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POCION por Orseth

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Notas del capitulo:  

JE JE JE...

EL ÁKUMA DEL LEMMON HA REGRESADO...

SI NO TE GUSTA LO QUE LEERAS A CONTINUACION...

DEJAME DECIRTE QUE NO LO LAMENTO.

 

CAPITULO 45

 

            Por toda respuesta, Harry le soltó la solapa y colocó su mano en su nuca para atraerlo hacia sí estampándole un beso en el que hasta sus dientes chocaron; el rubio Slytherin puso sus manos en los brazos de Harry sujetándolo fuertemente de la ropa; Harry entretanto le abría la boca con la lengua  mientras que con la otra mano le soltaba el listón de seda y enredaba sus dedos en la larga cabellera sujetándolo con fuerza.

            -Chocolate... -pensó Harry extasiado.

            -¡mmm!... -se quejó Draco dentro del beso mientras se tocaba la cabeza al sentir el fuerte tirón de pelo; por lo que Harry apretó mas el puño provocando que Draco se removiera inquieto entre él y la pared.

            Por la forma en que le sujetaba el cabello, Draco no podía mover la cabeza y tampoco podía echarse para atrás, por lo que Harry abrió los ojos y sonrió  en medio del beso al ver su expresión de dolor.... expresión que tuvo él al sentir un fuerte rodillazo en los bajos haciéndolo soltar a su presa para caer de rodillas con las manos entre las piernas.

            -¡Agh!... -gimió al sentir el punzante dolor.

            -No está entre mis planes quedarme calvo, Potter... -dijo Draco recargándose en la pared para no caer con Harry-  además, la primera vez en las duchas me tomaste desprevenido... esta vez no.  -concluyó saltando a Harry, quien en un movimiento desesperado alcanzó a sujetarlo por la orilla de la túnica, por lo que Draco se deshizo de ella en un segundo dejándolo con la ropa en la mano mientras él salía del salón a toda prisa no sin antes recoger su varita.

            Harry se quedó quieto un rato en el suelo  en lo que el dolor se le calmaba, luego alzó la varita diciendo:

            -¡Accio mapa del merodeador!  -sabía que no era prudente que el mapa del merodeador saliera de su baúl y cruzara medio castillo volando cual avión de papel para ir a su encuentro; sabia que cualquiera podía verlo, pero también sabía que eso era improbable ya que era la hora de la cena y casi no había nadie en los pasillos; pero lo más importante aún, era que aunque eso sucediera, no le importaba un soberano cacahuate; y así, al cabo de cinco minutos, un pergamino entró a la habitación yendo directamente a su mano, se sentó e iluminándolo con su varita, dijo:  -juro que mis intenciones no son buenas...  -nunca en su vida, pensó sonriendo, esas palabras habían tenido tanto significado-  veamos, rubio atolondrado... -murmuró mirando con atención el mapa-  ¿Dónde te encuentras?

            No tardó en localizarlo; Draco se hallaba un poco lejos, pero no tanto como para no alcanzarlo corriendo; tomó la túnica con el escudo de serpiente y la acercó  a su nariz aspirando el aroma que despedía haciendo que sus sentidos despertaran al máximo anticipando el sabor de la piel que estaba seguro pronto probaría de nuevo.

            Así pues, dejó la túnica en el suelo y corrió siguiendo la ruta que el mapa le mostraba hasta finalmente percibir ruidos a unos cuantos metros; Draco se sobresaltó al oírlo pisándole los talones.

            -¿Cómo demonios me alcanzó tan rápido?... lo mejor será desarmarlo.  -pensó ocultándose tras una pared.

            -mmm... que ingenuo,  -pensó Harry al ver la motita con su nombre quedarse quieta-  si supieras que así te escondas en la mismísima cámara de los secretos, yo te encontraría en tan solo unos segundos.

            Así que cuando estuvo próximo a la habitación en la que estaba Draco, caminó lo mas silenciosamente posible, llegó hasta la puerta y saltó atrás de ella; solo se escuchó un "¡expelliarmus!";  solo que ese "expelliarmus" no fue pronunciado por la boca de Harry.

