Pandora se encontraba preparando un pastel, en eso siente que tocan la puerta, afuera se encontraba un hombre moreno que la saludo con un beso
-hola señora se encontraría alguno de sus sobrinos necesito hablar con ellos-
-si Minos esta de mecánico ayudando a mi hijo, veni pasa-la mujer lo guio asta ahí, el peliblanco que estaba dando ayuda a su primo quedo sorprendido por la visita, no pensó que tan rápido tendría novedades
-hola Luka, ponte cómodo, tía, Aiacos por favor déjenos solos- los dos sin preguntar nada obedecieron
-señor usted me pidió que le informe si hay alguna manera de entrar a la casa de los Aizawa-
-y de qué manera podre acercarme a ellos-
-uno de los hijos del dueño necesita un adiestrador de caballos y yo le comente que conocía uno-
-que, me estas cargando yo no sé nada sobre esos animales-
-sí pero yo puedo darle una mano, aparte otra oportunidad como esta no se va dar-
-tenes razón y cundo tengo que ir-
-ahora, pasa que es un joven caprichoso y quiere evaluarlo hoy-
-bueno me arreglo y vamos- el peli blanco se dirigió a su cuarto para cambiarse, necesitaba un buen traje ya que era gente de plata, en eso entra su primo mirándolo de pies a cabeza
-espero no se te valla de las manos esto que estas planeando, por que las cosas que empiezan mal, terminan mal-el oji vino abrazo a su primo, sabía que las cosas iban a complicarse y el tendría que apoyar a la causa
-tranquilo solo quiero que mi padre quede limpio de todo esto y que la justicia le pida perdón- el mayor le dio una palmada en la espalda y se dirigió al encuentro con su enemigo
Orfeo se encontraba pintando, el paisaje era hermoso lleno de vacas pastando y unos cuantos terneros que corrían como niños jugando, realmente era su pasión sentía que ponía algo mágico en cada una de sus pinturas, era algo que le daba vida a sus cuadros
-sabes Lina yo voy a cumplir mi sueños, cuando sea mayor me largo de aquí por más que papa no lo acepte- la perrita le lamio la cara asiendo que este cambiara su cara de tristeza y sonriera
El peli celeste se encontraba caminando contemplando la praderas que daban color a la hacienda, en eso Lina sale corriendo pasando el alambrado que daba a otras tierras
-oye estamos a limite de nuestras tierras, vuelve- el joven le gritaba al perro que desapareció entre el verde pasto, en eso ve un hombre a lo lejos- hola, señor me escucha- Orfeo gritaba mientras levantaba la mano para ser visto, el hombre que lo vio se giro dirigiéndose a el
-señorito Orfeo que hace por aquí?- el hombre que estaba frente a él, era la mano derecha de su padre
-indio, que haces en tierras ajenas- el joven, le entro la duda ya que su padre prohibió a todos en la hacienda que traspasen los limites
-pasa que me avisaron que unas vacas nuestras se habían pasado para este lado así que pedimos permiso al dueño y pasamos a verificar-
-ah, y las encontraste, porque no veo ningún animal-
-no joven, parece que se adentraron al monte, va ser difícil que la encontremos, avisare a su padre que ya las perdimos-
- pobre papa se va poner mal, ya que odia perder dinero-
-mejor vamos a la casa, permítame acompañarlo-
-no gracias, me iré para el arrollo, a pensar un poco, nos vemos- el niño salió corriendo alejándose del lugar, le parecía raro esa actitud del indio, aparte su perro no volvía necesitaba pasar el limite a buscarlo, el otro cuando vio que el niño se había ido retomo su camino hasta la casa
Orfeo se asomo entre los arbustos, mirando que no haiga nadie, cuando pudo notar que el mayor se había ido, se dirigió hasta los alambrados que separaban las tierras y las atravesó, necesitaba ver donde se había metido Lina
Minos bajo de la camioneta estaba todo acalorado, esa chatarra con rueda era una estufa, miro todo el lugar buscando la cara de ese mal nacido
-Minos, ven vamos a los establos, ya aviso que llegamos- Luka era un vecino que ellos contrataron para que entre a trabajar a esa hacienda y de adentro los ayude, hasta ahora había hecho un buen trabajo
-Luka, ya era hora que llegues, el señorito afrodita está esperando, dijo que usted vuelva a su trabajo, y que yo lleve al joven adiestrado con el – una mujer con ropa de mucama guio al peli plata hasta el fondo de los establos allí se encontraba un corcel marrón muy hermoso y a su lado unas manos delicadas estaban cepillándolo
-por fin llegas, espero no perder el tiempo contigo, mira que soy muy difícil de complacer- el peli celeste se giro quedándose perdido en esa mirada ámbar, observo cada parte de ese cuerpo de dioses, era un joven muy apuesto
-hola, vine para que me pruebe, ahora ando con tiempo para ayudarlo, dígame cuando empezamos- el plateado trato de ser lo más cordial posible, ya que su broca a veces lo superaba
-espera, ni siquiera nos presentamos, yo soy afrodita vos?-
-perdón, que maleducado, mi nombres Minos- el peli celeste le dio un beso en la mejilla, para luego lanzarle una mirada sensual, seguido de eso se puso colorado, al peli blanco no se le movió ni un pelo, solo miraba al semental
-bueno, veni quiero que conozcas al caballo que vas a entrenar, es un potro salvaje, mi papa le encanta todo lo indomable, su nombre es capitán- abrió la puerta donde se encontraba el caballo quien permanecía atado, estaba muy nervioso se notaba en la mirada
