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"CUANDO TE ROMPEN EL CORAZÓN" por p160880

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Espero que todos estén muy bien y con mucho ánimo de leer, sin más palabras, aqui los dejo con el largo capítulo: 


 

CUANDO TE ROMPEN EL CORAZÓN

CAPITULO 10: “ENTRE LAS HABITACIONES DE SAN MUNGO”



Harry recordaba el miedo que había sentido antes de salir a pelear contra aquel dragón en cuarto año, en como su corazón latía con fuerza y como le costaba respirar, y aquella vez sólo había sido un dragón, ahora habían cuatro, cuatro furiosos, y narcotizados dragones, dando vueltas y soltando fuego por todo lo amplio del campo, a lo lejos, desde su escoba, podía ver algunas pequeñas poblaciones humeando, supuso que habían podido reducir el campo de movimiento de los dragones y ahora sólo faltaba que los capturaran.
A su lado escuchó el jadeo ahogado de Browning, le dio una mirada y si antes le había parecido pálido y asustado ahora estaba blanco y aterrado.

—Potter… cuánto gusto— dijo la voz de un hombre que se acercaba hasta ellos montando su escoba

—Qué hay Goran— saludó Harry, Goran era uno de los encargados del control de criaturas mágicas, en más de una ocasión había trabajado con Harry desarticulando organizaciones de tráfico y rescatando especies en peligro, Harry no podía dejar de encontrarle un parecido con Hagrid en su fijación por ver hasta el más temido de los animales como una dulce e indefensa criatura que necesitaba ser rescatada y protegida.

—Cuatro dragones, están drogados pero parece que lo que les dieron les ha hecho daño, ha alterado su carácter, pero ha reducido sus habilidades motrices… por eso no pueden atravesar el campo de seguridad que tus compañeros — Dijo señalando hasta el otro lado del campo libre, donde varios aurores levantaban las varitas conjurando campos alrededor —Pero ahora nos queda detenerlos, no sabemos cuanto tiempo vayan a durar los efectos… los idiotas que los robaron planeaban cruzar hasta América con ellos pero se les han ido de control, hay un par heridos y los que están concientes no tienen idea de que pueden haberles dado en realidad…

— ¿Y cuáles son las buenas noticias?— preguntó Harry con cierto sarcasmo en la voz, el sonido de las llamaradas que los dragones lanzaban se hacían cada vez más fuertes.

—Pues qué tú y…— Goran le dio una mirada evaluadora a Browning, como si recién notara su presencia.

—Es Browning, está conmigo hoy.

—Vaya, te debes haber portado muy mal para que te manden con principiantes.

—No tienes ni idea.

— ¿Entonces qué es lo que haremos, señor?— preguntó Browning, sus mejillas se habían sonrojado un poco, Goran puso los ojos en blanco y dio una mirada de lástima a Harry.

—Lo sé— bufó Harry como respuesta —Entonces, dinos, ¿Cómo los detendremos?

*_*


—El medimago dice que la tendrán en observación un par de horas más, que no ha dilatado lo suficiente y que tengo que esperar… pero ella realmente está sufriendo y no me gusta cuando sufre, tú sabes que se altera mucho y…

—Blaise— interrumpió Draco la rápida explicación de su amigo tomándolo de los hombros —Vamos, hombre, no hagas que te tenga que dar un golpe para que te calmes.

—No, yo…

—Mira yo estaré aquí, y tú entra allá, toma su mano y aguanta junto a ella, es lo único que puedes hacer y lo único que necesita ¿de acuerdo?

—Si…— Blaise tomó una bocanada de aire, como dándose valor, lo cual le pareció de alguna manera gracioso a Draco y de ser otra la situación lo hubiera dicho, porque lo cierto era que la que debía necesitar más valor era Pansy, ella era la que tendría al bebé. —Gracias, Draco…

—Para eso estamos los buenos y guapos amigos — le dijo dándole una palmada en el hombro, y Blaise sonrió débilmente —Ve… Yo estaré aquí, o doblando el pasillo, hay un amigo internado y tal vez me de una vuelta por allá…

*_*


— ¿En serio pensaste que le pondría Walburga?— preguntó Sirius suavemente a Snape, llevaban quizá ya toda la mañana uno junto al otro, acariciando el vientre y diciéndole a su futura hija cuanto la querían.

— ¿Escuchaste eso?— preguntó Snape.

—Si, y me ofendí, sabes que no le pondría el nombre de mi orgullosa y amorosa madre a mi pobre bebé.

— ¿Entonces ya tienes un nombre?

—No… aún no, ¿Tú has pensado en alguno?

—No creí tener la oportunidad de dar una opinión en eso… yo sólo la llamo niñita.

—Si… me encanta eso, lo escuché también, le podemos decir así hasta que se nos ocurra un nombre…

—Mientras de verdad no le pongan niñita todo estará bien— dijo Draco desde la puerta, Severus y Sirius se giraron para mirarlo asombrados, porque ninguno había notado siquiera que la puerta se había abierto.

—Draco, ¿No te han enseñado a tocar antes de entrar?— reprochó Severus sentándose completamente pero sin soltar la mano de Sirius —Estar tanto con Potter te ha pegado malas manías.

—Si — apoyó Sirius —Creo que se te están pegando muchas de sus manías.

—Ya, no es preciso el ataque— dijo Draco con una sonrisa —yo sólo quería venir a saludar, y ver como estaban por aquí…

—Estamos bien, gracias— contestó Sirius con una sonrisa que no se le pasó por alto a Snape y por la mueca que hizo, Draco comprendió que Sirius aún no le había dicho nada de la forma  cómo se había enterado de todo.

—Pansy está por dar a luz a sólo unas cuantas habitaciones de aquí — les comentó Draco —Y Blaise está al borde de un  ataque de nervios…

—Vaya… a nuestra niña todavía le faltan un par de semanas— comentó Snape

—Oh, a Pansy le faltaba una semana, pero dicen que esto de los partos nunca es exacto y que por lo general se adelantan— Draco se encogió de hombros mientras Sirius palidecía ligeramente —Ya que vi que están bien, yo me iré a ver a Pansy, pero si necesitas algo me avisas.

—Gracias, Draco — murmuró Snape.

—Si, cuídate.

—Y saludos a Pansy y Blaise— dijo en último minuto Snape mientras Draco ya salía de la habitación con una gran sonrisa, no podía aguantarse las ganas de contárselo a Harry.

Snape se dejó caer junto a Sirius nuevamente, — ¿Potter y él no están saliendo en serio verdad?

—No, todavía no, pero te apuesto a que pronto sí, se nota que ambos están como que algo enamorados…

—Oh, será genial— dijo con sarcasmo Snape

—Te diré que ya noto la influencia de Harry en Malfoy…

— ¿Cómo es eso?— preguntó extrañado Snape, y entonces Sirius sonrió más ampliamente mientras empezaba a relatarle la visita de Draco el día anterior

*_*


Paralizado, completamente paralizado, así es como había quedado Browning delante del gran hébrido negro, Harry apenas y le pudo dar una mirada de reojo antes de lanzarse con su escoba hacia abajo, evitando por los pelos la gran llamarada que soltó otro de los dragones, un bola de fuego chino que se veía bastante enojado.

—Potter— llamó la voz amplificada de Goran — Hechizo aturdidor— Y Harry elevó su escoba tratando de evitar los rayos que los aurores lanzaban contra el bola de fuego chino en ese momento para aturdirlo, dio una mirada mas a Browning, parecía haber perdido total control de su escoba y zigzagueaba peligrosamente delante del hébrido negro. Debió saber que el novato no estaría listo para distraer él solo a un dragón, resoplando y evitando más hechizos aturdidores, llegó hasta el lado del chico, que sudaba copiosamente y se aferraba con total rigidez al palo de la escoba

— ¡Browning, baja!— gritó Harry, pero el chico pareció no escucharlo pues elevó la escoba más aún, acercándose peligrosamente ahora a la enorme cola en forma de flecha del dragón, que se agitaba de un lado a otro, lista para golpear —¡Demonios Browning!—

Browning giró el rostro hacia Harry en el momento en que la sombra de la cola se posaba sobre él y Harry estaba seguro que le daría un golpe. Aceleró todo lo que la vieja Nimbus le permitió, sujetándose con una mano del mango y con la otra levantando la varita — ¡Levicorpus!— gritó apuntando hacia Browning, apenas y pudo ver como el cuerpo del chico volaba unos cuantos metros lejos cuando una gran sombra lo cubrió, y entonces se dio cuenta, había olvidado al bola de fuego chino, giró lo más a prisa que pudo para alejarse pero ya era demasiado tarde, registró un gran dolor en toda su espalda mientras sentía como su mano soltaba la varita y su cuerpo era aplastado hacia abajo.

*_*


Draco caminaba de un lado a otro de la pequeña sala de espera del área de maternidad, a un lado estaban sentadas la señora Parkinson y la señora Zabinni, a quienes Draco se había encargado de avisar una vez Blaise le había dicho que Pansy estaba ya en la sala de partos, lista para dar a luz. Ambas mujeres lucían relativamente calmadas, conversando en murmullos acerca de los planes para el futuro bebé. Draco tuvo que admirar su sangre fría, pues aunque intentaba lucir calmado, conforme pasaba el tiempo y no habían noticias se impacientaba más y más, en realidad no sabía que los partos podían durar tanto tiempo, ya eran casi las tres de la tarde y Blaise no había vuelto a salir con noticias en más de dos horas.

No se imaginó que varios pisos abajo, por la entrada de emergencia destinada para los aurores Harry Potter era ingresado, sangrando, inconciente y completamente destrozado, literalmente.  

*_*


Hermione aferraba la mano de Ron como si eso fuera un salvavidas mientras ambos corrían por los pasillos de emergencia, en una de las últimas puertas, casi llegando a los tópicos un guardia de seguridad frenó su recorrido

—Identificación y cargo— dijo de mala gana el gran hombre mientras Hermione sacaba refunfuñando una tarjeta mágica que le daba autorización a ella y Ron para entrar, después de todo ser parte del trío que derrotó a Voldemort y amigos del Salvador mágico tenía sus privilegios, Harry les había conseguido aquella tarjeta poco después de la primera vez que había sido herido en una misión de auror, cuando sus amigos se habían quedado en la puerta peleando por horas hasta que los habían dejado entrar de puro cansancio

—Adelante— murmuró el hombre haciéndose a un lado  para que la puerta se abriera, ambos conocían ya muy bien aquellos pasillos, no sólo por Harry, si no desde antes, desde la época de la guerra

—Chicos— llamó la voz de Neville desde uno de los tópicos, Hermione y Ron frenaron casi al mismo tiempo, haciendo un sonido extraño en el muy encerado piso

— ¡Neville!— Hermione estaba ya al borde de un ataque, desde que habían avisado a su oficina sobre el accidente y la forma como Harry había sido literalmente aplastado por un dragón — ¿Lo has visto?

—Si— suspiró Neville indicándoles un pasillo para que lo siguieran —Lo lamento, realmente está muy herido…

— ¿Qué fue lo que le pasó?— preguntó Ron

— Fue aplastado por más de dos toneladas de dragón, un bola de fuego chino, creo…— Neville se detuvo al final del pasillo y les señaló hacia un muchacho delgado y pálido, lucía herido pero en pie, y miraba hacia una puerta, parecía realmente desolado —Ese chico estuvo con Harry durante el accidente, al parecer Harry lo lanzó a un lado en el momento en que un dragón lo iba a golpear, y eso hizo que se distrajese de otro de los dragones, que lo golpeó con la cola, recibió todo el golpe en la espalda, estaba a 70 metros de altura y la fuerza del ataque hizo que se estrellara contra el piso

— ¡Oh Dios mío!— jadeó Hermione tapándose la boca con las manos y sollozando —No… no puede ser

—Pero estará bien ¿verdad?— murmuró Ron mirando implorante hacia Neville.

