Se siente frío…
—Es el vacio…
¿De qué?
—De la soledad…
Pues es horrible. Estar sola es horrible, no me gusta. No me gusta el frío, la sensación. No me agrada. No me agrada estar sola. Mis brazos desean a alguien, alguien a quien abrazar, la calidez de alguien en mis brazos.
— ¿Amor?
Eso…
Eso quiero: Amor…
No me gusta estar sola, se siente horrible no tener alguien a tu lado. Me desagrada. Quiero la calidez del amor, de besos y abrazos llenos de cariño. Eso quiero…
No quiero éste frío, es desagradable. Me hiela hasta los huesos.
—Duele…
¿Tú también lo sientes?
—Sí…
Entonces ¿Qué esperas para venir a mis brazos? Prometo darte calor y que te dejará de doler.
—Mientes…Siempre aquellos a los que me acerco y quiero me mienten, me lastiman y me dejan de nuevo aquí tirada…en el frío…en el dolor…
Pero yo no miento…nunca miento. Te prometo, te juro por mi vida que no te dejaré tirada, yo te entregaré el calor del amor si me lo permites. Quiero a alguien en mis brazos, porque la soledad es dura y se lleva mejor de a dos…
°/°/°/°
— ¡¿Como que te despidieron?!
— ¡Nancy! Cálmate, no es tan grave.
— ¡¿Qué no es tan grave?! ¡¿Sabes cuánto me costó encontrarte ese maldito trabajo?!
Lo descubrió, por fin lo descubrió. Ni siquiera me dejó decirle mis razones, pero del enfado que siente en estos momentos de seguro ni le iban a importar. Mejor guardaba silencio sino quería que las cosas empeoren.
—Desató a la bestia…
Dorian comentó por lo bajo por mi espalda, mientras a su lado estaba mi princesita.
— ¡¿Qué dijiste?!
—Na-nada mi amor…
—Más te vale.
—Nancy…—Le llamé yo, con miedo, a lo que ella me miró furiosa—Hermana…veamos el lado bueno a todo esto, ¿Quieres?
— ¿Cuál lado bueno?
—Tendré más tiempo para atender a Elisabeth en lo que necesite.
Ahora que lo pensaba, eso era una buena razón. Creo que mi hermana también lo creía así, pues me miró algo pensativa, pero aun no cedía.
—Bueno…Daniela tiene razón, ahm…Últimamente los mareos son más comunes…y yo soy algo delicada.
Miré preocupada a mi pequeña dulce princesa, pensando en lo que dijo y que yo ni cuenta me había dado, pero ella me sonrió para que me despreocupara. ¡Me estaba cubriendo! Le sonreí enternecida y agradecida y devolví la vista a mi hermana.
Por fin suspiró más tranquila—Si lo pones así…Supongo que está bien—Luego me miró molesta—Pero eso no cambia el hecho de que luego te buscarás un empleo. La niña no estará embarazada para siempre.
Sonreí nerviosa sin decirle nada más. Nancy fue por Dorian, se despidió de mi princesa, tomó de la ropa a Dorian y salió de mi departamento azotando la puerta. Creo que aun estaba molesta. No sé, es una suposición…
—Dios, que agresiva…
—Supongo que es porque está preocupada por ti.
Mi pequeña dulce princesa miraba a la puerta con ojos nostálgicos y una leve sonrisa. El viento sopló y eso le agitó un poco el cabello. Ah, casi caí ante tan dulce imagen. Debo controlarme. Deberían darme un premio, he tenido más autocontrol como nunca antes lo había tenido.
—Eres tan adorable…—Susurré pensando en voz alta.
— ¿Dijiste algo?
—… ¡Ah! ¡N-no! No dije nada
Reí algo nerviosa y suspiré. Necesitaba calmarme. Mi pequeña dulce princesa solo rió divertida y también suspiro. Acarició su vientre con una dulce sonrisa y fue a sentarse al sofá.
