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Gakuen Life por Glax Trancy

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Notas del capitulo:

¡Naruto no me pertenece!

 

 

Gaara sí...

 

 

 

 

 

 

Cada vez faltaba menos para las vacaciones de Navidad, las paredes del instituto estaban decoradas con brillantes adornos y luces de varios colores. Los alumnos, e incluso los profesores, se encontraban emocionados no solo por las vacaciones sino por las festividades en sí. Konoha era conocida por tener festejos increíbles y los banquetes que se ofrecían en honor a esas fechas era algo a lo que Gaara no estaba acostumbrado. Cada vez que ese mes se acercaban, el humor del pelirrojo decaía. Ya conocía la nieve, sin embargo en un lugar como Suna no era algo que se veía muy frecuentemente así que solía aprovecharla al máximo.

                Era sábado, varias semanas habían pasado desde su último encuentro con Sasuke en el cual el moreno había irrumpido en su casa acusándole de ser suyo para besarle y luego marcharse sin decir nada más. En todo ese tiempo sus anteriores encuentros casuales en la azotea comenzaron a suceder de nuevo, cada uno estaba tan puntual como antes y Shukaku estaba de muy buen humor.

                Levantó la manga de su chaqueta para consultar el reloj, pasaban ya de las dos menos cuarto, y Naruto había prometido estar a la una en punto. Comenzaba a desesperarse y enojarse de verdad. La película empezaría a las dos treinta y el rubio con su pareja estaban retrasados. Sai le sonrió pasando su mano por la espalda tensa del pelirrojo y este último entorno sus ojos en señal de frustración. A él no le gustaba el cine, había accedido por lo molesta que llegaba a ser Sakura cuando quería salirse con la suya y suspiró intentando distraer su mente.

                —No puede ser —escuchó decir a Sai y volteó para encontrarse con que el moreno había borrado su sonrisa para fruncir bastante el ceño.

                Al girarse, logró comprender el porqué. Naruto y Sakura venían tomados de la mano hablando tranquilamente acompañados de Neji y Tenten pero justo tras de ellos, venían también Ino y Sasuke.

                — ¡Lamentamos la demora, chicos! Sakura no sabía qué ponerse y además —tragó saliva al mirar el disgusto de sus amigos— también debimos esperar a Ino.

                —Yo invité a Sasuke —intervino Sakura al hacerse un silencio totalmente incómodo—, me pareció una buena idea dadas las circunstancias. Y ya que todos somos unos jóvenes maduros podremos ver la película juntos, ¿cierto? —finalizó sonriendo.

                La cara de Sai era un poema. Uno que hablaba de los peores horrores del mundo. Gaara por su parte estaba más tranquilo de lo normal, la presencia de Sasuke le impactó a la primera, pero era totalmente natural que luego de aquella vez que Sakura y Naruto hablaran con él, quisieran reintegrar al moreno al grupo. Gaara sabía el disgusto que la presencia de Sasuke causaba en su pareja, así que hizo un esfuerzo por ignorarle totalmente y siempre tener la mano de Sai tomada. Hicieron la fila para comprar golosinas y cuando todos estuvieron suficientemente abastecidos entraron a la sala correspondiente. Sakura estaba a la derecha de Naruto, Sai estaba a su lado seguido de Gaara, Ino estaba al lado del pelirrojo y finalmente al lado de la rubia se encontraba Sasuke. La película era de ficción y aunque las chicas hacían el intento de divertirse por sus acompañantes cuando habían transcurrido alrededor de cuarenta minutos salieron de la sala con la excusa de ir al sanitario.

                —Odio esta clase de películas —susurró Gaara a Sai quien le escuchaba con la mirada fija en la pantalla— no tiene sentido que caigan de una altura tan grande sin sufrir el mayor daño —finalizó haciendo una mueca de disgusto.

                —Solo debes concentrarte en los detalles gráficos Gaa-chan, la escenografía y la fotografía es excelente —susurró el mayor enderezándose en su asiento y fijando nuevamente la mirada en la pantalla dando por terminada la pequeña conversación. Al parecer Sai, sí que estaba disfrutando toda aquella absurda historia. Y ni hablar de Naruto.

                —Siendo honesto —dijo Sasuke, cambiándose ahora al asiento vacio que dejó Ino, e inclinándose para susurrar al oído del pelirrojo—, me gustan más las de terror o suspenso. Aquellas que despiertan una emoción en ti. O aquellas que pueden causarte desespero. Las disfruto mucho.

