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Amor Yaoi
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Colors por Rhape

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Kasuga miraba el pizarrón con la vista perdida, recordado con pena lo sucedido el día anterior, entonces dos pequeñas manos la sobresaltaron tras golpear la paleta de su escritorio.

- ¡Kasuga-chaaaaaaaaaaaan! – gritó Itsuki sumamente animada, y después susurró - ¿Conseguiste algo? –

- Yo…bueno, sí, pero…-

- Dinoooooos – pidió Tsuruhime igual de impacientada y juntando las manos.

- Es que… -

- ¡Ah! ¿Quieres el dinero primero? ¿Es eso? – preguntó Sorin buscando su monedero.

- ¡No, no! – exclamó enseguida agitando las manos – No quiero dinero… Yo…Eh… les contaré lo que vi sin cobrarles nada. Pero quiero que no se lo digan a nadie, ¿entienden? – dijo seria, tanto que el trío se preocupó y asintieron – Sanada-kun y Date-kun sí están ‘Juntos’, PERO – recalcó antes de que se les ocurriera gritar de alegría – ellos no quieren que su relación se sepa, ¿de acuerdo? –

- ¿Pe-pero por qué? – quiso saber la castaña, horrorizada – ¡Si la homosexualidad es algo muy lindo! –

- Miren, yo no conozco sus razones – replicó con dureza – Pero, me pidieron por favor no los agobiara con eso, y me parece muy lógico de su parte. Es decir, es un tema delicado. Incluso agradezco que no se hayan enojado conmigo –

- Bien, tiene algo de sentido – comentó Itsuki, pensativa – Los hombres son bastante ‘machos’ como para admitir sus preferencias sexuales en público… –

- Sí. Una verdadera pena – concordó Sorin asintiendo con la cabeza, desanimándose – Está bien, Kasuga-chan. Al menos ya sabemos que son pareja – aplaudió – Y no te preocupes, no les molestaremos –

- Sí. Sólo sentíamos curiosidad de ellos – dijo Tsuruhime haciéndole una reverencia en agradecimiento.

- Pues me alegro – bufó la rubia – Y ahora, por favor, ya no me hagan más pedidos como esos. No me gusta entrometerme en la vida romántica de otros. Si necesitan otro trabajo de este tipo, a la próxima pídanselo a Sasuke o a Kotaro, ¿sí? –

O0O0O0O0O0O0O0O0O

Motonari miraba la lista de clases extracurriculares pegadas en la pared del pasillo. Quiso volver entrar a Música ese semestre, pero ya era parte del Concejo estudiantil, cosa que ya no le dejaba tiempo para mucho después de clases. No podía estar al pendiente de sus estudios y de esas reuniones espontaneas que se hacían cuando a Hanbei, presidente del consejo, se le diera la gana.

Dio un suspiro de desgane y volvió a su salón. Sólo le quedaba seguir practicando el violín en casa y cuando no hubiese nadie.

- Oye, Mori…-

Genial. Ahí estaba Motochika, como siempre, molestándolo en sus momentos de paz.

- ¿Qué se te ofrece, Chosokabe? – preguntó con frialdad y acomodando sus útiles en el escritorio.

- Quería saber si… ¿me podría ayudar con estos problemas? – le mostró una hoja de su cuaderno con las operaciones que el profesor Nanbu les había dejado de tarea, llena de tachones y borrones.

Miró el cuaderno por un momento y luego a Motochika con sus ojos de súplica, y no pudo decirle que no…más que nada porque le gustaba hacerse el interesante y que la gente viera lo inteligente que es y lo benevolente que podía llegar a ser cuando no tenía nada mejor qué hacer.

- Muy bien – tomó el cuaderno y se sentó.

A Motochika pareció brillarle los ojos y se le dibujó una sonrisa en el rostro, mas el castaño no le dio importancia. Quizás realmente estaba desesperado por pasar Física que hasta se denigró en implorarle por su ayuda; simplemente no podía dejar desamparado a ese pobre despojo de ser humano después de tan notable y noble humillación.

El peliplateado se puso en cuclillas al lado de su mesabanco para comenzar a oír la explicación.