—Todavía no estamos seguros— Neville siempre era honesto con ellos, y con todos en general, no podía dar una falsa esperanza, por más que aquello fuera a calmar los ánimos momentáneamente —Tiene rotos casi todos los huesos, una hemorragia interna y de milagro no se ha fracturado completamente el cráneo, si no estaríamos hablando de daño cerebral también, por ahora están con él los sanadores Koestler y Ungaretti, ambos son profesionales destacados por atender este tipo de casos, aún debemos esperar a sus diagnósticos

—Él saldrá bien, Ron, siempre lo ha hecho y esta vez no será la excepción— afirmó Hermione sentándose en una de las sillas más alejadas de Browning, ella sabía que era injusta, pero simplemente no podía estar cerca de él sin reprimir las ganas de gritarle, no lo conocía pero sabía que por él Harry estaba en la condición que se encontraba.

—Trataré de averiguar cualquier cosa— dijo Neville apretando con una mano el hombro de Ron que sólo asintió en silencio y se dejó caer al lado de su novia, mirando también hacia la puerta de la habitación donde Harry estaba siendo atendido.

*_*


—Vamos Pansy, sólo un poco más, este es el último— pidió el medimago y Pansy le lanzó una mirada de puro odio, Blaise pensó que era una suerte que su esposa no tuviera la varita a mano y que estuviera tan ocupada dando a luz porque de lo contrario aquel medimago ya se hubiera convertido en una masa de gelatina.

— ¡Merlín!— gritó Pansy apretando la mano de Blaise con fuerza, con demasiada fuerza

—Tranquila cariño…— murmuró Blaise secándole con un paño el sudor de la frente, la mirada de Pansy se dirigió ahora hacia él

— ¿Tranquila cariño?, ¿Eso es lo único que sabes decir? Ya te digo yo que nunca más— dijo con los dientes apretados —Jamás me volverás a poner una mano encima

—Pero…

—Tú y tus tontas ideas de tengamos un bebé y yo…

—Ahora Pansy— gritó el mendimago interrumpiéndola para alivio de Blaise. Pansy volvió a pujar, apretando los dientes y ahogando un grito, sintiendo como se le iba el alma en ese momento, y que definitivamente no tendría fuerzas para más, la mano de Blaise le acarició suavemente el hombro a la vez que ella dejaba caer la cabeza hacia atrás y se escuchaba lo que definitivamente era el llanto mas hermoso que había escuchado en su vida —Un niño, muy bien Pansy…— dijo el mendimago.

—Mi bebé…— murmuró Pansy abriendo los ojos y levantando el rostro al tiempo que veía al medimago envolver al niño en unas mantas celestes y acercarlo hasta su pecho

—Cariño…— dijo Blaise dándole un beso en la frente, y ella estuvo a punto de protestar porque la besara estando ella bañada en sudor, pero el peso de ese cuerpecito pequeño sobre su pecho la hizo olvidar cualquier queja o reclamo, se sintió embargada por una sensación desconocida mientras uno de sus dedos acariciaba la pequeña manita —Es perfecto— concluyó Blaise

—Lo es, y es nuestro…— dijo Pansy sintiendo que de pronto todas sus emociones afloraban más que nunca.

—Te amo…— le dijo Blaise dándole un beso, esta vez en los labios —Gracias…

—Yo también te amo— contestó Pansy mientras el medimago seguía trabajando alrededor de ellos con hechizos de curación y de limpieza aunque ellos ya no se preocupaban más que por mirar a su bebé

*_*


Remus tocó la puerta suavemente y entró a la habitación, Fleur, que se encontraba junto a Bill cuando llegó,  ya le había informado que no sabía en realidad como pero que Severus estaba ahora en la habitación de Sirius y que parecía que se quedaría allí.

Remus les había informado ya a los chicos del accidente de Harry, dado el estado del chico Ron y Hermione habían conseguido la autorización para que pudiera entrar más gente a la sala de espera y ambos se habían ido para reunirse con los demás en el piso de emergencia. Sabía que no podía darle la noticia a Sirius, pero si a Snape, y al menos ahora estaría seguro de que Snape cuidaría de Sirius durante su ausencia. La reconciliación de la pareja le serviría para poder estar ahora al tanto de Harry.

—Buenas tardes— Dijo Remus hacia ambos, Sirius seguía en la cama, recostado de lado y leyendo una de las revistas sobre escobas y a su lado y tomando su mano, Severus parecía ahora absorto en los catálogos, ambos levantaron el rostro para verlo, algo sorprendidos de que llegara tan temprano.  

—Hola Lunático— saludó Sirius con una sonrisa.

—Lupín— dijo Snape con un asentimiento y una muy leve sonrisa.

— ¿Qué tal ha estado el día?

— Muy bien, no ha habido molestias, ni dolores  ni nada de nada— dijo Sirius.

—Y la niñita se mueve mucho allá dentro — comentó Snape posando la mano sobre el vientre nuevamente, y Remus sonrió, había visto con que cariño Snape hacía eso cuando pensaba que nadie lo estaba mirando y le alegraba tanto que pudiera hacerlo ahora en compañía de Sirius.

Aún era un misterio lo que había pasado entre ellos, pero por el momento no era un asunto relevante, tenía que informar a Severus lo ocurrido con Harry y luego salir nuevamente hacia la sala de emergencias asegurándose de que Sirius no se enterara de nada.  

—Me parece genial, creo que les dará bastante trabajo ahora que nazca — comentó Remus.

—Si, pero estará bien, Severus me ayudara a cambiar pañales.

Snape puso una cara que definitivamente indicaba que Sirius estaba muy equivocado si es que pensaba que iba a cambiar pañales, sin embargo asintió lentamente —Claro…

—Snape, necesito hablar contigo sólo un momento— le dijo Remus tras la carcajada que había soltado Sirius, Snape le dio una mirada preocupada.

— ¿Está todo bien?— preguntó Sirius mucho mas serio y alarmado.

—Sí, claro que sí— mintió Remus —Necesito hablar con él sólo un instante.

—Si, está bien, no te preocupes Sirius, vuelvo enseguida— le dijo Snape captando que en realidad algo más estaba pasando allí —Descansa…

—Sí, que descanses, Sirius yo aún tengo que volver a la escuela— dijo Remus saliendo finalmente, detrás de él salió Snape, cerrando la puerta con delicadeza.


—Snape…— suspiró Remus, pero Snape se puso un par de dedos en los labios e indicándole silencio, ambos caminaron hacia el final del pasillo.

—Sirius puede bajar a escuchar y si lo que vas a decir lo va alterar entonces no quiero que lo escuche.

—Es lo mejor— concluyó Remus, su semblante tranquilo había cambiado notablemente, sus ojos se habían entristecido tremendamente e incluso parecía haber adquirido cierta palidez —-Ha pasado algo grave… Muy grave.

— ¿Tú estás bien?— preguntó Severus, cada vez más preocupado.  

—Yo sí, es Harry...


Luego de solo unos minutos de explicación Snape entendió la gravedad del chico y peor aún, la posibilidad de que no saliera con bien de aquel accidente, definitivamente no le podían decir nada a Sirius hasta que no hubiera más remedio, porque eso sólo lograría desestabilizarlo.

—En cuanto sepa algo más vendré yo, o mandaré a alguien— le dijo Lupín ya caminando hacia las escaleras para volver a la zona de emergencias.

—Yo estaré aquí, con Sirius así que no te debes preocupar por él…

Remus asintió en silencio y se perdió por las escaleras mientras Snape recompuso su máscara de tranquilidad lo mejor que pudo, aunque no podía dejar de preocuparse por el chico, bueno, no es que fuera de sus favoritos (aún le dolía el golpe que el chico le había dado), pero tampoco era para que le de igual si vivía o moría, además que era el ahijado de Sirius y él se hundiría si es que algo le pasaba.

— ¿Qué fue lo que ha pasado?— preguntó Sirius en cuanto Snape entró a la habitación

—Nada importante, sólo quería asegurarse de que estabas bien y que no te había lanzado un imperius para que me dejes entrar — bromeó Snape recostándose en la cama junto a él nuevamente.

— ¿Te ha hecho problemas?— preguntó Sirius ligeramente alertado.

— Claro que no, cariño, sólo quería saber si todo estaría bien de ahora en adelante, para que pudiera ir a la escuela a terminar de revisar unos exámenes— Snape se abrazó a Sirius por la espalda y cerró los ojos, rogando por que en realidad Potter lo lograra de nuevo y saliera con bien y para que  Sirius no tuviera que sufrir por una pérdida tan grande en ese momento.

*_*


El medimago Koestler dio un suspiro cansado, mirando hacia el reloj y luego hacia el chico tendido en la camilla, llevaban demasiadas hora trabajando en él, ya era de noche y todavía quedaba por hacer una gran parte del trabajo —Ahora podemos seguir con la pierna derecha.

—Espera, me falta algo más aquí— dijo Ungaretti al tiempo que palpaba los huesos de la pierna izquierda —Sí, aquí es… tenemos una astilla…— murmuró suavemente antes de levantar su varita y proyectar una imagen de los huesos de la pierna.

—Continuemos, debemos apresurarnos…

En ese momento Neville volvió a ingresar a la habitación, con un ligero asentimiento de cabeza hacia los dos medimagos  y las enfermeras

—Ah, medimago Longbottom— dijo Ungaretti apenas levantando la vista —Justo estábamos por solicitar nos envíen un medimago de apoyo

—Claro, no hay problema, díganme en que les puedo ayudar— preguntó Neville dando una mirada al cuerpo de Harry, se mordió la lengua para no emitir ningún ruido de sorpresa. Nunca, en sus años de practicante y de medimago titulado, había visto un cuerpo tan dañado

—Creo que puede ayudarnos con los huesos del brazo derecho…— le dijo Koestler —Sólo los del brazo, nosotros lo ayudaremos con las manos

Neville asintió en silencio dando una mirada mas al rostro ensangrentado, amoratado e hinchado de su amigo, sabía que no bastaba con sólo darle una gran cantidad de poción crece huesos, primero debían dejar todo en su sitio para que los huesos pudieran soldar en la posición correcta — ¿Ustedes creen que estará bien?— preguntó hacia ambos mientras acomodaba lo que al parecer era el húmero, estaba partido en demasiadas partes.

— Es difícil saberlo— respondió Ungaretti aún observando la imagen de los huesos acomodados de la pierna izquierda de Harry, Neville hizo sólo un asentimiento y continuó ayudando, convenciéndose a si mismo de que en realidad Harry sí se pondría bien.


Fuera de la sala de emergencia aún permanecía el auror Browning, sentado en la misma incómoda silla y mirando hacia la puerta de entrada al tópico, recordando una y otra vez la escena de ser lanzado hacia la nada mientras Potter era aplastado por la cola de un dragón por salvarlo a él, cuestionándose una y otra vez si es que realmente tenía la madera para ser un auror, después de todo un compañero suyo, y para peor, Harry Potter, estaba dentro debatiéndose entre la vida y la muerte por su culpa, porque se había asustado y no había actuado como un profesional.

A tan sólo un par de sillas se apilaba la familia Weasley al completo, junto con Hermione, Remus, y algunos compañeros más del cuerpo de aurores, todos preparados para pasar una larga noche en espera de que les den noticias acerca del estado de Harry.

