A la mañana siguiente, Jane se encontraba sentada de su lado en la cama, recargada en la cabecera de la misma, con su mentón apoyado sobre el dorso de su mano mismo que descansaba sobre la otra a la altura de su abdomen.
No dejaba de darle vueltas en la cabeza las palabras de Thor, dichas mientras hacían el amor. ¿Era en serio?
¿De qué clase de amor hablaba?
Suspiro pesadamente con la mirada perdida. ¿Qué debía hacer?
Luego añádele las cosas que murmuraba mientras dormía. ¿Qué de eso era cierto?
¿Será simplemente un sueño húmedo? ¿Un deseo reprimido?
Y sí así lo es, ¿por qué se casó con ella? Según la amaba mucho y por eso volvió, pero si no era así… ¿por qué?
¿Sólo para asegurar la herencia del trono? Sin tener que justificar su inclinación sexual hacía su hermano, que en realidad no lo era, pero el reino entero los conocía como tal. Tal vez hay una ley que prohíba el incesto, ¿y si no?
Soltó un bufido frustrada con tantas preguntas atormentándola. Sólo había una forma de saberlo…
Decidida se levantó de la cama a darse una ducha para quitarse el sudor de la noche anterior. Sin querer se sentía sucia y ultrajada, la habían utilizado.
Hacia una hora que Thor se había ido a su entrenamiento, claro, después del desayuno. Así que tenía el camino libre el suficiente tiempo para hacer lo que planeaba sin que le interrumpa.
Se colocó su mejor vestido y se arregló lo más que pudo, si bien no era de utilizar mucho maquillaje, ahora era cuando más lo necesitaba, tenía que ser más que nadie.
Salió de la habitación directo a dónde pudiera ver a Thor, asegurándose de que estuviera entrenando y así fue. Suspiro tranquila pero con un dejo de molestia.
Volvió a emprender su camino llegando frente la puerta de la prisión, tomando una bocanada de aire y luego la abrió con fuerza, creando ese estruendoso ruido.
Dio un paso dentro tragando saliva.
Loki escucho el abrir del portón, dibujándosele una suave sonrisa en el rostro al imaginarse quién sería. Se levantó de su lugar adolorido, dando un par de pasos hacia el cristal.
La sonrisa no le duro mucho, al ver aparecer a su cuñada del pasillo.
Ambos se dieron miradas retadoras y rivales, tal parece que Jane ya sabía lo de Thor y él. Sin embargo Loki la miraba inquirente, queriendo adivinar lo que diría o haría.
Dio un hondo respiro antes de soltar su primera palabra.
-¿A qué se debe tu visita… Jane? –Arqueo ligeramente la cejas.-
-Dime qué hay entre Thor y tú… -Loki ceñudo ladeo el rostro.-
-¿Qué clase de pregunta es esa?
-Contéstame… -Loki suspiro tranquilamente.-
-¿Qué más puede haber sino es que odio y rivalidad?
-Amor… -Loki sonrió con cinismo.-
-Yo no siento amor por nadie…
-Tal vez… -Se cruzó de brazos.-
-Explícame. ¿A qué viene todo esto?
-¿Importa?
-Me importa desde el momento en que vienes a interrumpir mi tranquilidad.
-Sin embargo estabas muy contento viendo quién venía. ¿A caso lo esperabas? –Giro el torso a ver la puerta al terminar su pregunta.-
-Tengo hambre… -La miraba con entrecerrados ojos.- Y los sirviente no han venido a traerme el desayuno.
-Yo sé que lo sirvientes son muy puntuales en todas sus labores. Además; yo estoy viendo tu bandeja de comida llena.
Había olvidado que su bandeja estaba a su espalda. Miro sobre su hombro fastidiado.
-¿Vas a decirme qué quieres de mi o te largas de una vez? –Jane sonrío sarcástica, lo había hartado.-
-¿Por qué estás tan presente en Thor?
-¿Qué más podría ser? Soy su hermano, el que siempre hizo menos en todo lo que hacía.
-Nunca fuiste su hermano, y eso lo sabían desde el principio.
-¿Por qué estás tan segura? –Jane hace un silencio breve-
-Sospechas…
-¿Sospechas que llegan hasta a mí en un “Qué hay entre él y yo”? –La mira guardar más silencio.- No, esas no son simples sospechas. Tú tienes algo más, pero temes descubrir algo que no te guste.
