CAPITULO 37
-¿Harry?... -repitió Hermione con la boca abierta al verlo abrazado a una morena de larga cabellera negra y vestida con chaqueta negra, minifalda y calcetas blancas, que les daba la espalda al tiempo que escondía su rostro en el cuello de Harry.
-eee... hola chicos. -respondió Harry recargado en la pared mientras abrazaba por la cintura a la misteriosa chica.
-¿Qué haces aquí? -preguntó Ron.
-¡Ron! -murmuró Hermione dándole un codazo.
-Hola Harry, ¿ella es tu novia? -exclamó de repente Luna con rostro risueño y la mayor naturalidad del mundo.
-eee...si, si lo es. -respondió Harry titubeante.
-Lindo cabello.
-Gracias. -dijo Harry.
Después siguió un incómodo silencio que aunque duró solo unos segundos, a todos se les hizo eterno; solo una persona de ese grupo clavó su mirada sobre la espalda de la morena que Harry abrazaba deseando que fuesen puñales.
El rostro de Cho se endureció mientras intentaba ver el rostro de la chica que continuaba dándoles la espalda.
-¿Porque demonios siguen ahí? -murmuró Draco en el cuello de Harry.
-Shhh... -respondió Harry sonriéndoles a sus amigos con fingida naturalidad.
-Harry... -dijo Hermione sobreponiéndose al fin- no... No pueden estar fuera a estas horas.
-Lo sé Hermione... en un momento nos vamos.
Y después de las palabras de Harry, nuevamente quedaron en silencio; silencio que fue roto por Cho, quien dando unos pasos hacia ellos, dijo:
-Pero ya es tarde, Harry... podría venir Filch y pescarte fuera de tu casa.
-No te preocupes... -respondió Harry envolviendo mas con sus brazos a Draco a fin de ocultar más su rostro- no tardaremos.
-Pero...
-Será mejor irnos, Cho... -exclamó Hermione deteniéndola por un brazo- démosles un minuto... Harry, -dijo dirigiéndose a su amigo- no tardes ¿quieres?
-No lo haré. -respondió Harry.
Y sin decir nada mas, el pequeño grupo abrió la puerta y desapareció por ella.
-¿¡Me puedes decir...?! -exclamó Draco enfurecido apenas oyó la puerta cerrarse- ¿¡porque demonios transformaste mi pantalón en una falda tan jodidamente corta?!
-¿Porque lo preguntas?... en eso quedamos... en cambiar el color de tu cabello y transformar tu ropa.
-¡Si, pero en una falda normal!... ¡no...! ¡en esto! -exclamó Draco intentando bajar inútilmente la pequeña falda que dejaba al descubierto sus piernas.
-¿Porque te quejas?... funcionó ¿no?, se la creyeron.
-¡Y además calcetas largas! -continuó Draco- ¿¡que jodida perversión hay en tu mente, Potter?!
-Ninguna, lo juro. -respondió Harry tratando de contener una carcajada.
-¿Acaso estas burlándote de mí? -preguntó Draco incrédulo al darse cuenta de ello.
-Nunca, Malfoy... lo juro.
-Pero eso me pasa por hacerte caso y no haberme ido directamente a la oficina de mi padrino. -dijo Draco sacando su varita para deshacer el hechizo de color del cabello y transformar su ropa nuevamente.
-No te enojes... fue divertido ¿no?
-¿Divertido? -repitió Draco alzando una ceja- ¿te parece divertido tener el culo al aire con esta... cosa a la que tu llamas falda? -Sin decir nada, Harry se acercó y lo abrazó ante la mirada incrédula de Draco- ¿qué pretendes? -preguntó al sentir los labios de Harry en su cuello.
-¿Tu qué crees? -respondió el Griffindor mientras lo estrechaba con fuerza.
-A menos que quieras que te mate... vas a soltarme en este mismo momento.
-Sí, quiero que me mates... pero entre tus piernas... que por cierto, Ron no dejaba de mirar.
