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Gakuen Life por Glax Trancy

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Noche Inolvidable

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Gaara, date vuelta…

 

Haciendo caso a las palabras del moreno, Gaara giró su cuerpo, estaba justo frente a la ventana y saber que cualquiera podría levantar la mirada, y verlos a ambos en dicho acto indecente, hacía que una corriente eléctrica removiera todos sus adentros con demasiada fuerza. Pegó el pecho al borde, levantando descaradamente sus caderas cuando el moreno se inclinó apoyándose totalmente sobre él para cerrar el gran ventanal. La fría brisa dejó de darle de frente en su rostro, y sin embargo no lograba controlar esas corrientes gélidas que helaban cada uno de sus huesos. Sí, vale, que Shukaku tenía el poder en ese momento, pero cada cosa que pasaba; Gaara la sentía a la perfección.

 

Justo como pasó aquella noche…

 

—¿En qué piensas? —rompió el silencio el moreno, olfateando cual can los rojizos cabellos de su acompañante. Rozando con sus pulgares los pezones de Gaara, pasó la lengua por su cuello aspirando de nuevo su olor.

 

—En la razón por la cuál… estás tardando tanto, Uchiha. ¿Qué, —volteó el rostro, para mirarle fijamente— te acobardaste? —finalizó, sonriendo ladino.

 

Sasuke sonrió igual, comenzando un camino de caricias hacia las partes bajas de Gaara. Susurrando cosas lo suficientemente indecorosas a su oído como para hacer que el otro cerrara los ojos, ampliando su sonrisa.

 

Sasuke supo que era real, que de verdad estaba pasando únicamente cuando ya tenía el miembro del pelirrojo entre sus propias manos. Debía admitirlo, Gaara estaba bien dotado pero claro, no tanto como él.

 

Se arrodilló, llevándose junto con él, los pantalones del pelirrojo y aquella graciosa cola roja puntiaguda, la cuál no dudó en morder bajo la atenta mirada aguamarina. Subió con sus manos, la camisa del otro todo lo que su posición se lo permitía, y entonces; las caricias y besos no se hicieron esperar.

 

Gaara sentía la humedad de los labios del Uchiha en su espalda baja, que subía y bajaba. No estaba completamente seguro si estaba vacilando en la labor, o simplemente quería volverle loco, de todos formas fuese cual fuese la razón sin duda lo estaba logrando. Estaba excitado, tenía terribles palpitaciones en su miembro y al sentir la lengua caliente de Sasuke entre sus muslos, subiendo hasta su entrada, tuvo una contracción involuntaria que le obligó a pegar su pecho desnudo del vidrio de aquel enorme ventanal.

 

Sasuke sonrió, tal vez Gaara no hizo ningún sonido, pero por su actuar le quedó en caro lo que estaba sintiendo. Aunque aquello le confirmó algo bastante importante: Gaara aún era virgen. Sí, lo comprobó cuando al intentar meter uno de sus dedos en su esfínter, este se contrajo demasiado.

 

—Relájate Sabaku, si sigues así no podré ni siquiera meterte el dedo.

 

—¿Tienes que ser tan explícito? —se quejó, frunciendo el ceño y suspirando en un intento de relajarse justo como su pareja de medio tiempo le pedía.

 

—¿Qué, te abochorna? —profirió otra lamida a la entrada del pelirrojo, juntando su mirada con la del menor.

 

—No. Me excita.

 

Gaara suspiró, levantó aún más sus caderas y pegó la sudorosa frente al ventanal. El vaho que salía de sus belfos empañaba el vidrio, haciéndole sentir sofocado a medida que cedía y ese dedo se introducía aún más en él.

 

Lentamente, Sasuke fue recorriendo el interior de Gaara con su propio dígito, estaba buscando el premio mayor, y no tardó en conseguirlo. Gaara, por su parte, sintió un temblor en sus piernas. No era la primera vez que jugueteaban con él, así como tampoco era la primera vez que sentía un dedo tocarle allí, pero esta vez fue diferente. Quizá, porque estaba consciente de que en breves momentos, perdería su preciada virginidad. Y no como se la había descrito Kankuro, esto era muy, muy, muy diferente.

 

—Me gustaría seguir, ya que veo que lo disfrutas —repuso Sasuke, irguiéndose en sus pies de nuevo—, pero no tenemos tanto tiempo como me gustaría, y no estoy dispuesto a desaprovechar esto. ¿Listo?

 

Lo único a lo que Gaara atinó luego de escuchar el sonido de la cremallera de Sasuke al bajar, fue a asentir débilmente. Joder con ese bastardo, le tenía en toda la palma de su mano.

