Paris: 6:30 pm
Era hora de comenzar, ya no podían dar marcha atrás, este sería su último intentar por derrocar al Imperio, pero principal entente a quien tanto daño le había causado, el silencio los tenía a todos pensativos. Kirishima era quien mas estaba en una posición seria, realmente quería no llegar a tales extremos pero dado el caso las cosas ya no podían ser de otra manera, solo pedía que su hija estuviera bien ,que de esta guerra ella saliera ilesa y tal vez en algunos años volver a verla ya hecha una mujer.
—Es la hora — anuncio Aikawa, ella los ayudaría a sabiendas que las cosas podían terminar muy mal para ella.
—No importa lo que pase, en todo casi nuestro objetivo es encontrar al líder y solo los miembros de la organización saben que es lo que queremos saber — todos le mostraron entender — Chiaki ¿Estás seguro de poder? — pregunto al verlo sentado con mucho esfuerzo.
—Por supuesto, ya es tiempo de matar o morir — todos sabían que se refería a An, seguramente se una de las pocas veces en que se pondría serio para combatir contra alguien, aunque a pesar de todo ya era una asesino.
—Solo tenemos dos horas, Hagámoslo — e inmediatamente la operación empezó justamente a las 7:00 pm.
Mansión Principal 8:30 pm
Los organizadores recién comenzaban a llegar, los globos, mesas, silla, adornos, decoraciones, comenzaban a ser puestas en el patio principal, al parecer todo era un color rosa claro, las flores eran colocadas con precisión en lugar adecuado.
En una de las tantas habitaciones se encontraban Hiyori junto a la persona que se encargaría de vestirla pues obviamente su madre no se encontraba en ese momento.
—Hola pequeña — Asahina le miraba tiernamente, ya casi estaba lista, solo faltaban unos retoques a su peinado, incluso el vestido era hermoso, todo lo que una princesa pudiera desear.
—Mira, hoy me veo más bonita de lo normal — sonrió al verse en el espejo.
—Pero siempre eres bonita, te estaré esperando abajo ya casi comenzaran a llegar los invitados— ya solo faltaba que llegaran esas personas, esas extrañas y maliciosas personas.
Caminando por los pasillos se encontró con alguien inesperado, se notaba que ese chico necesitaba ayuda por que al verlo noto que estaba riéndose por dentro.
— ¿Qué haces aquí… Ishi? — enseguida el otro respondió a base de su libreta.
—“Checo que todo salga bien”—
—No es necesario, para eso estoy aquí —
—“No me interesa”—
— ¿Por qué no vas a recibirá tus amigos? —
—“No son mis amigos, son Familia ¿Recuerdas?”— A Asahina le estaba pareciendo extraño su forma de actuar —“Igual y no importa”— sin escribir nada más se fue, en ese momento escucho aplausos de los invitados que ya se encontraban en el jardín, por el sonido las palmas tan animadas podía percatarse que esas personas al parecer ya estaban ahí.
En el jardín todo estaba esperando ese momento, en el que uno de los mayores lideres de Japón llegara al lugar. Cuando todos los vieron llegar con su porte de grandes empresarios no pudieron evitar admirarlos por lo grato que era tener su presencia.
Quienes llegaron: Takahiro, Ijuuin, Risako.
— ¿Entonces? — pregunto Takahiro al notar que entre los invitados aun no estaba la loca de An.
—Vamos a divertirnos, no por nada estamos aquí — la chica estaba tan emocionada por residir esas miradas que le hacían sentir grande, muchas mujeres deseaban ser ella, y al saberlos, Risako solo se limitaba a mostrarles que jamás lograrían competir con ella.
—Esto será interesante, ¿A caso no te mueres por ver a tu querido hermanito? — Ijuuin sabía perfectamente que al mencionar a su hermano seguramente Takahiro pondría esa cara de ofuscado que le causaba tanta gracia.
Enseguida saludaron a ese montón de gente que no conocían y que nunca en su vida habían escuchado hablar de ellas, aun así debían ser amables.
Los invitados, no solo esperaban verlos a ellos si no a muchos de los integrantes de aquella gran organización, los cuchicheos de las mujer no se hicieron esperar, algunos murmuraban cosas buenas, pero otros no limitaba a murmurar si no a asegurar que “El Imperio” estaba por caer, que ya faltaba poco para que esas personas se fueran a la quiebra.