Ese quedaba justo enfrente del ventanal que da al balcón. Siempre le gusta sentarse ahí porque allí le llega el frescor de las brisas de primavera y dice tener una vista perfecta al cielo. Yo caminé dando vueltas un rato por mi departamento y decidí ir por la guitarra. Luego fui hasta donde ella, pero yo me senté en el piso.
— ¿Vas a tocar algo?
Miré hacia arriba para verle.
—No sé. ¿Quieres que toque algo en especial?
Me miró algo pensativa, pero sin dejar de sonreír.
— ¿Conoces a Adele?
Yo asentí con mi cabeza—Sí, si la conozco.
— ¿Te sabes “Make to feel my love”?
Pensé un poco en su pregunta. Había escuchado canciones de ella, pero no me sabía todos los nombres. No sé si la conozco o no.
—When the rain is blowing in your face and the whole world is on your case… ¿Esa?
Ella asintió suavemente con su cabeza. Hice una mueca de extrañeza por su expresión. ¿Había alguna razón en especial por la cual quería esa canción?
—Bueno…saqué yo misma, a oído, los acordes asique no sé si son las mismas.
—No importa. Así está bien…
La miré y le sonreí. Puse los dedos en las cuerdas de la guitarra, exhalando suavemente e inhalando de la misma forma. Era otra cuando me ponía a tocar la guitarra. Comencé a tocar, en un intento de recordar bien lo que había sacado y recordar cómo era la canción. Suspiré calmada.
—When the rain is blowing in your face and the whole world is on your case I could offer you a warm embrace ~to make feel my love~
>>When the evening shadows and the stars appear, and there is no one there to dry your tears I could hold you for a million years.
—To make feel my love~
Miré a mi pequeña dulce princesa sin dejar de tocar. La notaba algo extraña. Seguía viendo hacía el cielo por la ventana, sus labios parecían tiritar, aunque no sabía si era mi idea o no. Y tampoco sé si era mi idea o no, pero sus ojos comenzaba a brillar demasiado. ¿Quería llorar?
—I know you haven’t made your mind up yet, but I would never do you wrong I’ve know it from the moment that we met no doubt in my mind where you belong…
Detuve toda la canción cuando la canción cuando la escuché llorar, dejé mi guitarra a un lado y me levanté para abrazarla. No sabía lo que ocurría, solo sabía que estaba llorando y que yo no la quería ver llorar.
— ¿P-por qué demonios me pediste que te tocara esa canción si te ibas a poner a llorar?
Yo le regañé mientras hacía que me mirase para poder limpiarle sus ojos de las lágrimas que aun querían caer. Me miró entre la risa y la pena.
—Hoy…cumplíamos dos años de relación con Enrique…
Me confesó entre lágrimas y yo sentí una ira y celos crecientes dentro de mí. Yo pensé que ya lo había olvidado, pero ya veo que no era así. Aunque creo que le entiendo pues no es tan fácil olvidar a alguien a quien amaste por tanto tiempo. Intenté mantenerme serena y seguir apartando las lágrimas de sus suaves mejillas.
—Y la canción… ¿Acaso te la dedicó él?
Sonrió nuevamente entre las lágrimas y asintió con su cabeza—Sí…
Suspiré y la estreché nuevamente contra mí.
—Ya no importa…
Sinceramente, creo que ya no importaba…
°/°/°/°
Estuve todo el día pensando en lo de la tarde, la mayor parte del día estuve atenta al calendario para ver y recordar que hora era y la hora, no sé. Siento que estuve algo ansiosa todo el día, pero ni siquiera yo sabía por qué. Ahora, que ya era tarde, de noche, siendo las diez, casi las once de la noche, estaba arreglando algo especial.
Sí, había descubierto por qué anduve todo el día ansiosa.
