Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

APARTAMENTO DE SOLTERO por Butterflyblue

[Reviews - 396]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, perdon por no actulizar ayer.  Tengo mucho trabajo y ando medio abrumada. Les dejo el capi nuevo, nos vemos el martes. Besitos para todas, respondere sus mensajitos pronto.

Ansiedad

 

-Eita, mi pequeño, recoge los juguetes. Ya es hora de dormir.

 

Haruhiko, estaba parado en la puerta de la casa de Sumi. No sabía cómo y porque había llegado allí. Sentía como si sus pies hubiesen caminado solos a aquel lugar.

 

¿Qué hago aquí?

 

Pero cuando quiso dar la vuelta. Algo lo detuvo.

 

-Mami… no mamiiii. Cosquillas noooo.

 

Las risas de su hijo y las de Sumi. Eran un alivio, una linda melodía para su corazón.

 

Tocó la puerta sin pensarlo, si ya estaba allí, que más daba.

 

-Usami sensei…No lo esperábamos a esta hora.

 

La enfermera lo miró algo preocupada. Sumi debería estar en cama, pero el joven le había insistido tanto en que quería caminar un poco y jugar con sus hijos. No tuvo corazón para negarse.

 

-¡Papiiiii! –Gritaron los niños con emoción y corrieron a los brazos de su papa.

 

-¡Hola campeones! – Haruhiko los recibió entre sus fuertes brazos riendo alegremente.

 

-Haru…Hola…Yo. – Sumi lo saludo nervioso.

 

-Deberías estar en la cama. – Corto Haruhiko con seriedad, pero sin sonar molesto.

 

-Ve a descansar. Yo acostare a los niños.

 

Sumi, asintió. –Buenas noches mis amores.- les dijo a sus hijos besando sus frentecitas.

 

Las miradas de Haruhiko y Sumi se encontraron, el medico no la apartó. Sumi se sonrojo por la intensa mirada y bajo el rostro sintiéndose aturdido.

 

Haruhiko, lo miró irse despacio, acompañado por la enfermera. Sintió un intenso deseo de seguirlo, pero se detuvo a sí mismo, pensado que solo estaba confundido y quizás todo tenía que ver con la desaparición de Ryu.

 

-¡¿Quién quiere jugar con espuma?! –Gritó con sus hijos en brazos, y el escándalo de risas y gritos estalló en la casa.

 

Sumi, escuchó todo desde su habitación, sonriendo mientras la enfermera lo ayudaba a acomodar todo para acostarse. Cuando salió del baño envuelto en su pijama, ya todo estaba listo. La enfermera no estaba por ningún lado, supuso que estaría haciéndole el té de todas las noches. Escuchó mejor y ya no oía a Haru o a sus hijos. Supuso que estaría durmiéndolos. Cuando caminó hasta su cama se paró frente al enorme espejo de su cómoda.

 

-Hola bebe. – Susurró acariciando su vientre.

 

-Aun no te dejas ver, pero sé que muy pronto tendré una enorme pancita. Así le haremos saber al mundo que vienes en camino. ¿Sabes?...tu papa está muy emocionado con tu llegada. Él te ama mucho y tenemos que hacerlo muy feliz. Así que ponte bien pronto para que él no se preocupe y para que podamos jugar con tus hermanitos.

 

Una gran mano se posó sobre la suya, en la tibia piel de su vientre.

 

-Tienes que decirle a tu mami, bebe, que deje de ser terco y guarde reposo. Si se sigue portando mal cuando estés más grandecito nos aliaremos para que les des muchas pataditas y no lo dejes dormir.

 

Sumi, quería llorar de la emoción. Podía sentir el calor del gran cuerpo de Haruhiko en su espalda, la mano tibia que acariciaba su vientre. La voz sensual que resonaba en su oído.

 

-Haru, no le digas esas cosas al bebe.

 

Protestó Sumi sonriendo. Se dio la vuelta despacio y se encontró con el hermoso rostro de su amor, que lo miraba tiernamente.

 

-Pensé que no vendrías hoy.- Murmuró Sumi.

