-¿En verdad Jon le ayudaría a esa mujer?- preguntó un tanto indignado
-¿Es mala su actitud?-
-¡Pues claro! Si lo quiere debería luchar por él, pero es un tonto si cree que va a ser feliz viéndolo con esa tipa- el consejero observaba la actitud del alumno, se molestó al escuchar lo que el personaje sería capaz de hacer.
-Eso, se llama amor, el desear la felicidad del otro aunque no resulte la propia-
-No, a eso se le llama ser tarado, mire que permitirle a su amiga quedarse con la persona que ama, eso no está bien-
-Entonces… ¿qué estaría bien para ti?-
-Pues que no sea menso y luche por él- el profesional sonrió satisfecho.
-Ya veo, según tus palabras uno debe luchar por lo que se quiere- el joven se sonrojó, hay un dicho que reza “por la boca muere el pez”.- muchas personas deberían aplicarlo ¿no crees?-
-Eh… pues… y qué más pasó- el mayor no pudo evitar sentirse feliz por lograr abrir un buen discernimiento en Hunter.
-Bueno… pues Jon…-
CONTINUACIÓN DE LA HISTORIA
Jon, al paso de los días, quería descansar un poco, el confesarle sus sentimientos a alguien tan lejano como Andrew lo dejó muy debilitado emocionalmente hablando. Se propuso no verlo por los próximos días… no lo logró.
Como si la vida se burlase de él, se lo topaba a cada instante, a pesar de tener juntos solos la clase de Sanders, lo encontraba en cualquier sitio, unas ocasiones el guapo rebelde ni lo miraba, en otras y las más fantásticas lo saludaba con cortesía. Una tarde, Celite, se acercó al joven que pintaba unas pancartas en protesta por el alza en el pago de la inscripción, muchos se unieron a la causa…
-Hola Andrew- lo saludó ella
-Hola – él le respondió con una amplia sonrisa.
-Veo que ya estás tomando medidas por el incremento en la inscripción-
-Sí, no es justo que lo hagan nada más porque sí, me parece una medida autoritaria y los altos mandos deben saber que no estamos de acuerdo-
-No cambias, por eso te metes en cada problema…-
-No puedo evitarlo, me irrita que los “jefes” se pasen de listos-
-Eso es bueno, me agrada tu manera de pensar-
Como la mayoría de las veces, Jon buscaba a su amiga para irse juntos, sin embargo, se llevó una desagradable sorpresa al ver al rebelde de sus sueños con su mejor amiga. Celos, tristeza, decepción, un cúmulo de emociones se le juntaron, sintió como si su corazón se detuviera, sus ojos se cristalizaron, iba a irse lo más rápido para evitar seguir viendo la escena, su amiga se interesó en aquel joven y ella por su condición tenía todas las de ganar.
-¡Jon! ¡Jon aquí estoy!- Celite agitaba su mano.
-“No puede ser”- pensaba, tenía que ir donde ella para no quedar mal, con todo el cuerpo temblándole se acercó- ¿Qué pasó?... ah… Hola Andrew- el mencionado dejó por un momento la pancarta y lo saludo gentilmente.
-Hola ¿cómo estás?- esa sonrisa, lo saludaba igual que a cualquier otro, pero Jon sentía o quería sentir que ese gesto solo lo tenía con él.
-Bi… bien- asintiendo el guapo continuó con su labor.- Celite… debemos irnos, mamá me espera-
-Si,- lo alejó un poco para hablarle en confidencia- ¿te molesta si me quedo? A lo mejor y Andrew necesita ayuda… ¿me entiendes?- ese doble sentido lo comprendió a la perfección.
-Claro, no te apures, nos vemos mañana… te quiero- fingió compostura
-Gracias, nos vemos mañana- no se despidió del atractivo compañero, antes de abandonar la explanada, volteó para ver a su amiga y a su amado…
-Se ven muy bien juntos, harían una linda pareja- una lágrima indiscreta se le escapó del ojo, la limpió con cuidado y se retiró.
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-¡Pero qué desgraciada esa mujercilla!- Hunter dijo realmente molesto
-Tranquilo, no te exaltes-
-Cómo es posible que su amiga le haga eso, no es justo, y ese imbécil de Andrew, ¿qué tiene en el cerebro? No, si unos son demasiado idiotas-
-¿Te molesta lo que le sucede a Jon?
