Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The reason is you por LoveShonenai

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ahora veremos el capítulo anterior, pero desde la perspectiva de Shuichi, lo que sintió al irse y al regresar, los motivos de su cambio y lo que estuvo haciendo durante la lejanía.

The Reason is you

El nuevo Shuichi también llora

Hace un año, aún creía que mi vida podía cambiar lentamente si el hombre que amaba pusiese un poco de su esfuerzo, soñaba vanamente que Eiri dejaría atrás a Kitazawa para así abrirme completamente su corazón, ese que tanto había sido rasgado en dolor, ese que tanto quería yo poseer. Yo era un niño inocente e inmaduro en ese entonces, hubiera podido darle todo lo que quisiera, hubiera podido matar por él, habría podido dar mi vida para quitarle ese dolor que no le permitía vivir en paz. Nunca escuché las palabras de Hiro, quien me decía que era mejor separarme de él porque me iba a lastimar mucho, ignoré las ironías de Seguchi-san al dejarme en claro que Yuki algún día se cansaría de mí y simplemente me echaría de su lado. Fui tan ciego, tan estúpido, simplemente quise pensar que él podía darse la oportunidad de amarme, me ilusionaba el tan solo pensar que encontraría la verdadera felicidad a su lado…pero es triste cuando sientes tu alma es golpeada por la insensata realidad, esa que detesté tanto aceptar: Yuki Eiri viviría para siempre enamorado de su tutor, ese que intentó vender su cuerpo por unos míseros dólares, ese quien estuvo a punto de ensuciar su cuerpo, ese maldito hombre que, haciendo tantas crueldades en su contra, seguía siendo la persona más importante para Yuki muy a pesar del tiempo que llevaba muerto. Era tan doloroso…abrir los ojos a plenitud.

'Lárgate. Estoy ocupado' fue lo que dijo él ese día, a lo que respondí solo con una sonrisa. Estaba acostumbrado a esa respuesta.

'Pero hoy es mi cumpleaños…Pensé que podríamos salir a caminar por ahí… ¿No te parece buena idea?' Insistí, entusiasmado, como un niño pequeño.

'¿Te parece que tengo ánimos? Vete de mi vista y pásalo con otro sujeto si eso es lo que deseas…'

Fue en ese mismo momento en el que no pude controlar más mis lágrimas, lo único que en ese momento quería…era lastimarlo y la primera persona que vino a mi mente fue Sakuma-san, mi buen amigo Ryuichi-san que no tenía culpa alguna de mi frustrada relación con Yuki Eiri.

'Tienes razón. Quizás Sakuma-san pueda complacerme mejor que tú' dije, tratando de lastimarlo, pero lo que no esperé fue su áspera y decisiva respuesta.

'Claro. Puedes ir donde él y abrirle las piernas como lo haces conmigo. Porque después de todo pareces una prostituta barata.'

Aquellas palabras llegaron hasta lo más hondo de mi corazón, lo sentía estrujado, adolorido, como si en cualquier momento fuera a estallar dentro mío, me dolía cada parte del cuerpo mientras sentía como las lágrimas aumentaban en exceso, esa vez no intenté reprimirme ni reprimir mi tristeza, porque sentí que era la hora de darle un punto final a todo ese asunto, de lo contrario yo no podría encontrar ni una pizca de consuelo, mi paciencia había llegado a su límite, a la cumbre del dolor. Mi vida ya no quería ser compartida a su lado, sentía en ese momento que sentía lástima de mí mismo…por estar ahí rogándole a alguien de nulo corazón por un poco de cariño…mientras que recibía el puesto de "prostituta", me había tildado de ramera, de una cualquiera…¿realmente esa era su manera de verme diariamente? Cuando pasábamos la noche juntos… ¿era yo una prostituta? Que ironías trae la vida…y yo que había pensado que era una persona especial en su vida y solo terminé siendo una aventura más para él. Esta vez sí que estaba cansado de él, de ese escritor y su falso amor.

