Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Esto pasa cuando... por Kokoro no Tenshi

[Reviews - 252]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Disculpen la tardanza jóvenes pero estuve full atareada con el trabajo, menos mal ya estoy de vacaciones, cero boletines, cero exámenes que corregir, cero correcciones *suspira* ahora puedo descansar sabroso jejeje y créanme que lo estoy haciendo lalalalala XD. Bueno, al capítulo de hoy. No los voy a distraer mucho, sino decirles que lo disfruten y nos leemos más abajito.

Enjoy! =3

- Ryuuzaki, yo soy Kira – dijo por fin –
- Vaya, eso es nuevo. Sería la primera vez que me lo dices pero ¿adivina que? Eso ya lo sabía – el pelinegro en realidad estaba sumamente sorprendido por la repentina confesión del castaño pero no le demostraría asombro, ni un ápice de el a la persona que lo seguía sosteniendo por los hombros con fuerza. Pero también pensó por un leve momento que todo este teatro de la confesión no era otra cosa que una simple tetra para confundirlo aún más. Tuvo que suprimir ese pensamiento, la parte de él que quería que Yagami Light fuese inocente no iba a tomar el control de la situación –
- Estoy hablando en serio, soy Kira, has tenido razón todo este tiempo Ryuuzaki pero…
- No es a mí a quien quiero que se lo digas porque como ya lo dije, ya yo lo sabía ahora quiero que se lo confieses a todos los demás, que vean en realidad la clase de persona que eres – comentó mientras se deshacía del agarre que mantenía el castaño y daba la espalda para salir de la habitación –
- No puedo permitirte eso Ryuuzaki – lo detuvo el menor reteniéndolo por el brazo –
- ¿Ah no? Si estas confesando que eres el maldito desgraciado que ha estado asesinando sin misericordia a cientos de personas sin cesar es justamente para que yo te pueda entregar a la justicia – el mayor habló sin voltearse en ningún momento y con la mayor serenidad posible aunque por dentro su corazón quisiera salirse de su pecho –
- Vas a morir Ryuuzaki
El detective se dio la vuelta lentamente y encaró a su contraparte mostrando una pequeña sonrisa.
- De dos noticias “impactantes” – el pelinegro hizo ahínco en la última palabra que pronunció – solo me ha impresionado… ninguna. Todos vamos a morir eventualmente ¿no lo sabías Light-kun? Aunque en cuanto a mi caso en particular, yo podría morir antes debido al caso en el que estoy trabajando porque ¿adivina que? Tu me vas a matar si no te entrego a la justicia en estos momentos y ¿sabes otra cosa? No voy a permitir que me mates
- Yo no te voy a matar – comentó sin dejar en libertad el brazo de su contraparte. Lo que más quería en ese momento era tenerlo cerca, confesarle todo teniéndolo en sus brazos, que él entendiera y comprendiera cada una de sus palabras y pudieran salir de esta sanos y salvos, pero sabía que si forzaba su suerte con el pelinegro éste lo comenzaría a golpear y él no podría hacer otra cosa sino defenderse de sus golpes y lo que menos quería en ese momento era lastimarlo, tanto al detective como a sí mismo, por lo que se debatía entre dejarlo ir o no –
- Vaya, gracias. Eso me tranquiliza mucho. Ahora si me disculpas ¿podrías soltarme?
- No, hasta que me escuches, quiero…

No pudo terminar de decir lo que quería decir porque en ese momento Ryuuzaki, utilizando sus habilidades en capoeira, lo envió con una patada a varios centímetros de distancia. …ste, aprovechando que su contendor estaba tendido en el suelo abrazándose a sí mismo por la falta de aliento, comenzó a buscar su celular para avisar a Watari lo que estaba sucediendo pero por más que lo buscaba no pudo conseguirlo.

- ¿Buscabas esto por casualidad? – preguntó el primogénito de la familia Yagami mostrando el pequeño aparato en su mano mientras se levantaba del piso con dificultad aún abrazándose a sí mismo pero ahora con un solo brazo –
- Devuélveme mi celular Light-kun – pidió con extrema calma el detective –
- ¿Para que lo quieres?
