Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi cuento de hadas por JuneProductions

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Amane: ookeyy, no pensamos que el primer capitulo nos iba a quedar taan corto
Maname: pero siempre nos pasa lo mismo D:
Amane: somos malas para empezar algo
Maname: nos queda mejor en lo que avanzamos :3
Amane: bueno, bueno, como no queremos alargar las explicaciones, son libres de leer
Maname: espero les guste -w-

Nuevo empleo, nueva rutina.

 

Bien, conseguí el empleo. Eso quiere decir que comenzaré una nueva rutina. Dejaré de lado mis aspiraciones de ser escritora profesional, quizás ahora solo lo haga como hobby. Dudo que tenga tiempo para escribir. Ordené mi departamento, hasta el punto de encontrar borradores de historias que creí nunca volvería a ver. Ahora yo pago mis cosas. Pero lo que más me alegra, es el horario. El almuerzo es desde las dos hasta las tres de la tarde, o sea una hora en la cafetería que visita todos los días mi pequeña dulce princesa. Lo sé porque he estado viniendo aquí desde hace dos meses desde que me dieron el trabajo, y aquí está, todos los días, sin falta, a la misma hora de siempre. Bueno, a veces se retrasa, pero nunca pasan de las dos de la tarde. Aun no sé mucho sobre ella, sigo sabiendo lo mismo y fijándome en cada nuevo detalle. El verla a ella, es lo único que me levanta en la mañana para ir a trabajar. Es divertido trabajar en recepción de hotel, más porque quedo enfrente de la cafetería y a veces la veo pasar, y hasta veo cuando sale de la cafetería. Como siempre se sienta al lado del gran ventanal que da a la calle, la veo riendo y todo. Es oficial, me acabo de convertir en su acosadora número uno.  Debería sentirse orgullosa de ella misma, acaba de llamar la atención de una mujer, una persona de su mismo sexo. Aun que creo que eso le daría más miedo que orgullo.

Al menos por el trabajo pagan bien, así hace que valga más la pena levantarse en la mañana. Es como si me pagaran por ser acosadora, no había pensado en esto de esa forma.

Todos lo días aparezco con una sonrisa de alegría, tanto que contagio a los demás. Soy más amable, sobre todo cuando vuelvo de mi hora de almuerzo. Es como si tan solo la presencia de mi pequeña dulce princesa me cambie por completo, y si eso hace tan solo con su presencia, no me quiero imaginar que haría si estuviera al lado mío. Aunque aun estoy celosa de su pareja, de su cercanía. Aun estoy molesta porque aun no me atrevo a hablarle.

º/º/º/º

 

Llevo mi libreta conmigo, se me está comenzando a acabar y lo único que tiene son pequeñas observaciones de ella. Tengo un lápiz entre los dedos, estoy tan acostumbrada que no lo siento. Voy caminando, con un paso relajado, calmada, y con la mirada perdida. Me encuentro pensando tantas cosas en estos momentos. Respiro con calma, profundo, con relajo, con calma. Siento paz y tranquilidad en mi corazón. Recuerdo tu hermoso rostro iluminado de felicidad. Voy con una sonrisa, lo sé, la siento hasta en mi alma. Parezco enamorada, lo sé y es por causa suya. “No puedo sacarte de mis pensamientos”. Siempre que estoy pensando felizmente, apareces tú de la nada.

Recorro las calles con una paz interior inmensa. Siento el mundo que a toda prisa a un lado mío. Todos corren, todos van a prisa, mientras yo estoy aquí. Camino lento, pienso, cada segundo ocupado como nunca recordé ocuparlo. Me acomodo el cabello detrás de mis orejas, quitándomelo del rostro. Llego, de tanto caminar, a un pequeño parque. Tan lleno de verde, de esos que solo ves en las películas. ¿A dónde habré llegado? Camino por ahí. Sigo pensando en ella. Cada pequeña cosa suya pasa por mi cabeza. Me siento tan en paz, la siento tan mía y ni siquiera me conoce. Subo la vista al cielo, tan soleado, pero tan frío. Invierno. Las personas se abrigan, y yo aquí voy, caminando. Siento el sol, casi no calienta, pero ahí está, todos lo buscan. Siempre es así. Extiendo mis brazos, dejando a un extremo, sujetado por mi mano, la libreta y al otro extremo el lápiz que se encuentra enredado en mis dedos. Siento ese calor abrazarme, me pregunto si con ella será así. Inhalo, exhalo. Respiro profundo, saboreando la humedad de ese día.

