II. Otra dimensión
- To… Toya- logro susurrar al mismo tiempo que este corresponde ese beso… ese dulce beso que se volvió más profundo cuando Toya lamio los labios de su amado, como pidiendo permiso para entrar en ella, la cual fue concedida y así logrando explorar aquella boca que tanto lo volvía loco, para dar paso a la danza que trenzaban ambas lenguas.
Poco a poco el peli-castaño, bajo hasta el cuello de su amado al mismo tiempo que su mano se colaba en la camiseta del mismo, produciendo que aquella figura encima de suyo se ruborizara hasta más no poder.
- Yuki- le dijo el seme cuando comenzó a manosear aquel cuerpo blanco, deteniéndose en uno de los pezones rozados, provocándole jadeos que para sus oídos se transformó en una hermosa melodía nunca antes escuchada.
- Mmm… Toya… n…no.
- Me gustas, Yuki!- le susurro al oído, procediendo a lamerla y morderla suavemente y con delicadeza. Al sacarle la camiseta, traza un camino de besos por su cuello y su pecho, para encontrar osos botones de color rosa que los tienta, y sin negar a la tentación los empezó a atender, haciendo gemir una vez más a su uke – Ahh… To… mmm- después de hacer lamido, besado, mordisqueado y relamido, empezó por el otro. Después de terminar con su trabajo, con un movimiento suave y rápido, colocó al joven de cabellos de plata bajo su cuerpo para sacarse su camisa y besándolo por todo el tórax, lleva una mano a la parte inferior semi-erecta, sorprendiendo al uke, pero ya estaba muy excitado como para ponerse a pensar.
- Uff- suspiro el seme ya excitado de la misma forma y que lo estimulaba más por la provocativa voz con la que su nombre era pronunciado y esos exquisitos gemidos.
Después de haber masturbado el miembro de su conquistado, empezó a lamerlo y a meterlo en su cavidad, produciéndole que casi se venga, en seguida metió tres de sus dedos en la boca de su compañero, el cual los lamió de forma sensual produciendo que Toya se excitara más y sin esperar más tiempo, metió un primer dedo en esa entrada que lo aficionaba, con movimientos circulares introdujo el segundo dedo – ahh…Toya…se-se sient ahh- fue lo que salió de la boca de su querido, cuando fue interrumpido por un tercer dedo, impulsando a que este se tense, a la vez que empezó a relajarse y entre jadeos y gemidos - Mmm…T-Toya… se…si-siente raro.
- Está… bien Yuki- le susurro amorosamente entre jadeos- todo… está… bien- se lo dijo besándolo para evitarle el miedo- ¿está listo?
- S-si.
- Bien, aquí vamos. No te hare daño, eso nunca lo haría.
- Ahhh- grito el uke cuando sintió el extenso miembro de su pareja.
- Tranquilo Yuki- se lo dijo entre besos y de una estocada lo penetró por completo. El cual con lágrimas en los ojos, mostraba una cara de dolor.
- Yuki… ¿estás bien?- y empezó a besarlo por todo ese maravilloso cuerpo que ahora le pertenecía, emprendió a manosear su miembro para distraerlo del dolor y de igual manera sin moverse para que su amado se acostumbrara. A continuación inició a embestirlo lentamente, logrando transformar los gemidos de dolor en placer, llevándolo al paraíso, a un mundo donde solo existen ellos.
-Mmm… Toya m-mi... amor… ahh más… r-rápido ahh.
Al escuchar esas mágicas palabras no lo pensó dos veces y obedeciendo la orden empezó a embestirlo más rápido y tan profundo como pudo, sin desatender al miembro necesitado de Yukito.
-Ahh… t-te amo…. Mmm
- También… te… amo… Yuki- se lo dijo en susurros para besarle el cuello.
De un momento a otro las embestidas aumentaron hasta llevar a la joven pareja al clímax.
- Ahh… M-me… ven… ¡TOYA!
- Mmm… ¡YUKI!
- Ahhhh- gritaron al unísono.
Sacando lentamente su miembro del interior que lo enloquecía, procurando no hacerlo daño, dijo ruborizándose y acostándose a su lado - perdón me… corrí dentro tuyo.
- No importa- se lo dijo, colocando su cabeza en aquel pecho que emitía unos místicos latidos, los cuales eran dedicados solo eran para él -me gusta- logrando que el rubor se hiciera más notorio, amaba esos gestos que solo él conocía.
- Yuki, te amo- empezó a abrazarlo y a estrujarle más contra su cuerpo.
- Y yo a ti… también te… amo Toya, jamás… pensé que…alguien... pueda…ser tan… feliz- pronuncio entre sueños para segundos después irse al mundo de los sueños.
- Jeje, lo siento, por mi culpa estas cansado. Sabes eres lo más valioso para mí y no permitiré que te vayas nunca- dicho esto se dispone a dormir, sin antes contemplarlo por unos instantes, lo miraba y no podía evitar pensar que él era el tesoro más importante que pudo alcanzar y de lo afortunado que era por encontrar a la persona más hermosa jamás vista antes y que tan solo hace unos instantes se convirtió en su amante… su vida… SU YUKI.
FIN.