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Mi compañero de escuela por Andy OFarril

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Notas del capitulo:

La confesión que much@s esperaban... saludos.

-¿En verdad está muy grave?- Hunter se notaba angustiado, a pesar de ser una historia se encontrada demasiado enganchado.

-Sí, después de esa tarde la salud de Jon se complicó-

-Y… ¿qué sucedió?- el rostro del consejero cambió su semblante no podría describirse a cuál, pero notoriamente se transformó…

-Pues… te seguiré contando…-

 

CONTINUACIÓN DE LA HISTORIA

 

En cuanto Celite terminó su asunto con los libros salió corriendo al estacionamiento, antes, Andrew la encontró y le dijo casi suplicante…

-Por favor, cualquier cosa que sepas avísame-

-Lo haré, ten la seguridad que lo haré, por el momento debo irme, nos vemos después- se despidió agitando la mano y se marchó, llegó donde Iván, abordó su motocicleta y poco a poco desaparecieron de la vista del guapo.

 

Suspirando profundamente el rebelde recargó su cabeza en la pared que tenía cerca, cerró los ojos pesadamente y se dijo a sí mismo:

-Por favor, que esté bien, que esté bien- llevó sus manos a la cara y las restregó lentamente. Visiblemente consternado salió rumbo al estacionamiento, no se quedaría a sus demás clases, no tenía el humor para hacerlo, al llegar e insertar la llave para abrir la portezuela un recuerdo se le presentó:

-Aquí, justo en este lugar fue, justo aquí me confesaste tus sentimientos…

“Andrew… tú…. Tú me… ¡tú me gustas!... este es el momento en el que me golpeas y me insultas”-  una sonrisa se formó en sus labios, con mucha ternura ese chico le declaró su amor, inocentemente pensó que lo agrediría por hacerlo, los latidos de su corazón aumentaron su rapidez al revivir esos instantes, ese joven que tan valientemente se le presentó, hoy estaba muy mal, lo recordaba con la clásica carita llena de nervios que ponía cada vez que lo veía- Ese eres tú Jon, un guerrero, no puedes ni debes perder la batalla- sin darse cuenta sus ojos se humedecieron, no recordaba cuantos años habían pasado desde la última vez que lloró. Con melancolía miraba al horizonte, la tarde un poco nublada le pesaba, lo deprimía, ya sabía el origen de su preocupación por el compañero enfermo…

-Poco a poco lo lograste… Jon… mi querido Jon- puso su mano derecha a la altura del corazón. Subió a su coche y se marchó.

 

Al día siguiente, era viernes, tocaba clase con Sanders, Andrew realmente despreciaba a ese tipo, pero si quería graduarse tenía que soportarlo, como de costumbre llegó tarde…

-¿Nuevamente usted? ¿Qué de verdad no le enseñaron normas de puntualidad?- el catedrático le cuestionaba molesto

-¿Y qué a usted no le enseñaron a saludar? Digo, podría llevarse bien con los alumnos en lugar de regañarlos- le contestó esa tontería para ganar tiempo y ver si encontraba a Celite, no estaba…

-No vengo a hacer amistad con ustedes, y como veo que poco le interesa mi clase le pido que se retire, mientras no llegue temprano no va a tomarla-

-¿Sabe qué? Me hace un gran favor, hoy no estoy de humor para escuchar estupideces de cavernícolas…- dio la media vuelta y dando un portazo se fue. El haberse ganado un acérrimo enemigo poco le importó comparado con la angustia que vivía al no saber nada de Jon…

-¿Y si ya…? ¡No! deja de pensar tonterías… Jon se encuentra bien… es un guerrero se encuentra bien.- como se estaba haciendo un hábito, suspiró.

 

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-¡Andrew está enamorado!- gritó Hunter

-Sí, aunque Jon no lo sabe, él está enamorado… ¿Increíble no?- dijo el consejero

-No tanto, su compañero lo conquistó sin proponérselo, pero…- la felicidad en la cara del castigado se esfumó de repente.

