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Sentimientos por pasion oscura

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Notas del capitulo:

Acá las cosas empiezan a complicarse un poco. No quiero adelantar nada, pero acá empieza a perfilarse que las parejas no son tan obvias cómo se creían en un proncipio. 

D.N Angel le pertenece a Yukiru Sugisaki 

(Vista de Niwa)

Una vez terminada la cena, la guardo cuidadosamente en una gran cesta  de mimbre, cuyo interior estaba forrado por una amplia tela negra en donde los dos obentos se perdían de vista.

EL reloj dio las nueve en punto, Daisuke Niwa salió de casa vistiendo unos jeans negros y una musculosa del mismo color debajo de una nívea campera. Una suave brisa soplo, amenazando con llevarse la negra boina de su cabeza.

Lentamente al principio, empezó a avanzar en dirección al museo Russel para luego apurar el paso, Dark llegaría tarde a su "trabajo".

(Vista de Dark)

Las personas se veían realmente diminutas desde la altura en que se encontraba, infinitos puntos negros sin distinción alguna entre unas y otras. Sabía por  la (larga) experiencia que muchos de esos monocromáticos puntillos se encontraban los reporteros, aquellos buitres sanguinarios en busca de cualquier noticia, que siempre intentaban sacarle buenas tomas e intentar entrevistarlo ¡cómo si el gran Ladrón Dark fuera a gastar su tiempo en ellos!  

También estaban, cómo no, las cientos de fans que morían por que les prestara atención ¡Siempre le causaba tanta gracia ver sus fútiles intentos de conquistarlo! Muy pocas de sus fans lograban llamar su atención lo suficiente para más que unos simples guiños y sonrisas cautivadoras en forma de saludo por su fanatismo. Aunque por supuesto, al final siempre terminaban en fracasos: ellas eran bellezas humanas, con sus vidas en un soplo de viento que rápidamente pasaría para dar paso al  siguiente; y él era una existencia sin fin, una creación que necesitaba compartir el  cuerpo con otro humano.

-¡Ahí está Dark!

El grito áspero y de una forma un poco repugnante le llegó desde el suelo. Los policías. Realmente esas personas le sacaban de sus casillas; aquellos innumerables intentos más que fallidos de capturarlo ya no eran tan divertidos como en los principios de su existencia llegando incluso a hastiarlo por la estupideces de sus actos. En resumen, eran una gran molestia, no solo para él, sino también para ese peliazul que casualmente era una forma de amigo de su domador. El comandante Satoshi Hiwatari, aquél que también tenía otra identidad: la de su némesis, su contraparte o simplemente la otra mitad de él, Krad.

Pero no había tiempo para pensar en ellos dos (¿o sería uno solo?), estaba a punto de realizar su entrada, su actuación, su todo que lo convertía a él en lo que era: un legendario Ladrón Fantasma.  Como solo él sabía hacer, se infiltro en el personal de policía sin ser detectado, y con un simple truco cubrió a la Diadema de Dafne, aquella reliquia que poseía un diamante azul, con algunas de las millones de plumas de Wiz para dar la sensación de que había desaparecido. Una vez más, los policías cayeron en la trampa ("¿es increíble que no aprenden?") y una vez desaparecidos de su vista, probablemente incluso del edificio, se dispuso a quitarse el disfraz y tomar la Diadema para sí.

Sin embargo, todo aquello le resultaba demasiado sencillo, no había grandes obstáculos que se pudieran interponer entre el ladrón y su objetivo, pero siempre el comandante Hiwatari aparecía para "arruinarle" la fiesta y sin excepción alguna, después de salir exitoso con el robo, aquellos momentos servían para hacerle reír.

Pero el renombrado peli azul no parecía hacer acto de presencia pronto ¿en qué estaba pensando ese chiquillo para no querer detenerlo? Qué él recordara, hoy si había asistido  a la escuela en la cual estudiaba junto con Daisuke. Entonces ¿por qué no se encontraba allí ahora? Con un leve encogimiento de hombros le resto importancia y se dispuso a salir del lugar.

Con una agilidad y velocidad raramente imitables, recorrió el amplio museo hasta llegar al techo, donde se disponía a llamar a Wiz, sus preciadas alas negras, y elevarse por los aires en signo de otro robo exitoso.

