(Vista de Hiwatari)
¿Qué hora era? ¿Dónde estaba?... ¿Quién era? La desorientación que sentía Satoshi Hiwatari después de su "siesta" era inmensa. No fue hasta después de ver el cuadro que había estado pintando ese atardecer que se dio cuenta del lugar en el que se encontraba.
-¡El robo!- gritó de repente. Se había olvidado el evento completamente.-¡Debo detener a Dark!
-Tranquilízate, Satoshi: el robo ya paso.- sonó una voz despreocupada en el interior de su cabeza.
-¡¿Cómo que ya paso?!
-Ya pasó. Te quedaste dormido.
Imposible. No podía ser. ¿Él? ¿Quedarse dormido? Debía de ser una broma. Busco con la mirada su despertador y, efectivamente, la hora pactada por Dark había pasado hacia ya un buen rato.
-¿Por qué no me despertaste?- exclamó, hecho una fiera. Se había quedado dormido y Dark había robado la obra. ¿Cómo había podido pasar eso? ¿Tan cansado estaba?
-No quería molestarte- "¿Eh?"- ¡Lucias como un bebé durmiendo!- comento con sorna el rubio.
-¡Te voy a matar, Krad!
-Kufufufu, quiero ver cómo lo intentas. Y ahora, si no te molesta, me iré a dormir, estoy cansado.
La presencia en su cabeza desapareció. "¿Cansado? ¿Desde cuándo Krad está cansado? ¿Qué paso mientras estaba dormido?"
-¡hey, Krad!- nada. Ni una solo respuesta, ni la más leve sensación procedente del ojidorado. "Algo no anda bien. Con ninguno de los dos."
(Vista de Krad)
Todavía seguía en shock. No podía creer lo que había hecho con su némesis. ¿Qué le había pasado a su razón? No, aún peor, ¿qué había pasado con su odio? En el momento en que la lógica se había sometido al instinto, uno que no sabía que poseía, y había besado a Dark, el odio incontrolable que sentía hacia él desapareció sin dejar rastro. En su lugar un sentimiento nuevo, algo que solo podía describir como "vibrante" lo invadió. ¿Sería deseo? ¿Lujuria, tal vez? ¡No! ¡No podía ser aquello! Era su contraparte, por todos los cielos, no podía sentir deseos por poseer el cuerpo de Dark.
Y cayó con todas sus fuerzas. La pieza que resolvía el rompecabezas cayó silenciosa, pero con todo su peso en la mente de Krad. Él deseaba poseer el cuerpo de aquel que alguna vez había sido parte suya. ¿Sería por ello aquella atracción carnal o habría algo más? En esos momentos agradeció no tener una conexión tan profunda con su domador cómo lo tenían el ojivioleta y el pelirrojo...
¡Daisuke Niwa! ¡A él también lo había besado! Pero sólo por descuido, sólo porque Dark estaba excitado. Sonrió de medio lado ante ello. Había hecho excitarse al "famoso ladrón fantasma". Aquel ser presumido que se jactaba de sus innumerables fans, considerándolas "conquistas". Era más que claro que no poseía nada de la experiencia que reflejaba ante el menor pelirrojo.
"¿Cómo habrá reaccionado ese cabeza de chorlito ante el beso?... No debo pensar mucho en ello, no quisiera que Satoshi se enterara. ¡Definitivamente me mataría al saber que he besado a su amado!... Ahora que lo pienso ¿cómo haré para que Satoshi no se entere de lo que paso esta noche? De seguro ambos, Dark y su domador, pensarán que mi amo estaba despierto mientras yo... los besaba, por lo que le preguntarán a él el porqué de mis actos... No, Niwa no se atrevería. Pero Dark es otra cosa ¿O no? Tal vez su orgullo no le deje admitir que fue besado por un hombre, y mucho menso por mí... Tal vez no debería preocuparme tanto.
Pero... realmente no quiero que Satoshi lo descubra, le haría daño saber lo que hice esta noche, y eso sería la peor herida que me pudiesen hacer. Al fin y al cabo, él es mi todo"
(Vista de Daisuke)
-Daisu...