 

-He tenido algunos problemas. –Le respondió Haruhiko llevándolo a la cama.

 

-Gracias por venir. –Sumi, se  encontró con la intensa mirada de Haruhiko. No supo de donde saco el valor, pero poniéndose en punta de pies, alcanzó sus labios en un suave beso. Lo más sorprende fue que Haruhiko no lo rechazó. Sus brazos lo rodearon. Las grandes manos aferrándose a su estrecha cintura. El beso que comenzó suave se volvió demandante y apasionado, con sus lenguas saboreándose, y sus corazones desbordándose.

 

Desafortunadamente, el momento no duró más que unos segundos. Pues la inoportuna entrada de la enfermera, acabó con la magia.

 

-Yo… lo siento. –Murmuró Haruhiko mirándolo con vergüenza.

 

La enfermera iba a decir algo, quizás a disculparse, pero Haruhiko le pasó por un lado casi corriendo para salir de la habitación.

 

-Haru…Haru no te vayas.

 

Sumi, quiso alcanzarlo, pero la debilidad en sus piernas no lo dejaba. Su cuerpo se sentía como gelatina. La candente sensación de aquel beso, aunado a la emoción que lo invadía y quizás también el miedo que le dio al verlo alejarse, hicieron que Sumi sintiera al mundo girar a su alrededor.

 

-¡Sumi san! –Gritó la enfermera al verlo tambalearse.

 

Haruhiko, corrió al escuchar el grito. La mujer sostenía precariamente a  Sumi. Haruhiko lo cargó enseguida, recostándolo en la cama.

 

- Traigame el maletín que está en el carro. – Ordenó Haruhiko, mientras revisaba el  pulso de Sumi.

 

- Solo fue un… mareo.

 

Murmuró Sumi con sus ojos cerrados, intentando controlar la desagradable sensación de vértigo.

 

-Te dije que debías descansar.

 

-Lo siento Haru… solo quería jugar con los niños. No quiero que se sientan abandonados o intranquilos.

 

Haruhiko, sintió como si Sumi se fuera a echar a llorar en cualquier momento. No lo estaba regañando, solo estaba preocupado.

 

-Te entiendo Keiichi, solo por favor no hagas esfuerzos, aun estas débil y nuestro hijo necesita que estés fuerte.

 

Sumi, abrió los ojos mirándolo con ternura.

 

-Dilo de nuevo.

 

Haruhiko, lo miró dulcemente. –Debes descansar.

 

Sumi, negó con la cabeza. –No esa parte Haru… la parte donde dices nuestro hijo.

 

Haruhiko, sonrió. – Este pequeño milagro Sumi. Nuestro bebe que amo tanto como a nuestros otros hijos.

 

Haruhiko, limpió las lágrimas que derramaba Sumi. Lágrimas de emoción, de dicha.

 

Se pasaron un buen rato conversando serenamente. De sus hijos, de anécdotas del pasado, de planes para el futuro. Era una conversación intima, Haruhiko recostado al lado de Sumi, escuchándolo atentamente. No supo cuando se durmió, solo cuando abrió los ojos se dio cuenta de que estaba acostado a su lado. Sumi, sostenía su mano entre las suyas aferrándolo con fuerza, como si temiera que se fuera en cualquier momento. Lo miró dormir unos segundos y trató de soltarse para irse, Sumi rodó en la cama y con la mano aun entre las suyas se recostó en el amplio pecho.

 

-Haru.- Murmuró entre sueños.

 

Haruhiko no tuvo corazón para marcharse, se acomodó mejor abrazándolo con su brazo libre y se durmió a su lado, sin pensar, sin soñar. Solo aceptando lo que en ese momento sentía, ya mañana seria otro día.

 

******

 

-Yo no quiero hablar de la boda ahora Akihiko. Mi hermano es mi principal preocupación en este momento.

 

Misaki, estaba por demás arisco ese día. Akihiko ya estaba resintiendo la actitud de su novio.

 

-No estaba hablando de la boda cariño. Solo mencione que había visto unas casas que podrían gustarte.

