La luz comenzaba a calar en sus ojos. Zoro abrió sus párpados lentamente, acostumbrando su retina a la iluminación. Se encontraba un poco confuso. Volteó a ver donde se encontraba, en ello recordó los sucesos del día anterior.
El joven hombre a quien había rescato de aquel lugar, se encontraba apartado, aún dormido, en ello se da cuenta de un calor en su mano. Al ver, sorprende. Luffy lo tenía tomado de la mano, entrelazando sus dedos mientras el chico babeaba dormido y balbuceando la palabra «comida»
De inmediato Zoro se sonrojó y quitó su mano abruptamente. Al no sentir el calor moderado, la mano de Luffy buscó por la suya, al no encontrarla, la estiró por completo para capturar la cintura del peliverde y traerlo hacia él. La acción misma hizo a Zoro ponerse todo rojo de la cara, al estar ahora pegado a su capitán, sintiendo su calor como a escasos centímetros de su cara.
A pesar de ser una oportunidad de ensueño, el peliverde estaba petrificado, cuando por fin pudo moverse, intentó zafarse sin mucho afán; la sensación comenzaba a embriagarlo, se sentía tan bien, comenzó acercar su boca a la del otro chico, quería probar esos labios; sin embargo detuvo. Un poco de dolor se reflejó en sus ojos, su mente lo traicionaba.
‘Debe creer que soy Nami…’ la sola idea, partía su corazón. Suspiró resignadamente y volvió a tratar de zafarse del agarre, ahora sin éxito.
Cada vez que intentaba soltarse, Luffy ponía más fuerza y el ser elástico no le ayudaba en nada al verde. Después de varios intentos fallidos, cedió. Realmente le gustaba sentirse abrazado por su capitán, estar así de cerca de él, sentirse querido por él, aunque fuera mentira. En ello con su mano más libre acaricia su mejilla.
Observaba la cara de Luffy, siempre se preguntaba cómo podía mostrarse tan tranquilo, sereno, a pesar de estar en el lugar escalofriante, rodeado de monstruos, siempre seguro de que todo saldrá bien. Desde el primer momento que lo conoció sintió respeto hacia él y conforme pasaban más tiempo juntos, ese respeto se convirtió en admiración, luego en amor.
Cada instante lo amaba más, aunque Luffy solamente lo viera como un amigo, como su nakama. Se acercó instintivamente, abrazándose a él, por lo menos, si lo iba a perder, quería sentirse tan cerca del pelinegro hasta que la burbuja de felicidad se rompiera. Pronto se acurrucó en el pecho del otro, sintiendo su respiración, nuevamente el sueño volvía a él, como un regocijo en su interior.
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Un calor envolvente cubría su cuerpo, sus ojos comenzaron a abrir. Al poder enfocar, sintió unos brazos alrededor, al ver de quien se trataban Luffy vio a su nakama abrazado a él.
Sorprendió al verlo tan cerca como un leve sonrojo tomó sus mejillas, no duró mucho su sorpresa cuando Luffy se abrazó más fuerte a él, disfrutando el calor de sus cuerpos juntos.
‘Zoro…te amo’
En ello acercó su cara al otro, los labios del peliverde eran tan sensuales, llamando por atención, cual sería dada gustosamente. Sin pensar en más, sus labios se juntaron. Un gran júbilo inundó su alma al sentir los labios de Zoro contra los suyos, eran tan deliciosos, como la otra vez; le emoción como la pasión comenzó a incrementar, el beso se tornó más demandante, capturando la tierna piel con deseo.
“…Luffy…” un suave murmullo se escuchó.
El pelinegro detuvo su «ataque»; se separó por inercia, enfrente, estaba un Zoro despierto mirándolo aturdido. En sus ojos se veía alegría, deseo…pasión.
En ello ahora el peliverde era quien se acercaba, capturando los labios del otro, su beso fue suave, con miedo a cometer algún error, Luffy no regresó el beso. Al darse cuenta de esto, Zoro apartó, confusión reinaba en su cara, Un semblante de terror inundó su facciones.
No se había puesto a pensar que Luffy igual lo había besado por error, quizás entre sueños; al no poder contener sus sentimientos, se dejó ir sin racionar. Ahora estaba preocupado.
“L-Lu-luffy…yo…lo que...lo siento, yo no…” no terminó cuando las manos de Luffy tomaron su cara y los labios de su capitán a los suyos, en un beso increíble.
