CAPITULO 56
Al terminar de leer la carta, Lucius la estrujo en sus manos para después arrojarla al fuego de la chimenea mientras murmuraba:
-Niña estúpida... ¿decirme a mi lo que tengo que hacer?... habrase visto. -Acto seguido se levantó y salió de su estudio subiendo tranquilamente las escaleras, con esa serenidad tan característica de los Malfoy, que precedía a la tormenta.
Sin siquiera tocar la puerta, entro a la habitación de su hijo, quien leía un libro a la luz de una lámpara, y que al ver entrar a su padre, se levantó automáticamente.
-Papá... -Murmuró al verlo cerrar la puerta y recargarse en ella.
-Draco... -Dijo Lucius cruzando los brazos y sin moverse de su lugar- desde que regresaste a casa no hemos hablado... y no pienso hacerlo sobre tus... extrañas preferencias de las cuales me horrorizo.
-Pero papá... -exclamó Draco en un murmullo.
-Cállate... no he terminado, -interrumpió Lucius- simplemente te diré algo... en mi familia nunca ha habido, ni habrá un marica, ¿entiendes?... mis antepasados pudieron ser todo lo que tú quieras, pero jamás ocasionaron una vergüenza así y tu no vas a ser el primero, así que espero un poco de respeto al apellido y me prometas que nunca más veras a ese Potter, ¿de acuerdo?... además, tu eres el único heredero de la familia Malfoy, ¿Qué pensabas? ¿Qué mis nietos se darían en los arboles? -Draco solo atinaba a quedarse callado, por lo que Lucius continuo- promételo Draco... júrame por el poco honor que te queda de que nunca mas volverás a ver a ese sucio mestizo.
Draco miro los grises ojos de su padre, tan fríos como el acero mismo y sintiendo un escalofrío, dijo:
-Lo prometo.
-De acuerdo... -Respondió Lucius dándose vuelta y tomando el picaporte para salir dando un fuerte portazo.
Y mientras eso pasaba, una chica daba vueltas y más vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño.
-Maldito Potter... -Susurro Pansy poniendo sus manos debajo de su nuca mientras miraba el techo de su cama adoselada- te odio tanto... -pensó mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas al recordar la noche en la que buscando a Draco llegó al tercer piso, encontrándose con una puerta entreabierta- Te odio tanto, tanto... -Susurro con voz ahogada al sentir una punzada dolorosa en el pecho al recordar lo que vio al entrar a la sala de los menesteres que por descuido había quedado abierta... ver a Harry penetrando fuertemente a Draco, quien en vez de resistirse, gemía entre embestida y embestida... verlo ponerse sobre el Griffindor y sentarse sobre su erecto pene una, y otra, y otra vez mientras su cuerpo se perlaba de sudor; verlos llegar al éxtasis en un grito dolorosamente erótico... Pero lo peor había sido, cuando después de quedarse dormido el Griffindor, verlos descansar uno en brazos del otro por unos minutos, como hipnotizada antes esa imagen que se le antojaba irreal, percibió a Draco moverse, lo vio levantarse trabajosamente y vestirse, y escuchar decirle a Harry antes de marcharse, esas palabras que le partieron el alma en dos... "Te amo"...
Después de eso había corrido procurando no hacer ruido mientras su alma se llenaba de un lacerante dolor.
-Cuando Blaise me dijo que te gustaban los chicos, ya se había decidido que yo me casaría contigo Draco... -pensó Pansy llorando silenciosamente- y esa revelación me dejo sin palabras... pero me jure a mi misma que yo te haría cambiar... que con mi amor yo te haría feliz... porque yo siempre te he amado Draco... pero jamás imagine que con quien te revolcabas era con ese torpe Griffindor... pero ahora todo está bien... -pensó poniéndose de costado con las manos bajo la mejilla- el señor Malfoy lo arreglara todo, tú y yo estaremos bien y yo me encargare de que te olvides de ese Potter... sí, todo estará bien.
Mientras tanto, en una acogedora y elegante sala, una hermosa mujer rubia tomaba una copa mientras veía a su marido bajar las escaleras con cara de pocos amigos.