 

Trató de estar sereno, consiente  de la situación que estaba ocurriendo. Pero no entendía la agresividad de Misaki.

 

-¿Tú crees que yo tengo cabeza para pensar en casa o en esas estupideces, con mi hermano por allí quien sabe en dónde?

 

¿Estupideces?

 

Misaki, no era el ser más romántico del mundo. Su carácter franco y directo le hacía llamar a las cosas por su nombre, sin rodeos, ni palabras bonitas. Akihiko, lo sabía, pero de allí a aceptar que le llamara estúpido al futuro que planeaban juntos, eso no era aceptable.

 

El medico se puso de pie y recogió su chaqueta.

 

¿Dónde vas?- Preguntó Misaki inquieto.

 

- Me voy con mis estupideces a otra parte.- Respondió Akihiko con una acida mirada.

 

Misaki, suspiró con tristeza, estaba siendo cerrado de nuevo. Se estaba escudando en sus muros, y dejando afuera al hombre que lo amaba. Alejándolo con sus mecanismos de defensa. Tenía que dejar de hacerlo sino quería perder al que muy pronto seria su esposo. Sintió miedo, miedo de perderlo, miedo de lo que estaba sucediendo, de no ver más a Ryu, de que él también los abandonara.

 

Akihiko, escuchó el sollozo y de inmediato se dio la vuelta para correr y meterlo entre sus brazos.

 

- Perdon… perdóname mi amor…soy un tonto. No voy a irme. Aquí estoy contigo, te amo. Perdóname por comportarme como un insensible.

 

Misaki, se aferró a sus brazos. –Y si no vuelve Akihiko…Si le pasa algo. No sabemos dónde está, si está bien. Tengo miedo Akihiko. Tengo tanto miedo.

 

Tal vez las circunstancias no eran las mejores, pero dicen que de lo malo, algo bueno sale. Misaki dio ese día un gran paso. Abrirle tu corazón a quien te ama. Mostrar tus sentimientos. Confiar.

 

******

 

-Te ves distraído…¿Quieres que regresemos?

 

Hiroki, miró a su novio con un dejo de nostalgia.

 

-Disculpame Nowaki, es… es que estoy preocupado.

 

Nowaki, lo abrazó besando su frente. –Lo se mi amor, por eso quise que saliéramos un rato, para que te despejaras un  poco.

 

Hiroki, le sonrió con amor -Lo sé y te lo agradezco. Eres un novio maravilloso.

 

Nowaki, lo atrajo a un beso. –Un prometido maravilloso suena mejor.- Murmuró entre sus labios.

 

Hiroki, lo miró impactado. Habían hablado de vivir juntos, de hijos, de compartir una vida, pero no habían hablado de matrimonio.

 

Nowaki, sonrió con el rostro lleno de sorpresa de su novio. Lo besó despacio diciéndole con ternura.

 

- Tenía preparado un gran discurso, una noche perfecta. Quería que fuera inolvidable. Pero entonces pasó todo esto y simplemente no pensé que fuera el momento.

 

El médico, suspiró y saco de su bolsillo un soberbio anillo, con un hermoso diamante en forma de luna.

 

- Ha estado aquí guardado desde entonces y el momento pareciera no llegar. Pero yo te amo, tú me amas, y todos los momentos que pasamos juntos son mágicos e insuperables. Así que pedirte que seas mi esposo, el dueño de mi vida, mientras cortas una rosa en la floristería o ahora que caminamos por la calle, es tan perfecto como pedírtelo a la luz de las velas en un romántico restaurant. Porque mi amor es el mismo, porque siempre que estoy contigo es increíblemente maravilloso, y solo me falta que me digas que sí, para ser total y absolutamente feliz. Así que Hiroki ¿te casarías conmigo?

 

Hiroki, lo miró enternecido. Le dio gracias a la vida por darle tal felicidad. Le sonrió con ternura estirando su mano para que él colocara el hermoso anillo.

 

- Si Nowaki  Usami. Si quiero casarme contigo.

 

Nowaki, colocó el anillo sonriendo con increíble alegría, y luego lo besó riendo estruendosamente. Los que caminaban por la calle los miraban extrañados, pero ellos eran felices en su íntimo mundo perfecto.