*_*


Draco se apareció en su departamento cerca de la media noche, Pansy, Blaise y él habían estado demasiado tiempo conversando y viendo al pequeño Therius Zabinni, alias Terry, parecía un niño hermoso y tranquilo, según las abuelas había heredado mas facciones de su padre que de su madre, pero Draco no estaba completamente de acuerdo con ellas, ya que en realidad aún lo veía muy rojo e hinchado, aunque se abstuvo de decírselo a Pansy y evitar que le cayera alguna maldición.

Durante toda la tarde apenas y había soltado uno que otro pequeño llantito, aunque la enfermera les había advertido que por lo general lloraban más de noche que de día.

Blaise le había pedido de manera muy seria que fuera el padrino del niño y Draco casi da saltos de la alegría y de la emoción, demasiado conmovido por que sus amigos le confíen algo así.

Estaba agotado, se había pasado todo el día en el hospital y no había podido siquiera dedicarse un momento a la reseña del libro que estaba haciendo, además que tenía que pensar en lo de Harry…  Entonces se dio cuenta, se había olvidado de decirle a Harry lo que había pasado, que Pansy ya había dado a luz, y contarle que Severus y Black estaban juntos de nuevo.  Suspiró y se desapareció de su sala para aparecer nuevamente en la sala de Harry, pero el departamento estaba vacío y a oscuras, y eso era realmente muy extraño, se preguntó si es que Harry se abría ido a bailar o a tomar algo con sus amigos… Aunque siendo día de semana era raro que aún no estuviera ya en casa.

Mitigó el pequeño bichito que le decía que tal vez sí se había ido de fiesta y había encontrado alguien con quien pasar la noche y pensó que lo mejor era esperarlo y asegurarse de que estuviera bien, no lo llamaría al móvil, no quería que pensara que estaba siendo de alguna manera posesivo con él, sobre todo cuando aún no había tomado una decisión respecto a lo que pasaría entre ellos. Se dio una ducha y tomó uno de los pijamas de Harry para luego meterse en la cama, y tratar de descansar a lo que llegaba Harry.

*_*


—Potter ingresó cerca de las 3 de la tarde del día de ayer, por el área de emergencia del hospital, según nos informaron la cola de un dragón le dio en el aire y lo aplastó 70 metros contra el campo, durante su traslado tuvo dos paros cardíacos  y en cuanto estuvo en la sala de emergencia tuvo uno más, durante el tercer paro se descubrió que los huesos rotos de las costillas presionaban el corazón evitando que funcionara correctamente, la buena noticia es que el corazón sí estaba en perfecto estado, la mala es que la repetición de paros cardiacos puede haber ocasionado algún tipo de deficiencia que se podrá ver mas adelante aún, aunque no es un hecho confirmado que sufra secuelas por eso. En cuanto se tuvo estabilizado al paciente se pudo hacer un examen más exhaustivo, tenía un pulmón perforado y una hemorragia interna, además de los huesos de todo el cuerpo quebrados, y un riñón seriamente afectado, se han puesto en orden todos los huesos, incluyendo los del rostro y se han curado los daños internos, se le ha aplicado una gran cantidad de poción para el crecimiento de huesos y reparación de articulaciones, el paciente seguirá inconciente al menos 24 horas más, mientras todas las pociones suministradas hacen efecto, le hemos puesto hechizos detectores para el corazón y la respiración pero sólo como medida preventiva, pues internamente su cuerpo parece estar funcionando perfectamente hasta ahora— Terminó de informar Ungaretti con voz fastidiosamente monótona, eran ya cerca de las 6 de la mañana cuando por fin habían podido salir a darles información.

— ¿Podemos entrar a verlo?— preguntó la señora Weasley.

—Dentro de unas horas más y sólo de uno en uno y unos minutos, es preferible no crear mucho alboroto a su alrededor — respondió el medimago —Por el momento nos es imposible moverlo hacia ninguna habitación así que hemos acondicionado el tópico como una, debe permanecer aquí las 24 horas iniciales, cuando ingresen a verlo deben tener en cuenta que no pueden tocar el cuerpo del paciente bajo ningún concepto, las pociones están actuando recién sobre él.

— ¿En 24 horas él despertara?— preguntó Remus.

— Es lo que esperamos pero no estamos 100 por ciento seguros, pues no sabemos si hay daño a nivel cerebral o si se puede presentar alguna secuela por los golpes.

—En caso todo esté bien, es decir, en 24 horas él despierte y este conciente y sin ninguna secuela, ¿Cuánto tiempo cree que le llevará recuperarse completamente de todo esto?— fue Hermione la que preguntó, no contemplando posible que su amigo no despertara en el momento adecuado.

—Suponemos que un par de semanas, dependerá de su empeño para la rehabilitación, pero es un hombre fuerte y ejercitado, ese no será un problema, sólo nos queda esperar que no tenga secuelas y que despierte.

—Medimago, Ungaretti — dijo una enfermera saliendo con algo oscuro entre las manos —Las pertenencias de Potter.

—Cierto, esas son sus cosas— confirmó el medimago a la vez que Hermione extendía los brazos para recibirlo.

—Sabemos que es difícil pedir algo así en un momento como este pero sólo queda esperar… cualquier cosa pueden hablar con las enfermeras.
 
Todos asintieron y murmuraron las gracias antes de volver a las sentarse, el medimago Ungaretti se marchó por uno de los pasillos mientras Hermione sostenía las túnicas y la varita de Harry, todo revuelto y desordenado, apretó los labios un poco más para evitar llorar y extendió la túnica destrozada sobre uno de los asientos vacíos que tenía al lado.

A sólo unos metros de distancia Browning la miraba temerosamente, Hermione le dio una mirada resentida y comenzó a ordenar lo que quedaba de las cosas de Harry sólo para pasar el tiempo, para tener algo más en que pensar que en el hecho de que todavía faltaban 24 horas de espera para saber si Harry estaría completamente bien.

En uno de los bolsillos de la túnica pudo sacar la billetera, o lo que quedaba de ella, completamente rota y destrozada, la abrió lentamente, una foto de ellos tres era lo primero que se podía ver, suspiró suavemente y apuntó con su varita —Reparo— la billetera cobró la forma adecuada, aunque la foto seguía pareciendo rota, pensó que ya era hora de que se tomaran una nueva, lo harían al salir del hospital.

— ¿Qué es eso?— preguntó el señor Weasley que se había arrodillado delante de la silla donde Hermione ordenaba las cosas de Harry, señalando hacia un pequeño revoltijo plateado.

—Oh… es su móvil— dijo ella tomándolo entre las manos con cuidado —No estoy segura si se puede reparar, tiene un hechizo para funcionar en zonas mágicas…

— ¿Móvil? ¿Es qué acaso eso se mueve?— preguntó el señor Weasley mientras la chica apuntaba con su varita.

—No, claro que no, es como un teléfono, ¿Se acuerda que le expliqué sobre ellos?— preguntó ella y el señor Weasley hizo un asentimiento —Reparo— murmuró Hermione y la pequeña confusión de pantalla y cables plateados saltó sobre la silla hasta tomar la forma adecuada —Pues este es un teléfono, sólo que Harry lo puede cargar a todos lados y así lo pueden llamar en cualquier momento… Creo que está reparado— dijo dándole una mirada a la pantalla, incluso estaba encendido.

—No sabía que Harry tuviera uno, le pediré que me enseñe a usarlo en cuanto este mejor.

Hermione sonrió tristemente, —él tampoco sabe muy bien como usarlo, es más sólo tiene un número almacenado, y lo hizo porque…— y entonces se acordó, se dio un golpe en la frente por haber olvidado algo tan importante.

— ¿Qué pasa, Hermione?— preguntó Ron, había estado escuchando a medias la conversación de la chica con su padre y le preocupaba su reacción.

—Nos olvidamos de avisarle a Malfoy— dijo ella con un tono culpable.

—Oh… ¿el hurón?— dijo Ron cruzándose de brazos.

—Ron, si algo le hubiera pasado a Harry y Malfoy lo supiera te molestarías mucho si es que no te avisaran— regañó su padre.

—Si, Ron, él dijo que Malfoy era su amigo así que debemos avisarle…

Ron sólo se encogió de hombros y no respondió nada mientras Hermione miraba hacia el aparatito plateado, no estaba segura de que funcionara correctamente dentro del hospital, tal vez tendría que salir hasta Londres para alejarse de la magia del sitio y… no tuvo que esperar más, en ese momento el aparato comenzó a vibrar y soltar una melodía aguda y hasta cierto punto exasperante, todos se giraron a mirarla, entre sorprendidos y molestos, mientras ella examinaba la pantalla.

“Draco llama”

Tomó una bocanada de aire y presionó el botón de contestar.

*_*


Aquella noche Draco no la pasó bien, pese a lo cansado que estaba dio varias vueltas en la cama antes de finalmente quedarse dormido, aunque sólo por unas horas, quizá tres, no estaba seguro, pero sí de que  el sol ya estaba saliendo y Harry aún no había llegado. Él conocía a Harry desde hace mucho ya y conocía sus hábitos,  sabía que había cosas que Harry no hacía, como salir hasta muy tarde entre semana, incluso si es que se hubiera ido de fiesta y hubiera ligado con alguien volvería a su departamento antes del amanecer,  a menos que algo malo estuviera pasando. —¡Oh! he sido tan tonto— se dijo luego de pensarlo con mayor detenimiento, tal vez si había pasado algo con Sirius o tal vez le había pasado algo a Harry.

Mucho más preocupado y sintiéndose tonto por no haberlo llamado antes tomó su teléfono móvil y rogando porque Harry aún tuviera batería marcó su número.

Luego de varias timbradas, tantas que Draco ya casi estaba seguro de que saltaría la contestadora, una voz  temblorosa y ligeramente conocida habló:

—Hola— dijo Hermione suavemente

Draco apartó el teléfono de su oído y le dio una mirada preocupada a la pantalla, en efecto decía “Harry”, no se había equivocado al marcar —Hola, ¿está Harry allí?— preguntó, mientras su mente se preguntaba quien demonios era aquella mujer a la que Harry le permitía contestar su móvil.

—Malfoy, soy Hermione…

— ¡Oh, Granger!— Draco se obligó a creer que ese suspiro que había dado no era de alivio, definitivamente no — ¿Potter está contigo? Es que no ha dormido en su casa y estoy algo preocupado porque no es habitual en él…— Hermione lo interrumpió, con la voz quebrada, como si le costara demasiado pronunciar cada palabra.

Draco escuchó y trató de concentrarse en lo que le decía, pero luego de que ella dijo San Mungo y gravemente herido su mente dejó de funcionar correctamente mientras su corazón golpeaba dolorosamente entre sus costillas, apenas y registró el número de habitación y el piso en el que Harry estaba o que tenían que esperar todavía un día más para estar seguros que estaría bien.

— ¿Malfoy? ¿Sigues allí?—  le preguntó Hermione  y Draco dio un respingo, apenas conciente de sus movimientos o de lo que había en su entorno.

—Voy… voy para allá— dijo antes de colgar el móvil, mientras se vestía a toda prisa no dejó de maldecirse ni un solo momento por no haber llamado la noche anterior, por no haberse preocupado por él, y sobre todo por no haberle podido decir que él también lo quería a tiempo. Entendió con mucho dolor las palabras que sus amigos “hazlo antes de que te arrepientas por no haberlo podido hacer”.

—No— se dijo con decisión, apretando los puños —No es tarde, no es tarde.