            -Tú me subestimas, ¿verdad?  -dijo Draco sin dejar de apuntarle después de haberlo desarmado-  crees que soy un debilucho cualquiera.

            -mmm... debilucho tal vez si... -dijo Harry metiendo sus manos en sus bolsillos en una actitud despreocupada-  cualquiera no... ¿Sabes porque?... porque no cualquiera tiene las piernas que tú tienes... ni ese cabello que me enloquece...

            -No Potter, tú no volverás a poner un dedo en mi cabello.

            -¿Es una apuesta?  -respondió Harry caminando hacia Draco.

            -Detente...

            -Detenme...

            -¿Cómo  es que puedes encontrarme tan rápido en este lugar?  -preguntó Draco verdaderamente intrigado.

            -Ven aquí y te lo contaré al oído.

            -Si, claro.  -respondió Draco sonriendo ante tal ocurrencia.

            -Ya Draco, en serio... ¿Por qué corres?... ¿no querías que hiciéramos el amor?

            -Claro que lo deseo... -respondió Draco dándose cuenta de la treta de Harry- pero si crees que te las voy a dar así de fácil, estas equivocado.

            -De acuerdo, pequeña serpiente... -dijo Harry sonriendo-  corre todo lo que quieras...  tarde o temprano terminaré entre tus piernas.

            Sin esperar más, Draco se dio la vuelta y salió corriendo; corrió y corrió hasta quedarse sin aliento, preguntándose cómo demonios Harry lo localizaba tan pronto; pensando en eso se detuvo a descansar en el escalón de piedra de una mazmorra aguzando el oído por si las dudas, y al cabo de cinco minutos de descanso decidió seguir caminando.

            Dudoso se metió a un salón, para sentir de repente saliendo de la nada una mano en su boca y otra en la mano con la que sujetaba la varita.

            -Hola Draco.  -saludó Harry a su espalda.

            -¡Demonios!  -pensó mientras Harry le daba la vuelta para mirarlo de frente.

            -¿Lo ves?  -dijo Harry-  solo era cuestión de tiempo, -Sentirlo así, tan cerca, lo hizo recordar momentos ya vividos junto al Slytherin, y sintiéndose furioso de repente, exclamó: -dime que soy el único...

            -¿Eh?... -exclamo Draco confundido.

            -Dime que soy el único... -repitió Harry.

            Comprendiendo a que se refería, Draco contestó titubeante:

            -Lo... lo eres...

            -¡Mientes!  -respondió Harry empujándolo con fuerza contra la puerta cerrándola del impacto.

            -¡Oh!... -gimió Draco al sentir la manija clavársele en la espalda.

            -Mientes... -dijo Harry de nuevo acercándosele y sintiendo mucha ira al sentirse cínicamente engañado.

            -No miento. -dijo Draco alzando el rostro para mirarlo directamente.

            -Si que lo haces, Slytherin... -respondió Harry presionándolo con su cuerpo.

            -Te juro que...

            -¡Para ya!... -exclamó Harry dándole una bofetada-  ¡deja de mentir!

            Sin poder sobarse la mejilla por tener los brazos aprisionados, Draco lo miró sorprendido por el coraje que mostraba Harry.

            -Harry... yo no...

            -Creo que mejor te preguntaré otra cosa... -interrumpió Harry-  ¿Quién es mejor en la cama?... ¿él o yo?...  -Draco lo miró boquiabierto-  ¿y bien?... -continuó Harry ahora besándole el cuello- ¿él te hace gemir como yo?... ¿te hace gritar como yo?

            -¡Basta!...  -exclamó Draco sintiendo su corazón romperse más de lo que ya estaba.

            -Ya veo... -dijo Harry mirándolo a los ojos-  te duele que te lo recuerde ¿no es así?... ¿tan bien te montaba?... ¿tanto te...?

            -¡Vete al infierno!  -exclamó Draco escupiéndolo en la cara, Reacción que provocó en Harry una impresión equivocada.