                Gaara decidió no responder. Ignoró la cercanía de Sasuke y la asoció al hecho de que el mayor tal vez no quería hacer mucho ruido. Después de todo, solo fue un comentario casual. Sai les miró de reojo, pero teniendo un pensamiento parecido al de Gaara, decidió ignorar el movimiento de Sasuke y centrar su atención en la película. Realmente estaba divirtiéndose.

                Sasuke continuó con sus comentarios casuales sin prestar mucha atención a la pantalla. Lentamente deslizó su mano desde el posa brazos, a su pierna para finalmente rozar la pierna del pelirrojo. Gaara no se inmutó, no quería alarmar a Sai pero tuvo que hacer un esfuerzo por no golpear a Sasuke cuando su mano rozó peligrosamente sus muslos subiendo muy cerca de su ingle. Aquello era demasiado. Afortunadamente para ellos, las chicas volvieron y Sasuke tuvo, muy a su pesar, que regresar a su asiento. La película finalizó sin más contratiempo y al salir todos estuvieron de acuerdo en comer algo. La comida pasó rápida, entre historias y anécdotas y miradas cargadas de mucha lujuria por parte de Sasuke. Ino y Sai estaban atrapados en una entretenida conversación sobre la película y Sakura, Gaara y Naruto escuchaban atentamente a lo que Sasuke les contaba. Gaara no tenía ni idea que Sasuke poseía un gran conocimiento en arte, películas, libros y en muchos otros temas. La verdad era mucho más culto de lo que él habría imaginado jamás.

                Al caer la tarde pensó por un breve instante que Sai se quedaría con él, pero el pintor le había comentado tiempo atrás, que tomaría un curso para aprender una nueva técnica desconocida para él y sería únicamente los días sábados, por lo que pensando que sería muy temprano para irse a casa y decidió pasar más tiempo con sus amigos, ya que a fin de cuentas, organizar una salida así resulta prácticamente imposible.

                Sai se despidió de todos para luego plantar un enorme y sonoro beso en los labios de Gaara con toda la intención de marcar su territorio Sasuke desvió la mirada fastidiado. Dieron un paseo por un parque cercano disfrutando únicamente del aire y el bonito paisaje. Si Gaara se detenía a analizar las cosas, realmente no conocía Konoha más allá del instituto, su hogar, la casa de su tío Baki y la de Sai. El resto del lugar le era totalmente desconocido, así que muy en el fondo le agradaba estar allí.

                —Chicos —dijo Sakura de repente— Naru y yo debemos marcharnos, tenemos cosas que hacer. ¿Quieren que les acompañemos a algún sitio? ¿Necesitas que te lleven a casa, Gaara?

                —No, no te preocupes. Puedo llamar a Temari o tomar un taxi. Quisiera caminar otro rato.

                —Sí, no se preocupen —intervino la rubia, ya que llevaba demasiado rato sin pronunciar palabra alguna— Gaara Sasu y yo nos quedaremos otro rato. Quiero mostrarle el parque a Gaara, ya que según tengo entendido no ha venido antes. ¿Cierto, Gaara?

                El pelirrojo sonrió a modo de respuesta y Naruto se llevó a Sakura a rastras luego de despedirse.

                — ¡Vaya prisa que tenían! —dijo Ino, riendo—. El cine tiene ese no sé qué que logra provocar efectos raro en la gente ¿no? ¡Bueno! —Exclamó sonriendo y dando leves palmadas en el aire—. Creo que es hora de marcharme chicos. Fue un buen día y diferente pero mamá me ha de estar esperando. Los veo el lunes en el instituto ¡hasta luego!

                La rubia se despidió con la mano a medida que se iba alejando con paso apresurado y Gaara no dudó ni un segundo que aquello fue una treta más de Sasuke. Sus medios ya empezaban a fastidiarle.

                —Ven, Gaara. Me gustaría mostrarte el lugar.

                —Así que todo esto fue idea tuya ¿eh?

                —Sí. Desde el principio. No es una cita, solo somos dos comoañeros de instituto con amigos en común dando un paseo casual en una bonita tarde. ¿No? —Sonrió con sorna teniendo las manos dentro de sus bolsillos con un aire despreocupado. Realmente era un bonito día y Gaara lo sabía.

                —De acuerdo —dijo, finalmente aceptando la invitación del otro.