-creo que el atarlo los hace más malo, me parece que debes soltarlo y que sea libre- Minos se acerco al animal que trataba por todos los medio no ser tocado, pero este apoyo su mano tratando de darle unas caricias- tranquilo capitán, se que odias estar aquí, creo que algunos nacimos para no tener dueño
Afrodita se quedo contemplando como ese hombre trataba tan dulcemente al animal, estaba embobado, tenía que darle el trabajo para poder verlo todos los días
-tienes razón, voy a librarlo, la verdad me dio pena esta situación, igual tengo otros caballos, pasa que no se montar por eso estas contratado, empezas mañana mismo, veni temprano así papa te puede atender y arreglan el pago- el joven estaba enamorado de su ahora entrenador, pero el otro no mostraba interés alguno solo pensaba en Julián que pronto lo tendría en frente
Minos se retiro de la hacienda, mientras dita lo observaba irse, estaba feliz hacia mucho que no le interesaba alguien, estaba decidido a conquistarlo
-que pasa cuñadito te gustan los empleados- Alberich se paro frente a él buscando un pelea
-mira víbora, no voy a dejar que tu veneno me arruine el dia asique permiso- dita se giro golpeando la cara del otro con su cabello, el peli rosa quedo furioso, no lo soportaba mas
-mi amor acá estas, venia avisarte que me voy a la ciudad a comprar unas cosa, queres venir?- Saga lo abrazo de atrás dándole un suave beso en el cuello
-déjame en paz, me voy a dar un baño- se soltó de los brazos de su prometido y subió por las escaleras
-se puede saber porque me tratas tan mal, no ves que trato de hacerte feliz- el peli azul estaba molesto siempre estaba del mal humor y el cobraba
- tu hermanito me tiene podrido, y vos no haces nada para ponerlo en su lugar, sos un pollerudo - sin más desapareció de la vista del mayor, cerrando la puerta de la pieza con todo
-dios no sé que voy hacer con estos dos- Saga tomo las llaves de la camioneta y salió de la casa necesita aire, todo esto lo amargaba
Kanon en cambio estaba triste su novio lo había dejado y se había ido sin decirle nada
-que pasa que estas en otro mundo, contale a tu padre- Julián se sentó a lado de su hijo abrazándolo, el sabia porque estaba triste, era ese muchacho que mando a desaparecer ya que no era lo que el quería para su hijo
-nada papa solo que el ver a Saga en pareja y feliz me dieron ganas de estar bien con alguien- el gemelo extrañaba a ese joven que le había jurado que lo amaba y que hoy ya no estaba
-tranquilo, ya le voy a decir a Alberich que te presente algún amigo suyo- este le dio dos palmadas en la espalda y se retiro dejando solo a su hijo en la sala
Saga llego a la ciudad, entro a un súper para comprar algunas cosas, tenia antojos de dulces, se dirigió a la góndola de galletas, y se puso a sacar, en eso se le van los ojos por el joven que estaba del otro lado, esa cara, esa sonrisa era la que siempre soñó, el otro lo miro y este automáticamente se escondió, era peor que un adolecente, el joven que era rubio se movió de lugar hasta la parte de fideos, el peli azul lo siguió, ahí este corrió unos cuantas mercadería para espiarlo entre los estantes, el otro sentía como que lo miraban, empezó a ojear notando que había un hueco en la parte de las harinas, en eso saga nota que desaparece de su vista preocupado agrando el hueco y apoyo sus dos ojos, cuando la mirada ámbar del otro se pone del otro lado, este pega un grito y se cae tirando todo sobre el
-estas bien, el rubio le quito las cosas de encima tomándolo de la mano tratando de levantarlo-
-si, estoy bien gracias por ayudarme – en ese momento pudo mirar su rostro, era su príncipe azul, su corazón latía a mil, estaba temblando, en eso sus piernas lo traición haciendo que pierda el equilibrio y caiga sobre el otro
Los dos estaban con los labios pegados, mirándose a los ojos, no entendían como paso que quedaron en esa posición, ninguno de los dos se movía de ahí, el peli azul estaba colorado, el rubio serio como esperando que el otro se moviera
-disculpa, no fue mi intensión besarte, solo caí de esa manera- el gemelo se levanto, tomo la mano del otro y lo ayudo a ponerse de pie
-no te lastimaste, porque yo sí, creo que voy tener unos buenos moretones mañana- el rubio se fisiono la cola mientras el otro estaba con vergüenza
-lo siento, soy pesado te debí a ver lastimado-
-no, no hay problema soy hombre me la banco, me presento, me llamo Radamathtys-
- yo Saga- los dos se tomaron de la mano, no dejaban de mirarse, estaban como flechados por Cupido
-bueno levantemos todo lo que tiramos y te invito a tomar algo, que decis?-el juez le guiño el ojo haciendo que este se sonrojara, estaba muy confundido, sentía que Alberich nunca había logrado hacerlo sentir así
-dale, así podemos conocernos más- Saga sentía su corazón arder, eso es amor o gusto esas dos palabras pasaron por su mente mientras levantaba todo el enchastre ocasionado
Orfeo seguía buscando a su perra, silaba gritaba su nombre, pero ninguna señal le daba, en eso ve una cabañita pequeña entre dos árboles grandes que la cubrían casi en su totalidad, se acerco viendo Lina acostada cerca de un agujero en la pared y una mano salía de ella tocándola