Me encontraba tan bien, tan viva, tan contenta y ni siquiera te tengo a mi lado. Me muerdo el labio, conteniendo la gran sonrisa que se me quería escapar. Sé que debo dejar de pensar en ella pronto, o se que en algún momento todo se me vendrá abajo, lo comienzo a presentir, pero no me importa. Ella será dueña de mis pensamientos y nada lo cambiará jamás, lo sé. Pensé en sentarme en el césped, pero me arrepiento, de seguro el suelo estaba húmedo, se podía oler aquel aroma a tierra mojada. Busco un banco, para sentarme, estaba húmedo y frío, pero no me importó. Abro mi libreta y tomo mi lápiz en posición para escribir. Golpeo la punta contra la hoja, haciendo que sonara, ansiosa. “No sé como pasó, pero me he enamorado de usted desde el primer momento en que la vi”. Me encantan los cuentos de hadas, sobre todo por los finales para niños pequeños, para dejarlo soñar antes de golpearlos con la realidad. Yo nunca dejé de soñar, la realidad nunca me venció, por eso quiero luchar por ella, pero no sé como, ni siquiera sé como acercarme. “No sé que decirle, esto es una verdadera sorpresa para mí”. Últimamente he escrito tantas cosas, tantas fantasías, ninguna se asemeja a la realidad, a mi realidad actual. “Solo dígame que me ama tanto como yo la amo a usted”. Las últimas líneas que he escrito desde que te vi. “Lo amo, lo amo”. Que ganas de que tú me las dijeras.

Me pongo a divagar, nuevamente quiero pensar que esta es una historia de amor en donde al acercarme no me rechaces, no me ignores. Quiero creer que me hablaras y comenzaré a conocerte. Mi mano se mueve, el lápiz escribe y las palabras van apareciendo en la hoja blanca.

“—Siento tanto miedo de confesarte aquello que siento—Te digo, con mi voz tiritando de los nervios, con mis labios apretados, dificultándome el habla.

— ¿Qué cosa?—Me preguntas, curiosa por lo que te he dicho y preocupada por la forma en que te hablo.

Las lágrimas se me aglutinan en los ojos, me arden, te miro a la cara, en donde mis castaños ojos chocan con tu plateada mirada, haciéndome sentir con más fuerza el miedo que me apretaba el corazón—Que yo... Que yo—Titubeo, aun no sé como decírtelo. Intento buscar las palabras, aun así, no sé. Pones tus manos sobre mis hombros, con cariño, con comprensión, me alientas a seguir. Tomo algo de valor, es algo que debo decirte. Quiero que seas mía—Que yo estoy enamorada de ti—Te confieso finalmente, con las lágrimas cayendo, rodando por mis mejillas, haciéndome lucir patética ante tus ojos.

Quedas impresionada, no sabes que decir, que responderme, como reaccionar. En mi, el miedo comenzó a apoderarse, quizás no fue tan buena idea después de todo. Aprieto mis puños con fuerza, inhalo con fuerza. Me aguanto los sollozos. Aun no me respondes. Las lágrimas caen y no se detienen. Todo en mi me dice que hice mal, que no debí, pero no me arrepiento. Me abrazas y yo me sorprendo. Me estrechas, tú, contra tu cuerpo. Acomodas mi cabeza en tu pecho, en donde tus suaves y relajantes latidos tuyos me calman de a poco. Aun no entiendo que pasa, pero te abrazo. Paso mis brazos, con duda y temor, hasta rodearte con ellos. Una de tus manos la llevas a mi nuca, enredas tus dedos en mi cabello y me acaricias, con tanto cariño. Por favor, no me des falsas ilusiones. Si lo único que quieres es consolarme, por favor detente. Y aun con mis silenciosas suplicas, no quiero que te separes de mí, que me dejes ir, que me suelte. No, no quiero.