Wiz apareció, se coloco tras su espalda y desplegó sus alas, todo normal. No obstante, cuando quiso elevarse por los aires, un golpe impacto directamente en su pecho dejándolo sin aire y volteándolo para atrás.  Enfrente de él se encontraba el perfil de una cara angulosa, sus largos pelos amarillos caían sin cuidado por su cara ocultando parcialmente sus dorados ojos. Krad.

(Vista de Krad)

Poco a poco la hora pactada por Dark para robar la reliquia de la familia Hikari se acercaba y el sucesor de la susodicha seguía dormitando tranquilamente en la silla, la cabeza ladeada, los lentes ligeramente torcidos, algunos mechones rebeldes de su azul pelo cayendo por su cara, el libro que estaba leyendo tirado en el piso.

Por alguna extraña razón no se animaba a despertarlo; tal vez se debiera a su tierno aspecto, tan relajado y diferente de cómo siempre se mostraba ante los demás. Realmente su domador sufría mucho, merecía descansar. Susurrando un pequeño "permiso" se manifestó en el cuerpo del peli-azul, cambiando su aspecto físico. Con una orden silenciosa, saco sus amplias y blancas alas para luego elevarse por los cielos sin ser detectado.

Incluso habiendo ocupado su cuerpo sin su permiso, él no parecía despertar ¿tan cansado estaba? Realmente, era la primera vez que se fijaba tan detenidamente en su domador ¿el que estuviera con él le daba ese estado o siempre había sido así? No lo podría decir, solamente sabía que tenía que cuidar de él.

El helado viento azotaba sin piedad en su cara sin que le importase. Más allá podía ver el techado del museo en donde podía deducir una pequeña figura negra moviéndose. Dark, sin duda.

 Apuro el vuelo.

(Vista de Dark)

-Llegas tarde, Krad- dijo con desprecio Dark mientras pugnaba con sacarse el rubio de encima

-¿En serio? A mí no me lo parece. ¿Dónde está la Diadema?

-Como si te la fuera a dar. Ahora se buen chico y quítate de encima.

-Oblígame- desafío Krad, apegándose más al cuerpo del ladrón, quien se retorcía cada vez más para zafarse de la prisión del rubio.

-¿No me lo vas a decir?- inquirió con falsa lástima el demonio de alas blancas- Entonces tendré que buscarla por mis propios medios.

Dicho esto paso una de sus frías manos por debajo de la musculosa negra, tocando la suave y tersa piel de Dark. Este a su vez contuvo un estremecimiento mientras intentaba salir de su estado de shock. Pese a que durante toda su existencia había sido un "mujeriego pervertido", según palabras exactas de Riku, esa pasión nunca había llegado más allá de unas cuantas insinuaciones, guiños y uno que otro beso ocasional... tal vez demasiado ocasionales. Esa era la primera vez que intimidaba más profundamente con alguien... y ese alguien tenía que ser precisamente Krad.

-¿Q-que estás haciendo? Quita tus manos de debajo de mi musculosa ahora mismo Krad.- el enojo y la sorpresa le conferían un timbre de voz bastante extraño pero que curiosamente era terriblemente tentador.

-¿No es obvio? Estoy buscando la diadema.- su voz se volvió más grave y sería, aunque prevalecía un tono jocoso en ella- y si no me lo dices seguiré inspeccionando por mis propios medios.

Lentamente fue subiendo la mano intrusa por dentro de la ropa de Dark, provocándole intencionadas caricias en donde suponía, eran sus puntos débiles. Tenía razón. Por más que no lo quisiese demostrar, estaba más que claro que el ojivioleta intentaba por todos los medios de contener los gemidos que le producían las caricias del rubio.

"¿Q-que está pasando? ¿Por qué me siento tan... excitado? ¡Es Krad, por todos los cielos! ¡Sácatelo de encima de una buena vez por todas! ¡¿A qué estás esperando?!" Sin embargo, por más que mandase las instrucciones de su cerebro a sus extremidades, estas no obedecían y dejaban que el oji dorado continuara con su "búsqueda".

Los gemidos pugnaban por salir de su boca. Esa nueva sensación, esa nueva intimidad, lo estaban volviendo loco.

(Vista de Krad)

No sabía por qué lo hacía o siquiera por qué se le había ocurrido, pero ahora él estaba acariciando la piel de Dark y... se sentía bien, muy bien. La cara de Dark intentando controlar los gemidos lo atraían locamente y sus ojos... aquellos ojos violetas que siempre lo miraban con frialdad y odio, ahora lo miraban con sorpresa, enfado y... deseo. Aquel brillo en sus ojos, cosa que nunca había visto sino en los ojos de su domador al ver al pequeño Niwa, lo llamaban febrilmente.

