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"CORTESIA" por giovanetta

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Notas del capitulo: hola, por mientras tendrán que conformarse con esto, los personajes no me pertenecen ^^

Capítulo 5     “Alguien que me ame”

  

Harry se había encerrado en el baño. Se atrevió una vez más a enfrentar a Malfoy jefe y otra vez, se acostaron juntos.

 

-¿Cuánto más, tendré que poner a prueba mi resistencia?- se pregunta el moreno con el rostro en el lavamanos y el agua corriendo por sus cabellos negros.

 

Llegaré al límite, llegará el momento en que no podré resistir más, en que cederé a mis deseos pasionales… tener sexo con Malfoy es como escribir una novela, mientras más lo tienes, más adicto te vuelves. Cada escena es un misterio y cada episodio una nueva experiencia narrativa, pero esta, es en la cama.

 

-Debo irme, hoy me olvidaré de todo- piensa optimista el ojiverde- una tarde sin el jefe acosador Malfoy, debería ser más que interesante, así que, mucho mejor, una noche con un amigo a puertas del divorcio.

 

Harry salió del baño, se fue rápidamente hacia su escritorio, con la urgencia plasmada en el rostro, tomó su chaqueta de vestir, su maletín y al ascensor.

 

-¿A qué piso, Potter?- dice una voz más que conocida.

 

-Al subterráneo- responde y se espanta un poco al reconocerla.

 

-Te vas temprano hoy, ¿no será que te estás escapando?- dice Draco escéptico.

 

-No será que me estás espiando día y noche, lo único que falta es que tengas una cámara escondida dentro de mis pertenencias.

 

-A decir verdad, hay una.

 

-¿Dónde?- comienza a buscar y tocarse por todas partes.

 

-Es un secreto, ya llegamos al subterráneo.

 

-¡Te denunciaré!

 

-Sí, sí, y vamos a lo mismo, ¿hoy presentarás nuevos cargos?

 

-¿Cómo cuál?

 

-¿Podrías considerar el secuestro?

 

-No, déjame de tocar, hasta mañana Malfoy.

 

-Lárgate de una vez, Potter, mañana es el lanzamiento de mi novela, al menos espero que llegues sobrio- comenta el rubio.

  

-¿No tendrás un transmisor puesto en mi teléfono?, ¿un rastreador?- pregunta con sarcasmo.

 

-Nada de eso, ya sabes que las paredes tienen oídos, vete- repite el ojigris.

 

-Me voy, porque quiero, no porque tú me estés echando- poniendo la llave para encender la moto.

 

-Vete.

 

Harry puso el pie en el acelerador y partió del estacionamiento de la editorial.

 

-Malfoy es un idiota, un estúpido, miserable- reclamaba el moreno, mientras conducía por las calles de Inglaterra.

 

Mientras que en el estacionamiento…

 

-Así que soy un idiota, estúpido y miserable, parece que quieres que te mantenga los labios sellados Potter- dijo Draco.

 

-No se por qué siento un extraño escalofrío en la espalda- se estremece el moreno al sentir esa sensación.

 

CASA HARRY…

 

Ron terminaba de enviar unos faxes que contenían información secreta. Su trabajo consiste en ser un espía comercial y vender al mejor postor todo lo relacionado con la bolsa de valores y de más.

 

-Este trabajo si que es lucrativo, aunque Herm siempre me está diciendo que no es correcto, ¡sí de esto sobrevivo!, cómo extraño a mis niños- murmura con nostalgia- no es mala idea ir a beber unas copas con Harry, necesito despejarme un rato…

 

Apaga el notebook y busca su ropa para la noche. Dentro de la maleta, era todo un lío.

 

Entre tanto desorden, él se entiende. Sacó una playera azul marino, unos pantalones negros, calcetines y zapatillas, la ropa formal, apesta.

 

El teléfono sonó.

 

-Alo- responde el pelirrojo.

 

-Ron, soy yo, Hermione- dice la castaña.

 

-Hermy, ¿cómo estás?

 

-No te hagas el chistoso conmigo, llamaba para decirte si Rosalie puede quedarse contigo mañana por la noche.

 

-Por supuesto, yo hablaré con Harry.

-Me parece bien que quieras hacerte cargo de tu hija.

 

-¿Algo más?

 

-Nada más- corta la llamada.

 

-Sigue de mal humor- dice poco conforme.

 

-Ron, ya llegué- saluda Harry, quien recién quitaba la llave de la manilla.

 

-Harry, bienvenido, ¿tienes hambre?

 

-Algo- responde el moreno, quien llevaba el casco en la mano y lo dejó sobre una silla.

 

-¿Mucho trabajo?

 

-Mañana es el lanzamiento de la novela de mi jefe.

