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"CORTESIA" por giovanetta

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Notas del capitulo: hola, un capi de este fic, espero les agrade, los personajes no me pertenecen ^^

Capítulo 6        “Cortes y puntadas”

  

MANSIÓN MALFOY…

 

Harry estacionó el Ferrari, frente a las escaleras del recibidor de la espectacular vivienda de su jefe-acosador.

 

-Esto si que es tener fortuna, lo único que falta es que hasta tu jabón sea de oro- pensó el moreno ante la visión de esa ostentosa “vivienda”.

 

Regresó su vista a la del rubio, quien dormía placidamente en el asiento del copiloto.

 

Harry abrió la puerta del auto y tomó a Draco por el brazo, éste se removió un poco, no despertando del todo. El moreno había jurado que su jefe tenía hipo o algo parecido.

 

-No sabía que los Malfoy les daba hipo.

 

-No es hipo, son espasmos post-ebriedad, idiota- responde el ojigris, abriendo un poco los ojos y reconocer su humilde morada.

 

-Lo que diga, jefe- el pelinegro reía para sus adentros, era tan cómico ver a su jefe acosador ebrio.

 

-Señorito Draco, la cena está servida- dice una empleada.

 

-Creo que no está en las condiciones más idóneas para cenar, lo mejor es si puedes traerle un café bien cargado- dice el chico.

 

-¿Quién eres tú?- aparece Narcisa en el recibidor.

 

-Buenas noches, usted debe ser la madre de Draco.

 

-Así es, ¿y tú?

 

-Soy Harry Potter, a sus servicios- dice y le tiende la mano.

 

-Encantada- mira a su hijo- veo que se le han pasado las copas, ¿podrías llevarlo a su habitación?

 

-No hay problema, ¿dónde queda?

 

-Sube la escalera, entrando por el pasillo, la tercera puerta.

 

-Gracias- se lleva al escritor a la rastra para subir las escaleras.

 

-Maria, prepara un café bien cargado para el señorito.

 

-Lo que usted diga, señora.

 

-Estas escaleras son interminables, parece que vas a acabar y recién es el principio.

 

-No te quejes subordinado, te pago por eficiencia no para que vagues.

 

-Mira quien lo dice, jefe, yo creo que podría ir considerando un cambio en su carrera, de escritor a acosador sólo hay un paso.

 

-Silencio, todavía estás en deuda conmigo, ahora llévame a mi dormitorio.

 

-No soy uno de tus sirvientes, lo hago porque soy una buena persona- se defiende y le tira del hombro, causando una mueca de dolor en el rubio, además de la molestia.

 

Unos pasos más y llegaron a la tercera puerta, el dormitorio del demonio con forma de un Adonis.

 

-Ya llegamos jefe, ahora descanse que mañana es el gran día.

 

-Ven aquí- le tira del brazo y Harry cae a la cama- te tengo.

 

-Déjame ir.

 

-No, tú no te irás.

 

-¿Estás molesto porque ese chico me tocó, cierto?

 

-No me hables de ese bastardo, mira que ya tiene los días contados.

 

-Draco está celoso- dice con tono de burla.

 

-Silencio Potter.

 

-Malfoy está hirviendo de celos.

 

-Cállate Potter.

 

-No puedes soportarlo, el que no puedas dominarme, te enloquece que yo no me rinda a tus encantos.

 

-¡Silencio Potter!- toma una cortapluma y le hiere en el brazo.

 

-¿Qué es lo que me hiciste, Malfoy?- notando como su camisa quedaba manchada por la sangre.

 

-Has agotado mi paciencia Potter, ¡vete de mi casa, ahora!- lo toma por el cuello de la camisa y le bota al suelo- vete antes que acabe con tu miserable vida.

 

-¡Estás loco Malfoy, loco!- sale el moreno y cierra la puerta de un golpe- menos mal que no es profundo- camina por el pasillo y baja las escaleras.

 

Al llegar al recibidor, se fijó que había un hombre alto, rubio igual que Draco, junto a su madre, ese sin dudas, era su padre.

 

-Buenas noches- se despide el pelinegro y se fue de la mansión.

 

“Ese cretino de Malfoy, quien diablos se cree, tiene los humos demasiado altos”
 

 

Harry se fue caminando hacia su casa… eso le tomó unas 4 horas.

 

Para cuando llegó, Ron estaba viendo televisión.

 

-La señora del arriendo está furiosa, dice que le debes 3 meses, que si no le cancelas, te va a echar a la calle- dice sin notar que su amigo había llegado herido.

