Akihiko quería preguntarse a si mismo muchas cosas, como por ejemplo: ¿Qué tanto estaban hablando Misaki y Takano?, sería una molestia no saber de lo que estaban hablando por lo que pidió a su pareja de baile que dejaran de bailar. Al parecer Hiroki entendió muy bien la petición y lo dejo ir, ambos no cruzaron palabra alguna, vaya que para ambos era difícil la comunicación.
Camino entre la multitud hasta llegara a donde se encontraban bailando.
—Necesitamos hablar y no es un petición —lo tomo por la cintura para poder llevarse de la fiesta, Takano se quedo un poco abrumado por el comportamiento de su compañero. Más entendía el sentimiento de no querer que se le acerquen a lo que es tuyo.
Misaki quien ya estaba más que harto de esa situación intento zafarse a través de quejas que no eran escuchadas. En el fondo era feliz, no tenía porque atacarlo y sabía perfectamente que el otro no le haría nada, por un momento al mirar hacia la persona que lo estaba jalando pensó en que sería divertido verlo en un día normal en su casa, se pregunta ¿Como seria? La vez que fueron a su mansión se notaba que estaban de vacaciones pues aunque tenían muchas coas no había ninguna fotografía de nada.
—Ahora dime algo…—
—Algo — sabía que no se la tenía que poner fácil, de alguna forma debía salir de la situación en la que se había metido desde hace ya algún tiempo.
—He tenido paciencia contigo, enserio que la he tendió, mira que no todos los días ando persiguiendo personas — no iba a soltarlo por nada del mundo.
—Mira que yo también lo he sido, no de que Chiaki te matara un par de veces…— dejando eso de lado pudo observar que el aludido estaba sentado de una forma peculiar. —Chiaki… — camino hacia a él. Sentado en un acalle que parecía estar en la penumbra, pudo divisar fácilmente que tenía las manos en su rostro, se puso tenso al pensar que el mejor asesino estaba llorando. — ¿Qué sucede? — pregunto poniéndole la mano en el hombro.
—Hatori… Hatori se murió — no pudo moverse de un momento a otro, eso era imposible.
— ¿Cómo, como lo sabes? — ya podía imaginarse el por qué de su muerte, seguramente alguien lo había asesinado.
—Kirishima me lo dijo esta mañana, yo solo quise pasar un buen rato…quería olvidar que el ya no está conmigo y los arrastre a esta ridícula noche, pero en realidad soy un egoísta que solo piensa en sí mismo — Tenia la vaga sensación de estar en medio de una encrucijada.
—Lo siento tanto — abrazo como pudo a su amigo.
—Ni si quiera puede despedirme — susurro sintiendo culpa por no poder estar a su lado — Fue mi culpa, yo… yo… no puedo arrepentirme de salvar a Hiroki pero no puedo aliviar esta culpa… Yo lo mate — sus palabras resonaban en e la cabeza y corazón de Misaki, debió ser duro para su amigo depararle a la personas que amaba sabiendo que el aceptado con gusto la muerte para protegerlo.
—Hatori te amaba, realmente te amaba… seguramente él no quería que sintieras tanta culpa por sus decisiones — aseguro a su amigo.
—No hay nada que pueda hacer, murió y ahora me he quedado con no más que recuerdos, Misaki yo solo quería estar con él, en toda mi vida había pensando en que matar era algo malo… lo necesito, lo necesito para que me diga que es lo que está bien y lo que no, yo no quería cometer más errores, lo necesito tanto…. ¿Por qué tuve que matarlo? — sus dolor se hacía presente en lagrimas, escalofríos recorrían su cuerpo que estaba lleno de pena por su perdida. Tenía la amargura de saberse no menos que una mera existencias, se preguntaba por qué razón debía sufrir la persona que amaba, el con gusto también prefería dar su vida por él.
—Creo que…—
—Pero te aseguro que ustedes si va a ser felices — se levanto de golpe — No es momento de estar llorando— se tranquilizo como el asesino frió y calculador que era.
—Chiaki—
—Ya es suficiente del pasado, hay que concentrarse en el presente y por ahora te pido que te cuides, probablemente muchos mueran pero… pero valdrá la pena si podemos alejarnos de aquellos que no nos dejan se libres — su dolor era el que hablaba en ese momento. Lo único que le quedaba en ese momento era lo que consideraba como su familia y de ninguna forma — Y asolo los tengo a ustedes por favor no mueran — le abrazo, un abrazo que pedía ser correspondido.
—Lo intentare — se soltó para que Chiaki se fuera, sabía que necesitaba estar solo, no podía correr la noticia que este le había ido, se suponía que todo debía salir de acurdo al plan y ahora las cosas se estaban poniendo bastante difíciles.