 

-¿Quién es tu jefe?

 

-Draco Malfoy.

 

Ron se le cayó el vaso donde vertía jugo. Salió de la cocina con una cara de pura lamentación.

 

-Que descanses en paz, hermano- dice el amigo.

 

-¿De qué hablas Ron?, no es un asesino.

 

-No estás enterado, pero, él ya mató a un tipo, tú sabes, a él le vienen los tíos.

 

-Ni que lo menciones- pensó.

 

-Pero a ti amigo, creo que no vas por ese lado.

 

A decir verdad, Harry no les ha dicho nada sobre sus “gustos”.

 

-Dicen que fue un crimen salvaje, despiadado, pobre chico, morir tan joven.

 

-¿Qué le pasó?

 

-Sí quieres saberlo, entonces lee su novela, esa que se llama, “Blanco cortado”, ahí está todo.

 

-¿Te gustan sus novelas?

 

-Herm las lee, de seguro ya debe tener el primer ejemplar de la que saldrá mañana.

 

-Ya veo- responde sin entusiasmo- ese Malfoy, ¡es despreciable!

 

-¿Vamos a tomar unas copas?, la noche es joven mi amigo- dice entusiasmado de pronto, Ron.

 

-Espera a que me cambie ropa y salimos- dice el moreno sin mucho entusiasmo- no pensarás que iré de traje a un bar.

 

-Si fuese así, estarías fuera del club.

 

-Ya lo creo.

 

-Ve con ropa más informal, no se, algo de pantalones oscuros, una buena playera.

 

-Gracias por la asesoría de vestuario, pero me basta con lo que tengo en mi ropero.

 

-No seas pesado, Harry, era sólo un comentario.

 

-Lo siento, Ron, hoy fue un día pesado.

 

-Estar bajo el mismo techo de Malfoy, debe ser una presión.

 

-No quisieras estar en mi lugar, te lo garantizo.

 

-¿Te ha hecho algo?

 

-Si le digo que me ha hecho de todo, capaz y no quede ni las uñas de mi jefe, tampoco quiero ser inculpado de un crimen pasional o que se descubra mi secreto de una forma tan trágica- piensa el moreno- nada, sólo que trabajo tras trabajo.

 

-Ya veo.

 

-Me voy a cambiar de ropa, tú quédate y espérame.

 

-De ahí nos vemos.

 

Harry se fue a su dormitorio y abrió el ropero. Tenía poca ropa y no había mucho donde elegir, pero para una ocasión así, estaba lo correcto.

 

Unos pantalones negros de cuero, una playera rojo vino, con un chalequito de mangas cortas negro y unos zapatos del mismo color.

 

-Perfecto- dijo al terminar de vestirse- ahora, el toque personal.

 

Se sacó los lentes de aumento, y de un frasquito, tomó sus lentes de contacto, que también eran ópticos, pero sólo los usaba en ocasiones especiales. Con tantos modelos modernos, él todavía usaba marcos que eran del tiempo del Renacimiento.

 

-¿Listo?- pregunta el pelirrojo con chaqueta en mano.

 

-Listo- confirma el pelinegro, quien tomó las llaves de su moto y el casco- tengo otro allá en el estacionamiento.

-Me parece- dice Ron.

 

Salen los dos amigos y bajan al subterráneo, donde estaba estacionada la moto.

 

-¿No crees que deberías cambiar este cacharro?- dice Ron, sentándose.

 

-Me gusta mi moto- se defiende el ojiverde.

 

-No te estoy diciendo que sea feo o algo así, pero es antiguo.

 

-No tengo plata,  ahora ponte el casco y sujétate de mi cintura.

 

-Como digas, Harry.

 

Ron, tan obediente, hizo lo que su amigo pidió, y partieron.

 

Viajar en moto era de otro planeta. Sentir cómo el viento te roza el cuerpo, es como si volaras y a la vez estuvieras conectado a la tierra.

 

-¿A cuál vamos a ir?- pregunta Harry.

 

-Detente allí- indica Ron.

 

Se detuvieron en un bar.

 

Draco, quien los había interceptado en la curva, se detuvo en el mismo bar.

 

Harry estacionó la moto y entraron al bar. Draco hizo lo mismo con su Ferrari del año, unos minutos después.

 

Un chico que también pasaba por allí, estacionó su vehículo y entró al bar.

 

-¿Qué van a beber?- pregunta una chica.

 

-Por favor, dos whiskys a las rocas- ordena Ron.

 

-Está bien, señorita- dice Harry, confirmando el pedido- con tal de que no me emborraches está bien.

 

Draco se quedó al otro lado, observando la situación. Pidió lo mismo que los chicos.

 

El recién llegado, era el mismo que antes quiso llevarse a Harry a un motel. Estaba de paso por el bar, para luego irse.

