La venganza es la mejor de las cosas para un Uchiha, pensaba Ishin mientras se dirigía a la academia.
Naruto entro en el laboratorio en mal momento. El peligris estaba felicitando a una compañera con una sonrisa que puso de mal humor al rubio.
Lo siguiente que supo el médico es que era empujado dentro de una habitación aledaña a su laboratorio.
¿Qué te sucede ahora Naruto?—preguntó sospechando lo que el otro sentía. Pero de pronto se sorprendió ante el apasionado beso que recibió. Y luego se dio cuenta de que una de las manos de Uzumaki se adentraba en su pantalón y empezaba a acariciar su miembro. El de los anteojos dio un respingo y alejo al otro. --¡Oye!—le gritó pero el de ojos azules volvió a cerrar el espacio entre ambos apoderándose apasionadamente de sus labios mientras su mano volvía a la faena de lograr estremecer al ojos acerados.
De pronto Naruto bajo los pantalones del otro y con la fuerza de un jinchuriki deslizó a Kabuto hasta el suelo donde le recostó mientras continuaba besándole. El peligris estaba francamente sorprendido. La energía y apasionamiento de Naruto eran habitualmente ansiosas pero sumisas y esta vez el estaba tomando la iniciativa.
Las caricias del rubio estaban haciendo efecto. Su lengua estaba explorándole la boca como si del arcón de un gran tesoro se tratara.
Yakushi estaba extasiado con el comportamiento del otro que de pronto se sentó a horcajadas sobre él.
Naruto—dijo casi sin aire el médico.
¿Qué?—preguntó el blondo entre beso y beso. Sus labios se le antojaban más sabrosos que nunca y el deseo que ardía en él estaba a punto de fundirlo como a metal. En ese estado respondió con cierta molestia a la mención de su nombre.
¿Qué… te sucede… hoy?—preguntó entrecortadamente el de los anteojos.
Dime Kabuto. ¿Te sigo… gustando?—preguntó el ojos azules.
¡Rayos Naruto!—exclamó el peligris obligándolo a rodar con él para que quedara bajo él. --¿Acaso perdiste la memoria o eres idiota?—le preguntó su amante al jinchuriki. Hace unos días te dije que quería tener más hijos contigo y ahora me sales con esto—le reclamó.
Es que…--le dijo ceñudo Uzumaki. –Estas rodeado de mujeres y tu…--añadió.
Crees que voy a cambiarte por alguna de ellas—dijo de pronto divertido el médico. –Es una opción interesante—agregó sonriente para tristeza del ojos azules. Al ver la reacción del otro el peligris exclamó ya un poco aburrido de la actitud del otro—Si quisiera cambiarte por alguien más ya lo hubiera hecho Naruto. O simplemente me hubiera ido. No soy un tipo que se pare por el que dirán y tú lo sabes. ¡Eres un gilipollas! ¿Qué acaso no es suficiente que haya aceptado tu plancito de quedarme aquí para hallar una cura para Kitsune?—
El rubio vio la verdad en las palabras del otro y se sintió muy feliz de oír tales cosas, aunque sabía muy bien que el médico era muy propenso a engañar decidió confiar en él como tantas veces había decidido poner su confianza en alguien cuya integridad podía ponerse en duda.
Uso su fuerza para lograr que rodaran de nuevo y de nuevo encima del mas alto comenzó a besarlo con cierta intensidad mientras sus manos se deslizaban por sus propias caderas, quitándose el pantalón y la ropa interior de un tirón.
Al sentir lo que el otro hacía Yakushi se estremeció y abrazó fuerte para arrimar contra su cuerpo. Sus erecciones se frotaron a través de las ropas del ojos acerados. Las respiraciones aumentaron de intensidad y disminuyeron sus intervalos de tiempo.
Las manos de Naruto fueron por el pantalón del mayor y eso hizo que este alzara su pelvis en un movimiento reflejo. Su mano izquierda se deslizó hasta la entrada del rubio y su dedo índice se impulso al interior de él que se arrimo mas al peligris y mientras los dedos de el otro iban hallando uno por uno su lugar dentro del de ojos azules, éste jadeaba en su oído.
Cuando Uzumaki logró despojarlo de su pantalón el médico tomo con sus manos las caderas del otro y lo colocaron en posición de ser penetrado por su erecto pene. Los ojos negros se encontraron con los azules y se miraron un momento fijamente antes de consumar el contacto.