 

******

 

-Mi amor, por favor, tienes que calmarte.

 

Miyagi, ya no sabía qué hacer. Shinobu estaba inconsolable. Le había dicho a Misaki y a Hiroki que se fueran tranquilos, él lo cuidaría, pero ahora no estaba tan seguro que pudiera hacerlo. Shinobu se veía tan triste y perdido. Se sentía impotente al no poderlo consolar.

 

-Quiero que Ryu vuelva,   y hablar con mis sobrinos, sentirlos moverse. ¿Por qué se fue Miyagi san? ¿Acaso hicimos algo malo? ¿Se cansó Ryu de Misaki y de mí?

 

Miyagi, lo meció entre sus brazos, su camisa húmeda de tantas sentidas lágrimas.

 

-Mi amor no digas eso, tu sabes que Ryu los adora. Él solo necesitaba un tiempo a solas, a veces nos hace falta.

 

Shinobu, lloró un largo rato. Miyagi, cobijándolo entre sus brazos. Meciéndolo suavemente.

 

Cuando el caudal de lágrimas cesó. Miyagi, lo acostó en la cama arropándolo con ternura.

 

-Miyagi san…¿te quedaras conmigo siempre?

 

Preguntó Shinobu, mirándolo con tristeza.

 

-Mama y papa… ellos se fueron, y ahora Ryu también nos abandona. ¿Tú también te iras?

 

Miyagi, se acostó a su lado acomodándolo  contra su pecho.

 

-No digas eso mi amor. Ryu va a regresar, ya verás. Y yo, voy a estar contigo para siempre, hasta que yo sea un viejito decrepito y tú tengas que cuidarme y consentirme.

 

Shinobu, sonrió, él amaba a Miyagi, sus palabras le daban un poco de consuelo.

 

-Serás un viejito muy guapo Miyagi san.

 

Miyagi, besó su frente. Sonrió cuando Shinobu se aferró a su pecho rogándole con ternura.

-Quédate hasta que me duerma, por favor.

 

Aquello era una delicia y una tortura, verlo dormir inocentemente entre sus brazos.

 

 

******

 

Kaoru, lo miró dormir por largo rato, estaba hipnotizado con su rostro sereno y dulce. Ryu a veces se removía inquieto. El pecho de Kaoru se llenada de amor y de pena al oírlo susurrar su nombre entre sueños. Cuando la noche se hizo presente y aun Ryu no despertaba, su celular sonó.

 

La doctora se quedó con Ryu, mientras él con desgano salía a contestar.

 

-No voy a regresar, y eso no tiene discusión… Consiga la manera de cubrirme hasta mañana-

 

Kaoru, discutía con el detective Okano, sabía que estaba siendo un poco intransigente, pero no iba a ceder, quería hablar con Ryu cuando despertara y nadie lo iba a evitar.

 

Al fin el detective accedió. Kaoru subió de nuevo las escaleras y se apresuró por el pasillo cuando escuchó a Ryu llorar.

 

- ¿Por qué estoy aquí?... Quiero ir a mi casa, por favor… por favor.

 

Ryu,  se había despertado, con la terrible noticia de que seguía aun allí, prisionero de aquellas personas que no conocía. Estaba sentado en la cama tratando de ponerse de pie,  la doctora estaba tratando de calmarlo, cuando Kaoru entró a la habitación.

 

- Ryu mi amor, por favor cálmate. – Le dijo acercándose a él.

 

Ryu, abrió los ojos con sorpresa, cuando vio quien se le acercaba.

 

- Kaoru…tú… tú… ¿Qué haces aquí?

 

Kaoru, despidió a la doctora, lo acomodo de nuevo en la cama dejándolo semisentado y se sentó a su lado, limpiando sus lágrimas con cariño.

 

-¿Te secuestraron a ti también?… ¿Que está pasando Kaoru?… Esta gente le quiere hacer daño a mis bebes. Tienen a esa doctora aquí y nadie me dice nada.

