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Mi compañero de escuela por Andy OFarril

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Notas del capitulo:

No tengo mucho qué decir, por eso les dejo ya el capítulo 11, ojalá lo disfruten ...

Visiblemente agotado, Romel se encaminaba a su vehículo, eran cerca de las 8 de la noche cuando las luces de la facultad se comenzaban a apagar, el día fue sumamente difícil, la agresión, la historia, el reconocer sus sentimientos, para Hunter fue uno de esos momentos en los que el mundo se venía encima. Con desgano jugueteaba con las llaves del coche, al introducirla para abrir la portezuela suspiró largo…

-Mañana será otro día…- se introdujo y arrancó.

 

Los primeros rayos de la mañana alumbraban todo a su alrededor, el rocío en las hojas de los árboles los reflejaban. El reloj en la mano de Hunter marcaba las 7:30 de la mañana. Se arregló como todos los días, un aspecto muy informal pero aceptable, se veía bien, ese era su estilo. Pantalones de mezclilla un poco deslavados, playera color blanco un poco holgada, pero lo suficientemente estrecha para marcar su musculatura, tenis del mismo color que la camiseta, el cabello algo desordenado, sin embargo así era él. Volteó a todos los sitios que su vista pudo alcanzar para hallar a Frederic, pero no lo encontró. En una mesa que había en la explanada sus amigos lo aguardaban…

-¡Hey Hunter! Ven acá- le gritó uno

-¿Qué hay?- dijo el aludido como respuesta.

-Eso mismo nos preguntábamos, ¿qué te hizo el amargado del director?- le cuestionó otro, el más rollizo del grupo.

-Pues… nada, solo me mandó con el consejero y ya- dijo en un tono indiferente

-Vaya que el marica tiene contactos, ¿cómo se pudo enterar el gruñón tan pronto?-

-De seguro Frederic le pasa “algo”- el muchacho rollizo espetó en un claro doble sentido.

-Ya estuvo bien, déjenlo en paz- Romel se mostró molesto

-Uuuuy, ¿qué sucede? ¿te molesta que hablemos de ese y sus cochinadas?-

-Sólo digo que ya es suficiente, no quiero hablar más de esto- al verlo tan serio prefirieron callar y cambiar el tema.

-Bueno, bueno, y ¿qué pasó, no te van  suspender o algo así?-

-No, y… ¿qué no vamos a tener clase?-

-No creo, la maestra está en el auditorio desde las 7, hay un congreso o algo por el estilo-

-Ah, me fastidia levantarme temprano y no tener clase- exclamó Hunter un tanto molesto.

-Pues qué quieres, según sé la coordinara es un amiga de la maestra y del consejero-

-Entonces mejor me voy, tengo sueño y si bien me va me podré dormir de nuevo- Romel tallada su ojo derecho.

-Mira allá va la maestra, el consejero y la otra señora, debe ser la coordinadora del congreso- señaló el rollizo.

 

El trio de profesionistas se mostraba muy a gusto, de repente se les unió un hombre como de 70 años, todos lo saludaron con  amabilidad, especialmente el consejero. Se acercaron al grupo de estudiantes, la maestra de Hunter habló para pedir una disculpa…

 

-Chicos, lamento no haberles podido avisar, es que ando por las nubes y se me pasó por completo, en verdad lo siento- volteó donde sus amigos y se dio cuenta de su falta de cortesía- ¡Pero qué maleducada soy! No los he presentado, bueno a ti yo creo que ya te conocen- se refirió al consejero, ese día iba vestido con unos pantalones azul marino de vestir, una camisa color beige y un chaleco crema con toques de color azul, como siempre lucía muy bien con esa apariencia tranquila y amable.-Miren jóvenes ella es la doctora Celite Monroe, la coordinadora del congreso-

Cuando Hunter escuchó el nombre de la mujer miró de inmediato al consejero…

-“¿Celite?”- pensó, el mayor sólo esbozó una sonrisa, esa que delata la complicidad entre la gente.