-Pues si me hubiera dado cuenta de eso... le arranco la cabeza... -respondió Draco sintiendo un escalofrío recorrerle el cuerpo al sentir los dientes de Harry en su oreja- ya Harry... casi nos descubren...
-No me iré sin antes ver lo que escondes debajo de esa falda. -dijo Harry
- Pues yo no quiero... -respondió Draco tratando de controlar su respiración.
-Pues tu cuerpo me dice otra cosa. -dijo Harry sintiendo crecer algo en la entrepierna de Draco.
-Por Merlín... -dijo Draco subiendo sus brazos al cuello de Harry- ¿qué demonios tienes que me haces perder la cabeza? -Sin responder, Harry atacó su cuello con mayor fuerza al tiempo que su mano bajaba hasta las nalgas- no, aquí no... -dijo Draco sin abrir los ojos- ellos pueden regresar...
-¿Quieres ir a la sala de los menesteres? -propuso Harry mientras enredaba una mano en la negra cabellera.
-No, ahí no... -respondió Draco mirándolo a los ojos.
-¿Porque? -preguntó Harry curioso.
-Es que... ese lugar me trae malos recuerdos... recuerdos sobre la infiltración de los mortífagos a Hogwarts a través del armario evanescente... armario que yo reparé... tambien de que si no hubiera sido por tú, yo... habría muerto en ese lugar.
-Ah Draco... -respondió Harry abrazándolo- ya no pienses en esas cosas, todo eso ya pasó y por fortuna salimos bien.
-Aun así... no me gusta ese lugar.
-De acuerdo, -dijo Harry tomándole de la mano- ven...
-¿A dónde, Griffindor? -preguntó Draco mirándolo con sospecha.
-A cualquier lugar en donde no estemos tan al descubierto- respondió Harry guiñándole un ojo.
-De acuerdo, solo déjame transformar mi ropa y arreglar mi cabello.
-Pero ese color te sienta bien. -dijo Harry mientras caminaba con Draco por un oscuro pasillo.
-¿Estás diciendo que te gusto mas de moreno?
-Era una broma... -dijo Harry encontrando unos baños en desuso- me gusta tu cabello tal como es... tan rubio, que a la luz de la luna, parece de plata... pero por un rato ese color no te va mal.
-De acuerdo, -respondió Draco entrando delante de Harry a los baños- solo déjame transformar esta cosa que llamas falda.
-Hazlo después... -dijo Harry arrinconándolo junto a un lavabo- primero déjame quitártela.
Draco ya no respondió, al menos no con palabras, lo que hizo fue abalanzarse sobre Harry al sentir la erección del moreno clavarse en su abdomen.
Esa reacción terminó por encender la chispa de los dos adolescentes quienes comenzaron a besarse y a manosearse con ansias locas, como si fuera una competencia entre ambos.
-¡Merlín! -gimió Draco al sentir una mordida de Harry en el cuello.
-No... Solo soy Harry... -exclamó Harry mientras arrastraba a Draco al cubículo de un baño.
-Idiota... -dijo Draco dejándose llevar.
Y mientras esos dos se comían a besos; en otro lado del castillo, más precisamente en la sala común de Ravenclaw, Marietta bostezaba en un sofá mientras veía a su amiga vociferar al borde de la histeria.
-¡No puedo creerlo, no puedo creerlo!
-Llevas rato repitiendo eso y nada más no me explicas nada, -dijo Marietta con expresión de cansancio- ¿para eso me sacaste de la cama?
-Vi a Harry... ¡con una chica! -exclamó finalmente Cho haciendo que Marietta se despertar de golpe.
- ¿Viste al fin quien es la tipa?
-No, -respondió Cho sin dejar de caminar de un lado para otro mientras se estrujaba las manos nerviosamente- la muy maldita estaba pegada como chicle a Harry.
-Pero se te hizo familiar ¿no?
-La verdad no... tenía cabello negro hasta la cintura y... y...
-¿Y? -exclamó Marietta intrigada.
-¡Y viste como zorra!
-¿Qué?
-¡La muy maldita tenía toda la pinta de puta!...
-¿Porque?... ¡cuéntame!
