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APARTAMENTO DE SOLTERO por Butterflyblue

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Notas del capitulo:

Hola pues aqui con el penultimo, nos vemos el sabado con el ultimo capitulo. Las espero por aqui y anhelo de corazon sus mensajes. Un gran abrazo y gracias por leer.

Déjame comenzar

 

 

—! ¿Es que mis hermanos se decidieron a sacarme de quicio?!

 

El grito de Ryu despertó a Hiroki que dormía en la habitación con los bebes.

 

El castaño se levantó, revisó a los niños, salió de la habitación y caminó a la sala donde Kaoru hablaba con Ryu tratando de calmarlo.

 

—Ryu, ¿qué ocurre?

 

Ryu, suspiró con cansancio, había olvidado que Hiroki dormía y que su hermano debía descansar pues aún estaba de reposo.

 

—Cariño, perdóname, ¿qué haces de pie? Vamos a la cama.

 

Ryu se llevó a Hiroki de nuevo a la habitación y lo acomodó en la cama.

 

— ¿Que paso? —Insistió Hiroki cuando Ryu lo arropaba, desde que había sido dado de alta, estaba por demásnervioso, pues el siniestro hombre había seguido llamándolo.

 

—Deja de estar inquieto, ese hombre no se va a acercar a ti. Ya Nowaki y Okano san están trabajando para meterlo tras la rejas.

 

Hiroki, lo miró con un dejo de ansiedad. — ¿Entonces por qué gritabas?

 

—Arisue me llamo hace unos minutos, tal parece que tu suegro cambio de opinión y ahora Misaki va camino a Inglaterra. —Respondió Ryu con resignación.

 

Hiroki sonrió. —Va a buscarlo. —Susurró con sus ojos soñadores —. Por fin se decidió.

 

Ryu suspiró, Hiroki adoraba a Misaki y a Shinobu y casi siempre los apoyaba en sus travesuras.

 

—Es lo mejor Ryu, Misaki estaba sufriendo mucho.

 

Le dijo a su hermano acariciando sus manos. Ryu lo miró con tristeza.

 

—Se hicieron grandes y no me di cuenta. Eso es un poco doloroso, porque aunque quiero seguirlos teniendo entre mis brazos cuidados y protegidos, ellos deben caminar por si solos y vivir.

 

Hiroki sonrió y besó la mano de su amigo. —Aun tienes a dos bebes que dependen de ti. Y muy pronto tendrás un sobrino.

 

Hiroki acarició su vientre y Ryu le sonrióuniendosumano con la de él.

 

—Y va a ser un sobrino muy hermoso o hermosa, porque tiene papas muy guapos.

 

Ambos rieron contentos, Hiroki entonces preguntó. —¿Y Shinobu?, es raro que no ha llegado.

 

Ryu bufo sonriendo, antes de comentar. —Ese es otro dolor de cabeza...Está con su... esposo. Dijo que irían a cambiar unas cosas en el departamento de Miyagi para cuando él se mude.

 

Hiroki suspiró, unos díasmás y estarían cada quien en su casa nueva. Iba a ser difícil dejar ese lugar lleno de recuerdos.

 

Eso mismo pensaba Shinobu mientras ayudaba a Miyagi a acomodar las cosas en la que muy pronto seria su habitación. Era extraño, pero también era excitante, su casa, su marido, su nueva vida, y apenas tenía dieciocho años.

 

—¿Que te tiene tan pensativo?

 

Preguntó Miyagi besando sus labios. Shinobu lo miró sonriendo.

 

—Estoy emocionado y un poco nervioso. Es solo que, no séqué voy a hacer de ahora en adelante. Ya casi termine la secundaria y... No sé, no quiero fallarte Miyagi y quisiera ser un esposo del que estés orgulloso.

 

Miyagi lo tomó en sus brazos sentándolo en su regazo.

