-¿Usted cree que Jon pueda olvidarlo?-
-¿Tú qué piensas con respecto al amor? Es decir ¿cómo lo ves?-
-Es una fuerza interna que te hace intentar ser una mejor persona para estar bien con quien amas- los ojos de Hunter brillaron al decir esa respuesta.
-¿Estás enamorado?- cuestionó el consejero
-¿Yo?- se asustó un poco ante la pregunta tan directa- no lo sé…- dirigió su vista a otro lado para evitar el contacto.
-No me lo tienes que decir si no quieres, solo ten presente que cuando tomamos una decisión es muy importante que sepamos que lo hacemos porque así lo queremos-
-¿Y cuando no lo deseamos?-
-Desde mi punto de vista eso no es posible, al momento de elegir algo es porque nos parece lo más adecuado en ese instante, si nos equivocamos sabremos que es una lección de vida, si acertamos seremos las personas más felices de este mundo-
-Yo… sí- habló el alumno algo nervioso
-¿Tú si… qué?- enmarcó los ojos el mayor
-Si estoy enamorado- el profesional sonrió complacido, un objetivo más era alcanzo, reconocimiento.
-¿Esa persona lo sabe?-
-Creo que sí-
-Bien…- el consejero suspiró- pues prosigo…-
CONTINUACIÓN DE LA HISTORIA
Andrew miró la indefensa figura de Jon bajo las inclementes gotas de lluvia, posicionó el auto frente al muchacho y silbó con el claxon. El otro parecía no escuchar, mantenía la mirada perdida, un segundo silbido lo hizo volver en sí, lentamente se acercó a la ventanilla del copiloto y el fortachón bajo el cristal…
-¿Qué haces allí? ¿Es que no sabes que puedes enfermarte?- decía Andrew preocupado
-Es que… espero…- su voz a penas y se escuchaba
-Anda sube…- abrió la portezuela, Jon dudó unos segundos antes de abordar, sin embargo decidió hacerlo- ¡Vaya que eres necio! Mira que estar bajo la lluvia cuando podrías estar en la escuela…-
-Agradezco tu preocupación pero estoy bien así- contestó un bruscamente.
-¿Así? Mírate estás mojado, te puedes resfriar-
-Estaré bien…- se produjo un silencio breve- si quieres déjame en la salida de la calle, ahí hay cornisas y podré aguardar mi transporte-
-No, dime dónde vives y yo te llevo-
-Gracias de nuevo pero no es necesario-
-¿En verdad quieres seguirte mojando?
-“No quiero mojarme, pero tampoco quiero estar cerca de ti, tenerte a mi lado me hace revivir todo lo que hay dentro, aumentado todas esas ganas de llenarte de besos”- pensó Jon- Solo no quiero causarte molestias, eso es todo- miraba a sus pies.
-Para mí no es ninguna molestia-
-No, mira déjame ahí y busco una teléfono para llamar a Iván, él vendrá por mí-
-No- su tono amable cambió repentinamente a uno seco-“¿Qué demonios te pasa? Primero me mandas una carta diciéndome cuánto me amas y ahora me sales con esto”- se dijo así mismo Andrew al momento de ver al frente para manejar con cuidado puesto que la lluvia había intensificado su fuerza.
-Por favor déjame ahí, ya no…- las palabras quedaron suspendida, se la angustia y la emoción le impidieron decir otra palabra.
-¿Prefieres que venga ese Iván, no?- Jon asintió- Bien, te dejaré en la esquina- se notaba claramente un gesto de molestia en la cara del guapo. Un par de minutos después se encontraban en el sitio acordado- Baja y vete con cuidado-
-Gracias por el aventón Andrew, lamento molestarte-
-No hay cuidado, que tengas buena noche- le acercó su mano para despedirse, con su extremidad temblado el chico mojado la tomó, otra vez esa sensación de corriente eléctrica se apoderó de él, sentir su piel, su calor, su amabilidad, por la mente de Jon se cruzó la idea de ser correspondido, de inmediato la desechó, se soltó y sonriendo descendió del vehículo.
Se ubicó debajo de una “aguadera” y volvió a su actitud mutista, sin esperar más Andrew arrancó.
Mientras conducía, repensaba su actitud para con su compañero de escuela- ¿Por qué me importa tanto su bienestar? Debe ser porque no me gustaría verlo sufrir, después de todo está enamorado de mí… ¿y entonces por qué tanta consideración con ese idiota de Iván?- se sumía en sus conjeturas, lo mejor sería dormir y dejar que las situaciones de arreglaran con el tiempo.
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-Es mi impresión… ¿o Andrew está interesado en Jon?-
-¿Crees que un tipo como él pueda fijarse en alguien como Jon?-
-Por supuesto que sí- expresó un poco inconforme con la pregunta del consejero.