 

Ryu, estaba desesperado y confundido más que nunca. Pues no entendía la presencia de Kaoru en aquel lugar.

 

-No me secuestraron mi amor… Aquí estas seguro. Yo te traje a este lugar.

 

Ryu abrió los ojos con sorpresa. Sus manos temblaron violentamente. ¿Por qué Kaoru lo mandaría a secuestrar?

 

“Mis bebes”

 

Cuando aquel pensamiento cruzó su mente, quiso gritar de miedo. Kaoru quería arrebatarle a sus hijos.

 

-No…

 

Susurró casi sin aliento. Kaoru lo vio palidecer y se asustó a morir.

 

-¿Por qué me haces esto Kaoru?…¿Por qué quieres quitarme a mis bebes?…Son mis hijos, no puedes apartarlos de mí.

 

Ryu, temblaba con violencia, llorando sin consuelo, habría querido correr y escaparse, pero no lo lograría. Sabia de sobra que estaba bien vigilado y solo conseguiría hacerse daño o a sus hijos. Kaoru pensó que iba a desmayarse, al verlo tan alterado. Lo abrazó con miedo, con amor, con vergüenza, por ser el causante de aquella situación.

 

-No voy a quitarte nada mi amor, solo quiero que estés seguro. Solo deseo que no te pase nada, lo he deseado por años. Tu bienestar, tu seguridad es lo único que me ha importado en esta vida.

 

Kaoru, susurraba  las palabras con tanto sentimiento, aferrándolo a su pecho. Ryu podía percibir un  ligero temblor en su cuerpo, como si Kaoru también tuviera miedo. Lo apartó, mirándolo confundido con sus ojos llenos de lágrimas.

 

-No te entiendo Kaoru…No entiendo nada.- Sollozó con miedo, esperando oír una respuesta que aclarara toda aquella locura.

 

-¿Recuerdas cuando te dije que mi padre me quería en la ciudad con él? – Comenzó Kaoru a relatar.

 

- Todo era una trampa mi amor. Mi padre solo quería un heredero, un  títere a quien gobernar. Amenazó a mi madre con hacerme daño si no me dejaba ir y por eso ella me envió con él. Cuando quise volver por ti me amenazó a mi Ryu, me amenazó con lastimarte, me obligó a abandonarte, y a casarme con esa mujer. Pero yo no pude alejarme de ti, y por eso todo este caos. Él descubrió que seguíamos viéndonos, y me lo hizo saber, advirtiéndome que te dejara o te mataría.

 

Ryu, no podía creer lo que escuchaba. Tantos años de dolor y de abandono, y Kaoru no era responsable de nada.

 

“¿Por qué no me dijiste nada?”

 

- Ese día te vi en aquella tienda, vi tu preciosa barriguita y supe que mi hijo crecía en tu vientre. Me sentí tan feliz y a la vez tuve tanto miedo. Si él te alcanzaba, si te hacía daño a ti o mis hijos, yo me moriría. Por eso hice todo esto, la policía me ayudo a sacarte de la casa y a ponerte seguro hasta que logre destruirlo.

 

Ryu, cerró los ojos y suspiró con cansancio, tantas cosas juntas y él se sentía tan débil.

 

-Mi amor yo…

 

-No digas nada más. – Le interrumpió Ryu con molestia. Estaba cansado de sentirse tan desvalido. Kaoru era el amor de su vida, pero también había sido el causante de todo lo que le estaba ocurriendo.

 

-¿Nunca pensaste que yo debía saber lo que estaba ocurriendo?. Kaoru nos conocemos desde que somos niños. Fuimos amigos antes que novios. No habría sido mejor que me dijeras lo que estaba ocurriendo antes de convertirme en tu amante. Antes de abandonarme haciéndome creer que no me querías. ¿Te imaginas acaso lo que yo he sufrido? ¿Lo que sentí al saber que esperaba un hijo tuyo?  Cuantas veces quise decírtelo y no pude, por tu esposa o por las mil cosas que nos separaban.  Me habrías ahorrado tanto dolor si tan solo hubieses confiado en mí, si me hubieses dicho lo que pasaba.