 

—Estoy orgulloso de ti, desde el mismo día en que te conocí. —Le dijo besándolo con amor. —Eres un muchacho inteligente y valiente y por eso te amo. Lo que va a pasar en adelante será lo que tú desees. Puedes entrar a la universidad a estudiar derecho como me habías dicho que te gustaría hacer. Mi amor, tienes dieciocho años, aun tienes mucho tiempo para hacer lo que quieras y yo te apoyaré en todo momento de ese camino.

 

Shinobu lo abrazó con cariño y se fundieron en un dulce beso.

 

—Te amo Miyagi. —Le dijo con dulzura cuando sus labios se separaron.

 

—Y yo a ti mi pequeño esposo.

 

*****

 

En otra parte de la ciudad, dos hombres conversaban con seriedad.

 

—El teléfono está intervenido y las llamadas han sido grabadas. Solo falta tu conversación con él y podremos acusarlo de chantaje y extorsión y con un poco de suerte también de violación.

 

Okano revisaba las pruebas concienzudamente. Nowaki sentado frente a él suspiró con cansancio.

 

—No quisiera exponer a Hiroki a eso. Traer todos esos recuerdos ahora podría ser peligroso para él y para él bebe.

 

Okano asintió comprensivo. —Tenemos mucho con que procesarlo ahora, estará unos años en la cárcel con lo que hemos conseguido. Podemos esperar a que su hijo nazca y después agregaremos el cargo de violación, cuando su esposo esté en condiciones de declarar.

 

Nowaki asintió complacido. —Gracias detective Okano. —Le dijo al hombre extendiéndole la mano para despedirse. —Le agradezco mucho su ayuda.

 

—No es nada Usami san, el mundo debe ser deslastrado de esa clase de monstruos y mañana este en particular comenzara sus días en la cárcel.

 

Nowaki le sonrió y se marchó confiando en que muy pronto se haría justicia. Cuando llegó a casa de los Isaka. Ryu alimentaba a su hija en elsofá, mientras Kaoru le sacaba los gases a su hijo con delicadeza.

 

—Hola. —Saludó Nowaki con una sonrisa.

 

—¿Cómo te fue?. —Preguntó Ryu ansioso.

 

—Mañana me encontraré con ese hombre. Hoy volvió a llamarme para recordarme que no  debía faltar. El detective Okano tiene todo listo para grabar la conversación. Mañana mismo ese desgraciado estará en la cárcel.

 

Ryu sonrió con tranquilidad, se alegraba por Hiroki, porque por fin se le haría  justicia, por finpodría superar la monstruosidad que le habían hecho hace años.

 

—Élestá dormido, le lleve la cena, comió un poquito y se durmió.

 

Le informó Ryu a Nowaki que sonriéndole se encaminó a la habitación.

 

Su novio estaba dormido con el rostro sereno, pero aun había humedad de lágrimas en sus mejillas. Nowaki lo miró con un dejo de preocupación, quería terminar con todo aquello rápido, para que Hiroki pudiera estar tranquilo.

 

Se metió en la cama y se acurrucó a su lado.

 

—¿Nowaki?

 

—Hola mi amor ¿Cómo te has sentido? —Le preguntó besándolo con amor.

 

—¿Dónde estabas? —Preguntó Hiroki escondiéndose en su pecho, temeroso y decaído.

 

—Estaba en el hospital, tengo que dejar unas cosas listas antes de tomarme los días que me voy a tomar para mudarnos a nuestra nueva casa.

 

Le dijo Nowaki abrazándolo con fuerza. Hiroki temblaba entre sus brazos y Nowaki quiso buscar al maldito que causaba aquel estado en su novio y matarlo con sus propias manos.

 

—Mi amor, no va a pasar nada. Debes calmarte, por él bebe amor, por él cálmate. Te juro que todo va a estar bien.

 

Hiroki sollozó un poco y se quedó dormido en los brazos de Nowaki. El joven médico ya quería que la mañana llegara para poder acabar con aquella pesadilla que atormentaba al amor de su vida.

 

 

Pero, Nowaki no era el único que deseaba mirar el amanecer. Sentado en el cómodo asiento de primera clase que su suegro le había reservado. Misaki miraba a través de las ventanillas el negro esplendor de la noche. No había podido conciliar el sueño. Como dormir si estaba tan cerca de ver a su único amor. Acarició su vientre rememorando el rostro de Akihiko, su mirada enamorada, sus manos suaves que lo recorrían con pasión, con deseo.