*_*


— ¿Por qué Harry no ha venido?— preguntó Sirius aquella mañana, ya eran dos días seguidos que Harry no venía y se preguntaba si estaría bien, ya anteriormente había dejado de ir a verlo algún día, cuando tenía mucho trabajo o alguna misión, pero no dos días seguidos.

—Está en una misión— dijo Snape despreocupadamente, leyendo su revista y sin levantar la vista —Estará aún unos días más sin dar señales… no tuvo tiempo de avisar ni nada…

—Siempre trata de avisarme…

—Ya sabes como son estas cosas, sobre todo cuando tienen misiones encubiertas y todo… — Snape se puso de pie y aún ante la mirada suspicaz de Sirius continuó como si nada realmente estuviera ocurriendo — ¿Qué te parece pintar las paredes de la habitación con estos dibujos?

*_*


Largos pasillos blancos, gente a los costados, algunos llorando y otros como si estuvieran en trance, algunos más sonreían suavemente y Draco los envidió, porque él no podía sonreír, él simplemente estaba en el limbo de la espera. Aun no podía creer que él había estado allí el día anterior, junto a sus amigos mientras Harry estaba jugándose la vida, que ambos habían estado en el mismo edificio y que no se había enterado.

En la entrada se encontró con el guardia de seguridad que lo miró de mala manera, enseñó su tarjeta de identidad, demostrando que era Draco Malfoy, y entonces el gran hombre revisó una lista, Hermione le había dicho que indicaría su nombre para que pudiera entrar, pues el acceso era restringido para evitar que periodistas y fotógrafos se colasen, tras unos minutos que le parecieron eternos el hombre hizo una pequeña inclinación con la cabeza y lo dejó pasar.

En cuanto llegó a la salita de espera, donde todos aguardaban por respuestas, su miedo se multiplicó, todos los Weasley, Granger, Lupín y algunos que no conocía pero que parecían aurores por las túnicas,  estaban sentados en sillas o en el piso y todos parecían tan cansados, tan temerosos… Tan faltos de esperanza.

— ¡Malfoy!— llamó Hermione poniéndose de pie para alcanzarlo, los demás levantaron la vista y le dieron apenas ligeros saludos que el trató de corresponder mientras Granger lo tomaba de un brazo con una confianza desconocida y lo jalaba hacia donde ella y Ron estaban sentados. —La enfermera ha salido hace sólo unos minutos, sólo nos ha dicho que no hay ningún cambio.

—Entiendo… — Draco le dio una mirada más a Ron, parecía completamente asustado.

—Lamentamos no haberte avisado antes— continuó la chica —Es sólo que todo esto ha sido terrible… no sabíamos bien que hacer y…

—Está bien, yo… yo ayer estuve aquí, mi amiga Pansy tuvo un bebé ¿saben?— dijo Draco con voz extraña —Y… y yo había quedado con Potter para vernos esta noche, pero quería… quería decirle que Pansy y Blaise ya habían tenido al bebé y que yo sería su padrino, pero no estaba en su casa… si lo hubiera llamado anoche tal vez me hubiera enterado…

—Reparé su teléfono esta mañana…— comentó Hermione —iba a llamarte justo cuando tu lo hiciste…

—Oh… — Draco miró hacia Ron y Hermione sin saber que más decir o preguntar, los chicos parecían en igual situación.

—Ten, esto te hará bien— dijo la voz de una mujer, Draco levantó la vista  para ver a la madre de todos los Weasley, que le ofrecía lo que al parecer era café, apenas e hizo un ligero asentimiento mientras tomaba entre las manos el vaso caliente, que dejaba a su paso el aroma del café.

—Muchas gracias— respondió hacia la mujer que apenas hizo un asentimiento y se alejó hacia el grupo de aurores, llevándoles también café.

— ¿Quién es él?— Preguntó Draco luego de un momento más de silencio,  esta vez hacia Ron, señalando al chico pálido y asustado del otro extremo de la sala. Le parecía raro que estuviera tan solo y apartado del resto.  

— Browning— contestó Ron secamente —El chico al que Harry empujó para que el dragón no le diera…

—Oh… te refieres…

—Si, Harry le salvó para que no le pegara el dragón, por eso se descuido y… bueno, ya sabes

Draco le dio una mirada más atenta a aquel muchacho, realmente parecía no llegar ni a los veinte años, y estaba muerto de miedo, él también lo estaría si todos lo miraran así, sobre todo los gemelos Weasley que, extrañamente, habían permanecido en completo silencio durante todo el tiempo que llevaba allí.

—Señores— dijo la voz de una de las enfermeras saliendo de la habitación donde Harry descansaba, apenas y era medio día, aún les quedaba tanto por esperar, pensó Draco, mientras miraba atentamente a la mujer —El medimago dice que si desean ya pueden pasar a verlo, pero de uno en uno— advirtió con voz severa.

—Iré primero— dijo Ron dando un paso hacia el frente, y Draco quiso protestar, decir que él quería verlo primero, que era su derecho, pero sabía que no era así, que sólo era un amigo, un amigo más. La enfermera hizo un asentimiento y guió a Ron hacia la habitación, mientras Hermione le daba una mirada culpable.

—Tú puedes entrar luego de que él salga— dijo la chica.

—Gracias— respondió Draco sinceramente agradecido, no podría soportar más tiempo sin entrar a verlo, y ya estaba empezando a calcular cuantos de los que estaban allí querrían entrar antes de darle la oportunidad.

*_*


En cuanto Draco entró a la habitación supo que no podría salir de allí, que le sería imposible mover los pies de regreso a aquella sala de espera, que no había forma de que lo apartaran de Harry.

El sonido de hechizos de monitoreo, junto con algunas pequeñas luces alrededor del cuerpo de Harry fue lo primero que percibió, lo siguiente fue aquel cuerpo, flotando sobre la cama gracias a un hechizo, su pecho subiendo y bajando a un ritmo pausado pero estable, apenas y estaba cubierto por una sábana blanca hasta el pecho, los brazos y parte del pecho que quedaban al descubierto tenían cardenales y moratones, casi no había piel blanca y sana, todo era morado, rojo y hasta verde, el rostro de Harry estaba hinchado, los pómulos, la mandíbula, las mejillas, todo parecía haber sido, de una u otra manera, golpeado con brutalidad. Con cuidado de no tocarlo por que se lo habían prohibido se acercó más a él, y su mirada recorrió los lastimados brazos, así como las manos, y finalmente los dedos, casi suelta un quejido, ¡Hasta los dedos de las manos parecían lastimados! Realmente Harry había sido totalmente aplastado por ese dragón, y se sorprendió de que aun estuviera allí, respirando y luchando por su vida. Si que era un hombre testarudo. No pudo dejar de agradecer a todos los dioses que fuera así.   

Se sentó a un lado de la cama y estuvo tentado a apartarle un poco el cabello de la frente, pero sabía que no debía, por más ganas que tuviera no debía ni podía. —Potter… — suspiró suavemente, —Pronto estarás bien— necesitaba decírselo, necesitaba escuchárselo y sobre todo necesitaba creérselo

*_*


—Neville le ha permitido a Malfoy quedarse con Harry— explicó Remus hacia Snape que había aprovechado que Sirius dormía para ir en busca de respuestas —Pero no ha querido tomar ni comer nada, lleva todo el día allí, tal vez tú lo puedas convencer…

—No creo que sirva de mucho, si no se quiere mover de allí no lo hará.

—Está bien, pero que al menos coma algo, no es bueno que no lo haga— Snape tomó la taza de café y el pequeño emparedado que la Señora Weasley tenía preparado para Draco y suspiró, sabiendo que necesitaría encontrar paciencia para tratar con el chico.

Snape empujó suavemente la puerta y Draco se sobresaltó por el sonido, girando rápidamente hacia él —Oh, Severus…

—Hola, Draco— dijo el hombre caminando hacia el interior, apenas sin poder apartar la mirada de Potter, y de la gran cantidad de heridas y golpes, y de los hechizos y pociones alrededor.

—La poción crece huesos aún no ha terminado de hacer efecto… faltan muchas horas más…

—Lo sé — dijo Snape tendiéndole el emparedado y el café.

—No tengo hambre— respondió Draco tomando sólo el café.

—No fue una pregunta, deberás comer si no quieres terminar enfermo y sin posibilidades de cuidar de Potter cuando despierte.

Draco le dio una mirada de fastidio y luego miró hacia Harry una vez más, finalmente asintió, sabía que Snape no se rendiría fácilmente y lo último que necesitaba era discutir con él, o con nadie en realidad, estaba en el territorio de Harry y pese a que Granger había abogado con Longbottom porque le permitiera quedarse sacando a relucir su título de “novio” que “El Profeta” se había encargado de divulgar aún podía sentir la tensión que provocaba su presencia alrededor.

— ¿Cómo está Black?— preguntó mientras daba una mordida al emparedado, más que nada por no permanecer más tiempo en silencio.  

—Bien, aunque sospecha de la ausencia de Harry, aún no le hemos dicho nada… no queremos provocar su estado, no ahora que falta muy poco para el alumbramiento.

—Entiendo, supongo que es lo mejor…

—Lo es.

—Pansy y Blaise tuvieron ayer al niño, Terry, están a sólo unas cuantas puertas de donde está Black— comentó Draco recordando por primera vez a sus amigos y su ahijado.  

—Me daré una vuelta por allá antes de volver con Sirius…

— ¿Les puedes decir lo que ha pasado?— preguntó Draco terminando ya su emparedado —Harry y yo hemos ido varias veces  a su casa, creo que les cae bien y además se extrañarán porque no los he ido a ver…

— ¿Potter iba a casa de ellos?— murmuró Snape mirando hacia Harry, Draco solo se encogió de hombros —Increíble… yo les haré saber, no tienes que preocuparte por eso.

—Gracias.

—Y, Draco, sé que es difícil de creer ahora, pero Potter ha superado un montón de cosas, aún en situaciones mucho más adversas, no temas por él, pronto estará recuperado y molestando alrededor.

—Si, lo sé— afirmó Draco con una media sonrisa —Así tiene que ser.

*_*


Snape pasó unos quince minutos con Pansy y Blaise, poniéndolos al tanto de todo lo ocurrido, y de paso conociendo al pequeño, ambos chicos se mostraron bastante preocupados y le pidieron que por favor lo mantuvieran al tanto de las novedades.

Cuando volvió a la habitación de Sirius, este estaba sentado sobre la cama con mirada enfadada, alrededor levitaban todas las revistas y diarios que habían en la habitación.

—Sirius, ¿qué estás haciendo?— preguntó Snape apresurándose hasta la cama para quitarle la varita de la mano, debía evitar gastar energía haciendo magia.

— ¿Por qué no han traído “El Profeta” de hoy?

—No lo sé… él que lo traía siempre era Remus y hoy no ha venido…— dijo Severus agradeciendo que realmente no hubieran traído el diario pues el titular informaba de la posible muerte de Harry, y en realidad no había querido seguir leyendo el contenido del artículo, pero sabía que era lo suficientemente aterrador para crear una nueva crisis en Sirius,

— ¿Y tú por qué no lo has comprado?

—He estado aquí contigo todo el día, cariño.

— ¿Qué es lo que está pasando?— preguntó Sirius apartando los brazos de Snape —No me mientas… ¿Por qué ya nadie ha venido a verme, no desde que Harry ha desaparecido…

—Sirius, te estás volviendo paranoico y eso no le hace ningún bien a nuestra niña, lo sabes bien…

— ¿Es por eso? ¿Por qué temes que al enterarme me altere y cause daño a nuestra pequeña?