'Como quieras, Eiri' Estaba seguro de lo que diría. 'Quédate con tu asquerosa vida, pero la vivirás sin mí porque yo no pienso volver a esta casa nunca más…'

Aquel día salí presuroso con mi mochila y no volteé nunca más la mirada hacia ese sombrío lugar. Lo abandoné, me fui de gira a Inglaterra y es cierto que no pensaba en volver nunca más, quería alejarme completamente de su recuerdo. Pero…regresé, con los rumores y las cámaras encima de mí después de haber anunciado nuestra separación por un acuerdo mutuo. La prensa estaba conmocionada por el nuevo Shuichi que tenían frente a sus ojos: fuerte, altivo, presuntuoso, de una belleza tan fría y elegante a la vez, había cambiado completamente mi imagen y mi comportamiento también, había comenzado a tener escándalos con mujeres, es cierto, no lo niego. Me acosté con una que otra mujer…me mantuve ocupado con aquella nueva vida para no tener que pensar en Uesugi Eiri. Apenas llegué, ofrecí un concierto en el Zepp Tokio al lado de Ryuichi, ahora lo llamo con más confianza, les mostré a todos mis admiradores que había cambiado, que había madurado, que aquel mocoso pasivo e infantil Shindou Shuichi había quedado muy atrás de mí. Todos aplaudían con emoción al verme cantar acompañado por Ryuichi. La canción que ambos entonamos fue mi despedida total del recuerdo de aquel Shuichi de diecinueve años y de su amor obsesivo por Yuki Eiri. Ahora si que estaba dispuesto a dejar ir a mi otro yo, para ser este coqueto y presumido cantante de veinte años que estaba dispuesto a arrasar con cualquier obstáculo que se le presente en la vida, ya no me importan las apariencias ni mucho menos el qué dirán. Ahora, yo soy así…

Todo estaba marchando bien, todo salía a la perfección…hasta que lo volví a ver mientras salía del escenario rodeado de un montón de admiradores que esperaban un autógrafo. Ahí estaba esa mirada que tanto había aprendido a odiar, esos ojos ámbar como la miel, esos que conocía a la perfección, esa piel inusualmente más pálida que de costumbre. Ahí estaba Yuki Eiri…mi primer amor. Me había sacado los lentes negros para verlo mejor, sin duda era él, mirándome seriamente, sonreí tristemente para mis adentros… ¿acaso venía a pedirme perdón? Lo dudo…él no es de ese tipo de personas. Hiro me cuestionó por qué me detuve y yo solo le respondí:

'No es nada. Creí ver a alguien conocido, pero me equivoqué'

Me coloqué nuevamente los lentes y caminé por su costado, sin importarme lo demás, pude sentir su descontento, su desconcierto ante mi comportamiento. ¿Eso no era lo que quería? Que yo me alejara de él y lo dejara con su estúpida idea de no ser especial para nadie…ahora ya puede celebrar mi renuncia definitiva de su vida. Regresé a la compañía a arreglar algunas cosas ante las miradas expectantes de mis amigos, las cuales me incomodaron en silencio.

'¿Pasa algo?' pregunté con tranquilidad.

'Nunca creí que tratarías así a Yuki-san, Shuichi. De veras nunca lo esperé de ti' me dijo Hiro, provocando en mí una triste sonrisa. '¿De verdad esto está bien, Shuichi? Yo creo que lo estás lastimando'

'No es eso, Hiro. Yo me dispuse a olvidarlo, y para él no será muy difícil sacarme de su mente, creo que ya lo ha hecho, él solo piensa que puede tenerme una vez más como su juguete consolador, pero eso ya no va a poder ser…'

'Pero, Shuichi-san…usted aún no ha podido olvidarlo…'

Obviamente me molesté por tal comentario.

'¡Te equivocas! Todo ese amor devoto que sentía por él se ha convertido en un devoto odio que no tendrá fin. Este odio que siento por Eiri es tan grande…que me va a complacer verlo sufrir tragándose su inútil soledad.'

Yo sabía de antemano que estaba siendo muy injusto, pero…quería demostrarle al gran Yuki Eiri que yo podía vivir sin él…y para lograr ese objetivo, haría cualquier cosa.

'Voy saliendo…' anuncié a mis amigos.

'¿Adónde vas? Preguntó vagamente Hiro mientras tocaba algo en su guitarra eléctrica.