 

"Vamos a buscar a tu papá bebe, necesito que me ayudes a ser fuerte. Entre los dos vamos a recuperarlo."

 

La charla íntima con su hijo duró un largo rato y Misaki miró como el espesor de la noche se convirtió en la bruma del amanecer. Pronto estuvo en el enorme aeropuerto Heathrow. Fuyuhiko habíaarreglado todo y un chofer ya le esperaba. Misaki pudo ver su nombre en un cartel que llevaba un hombre alto vestido de negro y con un semblante serio.

 

Cuando se dirigió hacia el hombre, lo saludó con cortesía, temiendo que el hombre no lo entendiera.

 

—Buenos días soy Isaka Misaki.

 

Pero, para su suerte el hombre le contesto en un perfecto japonés.

 

—Bienvenido Isaka san, soy su chofer,William Taker, lo llevaré al hotel, Usami sama preparó todo para Usted.

 

Misaki asintió, ir al hotel no era su idea principal, quería ver a Akihiko, pero la verdad necesitaba refrescarse y un cambio de ropa no le caería mal tampoco.Supuso que su suegro que había dispuesto todo, también le tendría ropa con la que pudiera cambiarse. Sonrió admirando la belleza de la ciudad de Londres, pensó que algúndía Akihiko lo llevaría a conocer ese lugar. Cuando llegaron al hotel se sorprendió de la magnificencia del edificio, era enorme y tan lujoso que casi cae sentado de la impresión.

 

—Por aquí por favor. —Loguio el chofer con amabilidad.

 

Misaki abrumado lo siguió, mirando todo aquel esplendor con emoción e inquietud.  Por un momento entendió a Akihiko. Su novio estaba acostumbrado a todo aquello, no era su culpa haber nacido rodeado de todo ese lujo. Y él no había sabido verlo, solo lo juzgaba por querer cambiarlo, sin comprender que Akihiko no conocía nada más. Misaki entendió que no era acusando a Akihiko y gritándolo, como iba a conseguir que viera el mundo como él lo veía. Entendió que debía buscar un punto medio donde los dos estuvieran cómodos, donde los dos fueran felices.

 

Fue llevado a una enorme habitación, que era dos veces el apartamento que compartía con sus hermanos.

 

—Estaré abajo, esperando su llamada para llevarlo al consorcio Usami.

 

El chofer se despidió y dejó a Misaki en aquel enorme lugar. El pequeño caminó admirando la suite, los finos muebles, la hermosa alfombra, los sutiles acabados. Todo era belleza y esplendor, de pronto no era tan malo ser mimado con tanta belleza, suspiró y caminó a la que supuso era la habitación, sobre la cama había un montón de ropa y una nota.

 

—La ropa la escogióArisue con una diseñadora de confianza, espero que se apegue a tu gusto al vestir. Mi hijo estará todo el día en el consorcio, ya mi asistente sabe que tú irás.Confíode corazón, en que puedas arreglar el desastre que yo ocasioné. Un beso para mi nieto y una vez más lo siento Misaki. Espero que todo salga bien.

 

Fuyuhiko.

 

Misaki posó un beso en sus dedos y lo colocó en su vientre.

 

—Eso es de parte de tu abuelito bebé, te va a gustar. Al principio parece un viejo amargado y gruñón pero cuando lo conoces, es un hombre amable, que ama mucho a sus hijos.

 

"A quien le dices viejo amargado, mocoso impertinente"

 

Pensó Misaki, imaginando la reacción de su suegro. Rio sonoramente mientras apretaba la nota contra su pecho y se sentó en la cama mirando la fina ropa. Escogió unos ajustados pantalones negros y una blanquísima camisa de fina tela que ocultaría un poco lo ajustado del pantalón. No quería perder su esencia, pero tampoco quería verse vulgar.

 

—Muy pronto ya no podre vestirme así.