O0O0O0O0O0O0O0O0O

- Por favor, chicos, saquen su libro de Historia y júntense en equipos de dos para hacer una síntesis de dos cuartillas de la página 59 a la 62. Tienen 40 minutos para entregar – decía el profesor Hojo escribiendo las indicaciones en el pizarrón  - No quiero equipos de tres ni de cuatro, eh, sólo de dos – advirtió antes de sentarse y comenzar a leer alguna revista.

- Hey, Mitsunari, ¿trabajamos juntos? – preguntó Ieyasu arrastrando su escritorio junto al del mencionado sin siquiera esperar contestación.

- Ya sabes que sí…- contestó rodando los ojos y frunciendo el ceño. Sin importar qué le dijera, el castaño de todas maneras se ponía en equipo con él – Por cierto, no traje mi libro – comentó dándole a entender que no movería ni un sólo dedo.

- Ah, no te preocupes – le sonrió, y puso su libro sobre el escritorio de éste – Podemos leer en el mío –

- … Mejor hagamos esto – soltó un bostezo e  hizo a un lado el libro –: Tú lee y luego me dictas lo que entendiste. Y mientras tú lees, yo descanso los ojos – dijo recostando la cabeza sobre sus brazos.

- Pero tenemos que leerlo los dos –

- Te voy a ayudar a escribir, ¿qué más quieres? – entornó la mirada y frunció más el ceño.

- Sí, pero… - quiso replicar, pero tenía miedo de hacerlo enfadar… más.

- Mm… Quizás deba buscar otro compañero de equipo – comentó pensándolo seriamente.

- ¡N-no, no, no! – exclamó  el castaño enseguida con una sonrisa forzada – Lo haremos a tu modo. Por mí está bien –

- Bien. Entonces deja de quejarte y comienza a leer, ¿quieres? – le ordenó antes de cerrar los ojos.

O0O0O0O0O0O0O0O0O

Kasuga se dirigía tranquilamente hacia la cafetería cuando miró con horror que el trío amante del Yaoi estaba asechando a sus dos últimos objetivos a pesar de haberles pedido no hacerlo.

- ¡Oigan! ¡¿Qué creen que están haciendo?!  ¡Les dije hace tan sólo un par de horas que no los incomodaran! – exclamó molesta, casi saliéndose el corazón por la boca ante la impertinencia.

- ¡Lo sentimos, Kasuga-chan! – dijo Tsuruhime con una risita apenada – Es que nos fue muy difícil no acercarnos a ellos –

- ¡Pero les dije que los dejaran en paz! ¡¿Es que ustedes no captan instrucciones o qué?! –

- Calm down, girl. No pasa nada – habló Masamune con una sonrisa. Al parecer no estaban molestos – Sólo nos hacen algunas preguntas –

- Pero creí que ustedes no querían…-

- Está bien para nosotros mientras no pregonen nuestra relación – aclaró Yukimura mostrando una sonrisa más tímida que la de su compañero.

- ¡Síiii! ¡Y estaban a punto de contarnos cómo se conocieron! – dijo Itsuki animada.

- Ya… ya veo – Kasuga dio un suspiro de alivio. Realmente estaba avergonzada de haber accedido a espiarlos, pues creía que eso de que estaban ‘juntos’ eran meras imaginaciones de esos tres - … ¿Puedo quedarme a escuchar? – pidió todavía con más vergüenza.

- Sure – contestó Masamune sin resentimientos – Según recuerdo, pasó así: hace un año…- comenzó a relatar.

-o-o-o-o-o-o-o-o-Flash back-o-o-o-o-o-o-o-o-

- ¡Hey, Motochika! ¡Tira ya! – gritó Masamune listo para batear.

- ¡Sé paciente, hombre! – dijo mientras intentaba descifrar las señas que Sasuke, que hacía del cátcher, le mandaba. Cuando por fin lo hizo, lanzó una bola curva que Masamune no pudo repeler.

- ¡Strike uno! – gritó Sasuke.

- Oooh, creí que había dicho que batearías todo – se burló el peliplateado.

- Take it easy, man! Apenas estoy calentando – sonrió desafiante. Golpeó la punta del bate contra el suelo un par de veces y Motochika se preparó para lanzar de nuevo.

- ¡Veamos si puedes con esto! – exclamó y soltó una bola rápida.