-Este señor, es una eminencia en la materia, les presentó al Doctor Emmanuel Sanders- el hombre de avanzada edad los saludó con un ademán.-Y bueno, creo que todos en esta facultad conocen el querido consejero, no sé qué les das que te los ganas a todos Andrew-

-¿Andrew?- preguntó confundido Hunter.

-Sí, mi nombre es Andrew Highway, ¿no te lo había dicho?- fue muy sonriente cuando reveló su identidad.

-Bueno chicos, nos vemos la próxima clase y mil disculpas, vamos por favor- lo último lo dijo a sus amigos.

 

Luego de que los profesionales entraran al congreso, la cabeza Romel quedó completamente enredada…

-“El es Andrew, lo que me contó fue su historia, su propia vida, con razón la conocía a la perfección, si él la vivió”- sus amigos notaron que estaba demasiado pensativo por lo cual lo interrumpieron

-¡Hey! Hunter, despierta… despierta-

-¿Eh?- reaccionó

-¿Qué te pasa te fuiste del mundo unos segundos?-

-No, nada, no me pasa nada- el rollizo iba a preguntarle algo más cuando prefirió hacer un comentario al ver  a la persona que llegaba…

-Miren nada más, la reina del carnaval llega con su nuevo novio…- los otros dirigieron su vista a la persona de la cual se burlaba, se trataba de Frederic que llegaba con un muchacho que le cargaba las cosas.

La vista de Romel se nubló, no podía pensar con tranquilidad, unos terribles y asesinos celos se apoderaron de él, no permitiría que nadie se metiera con su novio, y nadie incluía a nadie, sin importarle nada más caminó en dirección del par de muchachos.

-¿Se puede saber por qué le cargas la mochila a Frederic?- preguntó Hunter muy molesto.

-¿Quién es este?- el desconocido se dirigió al dueño del portalibros

-Él, pues…- miró con precaución a su alrededor y Frederic descubrió a los amigos del chico- nadie, no es nadie, apúrate que debo llegar a clase- lo negó para no meterlo en más problemas, para Romel no fue el mismo significado, se quedó con un palmo de narices, ahora estaba aún más confundido, por un lado descubrió quién era el consejero, por otro el chico que lo ama lo niega, sí que estaba mal. 

Pronto se dio cuenta de que si lo dejaba ir se arriesgaría a perderlo…

-Ni loco, primero me matan antes que te vayas con ese- erguido y completamente decidido fue tras ellos, cuando estuvo cerca tomó a su novio por la muñeca y lo jaló- Vámonos, no hay clase, anda- prácticamente se lo ordenó.

-Espera, es que…- volvió a ver hacia la explanada y los chicos seguían mirando- No, déjame, no ves que estoy acompañado- la respuesta lo hizo sentir una rabia interna enorme.

-Dije que nos vamos, y eso haremos, tú, dame su mochila ahora- le dijo al otro

-¿Quién te creer para darme órdenes?-

-Mmm, pues soy Yo y con eso me basta- le dio un puñetazo en la cara derribándolo, cuando estuvo en el piso, levantó las pertenencias de su pareja y lo jaló nuevamente para llevárselo. El grupo de amigos los miraban atónitos no entendían lo que estaba ocurriendo, murmuraban entre ellos pero callaron cuando vieron a Hunter acercarse, sus ojos sacaban chispas, era la primera vez que lo veían tan furioso- Óiganme bien partida de imbéciles, este que ven aquí- levantó la mano de Frederic- es mi novio, lo amo, y él está por encima de cualquier cosa y de cualquier persona, si me quieren dejar de hablar háganlo, si me quieren delatar háganlo, si me quieren golpear inténtenlo, pero si se meten con él… los mato.- con su misma actitud furibunda salió del plantel, sus amigos no dijeron ni “pío” su valiente actitud los dejó completamente mudos.

Ya en el estacionamiento, le ordenó al chico…

-Sube-

-No quiero-

-Te digo que subas-

-Y yo te digo que no quiero-

-¿Ah no? pues ya verás que sí quieres- Hunter abrió la portezuela, con fuerza pero cuidando no lastimarlo lo metió, cerró, puso el seguro para que no pudiera escapar y rápidamente él hizo lo mismo.- Ahora tú y yo tenemos que hablar, y por cierto, si no quieres que me la pase partiendo caras, más te vale decir que tienes un novio muy celoso- Fredreric sonrió ante la falsa molestia del otro.