 

Se dijo mirándose al espejo, su vientre aun plano, su figura aun esbelta, pero no por mucho tiempo, pues su bebécrecería. Misaki sonrió acariciando su vientre e imaginando como se veríacon una redonda barriguita. Sus ojos se llenaron de lágrimas, él las aceptó con gusto, se permitió dejar salir su miedo, su dolor. Misaki necesitaba a Akihiko, lo quería a su lado para vivir aquella experiencia, para que acariciara su vientre, para que cumpliera sus antojos, para que celebrara junto con él, la llegada de su hijo.

 

Lloró por unos minutos y se metió en la regadera para darse un largo y placentero baño, se vistió, recogió su cabello en una pequeña cola dejando unos mechones sueltos. Pintó una fina línea de maquillaje bajo sus ojos y puso un suave brillo en sus labios. Finalmente se calzó unas hermosas botas que supuso serian de una fina marca.Complacido se miró al espejo, ese era el Misaki del que Akihiko se había enamorado, confiaba en que ese amor aun estuviera allí y pudiera recuperarlo.

 

Le avisó al chofer como este le habíapedido y cuando bajó, ya el hombre lo esperaba. Les tomó casi una hora llegar al impresionante edificio donde funcionaba el consorcio Usami.

 

—Lo esperaréaquí señor, las oficinas del señor Usami están en el Pent house. —Le informó el chofer haciendo una reverencia. Misaki asintió y entró temeroso al edificio. Subió por un ascensor privado, guiado por una amable señorita. Misaki supuso que todo el mundo sabía de su llegada. Al llegar al Ph, una mujer de edad mediana ya le esperaba.

 

—Señor Isaka, bienvenido. El Señor Usami aúnestá en una reunión.Según lo que me pidió el Señor Fuyuhiko no le he informado de su visita, así que lo pasaré a su oficina, la reunión debe estar por terminar.

 

Misaki acabó siendo llevado a una gran oficina, desde la cual se podía vislumbrar casi toda la ciudad.

 

—¿Desea tomar algo? —Preguntó la mujer. Misaki miraba por el ventanal distraído.

 

—No, gracias. —Respondiómirándola de soslayo y concentrándose de nuevo en mirar el paisaje embriagador de la ciudad de Londres. Se entretuvo un rato en el tumulto de edificios, en el caminar de las nubes por el grisáceo cielo, en los diminutos carros que transitaban las desbordas calles.

 

"Se está tardando"

 

Pensó, mirando su reloj. Ya había pasado una hora desde que llegara, caminó hasta un cómodosofá y se sentó mirando todo con curiosidad. El enorme escritorio con la gran y cómoda silla, los elegantes archivadores, una bonita computadora, un teléfono,varios cuadros y muchos sobrios adornos, una fina alfombra, y unas pequeñas sillas para visitantes, componían la oficina. El lugar donde él estaba sentado, un gran sofá con dos cómodas poltronas, una pequeña y acogedora chimenea, un mini bar bien equipado y una mesita de café.

 

Caminó y se sentó en el escritorio. Se lo imaginó sentado allí, revisando papeles, impartiendo ordenes, tan diferente al jovial médico que se paseaba por el hospital con su bata blanca y por el que todos babeaban. Revisó curioso los papeles en la mesa, cosas de trabajo que no entendía. Abrió las gavetas y siguió revisando hasta que en una de ellas encontró algo que no había esperado ver. Era una foto, eran ellos riendo en un restaurant, celebraban.

 

"¿Quécelebrábamos?"

 

Se preguntó en su mente, hasta que vio el anillo brillando en su mano. Sonrió con nostalgia, ese día celebraban su pronta boda.

 

"¿Como pude olvidarlo?"

 

Apretó la foto contra su pecho y se puso de pie para caminar de nuevo al sofá, recostándose en él.

 

—Te amo Akihiko, ven pronto para que pueda decírtelo.

 

—Tráeme los papeles de la reunión de mañana, voy a darle un vistazo antes de irme.