- Para saludar a Misa-san –ironizó – devuélveme mi celular ¿o es que además de asesino ahora también eres ladrón Light-kun?… veo que estas progresando
- No lo necesitas
- Tú no tienes ni puta idea de lo que necesito. Dame el maldito teléfono Light-kun – el detective estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba pero no podía demostrarle eso al joven Yagami por lo que optó por intentar calmarse, aunque le costara hacerlo –
- Tienes que escucharme primero
- ¿Para que voy a escucharte? Ya todos lo hemos hecho mientras nos veías la cara de idiotas. Ahora dame el teléfono para hablarle a Watari
- No necesitas hablarle a Watari sino a mí, ¡NECESITO HABLAR CONTIGO! – gritó mientras el teléfono celular del pelinegro chocaba contra el suelo y se desprendía en piezas – escucha, ¿Crees que si no hubiese una razón suprema que podría cambiarlo todo estaría yo dispuesto a decirte esto que te estoy diciendo? Por Dios Ryuuzaki tú me conoces y sabes lo orgulloso que soy
- Podría pensar en eso mientras te pudres en la cárcel, este no es el momento idóneo para ponerme a analizar tus acciones, solo se lo que se y te entregaré
- ¿No entiendes que puedes morir?
- Si te dejo ir tranquilamente de esta habitación estoy 100% seguro que moriré y te juro que no tengo el más mínimo miedo a la muerte sino a que digas cualquier tipo de tonterías y yo te deje salir tranquilo de aquí para que continúes con tu reinado de terror en este mundo
- Ryuuzaki… eso quiere decir que tu…
- ¡¡¡Eso quiere decir que de aquí tú no sales sino es con un par de esposas sosteniendo tus manos a tus espaldas!!! – Ryuuzaki estaba gritando con todas sus fuerzas sin perder, al mismo tiempo, su postura encorvada hasta que Light le gritó también –
- ¡Ryuuzaki ESCUCHA! –se había acercado al pelinegro y nuevamente lo sostenía por los hombros sacudiéndolo levemente – no diré ninguna tontería como dices que lo haré
- Tratarás de decirme que lo hiciste porque no había otra solución, porque fue lo mejor para la situación que se te presentaba ¡YA SE PERFECTAMENTE LO QUE KIRA VA A DECIR SIN QUE LO DIGAS SIQUIERA! – gritaba mientras intentaba deshacerse del agarre del menor –
- ¡RYUUZAKI! – gritó el castaño antes de apretar su cuerpo fuertemente contra el del pelinegro, sintiendo su calor corporal, su respiración agitada, el agitado latir de su corazón, todo multiplicado por diez. Estaba loco, había perdido lo cabales y todo por que unos sentimientos imbéciles, inútiles, desgraciados pero especiales habían crecido en sí dirigidos a la persona que abrazaba con fuerza como si el muchacho se fuese a desvanecer de un momento a otro – Si, soy Kira. Soy Kira pero sigo siendo Yagami Light también, soy Kira pero sigo estando aquí, soy Kira pero te sigo queriendo Ryuuzaki. Te quiero – confesó el muchacho con la voz un poco baja –
- Claro que no. Solo estabas pretendiendo “quererme” ¿Crees que no lo sabía? Yo lo supe todo este tiempo que solo era una actuación – su voz comenzaba a temblar – incluso a pesar de que yo… de que yo te…
El menor se sorprendió por lo que acababa de escuchar, ¿acaso eso quería decir que el detective también sentía algo por él? A pesar de todas sus negativas en realidad había nacido algo en su corazón, la vida tendría que ser extremadamente buena con él para que algo así sucediera en realidad. La vida era muy buena si eso era realidad. Tenía que verlo a los ojos, ¡tenía que hacerlo! Por lo que se separó un poco del muchacho e hizo que sus miradas se encontraran, la suya pedía, clamaba que el muchacho terminara la oración con las palabras que él deseaba oír con toda su alma. Estaba comportándose como una maldito niña enamorada por primera vez y comenzaba a odiarse un poco por eso, pero después recordaba quien le gustaba y el odio a sí mismo pasaba desapercibido. Su mirada seguía clavada en la del pelinegro –
- ¿De que tu que Ryuuzaki? Dilo, por favor, DILO – gritaba mientras ejercía más fuerza en el agarre que mantenía al pelinegro –
- Eres tan buen actor Light-kun, siempre lo he pensado – Light lo soltó quedándose un poco sorprendido por la continuación del discurso del mayor, dejó caer sus brazos con delicadeza a su costado cual sacos, sintiendo al instante que el cálido tacto se alejaba de sí y era reemplazado por la frialdad de la habitación y por la frialdad de las palabras que le dirigían con rencor – casi me creo todo, hasta lo más mínimo, casi que me lo creo – el muchacho hablaba muy, muy calmado – por suerte no te creí en lo único en lo que siempre creí que eras. Nunca.