La puerta de la entrada se abrió bruscamente y, sin darle tiempo a su madre para saludarlo, Daisuke subió a su habitación. Había conseguido la diadema, sí, pero ahora el problema al que se enfrentaba era mucho peor. Había sido besado por su enemigo, aquel que juraba matarlo, y lo peor de todo era que el otro yo de Krad era su amigo Hiwatari. Pero aquello no era del todo importante en ese momento. Lo que le carcomía las entrañas era saber el porqué Dark no se defendió del rubio. Sabía que él intuía lo que les iba a pasar, tranquilamente lo hubiera podido evitar... sin embargo pasó. Sus labios se habían juntado y la excitación pudo con su otra parte, devolviéndole el comando del cuerpo a él.
Y cómo si esto no fuera poco, en los escasos fatídicos segundos en que había sido víctima del ojidorado, aquel pensamiento que había rondado al mediodía volvió a aparecer, junto con aquella fatal frase "¿Sabrán así los labios de Dark?"
-Dime, Dark, ¿Qué fue lo que paso?
-Ya te lo dije: no me pude mover.
-¿Y qué significa que no te hayas podido mover?
-Cuantas veces quieres que te diga que no sé.- el tono indiferente de su otra parte sonaba falso con la exasperación y el desconcierto que le llegaban gracias a las conexiones que tenía con él.
-¿A-acaso él...él te gusta?- no podía creer que estuviera preguntando aquello, pero lo que más le desconcertaba era el dolor que sintió al pronunciar esa última palabra. ¿Qué pasaría si le gustara realmente Krad? ¿Qué... qué sería de él?
-¡¿Pero qué diablos estás diciendo?!- gritó furioso la voz en su cabeza- ¡¡Por supuesto que no me gusta!! ¡¡Es Krad y es mi enemigo!! ¡¡Además es un hombre!!
Su corazón se contrajo y se fragmento en millones de pedazos al oír aquello último. Sí, eran hombres, ¿y qué? ¿Era realmente importante el sexo de una persona para poder amarla? "¿Por qué estoy pensando eso?"
-¿Estas completamente seguro de que es así?
-¡Claro que sí!... o eso espero.
Silencio. El primer silencio incómodo desde su vida compartida.
-Ey, Daisuke, ¿a qué te referías con la última oración?
-¿Última oración? ¿A qué te refieres?
-Ya...ya sabes- el tono dudoso, casi nervioso de su voz, lo estaba alarmando. ¿Acaso... acaso lo había oído?- Lo de que si mis labios sabrían así.
-Solo pensamientos sin sentido ni fundamento aparente.- se defendió, desafiante.
-¿Y con esas imágenes?
¿También había visto eso? ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo podía salir de ese apuro? Ni siquiera él mismo entendía esas imágenes... ¿o sí?
-Exactamente lo mismo. Nada de lo de que preocuparse ¿verdad? Después de todo, ambos somos hombres.-la frialdad con la que hablo salió sin ser llamada, sorprendiéndolos a ambos.
-...Exacto.-fue la seca respuesta de Dark antes de desaparecer.
(Vista de Dark)
Esa oración, ese recuerdo. No lo dejaban en paz. ¿Cómo se suponía debía interpretar lo que vio? ¿Unos simples pensamientos sin sentido, como decía Daisuke? No podía; por más que quería creer en ello, no podía. El sentimiento que había llegado desde el pequeño hacia él le imposibilitaba pensar que solo fueran cosas incoherentes. Era algo que no terminaba de entender puesto que era totalmente nuevo para él. Sólo podía compararlo con lo que había sentido al ser tocado y besado por Krad, pero seguía sin ser lo mismo. Aquellos sentimientos del pelirrojo eran más profundos, más puros y habían llenado su pecho de calidez.