Snape tomó una bocanada más de aire y se abrazó a Sirius nuevamente —Temo por ambos, por ti y por ella, porque son lo único que me importa en esta vida, sin embargo no te estoy engañando,  Potter está en una misión y en cuanto llegue te ayudaré a darle una reprimenda por no haber avisado a tiempo, es más, lo haré con gusto…

Sirius se dejó abrazar y recostar sobre la cama una vez más, escuchando la suave respiración de Severus a su lado, apretó un poco más sus manos sobre los brazos de Severus y suspiró —Te amo…

—Yo también, cariño, yo también, a ambos— le respondió Severus acariciando suavemente el vientre y pensando en que más le valía a Potter ponerse bien pronto para poder hablar con Sirius y tranquilizarlo.

*_*


La batalla final que acabó con Voldemort varios años atrás duró más de 48 horas, y Harry se había mantenido en pie y luchado durante todas esas horas, recordaba que cuando finalmente todo había acabado, a regañadientes se había dejado guiar a una cama, en cuanto su cuerpo había tocado el colchón cada uno de sus músculos y nervios había despertado y le habían transmitido su descontento, nunca en su vida se había sentido peor, jamás, no tan cansado, agarrotado y adolorido, nunca hasta ese día en que apenas y abrió los ojos por un momento, un pequeño instante, el suficiente para ver una cabellera rubia y un pálido rostro, quiso seguir mirándolos, porque le parecía que era correcto hacerlo, que lo necesitaba, pero no pudo, sus ojos se cerraron solos y el dolor se fue desplazando lentamente lejos de él mientras la oscuridad y el silencio lo invadía.

Draco frunció el ceño ligeramente y giró hacia Hermione — ¿Tú lo has visto?

— ¿Qué cosa?— preguntó ella acercando más el rostro hacia Harry que permanecía inconciente pese a que ya habían pasado más de las 24 horas que el medimago había marcado como tope para que la poción hiciera efecto.

—Abrió los ojos… yo lo vi

—Malfoy… — Draco le dio una mirada fastidiada y Hermione suspiró profundamente —No lo creo, pero… tal vez sólo fue un reflejo, como el mover los dedos… el medimago nos lo explicó ¿recuerdas?

Draco asintió desinteresadamente, y se dedicó a mirar a Harry con bastante interés nuevamente, su rostro estaba ya casi normal y muchos de los hematomas habían desaparecido, sin embargo casi 48 horas después Harry aún no despertaba.

*_*



—Severus…— murmuró Sirius con una voz que Snape no había escuchado en varios meses, tantos que ya casi hasta se le había olvidado lo que significaba, aún no había amanecido y la habitación  estaba a media luz.

— ¿Estás bien?— preguntó suavemente Severus, su mano acariciando la pierna de Sirius.

—Te necesito— le dijo Sirius de espaldas a él, su mano atrapó la de de Severus y la llevó hacia delante, hacia la enorme erección que en ese momento había entre sus piernas.

—Oh— murmuró Severus acercándose más a Sirius y dándole un beso suave en el cuello —No sé si podamos…

Sirius emitió un pequeño jadeo mientras la manos de Severus se colaba por el pantalón acariciando la piel tibia —Por favor… no me hagas rogar por esto.

—No— dijo Severus pegando más su cuerpo al de Sirius y deslizando sus labios por el cuello, sintiendo como toda la piel de su amante se erizaba y sintiendo su propio deseo palpitar con más fuerza, aunque aun no estaba seguro de que era lo que podían o no hacer en esa condición —Sólo que no estoy seguro…

—Yo te diré… sólo no…— Sirius cerró los ojos con fuerza y emitió un pequeño gemido en el momento en que la mano de Severus se hizo finalmente con su miembro, apretándolo suavemente, casi con temor —Sólo no te detengas…

—Aja…— Snape pegó su cuerpo más aún a la espalda de Sirius, su propia erección apretada entre los pantalones del pijama y las caderas de Sirius empujándose lentamente al compás de sus caricias —Dios… Sirius— murmuró Snape.

Sirius agitó un poco más las caderas, lo poco que la enorme barriga se lo permitía, se estiró un poco más sobre la mesa de noche hasta que se hizo de la varita, en un solo movimiento ambos estaban desnudos aún bajo los cobertores —Mejor— ronroneó sintiendo ahora la erección de Snape entre sus nalgas y toda la cálida piel pegada a su espalda.

—Odio cuando haces eso— jadeó Snape besando ahora los hombros y toda la piel que encontraba libre mientras su mano se dedicaba a acariciar el miembro de Sirius, con lentitud, sintiendo como su propia erección crecía más y más. La pregunta de que era lo que podían hacer y si no lastimarían a la niña aún rondando en su mente.

—No es cierto, no lo odias— le reprendió Sirius con voz más agitada, empujó sus caderas mas aún, sintiendo la erección de Severus completamente enterrada entre sus nalgas y entonces comenzó a menearse muy lentamente, el jadeó de placer que emitió Severus fue suficiente para confirmarle que eso se estaba sintiendo bastante bien

—Demonios… Sirius.

—Oh… si… más… un poco más rápido—  pidió Sirius girando el rostro lo suficiente para alcanzar los labios de Snape y darle un beso descuidado.  La mano de Snape se volvía cada vez más rápida y resbalosa y sus caderas se golpeaban con más fuerza.

—Sirius… mi Sirius… no voy a aguantar más…— medio gruñó Snape enterrando su cabeza en el hueco entre el hombro y el cuello de Sirius, sus cuerpos agitándose cada vez más rápido, sus respiraciones entrecortadas y ligeros jadeos mientras el sol comenzaba a inundar la habitación, iluminándola poco a poco.

—Oh… ¡Merlín!— gritó Sirius retorciéndose suavemente mientras sentía como aquel hormigueo recorría su cuerpo entero,  los dientes de Severus clavándose en su hombro y la sustancia caliente entre sus piernas le hicieron saber que no había llegado solo al orgasmo… que Severus había llegado con él.

— ¿Estás… estás bien?— preguntó Snape apartándose un poco del cuerpo caliente y agitado de Sirius, con un enorme sentimiento de culpabilidad en el pecho, por si es que había dañado a Sirius o a la niña.

—Mejor que bien, diría yo— contestó Sirius estirando los brazos de manera gatuna.

— ¿Seguro? ¿No te he lastimado? ¿O a la niña?— preguntó Severus jalando su propia varita y pasándola sobre el cuerpo de ambos para limpiarlos, los cobertores habían resbalado a un lado por el movimiento en la cama, y se agachó para poder cubrirlos a ambos.

—No, Severus, no me has dañado, lastimado ni nada…— reprochó Sirius jalando a Severus para que se recostara una vez mas en la cama, aún tenían, según calculó, una media hora antes que lleguen los medimagos  para su ronda matutina.

— Te amo— le dijo Severus acariciándole el cabello, tenía que reconocer que extrañaba el sentir de esa manera el cuerpo tibio de Sirius a su lado.

—Yo también… mucho— le respondió Sirius dándole un suave beso en el pecho.

 

*_*

—El jefe está más que furioso— dijo la voz de Dru desde el otro lado de la línea.

—Pues dile que Harry está muy mal y que no puedo dejarlo, yo le voy a mandar algunos artículos antiguos que no presenté y que no han sido publicados, puede escoger de allí si desea.

—Pero Draco…

—No, Dru, en serio, sólo díselo, no me puedo ir…

—Ya está bien, mándamelos para revisarlos y dárselos al jefe

—Gracias, eres un ángel—replicó Draco con una sonrisa, —Te tengo que dejar no me dejan usar el móvil aquí.

—De acuerdo, cuídate, y cuida a Harry…

Draco apagó el aparato y le dio una mirada más al cuerpo inconciente e inmóvil de Harry, preguntándose cuanto tiempo mas podría permanecer de esa manera, porque realmente no estaba seguro de poder soportarlo más tiempo, era tan desesperante no poder ayudarlo, no poder hacer nada que lo hiciera volver en sí.

—Harry, por favor… trata de despertar— dijo en un murmullo hacia Harry  —Mira que te extraño mucho, todos lo hacen…— suspiró profundamente y su mano se posó en el tibio brazo desnudo —Tienes que poner de tu parte ¿si?

—Hola Malfoy— dijo Ron entrando a la habitación en ese momento, cargando unas revistas y una pequeña canasta que Draco ya reconocía como de la señora Weasley, seguro que traería emparedados y café.

—Hola, Weasley— contestó Draco apartándose un poco de Harry pero sin soltarlo

—Mi madre ha mandado comida y dice que debes comerla o llamará a Snape— Ron le acercó la canasta y se sentó al otro lado de la habitación, luego de darle una mirada preocupada a Harry sacó una de las revistas y se puso a hojearlas, levantando de cuando en cuando la vista hacia Harry, esperando encontrar alguna reacción.

Draco le dio una mirada a la canasta, la señora Weasley le había enviado aquel emparedado de pavo que le gustaba y una gran cantidad de café, pensó que realmente la iba a necesitar si es que Harry no se apresuraba a despertar, dio una mirada mas a Ron antes de dar cuenta del emparedado, y no era que tuviera mucha hambre pero la madre de los Weasley era demasiado sensible en cuanto a sus comidas y que la gente no las comiera, no quería que llamaran a Severus nuevamente o que la misma señora Weasley llegara dispuesta a obligarlo a comer.

*_*

—Severus…— murmuró Sirius luego de que el medimago que pasaba por las mañanas les había dicho que todo iba muy bien y que en sólo unos cuantos días más podría iniciar la labor de parto —Yo… Sé que no hemos hablado mucho de esto, o no hemos hablado nada pero en verdad me gustaría que estuvieras conmigo cuando sea el momento…

Snape se movió rápidamente hasta tomar su mano y apretarla con algo de fuerza —Por supuesto que estaré, no te dejaré solo.

Sirius le sonrió ampliamente —Bien… No sabes lo que es que estés todo el tiempo aquí… que te preocupes tanto por nosotros…

—Ustedes son mi familia, somos una familia— Snape se adelantó y le dio un suave beso en los labios —Los amo, a ti y a ella…

—Y yo, a ambos.

*_*

— ¿Estás seguro que dijeron este pasillo?— preguntó Pansy dando una mirada alrededor.

—Si, Snape lo dijo, tal vez detrás de esa puerta— murmuró Blaise acercándose a las puertas de vidrio que separaban el pasillo, Pansy aún iba tomada de su mano y caminaba muy pegada a él y lentamente.

—Autorización— dijo el guardia de seguridad que ninguno había notado.

— ¿Autorización?— preguntó Blaise algo confuso.

—Sin autorización no pueden pasar ¿A dónde van?

—Queremos ver a Potter, nuestro amigo Draco esta dentro con él— explicó rápidamente Pansy.

—Ya, ustedes y todos los malditos periodistas que no dejan de inventar excusas para poder cruzar y sacar alguna foto de Potter postrado en la cama— les respondió el vigilante de mala gana —Son como sanguijuelas.

— ¡Oiga!— protestó Blaise —Somos amigos y tenemos derecho a entrar, o si no vaya y dígale a Draco que estamos aquí y que salga, sólo queremos hablar con él un momento.

—No me puedo mover de mi posición— replicó el guardia con una sonrisa que demostraba que estaba feliz de no hacerles el favor.

— ¿Pero qué se ha creído?— bufó Pansy enojada y mirando a través de las puertas de cristal, aunque no había nadie en el pasillo.

—Hola— dijo una voz detrás de ellos, interrumpiendo la nueva respuesta del vigilante, era Hermione cargando una pequeña maleta — ¿Qué hacen aquí?

—Granger— dijo Pansy seriamente —Queremos ver a Draco pero ese hombre dice que sólo entran los que tienen autorización.