'Quiero visitar a alguien antes de marcharnos'

Y salí de allí…dispuesto a todo. Caminé de lo más tranquilo mientras las miradas de las mujeres y hombres que pasaban por la calle me seguían. Sonreí. Quizás pensar solo en la fama por ahora no era una mala idea. Después de todo…no iba a permitirle el acceso a mi corazón a otra persona, solamente seguiría jugando el juego, un juego sin compromisos, sin ataduras, porque yo era libre…

Finalmente llegué…a mi antiguo hogar, en donde pasé el año más agonizante de mi vida. Entré sonriendo. Eiri seguía siendo tan descuidado al salir de la casa. Las luces estaban totalmente encendidas y su habitación era un caos, recorrí aquel sitio con la mirada, todo había cambiado desde mi ida, toda la habitación tenía su perfume, ese que le regalé en su primer cumpleaños que pasamos juntos. La primera foto que nos hicimos juntos ya no estaba. Todo lo que recordaba a un "nosotros" ya no estaba más. Sin duda, yo ya había quedado en el pasado rápidamente…

De repente alguien entró a la casa, me acomodé sentándome en la cama con las piernas cruzadas esperando a que el dueño de la casa entrara a la habitación. Y finalmente lo vi, sorprendido al tenerme en su casa.

'¿Cuándo se te quitará la costumbre de dejar la luz encendida de la habitación? Vaya hombre más descuidado' Suspiré.

'¿Qué estás haciendo aquí?' Fuiste cortante conmigo, mientras que mi mirada seguía siendo cínica.

No pude evitar una pequeña sonrisa de malicia que salía de mis labios 'Imagino que piensas que volveré contigo arrepentido de haberme ido. Sigues siendo un imbécil' Sentí su sorpresa ante mis crudas palabras, traté de controlar mi enojo ante su tiranía 'No quiero volver a verte cerca de mí. El solo sentir tu presencia me repugna, ya no quiero tener que recordar mi desastroso pasado a tu lado, ¿entiendes?'

Sentía que algo dentro de mí se quebraba, mas lo ignoré.

'¿Viniste solo para eso?' Preguntó él. Me puse de pie y estaba dispuesto a enfrentarte, a vengarme por ese pequeño niño ignorante al que lastimó sin piedad.

'No, también vine para dejarte algo en claro. Es con respecto a lo que dijiste de mí antes de que me fuera el año pasado de tu casa.' Acerqué mis labios a su oído izquierdo, su punto sensible. 'No he tenido la oportunidad de abrirle las piernas a nadie, pero créeme que el número de chicas que lo han hecho por mí, son muchas más de las que tú has gozado en tu perra vida' Respondí su gesto de espanto con una sonrisa cínica.

'¿En qué clase de persona te has convertido?'

Estiré los brazos y sonreí con amplitud.

'Este es el nuevo Shuichi que tú mismo ha creado. ¿Sabes? A este nuevo Shuichi se le han abierto muchas puertas, muchas más de las que te imaginas. Las mujeres mueren por mí, me gusta mucho gozar con ellas, no me siento presionado por nada, no dependo del amor ni de las sobras de Yuki Eiri, soy un hombre completamente libre y sin ataduras. Es absurdo que no me haya dado cuenta de todo esto antes. De haberlo sabido, habría dejado esta casa antes.' Las palabras salían solas, como si la voz de mi corazón quisiera desquitarse también.

'Entonces, si tú eres libre ahora. ¿Por qué has venido hacia aquí? Se supone que ya nada te ata a estar conmigo' me dijo con lamento, lo que ignoré.

'Vengo a mostrarte que mi vida es maravillosa sin ti. Adiós Eiri.' Ahora si quería irme, no sé por qué razón quería escapar rápidamente de allí.

Saqué mis lentes y nuevamente me los puse al momento de salir. Quería sacármelo de encima de una vez por todas.

'Shuichi' lo oí llamarme. No sé por qué razón me detuve. 'Sé que no soy perfecto, no quise hacer eso. Sé que te hice llorar. Antes de que te vayas, quiero que sepas que gracias a ti he encontrado la razón que tengo para seguir adelante…'

Cabe decir que yo estaba sorprendido. Eiri jamás me ha dicho tales cosas. Una parte de mí sentía emoción, tenía interés por saber lo que iba a decir, sin embargo, intenté controlar ese impulso.