-¿Qué pasa, Lucius?
-¿Y todavía lo preguntas Narcisa? -Respondió molesto Lucius tirándose en el sofá- ese Potter... está buscando a Draco... quiere hablar con él.
-Yo... aun no puedo creerlo... -Susurró Narcisa poniendo su copa en la pequeña mesa de centro al tiempo que miraba fijamente al fuego- ¿estás seguro, Lucius?
-¿Querías ver por ti misma como ese hijo de perra montaba a tu hijo como su fuese una vulgar puta?
-¡Cállate! -exclamó Narcisa poniéndose de pie y encarándolo- ¡mi hijo no es ninguna vulgar puta!
-Pues entonces sería conveniente que se lo hicieras saber... -Respondió Lucius tranquilamente mientras tomaba la copa de Narcisa y le daba un sorbo.
Narcisa ya no respondió, lo único que atino a hacer, fue a darse la vuelta y subir las escaleras; en cuanto estuvo frente a la puerta de Draco, puso sus manos en ella y espero unos segundos antes de tocar.
-Adelante. -Se escucho una voz decir desde el interior de la habitación.
-¿Cómo estas, hijo? -Pregunto Narcisa entrando a la habitación y encontrando a su hijo recostado en la cama.
-Bien. -Respondió Draco con una mueca que intentaba ser una sonrisa.
-¿Estás seguro, mi amor? -preguntó Narcisa sentándose a un lado de él y acariciándole el cabello- te lo cortaste... te gustaba mucho, ¿Por qué lo hiciste?
-Necesitaba un cambio...
-Pero ya lo tenias muy largo... mas que el mío.
-Si, por eso decidí cambiar... iban a confundirme contigo. -Respondió Draco sonriendo.
-Eres un tonto... -exclamó Narcisa viendo el esfuerzo de Draco por aparentar naturalidad- Draco...
-¿sí?
-¿Es verdad?
Draco permaneció en silencio ante la pregunta de su madre, quien prosiguió diciendo:
-Yo sé todo porque tu padre me lo ha contado, pero no he escuchado tu versión.
-Es que no hay nada que contar, mamá.
-Hijo... -Respondió Narcisa acariciándole una mejilla- te conozco mejor de lo que tú crees y sé que hay algo mas... ¿acaso no me tienes confianza?
-No es eso mamá... -Respondió Draco mirando el techo.
-¿Entonces?
-No pasa nada.
-Draco, mírame... -Insistió dulcemente Narcisa- tu mirada está llena de tristeza... ¿Qué pasa, mi amor?
-Nada... ya no pasa nada. -Respondió fríamente Draco- Ahora ya todo está bien... ¿podrías dejarme dormir un rato? Me siento algo cansado.
Narcisa observó por unos segundos a su hijo sin decir nada, sabía lo obstinado que podía ser, a fin de cuentas no dejaba de ser un Malfoy, y así lo volteara de cabeza, no le haría decir una sola palabra, por lo que decidió ya no insistir más.
-Descansa hijo. -Dijo poniéndose de pie y dándole un beso en la frente.
-Gracias. -Respondió Draco, quien al quedarse solo pensó: -Ya todo está bien ahora... este absurdo cuento terminó... ahora debo enfocarme a cumplir mis responsabilidades... bueno... al menos me casare con alguien con quien me llevo bien y aparte de todo es mi amiga. -Pensó con cierto consuelo- Yo puedo con esto, después de todo... soy un Malfoy.
Cuando Narcisa bajó a la sala, su marido seguía sentado en el sofá mirando el fuego en actitud pensativa, sin embargo, al oír sus suaves pisadas, sin dejar de mirar el fuego, dijo:
-Lo he pensado... adelantaremos la boda.
-No, -respondió Narcisa con voz firme- mí hijo es muy joven para casarse.
-Pero no lo era para coger con Potter ¿verdad?
-Basta Lucius... -Exclamó Narcisa con fastidio- deja a mi hijo en paz, accedí a esa locura de compromiso, pero no permitiré que mi hijo se case sin siquiera terminar el colegio.