 

Le pidió Akihiko a su secretaria cuando salía de la sala de juntas. Estaba cansado de negocios, socios y juntas. Pero era la única manera de no pensar en lo solo que se sentía. La mujer asintió pero no lo siguió a la oficina, cuando él entró, no notó nada extraño, la oficina estaba semioscura tal y como era su gusto. Se sentó en el escritorio y comenzó a hojear unos papeles.Suspiró cansado y se puso de pie, mirando con hastío el paisaje a través de los ventanales.

 

"¿Que estarás haciendo ahora mi amor?"

 

Lo extrañaba, y ese sentimiento lo destrozaba, estaba tan lejos y aunque estuviera cerca no tenía esperanza. Suspiró y chistó con molestia, pues la secretaria se estaba tardando con los papeles.Iba camino al mini bar para servirse una copa de vino cuando lo vio. Al principio no lo podía creer, el pequeño bulto acurrucado en el sofá, tenía su cabello, y era igual su dulce rostro dormido.Abrazaba algo contra su pecho y Akihiko reconoció el marco de la foto que el guardaba en una de sus gavetas para tenerla cerca cuando la nostalgia lo agobiara.

 

—Mi...saki. —El nombre apenas salió de sus labios.

 

Pero fue lo suficiente para que Misaki despertara. El pequeño castaño lo miró con sus ojos adormilados, se sentó en el mueble y restregó sus ojos como un niño que acababa de despertar.

 

—Te tardaste. —Le reprochó, con un dulce mohín.

 

Akihiko cubrió su boca con las manosahogandoun sollozo entre ellas, y una lágrimacorrió libre por su mejilla.

 

Misaki se puso de pie y caminó hacia él despacio, temiendo que este lo rechazara.

 

—Yo...vine a buscarte. ¿Aún me amas?

 

Le preguntó a unos pasos de él, mirándolo con amor, miedo e inquietud.

 

Akihiko estiró su mano acariciado su mejilla silenciosamente. Despacio se acercó y finalmente lo metió entre sus brazos susurrando a su oído con miedo.

 

—Dime que no estoy soñando.

 

Misaki envolvió sus brazosalrededor de él y respiró con tranquilidad por primera vez en días. Impregnándose de su aroma, llenándose de su amor.

 

—Sí, estamos soñando mi amor, estamos viviendo y la vida es un sueño.

 

Akihiko lo llenó de besos, lo cargó y dio vueltas con él en sus brazos riendo de alegría. Sus labios se tocaron muchas veces, muchas veces se dijeron te amo. Se tocaron para cerciorarse que era real y se miraron para conservar en sus mentes el recuerdo de aquel hermoso día.

 

—Quien iba a decirque papá y tú se haríancómplices.

 

Decía Akihiko, mucho rato después, recostado en el sofá con Misaki entre sus brazos. Misaki lo miró con ternura diciéndole con una suave sonrisa.

 

—Él te ama y comprendió que te estaba haciendo daño, fue muy amable al hacer todo esto por nosotros y creo que aprenderemos a llevarnos bien.

 

Akihiko lo besó de nuevo por largos minutos.

 

—Aun no puedo creer que estésaquí.

 

Murmuró escondiendo su rostro en el terso cuello de Misaki.

 

—Después de lo que te hice Misaki... yo, estoy tan arrepentido. Yo...

 

Misaki buscó sus labios de nuevo y lo besó despacio, sonriéndole.

 

—Eso es pasado. Ahora somos presente y futuro, yo también me equivoqué y ambos tenemos que esforzarnos en hallar el punto medio donde podamos ser felices.

 

El teléfonosonó y Misaki se quedó con una importante noticia en sus labios. Akihiko lo besó y fue a atender. Misaki lo vio sonreír.

 

[Hola mamá... si él estáaquí... Soy feliz mama, dile a mi padre que gracias, dile que lo amo, por hacer esto por mí, por nosotros]

 

Akihiko le hizo señas a Misaki para que fuera hasta él, Arisue queríahablarle. Misaki recostado en el sillón dudo en pararse, estaba cansado y algo mareado.El largo viaje, la tensión de su encuentro con Akihiko, aunado a todos los días que había pasado sin dormir bien, le estaban pasando factura a él y a su reciente embarazo.