"¡¿Pero qué estoy pensando?! ¿Acaso eso significa que me gusta Daisuke? No, imposible, a mí me gustan las chicas... aunque si debiera gustarme un hombre, sería Daisuke sin duda. Con su inocente mirar, esa absurda vergüenza hacia la mayoría de las cosas, ese carácter medio infantil que se torna completamente serio cuando la situación lo requiere. Poseedor de ese cuerpo tan frágil, de perfectas proporciones y piel tan lisa. Incluso el tamaño es más que adecuado para él... Espera, ¡¿EN QUE DEMONIOS ESTOY PENSANDO?!"
Estaba más que estupefacto por sus pensamientos. "¿Por qué pienso en esto? ¿Realmente soy un pervertido, como dice Riku?... ¡Riku! ¡La dejamos plantada en medio del museo! Debo decírselo a Dai...suke..." Pero no podía elevar su voz, más bien, algo en su interior no lo permitía. Aquella sensación de disgusto hacia la novia de su domador retornó, incluso más potente que esa mañana. Por algún motivo, no quería que su preciado pelirrojo volviera allí para ver si todavía seguía la muchacha, tampoco quería que llamara a su casa. Después de todo el pequeño no era posesión de la castaña, ¡era suyo y de nadie más! Además, si Daisuke no se daba cuenta, ¿por qué tendría él que recordárselo? "Después de todo es su novia, no la mía"
Esa fue la primera derrota de Dark frente a los celos.
(Vista de Daisuke)
La noche había pasado en un abrir y cerrar de ojos para el pequeño pelirrojo, pues se había desvelado intentando responder a sus interminables interrogantes que, de alguna manera u otra, tenían la misma base ¿A él le gustaba Dark? Había objetado decenas de diferentes excusas para derribarla, sin embargo sólo lograba que diera pequeños tropiezos. Cada excusa que había puesto no era suficiente para cubrir en su totalidad a tal fatídica pregunta. Incluso fue forzado a usar el pretexto que temía usar: él estaba de novio con Riku, por lo tanto, la amaba... Y para tristeza y temor del pequeño, aquella había sido la más fácil de eliminar: el beso. Con tan solo recordar el primer beso con ella y lo que ello había traído consigo, fue más que suficiente para darse por vencido.
Ahora, con el alba alzándose tras las casas, esa pregunta se había convertido en afirmación. Le gustaba Dark. No, más qué eso, el amaba al pelivioleta. Pero ya sabía que era una partida en la que no podía ganar. Él mismo se lo había dicho ayer: ambos eran hombres. Por más que a él no le molestara ese simple hecho, a su otra parte sí, ya que sólo tenía ojos para las mujeres. Y claro, eso era lo más común ¿no? ¿Por qué tendía que fijarse el famoso ladrón fantasma en un hombre, un niño más bien, tan insignificante cómo él?
Por todo ello y más decidió ocultar en lo posible sus sentimientos. Seguiría siendo novio de Riku e intentaría volver a amarla, ya que, pese a este nuevo descubrimiento, le seguían pareciendo atractivas las mujeres. Sabía que sería un esfuerzo fútil intentar recuperar ese viejo sentir, pero prefería no pensar en ello. Si se rendía, si rompía con Riku, en lo único que podría pensar sería en Dark y eso tenía por seguro que molestaría al susodicho. No quería que estuviera molesto, no quería que estuviera enojado ni triste, y mucho menos por su culpa, así que sólo se comería sus pesares y fingiría que no le pasaba nada. Así, por lo menos, podrían retomar, aunque fuese un poco, la vida que llevaban antes del incidente con Krad.
Sintió cómo las lágrimas afloraban es sus ojos. Estaba llorando. "¿Por qué el amor debe doler tanto? ¿Por qué? ¿Por qué a mí?" Más lágrimas cayeron y no tardo en convertirse en un verdadero y desesperado llanto mudo.
El despertador sonó, sobresaltando al pobre pelirrojo. No recordaba cuando había cerrado los ojos y se había abalanzado a un mundo negro, en donde ningún sentimiento o imagen alguna hizo acto de presencia. "No tengo ganar de ir a la escuela. No quiero ir. No pienso..." Pero el sonido del celular interrumpió sus quejas "¡Es que no puedo lamentarme en paz!" Gritó para sí. Agarro el aparato y apretó el botón de contestar.
