montando en cólera.

 

Que no es fácil de engañar—dijo el peligris adulto.

 

¿Con que es fácil engañarme, no? ¿Eso lo dices porque me has engañado mucho, no es verdad?—preguntó el ojos azules mayor.

 

Kitsune miraba a uno y otro como en un partido de pin pong con el ceño fruncido.

 

¡Naruto! No te distraigas. Hablábamos con Kitsune. Deja esos celos absurdos para después—le renegó Yakushi.

 

¡Absurdas las polainas de mi tía Bernarda!—grito furioso el otro y los demás se lo quedaron mirando como si se hubiera puesto a cantar en francés. –Pero por esta vez pasa. Kitsune si no te dijimos lo que pasaba fue porque no teníamos idea de cómo detenerlo y entonces… ¿Para que preocuparte? Cuando pudiéramos decirte algo bueno te lo diríamos—le aseguró su madre.

 

Kitsune sonrió en su mente. Esto se pondría bueno. La venganza siempre lo era.

 

¿Entones por que no me lo dijeron cuando papá encontró un tratamiento?—preguntó con su cara mas inocente. Juraría que oyó estralar el cuello de su madre cuando giro su cabeza para mirar a Kabuto. Este miro al techo y cerró los ojos.

 

Ino salio a su patio a tender la ropa antes de irse a trabajar. Miro al cielo que estaba cubierto y dijo con cara de contrariedad—Dudo mucho que hoy se seque--.

 

Ni bien volteó un huracán proveniente de la vecina casa, que casualmente habitaban Naruto y familia, la arrojó hacia la pared de su casa.

 

Momentos después salió su hija mayor, Shika Nara y la miró muy sorprendida con sus ojos, iguales que los de su madre. --¡Mamá! ¿Qué te ha pasado?—preguntó. Luego miró hacia la cuerda y vio su vestido preferido. Lo tomó e Ino iba a protestar desde su sitio, sentada en el suelo, pues recién lo había colgado cuando su hija le dijo— ¡Tienes suerte madre que ya se haya secado! ¡Pensaba usarlo esta noche! ¿Cómo te atreviste a lavarlo sin preguntarme?—Luego se fue.

 

Shikamaru salio entonces de la puerta por la que su hija se había metido rumiando un escarbadientes. Miro a su hija mientras pasaba por su lado como un soldado español muy erguida y con el mentón en alto y sintió a su esposa gritarle furiosa.

 

¡Mira como me trata! ¡Dile algo Shikamaru! ¡Esto es tu culpa!—gritó la rubia.

 

Él la miro con su cara de aburrimiento usual y le dijo--¡Ella es así porque es igual a ti! ¡Las dos son problemáticas!—Después se volteó y se fue con su tranco tranquilo mientras oía a Ino reclamar mientras se levantaba--¿Cómo puedes decirme eso? ¡Vuelve, Shikamaru!—

 

Después de levantarse frustrada se rindió y miro la ropa. Dio un suspiro y se puso a recoger la ropa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Despertó con un terrible dolor de cabeza por todo lo sucedido el día anterior. Al menos hoy podría descansar ya que la amenaza de Akatsuki se había terminado por lo menos por los próximos 25 años y ya para entonces sería un sesenteañero al que no le preocuparía Madara.

 

Se levanto y se preparó sopa de miso para almorzar ya que era tarde y se dispuso a tomar su comida cuando alguien golpeó a su puerta.

 

Al abrir se sorprendió de ver a sus dos hijos. Los miró con rostro intrigado y ellos entendieron el mensaje.

 

Queríamos saber si estabas bien. Mamá esta bien pero no sabíamos como estabas—dijo la mayor.

 

El padre de ambos miro al menor y preguntó--¿Habla por los dos o viniste solo porque te obligaron?—

 

Ishin se había enojado e iba a reclamar pero su hermana se le adelanto—Para tu información fue idea de él--.

 

Eso sorprendió mucho al mayor que les preguntó--¿Quieren pasar?—

 

¿Nos estas invitando?—preguntó Ourana había quedado de piedra al oir eso.

 

¿Eres sorda o que?—preguntó Sasuke. Ishin sonrió pues ella era la preferida de su madre.

 

De serlo tu ni te hubieras enterado—dijo la pelirrosa poniendo en su lugar a su padre y ganando la empatía de su hermano pues era cierto. Su padre les tenía abandonados hace mucho. Ambos entraron a la pequeña casa mirando con atención.

 

Estaba bien cuidada y era luminosa. Sobre la mesa del comedor estaban los restos del almuerzo de su padre y en la cocina la olla sin lavar y los implementos que había utilizado para cocinarla.

 

¿Tu cocinas?—preguntó sorprendida su hija.

 

¿Por qué no iba a hacerlo?—preguntó Sasuke.

 

Es que no pareces del tipo de los que cocinan—contestó Ourana.

 

¿Y como son los que cocinan?—preguntó el mayor interesado mientras todos se sentaban a la mesa.

 

¡Pues… mas como…!—decía la menor cuando su hermano terminó de contestar.

 

Más como una mamá—dijo Ishin.

 

Los dos lo  miraron ceñudos y el les respondió de igual manera.

 

Una típica reunión familiar de la cálida familia Uchiha que en los años que seguirían se haría tradición.

 

Alguien golpeó a la puerta y al abrir Sasuke descubrió al hijo de sus pesadillas.

 

¿Esta el teme? Quiero decir… ¿Esta Ishin?—preguntó Kitsune.

 

¡Ishin, una plaga gris te busca!—le dijo a su hijo el mayor de los Uchihas lo que hizo que Yakushi se molestara y frunciera el ceño. Tal vez ya se adaptaba a la familia que dentro de unos años pertenecería pues la vacuna que creo su padre paraba los efectos de su enfermedad por lo que le esperaban años de felicidad.

 

Ishin salio ceñudo y cerró la puerta tras de si para que su padre no pudiera oír lo que discutían.

 

¿Qué rayos haces aquí, dobe?—preguntó el menor.

 

¿Qué tienen los Uchihas contra mí? Tu papá me llamó plaga gris y tu dobe. ¡Y eso que no sabe cuanto me tomo convencerte de que vinieras a visitarlo con la escu…! ¡mph!—dijo el peligris pero fue interrumpido por una mano que tapo su boca mientras los ojos verdes de Ishin escrutaban los alrededores buscando a alguien que le hubiera oído por suerte no había nadie por ahí.

 

¡Cállate! Por eso eres un dobe! No sabes ni cuando ni donde hablar—dijo el pelinegro.

 

El otro se saco de un manotazo su mano y le dijo con un encendido tono—Si vuelves a hacer eso le diré a tu papá tu pequeño secretito—sacando al fin a relucir sus genes Yakushi.

 

A Ishin se le colorearon las mejillas y a Kitsu no se le ocurrió nada mejor que decirle para que le soltara definitivamente—Te ves muy lindo así—

 

Hoy día era más Yakushi que Uzumaki.

 

Cuando Sasuke quiso acordar el joven Uzumaki estaba cómodamente instalado en su sillón merendando a pata ancha mientras su hijo con taciturna mirada cumplía con los caprichos de este. Ourana miraba todo eso muy divertida.

 

¿Puedes explicarme que es lo que sucede aquí?—preguntó su padre.

 

No lo sé pero francamente ver así a Ishin es muy divertido—contestó ella con una sádica sonrisa en su rostro.

Notas finales:

ESPERO QUE NO LES DECEPCIONARA

UN BESO GRANDE

MATA NE

^^


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