—Está bien, lo entiendo—Susurras para mí, con un tono tan amable, pero no es verdad, lo que me dices no es verdad. No entiendes mi dolor, el dolor de sostener ese sentimiento y fingir, sencillamente no lo entenderías—Yo también estoy enamorada de ti—Agregas, dejándome a mí, ahora, sin palabras.”

 Me detengo, mi mano se siente acalambrada por escribir sin cesar. Se me corta el aliento, no reacciono ante lo que escribo. Antes, solo hablaba de ti, y ahora, no sé que es lo que he escrito. Me temo que después de dos meses sin hablarte, en donde lo único que he hecho es observarte, me he enamorado de ti. No dudo, te quiero. Pero nunca creí que aquello crecería hasta convertirse en amor. Tengo miedo, ansias. El corazón me oprime. Siento los ojos arderme, el nudo en la garganta. Miles de preguntas y posibilidades pasan en mi cabeza, en cada una de ellas te pierdo y no entiendo. Me duele tanto pensar, tan solo pensar, que te pierdo si ni siquiera me perteneces. ¿Qué debo pensar ente eso?

º/º/º/º

Aquí estoy nuevamente, en la cafetería, acosando  a mi pequeña dulce princesa. Saco mi libreta, espero a que llegue. Hoy estoy aquí antes que ella. Pido algo para comer y beber. Leo lo que he estado escribiendo en estos dos últimos meses. Si esto fuera el punto de vista de un hombre, como narrado en primera persona, esto sería algo grande entre las jóvenes que aun buscan su historia de amor. Quizás debería mandarla a una revista, a ver que pasa. La siento llegar, su forma de caminar es inconfundible, y hace dos meses que cada vez que pasa por el lado mío, golpea mi brazo izquierdo. Tengo una hoja llena de rallones, en donde cada uno de ellos son los golpes que me ha dado en mi brazo, moviendo mi mano. La tengo para que no me arruine lo que tengo escrito, ya me ha pasado, y me convierto en una bestia cuando alguien se atreve a cometer tal fatal error.

Dibujo una disimulada sonrisa y levanto mi vista de la libreta, cambiándola a una hoja nueva. Nuestras miradas se cruzaron por dos segundos. Me vio. Mi corazón se detuvo, ella notó aquel cruce de miradas y me sonrió. Cerró sus ojitos y me sonrió ladeando su cabeza un poco. Creo que he dejado de respirar. Es la primera vez que cruza miradas conmigo, es la primera vez que me sonríe. Me sonrió a mí. Es tan tierna. Creo que casi exploto de la felicidad, de la emoción. Mi lápiz comienza a moverse, solo, y yo aun no logro salir del impacto de aquello. Y solo fue una sonrisa, una simple sonrisa de amabilidad. “Tan alegre, tan cordial. Una sonrisa dirigida a mí, quizás como un saludo. Para ella fue eso. Para mí fue un posible seguro viaje al hospital. Lo que comenzó a moverse en mí, con tan solo un pequeño cruce de miradas. Quizás ya me estaba volviendo loca, obsesiva con esto. Pero es realmente increíble como aquello significó tanto para mí”. Me detuve unos segundos, dejando descansar mi mano. Debo aprender a soltarla al escribir, en vez de tensarla tanto.