Había tomado la radio de mi habitación y la había llevado al living-comedor. Ahí, bajo el televisor, tengo unos parlantes que nunca uso pero que tenía porque me los habían regalado. No supe si apagar la luz o no, pero preferí hacerlo y puse velas. Las velas se las debo a mi hermana. Las cortinas estaban cerradas y la iluminación era perfecta. En la cama había dejado un vestido, ese que más amo y le pertenece a mi pequeña dulce princesa, para ella. La desperté suavemente y salí de la habitación. Soy cruel, la desperté…
Había puesto un CD que mi madre me había dado, la cual contenía las canciones que yo escuchaba y cantaba con ella cuando era una niña. Aun no dejaba que la música sonara, estaba esperando a mi princesita.
— ¿Qué pasó aquí…?
Volteé hacía ella y le miré sonriente.
—Una sorpresa. Vamos a cambiar el significado de éste día antes de que se nos acabe.
Me miró extrañada y avanzó lentamente hacia mí, sin dejar de ver las velas y la habitación. Extendí mis manos y fui hasta ella, tomando dulcemente las suyas. Le solté una de sus manos para ponerle play a la música y la volví a tomar de ambas manos. Comenzó a sonar “When I need you” de Leo Sayer. No mentiré, por mi cabeza había pasado la idea de poner “You are my sunshine” pero me dije que esta era mejor para esta oportunidad, según yo.
Me miraba completamente extrañada, no entendía nada. Me acerqué un poco más a ella y me comencé a mover, bailaba lento, y ella me comenzó a seguir lentamente, pese a aun no entender. Su mirada me lo decía. Luego rió suavemente, en una leve carcajada, haciendo un adorable sonido junto a una adorable expresión, y me miró sonriente luego.
—Estás loca…
Nos sonreímos la una a la otra y seguimos bailando. No despegábamos la mirada de la otra, nuevamente formando un delicioso silencio. Suspiré levemente. ¿En qué estarás pensando ahora que me guardas tanto silencio?
—Para bailar y dedicarle canciones a una mujer…debes estar loca…
Loca por ti.
— ¿Por qué?—Intenté de que mi tono de voz fuera suave, pese a la sorpresa que me causó lo que dijo.
—Bueno…debe serte extraño, ¿No? Ambas…somos mujeres y eso es…raro, ¿No?
Fruncí los labios, mirándole en silencio. Si tan solo supieras todo lo que yo siento por ti…
—No, para mí no es raro—Llevé una de mis manos a su mejilla, acariciándole suavemente con mi pulgar—No me importa que seas mujer…—Le sonreí—Quiero que estés feliz y no que estés llorando…Así que esto no me parece raro en absoluto.
Me miró por largo rato, la canción ya iba terminando, sin sostener expresión alguna en su rostro ni en su mirada, siéndome indescifrable lo que sentía o lo que pudiera llegar a pasar por su cabeza por mis palabras en estos momentos. Luego, finalmente y luego de ese torturador minuto, me sonrió.
—Gracias.
Y fue lo único que me dijo, después de eso apoyó su cabeza en mi pecho, como siempre por nuestra diferencias de altura. Comenzó a sonar You are my sunshine esta vez, otro lento. Le rodeé con uno de mis brazos hacía su espalda y mi otra mano sostenía la suya en alto. Seguíamos bailando.
Te amo…
A estas alturas creo que ya, de verdad, es amor…
Te amo tanto…
Hace tanto que no sentía éste sentimiento, hace tanto que había olvidado lo horrible que es.
Tanto que siento que podría morir…
Es horrible mantenerlo en silencio, no poder decirlo y gritarlo por miedo al rechazo. Soy impulsiva, pero a ella de verdad no la quería perder y, por lo que dijo, creo que será mejor mantenerlo así.
Morir por ti…
°/°/°/°
Duele…
—Me siento bien en tus brazos, es cálido…pero ¿Por qué dices que duele?
No te lo puedo decir.
— ¿Por qué no?
Ese es el problema…No sé por qué.
— ¿Tienes miedo?
Algo así…
—Te quiero.
No de la misma forma en que yo te quiero…
°/°/°/°
— ¿Qué debería hacer ante eso…?
—Quererme, cuidarme, no lastimarme, no tirarme y verás como al final si es de la misma forma…
…Mierda… ¡Hablo dormida de nuevo!