Las sorpresas no dejaron de aparecer cuando por fin Kohinata An apareció junto a Tsumori, ambos lucían elegantes como la mayoría de los presentes e inmediatamente se volvieron a escuchar los aplausos, el jardín comenzó a iluminarse pues la noche ya casi estaba por llegar. Una columna de luces se dejo ver a lo largo de todo el jardín, dándole incluso un toque romántico a la noche.
Todos disfrutaron del mágico momento, Asahina por si pare solo observa atento a cualquier movimiento sospechoso que pudiera ocurrir, más cuando en medio de tanta gente no sabía quién era aliado.
Pensaba en las posibles formas de proteger a Hiyori, debía ser cauteloso con cada movimiento que hacía, con dificultad aparto la mirada de la ventana solo para encontrarse a la hermosa princesa del cumpleaños, esta le miraba con una gran sonrisa, se notaba la emoción en sus ojos, como desearía que ese día fuera realmente especial.
—Te vez hermosa cariño — el cumplido era sincero, la pequeña lucía un vestido rosa con encajes a los lados, su penado consistía en unos pequeños caireles que caían hasta sus hombros, esa noche parecía brillar solo para ella.
— ¿Estás bien papi? — era baste receptiva en cuanto a su padre se trataba ya que él era quien había pasado la mayoría de su vida, este solo la miro un poco antes de poner la mejor sonrisa que podía.
—S, solo me llena de emoción que ya seas mayor — tomo su mano en señal de que quería que estuviera segura, seguramente con el paso de los minutos no podría estar más nervioso, esa ansiedad que lo carcomía por dentro no podía dejarla a un lado aunque quisiera.
Al fin salieron ambos para anunciar el inicio de la fiesta, las caras de todos enmarcaban una sonrisa que mas de alegría era de alivio, Asahina comenzó a caminar junto Hiyori guiándola para que esta no se callera debido a los zapatos que en ese momento usaba.
Caminaron por en medio de los invitados, saludando a uno cuantos con respeto y falsa alegría o fingiendo conocerlos, les tomo algo de tiempo llegar al pódium que estaba en una de la esquinas del jardín Hiyori no pudo evitar buscar a su madre, mas esta no apareció por ningún lado, la desilusión en su ojos era bastante notoria, pero por ahora se conformaba con tener a su padre a su lado.
—Hola mi querida nieta — en el público no pararon de voltear para ver de quien se trataba, era la estrella de ella noche— ¿No me recuerdas? — de entre la multitud un hombre de edad madura le hablo, enseguida sus miradas de sorpresa no se detuvieron, este sin mirar a nadie más que ala pequeña que estaba en el pódium se acerco para saludarla.
—Usami Fuyuhiko—esa no era novedad, pero el que apareciera tan pronto no era buena señal.
—Lamento a ruinar la noche, quería es hora de irnos, o esto se pondrá feo —
El estruendo del vidrio rompiéndose no podía causar más temor, de la nada un hombre salió volando.
— ¿Qué pasa Chiaki? , No te esperabas eso — con clara alevosía lo tomo de la cabellos, con nada de cuidado lo sometió para que este no se moviera.
No supieron en qué momento un monto de hombre armados aparecieron en la fiesta, y no venían solos, acompañándoles estaban todos aquellos que intentaría derrocar al “Imperio”.
— ¡Padre!, ¿Qué significa esto? — Akihiko quien era sujetado por dos hombres intentaba reclamar, mas no podía moverse.
—Una mejor pregunta es ¿Qué haces tú aquí Nii-sama? — la amabilidad disfrazada de un odio que podía sentirse hablaba.
Bajo por las escaleras siendo la atención de todas las miradas, muy pocas veces había sido vista en público, no después del accidente en el que su familia se vio involucrada.
—Kaoruko Usami — susurro uno de los presentes e inmediatamente dieron un paso un paso atrás, La chica vestía elegantemente de negro, un vestido que llegaba hasta el suelo y su pelo estaba cortado hasta lo hombros, pero había algo en ellas que resaltaba más que el hermoso vestido o aquellas lujos joyas, eso era lo que todos veían con algo de miedo, la cicatriz que tenía en su rostro le cubrir la mitad del lado izquierdo.
Pero no venia sola, a su lado estaba Mizuki quien tenía cara de pocos amigos y una persona que al igual que ella solo se dejaba ver en ciertas ocasiones; Mino, al parecer los tres estaban a punto de hacer algo que ni si quiera los invitados parecieron prevenir.
