Desperte con mi maldito despertador a las siete y media de la mañana, tome un ducha me puse el uniforme, claro es raro usar ropa entallada como la del uniforme pero eso tenia solución, mi pantalón de vestir era mucho mas grande, camisa grande también y poleron con cierre grande también, jamás le había dicho algo por la forma en que llevaba el uniforme y esta vez no seria diferente.
Cuando llego a la escuela estaba todo el mundo esperándome igual que simpre, salude a mis amigos a un par de chicas y luego me fui a clases, la jornada escolar paso bastante rápido, luego venia a lo que yo llamaba terapia, deporte, claro siendo el capitán del equipo de atletismo. Me cambie y me puse un short y claro la mayoría entrena sin polera y bueno yo tengo mucho que presumir, fui al gimnasio y como obvio habían entre 20 y 30 chicas en las graderías mirando, había un que otro chico, amigos o quien sabe. Cuando termino el entrenamiento me fui a dar una ducha y me fui a casa, me tope con varias chicas afuera que me felicitaron en fin la misma historia de siempre, iba caminando a casa, cruzando la calle era tarde mas de lo normal, estaba pensando todavía en la mirada de ese chico, bill. Cuando sentí una mano jalarme hacia atrás y un auto pasar en frente de mis ojos, a pocos centímetros míos. Me di la vuelta para ver de quien me había salvado la vida.
-Bill?... eh, gracias- no sabia que decir, como agradeces el estar vivo a alguien a quien has golpeado e insultado toda su vida.
-sabes mi nombre, no importa- dijo el chico dándose la vuelta para tomar otro camino.
-espera- lo tome de un brazo y lo di vuelta, me quedo mirando con cara de ahora que –por que me salvaste, digo, me odias no- tenia mucha curiosidad.
-te odio pero no soy desnaturalizado como para dejarte morir aquí- luego tratato de irse denuevo, esta vez solo le grite algo
-espera- se volvió a dar la vuelta –gracias por salvarme la vida te debo una- le dije manera sincera al pelinegro.
Fui a casa y me dormi pensando en el pelinegro que acababa de salvarme la vida.
Desperté a la mañana siguiente cuando llegue al colegio, había un pequeño circulo alrededor de alguien o algo me acerque un poco mas hasta estar casi dentro del circulo.
-Tom, que bueno que llegas ahora si tu le puedes enseñar al Marica que no se debe cruzar delante de nosotros- se abrieron para que pudiera entrar al circulo, pero no le iba a pegar, ayer salvo mi vida.
-chicos déjenlo, no lo vale, vamos ahora tenemos que entrenar- dije con tono de autoridad y claro el resto no tenia otra que seguir mis instrucciones, no encaminamos al gimnasio.
-pero Tom que te pasa siempre te ha encantado maltratar al maricon de bill- dijo andreas detrás mio, le dedique una mirada de te atreves a cuestionarme y luego respondi
-no estoy de animo y punto-dije molesto. El día paso rápido, como a la cuarta hora me mandaron una tarea tenia que ir a la biblioteca. Luego tenia hora libre así que a esa hora iria a la maldita biblioteca.
Llego el periodo libre y en la biblioteca lo primero que veo es a bill sentado llorando cosa que me partió el alma sin razón aparente. Me acerque a el y me sente a su lado.
-oye estas bien- pregunte curioso al pelinegro.
-si, si estoy bien- se volvió a ver quien era la única persona que mostraba interés por el y casi le dio un infarto cuando me vio ahí sentado junto a el.-que haces tu aquí, dejame en paz si buscas reírte de mi anda con tus amigos, pero dejame solo-
-golpe bajo para alguien que te salvo de una golpiza hoy día- el reacciono a mi broma de una manera no muy esperada
-golpizas que me dan por tu culpa, burlas que recibo por tu culpa- me grito el chico.
-tranquilizate yo no tengo la culpa de que la gente te encuentre raro-le recrimine
Bill…
-es que acaso no te acuerdas, piensa estábamos 4 grado…