La razón le decía que la diadema no estaba allí y que tenía que alejarse de Dark, no obstante la razón estaba perdiendo la batalla contra el instinto, y este le decía que intensificara la intimidad, que destrozara esa molesta musculosa y que usurpará la boca de su enemigo.

Sus músculos le temblaban al acercarse cada vez más hacia Dark, que de repente se había quedado inmóvil, probablemente presintiendo lo que iba a pasar a continuación... pero si presentía lo que estaba por hacer ¿por qué no lo detenía?

Lentamente la distancia, ya de por si escasa, que los separaba quedo nula, posibilitando la unión de las bocas de los dos ángeles.

(Vista de Dark)

El contacto con los labios de Krad era indescriptible. La suavidad de ellos era deliciosa y su forma magnífica. Una idea disparata cruzo fugazmente en su cabeza: "ojalá nunca termine".

No obstante había algo que le impedía concentrarse únicamente en Krad; era Niwa que gritaba desesperadamente desde el interior de su cabeza.

-¡Dark detente! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Es Krad! ¡Detente por favor que nos...!

Pero ya era demasiado tarde. La excitación que sentía Dark había sido suficiente para activar la transformación genética. Ahora Krad en vez de estar besando al ladrón de ojos violeta, estaba besando a su domador.  

(Vista de Niwa)

¿En que estaba pensando Dark? ¿Por qué no se liberaba de Krad? Hasta él, que era inocente por naturaleza, notaba que el rubio no estaba del todo consciente de sus actos y lo que planeaba hacer. ¿Es que Dark no se daba cuenta? No imposible, él era diez veces más perceptivo que él mismo en este aspecto entonces ¿Por qué no hacía algo?

La sensación de sorpresa mezclada con el enfado y el asco le pudo llegar por parte del ladrón, sin embargo había algo más en esa oleada de sentimientos. Había excitación, deseo, algo intenso como un fuego en medio de su auge. Nunca antes había sentido esta impresión, tanto proveniente de su otra parte cómo de si mismo... no, no era verdad. Esa misma pasión la había sentido ese mismo mediodía cuando la imagen de Dark besándolo se presentó en su mente. ¡No! ¡No tenía que pensar en eso ahora!

Pero su debate quedo en segundo plano cuando sintió el inminente cambio genético. No debía transformarse ahora. Él era el que tenía la diadema que Krad intentaba obtener, y, cómo si eso no fuera suficiente, aquel ser lo odiaba con toda su alma. Si lo veía, no dudaría en matarlo.

-¡Dark detente!-le gritó desesperado- ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Es Krad! ¡Detente por favor que nos..!

El cambio genético se produjo y sus palabras fueron sofocadas por la lengua intrusa de Krad en su boca. Un escalofrió le recorrió toda la espalda hasta alojarse en su vientre. Sorprendido, aturdido, asqueado, pero también excitado, aparto al ser alado de sí con un empujón. El rubio lo miró desconcertado durante un rato, antes de mostrar en sus facciones el odio que sentía hacia Daisuke.

-¡Tú!

Sin pérdida de tiempo, Niwa se alzo sobre los aires junto con Wiz, alejándose lo más posible de Krad. Nunca antes había volado tan rápido y tan alto, pero la situación lo requería.

-¡¿Qué fue lo que pasó contigo, Dark?!- le grito al oji violeta, totalmente fuera de sí- ¿Por qué no te lo sacaste de encima?

-Yo... yo no... no lo sé. Yo... no  podía moverme, mis piernas no me respondían- contesto un más que aturdido ladrón.

Aquella duda en la voz de su media parte, aquel tono de duda y sorpresa, tomó con la guardia baja al pelirrojo. Nunca lo había oído así. No volvieron a hablarse por el resto del viaje.

 Ninguno recordó a Riku, a la que Niwa la había dejando esperando con la canasta de la comida con la vaga excusa de ir al baño.     

 

Notas finales:

Espero que les este gustando estos primeros tres capítulos. Si tienen alguna sugerencia, una observación o un reproche, son todos bienvenidos (claro, con la adecuada educación).

Espero sus comentarios y muchas gracias por leer. 


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