 

Unas horas después del congreso, Andrew y Celite platicaban…

-Entonces por eso se sorprendió el muchacho, le contaste la historia-

-Sí, era necesario, ya sabes que es algo demasiado íntimo, pero este joven estaba igual de confundido que yo hace tantos años, por eso juzgué pertinente hacerlo-

-¿Y crees que funcione?-

-Yo creo que sí-

-Todavía lo recuerdo, me parece increíble que ya haya pasado tanto tiempo desde eso…- la bella mujer madura suspiró- aún recuerdo aquel terrible día- su gesto mostró tristeza.

-No creas que yo no, también lo recuerdo y cuando se lo dije a ese muchacho por poco cometo una imprudencia, afortunadamente recordé cuál era mi papel y seguí-

-Jon, ese Jon nos cambió la vida, me enseñó que para cumplir los sueños se debe tener la valentía de buscarlos-

-A mí que el amor no tiene sexo, y él fue y será el amor de mi vida, nadie ha podido lograr que deje de amarlo-

 

Dentro del auto en un centro comercial, Hunter y Frederic terminaban de hablar, se contaron y dijeron todo lo que sentían el uno por el otro…

-Nunca más dejaré que el miedo ponga en peligro nuestra relación, ya no quiero esconderte, esconderme, te amo Frederic- buscó sus labios con ansiedad, lo besó, lo hicieron con tal pasión que por segundos sus bocas se fundieron en una sola.-Nunca más, nunca…-

-Gracias, gracias por ser el amor de mi vida, gracias Romel, mi príncipe azul- las lagrimas salieron de los ojos del chico, su novio lo abrazó, sellando lo que desde ese día o mejor dicho, esa noche iniciaría.

 

Sin pena alguna caminaron por el “mall” tomados de las manos aún sabiendo que a su alrededor existían miradas de repulsión, odio y aceptación. Ambos tenían que darse una oportunidad y la tomarían con todas las repercusiones que trajera.

-¿Te das cuenta cómo nos miran?- preguntó sonrojado Frederic

-Sí, pero solo importa que te amo- no dijo más y lo besó. El otro enrojeció mucho más, sabía que los miraban y de alguna manera le daba vergüenza, no por sentirse culpable sino por no estar acostumbrado.

 

Al salir del centro comercial, Hunter miró una silueta conocida esperando en el andén de los taxis…

-¿Será posible?- enmarcó los ojos para discriminar bien a la persona. Se trataba de un hombre, vestido casual, peinado impecablemente, llevaba puesto un suéter y una bufanda enredada al cuello puesto que hacía frío, frotaba sus manos y las inundaba con su aliento para calentarlas.

-¿Qué? ¿A quién ves?- dijo su novio algo inquieto

-Mira, creo que sé quien es…- señaló al sujeto.

Prontamente un auto llegó, de él descendió un varonil hombre, con camiseta ceñida al cuerpo, unos pantalones de mezclilla, el cabello peinado, pero no tanto como el otro. Los jóvenes se acercaron, y pudieron escuchar a esos hombres…

-Tardaste demasiado- dijo el de la bufanda un poco molesto

-Lo siento, había mucho tráfico traté de llegar lo antes posible. Qué bueno que estás abrigado sabes que no me gusta salgas de casa sin cubrirte, podrías enfermarte- contestó el recién llegado.

-Ya sé, ya sé… me cuidas mucho, sólo en el trabajo soy libre-

-Pues mi señor, usted nunca será libre de mi- se acercó y lo besó tiernamente, el otro correspondió- No quiero arriesgarme a tenerte en peligro, nunca más lo permitiré-

-Gracias por amarme tanto, aunque no sé en qué momento perdiste esa rebeldía que tanto me gustaba-

-Desde el día en que tú te transformaste en un amargado, jajaja, aún así lo amo  mi director, o mejor dicho… mi querido Jon…-

Notas finales:

Siento haberlos torturado tanto... gracias por sus lecturas   :D


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