Estaba anonadado por lo que acababa de escuchar, a pesar que se esperaba algo parecido no pudo prever que lo afectara de esa manera. Pero no podía continuar de esa manera porque si así fuese, todo lo que había hecho: las confesiones y detener el transcurso de las cosas no iban a servir de nada. Tenía que hacer algo. No podía perder el tiempo sintiendo aquel peso que sentía en ese momento: el peso de las palabras que acababa de escuchar.
- Ryuuzaki, tal vez tengas razón que yo estaba actuando todo el tiempo frente a los demás pero cuando yo estaba contigo no estaba actuando, cuando estaba contigo yo no era Kira. Yo solo era la persona que te quiere, todas y cada una de las palabras que te decía en esos momentos eran verdad. ¿No sabes lo difícil que es para mí el poder expresar mis sentimientos? Te acabo de decir lo que siento por ti desde hace mucho tiempo y tú no me has dicho nada de nada, el actor aquí eres tú y no yo. Tal vez te mentí con lo del asunto Kira pero nunca te he mentido acerca de lo que siento – terminó de hablar sosteniendo nuevamente los hombros del muchacho tratando de fijar su mirada en la del pelinegro sin lograrlo –
- Impresionante. Una confesión de amor luego de una confesión que se es el asesino más buscado de todos los tiempos ¿debería sentirme honrado ó algo así? ¿ó es que quieres que caiga en tus brazos como si esto fuese una película romántica americana y me enternezca por todo lo que acabas de decir y salgamos de aquí a enfrentarnos al mundo los dos tomados de la mano? No me hagas reír que no estoy de humor para bromas. Déjame recordarte que en la vida real las cosas no son así de sencillas, románticas y melodramáticas como las quieres hacer ver. Aquí la frase “the end” aparece solo cuando te mueres, así que deja el parloteo barato, tengo que salir de aquí para que esta tragi-comedia termine de una maldita vez – al decir esto sus miradas se encontraron. Ambas reflejaban un cúmulo indescriptible de sentimientos, ira, confusión, desagrado, odio y amor. Todo junto, unidos por una delgada línea que ahora era aguijoneada por sus intensas miradas. Cada uno de ellos trataba de leer la mirada del otro pero no podían hacerlo, ninguno de los dos dejaba su guardia baja ni un momento… y tampoco lo harían –
- Ryuuzaki…
- Light-kun deja de hablar de los putos sentimientos que no son lo importante aquí. Lo importante aquí es que debo avisarle a la policía, a Watari o a quien sea lo antes posible de tu confesión que por supuesto tendrás que firmar para que…
- ¡NO! Tenemos que hablar primero Ryuuzaki – el castaño hizo más fuerte su agarre –
- ¿Hablar de que? Ya no tenemos nada que decirnos, creo que ya todo esta dicho – finalmente pudo deshacerse de las manos del menor con plena brusquedad –
- Necesito explicarte algo
- ¿Y ahora que quieres explicar? ¿Más romanticismo? No, gracias. Ya todo esta claro para mi
- No, no lo está. Tu piensas que todo fue falso, un engaño, una patraña, una novela barata y no fue así. Lo que siento por ti no es mentira, eso es lo que tú no quieres entender
- ¡Porque no quiero! Dices que sientes algo por mi, ¡bien por ti! Felicitaciones, ¡bravo! Pero con eso no lograrás que cambie de parecer. Tu vas a caer Light-…
Light no se pudo contener y lo besó. Ryuuzaki lo empujaba y forcejeaba pero dentro de sí mismo sabía que él también estaba esperando eso, porque esa podría ser la última vez que pudiera ser capaz de probar esos labios que se le ofrecían con lujuria. Esos labios que le acababan de dar la noticia que él había estado esperado desde que comenzó a trabajar en ese caso, pero irónicamente, en lugar de darle la mayor felicidad, la noticia le tejía una red de sentimientos que no lo dejaban ver ni pensar con claridad. Por lo que comenzó a responder a los besos con fogosidad tal como se los estaban obsequiando