La miré, tan disimuladamente como he aprendido a hacerlo en estos dos últimos meses, me fijé nuevamente en su rostro. Su sonrisa tan llena de emoción y misterio, esperanzada nuevamente, enamorada, como no la había visto hasta hace unas semanas atrás. Sus manitos apretadas entre sí, nerviosa, jugueteando con sus dedos. Su mirada fijas en su manos. Pequeñas risitas que se le escapaban. Algo pasaba. Algo tenía que contar. “Intento adivinar que te sucede, mi pequeña dulce princesa. Al personaje de mis historias le ocurría algo, pero lo tenías tan bien oculto que no logro descifrar que pasa. Ahora me pica la curiosidad, la niña de mis historias tiene algo que contar, pero debo esperar al que llegue el afortunado hombre que tu corazón ha robado para saber que pasa. Espero no necesitar las palabras, porque sino, la curiosidad me quemará hasta el punto en el que realmente dejaré el miedo de lado e iré ante ti, solo para descubrir que es.” Quizás entre sus manos estaba una gran historia, una gran revelación. Esa que es el giro total en la historia de amor, el punto que te llevará al clímax de tu cuento, y yo estoy aquí sentada, como la lectora que devora las páginas para saber que sigue. Intento adivinar. Ahora, por primera vez, pido que el suertudo idiota que te tiene tan enamorada aparezca para que le digas, a ver si con su reacción logro descifrar de qué se trata.

Hasta que el rey de roma hace acto de presencia. Con rapidez, va a sentarse con ella. Comienzo el dialogo en mi cabeza, de seguro lo más alejado a la realidad posible, pero es divertido. Mi pequeña dulce princesa le toma las manos, ambas, con las suyas, se muerde el labio. De seguro debatiéndose si decirle o no. Dile. Le mira con sus ojitos brillando. Conozco esos ojitos, los he visto en películas y esas cosas. Mueve los labios, intento unir las letras que logré reconocer. Aun no terminaba de armar yo lo que le dijo cuando la sorpresa enmudecida de su pareja me dejó bien en claro de que trataba todo esto.

-“Estoy embarazada”-

Creo que él y yo quedamos de la misma manera, ambos sorprendidos de la misma manera. Ninguno de los dos dijo nada, yo intentaba procesar lo que le dijo. Ahora si la había perdido. Iban a tener un pequeño. Ahora si la había perdido. El destino me dio mi oportunidad, me dio todas las oportunidades que pude pedir para ir y hablarle, me dio todas las oportunidades para encontrarme con ella, y las desperdicié. Preferí irme por lo seguro, preferí quedarme aquí observándola. El único lugar en donde seguro la encontraba todos los días, éste fue el lugar en que la conocí. Ahora se convertirá en un lugar vacío. De seguro, ya no volvería. De seguro no la volveré a ver más. ¿Y a mí que me importaba? Nunca significó gran cosa en mi vida. Entonces por qué... ¿Por qué me encuentro llorando? Nunca fue mía. Nunca la conocí. Nunca le hablé. Solo me obsesione con algo imposible. Entonces ¿Por qué me duele tanto? Mis lágrimas caen sobre mi libreta, mojando mis hojas, mis dos meses con ella, lo más cerca que pude estar de ella. Sonrío, con dolor y tristeza. Esto me pasa por dudar, por creer que tendría una oportunidad, por nunca haberme acercado a ella por ultimo a romper mis esperanzas. Me muerdo en labio inferior que había comenzado a tiritar, por culpa de mis ahogados sollozos. Ya no la volvería a ver más. El dolor de aquello, lo que provocaba en mí. No lo entiendo.

Me levanto de mi puesto, en dirección al baño. Me enjuago la cara. Salgo. Aun están ahí. Ambos sonreían felices. Te sonrío, pero no me notas, pago lo que debo. Salgo rápidamente del lugar, solo quería correr a casa para poder llorar en paz. No entiendo y creo que seguiré sin entender el resto de mi vida. Te he perdido, nunca fuiste mía, nunca lo serás, pero aun así siento aquel dolor de esa perdida ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Quizás todos tenían razón, quizás el estúpido final feliz que intento encontrar no existe. Ahora lo veo tan claro. La princesa que por tanto tiempo esperé nunca me perteneció, nunca estuvo enamorada de mí, nunca me miró, nunca pensó en mí ni un solo segundo. Por eso todos ceden a la realidad, porque es algo normal que pase, pero a mí no. ¿Por qué tenías que llegar tú para abrirme los ojos?