 

Sintió el rozar del humedecido glande del Uchiha rozar y juguetear en sus partes y traseras, y de inmediato supo lo que el otro deseaba: quería oírle rogar para que pudiera penetrarle. Pero no, Gaara no le rogaría nada a nadie nunca, y él menos. Shukaku jamás se rebajaría a eso. Sonrió al notar aún las caricias y volteó a verle con una sínica sonrisa pintada en el rostro.

 

—No lo haré —exclamó, soberbio y sin ánimos de retractarse—, ya deberías saberlo.

 

—Debería —respondió—, así como tú  deberías saber que no te la voy a meter hasta que lo hagas. Simple como eso.

 

Sonrió de nuevo, manteniendo aún la fricción de sus partes privadas, guiando su mano hasta la erección del pelirrojo. Jugó con sus piernas, así como con su abdomen.

 

Gaara cerró los ojos, suspirando por lo bajo. Se dio media vuelta y puso su mano sobre el pecho del mayor, empujándole hacia atrás.

 

—Si tú no lo haces, lo haré yo —susurró, sentando de un empujón al Uchiha que le miraba entre sorprendido y expectante—. Y sí —dijo, a medida que quitaba completamente sus prendas inferiores, y se sentaba a horcajadas sobre el regazo del otro—, soy virgen.

 

Sasuke arqueó una ceja, y dejó escapar un enorme jadeo al sentir una presión en su glande que se distribuía por toda la base de su miembro hasta cubrirle completamente, y fue en ese momento que se dio cuenta de que Gaara se había tomado la molestia de infligir una auto penetración. No pudo ver nada, pero con la vista de Gaara y sus perfectos ojos cerrados, más sus labios entreabiertos, era más que suficiente.

 

Repentinamente, Gaara arrugó sus facciones faciales, sintió un dolor punzante pero rápido en su ano, abrió sus ojos para encontrarse los negros de Sasuke mirándole. Repasó la situación, lo último que recordaba, era estar en la ventana.

 

Y un beso.

 

Y ahora… Estaba sentado literalmente sobre el miembro de Sasuke. ¡Joder con Shukaku!

 

—Ahhh… Mierda —se sintió tonto, estaba teniendo sexo con Sasuke y en su ignorante primera vez, creyó que al levantarse lograría deshacerse de esa intromisión, logrando sin embargo, todo lo contrario.

 

—¿Te gusta?

 

Preguntó el Uchiha, ganándose una débil mirada por su parte, la verdad es que en ese brusco movimiento pudo sentir cada milímetro del miembro de Sasuke rozar su próstata. Ya vaya que le había gustado.

 

—No —respondió casi al instante, siendo consciente de su gran mentira. ¿Para qué negarlo? Fuese un sueño o no, lo estaba disfrutando—. La verdad es que duele —dijo, casi abochornado. Estaba más que claro que no era un sueño, tampoco tenía nada más por hacer.

 

A menos que estuviese dispuesto a saltar por la ventana semidesnudo y con un dolor terrible en su ano. Sin mencionar su enorme erección.

 

—Tócame —soltó casi sin pensarlo, al ver su propio miembro asomar por encima de sus ropajes—. Por favor.

 

—¿Qué sucedió con el salvaje Gaara? —repuso burlesco, pero sudando. La presión que ejercía el interior del pelirrojo, más el calor, y sin mencionar su repentino bochorno, le estaban nublando la razón. Sólo quería moverse.

 

—Uchiha —inclinándose hacia él, pasó sus brazos por el cuello del moreno, susurrando en un débil esfuerzo—, por favor…

 

Sasuke besó sus labios, un beso efímero, pero apasionado. Tomó una de las piernas del pelirrojo y la pasó por encima de su cuerpo, dejando la espalda de Gaara pegada a su pecho. El pelirrojo dejó caer su cabeza en el hombro del Uchiha. Con ese movimiento, había entrado aún más en él cortándole lo poco que tenía de respiración.

 

—Como gustes… Gaara…

 

Aportó dificultosamente, antes de comenzar a subir y bajar sus caderas, adentrándose en el cuerpo de Gaara hasta salir casi por completo. El sudor bajaba por sus frentes, y sus respiraciones estaban sincronizadas. Gaara sentía un pequeño ardor en sus paredes anales sumado al enorme placer de tener el miembro de aquel moreno entrando y saliendo sin piedad de él. Tocando su punto G, levantándole pocos centímetros con cada embestida. Sus piernas estaba sobre cada pierna de Sasuke, las manos de éste estaban aferradas a su miembro, masturbándole a medida que las embestidas aumentaban de ritmo. Sin embargo, estaba a punto de llegar al clímax. Era su primera vez, y la situación que lo condujo a ello, no podía más que agregarle más y más morbo a la situación. Encontrarse siendo penetrado en un aula de su nueva escuela, por aquel a quién siempre pensó terminaría asesinando, era sin duda, la forma en que menos esperó pasar su primer baile.