 

-Disculpa, Ron, voy a la cocina, debo limpiar esto- le muestra el brazo.

 

-¿Quién demonios te hizo esto Harry?, dime para castrarlo en unos segundos- dice el amigo, furioso.

 

-Mejor, ayúdame a calentar agua y quitarme esta camisa, debo desinfectar la herida y traer hilo y una aguja, alcohol, necesitará puntos.

 

El pelirrojo partió y trajo lo que se le pidió, mientras tanto, el pelinegro estaba sin camisa y ponía el brazo en agua tibia.

 

-Menos mal que no es tan profunda- suspiro por parte de Harry.

 

Ron regresó con un botiquín de emergencias.

 

-Fue Malfoy, ¿verdad?- pregunta.

 

-¿Qué te hace suponerlo?

 

-Esto es típico de sus ataques.

 

-¿Cómo lo sabes?, ¿lo supones o?...

 

-Lo supongo, porque se fueron juntos, nada más- toma una toalla y le seca los alrededores de la herida, con una algodón untado con alcohol le fue desinfectando.

 

Harry se quejaba un poco.

 

-Bebe este poco de Brandy, eso hará que no te duela mucho cuando te cosa- le pasa una botella con licor.

 

Harry bebió el licor y sintió rápidamente sus efectos.

 

Ron puso el hilo en el ojal de la aguja, le hizo un nudo y comenzó a coserle.

 

-Ron, duele- se quejaba el moreno.

-Muerde esto- le pasa un palo de madera.

 

-¿Qué pasa mamá?- pregunta la niña Rosalie a Herm.

 

-Nada mi niña, es sólo que me pregunto si podrás quedarte aquí- dice la castaña- veremos- toca el timbre.

 

-¿Puedes abrir, por favor?- le pide Harry a Ron.

 

-Ya voy- dice el pelirrojo y abre la puerta, encontrándose con su esposa y su hija, quien le abraza.

 

-Rosie, ¿cómo estás?

 

-Bien papá, te extrañé mucho.

 

-Yo también.

 

-Hola, Ron.

 

-Hola, Hermione.

 

-¿No me invitas a pasar?

 

-Pasa.

 

Ingresan al departamento y se sientan en el living.

 

-¿Qué pasó?- pregunta la esposa.

 

-A Harry le hirieron en el brazo, yo lo estoy haciendo las curaciones.

 

-Entiendo.

 

-Hola Hermione, hola Rosie- saluda el moreno, quien salía de la cocina.

 

-Harry, traeré unas vendas- dice el chico, quien saca del botiquín dicho objeto- así no se te abrirán los puntos- le enrolla la venda no muy fuerte y la sujeta con un alfiler de gancho.

 

-Gracias Ron, me salvaste.

 

-Harry, no vine de visita, tal vez Ron ya te avisó la razón- interrumpe la castaña.

 

-No me ha dicho nada, ¿qué pasa?

 

-¿Rosie se puede quedar aquí esta noche?

 

-Por supuesto, no faltaba más.

 

-Gracias Harry, mañana es el lanzamiento y hoy tengo una comida.

 

-No te preocupes Herm, además va a estar con su padre.

 

-Que alguna vez se haga más responsable.

 

-Cállate Hermione, yo me preocupo por mi hija.

 

-Se te olvidó llamarla hoy.

 

-Hoy estuve haciendo negocios.  

 

-Papá, hoy veamos t.v hasta tarde, ¿está bien?

 

-Está bien, Rosalie.

 

-Yo me voy, tengo que llegar a mi cita.

 

-Pásalo bien, Hermione.

 

-Gracias, Ron.

 

-Hasta mañana, mamá- se despide con la mano.

 

-Hasta mañana, mi pequeña- le abraza y se va.

 

-¿Estás enojado, papá?

 

-No Rosie, es sólo que tu madre es tan terca.

 

-Sólo lo dice para molestarte, nada más.

 

-Mejor vamos a ver t.v, mira que pasan de las 9 de la noche y te quedarás dormida.

 

-¡Eso no es cierto!- exclama bostezando.

 

-Sí lo es.

 

-No peleen y mejor nos ponemos a ver ese programa donde dan videos musicales, ¿qué les parece?- propone el moreno.

 

-¡Genial tío Harry!

 

-Déjame buscar- enciende el televisor, pero sólo tenía los canales comunes- ¿qué le pasa a esta cosa?, ¿dónde se fueron los canales del cable?