—Oh, pues es que hay demasiados periodistas tratando de colarse, han puesto hechizos de protección y nadie puede entrar así no mas, comprende, es lo que menos necesitamos ahora

— ¿Sigue muy mal?— preguntó Blaise, Hermione apenas dio un pequeño asentimiento y se acercó mas al guardia de seguridad.

—Son amigos nuestros y tardaran sólo un instante.

El guardia les dio una mirada enojada pero asintió y se hizo a un lado, cuando cruzaron las puertas vieron que en realidad no estaba vacío, habían varios aurores vistiendo las túnicas azules del ministerio, muchas cabezas pelirrojas y unas cuantas personas más que tampoco conocían.

—Vaya… ¿todos están aquí?

—Casi todos… — suspiró Hermione —Escuchen, no hay manera posible de hacer que Malfoy salga de allí, apenas y se ha movido al baño y a darse una ducha cada cierto tiempo, he estado trayéndole cosas de su casa por que ni para eso ha querido alejarse de Harry, lo mejor será que entren…

— ¿Te refieres a donde está Potter?

Hermione hizo un ligero asentimiento mientras saludaba a un lado y otro a los demás que esperaban en el pasillo y les daban mirada escépticas —Harry no ha despertado… no sabemos cuando lo hará.

—Pensé que sólo eran 24 horas.

—Si, eso dijo el medimago, pero ya han pasado casi tres días y no hay cambio— Hermione empujó la puerta suavemente y metió la cabeza.

—Malfoy… Tus amigos han venido, Ron, mejor será que los dejes solos…

Pansy y Blaise se dieron una mirada incrédula al imaginar a Draco sentado en la misma habitación que Weasley sin matarse a maldiciones, escucharon el sonido de un pequeño murmullo y un instante después Ron Weasley salía por la puerta dándoles apenas un ligero asentimiento de saludo, mientras Hermione les indicaba que entraran.

—Chicos— dijo Draco poniéndose en pie mientras sus amigos entraban y miraban todo alrededor.

—Hola Draco— dijo Pansy acercándose y dándole un beso en la mejilla mientras Blaise le palmeaba el hombro.

—Draco, ya le dieron de alta a Pansy y Terry, pero no queríamos irnos sin saber como estaba todo— le dijo Blaise fijando su mirada en el cuerpo inconciente de Potter.

—Lamento no haber podido ir nuevamente, sé que dije que ayudaría… pero es que Potter…

—Ya, no te preocupes por eso, nuestras madres están muy encantadas de ayudar con Terry— le tranquilizó Pansy.

—Y esperaremos a que Potter se recupere y te pueda acompañar para hacer la ceremonia de apadrinaje.

—No tienen que hacerlo, ni siquiera sabemos cuando despertará o las secuelas que puede tener… o siquiera si…— la voz de Draco se detuvo y giró nuevamente hacia Harry para revisar su estado una vez más, reprochándose su falta de confianza y esperanza.

—Saldrá, y con bien, y luego ustedes estarán juntos y vendrán de vez en cuando a visitarnos…— le consoló Pansy con una mano en el hombro.

—Y nos tomaremos unas cervezas viendo el quiditch también mientras Pansy se queja de que es lo único que sabemos hacer, ya verás será genial — aportó Blaise.

Draco asintió lentamente y suspiró cansado —Gracias… Denle un beso a Terry de mi parte, díganle que no seré tan mal padrino en cuanto Potter despierte…

—Lo haremos…— le dijo Blaise con voz suave.  

*_*

—Severus… ¿Te puedo preguntar algo?

—Como siempre.

— ¿Qué es lo que le pasa a Harry?

Snape apenas y levantó ligeramente la vista un instante para encontrarse con los ojos grises de Sirius mirándolo de manera inquisidora como si estuviera ya seguro que le ocultaban algo —Supongo que la misión debe estar tomando más tiempo del adecuado…

— ¿Podrás conseguir “El Profeta” o algún otro diario de hoy? Ni siquiera sé que ha pasado estos últimos días— le preguntó Sirius con los brazos cruzados y sin despegar la mirada de Snape, si le estaba mintiendo, como creía que lo estaba haciendo se daría cuenta.

— Pues, no creo que a esta hora encuentre algún diario ya, pero te prometo que mañana conseguiré uno a primera hora— dijo mientras pasaba la página ya sin mirarlo.

—Me mientes.

— ¿Qué?— preguntó Snape levantando la vista hacia él por fin —No te miento, mañana trataré de salir temprano y conseguir una edición de…

—No me refiero a eso— le interrumpió Sirius —Me mientes en cuanto a Harry, porque nunca se va de misión sin avisarme, menos si estoy en el hospital, además sus misiones no duran tanto tiempo.

—Sirius… cuando Potter vuelva te tendrá una explicación, estoy seguro, pero por lo pronto no hay mucho que podamos hacer…

Sirius negó con la cabeza y se recostó nuevamente en la cama, dándole la espalda —Me mientes… crees que soy tan idiota que no me daría cuenta, me mientes.

—Sirius… no te pongas así, sabes que no es bueno para la niña.

—Me mientes, eso es lo que en realidad me hace daño— replicó Sirius sin voltear, escuchó como Snape resoplaba fastidiado y se acercaba un poco a la cama.

Snape levantó una mano lentamente y le acarició el brazo suavemente, Sirius hizo un ademán de alejarse —Cálmate…

—Me mientes, Severus Snape, y odio que lo hagas— concluyó Sirius cerrando los ojos y tratando de calmar los dolores en el pecho y la espalda, así como los latidos desenfrenados de su corazón, obligándose a no pensar en lo que le podía estar pasando a Harry ahora mismo.

*_*

Lo despertó la sensación de vacío en el estómago, sintió como su cuerpo se hacía cada vez más liviano, casi como si estuviera cayendo por un gran túnel oscuro, el viento cada vez era más frío y fuerte y estaba seguro que sus ojos lagrimeaban por la fuerza con que caía. Hubo un destello de luz y vio el rostro de aquel principiante, pálido y muerto de miedo mientras se alejaba lanzado hacia un punto desconocido y luego la sensación de algo golpeando su espalda muy, muy fuerte.

Soltó un ronco gemido a la vez que habría los ojos, entonces recién notó que antes había permanecido con los ojos cerrados, que tal vez todo había sido una pesadilla, apenas y trató de girar el rostro para darse cuenta que no se podía mover. Jadeó con frustración y escuchó como algo se movía alrededor al momento que una cara pálida y de ojos grises aparecía en su campo visual, tardó solo un instante más en saber que se trataba de Draco, intentó abrir la boca para decir algo, lo que sea, pero parecía que aquello también requería de mucho esfuerzo.

— ¡Harry, Merlín, Harry!— medio gritó Draco de pie delante de él y mirándolo a los ojos, tratando de convencerse de que Harry efectivamente había despertado, que está vez no era una alucinación o sólo un reflejo.

Harry hizo un gesto, trató de decir algo tal vez, y sus ojos mostraban cierto pánico —Tranquilo… no intentes hablar, todavía no… debo ir por un medimago…

Harry parpadeó entendiendo al fin un poco más, estaba en San Mungo e internado… ¿Por qué?

—No sabes como nos has tenido preocupados…— murmuró Draco no queriendo salir de la habitación, no queriendo dejar a Harry solo, pero sabía que era mejor que el medimago viniera a revisarlo.

Sintió un leve apretón en su brazo y luego escuchó ruidos alrededor, supuso que se trataba de Draco saliendo por el medimago mientras a su mente llegaban los últimos recuerdos, cada vez más nítidos. —Había un dragón— se dijo, recordando al enorme híbrido negro —y claro, el chico nuevo…

*_*

Los sonidos de alarma de los hechizos que rodeaban la habitación sonaron bastante fuerte, haciéndolo sobresaltar, su mirada se clavó en el cuerpo de Sirius aún de espaldas a él y entonces recién notó su respiración irregular.

— ¿Sirius?— jadeó dando la vuelta a la cama para verlo, estaba empapado en sudor y con los dientes apretados — ¿Sirius?

—Creo que… que algo me está pasando— murmuró Sirius apenas apretando los dientes y presionando más fuerte en su abdomen que se había puesto demasiado duro.

— ¿Desde hace cuanto…?— empezó a preguntar Snape al momento que la puerta se abría con un sonido fuerte y un medimago y dos enfermeras entraban corriendo.

—A ver, Sirius— dijo el medimago acercándose a ellos y levantando la varita para que el sonido se detuviera —Vamos, necesito que voltees un poco— le dijo a la vez que una de las enfermeras ayudaba a Sirius a girar lo más lentamente posible.

— ¿Qué es lo que pasa?— preguntó Snape sujetando con una mano la de Sirius, que aún seguía sobre el abdomen.

—Ha llegado la hora, hay que llevarlo a la sala de partos.

*_*

Harry descubrió que realmente no se podía mover y estaba empezando a asustarse, ya recordaba lo que había pasado, la cola de un dragón le había dado en la espalda, y recordaba estar cayendo y luego nada más.  ¿Sería que no se podría mover más? No quería pensarlo, ni siquiera ponerlo como una de las posibilidades. El sonido de pasos nuevamente acercándose lo hizo sentirse alerta.

—Potter, ya era hora— murmuró la voz de un hombre, y Harry hizo un esfuerzo, todo el posible por girar el rostro hacia donde llegaba el sonido pero no era posible, nada en su cuerpo quería obedecerle.

—Harry, debes calmarte— le dijo la voz de Draco al otro lado y sintió una mano presionando su hombro suavemente.

—Soy el medimago Ungaretti— dijo el hombre acercándose más y entonces Harry lo pudo ver, era un hombre mayor con el cabello oscuro y con algunas canas ya, tenía una pequeña barba entre cana también y los ojos de un color castaño, parecía amable —Te atendimos luego del accidente que sufriste — sintió una corriente extraña en su cuerpo mientras el medimago se alejaba sólo un instante para volver a aparecer en su campo visual —Ahora no te puedes mover, pero no te asustes, está bien, llevas inconciente varios días, y hay hechizos de seguridad en tu cuerpo para que las pociones curativas hagan efecto, ahora escucha, sé que puedes parpadear, un parpadeo si la respuesta es si y dos si la respuesta es no, ¿Me comprendes?

Harry parpadeó una sola vez, de pronto iba siendo cada vez más conciente de su cuerpo, de su corazón latiendo con fuerza o del aire que entraba y salía de sus pulmones.

—Muy bien, ¿entiendes por que estás aquí?— Harry parpadeó una vez más, la presión en su hombro creció e imaginó que Draco estaba aún allí aunque no lo podía ver ni oír.

— ¿Sientes el apretón que el señor Malfoy está dando en tu hombro derecho?— Harry parpadeó una vez más y esta vez si pudo escuchar a Draco suspirar profundamente.

—Eso está muy bien, Harry— dijo con alivio en la voz Draco, por más de una vez la posibilidad de que si Harry despertaba no pudiera volver a moverse había sido barajada, aunque Draco ni los amigos de Harry habían dedicado mucho tiempo a pensar en eso, descartándola como una posible realidad futura.
 
—Bien, el señor Malfoy tiene razón, eso está muy bien, ahora escucha voy a empezar a desactivar los hechizos que te tienen sujeto pero deberás tratar de no moverte todavía, todo debe ir poco a poco…— Y  Harry parpadeó una vez más.

*_*

Desde la puerta abierta de la habitación y en total silencio los demás observaban poco a poco como el medimago iba soltando los hechizos sobre el cuerpo de Harry y como este permanecía aún completamente quieto.