                Los métodos de Sasuke carecían de tacto, pero eran, en sí, realmente efectivos. En cada trampa que tendía para él, caía con tanta facilidad que muy dentro de sí tuvo que admitir que Sasuke era un personaje ingenioso. Caminaban uno al lado del otro disfrutando de la brisa y el bonito atardecer. El sol se ocultaba y a Gaara aquello le parecía un hermoso lugar para compartir con alguien, pero no precisamente Sasuke. Deseó, de pronto, que Sai estuviese allí.

                Se detuvieron frente a un enorme lago rodeado de arbustos y flores dormidas. Hacía mucho frío pues empezaba a caer la noche. Sus conversaciones eran triviales y aburridas, Sasuke lucía tímido e indeciso y Gaara empezaba a enfadarse. Aquello era horriblemente aburrido.

                — ¿Sabes? —Soltó de repente—. Pensé que tu compañía podría ser un poco más agradable pero aparentemente si el sexo no está de por medio eres una persona aburrida.

                Sasuke pareció ofenderse, pero soltando una ruidosa carcajada cerró los ojos tapando su rostro con una mano. Al terminar de reírse frotó sus ojos con sus dedos pulgar e índice y sonrió incrédulo.

                — ¿Has pensado mucho en eso, cierto? No me considero alguien particularmente agradable, pero tampoco aburrido. ¿Qué te parece si vamos a tomar algo? He notado que te vuelves más hablador con el licor. Solo serán unos tragos y nos podremos ir a casa —dijo rápidamente al notar la mirada desconfiada de Gaara—. Si tu novio te deja, claro —finalizó sonriendo de medio lado.

                Shukaku estuvo muy tranquilo ese día pero la sola presencia de Sasuke hacía que algo se removiera dentro del pelirrojo causando que su otro yo despertase de tu letargo. Antes de Gaara caer en cuenta de lo que sucedía a su alrededor ya se encontraba en un taxi en dirección a la vivienda del mayor. No recordaba nada y al terminar de despertar de su ensoñación, logró fijar su vista en tres botellas que descansaban en el asiento del vehículo, justo a su lado. Tres botellas de vodka fino y dos cajas de cigarrillos. Sasuke que iba en el asiento delantero daba órdenes al conductor de dónde debía girar hasta que finalmente llegaron a la enorme casa del Uchiha. Eso era malo, era muy malo. Al llegar Sasuke descendió del vehículo abriendo la puerta trasera para tomar las botellas y la dejó abierta dándole una mirada expectante a Gaara el cual no se habí movido ni un centímetro ni dejaba de mirarse las manos.

— ¿Vienes o qué?

— ¿Existe un o qué?

— No.

— Eso pensé —respondió suspirando.

—Baja ya. Empiezo a molestarme y el taxi debe irse.

Gaara no hizo ningún movimiento, dejando en claro que no tenía intenciones de moverse o bajar del auto. Sasuke bufó molesto sacó las llaves de su casa, abrió la puerta y dejó las botellas en la entrada. Al regresar al taxi le dio billetes de más al conductor por su tiempo en espera y abriendo la puerta haló al pelirrojo del brazo hasta sacarlo por la fuerza y echándoselo al hombro se encaminó hasta su hogar luego de cerrar la puerta con el pie.

— Que seas tan difícil es lo que más me gusta de ti, Gaara así que no me molesta que hagas estas tonterías —decía mientras caminaba aún con el pelirrojo en el hombro y las botellas en la otra mano bajo las quejas del menor—, pero que lo hagas frente a otras personas es infantil y humillante.

— ¿Humillante? ¡¿Crees que es humillante para ti?! ¡Bájame ya estúpido Uchiha!

— No. Debes aprender unas lecciones el día de hoy Gaara. El comportamiento que tienes en público es muy importante —dijo, sentando al pelirrojo en uno de los enormes sofás—. Ahora te quedarás allí sentado, iré por unos vasos o lo que consiga para tomar, y si regreso y no estás: te irá muy mal. ¿Entendiste?

Se alejó dando sonoros pisotones en el piso de madera y le dejó allí sentado. ¿Quién se creía que era ese imbécil? Aquello podía contar como secuestro y además le había montado ese espectáculo sacándole del vehículo cargado como si fuera un niño. ¡Aquello era imperdonable! Además, por si fuera poco, tuvo la osadía de amenazarle. ¿Qué le iría mal? ¡Bah! Mal le estaba yendo desde que se subió a aquel taxi. Shukaku solía jugarle muchas malas pasadas y aún más cuando se trataba de Sasuke. A pesar de todo, el moreno se había comportado bien, estaba incluso rozando lo amable con él, así que tomaría un par de tragos y se marcharía a casa a sentirse desdichado como siempre.