            -¿¡Tanto te duele que te lo recuerde?!... ¡pues temo decirte...!  -exclamó Harry abrazándolo con furia y desfajándole la camisa con violencia-  ¡que esta noche no tienes permiso para pensar en ese bastardo!

            -¡No!... ¡suéltame!... -respondió Draco intentando separarlo de si dudando ya seriamente si su idea de darle la poción a Harry hubiese estado bien.

            Pero Harry comenzó a pasar sus manos por debajo de la camisa sintiendo con deleite la tibia piel de la espalda. La furia renació en Draco quien en determinado momento se quedó quieto causando extrañeza en Harry, quien se detuvo para mirarlo a la cara.

            -¿Acaso te estás rindiendo?

            -¿Rendirme yo, Potter?  -exclamó Draco intentando recobrar la compostura-  ¿acaso no me conoces?

            -Creí conocerte... pero me equivoqué.

            Haciendo a un lado el sentimiento que esas palabras le provocaron, Draco dijo:

            -¿Qué harás ahora?... ¿violarme como en el baño?

            -Lo que haré... -dijo Harry acercando su rostro hasta sentir el suave aliento- será grabar mi recuerdo en tu maldita piel así tenga que hacerte llorar lágrimas de sangre.

            -No me asustas, Potter.  -respondió Draco con aire retador.

            -¿Eso es lo quieres, Malfoy?... ¿sentir miedo de mí?... ten cuidado con lo que deseas... se te podría conceder.

            -¿Asustarme tú?... en tus sueños cara rajada.  -respondió Draco removiéndose en su lugar.

            -Quieto... -dijo Harry presionándolo con la parte baja de su cuerpo.

            -¿Quieto?  -respondió Draco alzando una ceja-  tú no eres absolutamente nadie para darme órdenes, Potter... ahora quítate que me duele la espalda.

            -Y te aseguro que eso no será lo único que te duela... -respondió Harry metiendo de nuevo sus manos debajo de la camisa y hundiendo su rostro en el cuello... ¡ah!... esa fragancia francesa combinada con su aroma natural ponían de cabeza sus sentidos y sin contenerse en lo más mínimo, clavó sus dientes en un ya desnudo hombro.

            Draco cerró los ojos con fuerza al sentir la mordida, y sin emitir sonido alguno, logró poner las manos en el pecho de Harry y empujarlo con fuerza; sin embargo Harry no estaba de ningún modo dispuesto a dejar ir a su presa de nuevo y se lanzó al ataque otra vez derribándolo para caer ambos rodando por el suelo quedando él encima.

            -Eres más pequeño Draco... -dijo Harry sofocado por el esfuerzo-  nunca podrías ganarme.

            -¡te gané en el duelo del comedor!  -exclamó Draco indignado refiriéndose al club de duelo del profesor Lockhart-  ¡mi padrino te salvó!

            -Yo tenía la situación controlada, Snape no hizo nada...

            -¡Eso no me interesa!  -exclamó Draco-  ¡yo te gané en esa ocasión digas lo que digas!... ¡así que tú no eres mejor que yo, Potter!

            -Claro que lo soy... -dijo Harry sonriendo por el efecto de sus palabras-  soy mucho mejor mago que todos los Malfoy juntos.

            Draco sintió la sangre subírsele a la cabeza, y herido totalmente en su orgullo, exclamó:

            -Tal vez tengas razón... pero hay alguien que es mucho mejor en la cama que tú... Blaise.

            La sonrisa que Harry tenía fue desvaneciéndose poco a poco hasta quedar solo un rostro endurecido que lo miraba fijamente.

 

Palabras equivocadas... jamás las hubiera dicho...

 

            Con el corazón acelerado y sintiendo de alguna forma que había cometido un error, Draco observó a Harry mientras éste se enderezaba hasta quedar sentado a horcajadas en él.

            -Harry... -murmuró sin saber que decir.

            Acto seguido, Harry lo tomó de las solapas con una mano y con la otra le asestó tremendo puñetazo, tan fuerte que lo hizo  perder el conocimiento.

 


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