Paris era una ciudad bastante compleja, los edificios hermosos y los que en ese momento estaban como león enjaulados en un lugar de en sueño no podían notarlo. Después de la repentina aparición de Hatori los llevo a un lugar que no habían visto jamás, ni si quiera sabían a ciencia cierta cómo es que llegaron a ese lugar comenzaba a impacientar. Llevaban cerca de seis horas esperando a que les dijeran algo.
La habitación estaba completamente en silencio, si bien podía escucharse los paso en la habitación de al lado, no podían escuchar otra cosa que no fuera su propia desesperación. Ya habían pasado cerca de cuatro días desde el incidente en la mansión y con eso un montón de teorías sobre lo que pasaría a continuación se formaba en sus cabezas. Mas la espera en ese lugar, ya no sabían qué hacer para mantenerse calmados.
Todos querían decir algo motivador, pero no había realmente algo que decir. Fue cuando escucharon que la puerta de al lado se abría que vieron salir a Hatori junto a Aikawa, parecían estar algo preocupados.
—Nos recibirá — anuncio la mujer —Quiero que me sigan — pidió con calma.
Al edificio que habían entrado parecía más bien una especie de banco, pero en parís las cosas no eran como se conocen. Todos la siguieron en silencian como queriendo no decir nada que les perjudicara.
— ¿Qué sucede? — Yokozawa tenía una sensación de inestabilidad.
—Ya no queda tiempo… como saben la organización del Imperio está formado por varios sub grupos… sin embargo cada uno de ellos ha ido desapareciendo. Se están retirando — los policías no entendían el por qué de la mala noticia, es decir no hay nada de malo en una organización criminal decida rendirse.
—Pero creí que eran demasiado influyentes — aseguro Yukina al ver que Aikawa se detenía mitad del pasillo por el que caminaban.
—Son tan poderosos que pueden desaparecerse ellos mismo y volver a comenzar otra organización. Lo malo es que esta organización ha perdurado desde que Hallen-Hill se redujo a cenizas, si están despareciendo es porque están garantizando terminar con la maldición… — no quiso decirles nada mas comenzó a caminar de nuevo.
No sabían para donde los llevaba, solo que donde fuera seguramente sería un mal momento para preguntarle, de todos los momentos irreales que habían vivido este parecía ser el más insignificante de todos.
Aikawa se detuvo en una gran puerta de madera.
—Primero debó hablar con él — pidió que esperaran afuera de nuevo, tal parecía que se ponían de acuerdo para decirles que hacer para no molestar. Pasaron cerca de quince minutos antes de que la mujer volviera a salir y les permitiera pasar.
La habitación era bastante extraña, las paredes eran grises, y los muebles blancos. Lo único interesante hay era que había una mesa que era lo suficientemente grande como para que todos se sentaran en ella.
—Hace tiempo que no te veía… — Fue Takano quien inmediatamente reacciono al escuchar esa voz tan familiar. Al ver de quien se trataba casi se muere del susto.
— ¿Tu?, pero… — a pesar de que no tenía previsto verlo ya que se suponía que estaba muerto desde hace cuatro años, aunque en el fondo se alegraba.
— ¿Lo conoces Takano? — Akihiko inmediatamente pregunto, ya que ellos eran amigos y jamás había visto al tipo que recién aparecía.
—Es mi primo, pero murió en accidente hace cuatro años — aseguro sintiéndose más confundido que los propios presentes — pero veo que después de todo muerto no estaba. —
—A todos ustedes los conozco — se sorprendió a cada uno. Enseguida quisieron comenzar a preguntar pero el anfitrión les indico que se sentaran. Cada uno tomo un lugar en la mesa, pensando en que aquel sujeto debía estar loco si los conocía.
—Kuroda. ¿Qué rayos está pasando? — pregunto ya un poco mas enojado porque ahora más que nunca se estaba exasperando de no saber que estaba sucediendo.
—Esto es bastante difícil de explicar, ustedes conocen mas o menos la historia de Hallen-Hill, el cómo esta tienen que ver con el presente es muy fácil de deducir…— enseguida Miyagi respondió sintiendo que debía a hacerlo.
—Reencarnación… eso es imposible — cada uno con sus dudas sobre el tema, se estaba preguntando qué otra cosa más loca podía ocurrir.
—Pues están en la correcto, esa es la razón principal que los trajo aquí esta noche — con calma miro a cada uno — Ustedes también forman parte de esa historia, aunque no lo pueda o quieran creer. — se detuvieron a pensar un momento sobre lo que el hombre decía. ¿Cómo podían ser ellos parte de una maldición?
—Explícate — Nowaki quería ser amable pero dadas las circunstancias no podía encontrarse en calma, después de todo ya habían pasado cuatro días y no sabía nada sobre su querido amor.