-Se imagina cómo debió sufrir por culpa de esos dos-
-Sí, me lo imagino… me lo imagino-
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Esa noche, mientras la oscuridad reinaba en la habitación del chico, él lloraba por su derrota…
-Él merece una chica hermosa, inteligente, que sea lo suficientemente adecuada para su personalidad- la respiración se le cortaba- yo no tengo ni la más mínima oportunidad, ¿cómo llegué a pensar que alguien como él podría fijarse en mí? ¡Qué ingenuo! Estoy seguro que Celite sería la adecuada, y si puedo la ayudaré, es mi amiga y la quiero mucho, él es el amor de mi vida y si puedo unirlos para que sean felices yo también lo seré- el llanto se le escapaba a torrentes- no le faltaré el respeto a su masculinidad ni a su hombría, si ya me dijo que no lo voy a respetar, lo ayudaré a ser feliz con alguna chica bonita, lo ayudaré-
Tras unas horas de sufrimiento, se quedó profundamente dormido, el cansancio de la escuela y el amor lo venció. Al día siguiente, Celite le contó lo sucedido…
-Andrew es genial, mira que nos fuimos a parar en las oficinas de la rectoría y protestamos, no sé si nos hagan caso, pero fue un avance, en agradecimiento me invitó a tomar un café, es tan caballeroso, quién diría que ese rebelde es un chico tan educado- escuchaba atentamente las palabras de emoción de su amiga.
-Qué bueno que estés tan bien, me alegra tanto que la hayas pasado tan bien- le dolía, y en lo más profundo de su alma, pero debía respetar la decisión del fortachón.
-¿Y tú que hiciste?-
-Pues fui a casa e hice la tarea que tenía pendiente, ya sabes que Sanders nos carga la mano-
-Sí, es un tirano-
-No sé cómo alguien puede ser así de amargado…- Jon fue interrumpido por ella.
-¿Ya viste quién llegó? ¿A poco no se ve guapísimo?- señaló al guapo
-“Es hermoso”- pensó Jon- Si, ya llegó tu querido futuro novio-
-Voy a saludarlo- se separó la chica para acercarse a él, su amigo la vio alejarse
-Es lo mejor Jon, es lo mejor, sé feliz por ellos dos que se lo merecen- se decía a sí mismo, por unos segundos, y gracias a su amiga, Andrew lo vio y le saludo agitando la mano, ese gesto era suficiente para hacerlo feliz durante el resto del día.
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-¿En verdad era feliz con que ese idiota lo saludara con la mano?-
-Sí, ese simple gesto para unos, para él era maravilloso-
-¿Por qué no le dice a su amiga la verdad? ¿Por qué no tiene el valor de decirle que ama a Andrew?-
-Los misterios de la vida Hunter, no siempre se puede actuar igual frente a todos-
-Es que… es que… ahhh… ¿qué pasó después?-
-Pues los días transcurrieron…-
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Al paso de los días, Jon continuaba con sus encuentros casuales con Andrew. Por más que hacía por evitar verlo se lo topaba de una u otra manera. Si lo miraba subir la escalinata se escondía en el baño, si lo veía en la cafetería esperaba a que se fuera para poder comprar, sin embargo de nada funcionaba, se lo encontraba y era suficiente para derribar cualquier fuerza de voluntad.
Esa tarde fue la peor de todas, ocurrió lo que pensó que ocurriría. Jon comía un emparedado en la explanada, aguardaba su hora de clase y mientras lo hacía, leía el texto requerido para su próximo estudio, levantó la mirada y descubrió a su amado, llevaba puesto unos jeans color azul y una playera color blanco que marcaban sus horas en el gimnasio, se enajenó al verlo, solo necesitaba mirarlo de lejos para conformarse, pero salió de sus pensamientos a ver lo siguiente, Celite se acercó saliendo de la biblioteca y lo besó, lo besó tan apasionadamente que aquel que los viera sentiría envidia de ese ósculo, Jon cerró los ojos fuertemente, evitaba seguir contemplando ese acto…