 

-Déjame adivinar, de seguro no has cancelado la cuenta del cable.

 

-¿Te burlas de mi actual estado de pobreza?- dice el pelinegro con un aura oscura y haciendo círculos en el suelo- lo siento, se me olvidaba que hace 4 meses que no cancelo.

 

-Entonces arrendemos una película- dice la niña emocionada.

 

-¡Buena idea!, conectemos el dvd- se vuelve a animar el chico.

 

Precisamente estaba colocando los cables que corresponden al audio y video, cuando en eso, al colocar el cable al enchufe, encendió y se apagó.

 

-Tampoco has pagado la luz- dijo el pelirrojo.

 

-¡Qué fastidio!, Ron, ¿qué vamos a hacer?, no me pagan mi sueldo hasta los primeros días del mes entrante.

 

-Por lo que veo se te irá en pagar tus cuentas pendientes amigo, así es la vida.

 

-Ron, ayúdame- dice suplicante.

 

-Papá, me estoy aburriendo.

 

-¿Qué te parece si jugamos al metrópoli?- dice Harry buscando en un baúl un viejo juego de su infancia.

 

-Tío, ¿todavía lo tienes?

 

-No puedo creerlo, ese juego era de cuando nosotros éramos pequeños.

 

-Para que vean, ahora nos es más útil que nunca- saca una especie de caja que cubría un tablero cayéndose a pedazos- ¡aquí está el juego!

 

-Es mejor que nada- dice la niña sentándose en la alfombra y esperando junto a Ron.

 

 -Primero pongamos el tablero.

 

Dicho objeto, si se le puede llamar así, estaba partido en varios pedazos, apenas podía distinguirse las distintas estaciones. Los dados, todos rayados y partidos, los billetes, doblados y desgastados.

 

-Este juego es deplorable- dice la niña.

 

-Mejor voy a comprar uno.

 

-¡Gracias papá!

 

-¡Gracias Ron!, ¡eres el mejor amigo de todos!

 

-Ya vuelvo- toma su chaqueta y se fue a comprar en una tienda, un juego de metrópoli.

 

-Tío, ¿podrías darme un vaso de leche?, no puedo dormir si no bebo uno.

 

-No hay problema, espérame y te la traigo, Rosie- el moreno se levanta del suelo y fue a la cocina para servirle un vaso de leche a su sobrina postiza- tendremos que jugar a la antigua.

 

Buscó en un mueble un paquete de velas y encendió varias de ellas para iluminar mejor el camino.

 

Ron no tardó demasiado en su compra.

 

-Ahora si, vamos a jugar- dice el pelirrojo sacando de la bolsa plástica el juego.

 

-¡Así se habla papá!

 

-¡No perderé!- dice Harry.

 

-Pareces un chiquillo Harry- le anima Ron.

 

-No te desconcentres.

 

Abrieron el tablero y cada uno se repartió una cantidad de dinero. El primero que lanzó los dados, fue Rosalie.

 

-Que bien, caí en el hotel.

 

-Eso fue suerte- dice el moreno- ahora es mi turno- lanzó los dados- no, caí en terapia intensiva, perdí mi turno.

 

-Ahora me toca a mí- Ron lanza los dados y cae en el banco, más dinero a su cuenta.

 

Rosalie lanzó y siguió avanzando, Harry le siguió y su suerte comenzó a mejorar, Ron tampoco se quedó atrás.

 

Las estadísticas fueron las siguientes:

 

Primer lugar fue para Rosalie.

Segundo lugar, fue para Ron.

Tercero, para Harry.

 

-Has vuelto a perder, amigo.

 

-Parece que no tengo vocación para estos juegos.

 

-Si contara todas las veces que perdiste, iríamos en el número 100.

 

-¡Ni de broma!

 

-No te enfades, es sólo un juego, relájate.

 

-No puedo, estamos sin luz, sin cable, lo único que falta es que corten el agua.

 

-Yo me encargaré.

 

-¡Gracias Ron!, tengo una pregunta que hace tiempo me está dando vueltas.

 

-¿De qué se trata?

 

-¿Por qué tienes esa cicatriz en tu brazo?

 

-Es una vieja historia.

 

-Quiero oírla.

 

-No lo creo, además, no te incumbe, es mejor si no escarbas dentro de mi pasado, Harry.

 

-¿Tiene que ver con Draco Malfoy?, ¿tú eras?...

 

Continuará…

   
Notas finales: besos y abrazos

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