Masamune enfocó su único ojo en ella y… logró golpearla para hacer un Home Run.

Sin perder tiempo corrió a toda prisa hacia primera base, e iba a pisar el colchón de segunda cuando escuchó un grito que lo hizo detenerse por completo, confundido.

- ¡Cuidado! – advirtió Kojuro a un chico que tuvo la mala fortuna de caminar cerca del campo de baseball en ese preciso momento y terminó siendo golpeado en la cabeza por la pelota bateada.

Nadie perdió tiempo de acercarse hasta él y ayudarle a recostarse en el suelo.

- ¿Estás bien, chico? – preguntó Sasuke y el perjudicado asintió levemente todavía desorientado - ¿Cuántos dedos tengo aquí? – dijo enseñándole tres.

- Vaya. Eso debió doler – comentó Motochika intentado no reírse.

- ¿Ah? Son… - quiso responder pero… - ¡¿Qui-quién arrojó esa bola?! – gritó con los puños alzados y el ceño fruncido, a lo que los demás retrocedieron a la defensiva, menos Masamune, pues al contrario de los demás, dio un paso al frente para hacerse responsable de lo sucedido.

- He sido yo. Lamento si… -

- ¡Oooh! ¡Fuiste tú! – el rostro del chico cambió drásticamente a felicidad y se levantó del suelo de un salto – ¡Excelente tiro! –

- ¡¿Qué?! – exclamaron todos al unísono sin poder creer lo que oyeron.

- … ¿Tú crees? – Masamune sonrió comenzando a animarse igual que él.

- ¡Sí! ¡Hasta me dolió y todo! –

- Incluso le provocó una contusión cerebral al pobre por lo que me doy cuenta – comentó Sasuke con ironía y golpeándose la sien.

- Quizás…alguien debería llevarlo a la enfermería – sugirió Kojuro pensando lo mismo.

- Yo no soy muy bueno en el baseball - continuó el chico, apenado - ¿crees que podrías enseñarme a batear así? –

- ¡Por supuesto! Of course! Cuando quieras te enseño. Por cierto, soy Date Masamune – señalándose a sí mismo con el pulgar.

- Ah, ¡mucho gusto, Date Masamune-dono! Mi nombre es Sanada Genjirou Yukimura. Soy de nuevo ingreso, segundo semestre, salón B. Hoy es mi primer día de clases –

- ¿En serio? – abriendo mucho su ojo - ¡Estamos en el mismo grupo! –

- ¿E-en verdad? – le brilló la mirada - ¡Qué suerte! –

- Que Masamune lo lleve a la enfermería. Ya se hicieron amigos – dijo Motochika ya carcajeándose.

-o-o-o-o-o-o-o-o-Fin del flash back-o-o-o-o-o-o-o-o-

El timbre sonó y los chicos pronto se levantaron de las bancas para ir a sus respectivos salones.

- ¿Nos contarán más cosas luego, verdad? – pidió Sorin a la pareja.

- Sí. Supongo que podemos… – contestó Yukimura no muy seguro y mirando a Masamune para confirmar.

- No problem – sonrió y el trío también lo hizo.

Y antes de regresar a su aula, Kasuga vio con sorpresa que Yukimura y Masamune se tomaron de las manos.

O0O0O0O0O0O0O0O0O

Motonari escribía un ensayo de Ética cuando a su celular sonó. Era un mensaje de texto de Sorin, le pedía urgentemente conectase a MSN.

Ya conociendo al rubio, supuso que sería para hablarle sobre el festival de San Valentín. Sin embargo, no tenía ganas de soportarlo en ese momento y fingió no haber leído el mensaje hasta después de terminar la tarea. Entonces encendió la computadora y en lo que cargaba bajó a la cocina a prepararse una taza de té caliente.

Ya sentado frente al computador buscó el icono de MSN y se conectó. Rápidamente le saltaron encima al menos diez ‘ventanas’ de conversación de compañeros de clases pidiéndole ayuda con sus tareas las cuales ignoró sin remordimiento alguno.

- “motonari-kun, te tardaste mucho!!! :c” – le escribió Sorin.

- “Lo siento. No habia visto mi celular” – mintió.

