Los tres días pasaron rápidamente, esa mañana los tres se levantaron muy temprano para avanzar lo más que pudieran ya que después de ese día no volverían a esa mansión, empezaron por podar lo arbustos lo cuales pensaron les tomarían todo el día, más porque según las ordenes tenían que tener ciertas figuras, ninguno era muy en eso de machetear a las plantas, así que en varias ocasiones utilizaban su imaginación para lograr un poco de lo que querían hacer.
—Hiroki, ¿tú sabes cómo se hace un elefante? – pregunto Misaki a su compañero, volteando a verlo con un gran signo de interrogación.
—No, Ritsu tu sabes cómo hacer un elefante – volteo a ver a su compañero, quien no estaba prestando atención. — ¿Ritsu? – pregunto de nuevo.
— ¿Qué? – volteo a verlos.
— ¿Qué te pasa, hoy se nos ha acumulado el trabajo y tu como su nada? — Hiroki al verlo se preguntó ¿Qué había echo mal? “A parte de todo” en la vida para merecer semejantes compañeros.
—Nada, solo que no se, estos arbustos me recuerdan a casa, así de grandes, así de verdes, ¡Así de horribles! Fue horrible – sacudió su cabeza en señal de negación, Hiroki y Misaki se alejaron.
—Tiene razón Hiroki, se parecen a los arbustos de casa... ¡Fue Horrible! — muchas cosas les habían pasado en aquellos días, pero pocas veces se daban el lujo de recordar exactamente como sucedían. Y era algo malo el tener un recordatorio de ello.
—Cállense, dejen los traumas de la niñez aun lado y pónganse a trabajar — Hiroki intento calmarse, esos recuerdos prefería tenerlos encerrados bajo setenta candados.
Misaki intento hacer el elefante como su imaginación le dio a entender, lo cual no le resulto muy bien, Hiroki debía hace un delfín, por ultimo Ritsu tenían que hacer un caballo, cuando llego la hora de la revisión para asegurarse de su trabajo.
—Bien, espero hallan echo lo que les pedí – menciono el mayordomo, empezó a caminar al llegar al jardín, solamente se quedó mirando las figuras que habían creado, las cuales...
—Valla no es tan mal, pero les pedí un elefante, un delfín y un caballo… no un hipopótamo, una jirafa y un poni ¿Qué clase de jardineros son? – pregunto molesto el mayordomo.
—De los mejores – respondió Ritsu demasiado seguro en su respuesta, no le daría el gusto de verse a penado por su falta aparente de experiencia.
—Así es le damos al cliente lo que necesita, no lo que quiere – Menciono Misaki con una gran sonrisa, el mayordomo solo los miro, esos chicos no tenían ni la más mínima idea de lo que estaban haciendo.
—Como sea, esta noche vendrá la señorita Liria, ahora terminen su trabajo anqué sean hipopótamo, jirafa y poni solo termínenlo – el mayordomo parecía derrotado.
—Hiroki ¿Cómo se hace un hipopótamo? – pregunto Misaki.
—Ni idea, me rindo, ahora solo hay que concentrarnos en el plan— ya no era el momento de ponerse a jugar. Tenían que terminar el trabajo.
—Es verdad, después de hoy no volveremos a esta mansión —Ritsu parecía feliz ante la idea de no volver.
—Vengan –Hiroki comenzó a caminar, los dos lo siguieron esperaban que todo terminara bien y sin intrusos.
Pasó la tarde y al parecer ni rastros de Liria lo cual extrañaba a todos, principalmente a tres hombres que se encontraban en el estudio.
— ¿Creen que Liria venga? – pregunto Nowaki, quien se encontraba sentado revisando algunos papeles.
—Eso fue lo que digo, aparte menciono una gran sorpresa. — Akihiko respondió seriamente, habían pasado todo el día investigado pero no encontraron nada.
— ¿Cómo fue que Liria encontró información sobre “La familia? es decir no encontramos nada, ni siquiera hay registros en la policía – menciono Takano mirando su computadora— ¿Realmente existen?— se preguntaba.
—Claro que existimos – una voz salió de la nada, Takano vio como Nowaki se quedaba paralizado – no se muevan – ordeno la voz, Nowaki se fue levantando lentamente de su lugar, un arma le apuntaba por detrás—ustedes dos muévanse – Takano y Akihiko lo obedecieron lo miraban atentamente hasta que sintieron como otro par de armas les apuntaban a ellos. No podían ver a su atacantes, quienes fueran parecían tener todo planeado.
— ¿Qué quieren? – pregunto Takano desafiante ante los intrusos.