—Remus— dijo la voz de Neville detrás de ellos, haciendo que todos se sobresaltaran.

—Neville— saludó Ron — ¡Es Harry ya ha despertado!

—Lo sé, me lo dijo Ungaretti antes de venir, y pensé que sería buena idea que Snape supiera, pero se han llevado a Sirius a la sala de partos, ha entrado ya en labor.

Remus giró hacia él mirándolo de manera incrédula —No puede ser… aún le faltaban unos días.

—Esas cosas nunca son exactas— indicó la señora Weasley.

— ¿Justo ahora?— preguntó Remus debatiéndose entre seguir mirando hacia la habitación de Harry o salir corriendo hacia la sala de espera donde su amigo estaba ya dando a luz.

—No hay mucho que puedas hacer allá— comentó Neville hacia Remus, leyendo sus preocupaciones.

—Pero ¿Y si le pasa algo a Sirius?

—Yo iré— dijo Bill.

—También yo— agregó Fleur.

—Si pasa algo uno de los dos vendrá con noticias, y si algo pasa aquí nos avisan— le dijo Bill al momento que salía tomado de la mano de su esposa y se perdían por el pasillo.

—Merlín, ¿Por qué tiene que pasar todo junto?— preguntó Hermione mirando hacia la sala donde Harry era liberado ya del último hechizo.

*_*

—Algo anda mal, Severus, algo anda mal— dijo Sirius con voz agitada mientras se doblaba en dos por el dolor

—No, amor, no, nada anda mal… sólo debes calmarte, la enfermera ya te había explicado sobre el dolor— murmuró Severus apartando el cabello pegoteado de la frente, y comprobando que Sirius estaba demasiado caliente —Medimago Smith, creo que Sirius tiene temperatura.

—Es normal, en este caso al menos… ha tenido un embarazo muy difícil, pero todo saldrá bien, sólo tome su mano y ayúdelo a que se relaje.

Snape quiso gruñir a aquel hombre para que le diera una explicación más clara de todo el asunto pero el gemido de dolor que soltó Sirius lo hizo  girar y sujetar la mano del hombre, —Irá bien, de verdad…

*_*

—Bien, Señor Potter, ahora esto será un poco más difícil, y le costará algo de esfuerzo pero si no lo logra no quiere decir nada, ¿bien?— Harry parpadeó una vez más, y el medimago le hizo un ligero asentimiento, sintió unas manos frías sobre una de sus manos —apriete un poco los dedos.

Harry cerró los ojos un instante, tomó una bocanada de aire e hizo el esfuerzo hasta que sintió como, con algo de dolor, sus dedos se cerraban en torno a la mano del medimago —Sí…— murmuró por puro instinto, aunque estaba seguro que lo que había salido de su boca había sido un ronco e in entendible gruñido.

—Harry, con calma— dijo la voz de Draco en algún punto del lado derecho.

—Bien, creo que podemos suspirar tranquilos, Señor Potter, costará un poco pero los hechizos prueban que todos los músculos, huesos, nervios y articulaciones están en su sitio y funcionando…

Harry fue conciente del jadeo de alivio en algún sitio del lado izquierdo,  no muy lejano a él, reconoció algunas de las voces y estaba seguro que todos sus amigos estaban allí, hubiera querido voltear a verlos y agradecerles que estuvieran junto a él.

*_*

Sirius cerró los ojos y soltó el aire levemente a la vez que sentía algo caliente sobre su abdomen, Snape aún lo tenía sujeto de una mano y desde la posición en que estaba le era difícil ver que era lo que el medimago hacía allá abajo.

—Bien Sirius, estamos ya muy cerca, pronto el hechizo hará efecto y se formara una salida en tu abdomen para la bebé, se sentirá extraño, pero los dolores desaparecerán muy pronto.

—Bien— resopló Sirius mirando hacia Snape que se había adelantado un paso y miraba justo donde el medimago estaba trabajando.

—Pronto saldrá— dijo Snape mirando hacia Sirius nuevamente.

— ¡Ouch!— gruñó Sirius, eso había dolido, la sensación de algo abriéndose en su interior.

—Tranquilo… sólo un poco mas— murmuró el medimago y Sirius estuvo muy dispuesto a mandarlo callar, como si realmente uno pudiera estar tranquilo en un momento así.

—Bien, amor, bien… ya veo la pequeña incisión abriéndose — le dijo Snape con calma, aunque en su interior sentía los nervios a flor de piel y el corazón latiéndole con fuerza.

Sirius jadeó nuevamente y entonces sucedió, sintió como todo su vientre ardía con fuerza mientras un dolor le desgarraba desde adentro, apretó aún más la mano de Snape y soltó un grito de dolor.
 
—Eso es… un poco más, eso es— murmuraba el medimago y Sirius podía jurar que sentía las manos del hombre en su interior.

— ¡Maldición!— gritó Sirius con un último jadeo mientras sentía un último jalón en su vientre.

—Amor…— murmuró Snape mirando hacia la pequeña criatura que el medimago sostenía entre las manos.

Un llanto llenó la habitación y Severus decidió que era uno de los mejores sonidos que había escuchado en su vida, la mano de Sirius se soltó un poco y lo hizo girar para ver al hombre dejándose caer completamente.

— ¿Sirius?— preguntó alarmado Snape, una de las enfermeras envolvió a la niña entre unas mantas rosadas y se acercó a ellos.

— Estoy bien… cansado— murmuró Sirius girando el rostro hacia la enfermera que ya ponía a la criatura sobre su pecho —Oh, allí estas…

—Es preciosa…— dijo Snape dándole un beso en la frente a Sirius

—Y perfecta…

—Ella está muy bien, Sirius— dijo el medimago Smith en tono amable antes de murmurar un par de palabras, de su varita surgió una luz azul y Sirius sintió como todo el ardor en su vientre desaparecía por completo, aunque no le prestó mucha atención a eso, ni a nada mas que a esa pequeña que aun permanecía con los ojos cerrados y suspiraba sobre su pecho.

*_*


Harry dormía nuevamente, aunque ahora era todo diferente, porque ya había despertado y había podido mover los dedos de las manos y de los pies, porque ya estaba recuperándose, porque Draco sabía que ahora si estaba bien, sin embargo no se podía contener mucho y cada cierto tiempo le apretaba una mano para escucharlo gruñir y sentir como esos dedos se cerraban en torno a su mano.

—Se quejará porque no le dejas descansar— dijo Remus en tono condescendiente y sentándose al lado de Draco, que se sobresaltó un poco por la llegada del hombre, no lo había sentido entrar.

—Es que… ha estado tanto tiempo quieto en esa cama y apenas estuvo despierto un par de horas… — Draco se apartó del cuerpo de Harry —Supongo que tienes razón— dijo finalmente.

—Si, pero no le diré a nadie que haces eso.

Draco le dio una sonrisa de agradecimiento — ¿Cómo está Severus?

—Embobado y enamorado— suspiró Remus, Draco arqueó una ceja —Y te pediré que no digas que yo dije eso.

—Claro…

—Sirius alumbró hace unas cuantas horas — informó Remus.

— ¿Qué?

—Si, mientras Harry despertaba Sirius era llevado a la sala de partos, por suerte todo fue bastante bien y rápido.

—Genial… tendré que ir a verle pronto.

— Malfoy— Remus le dio una mirada más seria —Harry tiene mucha suerte de tenerte a su lado… Todavía no sé en calidad de qué, pues he escuchado los rumores, pero Hermione y Ron dicen que no son ciertos… pero eso no interesa, finalmente estás a su lado y tiene mucha suerte, cuando Oliver se fue pensé que tardaría mucho más en verlo sonreír o en verlo ser como antes…

—Él ya lo ha olvidado— afirmó Draco con mas hostilidad en la voz de lo que hubiera querido

—Si, estoy seguro que así es…

*_*

Hubo una gran fila de amigos que fueron a visitar a Sirius y a Snape, todos los Weasley, y varios miembros de la orden, todos se mostraban aún algo perplejos por la pareja y por la nueva criatura, aunque  todos parecían felices, sin embargo Sirius seguía preocupado por la ausencia de Harry, aún seguía sin dar señales de vida y sin que nadie quisiera informarle sobre él, y se había esforzado en preguntar y casi todos parecían ignorar su paradero. Ron y Hermione sólo comentaron que estaba en una misión y que no les era posible comunicarse con él.

—Si Harry tiene algo malo y no me lo dices realmente me enojaré contigo— reprochó Sirius hacia Severus ya muy entrada la madrugada, cuando su pequeña se había despertado para alimentarse.

Snape tomó una bocanada de aire y sostuvo a la pequeña para volverla a la cuna mientras Sirius se cruzaba de brazos, listo para una discusión. —Lo más importante para mi son tú y ella— hizo un ligero ademán con la cabeza hacia la cuna donde la niña dormía —Y haré lo que pueda para protegerlos y cuidarlos, y si tengo que mentir para hacerlo, lo haré.

—Entonces si me mentiste…

—No, sólo te oculté algunas cosas— replicó Snape sentándose más cerca de Sirius.

— ¡Y una mierda!, no me vengas con esas tonterías, una mentira siempre es una mentira— reclamó Sirius con los dientes apretados, cuidando de no gritar para no molestar a la pequeña.

—Bien, entonces si te mentí, pensaba decírtelo mañana, cuando estuvieras ya totalmente repuesto del parto pero supongo que ya da lo mismo…

— ¿Qué le ha pasado a Harry?— preguntó Sirius mirando con furia a Snape por haberle ocultado algo tan importante.

—Lo primero que debes saber es que está muy bien cuidado y que el peligro ha pasado, que se está recuperando…

Sirius jadeó y apretó los puños  — ¿Qué demonios fue lo que le pasó a Harry?

—Bien, recuerda, ya está fuera de peligro y…

—Severus— reclamó Sirius cada vez más asustado

—Fue aplastado por un dragón…

*_*

Sabía que había dormido demasiadas horas, o al menos eso era lo que su cuerpo sentía, recordaba el día anterior, el miedo al no poder moverse, el alivio al ver como poco a poco algunas partes de su cuerpo finalmente obedecían sus ordenes, las palabras del medimago diciéndole que pronto estaría en pie nuevamente, que era sólo parte de la recuperación, pero lo que más recordaba era el rostro de Draco, él estaba allí, fue lo primero que vio cuando despertó, a Draco a su lado, preocupado, y luego cuando Ron y Hermione se acercaron, Draco seguía allí, tomando su mano suavemente, demostrándole que no se iría.

Cuando abrió los ojos giró el rostro lentamente, lo más lento que sus entumecidos músculos le permitieron y lo vio nuevamente, sentado muy cerca de él, dormitando sobre esa incómoda silla, se veía ligeramente cansado, aunque no por eso menos guapo. Suspiró suavemente y con algo de esfuerzo movió su mano lo suficiente para alcanzar la mano de Draco que aún descansaba sobre la cama, se sentía tibia y suave, más suave de lo que recordaba en realidad, y le hubiera gustado quedarse más tiempo mirándolo dormir, pero Draco despertó casi inmediatamente, y sobresaltado.

— ¡Potter!— Dijo Draco apretando con su mano la de Harry — ¿Hace cuanto despertaste?

Harry abrió la boca para contestar y entonces descubrió lo seca que tenía la garganta, Draco se puso en pie rápidamente y le acercó un vaso de plástico con un sorbete, sus dedos rozaron los labios de Harry mientras lo ayudaba a beber un poco de agua.

—Con esto estarás mejor… aunque no debes intentar forzar nada… ya has escuchado al medimago, con calma y…

—Draco— interrumpió Harry aún con voz algo rasposa, pero sintiendo menos dolor y fastidio en la garganta. Draco sonrió ante la interrupción.