-¿Qué ocurre?-

-¿Y no se lo dijo a Jon?-

-Hasta ese momento no… por eso es que si tenemos la oportunidad debemos aprovecharla-

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El fin de semana llegó, el fortachón ignoraba cualquier detalle con respecto a la salud de su enamorado, ¿qué estaría pasando? Era lo que se preguntaba constantemente, desconocía el hospital en el que se  encontraba, Celite no acudió a clases, se encontraba al margen de todo. Su mente imaginaba mil y una situaciones que estarían sucediendo sin que él lo supiera, la angustia lo mantenían en insomnio, fue uno de los fines más difíciles…

-¿Y si te encuentras más mal y yo no lo sé?- daba de vueltas en la cama- No quiero que te pase nada Jon, quiero verte reír tímidamente cuando me ves, que des esos pequeños saltos cuando te saludo, que te sonrojes y te escondas cuando me ves llegar… quiero tenerte junto a mi…- una lagrima resbaló por su viril rostro mientras observaba el techo de su alcoba- Yo también te quiero…- dijo en voz baja, por fin lo aceptaba, su compañero de escuela se metió dentro de su corazón gracias a su forma de ser, no necesitaba fingir o pretender ser alguien más, bastaba con portarse tal cual para conquistarlo… y lo logró.

Se encogió y respiró hondo, necesitaba verlo, poco a poco se enamoró de ese joven valiente que una tarde calurosa se le acercó para decirle sus sentimientos.

 

El lunes llegó, como de costumbre el guapo fortachón arribó a la escuela, estacionó su vehículo, sacó la mochila de la cajuela y poniéndose una chaqueta por el intenso frío que hacía a las 7 de la mañana se cubrió para entrar a su primera clase. Su mirada reflejaba melancolía por la cantidad de recuerdos que se agolparon, tomando aire comenzó su caminata, una chica lo miró y saludó con gusto, él devolvió el gesto con cortesía, al único que saludaba con cariño inmenso era a Jon.

Para no perder las esperanzas de verlo por los pasillos como antes, miró a su alrededor esperando contemplar la figura del joven, no a vio, sintió un vacío dentro de sí, pero no lloraría, su niño aún se mantenía en guerra, no la había perdido y por tal no era momento de deprimirse, avanzó rumbo a la escalera para subir al primer piso, una presencia se sintió detrás, antes de que volteara esa persona le tocó el hombro…

 

-Andrew…- Celite lo miraba, se le notaban a leguas unas marcadas ojeras, obviamente no había dormido bien en los últimos días- Disculpa por no venir antes, pero es que la situación…- su voz comenzaba a flaquear… - no va bien, hemos estado en vigilia con Jon…- no pudo terminar porque el guapo la interrumpió.

-¿Qué le pasó? ¡Dime no te quedes callada!- dijo desesperado

-Qui… quiere hablar contigo…- contestó la chica al momento de jalar aire, el solo hecho de hablar la tenía bastante mal.-Vengo del hospital, me pidió que te llevara-

-Vamos, no hay tiempo que perder, anda…- con la mano le dio el paso, juntos fueron al estacionamiento, aún bajo esas circunstancias no perdía su caballerosidad, abrió la portezuela del coche para que su compañera subiera, luego él abordó su sitio y condujo rápidamente.

 

En el trayecto los dos se mantenían callados, Celite cerraba constantemente los ojos, se notaba el esfuerzo sobrehumano que realizaba por no dormir, llevaba 4 días sin conciliar el sueño, física y moralmente estaba agotada. Andrew la miraba, notó que Jon se encontraba rodeado de personas que lo querían, una prueba fehaciente de ello era ver a esa mujer que luchaba por no descansar con tal de cumplir el encargo de su amigo, esos son los verdaderos amigos, aquellos que te acompañan en las buenas, en las malas y en las peores (como en esta situación).

 

Luego de 20 minutos se detuvieron frente a un edificio rodeado de unos árboles, era el hospital, él la tocó levemente para despertarla, la naturaleza humana es completamente distinta a nuestros deseos, tenemos necesidades fisiológicas, dormir es una de ellas…

-Celite… Celite… ya llegamos a donde me dijiste- le hablaba con tono suave y bajo.