- “aaa esta bien XD… bueno. te metere a la otra convrsasion con hanbei-senpai y mitsunari-kun, ok? :3” –

Esperó poco y apareció otra ventana donde ya se encontraban dentro los mencionados, y, aunque realmente no prestó mucha atención a lo que escribían, pues el festival no le interesaba en absoluto, los leía de vez en cuando para mantenerse al tanto de los preparativos al tiempo que releía apuntes en su cuaderno.

Y mientras continuaba sin mirar las demás ventanas, una de ellas comenzó a sonar con más insistencia. Pensó en apagar las bocinas hasta que se dio cuenta de quién le llamaba.

- “hey, mori” “komo stas? n-n” “y ese milagro ke te conectas?” “ests ocupado?”  “mi internet est fallando un poco, te llegan mis msajes?” –

- Chosokabe… Aún no sé cómo demonios consiguió mi mail – murmuró irritado – “si, ya los vi” – escribió – “¿que quieres?” –

- “solo aprovechava para saludarte, es ke nunca te conectas c:” –

- Imbécil, para eso me molesta…- buscó el botón de Bloqueo mas nunca lo encontró. Tal vez sabía usar programas complicados para diseños y esas cosas, pero no tenía idea de cómo usar los chats… así que simplemente cerró la ventana esperando a que Motochika le dejase de hablar, pero fue en vano, porque la ventana siempre brincaba de nuevo, así que decidió simplemente ignorarlo como a los otros.

- “deberiamos acer un statua gigante de xavi!!! n0n” – escribió Sorin.

- “quienn es ese Xavi y que tiene que ver con san valentin? -.-” – preguntó Mitsunari.

- “Es un loco religioso que Sorin admira que no tiene nada que ver con lo que estamos hablando…”– contestó Motonari.

- “peor xaviii es amorss!!! claro ke tiene k ver! D:” –

- “sorin, no creo que tu idolo xavi sea un tema que todos conozcan…” – hizo saber Hanbei para moderar la conversación – “hay que apegarnos a lo tradicional, como globos, flores, dulces y esas cosas” –

- “pfff! komo quiwran son uns amargdos e.e” –

O0O0O0O0O0O0O0O0O

Mitsunari leía con pereza la conversación. Sólo a Hanbei y Sorin se les podían ocurrir esas cosas así de cursis y extrañas para los adornos de San Valentín, pero él no era quién para juzgar sus gustos raros... Y además, de todos modos debía ponerles atención, pues se ofreció contribuir con el decorado.

- “ey, Mitsunari” – le habló Ieyasu  - “que hacs?”  “estas ocupado?” –

- “si” – contestó enseguida – “estoy muy ocupado” “que quieres?” –

- “hooo… esque encontre un juego muy divertido” “te voy apasar el liink” “y lojuegas cunado puedas n-n” “pero mme avisas porqew se jeuga de dos” –

El peliblanco miró el enlace y lo pensó bastantito antes de dar clic sobre él. Seguro no lo extrañarían en la otra conversación…

- “ya estoy” – le escribió al castaño – “…que es esto?” “como se juega? :/” – dijo al ver que usaba un personaje pequeño y blanco de cabeza gigante dentro de un laberinto – “acaso es como bomberman?” –

- “siiiii, es lo mismop quee bomberman” –

Entonces en la pantalla de Mitsunari apareció otro personaje igual pero de otro color, amarillo, probablemente era el que usaría Ieyasu.

Estuvieron jugando por cosa de una hora en la que Mitsunari revisaba la conversación con Hanbei cuando su personaje moría o iniciaban una nueva partida cuando recordó que tenía tarea qué hacer... Haría que Ieyasu se la pasara mañana por hacerle perder su tiempo con él.

O0O0O0O0O0O0O0O0O

Al día siguiente.

- ¡Qué emoción! ¡Este lunes ya es San Valentín! – decía Sorin con sus típicos gritos escandalosos y casi bailando por el corredor – ¡Sólo debemos venir este fin de semana para terminar de decorar los salones y estará todo listo! ¿No estás igual de emocionado que yo, Motonari-kun? –

- ¿Umm?... Sí, claro – mintió sin siquiera mirarlo. Si decía que no, temía a que el rubio le diese un discurso sobre el amor y otras tonterías durante todo el transcurso hacia la sala de audiovisuales, y no quería eso.