-Si eres tan buen psicólogo, contéstame entonces.
-Pregúntame primero. –Extiende sus brazos servicialmente.-
-Ya lo hice, es tu turno. Deja ya de darle tantas vueltas.
Loki la miraba en apenas la silueta de su sonrisa dibujada.
-Es que esas no son preguntas. Por lo menos esas no te responderán lo que quieres saber. –Jane suspira.- Ya dime, ¿a qué vienes?
-No tiene caso…
-¿Te rindes?
-No, ya tengo mis respuestas.
-Pero si no he dicho nada. –Jane solo le sonrío dando media vuelta a irse.- Jane, contéstame algo… -La hizo voltear.- ¿Sabes cuál es tu lugar aquí?
-Ser la esposa del futuro rey de Asgard y la madre de sus hijos…
-¿Estás segura?
-¿Por qué no lo estaría?
-Porque sencillamente no estarías aquí si así lo fuera. Algo paso anoche que te puso insegura de su “amor” por ti. –Entono con burla “amor”.-
-¿Y tú estás muy seguro de suyo hacía a ti?
Loki frunció el ceño confundido, dándole la victoria de Jane, que salió de allí peor de confundida.
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Jane se paseaba por la terraza de su habitación, pensativa y sin dejar de darle de vueltas al asunto, preocupada y ansiosa. ¿Qué debía de hacer?
¿Enfrentar a Thor con la pregunta? ¿O ignorarlo?
Tal vez ignorarlo sea mejor que atacarlo.
Suspiro con frustración al no contar con nadie para contarle sus inquietudes aquí, no le queda de otra más que callar todas sus dudas para sí. Nadie podía saber, ni siquiera le creerían que ella sospecha del prisionero Loki. Es una verdadera locura, pero su instinto no le mentía.
La noche cayó y después de la cena Jane partió a su habitación al mismo tiempo de que Thor volvía a perderse entre los pasillos del palacio, encontrándose de nuevo con su amor prohibido en las celdas.
Hablándose con la mirada por largos minutos, hasta que uno rompió el silencio.
-¿Cómo estás? –Su voz gruesa retumbo en sus oídos. Viendo una sonrisa blanca formarse en el rostro del otro.-
-Algo adolorido… -Al rubio le dio gracia escuchar eso.- Pero bien. ¿Y tú?
-También… bien, digo… -Se miraron de nuevo guardando silencio.- Quiero venirte a visitar cada tercer día.
-¿Por qué? –Preguntó muy levemente ceñudo.- ¿Por qué cada tercer día?
-Tengo demasiadas cosas por hacer, y el tiempo no me sobra. Pero no quiero dejarte de ver ni un momento. Por lo menos quiero… hacerlo cada tercer día, en lo que… logro descender mis deberes.
-Entiendo… -Dijo comprensivo, deslizándose por el cristal hasta sentarse el suelo, invitándolo a hacer lo mismo.- Me gusta la idea…
-Quiero… intentar. –Dice tímidamente.- Proponerle a mi padre que tengas un lugar más cómodo en dónde pasar…
-No hace falta. Así estoy bien…
-Pero yo quiero…
-Basta Thor. Me conformo con verte aquí, con tu promesa de visitarme cuando puedas.
-Te lo prometo…
En el rostro de Loki se le dibujo una sonrisa tranquila.
Al otro día Thor amaneció con un buen sabor de boca, recordando la plática que había tenido con su no hermano. Estaba colocándose la armadura para ir a desayunar y luego a entrenar, pero en eso llegaron a tocar con fuerza la puerta.
Con voz gruesa y molesta, ya que habían despertado de un susto a su esposa le indico que pasara. Era uno de los guardias, que le traía un mensaje de parte de su padre, diciéndole que se alistara ya que saldrían de viaje a Alfheim.
-¿De nuevo? –Pregunto ceñudo.-
-Sí señor. –Thor exhalo molesto.-
-De acuerdo, puedes irte… -El joven hizo una reverencia y salió de ahí.-
En su cara mostraba una notoria y molesta preocupación, que bien noto su esposa Jane.
