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ROBARE TU CORAZÓN por Aria Kimiharu

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Parte III

Mariposas y Huracanes

 

Si tan solo hubiese sido como él, entonces no habría hecho todo lo que hiso, si hubiese sido q como él habría ´podido quedarse al lado de la persona que amaba, sin tan solo hubiese sido el… no tendría sobre sus hombros aquella maldición Que atormentaría. Si tan solo hubiese sido el…

 

 

Hallen-Hill – El libro de los Amantes

Antes de que la tragedia comenzara, antes de que esa mujer apareciera, antes de eso… Existieron dos mejores amigos, dos personas que hablaban de todo, dos personas incapaces de traicionarse, esas dos personas tenían algo en común y ese era: El amor a los libros.

El pueblo en el que vivían era tranquilo y no tenía gran complicación, los libros, cuáles eran su mayor adoración  tenían muchos años de estar en la familia.

Una tarde como cualquier otra uno de los ayudantes de la casa encontró en el cobertizo una caja, la cual le dio al hijo del dueño, este al verlo solo pudo ver que era uno de los libros que su padre le dijo que no abriera por nada del mundo.

—Déjalo donde estaba, por ahora no lo necesitamos — sonrió devolviéndoselo. Pero aquel trabajador era curioso, tal vez demasiado, en un intento por descubrir sus secretos se lo lleco sin permiso. Quizá solo quería ser un poco más culto, al igual que su amigo el pintor.

El siempre había sido una persona tranquila y trabajadora, desafortunadamente su amigo había tenido que salir ese mes del pueblo por cuestiones de trabajo. Lo raro fue que no volvió en un mes, al contrario parecía que no tenía ganas de volver.

Se pregunto muchas veces el, ¿Por qué no volvía? Y no obtenía ninguna respuesta a su pregunta. Hasta que después de tres meses el volvió con alguien que conocía perfectamente, un viejo amigo de la infancia que había tenido que mudarse por cuestiones del trabajo de sus padres, su sorpresa al verlo fue tal que solo pudo correr a abrazarlo.

— ¡Eres tú!— lo abrazaba con tanta emoción que no se dio cuenta de que su amigo lo miraba extrañado. —Pero… ¿Qué haces aquí? — cuando pregunto eso, ambos dieron un paso atrás y sonriendo le dijeron que iban a casarse…

Ellos no sabían que no solo compartían su amor por los libros si no también su amor a hacia su mejor amigo de la infancia. Su sonrisa un poco amarga les sorprendió.

— ¿Estás bien? — pregunto el recién llegado,

—Sí, solo que me ha tomado por sorpresa…— era obvio que lo tomara de una manera poco favorable pero aun así sabían que tenía la intención de desearles lo mejor.

Pero las cosas no fueron como lo esperaban, el se quedo a vivir en el pueblo, un par de meses después el recién llegado comenzó a sentirse muy enfermo , tanto que no podía distinguir a veces entre sabores, se la pasaba todo el día en cama sin hablar ni decirle nada a nadie.

Sin embargo algo que siempre estaba con él era un extraño libro, donde escribía acerca de lo que sentía en ese momento en como el tener al amor de su vida y a su mejor a migo a su lado le hacía feliz. El titulo era “Hallen-Hill”, ambos querían que él se repusiera, fuera el mismo de siempre, pero eso no paso. Al contrario de todo pronóstico su estado de salud fue empeorando a tal grado que ya no podía moverse, donde las lagrimas por el dolor ya no eran opción, más bien era un estado mínimo para el sufrimiento.

La felicidad e una boda se fue opacando con la incertidumbre de una enfermedad que nadie podía curar… el médico del pueblo hacia lo que podía, mas no tenía  un tratamiento para tratarlo de forma correcto.

Un día sin avisar fue a visitar a sus amigos, estos no se percataron de su presencia, pero este escucho cierta conversación que le impacto en el fondo de su corazón.

 —Anoche tuve un sueño, un sueño en el que estábamos lo dos — decía dócilmente.

— ¿Y que mas? — vio como se sostenían de la mano.

—En como tuvimos una oportunidad de amarnos, pero eso ahora ya no puede ser… Voy a morir — menciono con un tono de lastima.

— ¿Qué puedo hacer? , Dime ¿Qué puedo hacer para que esto dure para siempre? —las lagrimas que derramo esa tarde fueron de más puro dolor por saber que  la persona que amaba se estaba muriendo.

Tomo un momento para reflexionar sobre las cosas que nunca dijo, sobre aquellas  que se quedarían en un estado estacando ya que no tendría otra oportunidad para decirlas.

Espero en silencio en otra habitación, sabía que esa noche su amigo tendría que salir para ver a  una persona que le ayudaría a tratar asuntos con los negocios de su familia.

Entonces como si de verdad estuviese cometiendo un crimen se acerco a la habitación de su amado. Lo vio dormir tan plácidamente que no dudo en acariciar aunque sea un poco su mejilla, este al sentir el frio contacto de esa mano se despertó. No se sorprendió de ver a su amigo si no la forma en que este lo miraba.