 

Kaoru, lo miró perplejo, Ryu tenía su mirada fija en él, fría y desprovista de sentimientos.

 

- Yo no quería…

 

-¿No querías que Kaoru?…¿Ponerme en riesgo? –Gritó Ryu con rabia.

 

- Pues que lastima. Creo que no te salieron bien las cosas.

 

Ryu, intentó ponerse de pie, estaba resuelto a irse de allí, ahora que sabía él porque estaba en ese lugar no tenía sentido seguir en aquella situación. Aunque su principal motivo era alejarse de Kaoru y de todos los sentimientos que habían despertado en su interior. Necesitaba huir de él y del amor tan inmenso que le tenía y que al parecer solo le hacía daño.

 

-¿A dónde vas?

 

Preguntó Kaoru deteniéndolo y forzándolo suavemente a quedarse en la cama.

 

- Me voy a mi casa Kaoru, no puedes retenerme aquí. Tú y yo ya no estamos juntos, dile eso a tu padre y me dejara en paz.

 

Kaoru, negó con la cabeza, sabía que Ryu estaba asustado y confundido, pero no era momento para que dejara salir su terquedad.

 

-Tu no lo entiendes Ryu, mi padre te está vigilando, el ya no quiere separarnos, quiere a mis hijos.

 

“Soy un imbécil”

 

Kaoru, se pateó mentalmente al ver el rostro temeroso de Ryu.

 

-Quiero hablar con mis hermanos. –Susurró Ryu intentando no echarse a llorar.

 

-No sé si se pueda. Las líneas deben estar intervenidas…

 

-¡Quiero hablar con ellos. Deben estar asustados, ni siquiera sé que pueden estar pensando!

 

La doctora entró de nuevo a la habitación tras los gritos de Ryu. Ella estaba muy clara de que el joven no debía alterarse.

 

-Por favor Asahina san salga de la habitación.

 

Kaoru, vio a Ryu sollozar con su mirada perdida. Dócilmente se dejó hacer todo lo que la doctora le hacía. Escuchaba sus palabras y asentía a lo que ella le preguntaba, pero se veía ido y vulnerable.

 

-Todo lo que he hecho hasta ahora ha sido por amor Ryu. Porque te he amado desde que tengo memoria.

 

Ryu, volteo la mirada para no verle. Aun así le dijo con firmeza.

 

-¿Amor Kaoru? … El amor es confianza, y tú no me la tuviste al ocultarme todo esto, ahora estoy aquí, quien sabe dónde y mis hermanos deben estar muriéndose de angustia, ellos también están en peligro.

 

Ryu, ahogó un sollozo entre sus manos, el miedo estaba carcomiendo su corazón. Volteó su rostro lleno de lágrimas, murmurando quedamente.

 

-Mis hijos y mis hermanos son lo más importante de mi vida, si los pierdo yo…

 

Las lágrimas no lo dejaron seguir y la doctora le dio una significativa mirada a Kaoru conminándolo a salir. Cuando el joven salió pudo escuchar la suave voz de la mujer hablándole con dulzura a Ryu que lloraba tristemente.

 

-Mis bebes…

 

Murmuró Ryu acariciando su vientre. La doctora, le sonrió con ternura sentándose a su lado.

 

- Son unos traviesos, muy valientes y fuertes.

 

La sonrisa de la mujer le dio un atisbo de paz. Intentó respirar despacio calmando su miedo. Ella le acarició el cabello suavemente. Cuando se hubo calmado, ella le habló.

 

-Conseguiremos la manera de comunicarle con sus hermanos.

 

Él, la miró esperanzado. – ¿Podre irme de aquí?, no quiero estar en este lugar, no quiero estar cerca de él.

 

Ella lo miró comprensiva. Pero aun así le hablo suavemente, negándose a su petición y haciéndole saber algo que él desconocía.