- Créeme Ryuuzaki – el muchacho hablaba entre besos, se despegaba lo suficiente como para que se entendiera lo que quería decir –
- Eres Kira
- Pero igual te quiero
- Eres Kira
- Y te quiero
- Eres Kira
- Tu eres L
- Eres un asesino
- Tu eres un ladrón
- Eres un mentiroso
- Tu también pero no me importa porque así me gustas
El detective se estaba embriagando de Light, se sentía ebrio de sus besos, de su cuerpo, del fuerte abrazo que lo sostenía en ese momento. La lengua del castaño adentrándose en lo más profundo de su boca, saboreándolo todo a su paso, sus manos que, sin control, se enredaban en su oscuro cabello y bajaban desesperadamente y sin control por su espalda hasta el final de ésta y apresaban sus glúteos con lujuria para volver a subir y situarse en su cintura para estrecharlo con más fuerza, como para evitar que el pelinegro huyera de repente o simplemente se desvaneciera, mientras el universitario posicionaba su pierna entre las del menor haciendo que el sexo de ambos se rozara primero leve y luego fuertemente. Su bajo vientre, que comenzaba a reaccionar y a palpitar como si tuviese más de un corazón en ese momento, se sentía apresado por su ropa. Sus propias manos querían recorrer el joven cuerpo que se les ofrecía con lujuria, recorrer una vez más los lugares ya conocidas por ellas, los lugares que con anterioridad, una y otra vez habían recorrido, sentir correr entre sus dedos sus cabellos castaños, quemarse con el ardor del contacto con su piel, rasguñar esa blanca piel como antes lo había hecho, besar, tocar, acariciar, frotar, deseaba hacer todo eso y mucho más. Y si hubiese sido por él, le habría dado rienda suelta a sus más bajas pasiones pero su cerebro comenzó a funcionar nuevamente y cerrando sus puños dirigió el derecho al estómago del universitario haciendo que este se alejara de él abrazando su cuerpo con ambos brazos como sosteniendo el dolor entre ellos y a la vez recuperar el aliento que había perdido por el repentino golpe.
- Deja los malditos juegos Light-kun – habló mientras se limpiaba la boca con su brazo despectivamente –
- ¿Quién dijo que estoy jugando? – habló el muchacho, luego de toser un par de veces, sin soltar el abrazo que mantenía alrededor de su propio cuerpo – quiero hablar contigo y no me dejas
- Pero para hablar no necesitas estar tan cerca de mi y mucho menos estar besándome
- Es un poco difícil resistirme cuando te tengo tan cerca
- Si quieres hablar, hazlo. Pero solo tienes 10 minutos, luego de eso te sacaré de esta habitación usando la fuerza si es preciso, y sabes que soy capaz de hacerlo, para que puedas pasar tus días en la cárcel
- Necesitaré más de diez minutos Ryuuzaki
- Comienza a hablar porque los estas desperdiciando Light-kun – comentó tranquilamente mientras se acercaba a la pared más cercana que tenía de él alejándose a su vez del castaño. Necesitaba alejarse de aquel muchacho lo más posible para poder calmarse un poco y olvidar la excitación que había sentido segundos antes. Por un momento estuvo a punto de perder el control sobre sí mismo y eso no estaba permitido hacerlo pero no podría negar ni en un millón de años que si no hubiese despertado su cerebro en ese preciso momento, justo ahora el universitario y él estarían sudando y jadeando uno bajo el otro. El solo pensamiento le ganó una punzada en su bajo vientre, se obligó a pensar en otra cosa. Introdujo sus manos en los bolsillos de su pantalón –
- Esta bien – el muchacho suspiró levemente antes de comenzar – Ryuuzaki si dejo que las cosas fluyan como lo han estado haciendo hasta ahora, vas a morir y no seré yo quien te mate precisamente
- ¿En serio Light-kun?