Sus labios eran besados con fuerza mientras en su boca, sentía como Luffy pasaba su lengua saboreando la suya. Al estar impactado, no respondió al principio, poco a poco sus ojos se fueron cerrando como empezó a reaccionar, correspondiendo los esfuerzos del pelinegro. El beso se ahondo cada vez más, sus lenguas luchaban por sentir más del néctar de cada uno, con gran deleite.
Luffy comenzó acariciar la espalda de Zoro, como su otra mano recorría el muslo del peliverde; por su parte, el peliverde se abrazaba al cuello de su capitán, para profundizar más la pasión en sus bocas. No duró mucho cuando ambos se separaron, tomando aliento, ambos sonrojados ante el intenso momento.
“…Zo-Zoro…” su voz estaba entrecortado.
“…Lu-Luffy…” Ambas miradas se encontraron.
En sus ojos, se podía ver lo que no expresaban en palabras. Lujuria, pasión, amor, deseo.
Zoro intentó hablar, para ser nuevamente callado por Luffy. En ello el pelinegro pasa su mano por debajo de su camisa, levantándola.
“¡Luffy!” Sorprendió un poco a la acción, no obstante, no puso ninguna resistencia.
Luffy lo miró a los ojos y sin decir una palabra le sonrió, luego bajó su cara al pecho torneado de Zoro, ahí capturó un pezón rosado, mientras masajeaba el otro.
“Ahhh”
La sensación era sublime, pequeños gemidos de placer salían de su boca sin poder evitarlos. Se arqueó un poco hacía atrás al sentir la lengua de Luffy tocarlo, como las succiones comenzaban a volverlo loco. Su cuerpo se tensaba, deliciosos escalofríos pasaban por su espalda, pronto la temperatura incremento.
Luffy comenzó a mover hacia abajo, lamiendo todo a su paso. Zoro asustó cuando el chico llegó a cierta parte «prohibida»
“¡Oi! Espera un…” no terminó cuando Luffy le quita todo, su haramaki como sus pantalones salieron volando. “¡QUE DEMONIOS ESTÁS HACIENDO!”
Luffy se colocó en medio de sus piernas, acercó su cara a la de él y lo besó suavemente.
“Zoro te amo”
Esas simples palabras dejaron helado al espadachín, deseaba tanto oírlas y ahora, al escucharlas, no las podía creer, todo debía ser una mentira, una ilusión, tal vez una creada por esa planta. No podía ser cierto.
Sin esperar una respuesta, Luffy volvió a besarlo ahora más apasionado y mientras lo besaba, lo recostó en el suelo cálido.
“Te amo” la palabra era mencionada nuevamente. “Te amo, te deseo…te quiero” su voz se oía agitada. Sus miradas volvieron a encontrase.
Zoro sabía que quería decir, podía ver en sus ojos el deseo de poseerlo, de ser uno ahí mismo; a pesar de poder hacerlo sin pedir consentimiento, el pelinegro se contuvo y le preguntaba a su manera si él quería esto.
Zoro tomó la cara del chico con sus manos, acariciando sus mejillas mientras lo miraba tiernamente, una mirada poco usual en él.
“Yo también te amo Luffy”
Con ello, el permiso era concedido. …l también deseaba tanto eso como Luffy.
Mientras se besaban, el pelinegro recorría con su mano el cuerpo desnudo de Zoro, hasta llegar al lugar más importante. Con un dedo, acarició la entrada del peliverde.
“Ahmmm” gimió ante la sensación. De pronto sintió como el dedo entraba. “¡AHHHH!” Su cuerpo se tensó inmediatamente. “¿Q-qué…hmmm…haces?” otro dedo entraba.
“Te preparo” dijo Luffy como comenzaba a besar su cuello.
En ello los dedos comenzaron a moverse, de adentro hacia fuera mientras los abría y los cerraba expandiendo el orificio. Zoro arqueaba a la sensación placentera, pronto su caderas comenzaron a mover. Quería más, lo quería a él.
“Ahhh…Luffy…” su ojos estaban entre abiertos. “…ya hmmmm…estoy listo…Luffy…” un tinte de desesperación se oía en su voz.
El pelinegro continuo besando su cuello, mordiéndolo suavemente, luego subió hasta su oreja.
“¿Me quieres?” le susurro con voz sensual.
‘¡MALDITO LUFFY!’ Gritó en su mente. ‘¡YA SABES LA RESPUESTA, PORQUE ME HACES SUFRIR!’
“Sí-ahhhh” gimió al sentir como los dedos salieron.
De inmediato Luffy bajó su cierre mostrando su extremidad totalmente erguida, pulsante ante el deseo. La colocó en la entrada, espero un poco, volteó a ver a Zoro.