-¿Qué pasa?
-Nada. Sólo que no pensaba en un viaje ahora.
-Te servirá, así te distraes un poco.
-Es que no necesito distraerme, estoy bien. Necesito terminar lo que ya tengo acumulado. –Se sienta a los pies de la cama.-
-Tómalo como unas vacaciones. –Le da un masaje a sus hombros.- Así para cuando regreses, tendrás más energía para hacer lo que te queda.
-Pero estoy bien ahora. –Murmuro reusándose a ir.-
Jane maldecía para sus adentros la negativa de Thor, sabía perfectamente por qué lo hacía aunque él lo negara. Prefería que él se fuera a dejarlo caer en las manos de su rival, sabía que ayer en la noche fue a verlo y regreso muy tarde para dormir.
Al cabo de unas horas Thor estaba listo para partir, montado en su caballo y con toda la guardia real tras de él y su padre Odín.
Salieron por el Bifrost a Alfheim, en un viaje de indefinido retorno.
Por su parte Jane camino por los pasillos pensativa, creando imágenes inexistentes de lo que pudieron haber hecho anoche, le perturbaba la idea de que sus sospechas fueran reales.
La tercera noche llego, y Loki esperaba nervioso verlo llegar. Sabía que su visita sería pasando la media noche, así que se dispuso a leer un libro mientras esperaba. Las horas iban pasando y no había una muestra de vida de él.
Pensó que tal vez seguía trabajando, otra que a lo mejor se quedó dormido olvidando su cita.
“Cita” Sonrío divertido sin estar leyendo ya lo que decía el libro, suspiro de nuevo sintiendo un poco de sueño caer, que sin darse cuenta… se quedó dormido.
Despertó al otro día en el mismo lugar, con algunos rayos del sol entrar por una ventana a lo alto, despertando con la amarga realidad, Thor había faltado a su palabra. Pero él nunca era así, siempre cumplía toda promesa que hacía.
Miró hacía el pasillo de dónde podría llegar, esperando encontrar algo que él hubiera dejado… pero no había nada.
Suspiro triste, sintiendo una soledad embargándolo por completo.
No quería sentirse así. No le gustaba.
Una lágrima bajo de su ojo izquierdo, abrazándose a sí mismo, mirando al lado contrario.
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Dos semanas habían pasado.
Y Thor no mostraba ningún rastro de vida, por un momento Loki se había empezado a maquinar ideas, sintiéndose paranoico de que él estuviera en peligro y él sin poder hacer nada. Después recordó que ahí estaba su mujer, ella podía cuidarlo sin ayuda de nadie.
Su estadía en esa celda se volvió amarga, incomoda, molesta. Estaba enojado e inconforme, revuelto, asqueado… pero no decía que estaba celoso. No, él nunca tenía celos de nadie.
Aunque él no lo admitiera, esa era la verdad, estaba celoso de que ella estuviera más cerca de él, con todo el tiempo del mundo para atenderlo como quisiera. Era envidia que le corroía el alma de coraje.
¿Cómo pudo ser una mortal lograr casarse con él? ¿Cómo? ¿Por qué?
Apretó con fuerza sus puños, haciendo que un desprendimiento de energía hiciera que cada uno de sus muebles salieran volando dentro de su celda, chocando contra el mágico cristal que lo aislaba de la sociedad.
En medio de su furia interna, pudo alcanzar a escuchar un coro de voces y música, una caravana acercarse más y más. Era fiesta, el pueblo de Asgard estaba feliz, y eso sólo podía significar una cosa.
Los Reyes estaban regresando.
Loki se acercó a paso rápido a su puerta, poniendo más atención al alboroto exterior y sí, coreaban el nombre de Odín y el de Thor. ¿Se habían ido?
¿Cuándo? ¿Pero por qué?
Durante los días anteriores nunca se atrevió a preguntarle a alguno de los sirvientes que llegaba a dejarle alimento, su orgullo no se lo permitió.
Bufo frustrando por el diminuto detalle que pudo haber calmado su angustia. Deslizo su cuerpo hasta los pies de su cama, perdiendo su mirada en la nada, ahora tocaba esperar un poco más.