- Estoy hablando en serio Ryuuzaki, deja la ironía un momento por favor. Esta situación… los sentimientos que están involucrados en ella…
- Te dije que no hables de sentimientos porque no los hay Light-kun. El único sentimiento presente aquí es el odio y lo sabes bien
- Piensa lo que quieras pero déjame terminar. Después de todo solo me diste diez minutos ¿ó no?
El pelinegro guardó silencio a su pesar, ya que quería descargarle muchas más verdades al castaño pero prefirió tratar de calmarse una vez más y escuchar atentamente la sarta de mentiras que estaba a punto de oír.
- Yo no te voy a matar Ryuuzaki… porque Rem lo hará
- ¿Rem? – preguntó el muchacho sin ápice de asombro sino más bien de ironía –
- Si, Rem, para salvar a Misa. Ella sabe que tarde o temprano pondrás a Misa tras las rejas y para impedirlo te matará
- Y como tú lo sabes eres su cómplice. Lo que no comprendo es por que me lo dices si al fin de cuentas tú también me quieres muerto
- ¡Yo no te quiero muerto Ryuuzaki! – explotó el universitario – y tampoco soy su cómplice… bueno… el asunto es que si te quisiera muerto no te estuviese diciendo todo esto
- ¿C…
- No me preguntes como lo se, solo lo se y es todo. Fue como un dêja-vu, una premonición, no se como demonios definirlo, el punto es que no me gustó… no me gustó verte morir Ryuuzaki. – el detective de ojos color ébano no mostraba ni ápice de emociones, se mantenía de pie frente al joven Yagami con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón luciendo su normal postura al estar de pie mientras que su contraparte se acercaba cada vez más – Te confieso que siempre pensé en ese momento, el momento en que morirías y yo me libraría por fin de ti, mi única piedra en el camino a mi total éxito y me sentía extremadamente realizado al imaginar el final de tu existencia. Pero ahora, después de todo lo que ha pasado, de todo lo que me has hecho; al experimentar tu muerte sentí de todo menos aquella felicidad que imaginaba en aquel momento – su voz bajó un decibel y su mirada se dirigió lentamente al piso mientras pronunciaba la última frase que produjo. Ryuuzaki se extrañó por esa aptitud, aunque en ningún momento lo demostró, pero más se extrañó cuando antes de pronunciar sus siguientes palabras el castaño subió su mirada y la dirigió hacia su persona – me dolió. Por eso te lo digo Ryuuzaki, porque no quiero que mueras. En esa… esa visión, me dolió mucho verte morir
- Estupenda actuación Light-kun – respondió el mayor sin perder tiempo – casi me conmueves. Deberías hacer carrera en eso, te iría bien. Lastima que irás a la cárcel por asesino
- ¡Maldición Ryuuzaki! ¿Es que no entiendes? Te estoy salvando la vida
- Eso si que es contradictorio Light-kun porque me acabas de decir hace solo unos momentos que me quieres tener muerto
- ¿Acaso no escuchaste lo que acabo de decirte? Eso era antes Ryuuzaki, ahora eso es lo que menos quiero Por esa razón te dije lo que te dije, porque no quiero que mueras y al decirte esto es porque se de algo para salir de esta. Hay una solución a todo esto
- No quiero tener nada que ver contigo Light-kun
- ¡MORIRÁS!