- ¡Me alegro! – sonrió por la respuesta. Sin embargo, repentinamente miró extrañado por una ventana de uno de los salones – Uh. ¿Ese de ahí no es Chosokabe-kun? ¿Qué hará en clase de Música? –

Motonari miró hacia la dirección que el dedo de Sorin apuntaba, y efectivamente, ahí estaba Motochika sosteniendo un saxofón entre manos mientras que el profesor Uesugi  parecía darle instrucciones paso a paso.

- Parece que se inscribió a esa clase – continuó Sorin posando un dedo en el mentón, pensativo – ¿Sabes? Es raro cuando un estudiante se cambia de clase extracurricular; puede ser que Chosokabe-kun ya no se sintiese conforme en Natación…, o también puede ser que simplemente le creció un repentino gusto por la música, ¿tú qué crees? –

- “Repentino gusto por la música” – murmuró ciertamente sorprendido. Detestaba cuando el rubio le chismeaba cosas de otros alumnos, pero esta vez parecía tener un tema interesante…

Sin embargo, no podía tratarse de lo que sugería; conocía a Chosokabe desde la secundaria y siempre había sido un bárbaro con poco seso. Era imposible que tuviese esa dedicación, pasión y el oído necesario para tocar (tocar bien) cualquier instrumento.

De todas formas, le alivió el hecho de no haberse inscrito a Música, así no tendría que soportarlo ahí también  además de las clases normales.

- Quizás se equivocó de salón – comentó Motonari con ironía y continuó caminando.

- Síiii. Puede ser – secundó Sorin riendo.

O0O0O0O0O0O0O0O0O

- ¡Hey, Mitsunari! – exclamó Ieyasu con su típica gran sonrisa y sin que el peliblanco lo hubiese visto entrar.

- ¡T-Tú! ¿Qué estás haciendo aquí? – preguntó sorprendiéndose de verlo allí, pues el castaño debía estar en su clase de Atletismo y no molestándolo en la sala de teatro.

- Pues… me uní al grupo de Teatro – respondió con simpleza y todavía sonriendo.

- ¡¿Qué?! – de la impresión casi se le cae una caja de accesorios que cargaba e inmediatamente Ieyasu le ayudó a detenerla - Gra-Gracias… - dijo sinceramente, pues por un momento temió a que las esferas en forma de corazón y la serie de luces rosas que Sorin le había dado se dañasen contra el piso – ¡¿Pero por qué justamente aquí?! – gritó recordando su enfado.

- Oh, pues yo… - se llevó una mano a la cabeza y pareció dudar su respuesta. Mitsunari frunció el ceño por la impaciencia – Es que estoy  interesado en…en la actuación. Sí, eso; el teatro, los aplauso, las ovaciones s y esas cosas – sonrió de nuevo.

- Ya, claro… - resopló y movió la cabeza de forma negativa. ¿Tendría que ver a Ieyasu también en la clase de Teatro, el único lugar en la escuela donde se sentía realmente cómodo?

Era verdad que  era su mejor amigo, pero eso no significa tener que estar todo el día pegados como chicle en un zapato. Además, el castaño tenía otro amigo, Chosokabe de 4to grado, ¿por qué no se cambiaba a la misma clase que él…?

- Permiso – quiso pasarle por un lado y zanjar la conversación pero el otro se interpuso.

- ¿A dónde vas? –

- Saco estas cajas del almacén de detrás del escenario y las llevo a la sala de artes – contestó ya con desgane - ¿Te quitas? Tu humanidad me estorba –

- ¿Te ayudo? – se ofreció animado, como siempre estaba.

- Uh… Como quieras –rodó los ojos y le dio la caja aventándosela ahora sin ninguna clase de cuidado para regresar al almacén por otra.

O0O0O0O0O0O0O0O0O

- ¿Pueden contarnos cómo se declararon? – pidió Tsuruhime y las otras dos chicas, Itsuki y Kasuga, asintieron emocionadas.

- ¡Sí! ¡Cuéntenos! – reforzó el pedido la de coletas.