Las fiestas de bienvenida tardaban tiempo en lo que la euforia del pueblo calmaba, y quizás esta noche pudiera verlo para preguntarle todas sus dudas. ¿A dónde fueron? ¿A qué? ¿Por qué?
La pregunta que más le rondaba era la de: ¿Por qué no mando al menos un mensaje de que se iría?
Se lo podría preguntar después, solo tenía que ser un poco más paciente.
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La noche cayó, y el joven pelinegro estaba agotado, quería dormir y empezar a soñar pero al mismo tiempo quería esperar despierto a su hermano. No duro mucho y se dejó dormir un par de horas antes de despertar asustado creyendo que se había ido la noche, vio claramente que no y tampoco había ningún cambio cerca.
Suspiro sentándose en su banca a un lado del cristal de su celda, abrió un libro para reanudar su lectura la cual poco tiempo le empezó a dar sueño, cerrando sus ojos por un instante y con un suspiro los volvió a abrir.
Se sentía observado, volteando a su derecha y viendo al otro lado esa silueta que bien reconocía con esa sonrisa de alegría al verlo despertar a tiempo.
-¿Thor? –Pregunto aún en medio de su sueño.-
-Sí. Hola.
-¿Estoy soñando?
-No, estabas dormido.
-Pero… -Titubeo un poco.- No escuche la puerta abrirse.
-Jeje… -Le causa ternura al rubio.- Me di cuenta. ¿Cuánto haz dormido?
-Diría que mucho más de lo que acostumbro.
-A lo mejor no estas descansando bien…
-¿En serio no estoy soñando?
-Es en serio…
-¿La puerta hizo ese ruido que…?
-Sí, como de costumbre.
-Vaya… -Llevo su mirada al frente.- Sí me quede dormido.
-No me digas… -Divertido buscaba su mirada.-
-No te burles…
-No me burlo, sabes que nunca lo haría. –En su rostro se mostraba una cálida sonrisa.-
-Oye… -Hablo con voz queda.-
-Dime… -Lo miro atento.-
-¿Cuándo te fuiste? ¿Por qué?
-Al otro día de que hablamos… Apenas había amanecido cuando llegaron con la noticia de que teníamos que ir a Alfheim.
-¿De nuevo?
-Sí. –Apretó sus labios incomodo.-
-¿Por qué no me dijiste? –Le afectaba decirlo, y eso lo notó Thor.-
-No tuve chance, Jane no se despegaba de mi lado si intentaba dar alguna instrucción a algún guardia.
Eso le causo un odio y rencor peor en su interior. Ella se había encargado de que él no se enterara del viaje.
Sin darse cuenta se había perdido en sus pensamientos, y sólo cuando sintió la cálida mano acariciar su mejilla regreso al mundo. Observo la intensidad de esos ojos azul rey viéndolo con ternura y una suave sonrisa en su rostro, correspondiéndole igual.
-¿Nos vamos? –La gruesa voz acaricio sus oídos como miel tibia, quién con una sonrisa le asentó a su pregunta.- Estoy impaciente de tus besos… -Murmuro cada vez más cerca de los labios del pelinegro, besándolo con delicadeza antes de levantarse y tomarlo de la mano.-
Tomados de la mano salieron como niños cometiendo una travesura, mirando a cada lado del pasillo a medida que avanzaban hasta llegar frente a las puertas de la habitación prohibida.
Bajo el regazo de Thor, Loki fue el primero en entrar, dejando al dios del trueno dar un último vistazo a sus espaldas asegurándose de que nadie los viera entrar, cerrando la puerta después de eso.
Dentro ambos se abalanzaron a los brazos del otro en un efusivo beso que devoraba el oxígeno de sus pulmones. Las grandes manos del rubio sostenían el rostro de su amante guiándolo con un ligero empujón hacia la cama tras de él.
Loki respondía bajando sus manos a la cintura del rubio tratando de colar sus dedos bajo la armadura que aún tenía puesta. Sin darse cuenta, Thor lo había soltado para empezar a desarmar el peto que cargaba y rápido Loki lo empezó a ayudar, metiendo sus manos bajo su camiseta para también quitársela.