- ¡YA NO IMPORTA! –gritó el pelinegro –
- Ryuuzaki…
- Ya no importa si Rem me asesina porque morí hace rato, comencé a morir desde el momento en que te conocí – el muchacho susurró casi imperceptiblemente pero el castaño captó las últimas palabras que pronunció –
- Ryuuzaki, tú…
- Si acaso es cierto todo lo que me acabas de decir; Rem me matará solo si continúo con las deducciones que llevarán a Misa a la cárcel, si llegara a hacerlo Watari comprendería la situación…
- No creo que ella lo deje ir
- Ingenioso. Entonces saldrías ganando. Todo esta a tu favor, Light-kun
- Hay una solución Ryuuzaki: únete a mí, ven a mi lado. Si Rem se da cuenta que estas de mi parte eso significaría que no irías tras de Misa y no podrá matarte
- Prefiero morir a estar de acuerdo con un asesino con ínfulas de Dios, que cree solo en la justicia que imparte y no en la verdadera
- Ryuuzaki yo soy el mejor ejemplo de justicia que hay porque aquí la justicia es ciega – mencionó el menor seriamente –
- No siempre
- Pero si casi siempre. Yo imparto justicia divina
- ¡Una justicia injusta! Porque al matar a alguien que también ha matado te conviertes en uno de ellos: un asesino.
Los ánimos se estaban caldeando y ninguno de los dos se percataba de ello o simplemente ninguno se quería dar cuenta de ello porque tal vez necesitaban ventilar las razones que cada uno defendía.
- Tú no lo sabes porque Ryuuzaki porque nunca sales de tu cómoda y linda habitación pero la gente buena esta muriendo por culpa de desgraciados a quienes solo les provoca matar y la justicia, esa que tanto defiendes y alabas, no hace nada para detenerlo ni para evitarlo. Yo tenía que hacer algo porque nadie más se atrevía: acabar con los asesinos y crear un mundo nuevo, nuevo y perfecto
- Las leyes no son perfectas porque los humanos que las crearon tampoco lo son. Es imposible ser perfecto. Incluso si fuese posible, tal mundo perfecto con el que sueñas, no lo sería porque la hierba mala, el asesino, el psicópata, serías tú
- Te equivocas, yo sería la justicia en persona
- Hablas como si fueras un Dios
- Es posible
- ¡Incluso la justicia divina no es perfecta!
- Más a mí favor porque yo sería el Dios del nuevo mundo. Un Dios nuevo, perfecto que no comete errores, que juzga rápidamente sin compasión, sin miramientos, que les hace pagar sus culpas de verdad. Esa si es una ley justa
- ¡NO! La justicia no es así. Las leyes son la prueba de que los humanos están luchando para ser justos
- Pero parece que perdieron esa lucha hace mucho tiempo porque esa ley tarda en llegar mientras las personas siguen muriendo y esa escoria continúa envenenando a la sociedad. Mi ley es más rápida y eficaz
- Veo que es imposible razonar con un asesino
- No soy un asesino Ryuuzaki, nunca me he manchado las manos de sangre
- Eso no tiene nada que ver porque por tu causa han muerto decenas de personas
- Eran criminales Ryuuzaki
- ¡Eran humanos! Y nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otro
- Ellos lo hacían
- Para eso están las leyes humanas, para castigarlos por lo que hicieron, para que paguen su deuda con la sociedad
- No es lo mismo. No es suficiente
- Entonces solo querías darles una probada de su propia medicina, querías venganza
- Se podría decir –respondió el menor y al instante sus ojos castaños se tiñeron con un leve tinte rojizo que pudo percibir el detective a distancia –
- Hasta que comenzaste a asesinar inocentes
- …
- Hasta ese momento llegó tu teatro de la justicia divina
- Lo iban a arruinar todo – replicó luego de unos segundos – si me delataban no podría seguir juzgando, tenía que hacerlo. De lo contrario el mundo seguiría pudriéndose con esas sabandijas
- Yo te delataré Light-kun
- Pero tú eres diferente Ryuuzaki, tú…
- Tú me quieres a tu lado para de esa manera tener el camino libre porque como soy quien esta a cargo de la investigación, si estoy de tu lado puedo redirigir el caso hacia otra dirección y así el asunto de ser atrapado te tendría sin cuidado
- No es así Ryuuzaki, eso no es lo que quiero
- ¿Ah no? ¿Es más profundo todavía? ¡Ah, claro! Se me olvidaba que de ese modo también me tendrías como tu muñeco inflable ¿cierto?