-Le pondremos profesores particulares.
-Ese no es el punto.
-Ese es precisamente el punto, querida... -Dijo Lucius mirándola- Draco no va a regresar a Hogwarts... no mientras ese mestizo este ahí... ¿te parece bien un mes?
-¿Un mes para qué?
-Para la boda por supuesto.
-Lucius, ya te dije...
-Tranquila querida... -Exclamó Lucius poniéndose de pie y abrazándola por detras- Si tanto te opones a eso, ¿Qué te parece que no vivan juntos hasta que tu lo decidas?... cada chico viviendo en su casa, pero con el lazo del matrimonio impuesto.
-No lo sé, Lucius...
-¿Acaso quieres que toda la comunidad mágica destroce a tu hijo si llegan a enterarse de lo que pasó?
-Claro que no... Pero...
-Draco es nuestro único heredero, y toda nuestra fortuna será de él algún día... debe prepararse para el futuro.
-Eso es cierto... solo que me preocupa que seas tan duro con él.
-Estoy enojado, si... pero si él es obediente como algún tiempo lo fue, olvidare el pasado.
-Aceptare con la condición de que le permitas salir de su habitación... no me gusta tenerlo encerrado todo el día, esta demacrado y le hace falta tomar sol y distraerse un poco.
-De acuerdo.
-Y no olvides que vivirán juntos solo hasta que yo lo diga.
-Se hará como tú dices, querida. -Respondió Lucius con un susurro en su oreja- Así que mañana pondré el aviso en el profeta.
Narcisa ya no dijo nada, solo toco con sus manos los brazos de su marido y aceptó en silencio convencida de que todo era por el bien de su hijo.
Al día siguiente, Harry no dejaba de pensar en cómo podía comunicarse con Draco, comía de manera automática mientras Ron y Hermione solo comían a su lado sin decir nada tampoco.
-¡Ah, Harry!... -Dijo finalmente Hermione- la profesora McGonagall hablo conmigo, dice que seré tu tutora en los próximos días.
-Vaya... ya ni me acordaba de eso... -Respondió Harry con desagrado.
-Pues deberías agradecerle que se preocupe por ti, -Respondió Hermione en actitud regañona.
-Claro... es un amor. -Dijo Harry bebiendo su leche con chocolate.
En eso, la relativa tranquilidad del comedor se vio irrumpida por una parvada de lechuzas que entraban por las ventanas dirigiéndose a las mesas para entregar sus respectivos correos.
-Que suerte tienes... -Dijo Ron con la boca llena de pan- días libres... creo que la profesora nunca había hecho eso.
-¡Ron!... -Exclamó Hermione mientras le ponía una moneda en la bolsita que tenía en la pata la lechuza que le había entregado su periódico- no hables con la boca llena, es de mal gusto, ¿Cuántas veces tendré que decírtelo?
-Ron, -dijo Harry- tienes que ser solidario conmigo y acompañarme cuando Herm me de esas clases de regularización.
-No sueñes amigo... suficiente tengo con mis propios deberes.
-¡Vaya!... ¡así que yo tenía razón!... -Exclamó de pronto Hermione llamando la atención de varios de sus compañeros.
-¿De qué hablas? -pregunto Ron.
-Del motivo del porque se fue Malfoy. -Contesto Hermione desplegando el diario.
-¿Cómo? -Preguntó Harry.
-Si... mira, aquí dice que va a casarse...
-No es posible... -Exclamó Harry arrebatándole el diario a Hermione.
-¡Harry!... -Respondió molesta- si lo querías ver, solo tenias que pedirlo.
Pero Harry no la escuchaba, sin percatarse de ello, leía todo con la boca abierta, solo podía ver la fotografía de una sonriente familia Malfoy al dar el anuncio de que dentro de un mes, contraería matrimonio con la señorita Pansy Parkinson.
-Parkinson... -Murmuró volteando automáticamente la vista hacia la mesa de Slytherin para encontrarse con la mirada retadora y burlona de Pansy que lo miraba directamente a él- No es posible...