— ¿Por qué tarda tanto?

Dijo en voz baja, centrando su atención en el pasillo por el que creía haber visto a Sasuke marcharse. Haciendo caso a su curiosidad decidió levantarse y explorar el lugar. Aquella casa era enorme, fría y se sentía realmente vacía. No comprendía cómo el Uchiha podía vivir allí tan solo, porque a pesar que él amaba pasar ratos a solas en su habitación, Temari y Kankuro siempre estuvieron allí para él. No quiso ni imaginar cómo sería estar así de solo y por breves segundos sintió algo de pena por Sasuke. Llegó a la cocina donde suponía estaría el Uchiha, pero no había nadie y tampoco habían señales de que alguien hubiese estado allí. ¿Dónde se habría metido? Caminó por un pequeño pasillo que le llevó a unas escaleras y se dio el atrevimiento de subir. La segunda planta tenía varias habitaciones y se preguntó en cuál podría estar Sasuke. La última a la izquierda tenía una luz encendida.

— ¿Sasuke? —Caminó en la dirección de dónde provenía la luz y dio leves toques en la puerta—. Oye Sasuke, se hace tarde y creo que debería… —al tocar la puerta, ésta cedió unos centímetros dejando ver una enorme habitación minimalista y monocromática con grandes espejos y lámparas de estilo oriental—. ¿Sasuke?

Se dijo a sí mismo que si ya había llegado hasta allá, también se tomaría el atrevimiento de entrar. Tal vez el moreno estaba dormido y tendría que despertarle, o tal vez estaba repentinamente muerto. Quién sabe. Dio varios pasos entrando en la habitación y notó otra luz proveniente de lo que pensó sería un baño interno y se encaminó hasta allá, pero antes de poder llegar hasta el sitio, la puerta de la habitación se cerró con un sonoro golpe. Volteó sobresaltado para encontrarse con la figura de Sasuke, sin camisa y con una sonrisa para nada inocente en el rostro.

— ¿Te gusta lo que ves? —Preguntó sonriendo al ver la mueca de asombro que tenía el otro—. No es primera vez que me ves así, Sabaku No. ¿Cuál es la sorpresa?

— No recordaba que estabas gordo —soltó, buscando picar al otro—. Tal vez el tiempo que pasas acosándome, podrías gastarlo en ejercitarte —finalizó desviando la mirada ante la sonrisa de Sasuke que se acentuaba más cada segundo.

— Me gusta otro tipo de ejercicio Gaara, y estaba pensando que tal vez te gustaría ejercitarte conmigo. Además, ¿qué fue lo que te dije? ¿Dónde se supone que deberías estar?

Sasuke avanzó hacia él, su sonrisa se esfumó completamente y lucía algo intimidante. Se acercó hasta quedar frente a Gaara, haciendo notar sus diferencias de tamaño. El pelirrojo debía levantar la mirada para poder observar a Sasuke.

— Responde. ¿Dónde deberías estar?

— Yo… —Gaara estaba descolocado, no sabía bien qué debería responder.

— ¿Tú? Respóndeme.

— Debería estar abajo, sentado en el sofá —susurró bajito, desviando la mirada.

— ¿Y qué haces acá? —tomó el rostro de Gaara por la barbilla, obligándole a que le mirara directo a los ojos.

— Tardaste mucho y ya debería marcharme. Es algo tarde —no desvió la mirada ni hizo el mayor esfuerzo por zafarse del agarre de Sasuke, estaba mirándole directamente y se sentía algo abrumado por ello.

— ¿Sabes lo que eso significa? —se pegó al cuerpo más pequeño, apretando su erección contra la entrepierna del menor.

— ¿Qué? —se atrevió a balbucear Gaara, estaba sintiendo completamente la dureza de Sasuke y Shukaku no tardaría en emocionarse y hacer acto de presencia. Debía resistir.

— Eso significa Gaara, que debo castigarte.

Y en ese preciso instante, Sasuke podría jurar haber visto un destello amarillo en la mirada de Gaara.

 

Notas finales:

¡Hola! 

 

Creo que es primera vez que actualizo tan rápido en mucho tiempo. Duré un año con esta historia abandonada, pero esta vez prometo continuarla. Así que si tienen alguna duda, consejo, queja o recomendación, podrían dejarla en un Review y gustosamente la leeré. 

 

(Además que me harían feliz)

 

Saludos, y hasta la próxima.

Cambio y fuera~


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