— ¿Qué sucede? — pregunto medio dormido.

—Te amo —

Y con eso se dio cuenta del porque su amigo estaba cada vez más distante.

—Lo eres todo para mi, por favor elígeme a mi — pido entre lagrimas mientras le miraba con tristeza.

—No puedo — aseguro mientras sentía como el alma se les escapaba del cuerpo.

—Entonces no te daré opción — en ese momento no estaba pensando en nada realmente, tenía que confesarse pero esa no era exactamente la mejor manera, no escucho nada más que sus pasos en la escalera.

— ¡Espera!, ¿Qué estás haciendo? — le grito mas este seguía sin escuchar.

Ya estaba en la puerta de la casa cuando un ruido sordo se coló por sus oídos, por un momento pensó en no darse la vuelta, pero cuando menos lo pensó lo hizo… verlo hay tirado en el piso escurriendo sangre de su cabeza le dio la señal de que se había cada de las escaleras.

Se acerco corriendo hacia él, mas este ya no respondía, intento moverlo pero este solo tenía los ojos cerrados, de pronto escucho pasaos en la entrada ese obviamente era su otro amigo que al ver la situación corrió a auxiliarlos.

— ¿Qué paso? — pregunto muy angustiado. El simplemente dijo:

—No lo sé — posiblemente esa era su nuca oportunidad de ser sincero con él, pero no quería que lo odiara. Inmediatamente fue llevado al hospital del pueblo, donde las malas noticias no se hicieron  esperar.

El doctor los miro a ambos. Con la mirada agachada les dijo lo inevitable.

—Murió… —ambos no sabían cómo reaccionar, todo ese tiempo pensaron que él podría recuperarse, pero al final la enfermedad no lo mato sino más bien una caída. Su amigo se veía tan angustiado que no tuvo de nuevo el valor de decirle que efectivamente había sido su culpa.

El funeral fue triste, demasiado para el pero necesario para otros, quiso tantas veces pedirle perdón a su amigo por lo que causo su confesión, pero nunca pudo hacerlo. Al poco tiempo su amigo partió de nuevo ya que debía hacer otras coas, dijo que volvería y el siempre cumplía con sus promesas.

Pero su dolor, el que no podía expresar por la culpa lo estaba matando lentamente, no quería aceptarlo pero necesitaba pedir perdón.

 —Sr. — se sorprendió al ver a uno de sus trabajadores en la puerta — quería decirle que tome esto sin permiso, pero se lo devuelvo — miro por un momento aquel libro, lo reconoció por la portada y como sud e una oportunidad única se tratara lo tomo y no dijo nada más.

Esa noche se encerró en su habitación, necesitaba pensar en lo siguiente que haría , al ver el libro descubrió que eran una especie de rituales para muchas cosas, fama, fortuna, amor — Si lo hubiese visto antes, al o mejor el no estaría muerto— intento poner eso en segundo plano hasta que… uno de los conjuros más peligrosos apareció:

La posibilidad de traer a alguien de la muerte.

No, eso era imposible, no podía ser cierto.

Valía la pena intentarlo… Tal vez.

Raramente hacia cosas por impulso pero esta vez que un impulso era una necesidad. Hizo conforme al libro, hizo todo lo que decía sin saltarse nada, quería entender el por qué, el cómo fuera, quería pedir perdón. En la parte final se pedía un objeto, un objeto amado por la persona muerta, este no lo pensó dos veces y fue por el libro que se escribió en el lecho de la muerte de su amigo.

En el contenía grandes historias, al igual que grades dolencias. Hizo demás cosa hasta que solo quedaba la parte del sacrificio, una gota de sangre bastaría. Suponía que todo era gran mentira pero ya no podía simplemente en pensar en cuanto se lamentaba.

Fue como si de pronto el clima se congelara, pero no sintió ni vio a alguien a su lado. Si realmente debía ser una mentira.

—Hace apenas unos meses  alguien me convoco. ¿Y ahora tu? — para su sorpresa realmente había alguien en la habitación. — ¿Alguna vez has pensando en las consecuencia que traerá esto?, en, ¿Lo que puede significar el traer a un muerto a la vida?… se necesita un sacrifico total…— no podía verla pero estaba seguro de que era una mujer.

— ¿Qué quieres a cambio? —

—A todo el pueblo… este pequeño condado sufrirá las consecuencia de traer a  alguien a la vida — eso no era bueno, sacrificar a todas esas personas inocentes no era algo que él quisiera hacer — Piensa en lo que estás haciendo…—

— ¿Sufrirán mucho? —

—No morirán en sí, pero estarán malditos… todos aquí sufrirán tano que sus almas no irán a ningún lado — sonrió.

—Necesito verlo, lo necesito…— con eso basto para que aquella mujer le mirara sorprendida, ralamente ese pueblo estaba plagado de gente sin cerebro o demasiado concentrada en sus propios sentimientos.