- Será mejor que eso se los cuentes tú, Sweety, me toca preparar el equipo de baseball y debo llegar antes de que comience el entrenamiento – comentó Masamune antes de marcharse, aunque no sin antes de tomar a su novio de la quijada y despedirse con un beso en la boca, dejando más que sorprendidas y encantadas a las muchachas quienes gritaron al unísono.

- ¡KYAAAAAaaaaa…! –

- Es-Está bien – respondió Yukimura, igual o más ruborizado que las chicas. Era la primera vez que se besaban en público y eso lo apenó bastante.

- Creo que me dará una ‘ataque fangirl’ – decía Tsuruhime con las manos al pecho y respirando raro, eso sí, con los ojos brillando como diamantes.

- ¡A mí ya medio! – gritó Itsuki sacando un cuadernito de notas de su mochila, que aquella escena la había inspirado a continuar alguna de sus tantas historias con contenido homoerótico.

- Yukimura-kun, ¿puedes comenzar a contarnos cómo sucedió? – ahora pidió Kasuga en una postura más serena y fingiendo no haber visto nada.

El ‘Yaoi’ era un tema relativamente nuevo para ella; y lo único que sabía sobre el ‘fangirlismo’ es que su sexto sentido femenino le decía que eso, alocarse y gritar como las otras dos chicas, era correcto, aunque le diese corte si quiera en pensar en hacerlo.

- Ah, claro, Kasuga-dono… - Yukimura se masajeó las mejillas con los puños intentando calmar su sonrojo, y comenzó su relato cuando se sintió más relajado.

-o-o-o-o-o-o-o-o-Flash back-o-o-o-o-o-o-o-o-

Yukimura salía de las duchas después de su entrenamiento de futbol cuando se topó con Keiji en los pasillos.

- ¡Yuki-chan, aquí estabas! – exclamó gustoso de verlo.

- Maeda-dono, ¿me buscabas para algo? –

- ¡Sí! Es decir, ¡no! Yo no. Masamune es el que te busca. Me pidió que te dijera que te vería en el almacén dentro de unos….10 minutos, me parece –

- ¿Oh? – parpadeó varios veces seguidas - ¿Y qué es lo que Masamune-dono quiere? –

- Ah. No estoy seguro. Pero dijo que era algo importante que debía decirte, eso es todo lo que sé – se encogió de hombros y sonrió apenado – Será mejor que vayas ya. No lo hagas esperar – dijo, y alzó una mano como despedida y continuó su camino.

Yukimura, curioso, inmediatamente hizo caso y fue hacia el almacén con cierto apremio, sin embargo, al llegar no había nadie. Incluso miró dentro del edificio por si se habría quedado dentro a esperarlo, pero nada.

Yukimura resopló con decepción y dudó unos minutos si esperarlo más tiempo o irse ya a casa, donde siempre le esperaba un buen banquete servido por su madre.

- Yo! Sanada, what’s up? –

- Masamune-dono, ¡viniste! – dijo aliviado, pues estuvo a punto de optar por irse, ya tenía hambre.

- Pero claro. Maeda dijo que tenías algo importante qué decirme – sonrió de lado con un destello extraño en su ojo – Así que, dime, ¿de qué se trata? –

- ¿Q-Qué yo qué? – frunció el ceño, confundido – Pero Maeda-dono me dijo que eras tú el que me buscabas –

- ¿Hmm? ¿Eso dijo? – Masamune se cruzó de brazos, poniéndose serio –…Al parecer ese vagabundo lo tenía planeado…– murmuró pensativo.

- ¿Uh? ¿Qué dijiste? – preguntó al no escucharlo bien.

- Ha! It doesn’t matter – sonrió de nuevo, y dio unos cuantos pasos más para acercarse a Yukimura – Como sea. Ya que estamos aquí… -

-o-o-o-o-o-o-o-o-Fin del flash back-o-o-o-o-o-o-o-o-

- ¡Wooaah! Lo siento, chicas – gritó Yukimura interrumpiéndose a sí mismo – Debo irme ya o llegaré tarde al partido. ¡Oyakata-sama me matará si no llego a tiempo! – dijo y corrió a toda prisa hacia el campo de futbol, dejando a las tres muchachas en ascuas.