Las pantorrillas de Loki tocaron la base de la cama haciéndolo caer sentado en los suaves resortes de la misma, viendo como el dios del trueno se le abalanzaba a sus labios como fiera hambrienta, empujándolo lentamente a recostarlo por completo apoyándose en sus manos a los costados de la cintura de su no hermano que devoraba a besos sedientos de él.
Thor cargo de la cintura a Loki con una mano para subirlo un poco más al centro y a las almohadas que más arriba estaban, el dios del engaño se ayudó de sus codos para hacerlo. Cuando sintió la suavidad de la tela de seda que recubría cada cojín ambos dejaron de moverse, entrelazando sus dedos con los del hechicero, subiendo sus manos sobre su cabeza sin dejar de besar esos labios que lo hipnotizaban.
El dios Loki dejaba acomodarse a Thor entre sus piernas, sintiendo la leve erección que ya tenía. Divertido dio una suave mordida en el labio inferior del rubio mismo que lo miro con sorpresa pero al mismo tiempo con una sonrisa cómplice, devolviendo el beso con fervor, soltándolo de las manos para ir a acariciar sus caderas bajo la ropa.
Lentamente le fue levantando la camiseta hasta quitársela, dejándola colgando de un lado de la cama. El rubio bajo a besos hasta uno de sus pezones, lamiendo y mamando cada uno hasta dejarlos sensibles, siguió con algunas mordidas por su abdomen delineando con la lengua el camino hasta el borde de su pantalón.
Alzó la mirada a ver la reacción de su no hermano al ir en la dirección que estaba tomando, sonrió con victoria al ver el gesto de éxtasis y con la boca ligeramente entreabierta, con el pecho enrojecido por los mordiscos previos. Con delicadeza retiro el pantalón hasta que dejara ver el bóxer y la erección que este traía.
Con su mano derecha le dio algunos pellizcos seguido de con su boca morder con sus labios su miembro. Loki alzó el cuello con los ojos cerrados, disfrutando el placer que le daba a su palpitante sexo.
Thor metió los dedos en el resorte del bóxer, yendo bajándolo hasta poder liberar de su prisión su erecto miembro húmedo, lamio a lo largo del mismo hasta el glande, succionándolo y sintiendo el palpitar de sus venas, escuchando los quedos gemidos que soltaba al igual del espasmo de sus piernas por cerrarse.
Jadeaba excitado, sumergido en el mar de sensaciones que lentamente le subía la temperatura. El dios del trueno movió con suavidad la cadera del azabache, haciéndolo quedar boca abajo, viendo la gloriosa espalda de piel nívea, aperlada por el sudor y el calor que ya había en la habitación.
Acaricio con suavidad lo largo de su espalda, bajando hasta sus perfectos glúteos, blancos, casi pálidos. Los acaricio en círculos, apretándolos antes de ir abriéndolos lentamente, regreso su mano derecha a humedecer un poco su pulgar. Al sacarlo de su boca un hilo de saliva lo seguía, regreso a hacer a un lado una de sus nalgas y empezar a acariciar en círculos su entrada, que se contrajo al sentirlo.
Suavemente lo hacía ceder, lentamente iba introduciendo más su pulgar hasta poder entrar y salir sin problemas. Loki jadeaba con sensualidad que enorgullecía al dios encargado de estar ahora así. Thor aprovecho el momento y abrió su pantalón, sin dejar de estimular con su pulgar la entrada de Loki. De los pliegues de su pantalón saco su hombría, frotándola con suavidad.
Lentamente se acercó de piernas abiertas sobre los muslos y glúteos del hechicero, acomodando su sexo entre ambas nalgas, empezando a moverse suavemente, frotándose con su suave piel sobre su virilidad.
Loki abrió los ojos extasiado, mirando sobre su hombro lo que hacía Thor. Claramente se estaba masturbando al mismo tiempo de que lubricaba su entrada. Sin poder aguantar más, Loki empezó a pedir, casi suplicando que entrara en él, lo que hizo sonreír aún más grande a Thor.
Colocó el grande directamente en su entrada levemente dilatada, lista para recibirlo. Entro con cuidado y muy lento, haciendo estremecer de placer el cuerpo del azabache que estaba boca abajo, alzó el rostro con la boca totalmente abierta, con sus ojos cerrados y ahogando un gemido.