-¿Hm?... ¿Qué pasa?- comentó adormilada

-Ya llegamos-

-ah… si… es cierto…- talló sus ojos con las manos, se espabiló un poco y descendió del coche- Ven, sígueme, es por aquí- Andrew aseguró su vehículo y la siguió.

Pasaron junto al vigilante en la entrada, como se trataba de un hospital privado tenía la ventaja de que los familiares podían visitar los pacientes casi a cualquier hora. El hombre solo les pidió que se anotaran en una bitácora y se adentraron al nosocomio.

Avanzaron, para Andrew las paredes y los cuartos eran iguales, el color blanco de la pintura, el azulejo del mismo tono le daban esa terrible y cruel lúgubre apariencia.

Pronto llegaron a un sitio donde el fortachón notó a una persona conocida. Iván se hallaba sentado mientras dormitaba.

-Ya volví…-lo despertó la mujer.

-¿Ah?... Celite… eres tú,  a dónde…- no finalizó su pregunta puesto que miró a Andrew- ¿Qué hace este imbécil aquí?-

-Cuida tus palabras motocicletero de pacotilla-

-Te voy a enseñar a…- Celite los separó…

-¡Hey basta! Allá adentro se encuentra Jon bastante delicado, ¿podrían tener prudencia?-

-¡Pues que se vaya y listo!- contestó Iván bastante molesto

-Yo no me voy, lárgate tu, no tienes nada qué hacer aquí-

-El que no tiene nada qué hacer aquí eres tú descerebrado, Jon es mi hermanito y no voya dejar que lo sigas lastimando-

-¿Hermano?... ¿Dijiste hermano?-

-Sí, ¿qué pesabas?-

-¡Ya! Iván por favor, Jon me pidió que lo trajera, déjense de tonterías…- Celite se dirigió a continuación a Andrew y le dijo- Esperemos que el médico nos dé el permiso y entras- él asintió.

Un cuarto de hora después, el doctor encargado permitió la visita, Jon se encontraba aún delicado, pero con las debidas precauciones permitirían el paso de una persona solamente. Iván respetó la orden y se quedó afuera con una cara de pocos amigos. Andrew pasó, en cuanto cerró la puerta su corazón se estrujó, su Jon, el alegre y tímido chico que conocía se encontraba entubado y con un catéter, estaba completamente indefenso, la neumonía le estaba dando una fuerte batalla. El enfermo se encontraba despierto…

-A… Andrew… qué bueno…- dijo con un hilo de voz…

-Shh… no hables, tienes que descansar…- le dijo cariñosamente

-a já…- respiraba con dificultad.

-Jon… yo… yo… siento mucho todo esto… debí insistir en llevarte a tu casa, por mi culpa estás así-

-No…-respiró hondo-no es tu culpa- sus palabras eran muy débiles, apenas y se oían- por favor perdóname por molestarte…-

-Nunca me has molestado, al contrario, me hacías muy feliz con tus ocurrencias y tu timidez-

-¿En serio?-

-Claro, ¿cómo crees que va a molestarme el chico más maravilloso de este mundo?- terminando su pregunta tomó la mano de Jon, la que no tenía el catéter.

-¿Te refieres a mi?- contestó un esperanzado chico.

-Por supuesto que a ti mi querido Jon-  se miraron con mucho cariño, ese que solo proporciona la persona que más se ama.

-Te amo Andrew…- de los cansados ojos del paciente descendieron gotas de agua salada- te amo fortachón…-

-Yo también mi querido Jon, también te amo…- el rebelde, ese que rompía corazones imitó la acción- sin saber cómo, me enamoré de ti-

-Andrew….- el pulso cardiaco del  aquejado comenzó a aumentar, respiraba con mucha dificultad, abría la boca para poder hacerlo bien, las manos que estaban fuertemente entrelazadas perdieron su agarre… la mano de Jon soltó la de su amado, el rebelde miraba atónito la escena, su llanto aumentó al darse cuenta que su enamorado no respiraba…

Notas finales:

Como cada capítulo espero sus mensajes para decirme qué les parece el fic   :D


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