—Buena pregunta — respondió el hombre detrás de Takano.
—Llévenos a su bóveda – Ordeno el hombre detrás de Nowaki— ¡Ahora!
— ¿Su amigo no dice nada? – pregunto Akihiko.
—No, casi no habla— respondió el hombre detrás de Nowaki— no intenta nada, para asegurarnos de que nos lleven por el lugar correcto – la puerta se abrió lentamente, impresionados los tres hombres vieron como Liria entraba a la habitación.
— ¿Liria? – pregunto asombrado Nowaki.
—No es que yo quisiera, solo les debo un favor – aseguro, mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar, los tres caminaron detrás de ella, mientras eran seguidos por los tres hombres armados, nada parecía ir bien de ninguna manera.
—Así que ustedes son las estrellas de plata – aseguro Takano.
—Los famosos ladrones de “La Familia” – recito Akihiko mientas caminaba.
—No nos confundan, nosotros no somos ladrones – aseguro el hombre detrás de Takano.
—Solo estamos aquí para arruinar sus planes – el hombre detrás de Nowaki hablaba muy seguro.
—Planes ¿De quién? – Pregunto Nowaki, quien no entendía bien la situación – si son parte de la familia, pero no son ladrones y vinieron a arruinar los planes de los ladrones ¿No entiendo? – se preguntaba mientras llegaban a una gran biblioteca, debido a que Liria iba con ellos no pudieron engañarlos, se abrió una puerta detrás de un estante enorme de libros.
Liria iba por delante, Nowaki en medio, Takano y Akihiko a un lado del, los tres hombres detrás de ellos seguían caminando por un largo pasillo.
—No se preocupen por la alarmas, ya las desactivamos – aseguro uno de los hombres.
Los tres se miraron de reojo, casi no entendían la situación, no podrán hace nada, aunque lo intentaran, no querían heridos. Cuando al fin llegaron a la gran Bóveda parecía tener tres códigos para poder pasar.
—Vamos ábranla – Ordeno el hombre detrás de Nowaki empujándolo con el arma, los otros dos hicieron lo mismo, los tres dudaron pero no podían intentar nada con esa personas. Se abrió la primera puerta, los tres avanzaron así la segunda puerta, así hasta la tercera pero antes de abrirla.
—Esperen— Ordeno la voz— ustedes dos para atrás, le ordeno a Takano y Akihiko— ahora tu ábrela lentamente – le ordeno a Nowaki, al estar por detrás se dieron cuenta de que el sospechoso era un tanto bajito.
Al abrir la bóveda, se sorprendieron al encontrar todo como se suponía que estaba.
— ¿Qué dónde están? – pregunto el hombre bajito desesperado.
—Tal vez no era hoy – dijo la voz detrás de Takano, alzando los hombros.
—No puedes ser, esto es humillante, tu camina hacia adelante – le ordeno a Nowaki— sí que eres alto, odio a los altos – se quejó por su estatura— nos iremos pero sin antes, matar a alguien – sonrió para sí, aunque no podían ver por sus máscaras que traían consigo – hoy te toca morir, no es nada personal Kusama Nowaki – el hombre alzó la pistola para darle un tiro certero a la cabeza, Takano junto con Akihiko sorprendieron comenzaron a querer intervenir.
—No se muevan – ordeno la voz detrás de uno de los asesinos – o ustedes también se mueren – respondió la voz.
—Hasta nunca – Nowaki se sentía nervioso, de verdad hasta hay llegaría su vida.
—Que frase la tuya ahora suelta el arma — ordeno una voz por detrás.
—Así que si estaban aquí – no se sorprendió al oír la voz que venía detrás de él, ya que era lo que espera. —Hacia la pared – Grito, Akihiko, Takano y Nowaki junto con Liria se refugiaran en la pared sin perder de vista al recién llegado y a sus captores, para su sorpresa los tres hombres le apuntaban a quien los había rescatado.
—Un gusto volverlos a ver Misaki, Hiroki, Ritsu, los ladrones de La familia — menciono la voz, Misaki junto con Ritsu salieron de su escondite, se pusieron uno de cada lado de Hiroki.
—Los mismo digo, Shinobu, Kisa, Chiaki, Los asesinos a sueldo de La familia — los tres se quitaron sus máscaras para dejar ver su rostro, una sonrisa en el rostro de Kisa, Chiaki sonreía de más y Shinobu estaba serio, Lo seis se apuntaron con sus armas apuntándose, Akihiko, Takano, Nowaki incluso Liria esperaban atentos a su siguiente movimiento.