 

Respiró profundo y se sentó en el sofá cerrando los ojos para controlar el mareo, Akihiko no notó aquello pues hablaba animadamente con su madre. Cuando Misaki logró ponerse de pie, no pudo dar tres pasos cuando todo se oscurecióalrededor de él. Akihiko escuchó el golpe seco que dio su cuerpo contra el suelo.

 

—! Misaki ¡—Gritó dejando caer el teléfono y corriendo hacia él. Lo tomó en sus brazos, recostándolo en el sofá y llamo a gritos a su secretaria.

 

—Misaki, mi amor... mi amor despierta.

 

Misaki volvió en si cuando alguien colocó un algodón mojado de alcohol en su nariz. Poco a poco pudo percibir el rostro angustiado de Akihiko y escuchó sus palabras.

 

—E...estoy bien... Akihiko. —Le dijo letárgico, tratando de volver en sí.

 

—Ya llamamos una ambulancia mi amor, tranquilo.Pronto estaremos en el hospital.

 

Misaki sonrió, Akihiko estaba tan nervioso que le dio ternura ver cuanto lo amaba.

 

Tomó una profundarespiración y ya despierto por completo le hablómirándolo con amor.

 

—Estoy bien. Haruhiko san me dijo que esto podía pasar, me dijo que el primer trimestrepresentaría mareos, náuseas y en algunos casos tambiénpodría sufrir desmayos.

 

Akihiko lo miraba sin entender, hasta que finalmente las piezas encajaron en su mente. Sonrió de la más hermosa de las maneras y alzando la camisa de Misaki acaricio con reverencia el plano vientre.

 

— ¿Es... esta... esta aquí?

 

Misaki asintió.

 

—Vas a ser papá. Tendremos un bebe Akihiko.

 

Akihiko lo besóamorosamente, si separar la mano del vientre donde crecía su hijo. Nunca pensó que cuando lo creía todo perdido encontraría de nuevo el camino a la felicidad.

 

Aún bajo las protestas de Misaki, lo llevó al hospital. Necesitaba estar seguro que todo estaba bien con los dos. Entrada la noche y después de una deliciosa cena, se durmió con su pequeño amor envuelto entre sus brazos. Le costó conciliar el sueño, tantas emociones en un solo día. Mirar a Misaki dormir pacíficamente entre sus brazos y saber que al día siguiente volverían y todo sería incluso mejor que antes pues ahora tendría un hijo. Parecía para Akihiko el mejor de los sueños, uno del que jamás deseaba despertar.

 

 

******

 

Al día siguiente, Ryu y Hiroki cambiaban a los bebes, saldrían a dar un paseo, puesel castaño necesitaba un poco de sol. Shinobu y Miyagi los esperaban en la sala, ellos los acompañarían. Kaoru entró a la habitación sonriendo para dar una buena noticia.

 

—Acaba de llamar Akihiko, se vienen en el vuelo de las cinco.

 

Hiroki y Ryu sonrieron, al fin Misaki y Akihiko volvían a ser felices. Kaoru besó a su novio y a sus hijos.

 

—Volveré en lo que todo esté listo.

 

Hiroki, pensó que se iba por trabajo, pero Ryu sabía que no era así. Kaoru iba con Okano y Nowaki, se había ofrecido a acompañar a su cuñado en todo aquel trance de aprender al miserable que les estaba perturbando su felicidad. Kaoru se quedaría en el auto con Okano.  Nowaki se encontraría con el hombre en un pequeño café.Ya estaba todo preparado, solo faltaba aquella conversación para que la policía pudiera poner bajo arresto al siniestro hombre.

 

Los chicos mantendrían ocupado al castaño aquel día, para que no sospechara nada, ya Nowaki le había dicho que tenía guardia en el hospital. Así que todo estaba listo.

 

—Cuídate, te amo.