- ¿Tan difícil te es creer en mi Ryuuzaki? – preguntó el menor acercándose un poco a su interlocutor –
- Después de todo lo que me has dicho y has hecho ¿Cuál crees que sería mi respuesta Light-kun?
- Ryuuzaki no estas viendo más allá de la punta de tu nariz, lo que sufres es resistencia al cambio
- ¿Resistencia al cambio? – se burló el detective – ¿No crees que ya he cambiado lo suficiente solo con permitir que todo esto pasara?
- Pasó lo que tenía que pasar Ryuuzaki, ni más ni menos. Ahora si queremos que algo mejor que eso pase tienes que cambiar un poco más, dejarme ingresar en tu espacio personal
- No lo quiero ni lo necesito – respondió sin siquiera pensarlo un segundo. Así de seguro estaba de su respuesta –
- A veces solo necesitas dejar que alguien entre a tu espacio personal para lograr grandes cambios Ryuuzaki, solo así podremos salir de esta situación
- Ya te di mi respuesta, deberías comenzar a sacar esa idea de tu sistema
- Ni siquiera puedo sacarte de mi mente… estas siempre en mis pensamientos ¿no lo entiendes?
- Piensas en mí porque soy la principal persona que puede detenerte a ti y a tus desquiciados planes de un nuevo mundo
- No es así Ryuuzaki. Estoy loco por ti
- Ya estabas loco antes de conocerme. Solo un orate podría pensar en las cosas que piensas tú
- No es eso. Estoy enamorado de ti
- Sigues una ilusión Light-kun
- Entonces eso te hace irreal
- No soy a quien sigues sino al poder exterminar a quien se meta en tu camino
- No sigo el poder, solo lo estoy usando
- Estas equivocado. Cuando se pierde el control sobre algo, no eres tú quien lo usa sino todo lo contrario. En síntesis, el poder te está usando a ti
- El equivocado eres tú Ryuuzaki, las cosas no son como las estas diciendo. Aún tengo pleno control del poder que me permite ser Kira, de eso no tengo ninguna duda. De lo que no tengo control en este momento es…
- De mí – complementó el joven –. Pero creo que debes hacerte a la idea que no voy a aceptar lo que me pides, no me voy a poner de tu lado así me lo pidas millones de veces seguidas. No lo voy a hacer – hizo ahínco en cada una de las palaras que conformaban la frase para dejar en claro de una vez por todas su decisión. Decisión que el castaño estaba reacio a tomar en cuenta – Si he de morir por seguir mis ideales entonces que así sea, pero no voy a traicionar mis creencias, ni el juramento que hice que al comenzar este caso: atraparé a Kira sin importar lo que suceda
- Pero morirás Ryuuzaki y no quiero verte morir – dijo el castaño tomando una vez más al pelinegro por los hombros y sacudiéndolo con violencia como si de esa manera pudiera hacerle entender sus razones –
- Entonces no estés presente cuando suceda
- No quiero perderte
- No puedes perder lo que nunca has tenido Light-kun
El universitario no encontró que hacer ni que decir. Todas sus palabras se quedaron atoradas en su garganta, imposibilitadas de salir por la impresión que ocasionaron aquellas palabras en su ser. Pero tan pronto como llegó la impresión también se fue pues el muchacho recordó lo que el detective había murmurado momentos antes, lo que el pelinegro pensó que el castaño no había escuchado. Se sintió aliviado.