-¿Diga?-dijo un tanto irritado.
-¿Daisuke?-contesto una Riku sorprendida. "¡Es que nada me puede salir bien hoy!"
-Ahh, Riku, lo siento, me acabo de levantar. ¿Pasa algo?
-Quiero verte hoy antes de entrar al colegio, en el parque que está. ¿Podrías llegar en unos veinte minutos?
-¿Eh? ¿El parque? Claro, ya mismo voy para allá.
Sin más, su novia cortó la línea, dejando un anonadado muchacho. "¿Qué habrá pasado?"
Se vistió, peino y en menos de un minuto ya estaba saliendo de su casa con una tostada en la boca.
(Vista de Dark)
Mientras su domador iba caminando hacia el punto de reunión, Dark se preguntaba si debía decirle lo que intuía. Hasta ahora, Daisuke no parecía percatarse de que habían dejado plantada a Riku en el museo y estaba casi completamente seguro que la chica iba a reclamar por ese hecho.
Pero de nuevo estaba ese extraño sentir que no le permitía elevar la voz. "Es su novia, no la mía" Otra vez con esa frase. Sabía que sólo era una excusa y lo que estaba haciendo era imperdonable, pero Daisuke era suyo, solamente suyo.
(Vista de Daisuke)
Llego al lugar pactado, donde lo estaba esperando, seria, la morocha.
-Hola, Riku. ¿Qué pasa?- le preguntó, acercándose a ella y mostrándole su mejor sonrisa.
-Quiero preguntarte algo realmente serio, y quiero que me contestes con la verdad.-"Algo no anda bien." Un instinto animal le decía que se acercaba el peligro.- ¿Quién eres realmente?
-¿Eh? ¿A...a qué viene esa pregunta? No creo entenderla. Ajahahaha.-"Demonios."
-¿Eres Dark?
Aquella pregunta lo irritó sobremanera. Él no era ese, era un ente diferente. A diferencia de esa criatura, él sí tenía sentimientos, sentimientos que eran lastimados por él.
-No sé de que hablas. ¿Cómo podría ser Dark? ¡Somos totalmente diferentes!
-Siempre dices lo mismo, con ese mismo timbre cómo si estuvieras mintiendo. ¿Eres Dark?
La rabia, una rabia que nunca antes había sentido, recorrió cada parte de su ser.
.¡Cuantas veces quieres que te diga que no soy Dark! ¡Eh!- le gritó, agarrándole fuertemente el brazo.
-M-me haces daño
-No sé qué otra forma tengo para decirte estas simples palabras ¡YO NO SOY DARK! Yo no soy ese pervertido, depravado, mal nacido, necio, orgulloso, ignorante, arrogante y frío tarado. ¿Entendiste?-la soltó.
- Entonces ¿Por qué desapareciste antes del robo y no volviste?
-¿Eh?
-Dijiste que ibas a ir al baño, y nunca volviste. Y, oh qué casualidad, fue unos momentos antes de que Dark hiciera acto de aparición.
¡No podía ser! ¡Se había olvidado por completo de ella después del robo!
-Y-yo.
-Se terminó- sentenció ella de golpe.
-¿Perdón?
-Se terminó. Lo nuestro se terminó. Lo siento, pero si así eres en realidad, no creo que esto dure más.- dijo con la cabeza gacha, aunque Daisuke podría jurar que veía cómo caían lágrimas por las mejillas de la chica- Fue en gusto... Niwa.
Y salió corriendo. Daisuke solo pudo quedarse mirando, mientras sentía que el mundo se le venía abajo. Se dejo caer contra el tronco de un árbol y dejó que las lágrimas volvieran a él. Pero no expresaban dolor. Tenían la inconfundible apariencia de la desesperación. Su único modo de tapar el dolor que sentía por Dark lo había abandonado.