Su miembro palpitaba aprensado por el peso de su cuerpo, pedía atención que no estaba recibiendo. Gimoteo Loki al sentir que iban aumentando la velocidad de forma gradual, lenta, y deliciosa. Jadeo frustrado y nublado de pensamiento al sentirlo salir, lo próximo que sintió fue como lentamente le indicaba que se volteara, pareciera que hubiera escuchado su pensamiento.
El dios del trueno acomodo sus piernas flexionadas casi hasta su pecho, dejándole el paso libre a quedar entre sus piernas, adentrándose nuevamente a su cuerpo, cadencioso, exquisito.
El movimiento de su cadera era como las olas del mar chocando contra su piel húmeda, placentera.
La lentitud no duro mucho, ya que igual de lento iba subiendo la intensidad y eso se empezó a escuchar, sus pieles empezaban a crear un sonido seco sin cesar. Jadeos y gemidos eran los que más predominaban en la habitación. Thor estaba entretenido besando a chupetones su cuello, algo que calentaba más el cuerpo de hechicero, cruel víctima del placer desenfrenado que subía y subía.
Sentía que pronto se vendría, su miembro goteaba pre-seminal sobre su abdomen, tenía contracciones involuntarias de los músculos de sus piernas, hundiendo su cabeza en la almohada con los ojos cerrados. Thor por su parte sentía perfecto como su entrada se contraría alrededor de su sexo, volvía más excitante embestirlo con fuerza. Lo quería todo y eso lo iba a hacer.
El rubio dios dejo se besar su cuello, concentrándose en darle con más fuerza hasta que gritara su nombre. Quería volverlo a escuchar.
-Di mi nombre Loki… -Hablo ronco, goteando sudor a la cama y sobre Loki, quién gemía con más notoriedad.-
-Thor… -Dijo en medio de su sofocación, sintiendo que peligrosamente se acercaba al clímax.-
-Grítalo… Vamos mi amor, grítalo. Quiero escucharte.
-Ah… Thor… -Volvió a hacerlo igual, estaba perdido entre tanto placer.- ¡Thor! –Por fin alzó la voz al sentir un escalofrío subir y calmar después. Ya casi llegaba.-
-Sí, así… Así. ¡¡Dilo!! –Volvió a exigir, dándole con más fuerza para que lo gritara.-
-¡¡Ah!! –Gemía con más intensidad, aferrando sus dedos en los brazos de Thor.- ¡¡Thor!! ¡¡Thor!!
Gritaba como su poca lucidez le daba entender. Sintiendo como el cruel y placentero castigo se apoderaba de su cuerpo, corrompiéndolo y desconectando su mente de toda realidad en un fuerte alarido que alababa al dios que lo hizo tocar las estrellas. Digno de ser el dios del trueno…
Aún sentía como Thor no se detenía, Loki se había venido primero y era el turno de su ex-hermano. Abrió los ojos aún aturdido por el placer, acariciando el cuello del rubio dios, viendo las venas saltadas de su piel, el esfuerzo que hacía para darle con toda la fuerza que pudiera en busca del placer. Jadeaba cerca, muy cerca de su boca pero Loki nunca lo beso, sólo se acercó a besar su cuello, dándole un par de mordidas para ayudarlo a venirse dentro de él. Lo quería sentir, disfrutaba tener el semen de su amor platónico dentro.
Siguió con los besos, arañando su espalda y mordiendo su hombro, sintiendo como cada vez más la fuerza del dios disminuía en grandes estocadas culminantes. Un par más y Thor alzó el rostro hacía el techo con los ojos cerrados, soltando un alarido de gemido, haciendo eco en toda la habitación. Por suerte nadie pasaba por ahí… o quién sabe.
Su pecho se expandía y se contaría con fuerza, buscando un poco de aire para amenguar la agitación. Loki con satisfacción de que su hombre haya llegado, beso sus labios con delicadeza, y así Thor encontró el aire que le hacía falta. Besándolo con ternura después de la pasión.
Sin embargo el día los había alcanzado. Los rayos de sol entraban furtivos a la habitación oculta de todos, Iluminando tenuemente todo y un poco los pies de la cama de los amantes, que acaban de declararse amor eterno.