Antes de salir, miro por última vez a mi pequeña princesa, a la pareja feliz. Espero que seas feliz a su lado, es lo que más deseo para ti. Te acaricia el vientre, ahora es algo que nunca podré olvidar, algo que me dolerá por el resto de mi vida. Las lágrimas salen, te sonrío, les sonrío a ambos. Felicidades. Que esta sea la ultima vez que te vea, entonces...

º/º/º/º

 

Al llegar a casa me encerré en mi habitación. No hice nada. Ni siquiera me digné a quitarme mi ropa o a ducharme. Nunca había sentido lo que era perder a alguien a quien creíste amar, y ahora estoy así por alguien con la que nunca hablé. Toda la noche despierta, trasnochando con lágrimas. Mis únicas compañeras en el dolor de aquella extraña perdida que había experimentado mi corazón.

Me parece tan divertido como lo que yo dije se hizo realidad. Como el cruel destino se iba a enojar conmigo por nunca haber aprovechado las oportunidades que me dio y me iba a decir: “desaprovechaste cada oportunidad que te di para que hablaras con ella, y como no lo has hecho, debo creer que no te interesa. Así que espero disfrutes el ultimo día en que la verás”. Ahora estoy pagando por ello y me estoy preguntando: “¿Qué hubiera pasado si...?”. Me rio de mi estupidez, aun con las lágrimas bajando y acariciando mis mejillas, como una loca. Nunca enfrenté éste dolor y ahora que lo hago, es horrible. Siempre fui tan segura de lo que hacía, que al terminar con alguien siempre sabía por qué, entonces nunca me dolió. Fui. Si, ahora estaba segura de es en pasado. Porque de repente aparece ella y acaba con todo lo que yo formé de mí misma, mi seguridad, mi confianza, mi determinación. Yo siempre sé que es lo que quiero. Ahora la quería a ella. Y siempre hago todo por ello. Pero como idiota me quedé observando, a distancia, segura de que nunca me odiaría. Nunca cambio de opinión tan rápido. Y nunca lo haré, incluso ahora quiero ir por ella.

Mi hermana siempre me dijo que aquella terquedad mía sería mi ruina, que cargaría con un inmenso dolor algún día, pero nunca le quise creer. ¿Cómo? Sí yo siempre lograba lo que quería, obtenía lo que quería y nunca salía herida. “¿Y las demás personas que quisiste? ¿Las personas a las que dejaste?”. Hermoso, ahora la vida se venía a vengar de mí. Yo sé que nunca dejé llorando a alguien cuando terminaba, siempre lo hice en los mejores términos. No es justo, yo era buena. Lo único que estaba buscando era una persona que amar para toda la vida. “Y vivieron felices para siempre”. Solo buscaba a la princesa de éste príncipe. Siempre me dijeron que eso no existía, pero yo no les quería creer. Incluso ahora con casi treinta años de edad, aun busco a mi princesa. Con veintiocho años, es difícil, pero yo todavía busco a mi princesa.

Quiero crear mi final feliz junto a la persona que vaya a amar para toda la vida. Creí haberme enamorado muchas veces, pero antes de darme cuenta el amor se me acababa más pronto de lo que creía. Me dolía dejar a la persona que le prometí amor eterno, por eso hablaba con ella hasta quedar en los mejores términos posibles. Nunca hice sufrir a nadie. ¿Por qué yo si lo estoy entonces? “Quizás estoy viviendo mi historia de amor”. Tal vez. Tal vez solo debo pasar por eso desgarrador dolor por el que pasan los personajes de novelas de amor, antes de conocer al amor con el que vivirán su final de cuento de hadas. Sé que algún día tendré un final feliz, una familia, alguien a quien amar para toda la vida...
Solo quiero mi “y vivieron felices para siempre”...

Notas finales:

Maname: Oh, por dios
Amane: terminamos el capitulo :D
Maname: -w- eso ha sido todo por hoy lectores
Amane: nos vemos en la próx. actualización
Maname: que de seguro será la proxima semana :D
Amane: Bay bay!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).