 

Y ahora que lo recordaba, ¿qué sucedió con Sai?

 

—Sai… —dejó escapar en un leve susurro, el cuál no pasó desapercibido por Sasuke.

 

—Gaara… Te atreves a mencionar su nombre —dijo, serio como nunca antes, levantándose de su asiento, tomando a Gaara del cabello, empujándole hacia la ventana de nuevo—, ¿mientras te penetro? Que poco sutil.

 

Estampó el pálido cuerpo del menor contra la pared, y parte del ventanal ejerciendo más presión en el agarre de sus pelirrojos cabellos. Mordió con sus colmillos falsos el hombro del pelirrojo, halando su cabeza hacia atrás, penetrando se nuevo en sus adentros. Con más velocidad, con más fuerza.

 

Gaara se sintió desfallecer, y antes de perder la conciencia, recuerda haber tenido el mejor orgasmo de su vida.

 

Al despertar, pensó que todo había sido un sueño, pues aún estaba en ese salón, y no había nadie a su alrededor. La luz le molestaba, al igual que el ardor doloroso en su esfínter. Al escuchar una voz que lo llamaba, supo que no había sido un sueño.

 

Gaara...

 

Gaara…

 

—¡Gaara!

 

Escuchó le llamaban, volviendo en sí. Recordar todo eso, le había excitado de tal forma que comenzó a tocarse a sí mismo, rememorando todo de una manera demasiado realista. Tenía pequeñas punzaditas en su retaguardia, y maldijo el momento en el que su hermano nació.

 

—¡Gaara! ¡¿Estás vivo?! ¡Sal de allí! —Continuaba golpeando a la puerta, su hermano Kankuro. Tomó la primera toalla que pudo, se dirigió a abrir con la expresión menos amable que pudo adoptar.

 

—¡¿Qué?! —Abrió precipitadamente, mirando con mala cara a Kankuro, quién del susto, ya había retrocedido varios pasos.

 

—Yo…

 

—¿Tú qué? Estaba en medio de un baño relajante.

 

—Pues… Eso se nota Gaara —aportó, riéndose mientras disimuladamente apuntaba a su toalla. Lo que Gaara había olvidado, fue el hecho de que aún mantenía una erección, la cual levantaba descaradamente su toalla. Se ruborizó inmediatamente.

 

—¡Largo, idiota! —De inmediato cerró la puerta, cubriéndose inútilmente con sus manos.

 

—¡Pero Gaara! —Pataleó Kankuro del otro lado de la puerta. Podemos hablarlo, es normal que a esta edad comiences a tener ese tipo de cambios, no es necesario que te avergüences de ello.

 

—¡Cállate imbécil! —Salió finalmente, arrojándole varios objetos a su hermano, con la intención de echarle de su habitación. Sin ningún éxito, cabe destacar.

 

—Pero Gaara, yo sólo vine a avisarte que alguien vino a verte.

 

—¿Qué? —Sin duda alguna, esa había sido la mejor forma de parar el ataque del pelirrojo—. ¿Quién?

 

—No lo sé, es un tipo que parece enfermo. Dijo que estudiaba contigo, así que mejor vístete y baja a recibirle, es primera vez que tienes visitas —Kankuro hizo ademán de marcharse, pero antes de dar dos pasos, retrocedió tres—. Ah, y deberías bajarte ese problemita —mencionó apuntando a su entrepierna con una sonrisilla en sus labios—. Si quieres puedo ayudarte.

 

—Kankuro… ¡Largo de aquí maldito imbécil!

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno ya, sé que me he tardado SIGLOS otra vez. Y que el capítulo está corto y toda la cosa, pero pensé que como tengo tanto tiempo sin actualizar, no les desagradaría mucho leer un capítulo nuevo aunque fuese corto. ¿Cierto?

 

Para aquellas chicas que leen y no comentan, las animo a que lo hagan, yo no muerdo. Y me harían muy feliz, aunque sé que no lo merezco u.u 

 

Bueno pues eso, si les gusta, comenten. Y si no, pues ya saben como funciona. 

Gracias a todos aquellos que me apoyan desde el inicio, y espero no defraudarles con este capítulo xD yo no quedé muy convencida, pero de aquí a que yo quede a gusto con lo que escribo, pues pasarán milenios sin que actualice. 

En fin, nos vemos luego en el mismo canal y a la misma hora querid@s, se les quiere y besitos.

Cambio y fuera. <3


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