Se veía el cielo estrellado, en la habitación Miyagi junto con Shinobu esperaban a que Chiaki reaccionara, el silencio se hizo presente después de esa pregunta algo incomoda.
—Ellos Chiaki y Hatori hicieron algo que se declaró un crimen, enamorarse…— había algo en el ambiente que impedía las preguntas, Miyagi no sabía cómo afrontar el hecho de adentrarse mas en ese mundo.
— ¿Eso es un crimen? — reacciono de un momento a otro.
—Si, por que te hace débil, no muestra compasión ante nadie, es mejor mantener alejado esos sentimientos pero ellos no pudieron, así se decidió la muerte de Hatori…
Flash Back
Era la tarde de ese día, se podía apreciar el lugar desde la terraza de aquella mansión donde “La Familia” residía, Chiaki estaba acomodando algunas cosas en su habitación, su próximo objetivo le seria asignado muy pronto.
—Este trabajo es peligroso, pero muy bien pagado además después iré con TORI a pasar un rato — se rio al perderse en sus pensamientos.
—Chiaki aquí está tu nuevo objetivo — era Ijuuin quien había entrado sin tocar.
— ¿Por qué no toca antes de entrar? — pregunto con duda, él era superior por ser hijo del jefe de la organización, mas sin embargo aún no podía perdonar el pasado.
— ¿Qué pasa con esa mirada? Si sigue así puedes terminar igual que Kirishima y flamante esposa sabes… — sin embargo en la mirada de Chiaki no había ninguna expresión.
— ¿Cuál es el objetivo? — ya no quería hablar del tema sí que lo desvió.
—Este — le extendió un sobre — Que te diviertas —dijo con una sonrisa que indicaba nada bueno, salió de la habitación cerrando la puerta cuidadosamente.
—Como molesta — abrió el sobre: solo para darse cuenta de que su víctima era ni nada más que …—Tori ...—susurro mientras intuba pensar en algo conviviente para creer que lo que estaba escrito en la hoja era cierto.
Pero no quería, no quería matarlo porque él lo amaba, lo había descubierto hace relativamente poco, después del incidente de Siria, sin embargo solo habían estado juntos una sola vez por lo demás procuraban se extremadamente estrictos, pues según la ley de la máxima autoridad estaba prohibido el amor y eso quedó muy claro con Kirishima.
— ¿Qué hago? — comenzaba a entrar en pánico, lo sabía debía hacerlo o lo matarían a él, lo que era pero a su compañero de equipo, pero no tenía miedo a morir. Pero si a la culpa de ver morir a otros que si le importaban por su culpa.
— Solo una cosa— salió de su habitación sabía perfectamente dónde encontrar a su víctima o eso esperaba.
Subió por las escaleras de la enorme mansión , se notaba que pronto anochecería, pero eso no era lo importante, lo importante era afrontar lo que pronto acontecería, atravesó a paso seguro el pasillo que lo conducía al despacho, debido a que era líder de equipo de seguro estaría allí como casi siempre.
Cuando llego a la enorme puerta de madera no puedo evitar por primera vez en su vida ponerse nerviosos, el ser asesino era algo simple, las personas que asesinaba eran descocido podrían tener familia más a él no le importaba en lo absoluto, porque no podía importarle el hacer sufrir a otro incluso que lo haría se había encerrado en su fortaleza donde los únicos que importaban eran ellos, su familia.
Toco la puerta.
—Adelante — se escuchó su voz, la voz del hombre al se suponía debía matar, debía desaparecer su existencia de este mundo.
—Tori — hablo entrando con cansancio a la habitación, el aludido estaba sentado en su escritorio, al verse a los ojos ambos sabían lo que sucedería, sus miradas enmarcaba lastima, lastima por su amor que no pudo ser, lastima por el amor llega en el momento menos indicado y cuando pide que llegue.
—No te sientas culpable Chiaki a si tiene que ser — agrego levantados de su escritorio.
—Yo no puedo y lo sabes —le dijo mientras ponía la manos detrás de su espada.
— ¿Y qué piensas hacer? — esa pregunta se la venia haciendo desde que salió de la habitación.
—Una cosa — saco el arma en sus manos, su costumbre era cortar, dejar a sus víctimas desangrándose, ese era su estilo, pero solo por esta vez lo haría con un arma.
—Chiaki — fue entonces que las lágrimas no pudieron resistir a salir, tenía miedo estaba confundido, solo quería salir corriendo pero lo vigilaban, siempre los vigilaban pero eso entonces no le había prestado importancia.
—No digas mi nombre — con voz cortada y temblando con el arma en su mano estaba preparada para disparar.
—Chiaki — se acercó cada vez más, has poder abrazarlo, un abrazo que significaba tanto para ambos, porque sabían perfectamente que ese tal ve seria su final y no podían hacer nada para evitarlo— Te amo — le susurró al oído mientras tomaba con su mano el arma.
—Y yo a ti, ya no digas mi nombre—susurro también, fue un momento en el cual el silencio era lo mejor porque, ¿Qué podría decir?, te amo pero debo asesinarte, porque así lo decido alguien más, porque mi vida es más importante que la tuya.
—Tú eres más importante seguro que nos volveremos a encontrar — esas pobras no las entendió del todo, solo escucho como el arma se disparaba una vez, su sorpresa no se hizo esperar, pero así debían ser las cosas, hacia debía ser y así seria hasta que el momento llegara.