- Eso es mentira Ryuuzaki y lo sabes porque dentro de ti sabes que también…
- ¡BASTA LIGHT-KUN! – explotó el muchacho de repente deshaciendo el agarre del menor con violencia y se alejaba de él – Te dije más de una vez que no hablaras de sentimientos porque entre nosotros el único sentimiento que puede existir es el odio
- ¡NO! Yo te quiero Ryuuzaki, te quiero de verdad – mencionó mientras se acercaba al detective nuevamente sin temor a las represalias que pudiese tomar el mayor contra suya como ya lo había hecho minutos antes – A pesar de todo lo que ha pasado, ese cariño hacia ti nació en mí y creció tanto hasta convertirse en…
- Te nominaré al Oscar, aunque no creo que lo permitan cuando el nominado es un prisionero
- Ryuuza…
- Se acabaron tus diez minutos –dijo comenzando a caminar hacia la salida –
- Ryuuzaki espera un momento – comentó el muchacho tomando del brazo al mayor cuando éste pasó a su lado –
Con un rápido y fuerte movimiento se deshizo del agarre del joven y siguió caminando sin mirar atrás ni una vez
- Nos vemos en el infierno Light-kun – finalizó el joven antes de cerrar la puerta tras de sí –
- Ryuuzaki me estas obligando a hacerlo… tú… – dijo para sí mientras estrellaba furiosamente su puño fuertemente cerrado contra la pared más cercana. Sin perder más tiempo se dispuso a buscar un lápiz y al hallarlo luego de unos segundos de búsqueda lo empuñó con fuerza en su mano al punto de lastimarse a sí mismo – quiere decir que no hay otra salida ¿cierto?




Notas finales: De seguro están recordándose hasta del primer dinosaurio de mi familia ¿verdad? ^^U tan lindos… ¡NO LO HAGAN! Los dinosaurios ni mi familia tienen la culpa. Pero es que si no subía capítulo ustedes estarían… estarían… no se como estarían en realidad. Les subí éste ahora para tranquilizarles un poco el alma y
R: estoy vivo
K: si, mi amor, estas vivo pero… me interrumpiste otra vez ^.^U
R: estoy vivo, no me mataste
K: te dije que yo no podría matarte porque te amo demasiado. Pero… ¿Porque te tardaste hasta ahora para hacer pública tu aparición y tu opinión acerca de tu no-muerte?
R: estaba en shock. Además no me dejaste hablar el capítulo pasado ¬¬’
K: jejeje es que estaba medio apuradita. Gomen nasai. Pero, regresando al tema, eso te demuestra que te quiero mucho y que no soy capaz de hacerte daño y mucho menos de matarte como creíste q lo hice
R: pero es que todo indicaba lo contrario
K: te dejaste llevar por lo que Light te decía, eso me dolió, que confiaras más en él que en mi T^T
R: bueno él es mi pareja después de todo
K: pero yo soy quien decide tu futuro en la historia ^.^##
R: *abraza a K* nunca debí desconfiar de ti ni un solo momento ^w^U
K: así me gusta. Epa… ¿y Light?
R: esta descansando ^///^
K: ¿descansando? ¿A estas horas? Q raro *mira a Ryuuzaki todo sonrojado* ¿Más o menos como xq estas quitándole el color a un tomate?
R: ^///^U es q… cuando me enteré en el capítulo pasado que me habías matado quise aprovechar mis últimos momentos en la historia y aprovecharlos… de la mejor manera posible
K: =O >=9 XD way to go Ryuuzaki! Fueron días de suke para ambos ¿verdad?
R: ehhh si ^///^U
K: yuju!!!! XD
Light: ¿de q te estas riendo?
K: de nada XD *pensando: de ti imbécil, de ti X’D* deeeee nada
Light: ¬¬u
K: *un poquito más calmada pero con una graaaan sonrisa en su rostro =D* bueno, espero que les haya gustado el capítulo de hoy. El próximo será el capítulo final. En este capítulo, en medio de la discusión de la justicia q tuvieron los dos galanes aquí presentes, tuve que darle la razón a Light en eso que la justicia humana tarda en llegar y es más ciega que el carajo pero también mi L tiene razón al decir que nadie tiene el derecho de quitarle la vida a nadie, así sea por venganza. No se que pensaran ustedes al respecto. El tema me dejó pensando largo rato *suspira* En fin, agradecería que me dijeran que les pareció, al menos un tomatazo (mentira ^^ aunque igual si me quieren lanzar una ensalada entera son libres de hacerlo) y a ver si dejo de correr porque el amigo Seyketo desde el capítulo anterior me tiene bajo amenaza de muerte y estoy corre que corre jejeje (I love u Sei! chu)
Light: ojala te alcance
K: Busca tu muerte natural Light-KUN. En fin, nos vemos lueguin ok? ja ne! =3

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).