Unos brazos envolvieron por detrás a Naruto y unos labios se deslizaron por su cuello viniendo desde la nuca.
¡De-ten-te Ka-buto!—dijo como pudo el ojos azules mientras una mano del peliplateado se colaba bajo su camisa y la otra acariciaba su entrepierna por sobre el pantalón.
¿Cómo piensas que voy a detenerme después de lo que acabas de decir?—preguntó el ojinegro antes de voltearlo para que quedara de frente a él mientras lo aproximaba a la mesada de la cocina. Sus labios se encontraron con lascivo deseo mientras el ojos azules intentaba resistir la tentación de esos labios.
¿El saber-lo te puso así?—preguntó el rubio entre dos besos.
Mientras abría la cremallera del uniforme de Naru, Kabuto respondió--¿Creías que saberlo no iba a entusiasmarme? Y luego tú todo preocupado porque me fuera. ¿Acaso no entiendes que verte así es lo que realmente me enciende?—preguntó el compañero de Naruto.
¡Espera, Kitsune esta en la casa y podría…!—dijo todo preocupado Uzumaki.
Ese niño sabe mejor de lo que crees lo que está pasando aquí, después de todo tiene mis genes—dijo el orgulloso Yakushi.
¡El también tiene los míos!—dijo el ojos azules.
¡Bueno, pero no se nota!—dijo el ojinegro y acalló la siguiente protesta con sus labios. Lo siguiente que supo Naruto era que era dejado sobre su matrimonial cama y que el de lentes ya sin ellos lo desnudaba por la espalda estando acostado a su lado, la lengua de Yakushi pasó por los omóplatos antes de decir—Esta noche beberé toda tu sal—dijo recordando aquella vez que también recordó Uzumaki y que le hizo sonrojar mientras sus pantalones y bóxer eran bajados a la fuerza. Su piel sensible al sentirse desnudada se erizó y más al verse tocada por la mano experta de aquel que era padre de su hijo. Cuando el dedo anular de Kabuto se introdujo en su interior por reflejo Naruto echó para atrás su cabeza, momento en que el otro aprisionó sus labios mientras las manos del rubio se agarraban a los hombros de su amante—Tú eres solo mío—murmuró el que habitualmente estaba tan frío.
¿Es que tú… estás celoso?—preguntó en el límite de la pasión y la sorpresa por descubrir tal reacción en el habitualmente impertérrito Yakushi.
La idea de que Naruto estuviera con otro aparte de él le hacía enojar, eso era seguro. Recordaba como ese estúpido había querido ayudar a su amante con su hijo. En un momento casi no pudo controlar la ira.
También esa imagen lo empujaba a querer poseer mas y mas al otro, se introdujo entre las piernas del ojos azules luego de ponerlo boca arriba mientras sus lenguas se abrazaban y acariciaban.
¡Espera… el bebé… podría hacerle…!—dijo el rubio.
¡No lo hará! ¿Olvidas que soy médico?—preguntó el peligris antes de hacerle el amor. Naruto calló en sus brazos como fruta madura.
Una mano se posó en su hombro mientras Kitsune miraba la lejanía columpiando sus piernas en la rama del árbol. Shisui en verdad comprendía su sentir.
¡No es justo!—dijo el peligris.
Lo sé, al menos tú serás el mayor—dijo el ojos verdes.
¿Y si sale igual a mi oka san?—preguntó volteando con ojos muy grandes.
¡Entonces suicídate!—dijo Ishin muy serio.
¡Tú siempre tan optimista!—le reprochó el ojos azules con un puchero poniendo sus brazos cruzados sobre sus piernas y la barbilla sobre ellos.
Recuerda que siempre me tendrás a mí—le dijo con la comisura de la boca el pelinegro intentando animarlo sin mucho ahínco.
¿Y eso de que me sirve?—preguntó el de lentes.
De inmediato sintió el poder de la fuerza de gravedad sobre un cuerpo que cae desde un árbol.