-¡Ashh Marietta! -exclamó Cho exasperada- ¿¡porque habría de ser?!... ¡vestía como prostituta!
-¿Tanto así?
-¡Por las barbas de Merlín!... ¡hasta podría jurar que le vi los calzones de tan corta que llevaba la maldita falda!
-¿Y estaba buena?
Cho dejó de caminar para mirar a Marietta como si fuera un marciano.
-Pero... ¿qué clase de pregunta idiota es esa, Marietta?
-No te me aloques... -respondió Marietta- te lo pregunto porque solo así podría traer a Harry como lo trae.
Cho ya no respondió, solo atinó a sentarse de golpe a un lado de Marietta mientras ésta solo la miraba.
-No puedo perder. -dijo finalmente.
-¿Y qué piensas hacer?
-No lo sé... pero algo se me ocurrirá, por lo pronto me voy a dormir, no quiero pensar que están haciendo en estos momentos Harry y la ramera esa.
Y en lo último en que pensaba Harry en ese momento, era en Cho o en cualquier cosa que no fuera Draco entre sus brazos.
-Bésame más... -murmuró Draco mientras entraba a trompicones junto con Harry al pequeñísimo baño.
Con un pie, Harry bajó la tapa del inodoro y subió una pierna, en donde recargó a Draco mientras metía la mano debajo de la pequeña falda tableada y estrujaba una firme y redonda nalga; Draco en tanto le quitaba el suéter a Harry de manera torpe y frenética para luego meter sus manos debajo de la playera y levantarla para atrapar un pezón, el cual comenzó a chupar y a mordisquear.
-¡Por Dios, Draco...! -gimió Harry sintiendo las piernas de gelatina.
-¿Te gusta?
-¡Me encanta!... -respondió Harry al tiempo que se desabrochaba el pantalón con la mano que tenía libre e intentaba bajárselo torpemente.
-Espera... yo te ayudo... -dijo Draco sin dejar de lamer y chupar su pecho.
Sin embargo, el espacio era tan pequeño que con trabajos podían acomodarse; mas eso no fue impedimento para que Harry terminara con los pantalones a media pierna con todo y calzoncillos.
-Eres tan... -murmuró Harry al tiempo que metía ambas manos bajo la falda de Draco y le bajaba la ropa interior mientras el mismo intentaba sacarse el pantalón moviendo las piernas y dando pequeñas patadas. Cuando al fin logro liberar un pie del fastidioso pantalón, Harry se dejó caer sobre la tapa del inodoro doliéndose inmediatamente- ¡auch!
-Te duele al sentarte, ¿no? -dijo Draco riendo burlonamente.
-No tanto... -respondió Harry desafiante bajándole hasta los tobillos la ropa interior a Draco, quien levantando un pie, se liberó de ella- soporto eso y más.
Con una expresión lasciva, Draco se le sentó a Harry a horcajadas abriendo las piernas quedando frente a frente; ya ahí, ambos comenzaron una nueva guerra de besos mientras sus erecciones estaban a más no poder.
-Me encanta tu sabor... -dijo Harry mientras le bajaba la camisa abierta dejándole al descubierto un hombro, el cual no dejaba de besar, lamer y morder mientras Draco comenzaba a mover su cadera en forma circular enloqueciendo mas a Harry quien comenzó a pasar por sus manos por toda la espalda para luego volver a su ataque en el cuello de Draco, quien con trabajos pudo decir:
-Ya... ya...
-¿Ya qué?... -preguntó Harry mientras provocaba manchas purpura en el blanco cuello.
-Ya te quiero dentro... -respondió Draco.
Ni tardo ni perezoso, Harry comenzó a revolver la arrugada ropa de Draco.
-¿Qué rayos buscas? -preguntó Draco.
-El maldito lubricante... -respondió Harry entre jadeos; el movimiento circular de Draco sobre sus piernas y su pene estaban volviéndolo loco.
-Ya deja eso... -exclamó Draco con el cuerpo bañado en sudor.
-Pero...
-Ya cállate... -dijo Draco poniendo los pies en el piso para levantarse un poco.