-Harry, solo es Malfoy... -Dijo Hermione extrañada al ver su expresión.
Pero Harry ya no respondió, lo único que hizo fue levantarse y salir de ahí a prisa llevándose el diario con él.
-¿Qué la pasa? -pregunto confundido Ron.
-¿Yo que voy a saber? -respondió Hermione con expresión seria mientras veía que en la mesa de Slytherin, muchos de sus integrantes miraban con asombro a su compañera, quien sonreía muy ufana mientras era felicitada por otros.
Harry mientras tanto, había convertido su rápido caminar en una loca carrera sin rumbo fijo, lo único que veía, era la página del diario "El Profeta" que parecía restregarle en la cara, los intentos de Draco por hablar con él y las mismas veces que él se negó.
-Estúpido... estúpido... -susurraba mientras corría- ¡estúpido, estúpido!... -Lo curioso es que ya no sabía a quién insultaba, si a él o a Draco, quien en la pagina central, sonreía al lado de sus padres en una perfecta mascara de familia feliz.
Sin saber cómo, había llegado a la torre de astronomía, en donde por fin detuvo su loca carrera.
-No puedes casarte, Draco... -murmuró mientras ponía sus manos en la baranda de piedra del balcón- no puedes casarte... Por Dios, no puedes... -Dijo mientras se dejaba caer al suelo al tiempo que sus ojos se llenaban de lagrimas.
Permaneció así cerca de una hora, lamentándose, recriminándose y sintiendo lastima de sí mismo; hasta que finalmente, decidió sacudirse toda esa carga de asfixiantes sentimientos y hacer algo al respecto.
-Bien... -Dijo dijo exhalando un profundo suspiro- Debo hablar con él... como sea, tengo que hablar con él; pero no la tengo nada fácil, ya que es obvio que Parkinson sabe algo al mirarme de la forma en que lo hizo; tengo muchas cosas que hacer para poder acercarme a Draco y las haré, definitivamente las haré... pero antes, ha llegado la hora de poner las cosas en claro.
Ron y Hermione salían de la clase de astronomía del centauro Firenze cuando vieron a Hegdwig dirigirse a ellos.
-¿Qué pasa Hegdwig, traes algo para nosotros? -Exclamó Ron extendiendo el brazo para que la blanca lechuza se posara en el.
-Es una nota para los dos... -Dijo Hermione leyéndola- es de Harry, quiere vernos a ambos en la torre de Astronomía después de comer.
-¿Estará bien? -Dijo Ron preocupado.
-Esperemos que sí.
Cuando la hora de la comida llegó, los dos chicos comieron apresuradamente para después dirigirse a la salida, por lo que no alcanzaron a ver a Blaise acercarse a Pansy para decirle:
-Tú y yo tenemos que hablar.
Mientras tanto, en la torre de astronomía, Harry esperaba a sus dos amigos que no tardaron mucho en aparecer.
-Harry... ¿Qué... qué pasa? -Pregunto Ron con voz entrecortada por el esfuerzo.
-Tranquilos chicos, -Respondió Harry saliendo al balcón- descansen.
-Ya descansaremos cuando nos muramos... -Respondió Hermione sujetándose el costado- Ahora dinos que sucede.
-Bueno... -Exclamó Harry sintiéndose muy sereno ante lo que estaba por suceder- Si quieren, pueden sentarse.
-Yo no quiero sentarme... -Dijo Hermione impaciente.
-Yo si... -Exclamó Ron dejándose caer en el suelo.
-Debes regresar al equipo de Quidditch, Ron... -Dijo Harry a su amigo- te falta condición.
-Creo que no estamos aquí para hablar de la condición de Ron... -Exclamó Hermione.
-Calma Herm, -dijo Harry- Si esperaron meses, unos minutos más, no harán daño.
-Eso significa... -Exclamó Hermione expectante- ¿Qué nos hablaras de tu chica y de todo lo que ha estado molestándote?
-Si, así es... -Respondió Harry exhalando un suspiro- chicos... es hora...