 

Se acercó a la barra y se sentó en esos asientos que están pegados al piso.

 

-Quiero un martini- pidió el chico.

 

-De inmediato- dice la chica.

 

-¿Mañana es el lanzamiento?- pregunta Ron.

 

-Sí, además baja la voz, no te lo digo para que hagas publicidad.

 

-Lo siento amigo- se disculpa el pelirrojo.

 

-No puedo creerlo, debe ser el destino quien quiso que nos encontráramos nuevamente- dice el recién llegado al ojiverde.

 

-Tú eres.

 

-El chico del aventón.

 

-No te me acerques- se corre Harry al recordar la escena.

 

-¿Qué tienes?, parece que hubieses visto a un fantasma.

 

-¿Quién es este chico?- pregunta Ron.

 

-Soy un viejo conocido de tu amigo, mucho gusto.

 

-Parece que a mi amigo no le simpatizas mucho- dice el ojiazul.

 

-Al contrario, soy uno de sus mejores momentos, lo ayudé cuando lo necesitaba, ¿verdad?- dice el chico acercándose al oído del moreno.

 

-Es cierto, Ron.

 

Draco, quien veía la escena, le remordía por dentro los celos. Un poco más y rompía el vaso con los dedos.

 

Se levantó de la silla y fue donde estaban los chicos conflictivos.

 

-Qué coincidencia Potter, parece que me estuvieses siguiendo- dice Malfoy acercándose a Harry.

 

-No será al contrario, Malfoy- dice el pelinegro, viendo a su interlocutor.

 

-Para nada, sólo vine a distraerme- dice para defenderse.

 

-¿Quién es?- pregunta el chico que se ofendió ya que nadie le prestaba atención.

 

-Él es mi jefe, Draco Malfoy.

 

-¿Eres tú?, tienes que darme tu autógrafo, soy tu fans número uno, es que tu novela de “Blanco cortado” es genial, me derritió la parte en que relatas sobre ese hombre- dice el chico.

 

-Gracias- responde el rubio hinchado de orgullo.

 

-¿Me podrías dar uno a mi también?, mi esposa es fiel a cada entrega tuya.

 

-No hay problema.

 

El rubio hizo los dos autógrafos y de ahí unos cuantos más, ya que el rumor se expandió como pólvora.

 

-Potter, salgamos de aquí- el ojigris le tiró de la mano y se lo llevó.

 

Aprovechó de que había un tumulto de admiradoras y se escabulló. Ron y el chico se quedaron solos bebiendo con sus respectivos autógrafos.

 

-Malfoy, suéltame, ¿qué te pasa?- Harry se suelta de su agarre.

 

-¿Quién era él?- pregunta.

 

-¿Estás celoso?

 

-Limítate a responder lo que pregunto.

 

-No es nadie.

 

-Aunque lo fuese- lo atrae de un tirón por la playera- no vivirá más si se atreve a posar cualquier parte de su inmundo cuerpo sobre ti, ¿me entiendes?

 

-Lo único que entiendo aquí, es que tú estás celoso y más encima, ebrio.

 

-Yo no estoy ebrio- se defiende.

 

Al final de cuentas, lo estaba, ya que se bebió una botella de whisky solo, y ahora recién caía en la cuenta de ello.

 

-Ven, esta noche yo conduciré- el moreno lo toma por el brazo y se van los dos hasta donde estaba estacionado el Ferrari.

 

-Potter.

 

-¿Qué quieres?

 

Le robó un beso y unos cuantos gemidos por ahí.

 

-No dejes que nadie más te toque- dice y se queda dormido en el asiento del copiloto.

 

Esto me recuerda a un pasaje de su novela…

 

Bajo un cielo estrellado, se amaron los amantes que en secreto tenían su relación.  Las olas del mar, estaban frías igual que siempre. La brisa marina, levantaba una pequeña capa de arena. Sus ropas eran su lejana protección, mientras sus cuerpos, fundidos el uno con el otro, buscaban desesperadamente una mayor y total entrega.

 

Al amanecer, él le abrazó y ella, le acarició su torso desnudo, con sus dedos finos.

 

Creían que no podían ser más felices, hasta aquel día.

 

Después, se fueron a bañar en ese mar que fue testigo de su hazaña. Podían gritarle al mundo entero que eran amantes, pero escogieron al mar como su único testigo. Así como les vio nacer, también fue el último, que los vio morir.

 

-Soy el primero que te ha visto despertar y ahora, soy el último que te ve descansar- piensa el pelinegro, mientras conducía a la mansión de los Malfoys.

 

Continuará…

Notas finales: espero les haya gustado, nos leemos la brevedad posible, besos, bye bye :)

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