—No es como si fuera fácil para mí de explicar, solo le diré que la persona implicada o más bien quien desato la maldición está harta de padecerla. Solo hay una manera según mis investigaciones y las de mis antecesores de acabar con ella…—antes de dar más explicaciones Miyagi sitio la tortura de preguntar…
— ¿Qué pasa si no se logra? —
—No habrá una tercera oportunidad de hacer las cosas bien — con eso le dijo todo, teóricamente estaba en el punto final de una historia que no conocían del todo, pero que formaba parte de ella innegablemente — El nombre del que inicio todo es; Haitani Shin — conocían ese nombre, era un renombrada artista — el comenzó con esta historia hace muchos años y ahora intentar terminarla de la misma manera en la que inicio.
— ¿Cómo inicio? —
—Todos mueren al final —les quedaba claro que no importaba como lo vieran aquel tipo estaba loco — La razón por la que después de tantos años se pone final a esta historia es que al fin todos los involucrados directamente con la maldición estaban en un punto concentrarse de nuevo en Hallen-Hill, incluso si no quieren verlo como tal tendrán que ir al pueblo original… —
— ¿Cuánto tiempo tenemos para llegar a ese lugar? — intento saber Yokozawa, más que nada porque estaba preocupado de que hubiese más muertes, o eso es lo que se decía a sí mismo.
—Dos días, no hay mucho tiempo por eso deben saber que al legar hay los estarán esperando. Haitani a estado planeando esto por años, no dejara que esta oportunidad se le valla de las manos, por no mencionar que tiene aliados que se han ganado el desprecio de muchas personas. Entre ellas Kaoruko y tu padre, por no mencionar a tu medio hermano Usami Akihiko —enseguida como puro acto reflejo todo voltearon a verle sorprendidos de que tuviera algo que ver con lo que estaba sucediendo.
— ¿Qué quieres decir? —
—Que tú eres uno de los principales protagonistas de esta historia. Si bien Haitani la inicio, tú la avivaste, bueno no tú directamente si no tu antecesor, pero igual creo que la historia terminara como debió terminar en un inicio — sonrió sintiéndose un poco amargado.
— ¿Dónde tenemos que ir?, ya no queda mucho tiempo — Nowaki parecía el más desesperado de todos, no quería ser grosero ni mucho menos pero algo le decía que debía a apresurarse.
—Primero deben conocer la historia del pañuelo que esta hay en medio. Es uno de los objeto que mas costó encontrar… —aseguro cuando todos posaron su vista en el pequeño pañuelo blanco que estaña en medio la mesa. En realidad ninguno le puso suficiente atención a su entrono como para creerlo importante. —Pero antes de eso, será mejor que comamos o si no morirán antes de que rescaten a alguien en el campo de batalla — se levanto del lugar que ocupaba en la mesa — Se que tiene preguntas a sí que vamos — esto fue una directa a su primo, quien seguramente lo estaba viendo con cara de pocos amigos.
Ambos fueron en direcciona otra habitación que se compartía con la misma.
— ¿Qué querrá decirle? — Akihiko estaba algo inquieto con la repentina aparición de ese sujeto.
En la habitación los dos querían encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que en ese momento sentían.
— ¿Qué paso Kuroda?, después de accidente no te volví a ver, te dieron por muerto al igual que… —no quería decir su nombre después de todo estaba conociendo de las consecuencias que traería eso.
— ¿Sabes quién provoco el accidente? — El otro negó — Kaoruko Usami, ella lo planeo par que no pudiera advertirte de lo que estaban planeando — eso fue bastante directo para él, a pesar de todo era su primo eran familia.
—Yo no sé qué decir en este momento — aseguro mientras intentaba mostrarse un poco mas —todo esto es demasiado confuso. —
—Solo te diré algo, más bien es como un consejo, Si en dado caso no puedes salvar a la persona que amas. Muere con ella, o puede que tu vida quede tan vacía que ya no sientas la necesidad de vivirla — le causaron conmoción sus palabras por qué sabia que venía de los más profundo de su corazón.
— ¿Crees que eso pase? Además como sabes de…—
—He estado al pendiente de todos sus movimientos. Masamune lo que está a punto de pasar no es cualquier cosa, estamos retando a cosas sobrenaturales que nunca hemos visto. Sin contar que no sabes que es lo que pasara más adelante, esta es posiblemente la última vez que nos veamos, parece ridículo ¿No? —
—No lo es, es una verdad que debemos afrontar — eran familia a pesar de todo a así que posiblemente a eso hizo que el abrazo que se dieron de despedida fuera más doloroso de lo que pensaron que seria. Kuroda sentía un poco de envidia de su primo, el tenia la oportunidad de remediar un hecho pasado, pero el ya no tenía ni la mas mínima oportunidad de hacer.
—Si no te vuelvo a ver recuerda que al menos me caías bien — ambos rieron por el comentario. Posiblemente era verdad y jamás después de esa anoche podrían volverse a ver.
Rompiendo el momento familiar, se indico que la cena estaba servida por lo quera hora de pasar al comedor. Al terminar cena todos estarían a la expectativa de conocer un poco mas de aquel lugar al que pronto conocerían realmente. Quizá más de lo que ellos se imaginaban.