Mientras lo penetraba se giro con él para terminar arriba y con furor lo embistió hasta que logró expulsar de si su semilla en una erupción tal que logró estremecer también al jinchuriki que gracias a su sentir se volcó igualmente.
El peligris sonrió satisfecho con esa media sonrisa suya y el otro se sonrojó un poco.
Entonces…
¿Yakushi sen…?—la muchacha se quedó con los ojos muy abiertos. Jamás en la vida había esperado ver así al guapo médico.
Kitsune estaba hablando alegremente con uno de sus compañeros cuando una mano lo agarró de la solapa por detrás y se lo llevó.
¡Oye!—grito mientras era introducido en el baño por el pelinegro.
Cuando se despegó de Ishin y le vio frente a frente sintió algo de temor. Los ojos verdes relucían con un brillo muy extraño.
¿Qué… que te sucede?—preguntó temeroso.
Iruka sensei había sido nombrado quince años antes director de la academia ninja pues era un hombre totalmente dedicado a la enseñanza.
Nunca en sus quince años al frente de la academia había tenido un problema semejante.
Frente a él se encontraban un Naruto peligris y un Sasuke ojiverde con los brazos cruzados. Habían llegado allí al ser llevados por uno de los senseis que había presenciado como destruían el baño principal.
¿Me dirán porque rayos han hecho esto?—preguntó molesto pero los otros dos no se movieron un ápice.
La puerta se abrió de par en par y Sakura Haruno entro después de que el picaporte hiciera un agujero en la pared.
¡Ishin!—gritó como endemoniada la Hokage.
“De tal padre tal hijo”, pensó el maestro viendo el agujero en su pared.
Por favor Hokage. ¡Déjeme a mí dilucidar esto!—rogó el pelinegro pero como siempre la pelirrosada solo se oyó a si misma.
¡Ishin voy a matarte!—gritó desaforada esta asustando al director. En cambio su hijo estaba muy tranquilo y con los brazos ni siquiera se dignó a mirarla. Por su parte Kitsune estaba intrigado. Ni el mismo sabía que estaba pensando el otro para hacer tal desastre.
Tras la pelirrosada entraron los padres del peligris. Al oír la declaración de Haruno, la “madre” del Uzumaki se apresuró a colocarse de manera protectora junto a su hijo que estaba sentado en el sillón junto al pelinegro.
¡A ti no te va a ir mejor!—advirtió a su hijo sin dejar de ver sobre su hombro.
¡Pero si el fue el que me estampó contra la pared sin decir agua va!—se defendió el pequeño peligris.
Naruto miro acusadoramente al hijo de su ex compañera que miro a su antiguo colega de vuelta y el ante el temor sonrió incómodo. Sakura miro a su hijo que exclamó—La culpa es de él—dijo sin dignarse a mirar a nadie en particular.
¿Eh?—preguntó el aludido. --¿Cómo que la culpa es mía?—añadió.
El pelinegro le miro a los ojos y dijo con toda la intención de dejarle en evidencia--¡Tu me chantajeaste! ¡Te lo merecías!—
¿Le chantajeaste?—preguntó anonadado el jinchuriki mayor al menor mientras su “padre” sonreía con orgullo al saber de la malicia de su hijo.
¿Con que?—preguntó la pelirrosada.
Con decirle a papá que me gustan los chicos y no las chicas—dijo el pelinegro menor mientras los demás se sorprendían ante la declaración.
¡Ishin! ¿Y ahora por que eso no te preocupa?—preguntó el director llevado por la curiosidad.
Sasuke entro en ese momento sin que le vieran debido a que toda la atención en los demás de la habitación estaba fijada en su hijo.
Porque ahora sé que a papá le gustan los hombres—soltó sin más.
Su padre abrió los ojos con estupor y contuvo la respiración. Como todos los demás en la habitación.
Entonces Sakura se percató de la presencia de Sasuke como un tiburón se da cuenta de la presencia de sangre en el agua.
Sus ojos verdes se dirigieron a los de su ex marido mientras preguntaba a su inocente hijo que no se había dado cuenta de la presencia de su padre gracias a estar sentado con el respaldo hacia la puerta--¿Y por que dices eso?—
Por que lo vi. besarse con el Kazekage—declaró el joven Uchiha y todos quedaron con los ojos como platos.
Sasuke tenía cara de “trágame tierra”.