Al mismo tiempo Jane despertó al no entrara el cuerpo de su marido al tratar de abrazarlo. Aspiro aire con el semblante somnoliento, buscándolo por todos lados y sin haber rastro de ni siquiera que hubiera estaba ahí.
Al cabo de unos minutos, y totalmente despabilada, salió de su alcoba con la firme convicción de ir en busca de su marido. ¿Dónde se metería?
Llego al comedor y no había rastro de él, nada tenía su rastro, un olor, su voz… algo. Nada.
Bufo frustrada, cuando a su mente llego la pregunta de si Loki estaría en su celda. Se dijo ser estúpida, pero no perdía nada con ir a asegurarse.
Tomo camino hacia allá, encontrándose un par de guardias custodiando la puerta principal de la prisión, decidió entrar a buscar a su rival. Ja, se río para sus adentros al escucharse decir eso. Pero no estaba tan equivocada, llego hasta el claro en dónde se alzaba la celda de Loki, misma que estaba vacía y sin tampoco un rastro de él.
Semi-boquiabierta, dio media vuelta saliendo con total normalidad para no levantar sospechas de extraños, ya que ella ya lo suponía. Camino por todos los pasillos del palacio sin tener mucho éxito. Tenía que encontrarlos, sabía que estaban juntos, tal vez y se escaparon y jamás los volverían a encontrar.
Siguió sin rumbo fijo, hasta creyó que estaba dando vueltas en círculos ya que era mucho camino lo había caminado. Estaba a punto de darse por vencida, cuando noto al particular. Esa era la única área que no había mucha servidumbre caminando, por no decir que nadie se atrevía a pasar por ahí.
No había guardias, que eso si era raro. Si estaban cuidados algunos detalles pero eran mínimos. Continúo caminando maravillada por lo grande que era, mucho más de lo que había imaginado… de pronto… escuchó algo.
Frunció el ceño al creer que era su imaginación. Puso más atención hasta volver a escucharlo, eran voces… de dos hombres, y eran casi familiares, salvo por la distancia a la que se escuchaban.
Camino hasta salir a otro pasillo, a su izquierda un gran camino más por recorrer y a la derecha podía verse el final, una gran puerta dorada alzándose imponente. Se dirigió hacia allá, ahí se empezaron a escuchar mejor las voces… y por último… un alarido.
Paso en seco al reconocer perfectamente esa voz, ese gemido… ese… orgasmo. Sintió como en su corazón se enterró una daga helada, petrificando el mundo en ese instante. Su mente se bloqueó, trato de hacerle creer que era lo que ella quería escuchar, era producto de su imaginación.
Sin saberlo, estaba a una cuantos centímetros de la puerta, aún pasmada y con su corazón latiendo a mil por la incertidumbre. ¿Y si fuera y jamás abriera esa puerta?
No. Ya estaba aquí. Era ahora o nunca…
Y la abrió.
Tan fuerte que creo un eco rotundo que bien pudo haberlo escuchado todo el palacio.
El horror se hizo presente, ahí estaba lo que ella quería ver y saber, que en realidad no eran sólo sospechas.
Su marido, el gran y poderoso Dios del trueno, estaba en la cama con el Dios del engaño, quién fue a destruir su mundo en un intento de dominarlo.
Ambos dioses la miraron con sorpresa, Thor era el más aterrado de verla ahí parada, con sus ojos inundados en lágrimas que se reusaban a salir de sus ojos, sólo estaban ahí, diciendo lo mucho que le afectaba.
Thor rápidamente se bajó de Loki, cubriéndose con un de la sabana. Por su parte, Loki sin pena ni gloría, sonreía con victoria.
Una sonrisa amplia, apoyando el peso de su torso sobre sus codos, mirando a la única figura que yacía ahí estática.
Sin esperar a ver más, Jane se dio media vuelta, regresando por dónde había venido. Totalmente desilusionada, deprimida, sin ganas de vivir… pero sólo una cosa la seguía empujando a continuar. Se limpió las lágrimas con furia, escuchando la voz de Thor llamándola, escuchando los pisotones que daba por colocarse con prisa los pantalones.
Camino con más fuerza sin escucharlo, no quería volver a saber nada de él… nada de este mundo, regresar al suyo y olvidar esta maldita fantasía…
La fantasía de estar casada con un Dios… que resulto ser homosexual.