'¿Ah si? Que bueno. ¿Y puedo saber cuál es esa razón?'

'Tú' Pronunció. 'Te pido perdón por lastimarte. No puedo borrar el dolor que sentiste, pero al menos déjame ser sincero contigo. Yo…'

Ya era el colmo, no quería oír esas palabras tardías que tanto había estado esperando. Solté una risa áspera, frívola y después lo miré.

'No me lo digas, vas a decir estupideces como que me amas y que quieres que vuelva a ti. ¿Para qué? No voy a arrastrarme contigo, eso ya pasó. Ahora solo déjame vivir con mi libertad, me enferma el solo pensar de que quieres atarme a ti.'

Sentía más estocadas dentro de mí, punzadas que me dolían. Mis ojos brillaban por ese odio tan inmenso que sentía por él. Seguramente ahora estaba intentando enredarme a él, pero jamás se lo iba a permitir. Sentí su cercanía, quería tocarme, quería embrujarme, pero no quiero… ¡No quiero! Rechacé su mano, la golpeé fuertemente, no quiero caer, nunca más quiero que me engañe, nunca más podrá traer a ese niño que envié lejos…Recuperé la cordura y con firmeza decidí contestarle.

'Entiende que ya no quiero nada contigo. Todo ese amor que sentía por ti, tú lo mataste con tus rencores, por pensar que en tu vida no había mejor persona que Kitazawa. Pues ahora ya estarás contento, porque a menos que te busques una amante cualquiera, nadie va a poder amarte como alguna vez yo lo hice. Así que quédate con esa idea y con tu hermoso y repugnante recuerdo de tu fracasado maestro que por imbécil se murió.' Sabía que eso le dolería…que insultara a su amado tutor, ese maldecido hombre que me repugna, su solo recuerdo me hace querer vomitar.

Bingo. Pude ver su clara molestia. Entonces él aún seguía queriéndolo, ahora estaba seguro.

'¿Qué te pasa? No me digas que estás molesto porque ofendí el recuerdo de tu amado Kitazawa. No me digas que quieres golpearme por ser así hablando mal de tu gran amor.'

Mas su respuesta a continuación fue lo que me dejó consternado.

'Lo que digas de Kitazawa me tiene sin cuidado. Me enoja el darme cuenta del tipo de persona en la que te has convertido, Shuichi. Tú no eras así…'

No lo amaba más… ¿entonces por qué no me contentaba eso? Quería huir de él, eso fue lo único en que pensaba.

'Adiós Eiri' Dije, y, con tranquilidad, desaparecí de su departamento.

Nunca creí que hablar de esta manera con él me afectara tanto. Mi odio hacia él era inmenso, pero el ver su tristeza, me oprimía el corazón, el decirle todas esas hirientes palabras me herían también a mí mismo, a pesar de que ya no debía sentir nada más que repulsión hacia ese escritor. Me recargué en la puerta de entrada de la casa que antes podía decir me pertenecía. Me dejé caer en el suelo y, sin más, las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos amatistas, siento que voy a morir en este mismo instante. Yo…que pensé que mis sentimientos por Eiri ya estaban muertos, me he dado cuenta de que aún me duele su desgracia. No, no quiero pensar que lo sigo amando… ¡No quiero amarlo más! ¡Quiero odiarlo con todas mis fuerzas! Entonces, si quiero odiarlo… ¿por qué flaqueo de esta forma?

No. No debo ponerme débil. Seguramente esto es lo que ese tipo quiere, que me arrepienta, pero no pienso darle el gusto. Me puse de pie, limpié mi ropa, me saqué los lentes negros y limpié los rastros de lágrimas en mis ojos y mejillas. Caminé por la calle alejándome de esa casa y nuevamente me coloqué los lentes, siguiendo con mi recorrido con mi caminata totalmente altiva y elegante…como si nada hubiese pasado. Nunca admitiría…que por dentro mi alma moría en dolor.

Notas finales:

¿Y qué tal? ¿les gustó? ^^ espero sus reviews, como siempre, muy agradecida :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).