 

Le dijo Ryu a su novio besándolo con devoción. Kaoru se fue y unos minutos después la familia salió para un movido día de picnic. Shinobu y Miyagi llevaban a los bebes, mientras Ryu caminaba despacio con Hiroki aferrado a su brazo, pues el castaño estaba un poco débil por los días en cama.

 

— Los llevaré a una hacienda de un amigo, que está en las afueras de la ciudad.Allí podemos pasar el día y si Hiroki se cansa hay habitaciones para que pueda dormir un rato.

 

Relataba Miyagi entusiasmado, cuando todos subían al auto.Los niños fueron colocados en su porta bebes, entre Ryu y Hiroki y asíemprendieron un apacible viaje, lejos del estrés de lo que acaecería en la ciudad.

 

Nowaki llegó a tiempo, se sentó en una mesa y pidió un café. El pequeño micrófono pendía de su cuello en una delicada cadena, ya lo habían probado, y un contingente de la policía esperaba apostados en las afueras del local. Okano y Kaoru estaban en una camioneta ya conocida por el joven.Conversaban tomándose un café, cuando el hombre llegó.

 

—Quiero silencio y estén atentos. En lo que de la orden entran y lo arrestan.

 

Todos sus contactos dieron su respuesta afirmativa. Kaoru dejó la taza a un lado y esperó.

 

— ¿Usami Nowaki? —Preguntó el hombre de aspecto desgarbado y malicioso.

 

Nowaki asintió sin tomar la mano que el hombre le ofrecía. Deseaba matarlo, veía en su mente las imágenes de él sucumbiendo ante sus golpes, podía oler su sangre. Un instinto salvaje de protección llenó su corazón y quería matar a aquel sujeto que le había hecho daño a su dulce amor. Pero, tuvo que contenerse, porque era entre las rejasque loquería, era así como debía pagar.

 

—Siéntese y diga lo que tiene que decir rápido.

 

El hombre se sentó con un dejo de molestia.Le disgustaba la actitud altanera de Nowaki, cuando él sentía que era quien tenía el poder en sus manos.

 

—Yo como tu tendría mejores modales, muchachito malcriado. Tu prometido es una puta cualquiera y tú tienes un apellido que estoy seguro no desearas enlodar.

 

Nowaki apretó los dientes, un destello de ira cruzó sus ojos ensombrecidos por la rabia.

 

—Diga que es lo que quiere. —Gruñó entre dientes.

 

—Ya se lo dije a tu puta... perdón a tu prometido. Quiero un millón de dólares y que tu papito me consiga un puesto en un buen hospital.

 

Nowaki cruzó los brazos y se recostó de la silla.Lo miró con desdén y le dijo con un tono displicente. — ¿Qué pasa si me niego a su sucio chantaje?

 

Aoyama sonrió de manera siniestra. —Entonces iré a todos los periódicos y les diré, la clase de persona con la que vas a casarte. Les diré a todos como ese muchachito que parece tan inocente no es más que un cualquiera que se acuesta con quien pague más y que solo anda tras tu fortuna.

 

—Usted no tiene pruebas de eso. —Le espetó Nowaki, intentando no caer en la tentación de romperle la cara.

 

—Será su palabra contra la mía, y en este medio prevalece más el escándalo. Estoy seguro que a tu padre no le va a gustar saber quién es tu prometido.

 

Nowaki no cambió su postura,diciéndole con rudeza al hombre que lo amenzaba. —No le daré ni un centavo, maldito miserable.

 

El hombre sonrió. —Eres un majadero muchachito, estas tan enamorado de esa escoria, ¿te dijo como lo hice mío muchas veces?, no te conto como gemía entre mis brazos, como rogaba por mi pene en su culo.

 

Nowaki lo agarró por la camisa y estuvo a punto de estrellarle un golpe en la cara, cuando lo escuchó gruñir con ira. —Ponme una mano encima y lo buscaré y lo mataré.Ese puto me debe muchos años que perdí cuando su padre me boto del hospital.

 

Nowaki tenía lo que quería, solo tenía que decir la palabra y Okano mandaría a la policía por la escoria que sostenía en sus manos. Pero aun queríaoir unas palabras de aquel hombre.