En su mirada podía interpretarse el «¿estás listo?» el peliverde sólo cabeceo, esperando ansiosamente por ser penetrado. No duro mucho cuando Luffy lo complació.
“¡AHHHHHHH!” Ambos gimieron.
El peliverde arqueó grandemente, el dolor mezclado con el placer, su mente de repente se nubló ante lo exquisito, una diminuta lágrima se mostró en su ojo, como poco a poco se acostumbraba a la invasión. Luffy se encontraba perdido ante el deleite, las miles de sensaciones producidas al sentir como las paredes internas de Zoro se apretaban instintivamente contra su miembro.
“Ahh…Zoro…voy a moverme…” dijo entrecortadamente, aún agitado.
“Hn” fue lo único que podía decir.
El movimiento empezó lento, Zoro sentía como el miembro de Luffy entraba y salía de él lentamente; el mar de sensaciones lo conmocionaron, nuevamente comenzó a gemir.
“Ahhh…Luffy…” era lo único es su mente, sus caderas empezaron a mover, intentando adecuarse al ritmo. Pronto las embestidas se volvieron más rápidas.
Luffy tomó una de sus piernas colocando en su hombro, ayudando así a la penetración más profunda, volviéndolos locos antes las nuevas sensaciones.
“Ahhh…más…más Luffyyy…ahhhhhhh, más fuerte…” sus gemidos comenzaron a tornarse más audibles, casi en gritos.
“Ahhhh…Zoro…sí...Zoro…sí” Luffy clamó, haciendo sus embestidas más veloces, profundas y fuertes. En ello toma el miembro de Zoro, cual pedía atención.
“¡AHHHHHHH!”
Comenzó a mover su mano arriba abajo, causando al peliverde un placer exquisito. En ello se asió del cuello del pelinegro, produciendo una fricción en sus cuerpos tan sublime.
“Ahhhhhh MÁS…LUFFY AHHH…sí…SÍ…ahhhhmmm”
“Zoro…ahhhh…Zoro…”
Las embestidas eran más y más fuertes. Sus mentes totalmente perdidas en las sensaciones tan dichosas, pronto llegarían al clímax.
“Zoro…hmmm ya casi…ahhhh”
En ello, la última penetración fue la más increíble al llegar al orgasmo, Luffy se vino dentro de Zoro, causando que se viniera también, llenando la mano del pelinegro como ambos estómagos.
Luffy se recostó encima de Zoro, ambos agotados por la actividad.
“Ne Zoro, ¿te gustó, te gustó?” Inquirió, una amplia sonrisa en su cara. Fácilmente se le podía ver resplandecer de felicidad.
El peliverle lo vio y le sonrió. Como no podía haberle gustado, si fue la mejor que le había pasado, además de ser su primera vez. Le iba a responder cuando…
“¿Ya terminaron?”
La voz hizo congelar a Zoro mientras sorprendía a Luffy. Ambos olvidaron por completo la existencia de Kan, quien se encontraba recostado, dándoles la espalda. Obviamente.
“¡Ah!” se volteó Luffy hacia su dirección. “Me olvidé de ti por completo” dijo sin más importancia.
“Si no me dices, ni cuenta me hubiera dado” dijo sarcásticamente.
Zoro por el contrario se levantó de inmediato, agarró su ropa, se limpió y se vistió en menos de minuto. Su cara completamente roja ante la vergüenza.
Al verlo con ropa, el capitán le reclama.
“¿Por qué te vestiste?” refunfuñó. Su respuesta un golpe en la cabeza como un reclamó para que se cerrara el short.
Malhumorado como avergonzado, Zoro se sentó en el suelo a un lado de Luffy, intentando verse lo más serio posible, aunque la pena lo comía por dentro.
Kan se volteó a ellos.
“Ah, ya están vestidos” una leve sonrisa pícara se mostraban en su cara. La cual hacía al peliverde más mortificado, como sonrojado.
“Veo que ya están felices” rió.
“¡CÁLLATE!” “¡SÍÍÍÍÍ!” Hablaron al unísono. Zoro simplemente le dio otro golpe.
“No sé preocupen, estoy acostumbrado a que lo hagan públicamente, más cuando vives con piratas”
“¿Piratas?” hablaron nuevamente al mismo tiempo.
“Sí, pertenecía a un grupo llamado las cinco estrellas” habló sin importancia. “Unos piratas estúpidos, los vencieron otros piratas de nombre estúpido como ellos…creo que se llamaban «sombrero de paja» o algo así, pueden creerlo, a que idiota se le ocurrió ese nombre”
“A Luffy” Zoro dijo como una gotita de sudor recorría su frente.