—No lo intentes hazlo, el no es el único que te necesita —Akihiko quien estaba a su lado pudo ver en su rostro preocupación e inseguridad, no podía reclamarle nada a un persona que jamás le había dicho que lo necesitaba.
— ¿Quién más me necesitaría? , mi hermano me odia, todo en mi mundo gira en torno a mi familia y esta parece que cada vez estoy más cerca de perderla.
Lo soltó despacio para poder tomar sus manos, unas manos que a pesar de todo eran suaves.
—Yo te necesito —las palabra necesitar podía tener tantos y ningún significado.
—Pues lo siento, no creo que pueda quedarme — debía ser sincero como siempre se lo habían enseñado.
—No necesito que te quedes, solo voy a perseguirte, hasta el fin del mundo y otros si es necesario — sus palabras llenaban a Misaki de vergüenza, nunca antes había tenido que ver por otros, lo hacía pero inconsciente.
Decidió decirle algo que el necesitaba que supiera, solo por si llegaba su final.
—Eres valiente ¿Cierto? — Pregunto con cierta tristeza — Este sentimiento no estaba destinado a durar y lo sabemos — Misaki no era del tipo de persona que andaba diciéndole a quien se encontraba que podría ser que tuviera sentimientos hacia él. Pero sabía que esa era la última oportunidad para decirlo.
—Tú pareces querer alejarte de mí, pero en vez de eso cada vez estamos más cerca. En este tiempo me he dado cuenta de que independientemente de lo que digas sin dudad nos volveremos a ver—le enfrento poniendo sus dedos entre los suyos y acercándolo cada vez más a él, Misaki tenía tanta confusión en su cabeza que en ese momento ni si quiera sabía lo que estaba haciendo en ese momento.
—Eso no sucederá, no después de mañana. Por favor no hagas esto difícil por decirlo de alguna manera — pidió poniendo su manos en su pecho para impedir que el otro se acercara.
— ¿Estás seguro? — a veces solo con solo mirar esos ojo verdes sabía que no debía hacerlo, que si lo dejaba ir en ese momento seguramente jamás lo volvería ver. Tenía tanto miedo de que eso fuera cierto que ya no podía ponerse a pensar claramente.
—Solo déjame ir, solo vuelve a ser quien eras — si había algo que le molestaba al chico era que él se había convertido en un molestia. Justo como dijo su hermano, el no tenía derecho a ser feliz; jamás tenía que serlo.
—Lo extraño es que ti creas que de alguna forma vas a convencerme de alejarme — menciono al final atacado esos labios que estaban tan cerca de los suyos — eso no pasara ladronzuelo, yo quiero algo de ti y voy a obtenerlo — miro directamente a esa expresión sonrojada, ¡Vaya que era hermoso!, a pesar de ser un ladrón para suerte no era un asesino si no seguramente debería cuidarse.
— ¿Qué quieres de mi? — la timidez le estaba ganando, no había tenido la suerte de tenerlo tan cerca. Esperen, si lo había tendido así de cerca, que mal momento para recordar algo que había pasado sin que pudiera pensar muy bien la situación — Pero suéltame no… — su voz su voz sonó bajito.
—Eres adorable — lo apretó mas contra él, sonrió al notar que el otro no hacía nada para romper el contacto, vaya que era una de esas personas tan sinceras que si no fuera porque lo vio robarse sus cosas no creería que pudiera matar una mosca, todo en el era sorpresa andante, nunca había tenido la fortuna de encontrar una persona como Misaki, el solo mirarlo le daban ganas de protegerlo, de amarrarlo como fuera.
Quería que se sintiera amado, por primera vez no sería el centro de atención si no la persona que estaba en sus brazos.
— ¡No lo soy! — Esta vez estaba más que ruborizado — Ningún hombre es adorable además más te vale que sueltes mis manos— soban amenazador a pesar de que en realidad no había tendió la intención de sonar tan nervios.
—Si lo eres, para mí lo eres y con eso basta. ¿No crees?— pregunto de nuevo sosteniendo sus manos — Algún día nos volveremos a ver si nos separamos, por eso no, no voy lamentar el haberte conocido, puede que ahora no sea el momento , pero llegar a el día en que lo sea y ese día irremediablemente llegara , te lo pudo asegurar — beso su mano, su mirada se posaba en esa persona que ahora estaba temblando de los nervios — No lo dudes nunca — por primera vez Misaki aceptaría esa promesa, si se llegaban a separa, algún sin duda se volverían a encontrar.