 

- Isaka san, comprendo su malestar y su miedo. Pero el padre de Asahina san es un hombre malvado y muy poderoso, hasta que  Kaoru san se alió con nosotros no teníamos esperanza de atrapar a ese hombre y hacerlo pagar por todos sus crímenes. Yo solo le pido que le dé una oportunidad a todo esto. Kaoru san se ha puesto en verdadero riesgo al ayudarnos, está arriesgando su vida, y todo lo hace por amor a usted. No se las circunstancias, ni como ha sido su relación, pero si se todo lo que ha hecho Kaoru san por mantenerlo a salvo, estoy segura, todos los estamos, de que lo ama y por ese amor a movido cielo y tierra.

 

Ryu, cerró los ojos. Tantas cosas, para digerir en tan poco tiempo. Los abrió segundos después ocupándose de lo único que le importaba en ese momento.

 

- ¿Me ayudara a hablar con mis hermanos?, por lo menos deben saber que estoy bien y necesito buscar la manera de que estén a salvo.

 

La mujer lo tranquilizó. –La casa está vigilada por la policía, todo en forma encubierta. Tratamos de que parezca normal su partida y sus hermanos están seguros. Mañana conseguiremos la forma de que hable unos minutos con ellos.

 

Ryu, asintió, estaba cansado y ya parecía todo estar decidido, aunque el no estuviera de acuerdo. Se durmió sin poderlo evitar, con un vacío en su corazón. Su vida no parecía terminar de dar vueltas. ¿Cuándo se detendría para finalmente ser feliz?.

 

Se despertó una hora después en medio de una pesadilla, donde corría y corría sin saber de qué estaba huyendo. Una mano cálida se posó en su rostro desencajado por el miedo.

 

- Ya mi amor, tranquilo, estoy aquí contigo, no tengas miedo.

 

Kaoru, le hablaba con amor. Ryu, se sintió débil y asustado. Lo miraba con tanta nostalgia, el amor que había en su corazón no podía ser contenido.

 

-¿Por qué nos pasó esto Kaoru? ¿Por qué no pudimos solo ser felices?

 

Kaoru, lo metió entre sus brazos, besó su cabello. Acarició su espalda, le dolía verlo así, le dolía ser el causante de todo aquello.

 

-Te amo Ryu, perdóname mi amor. Te amo tanto, los días lejos de ti fueron tan  terribles, pensando que me odiabas por mi actitud cobarde. Por eso estoy haciendo esto, para que podamos ser libres, para poder amarte sin miedos. Sé que ahora no me entiendes, y que te estoy haciendo daño, pero no lo hago por mal mi amor, lo hago para que tú y mis bebes estén bien. Tú y mis hijos son lo único que me importa.

 

Kaoru, lo besó con profundo amor. Ryu se dejó llevar por sus sentimientos, él lo amaba. A pesar de todo, lo amaba y solo deseaba que aquella pesadilla acabara. Se besaron largo rato, se acariciaron, se miraron en silencio, las palabras dañarían el momento. Solo dejaron salir sus sentimientos, con delicadas caricias,  con miradas vehementes y con dulces y apasionados besos.

 

Cuando la madrugada los alcanzo, Ryu dormía pacíficamente entre los brazos de Kaoru.

 

- Señor es hora.

 

Le dijo un guardia sigilosamente al entrar a la habitación con cautela. Kaoru asintió y el hombre se marchó. Miró largo rato a sus amores dormidos, llenándose de aquella vista, pues no sabía cuándo podría volver.

 

- Te amo Ryu, nunca lo olvides, todo lo que hago, lo hago pensando en ti… en ustedes.

 

Kaoru, lo besó en los tibios labios entreabiertos. Luego besó la prominente barriguita sonriendo con tristeza, se había perdió tanto de su hijos y nuevamente tenía que marcharse.

 

- Los amo mis bebes. Muy pronto estaré con ustedes y con su mami. Pórtense bien y sean fuertes, mami los necesita bien.

 

Kaoru no quería marcharse, sostuvo la mano de Ryu unos minutos. Finalmente lo besó y salió silencioso. Era un gran sacrificio dejarlo en aquel lugar, pero lo hacía por un bien mayor. Caminó resuelto, ahora tenía más bríos para acabar con el maldito ser que había hecho de su vida un infierno.

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).