De repente ve a su capitán quien se encontraba abrazándolo como boa y frotando su cara en su pecho.
“¡OI, DEJAME!” clamó, sus mejillas coloreadas.
“El pecho de Zoro es suavecitob29;” una amplia sonrisa en su cara, como seguía sobando sus mejillas en su pecho.
“¡OI!” Kan observaba divertido la escena. “¡QUÍTATE! ¡D…JA DE HACER ESO!”
“Son verdaderamente una pareja”
Las palabras hicieron a los dos chicos parar. Voltearon a verse y sonrieron.
“¡SÍ AMO A ZORO!” Dijo, luego volvió a su anterior tarea.
“¡OI, TE DIJE QUE BASTA!”
“¿Y tú Zoro, no lo amas?” La pregunta lo sacó de su «pelea» Kan le sonrió. “Me imagino que sí, ya que acabas de serle infiel a tu Dameyo”
“¿A mí qué?” Giró su cabeza en confusión.
“Ay dios, no puedo creerlo…él tampoco sabe” se frotó la frente en desesperación. “Olvídalo”
“Por supuesto que Zoro me ama, ¿no es cierto Zoro?” Luffy clamó con gran júbilo para sorpresa del verde. Hacía tiempo que no lo veía tan feliz.
Su nakama le sonrió.
“Sí, te amo Luffy” con ello le planta un suave beso. Ambos se ven y sonríen.
“Entonces no vas a necesitar esto”
Kan se acercó a él, tomó su mano izquierda y tomó el anillo dorado.
Al verlo Zoro se quedó perplejo, había olvidado por completo su matrimonio, inclusive sus votos de lealtad.
“¡O-oi!” Intentó recuperar el anillo, aunque no podía moverse gracias al abrazo de Luffy o mejor dicho a que sus brazos estaban enrollados por completo en él. “¿Qué haces?”
“Elimino lo que está demás” con ello avienta el anillo a la cascada.
“¡QUE DEMONIOS HICISTE!” gruñó, no obstante fue callado al ver como Kan se arrodillaba enfrente de él.
“Estás consiente que acabas de serle infiel a la persona con quien te casaste”
Zoro tragó duro. No le gustaba faltar a sus juramentos, de hecho ahora pensando las cosas mejor, se sentía mal por hacerlo; pero como poder evitarlo, a quien realmente amaba era a Luffy no a Ace y el ver que Luffy le correspondía, en su mente no cabía nada más que el chico.
“Si no lo amabas, ¿por qué te casaste?”
El peliverde no contestó, su mirada recayó al suelo.
No había necesidad de responder, Kan lo entendía. No era el único quien había cometido el mismo error, él lo había hecho por desgracia.
Kan iba a decir algo más; sin embargo Luffy se apresuró y le cortó la palabra.
“¡Zoro, cásate conmigo!”
El espadachín estaba perplejo ante la declaración, sus ojos estaban tan grandes como podía, su boca abierta de sorpresa aunque no salía ningún sonido de ella.
‘¡SÍÍÍÍÍÍÍÍ!’ Su mente clamó en emoción. De pronto su mirada entristeció. “No puedo” dijo simplemente. ‘¡Demonios! Si me hubieras dicho eso antes, me hubiera casado contigo y no con ¡Ace!’
“¡NO!” Kan resopló.
Ante ello ambos hombres voltearon extrañados al rubio.
“No permitiré que hagas más estupideces como yo las hice” su mirada seria los aturdió. “Tú amas a Luffy, debes estar con él y no con alguien que no amas” Zoro lo miró perplejo. En ello, Kan toma las manos del espadachín. “Si salen con vida de aquí, prométeme que te divorciarás y te casaras con Luffy”
“¿Haaa?”
“Tú me salvaste la vida y quiero recompensarte por lo menos con esto” su voz era sincera. “Por favor promételo, yo sé lo que te digo…yo ya viví esto”
El peliverde no sabía el porqué le estaba diciendo eso, ni lo comprendía, no obstante…
“Lo prometo” le sonrió. ‘Gracias Kan’
“Entonces…creo que Luffy merece una respuesta diferente”
“Cierto”
En ello, a pesar de que el pelinegro estaba ahí y escuchó todo, no dijo nada hasta oír su nombre en boca de su nakama.
“Luffy” prestó atención el hombre, aún abrazado a él.
“¿Ha?” Le miró a los ojos.
Zoro le sonrió tiernamente y se inclinó a besarlo. Al separarse le sonrió diciendo…
“Acepto”