-Draco, ¿estás seguro? -preguntó Harry al sentirlo acomodar su pene en su entrada, así, sin más ni más.
-Te... te dije... que ya te quiero dentro. -respondió Draco penetrándose de golpe- ¡aah!... ¡rayos! -exclamó quedándose quieto mientras recargaba su frente en un hombro de Harry, quien a pesar de querer gemir de placer al sentir su pene ser aprisionado por la ardiente estreches de Draco, le preguntó preocupado:
-¿Es-estas bien?
-Si... -dijo Draco al cabo de unos momentos- solo dame un minuto...
-Rayos si... pero no... creo aguantar mucho... lo lamento...
-No lo lamentes... -dijo Draco levantando su rostro y mirándolo a los ojos- me gusta lo que estoy sintiendo... ¿sabes porque?
-No...
-Porque solo yo conozco esta faceta tuya... porque conmigo, tú... Harry Potter... pierdes el control... algo que no te permites hacer con nadie más.
Sin decir nada, Harry le sonrió; Draco tenía toda la razón, con nadie hacia lo que hacía con él, con nadie perdía la razón, como la perdía con él, así que finalmente dijo:
-Muévete... ya muévete... ya quiero que me sientas dentro de ti...
Impulsándose con las piernas, Draco comenzó a subir y a bajar sobre el pene de Harry, quien lo ayudaba sosteniéndolo de la cintura; ninguno decía ya nada, solo se miraban a los ojos admirando cada uno, la belleza del otro.
El revuelto cabello negro de Harry se le pegaba a la cara por el sudor, sus brillantes ojos verdes, tan profundos como selvas encantadas, miraban a Draco tan fijamente, que éste sintió que le miraba el alma.
Y mientras veía a Draco subir y bajar, Harry admiraba su rostro, enmarcado ahora por una brillante cabellera negra, tan negra como una noche sin luna, eso le daba a Draco un aire un tanto salvaje; pero Harry no podía dejar de ver en él al chico rubio que era, al chico temperamental y berrinchudo; pero tambien al chico dulce y pasional... una faceta que solo Harry conocía y de la cual se sintió orgulloso de poseer.
-Mas rápido... -murmuro mientras ponía sus manos en las nalgas de Draco para ayudarlo a impulsarse- muévete mas rápido...
-mmm... -gimió Draco mientras se mordía un labio para no gritar.
-Demonios... -exclamó Harry colocando su sudorosa frente en la de Draco- aprietas muy rico, Draco... ya no aguanto... voy a correrme...
-Yo... yo tambien... -respondió Draco cerrando los ojos con fuerza.
-Pero quiero oírte gritar... -dijo Harry mirando su expresión.
-No molestes Potter... -dijo Draco con voz sofocada- mira que estoy... haciendo un gran... esfuerzo para no hacerlo...
-pues yo... yo no puedo evi... ¡aaaah!...
-¡Cállate Harry!... -dijo Draco juntando su mejilla con la del Griffindor- le...le haremos la com-competencia a Mirtle la llorona...
-Me importa un carajo... -exclamó Harry soltando a Draco y recorriendo ahora los firmes muslos del Slytherin- ¡aaah...!
-¡Rayos...! ¡aaah!... -gritó finalmente Draco al sentir como el orgasmo recorría cada molécula de su ser haciéndole apretar con fuerza su interior provocando que Harry se corriera con él al mismo tiempo.
-¡Ooooh, demonios!... -gritó Harry corriendose dentro de Draco.
Al cabo de unos momentos, Draco se recargó en el pecho desnudo de Harry y recargó su mejilla en un hombro mientras esperaba que su respiración volviera a la normalidad.
Harry subió los brazos y abrazó a Draco suavemente haciendo que éste abriera los ojos y dijera:
-¿Donde están los apachurrónes que sueles darme?
-¿No que no te gustan? -respondió Harry acariciándole el cabello.
-Nunca dije que no me gustaran. -dijo Draco abrazándolo- Harry...
-¿mmm?
-¿Ya puedo quitarme esta ridícula falda?
-Sí, ya puedes... -respondió Harry riendo