O0O0O0O0O0O0O0O0O

Motonari iba llegando a la escuela, temprano como siempre, y de mejor humor que otros días, pues era viernes, lo que significaba que no vería en dos días a sus compañeros de clases ni a nadie que por desgracia coexistían con en él y respiraban su mismo aire.

Unos cuantos metros antes de llegar a su aula, Motonari escuchó un saxofón tocado de manera torpe y notas desafinadas, pero hasta eso que sonaba bastante decente.

Reconocía la melodía.  “When a man loves a woman”... Una canción no muy usual para un principiante.

Dio un paso dentro del salón y se encontró con que era Motochika el que la tocaba. Al principio se sorprendió un poco, pero entonces recordó que lo había visto ensayar en la sala de Música. Observó un momento al peliblanco, quien estaba de espaldas por lo que aún no se percataba de su presencia, y, apoyándose en el marco de la puerta, escuchó atento el resto de la melodía.

Al quedar todo en silencio, Motonari se decidió por hablar.

- Chosokabe, no sabías que supieras tocar tan bien ese instrumento – dijo de buena fe y una pequeña sonrisa. Realmente estaba impresionado, pues hace un par de días pensaba que éste era un total inepto en el campo musical y ahora resultaba que tenía un cierto talento.

- ¡Mo-Mori! – exclamó con sorpresa, lo cual extrañó bastante al castaño porque estaba seguro de que el ojiazul sabía que siempre llegaba al menos media hora antes de que empezaran las clases – Y, ah, esto, sí. Entré a la clase de Música y… ¿por qué no entraste tú? –

- ¿Umm? – ante tan repentina pregunta, supo qué contestar, pero no sabía si quería hacerlo, por lo que simplificó la respuesta – Falta de tiempo –

- Oh, cierto. Estás en el Conejo estudiantil… –

- ¿Qué haces practicando aquí y a estas horas? – ahora preguntó él ahora con curiosidad aunque simulando no importarle en absoluto, al tiempo que se dirigía a su escritorio a dejar sus cosas.

- Sorin me dijo que le gustó como tocaba el sax, y que si le hacía el favor de tocar la pieza que ensayaba en el festival de San Valentín –

Motonari no podía creer lo… Sorin sí que era un peligro para organizar fiestas. Tan sólo recordar las sandeces y demases cosas que le pedía al Consejo para ‘animar’ más la festividad (como carros alegóricos, malabaristas, e inclusive animales de circo), supo que aquello era lastimosamente cierto.

- Eh, Mori, por cierto… - comenzó a decir Motochika, nervioso, lo cual Motonari notó poniéndose receloso al momento.

- ¿Qué sucede? – inquirió con cierta brusquedad. Chosokabe estaba a punto de pedirle un favor y no tenía ganas siquiera de escuchar qué sería.

- La semana que viene habrá examen de Física, y quería saber si tú… ya que eres el mejor de la clase…eh, ¿podría ayudarme a estudiar este fin de semana? –

- ¿Ayudarte a estudiar? – repitió pensativo. Detestaba hacer favores, incluso sentía que ya había hecho suficiente con haberle explicado ya algunas cosas al peliplateado. Así que…

- Este fin de semana no puedo, tengo cosas que hacer –

- Oh, entiendo. Debí imaginarlo – bajó la mirada, derrotado, buscando el estuche de su saxofón en el piso.

- Pero hoy tengo tiempo libre, si te interesa – dijo de pronto y Motochika se volvió a verlo sorprendido, incluso él mismo estaba sorprendido de lo que había dicho.

- ¡Sí! ¡Por supuesto! ¿Dónde estudiamos? ¿En tu casa o en la mía? –

- Uh…en tu casa está bien – contestó todavía procesando lo que acaba de hacer.

- ¡Muy bien! Entonces nos vamos juntos a la salida de la escuela a mi casa, ¿de acuerdo? –

El castaño se limitó a asentir con la cabeza.

El peliblanco estaba demasiado animado para el gusto de Motonari, y hasta se preguntó si no hubiera sido mejor negarse…, pero justo en ese instante se encontraba de buenas, y el pequeño concierto de saxofón, aunque mal ejecutado,  lo había puesto de mejor humor. Esa sería su manera de recompensarlo.


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