—Tori — se moría el alivio para aguantar el dolor, sintió como un líquido rojo salía de aquel cuerpo que abrazaba.
—Cierra los ojos y pretende que todo está bien — le susurro para que se calma, su brazos le daban la confianza que necesitaba, después de todo ya conocía el final de su historia.
—Cierro mis ojos y pretendo que no pasa nada — así lo hizo, por un momento se olvidó de quien estaba detrás de ellos esperando el momento de actuar.
Se escuchó la puerta del despacho abrirse y dos pares de ojos aparecieron en la escena.
— ¿Enserio? Que patéticos — se escucharon de nuevo un par de disparos, era desesperante más se había hecho al idea de que no pasaba nada, que todo pasaría de un momento a otro, que el maldito de Ijuuin no estaba detrás de ellos en sé momento, riéndose con un sonrisa sínica ante el sufrimientos de ambos.
— ¡Ijuuin! — se oyó la voz de Kirishima, quien llego corriendo.
—Para ser los selecto para remplazar al jefe son unos completos sentimentales — hablo mientras observaba con odio a su rival.
— ¿Cómo pudiste? No te vasto con — le grito mas no pudo continuar.
—No, no descansare hasta verlos destruidos.
Antes de siquiera poder amenazar solo pudo ver como Kirishima lo golpeaba con algo que no reconoció, un bate tal vez, le pego en su cabeza. Al instante cayó al suelo inconsciente.
—Chiaki, será mejor que te vayas — Kirishima tenía que ponerlo a salvo de lo que se vecina.
—Ambos son traidores, ya es suficiente — le miro con pena.
—Adiós Tori — y sin decir más lo soltó con una fuerza de voluntad inmensurable, tenía que hacerlo por el bien de todos, lo dejo… después de eso simplemente seguido con sus actividades normales.
Fin
— ¿Qué se supone que paso? — Miyagi seguía sin entender bien la situación, el amor no es tan malo.
—Si Chiaki no lo hacía, los tres seriamos acusados de tracción y seranos desterrados al igual que Kirishima y Yuu, aunque Hatori sobrevivo lo más seguro es que nunca despierte, este plan esta trazado para que el Imperio nos conceda la libertad de irnos sin tener que dar ningún sacrificio — hablo firme.
— ¿Creen poder conseguirlo? — no se le hacía nada de gracias preguntar pero tenía que hacerlo.
—Si no moriremos en el intento, el matar no es tan divertido como dicen —
Después de eso no hubieron más preguntas, porque ahora lo entendía, ellos solo querían una vida normal, todo eso lo sabía por que estuvo en Siria se imaginó que fue por ese suceso, Miyagi ya calmado como el sabia analizaba a detalladamente la situación en la que se encontraba, pronto tendría más respuestas.
Pero mientras unos se ponían sentimentales otros intentaban no hacerlo.
— ¡Ya pues Misaki deja de molestar!— le decía Ritsu mientras intentaba quitárselo de encima.
— ¿Soy una molestia? — Se hizo a un lado — Ritsu eres un demonio… o tanto como Hiroki pero si una muy grande, mientras Hiroki termina de hablar con su amigo imaginario yo me voy no quiero verte —
—El baño no es un escondite — le grito una vez cerrada la puerta.
— ¿Y qué? Es mi escondite— Ritsu comenzaba a pensar si de verdad era buena idea dormir siempre los tres juntos, ya sin ánimo de tirar la puerta puesto que el también necesitaba usarlo decidió salir al baño de abajo.
Camino lento, no tenía prisa por llegar pero algo de ansiedad si sentía, que alguien lo seguía, cuando llego entro al baño sin embargo no contaba con que alguien tocara.
—Está ocupado — dijo sin ánimo.
— ¿Enserio? — esa voz….
— ¿Qué quieres? — estaba asustado, desde aquí no habían hablado mucho casi nada, no sabía cómo poner ese sentimientos en orden.
—Algo sobre su líder Kirishima — eso lo sorprendió.
— ¿Y tú que quieres con él? — se nota el infando en sus palabras.
—No te pongas celoso — eso parecía ofenderlo.
— ¿Quién esta celoso? Yo no eh! — aclaro mientras iba de un lado a otro en el baño.
—No me digas, vamos solo quiero hablar un momento — la perilla de la puerta comenzaba moverse.
—Estoy en el baño respeta — fue lo único que se le ocurrió, aunque estuviera parado debía inventar algo para que se fuera.
—No, además ya vi todo de ti no hay por qué sentir vergüenza— del otro lado un ladrón comienza a querer convertirse en asesino.
—Eso… eso solo fue un desliz del momento no te creas tanto — dijo con voz entrecortada tenía que ser muy cuidadoso con lo que decía.
—Quiero saber del pasado de tu amigo Kirishima, porque es por eso que no admites que te gusto — le dijo muy convencido.
—Lo que paso con Kirishima…— se hizo un silencio — fue aterrador eso es todo —
— ¿Por qué no me cuentas? — si no fuera por la puerta que hacia estorbo lo estaría consolarlo o al menos ver su mirada, la expresión de su rostro.
—Ahora lo entiendo, somos tan frágiles, ahora lo entendiendo, un sin fin de lágrimas, somos tan frágiles y no lo había notado— de pronto esas palabras salieron de la boca de Ritsu — eso fue lo que dijo Kirishima el día que por primera vez se derrumbó…