 

—Todo lo que le hayan hecho se lo merecía, usted lo violo muchas veces, usted destrozó su vida.

 

El hombre se rio con maldad, empujó a Nowaki intentando soltarse de su agarre. —Y fue una cosa muy deliciosa, ese hermoso muchachito puro y solitario.No fue difícil y disfruté cada grito y cada suplica, era delicioso verlo llorar indefenso. Pero ustedes nunca me podrán probar eso, son unos idiotas y ahora van a tener que pagarme más, por hacerme perder mi valioso tiempo.

 

Nowaki soltó al hombre y este tomó el gesto como una victoria. —Quiero dos millones de dólares y un buen puesto en un prestigioso hospital.Que no se te olvide muchacho majadero o tu noviecito morirá.

 

Nowaki sonrió, lo que descolocó un poco al hombre.

 

—Listo. —Dijo Nowaki y de pronto un batallón de policías entró al lugar.

 

Cuando los hombres esposaban a Aoyana, Okano entró al local. —Salió mejor de lo que esperábamos, hijo.

 

Dijo el detective complacido, pues incluso podrían acusarlo de una violación que claramente había confesado.

 

Nowaki mirabaal hombre con asco, con ira. Kaoru lo tomó por el brazo para sacarlo de allí.

 

Cuando la policía se llevaba al hombre que no acababa de creer lo que estaba pasando. Nowaki le dijo con desdén.

 

—Tendrás lo que te mereces y mi esposo tendrá la paz de verse librado de tu sombra. Gracias, por tu colaboración.

 

El hombre fue llevado mientras gritaba improperios. Nowaki lo miró alejarse en la patrulla y respiró con alivio.

 

—Lo hiciste bien. —Le dijo Kaoru comprensivo. —Yo sécómo te sientes.Yo pasé por casi lo mismo, pero ya ambos somos libres y solo nos queda hacerlos felices.

 

Nowaki sonrió emocionado, y estrechó su mano con fuerza, Kaoru había sido una gran ayuda, un gran apoyo.Ya podía ver que tendría un gran amigo en su cuñado.

—Quisiera estar con él.

 

Kaoru entendió a su cuñado pues él tambiénsintió nostalgia por su novio y sus hijos.

 

—Vamos, están a una hora de aquí.

 

Agradecieron a Okano y se encaminaron a ver a sus novios, que en ese momento disfrutaban del aire libre.

 

Hiroki estaba recostado en un mantel comiendo despacio un pie de manzana. Shinobu y Ryu jugaban con los niños, mostrándoles una bandada de patos que nadaban en un pequeño lago.        Miyagi había ido a buscarles bebidas. Suspiró mirando el paisaje y deseando que Nowaki estuviera allí con él. Un rato después, su sueño se hizo realidad, cuando unas manos gentiles se posaron en su vientre, un aliento conocido recorrió su cuello, y unos dulces labios besaron su mejilla.

 

—¿Pensabas en mí? —Preguntó el médico, sonreído.

 

—Siempre pienso en ti. —Respondió Hiroki metiéndose en su regazo.

 

Nowaki lo abrazó despacio y miro complacido como Kaoru abrazaba a Ryu cargando a sus hijos entre ellos. Miyagi también besó a Shinobu que sonreía contento.

 

Nowaki acunó a su novio con amor, ahora estaban bien, ahora nada los perturbaría.Solo les faltaba dar el paso definitivo y eso sería muy pronto, cuando Misaki y Akihiko regresaran. Besó a Hiroki con ternura susurrándole dulcemente.

 

—Te amo Hiroki, eres más de lo que soñé en mi vida. Gracias por hacerme cada díamás feliz.

 

Hiroki lo miró conmovido. —Yo también te amo Nowaki, soy muy feliz a tu lado.

 

Los besos fueron interrumpidos por las risas de la familia que llegaba, era hora de celebrar. Ya después le contaría a Hiroki que ya eran libres, ahora solo lo quería seguro y feliz entre sus brazos, contando los minutos para comenzar una nueva vida.

 

 

 


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