— ¿Qué sucede? — Pregunto la chica al ver como todos se quedaban en total silencio — ¿A caso no es una fiesta de cumpleaños? , ¿Dónde está la festejada? — Kirishima se puso tenso al escuchar que pedía ver a su hija. —Ah, con que eres tu…— observo a Hiyori por un momento, esta solo se quedo quieta en su lugar, no le daba miedo la cicatriz de aquella persona, no, lo que la aterraba era la forma en que la miraba, como si estuviera esperando el momento preciso para atacarla. —Pero a quien tenemos aquí, si es mi amiga An — esas dos no se habían vuelto a ver desde el accidente, enseguida An se levanto del piso donde mantenía sometido a Chiaki para ir a hacer unas cuantas preguntas.
— ¿Qué haces aquí? — esa tal vez sería una de las pocas veces en las que la chica se mostraba seria, al acercarse Kaoruko le dio el abrazo que tanto esperaba, pero en cuanto más se acercaban esta le susurro algo al oído que solo pudo escuchar la misma An por su cercanía.
—Visitando, al parecer se han estando divirtiendo sin mí y eso no se vale — camino observando a todos los presentes, hasta que encontró a una de las persona que tanto ansiaba ver. —Hola Shinobu… ¿Sigues teniéndole rencor a tu hermana? — eso provoco que inmediatamente el otro intentara atacarla, pero como estaba siendo detenido por uno de los encargos de seguridad nos e pudo mover.
— ¿Qué pasara ahora? — la voz que pregunto estaba bastante molesta, y no era para menos, ni si quiera pudo completar su parte del acurdo.
—Iremos de vacaciones como la familia que somos— agrego — Pero solo quienes son realmente de la familia, además de que no queremos a la policía en esto — movió uno de las manos para indicar que todos se movilizaran.
Todos los pertenecientes a la familia fueron llevados inmediatamente dentro de la casa.
— ¿Y a los otros? — uno de los guardias necesitaba saber que hacer no solo con los intrusos si no también con los invitados.
Solo pensaba en las pocas posibilidades que tenían de salir vivos, ahora que conocían al verdadero rostro que acompañaba el dolor junto a la amargura, una persona que jamás se había mostrado y que incluso sorprendió a Akihiko, jamás pensó que su familia estuviera realmente involucrada en ese asunto, ni si quiera un momento le paso por la cabeza.
— ¿Por qué? — esa mirada no le parecía más que de pena.
—Akihiko — ella no era la persona que siempre había conocido, simplemente no podía concebir en su cabeza eso — Me das pena y pensar que una vez te admire — la decepción en su mirada estaba cargada de soledad, una soledad que jamás había notado.
—Vámonos — Mizuki ni si quiera miro a quienes ahora eran sometidos, todos en la fiesta estaban asombrados por la revelación que habían sufrido hace unos momentos.
— ¿A dónde…? — con mucha dificultad Takano puedo pronunciar palabra.
—Es hora de que todo termine, Hallen-Hill nos espera, nos ha estado esperando desde hace tanto…— enseguida todos los rehenes comenzaron a caminar.
Nowaki no podía dejar de lado su rabia al no poder hacer absolutamente nada por ayudar, al contrario habían sido utilizados para que nadie opusiera resistencia. Se sentían las personas más miserables del mundo al verlos caminar hacia su inevitable confrontación con un pasado que estaba destinado a repetirse.
—Mátenlos a todos en cuanto nosotros no vallamos — el hombre solo asintió, los invitados involuntariamente comenzaron a correr, de ninguna manera permitirán que los asesinaran así nada más.
La gente no pudo conservar la calma como en cualquier otra situación, sin pensarlo dos veces muchos de ellos corrieron a todas direcciones intento salir de la mansión, principalmente corrían hacia la misma donde seguramente encontrarían una salida, enseguida los hombre soltaron a los policía e infiltrado y comenzaron la operación.
Kaoruko solo poda verlos de lejos, era hora de que su plan diera sus frutos, un plan que le costó la vida de su familia y una cicatriz de por vida. Fue entonces que escucho una explosión proveniente de la mansión, esta había sido volada en pedazos, la gente que una vez busco refugio en aquel lugar, ahora solamente buscaba salir del, el fuego que emanaba de ella hacía que el calor quemara lo suficiente como para en unos instantes estar calcinado.
Enseguida Yokozawa se levanto y le indico debían apresurarse a salir de ese lugar, ya no era seguro, no solo les tenían vigilados desde hace tiempo, si que también habían sido parte del plan maestro desde un principio, cada detalle que ellos pasaban por alto era un detalle que inminentemente era clave para darse cuenta desde un principio de la trampa.