—Nos has dado un susto de muerte… En serio, Potter, la próxima vez que saltes frente a un dragón… juro que te mataré.

Harry sonrió condescendiente hacia Draco —También te extrañé— Draco le acarició suavemente el rostro, sintiendo bajo sus dedos la insipiente barba en la mandíbula por los días que habían pasado sin afeitarse, sus dedos subieron lentamente hasta los labios y los acariciaron apenas antes de soltar un suave suspiro. Harry lo miró interrogantemente, algo confundido por el tipo de caricias, pero deseando que no se terminasen.  

— ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?— preguntó Draco si apartar los dedos, ahora de la mejilla.

Harry hizo el intento de hablar pero sintió un picor en la garganta y tosió un poco mientras Draco le alcanzaba nuevamente el vaso con el sorbete, sólo necesitó un trago pequeño para sentir su garganta aliviada nuevamente —Siento… como si me hubiera atropellado un dragón— le dijo finalmente con una sonrisa.

—Idiota— replicó Draco aunque no podía reprimir la sonrisa —Mira que serás cabezotas… siempre tratando de hacerte el héroe.

—Oh… si, el nuevo— murmuró Harry mientras movía los pies lentamente, disfrutando lo bien que se sentía poder moverse más a cada instante.

—Si, ese… — Draco soltó un sonido exasperado y luego miró a Harry levantando una ceja de madera acusadora — ¡Debería estar celoso!

— ¿Celoso?— replicó Harry moviendo la mano un poco más hasta tocar la pierna de Draco, apenas un pequeño roce.

—Saltaste delante de un dragón para protegerlo… ¿Será que te gusta?

Y entonces Harry rió, con mucha mas fuerza de la que Draco había esperado, mientras aquella mano que había rozado su pierna se afianzaba más sobre ella. — ¿En serio estas celoso?— preguntó Harry luego de un momento, y Draco se encogió de hombros y apartó la mirada por un momento. — ¿Draco? No hablabas en serio ¿o si?

Draco tomó una nueva bocanada de aire y se obligó a mirar a Harry una vez más —El chico ese ha estado  sentado en el pasillo a esperas de noticias tuyas durante todo el tiempo, se sentía muy culpable.

—No es su culpa… me descuidé en el último momento— explicó Harry mientras Draco asentía en silencio.

—El medimago dice que esta tarde debes empezar con tu rehabilitación, Weasley y Granger vendrán en una hora más a visitarte, pero antes creo que llegará Black, Snape dijo que ya no le podría ocultar las cosas más tiempo y que se lo diría esta mañana…

—Sirius…— jadeó Harry recordando ahora el estado de su padrino —Pero no se debe levantar…

—No, ya está bien, él y la niña, ambos están muy bien…

— ¿Cuándo?

—Ayer… justo a la hora que tú despertaste… No los he ido a ver todavía pero supongo que no tardará en aparecer y…— Draco no pudo terminar pues en ese momento la puerta se abría con fuerza y ambos giraron para ver a Sirius, aún en bata y mirándolo de manera molesta, detrás de él Snape con una sonrisa irónica en los labios.

—Harry James Potter— siseó Sirius acercándose a la cama con pasos bastante rápidos para alguien que acaba de alumbrar a una criatura  — ¿Cómo demonios se te ocurre ser tan descuidado?

Harry se encogió ligeramente en su sitio mientras Sirius llegaba a su lado —No lo hice a propósito, créeme.

*_*

Lucius caminó por el callejón Diagon con bastante calma, sabía que dentro de poco llovería pero esperaba llegar a casa antes, sólo tenía que recoger un par de cosas de la tienda de túnicas pues había decido tomarse la tarde libre, la noticia de que Severus había sido padre lo había tomado por sorpresa, había estado los últimos dos meses en Francia atendiendo unos negocios y no se había podido comunicar con él antes, pero no podía dejar de ir a verlo y comprobar con sus propios ojos que había tenido un bebé y, para mayor sorpresa,  con nada mas y nada menos que Sirius Black.

En cuanto salió de la tienda de túnicas sintió una mano sujetando su brazo con fuerza, trató de soltarse mientras descubría al atacante.

—Nott… que demonios…

—Lucius, escucha… necesito hablarte— jadeó Nott soltándolo finalmente, y Lucius tenía que reconocer que realmente se veía acabado, aunque aquello no le importaba en realidad.

—Señor Malfoy para ti— dijo con tono petulante mientras se alisaba la túnica —Y no tengo tiempo para hablarte… saca una cita en mi oficina.

—Lo he intentado, pero nunca me quieres atender…

—Pues tampoco lo haré ahora— dijo comenzando a caminar y alejarse de él, después de todo no le convenía que les vieran juntos.

—Necesito oro… tengo muchos problemas— gimió Nott alcanzándolo nuevamente —Por favor…

—Te di ya demasiado oro, no es mi culpa que montes negocios ilegales.

—Sólo un poco más, no tenemos ya nada y el Wizengamot ha congelado todo…

—No me interesa.

Nott apretó los labios con fuerza y su mirada cambió de implorante a fiera —Si no lo haces le diré a Draco que me compraste para que me alejara de él.

— ¿Y eso qué?— dijo Lucius deteniéndose —Él tiene a Potter ahora y tú ya eres historia.

—-Te podemos incriminar… decir que el oro me lo diste tú.

—Firmaste un contrato, Nott— le recordó Lucius —Yo te daba el oro, tú te alejabas de mi hijo, lo que hicieras con el oro no es de mi incumbencia, y si lo sacas a la luz yo quedaré como un padre preocupado y chantajeado y tú como el que se vendió.

—Pero…

—Lo siento, tuviste una oportunidad y lo desaprovechaste, ahora es problema tuyo y de tu queridísimo esposo— Lucius le dio una mirada más de desprecio  y se alejó por el callejón con pasos rápidos, el cielo emitió un pequeño sonido ahogado y una fina lluvia comenzó a caer, Nott se quedó en pie, en medio de la lluvia mirando hacia donde Lucius se apartaba, apretando los puños y sintiéndose completamente perdido.

*_*

Las visitas no se detuvieron durante el resto del día, los siguientes en llegar fueron Ron y Hermione, recriminándole también su falta de cuidado, y lo preocupados que habían estado, se preguntó si es que la gente de verdad creía que saltaba frente a los dragones sólo por diversión.

La señora Weasley apareció minutos después, seguida por toda la tribu Weasley, incluyendo a Fleur, todos venían de ver a Sirius y la pequeña Elizabeth Snape Black, que era la forma como habían decidido nombrarla, a Harry el nombre le agradaba bastante.

Luego de eso desfilaron todos sus compañeros aurores, Draco había aprovechado ese momento para ir a casa a enviar los artículos a Dru, y lo había dejado solo con su jefe y sus compañeros, un muy apenado Browning se disculpó y agradeció al menos unas cien veces durante toda la visita, mientras sus compañeros le contaban los por menores del accidente.

Finalmente cuando ellos ya se iban Harry le pidió a Browning que se quedara y habló con él por largo rato, el chico le contó que se sentía tan mal que estaba a punto de dimitir de su puesto, Harry lo convenció de que no lo hiciera y de que aquello realmente había sido un descuido suyo… para cuando el chico salió parecía mucho más aliviado y seguro de si mismo, dispuesto a conservar su puesto.

Para cuando llegó la hora del almuerzo se sentía realmente agotado, y agradeció silenciosamente que la enfermera prohibiera más visitas por el momento, se dejó caer sobre la cama nuevamente, y cerró los ojos quedándose dormido.

Cuando despertó, poco rato después, encontró a Draco, leyendo en una silla cercana y una charola de comida flotando sobre su cama.

—Hola…— murmuró sentándose nuevamente.

—Espera, yo te ayudo— replicó Draco dejando el libro a un lado y acercándose a Harry, le acomodó las almohadas en la espalda y le acercó la charola, que contenía un plato lleno de sopa humeante y de olor muy poco apetecible.

—Puedes poner en tu siguiente crítica lo desagradable que es esta sopa— se quejó Harry.

—Es saludable… no debes comer tanto por ahora, llevabas muchos días inconciente.

—Ya, por mi y no como esto.

—Potter— regañó Draco —Sólo come la maldita sopa, te prometo que cuando salgas y el medimago diga que estás bien te llevará a cenar al sitio que tu elijas.

— ¿Lo prometes?— preguntó Harry con una sonrisa pícara

—Si, claro que si…

— ¿Lo que yo elija?

—Si, señor, lo que usted elija
— ¡Que conste!— dijo Harry apuntándolo con un dedo y Draco levantó una mano solemnemente, sonriendo.


Cuando Harry terminó de almorzar la charola se desvaneció en el aire, y ambos se quedaron en silencio por un momento más, Draco le miraba de una manera extraña, tanto que Harry incluso empezó a sentirse nervioso.

—Draco, vamos dímelo, ¿Qué ocurre?— preguntó finalmente, Draco se acercó un poco más a él, aún con la mirada nerviosa y jugueteando con los bordes del cobertor.

—Yo… estaba muy asustado por lo que pasó.

—Lo sé… lamento que todos hayan estado tan preocupados, no me gusta tenerlos aquí pendientes de mi.

—Y estaba pensando… Es decir, cuando nos vimos por última vez, tú me dijiste que esperarías por mí y por lo que yo decidiera…

—Aún sigo esperando, y ya sabes que lo haré siempre— interrumpió Harry, colocó una mano sobre las de Draco, —Sin presiones

—Lo sé, pero es que yo tenía tanto miedo de que arruináramos nuestra amistad, pero con esto me di cuenta de cuanto me hubiera arrepentido si es que no despertabas y yo nunca podía decirte que te quiero, es decir de la misma manera que tú a mi.

—Draco…

—No, no es porque pensé que morirías, te quiero así desde hace ya tiempo, pero no quería que las cosas salieran mal, por eso callaba, pero he decidido — Draco se acercó mas a él y sus dedos se entrelazaron con los de Harry —Que si quiero tomar el riesgo, que tú, que nosotros valemos el riesgo…

— ¿Eso quiere decir qué…?— preguntó Harry aún no creyendo la respuesta de Draco, pero no pudo continuar pues Draco se acercó más a él y lo besó, lenta y suavemente, esos tibios labios acariciando los suyos con cariño, transmitiendo tantas cosas a la vez que Harry se sintió abrumado.

Cuando el beso acabó ambos estaban sonrojados y se sonrieron suavemente —Te quiero— dijo Draco en voz baja pero firme.  

—Y yo a ti… todo irá bien, ya lo verás.

—Lo sé…— suspiró Draco dándole un beso más, ahora que lo había besado, que realmente lo había besado, sin miedos ni temores, se había dado cuenta de que le gustaba mucho hacerlo, mucho más de lo que había imaginado que podía gustarle.

—Además si es que no te puedo convencer de algo ya sé lo que haré— replicó Harry con una sonrisa burlona en cuanto se alejaron por segunda vez, Draco elevó una ceja interrogante — ¡Saltaré delante de un dragón!

—Tonto— dijo Draco conteniéndose para no darle un golpe en el brazo, y sonriendo sin poder evitarlo, estaba muy feliz, demasiado feliz.

*_*

Notas finales:

Gracias por leer…

 

Gracias por todos sus comentarios.

 

El siguiente capítulo: “NUEVOS AMORES, NUEVAS FAMILIAS”

 

No olviden, un comentario suyo me alegrará la semana XD

 

Zafy

El DRARRY existe…

¡Y llegó para quedarse!


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