—Entonces. Dile a la obscuridad que te lo devuelva…—

— ¡Devuélvemelo!, ¡Por favor devuélvemelo!— gritaba con desesperación a esa entidad desconocida.

Sabía que esa noche se celebraría una boda pero ese no era el momento para pensar en ese tipo de cosas. Aunque en verdad que no sabía cómo era que el pueblo estuvo de acurdo, era medianamente sospechoso.

— ¿Por qué me hiciste esto?— la voz la reconoció enseguida, sin embargo algo había cambiado en ella  — ¿Por qué? — sentía tembloroso el voltear a ver lo que había hecho… se escuchaba una forzada respiración.

— ¿Realmente eres tú? — Sintió que algo de alivio se colaba en su alma —Yo…—

— ¡Los muertos no deben regresar!, ¡Yo estoy muerto! — grito de una forma escalofriante, por un momento sintió tanto miedo que no pudo moverse.

—Yo…—

— ¿Por qué me hiciste esto?, ¿Por qué no pudiste aceptarlo? , todo el pueblo será maldito por tu culpa…— sentía escalofríos recorrer su cuerpo, las sobras que inundaban la habituación se hacían cada vez mas grandes ya aquella persona que creyó ver por un momento ahora no era más que un cuerpo vacio.

—Yo solo quería verte una vez más — dijo sintiéndose cada vez mas acorralado por aquel ser que estaba frente a él.

—No puedes entender  que esta será realmente la última vez que sientes paz, todo tu mundo se verá obscurecido  por esta decisión, yo simplemente no puedo quedarme…— cada vez se sentía más débil , debía buscar una manera de no ser visto, el pueblo lo  reconocería inmediato si no se ocultaba.

—Espera… por favor — pedía el hombre sintiéndose culpable. — Yo necesito que…

—Ya tampoco yo podre tener paz — dijo saliendo aquella obscura habitación —Ya no hay nada que puedas hacer… necesito irme

Se quedo sin palabras, sin poder expresar su dolor, sin entender el cómo es había sido tan ciego. Necesitaba algo de él, algo que probablemente jamás obtener… Su perdón

— ¿Qué debo hacer?...— se preguntaba.

—Nada, solo esperar — esa sensación de escalofrió volvió solo que esta era diferente.

— ¿Que quieres? —

—Sabes que tu acabas de maldecir a este pueblo, lo entregaste todo por él y el aun así decidió no quedarse, llegara el día en el que vuelvan a  encontrarse y caundo eso suceda no solo ustedes estarán en el ojo del Huracán, si no también esas mariposas que sintieron cuando se enamoraron… tu nunca obtendrás su perdón—

Quiso decir otra cosa, pero ya estaba hecho. Fu entonces que al fin se dio cuenta de lo que había hecho, todas esas personas, se sentí miserable por condenar a personas inocentes a lo que fuera que hubiera condenado. Corrió fuera de su casa intentando encontrar a  alguno de los dos, pero después de esa noche jamás volvió a verle.

Entonces como si el mal augurio nunca terminara llovieron las tragedias de Hallen. Hill, durante años el estuvo escondido de las mismas, no aceptando que todo ese dolor fuera su culpa. Pasaron muchos años antes de que diera con la solución al sufrimiento de todos. Ya que su amigo jamás volvió, ya que en realidad jamás lo volvió a ver. Quizá el se entero por algún empleado que fue su culpa, no lo sabía.

Ya que todos deseaban morir. Cuando llego a la avanzada edad hizo lo que nunca pensó que podría llegar a hacer.

Incendió todo el pueblo, buscando así que la maldición del pueblo se detuviera, pero que todos sus habitantes intentaban seguir con sus trágicas vidas. Sin embargo solo sirvió para que todas personas se quemaran vivas, deseando venganza contra quien lo hubiese hecho.

La maldición regresaría. Y cuando eso sucediera cada una de las historias trágicas se repetiría solo que con diferente final, porque al fin pueda obtener la respuesta para que su tomento terminara, en algún futuro cuando las historias se repitan el volvería y con el todos aquellos que se seguramente se quedaron atrapados.

La mujer de la maldición estuvo presente en la gestación de su plan, jamás le dijo que debía hacer para sanar su alma, pero la decisión que tomo seguramente sería una de las mejores, ya que de dejarlos los habitas hubiesen cometido varias imprudencia.

Mientras el pueblo ardía en llamas noto en la colina de aquel aun hombre que conocía muy bien, tal vez era su oportunidad de quedarse y ver lo que sucedía en u futuro cuando se dieran cuenta de que:

 

Todos debían morir otra vez.

 

 

—Llegamos —

Anuncio Mino al ver que su jefe estaba perdido en algún punto de aquel lugar.

—Perfecto—

Seguramente, al fin se verían las caras. Una vez más.

Notas finales:

¡Yes! Actualizacion jajaj :D

Gracias a : Irma, Usami Tenshi, jasmin-56, Chiaki 28, Azumi

jaja jaja :3

Dejen sus comentarios:

PD: ¿Saben de que pareja hablamos esta vez? ^^ 

Gracias por leer n_n..!!!


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