-¿Y por qué piensas que sí?-
-Porque es una buena persona, tiene los tamaños para intentar luchar por lo que quiere, y sobre todo porque ama a Andrew-
-Veo que te agrada mucho el pobre Jon-
-Sufrió mucho, nadie merece sufrir por amor-
-Así es la vida Hunter, no siempre las personas se enamoran de los indicados-
-Otras veces sí sucede pero somos demasiado cobardes para admitirlo-
-¿Conoces algún caso así?- lentamente asintió el estudiante…
-Sí, conozco uno en donde el miedo a la sociedad no permite que esa persona ame con todo su ser a la dueña de su corazón-
-Ya veo, el miedo paraliza e impide ser felices, si bien es un mecanismo de supervivencia también es una gran restricción- con mirada triste Hunter asentía nuevamente- ¿te parece si seguimos con la historia?
-Si, por favor…
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Al día siguiente Andrew llegó como de costumbre a la facultad, había analizado su situación y aún no comprendía del todo lo que le ocurría. Sin pensarlo miró a su alrededor esperando encontrar la figura de Jon… no lo vio.
No le pareció extraño, probablemente se hallaría en una clase o tal vez no había llegado aún. Tomó asiento en una de las mesas de la explana y no tardó mucho en ser acompañado por sus amigos. Así transcurrió media mañana y continuó sin ver a su compañero…
-¿Qué se supone que estoy haciendo? ¿Por qué esa insistencia en verlo?... No estoy bien, no debo estarlo- se decía al instante en que dejaba el libro que leía sobre la superficie en la cual recargaba sus brazos.
Las horas pasaron y nunca vio al chico que se enamoró de él- No lo vi, a lo mejor y se escondió como últimamente lo hace- sabía a la perfección que su pretendiente le sacaba la vuelta cada que lo veía acercarse. Tomó las llaves de su coche, llegó hasta él y se fue. Tres días fueron lo mismo, no lo veía por ningún lado. Tocaba la clase de Sanders, era integrante de su equipo con seguridad ahí lo vería. Caminó por los pasillos con su viril forma de andar, más de una chica le sonreía pícaramente, él devolvía el gesto con caballerosidad, evidentemente era el hombre de los sueños para más de una persona. Como de costumbre llegó tarde a la clase de su odiado maestro, después del clásico regaño, tomó su lugar. Descubrió que solo estaba Celite…
-¿Y Jon?- preguntó al notar su ausencia
-No pudo venir, desde hace días está enfermo-
-Le dije que si se mojaba se resfriaría-
-¿Entonces sí se mojó? Es un inconsciente, ya sabe que no debe hacerlo-
-¿Crees que es demasiado grave?-
-¡Pues claro! Jon padece de las vías respiratorias desde muy chico, y con los fríos que han azotado junto con esa empapada que se dio es normal que se haya enfermado-
-Pero… ¿cómo está? ¿Se encuentra bien?-
-Sí, Andrew, hasta ahora se encuentra estable, no creo que haya mayor problema, ya verás que en unos días más lo veremos aquí dando de vueltas- con esas palabras el rebelde se tranquilizó, aún se inquietaba por conocer el motivo de sus faltas a la escuela pero le deba paz saber que no era algo más grave.
Pasadas las 2 de la tarde, salían de la clase de ese viejo maestro, ambos se dirigían a la biblioteca para devolver los libros que utilizaron para el marco teórico de su proyecto. Cuando cruzaban la explanada para llegar a su destino, un apresurado Iván corrió para dar alcance a Celite, sin embargo antes de llegar a ella se encontró con el fortachón…
-¿Qué? ¿Vienes a buscar a Jon?- dijo desafiante el guapo
-No tengo tiempo para perderlo contigo, ¡Hazte un lado idiota!- explotó el motociclista
-¡Quítame tú!-
-¡Te digo que te apartes si no quieres que te quite por las malas!- Andrew notó que aparte de la mirada de desprecio que recibía del otro, se hallaba en la misma un marcado brillo de tristeza y preocupación, por ello, más que por la amenaza permitió que llegara a su compañera. No pudo escuchar lo que Iván decía, puesto que hablaba con un tono muy bajo, sin embargo pudo oír la respuesta de la chica…
-Cálmate, no te preocupes, todo va a salir bien- suspiró hondamente- ve al estacionamiento, iré a dejar estos libros y enseguida estoy contigo… Tranquilízate Iván, ya verás que todo estará bien- dando media vuelta el sujeto salió de la facultad, en cuanto miró libre el espacio de la presencia del hombre, su semblante de tranquilidad cambió a uno de preocupación…
-Celite… ¿sucede algo?- la mujer respiró pausadamente, cerró su puño derecho y lo llevó a la altura de su nariz…
-Jon… es Jon…- sus ojos se cristalizaron
-¿Qué sucede? Te pusiste pálida- la ansiedad del guapo aumentaba
-A Jon…- jaló aire- a Jon lo acaban de internar de emergencia… su estado se agravó, estas horas siguientes son vitales…- como un balde con agua fría la noticia le cayó, ese joven tan cariñoso, torpe en ocasiones, pero bueno, se encontraba en una situación crítica, de vida o muerte…