A pesar de las protestas del pelinegro, Zoro ayud a conseguirla. Irnicamente los monstruos del lugar, resultaron ser deliciosas a fuego lento. En ese momento, Kan se dio cuenta de la fuerza de esos dos. Luffy era de esas personas que no aparentan ser poderosos y menos con su actitud infantil como su cara de idiota. Inclusive, se lleg a preguntar el porqu el espadachn se haba enamorado de alguien as, unos das de convivencia fueron suficientes para darse cuenta. Luffy era una persona nica en todos los sentidos, de gran valor como de corazn.
Cada vez que iban a cazar, el pelinegro tomaba de la mano a Zoro, sin soltarlo para nada, no ms cuando era realmente necesario. Tambin le gustaba robarle besos al peliverde cuando este se encontraba distrado, recibiendo como respuesta puetazos en su cara por parte de su nakama. Zoro al contrario de Luffy, era ms reservado en mostrar sus sentimientos; el pelinegro era el primer novio y la nica persona que lo haba conquistado, por lo mismo, desplayes de afecto del chico haca l enfrente de otras personas le apenaba demasiado, provocando lo ms lgico de su parte, reacciones agresivas. An le falta tiempo para acostumbrarse a ser abrazado, besado y dems que su capitn quisiera darle. Aunque para su desgracia, Luffy era de aquellas personas que no les importaba demostrar sus sentimientos en pblico.
Cuatro das haban pasado desde su llegada a la isla y como haba predicho el rubio, los efectos del agua eran cada vez menores. El tiempo de Zoro se redujo a dos horas al contrario de Kan quien duraba cinco, a pesar de que ambos casi tenan el mismo tiempo de haber obtenido el agua en sus cuerpos, haba una gran discrepancia entre la duracin. Kan le dijo que se deba a cuan tan mortal era la herida; al saber del ataque de la planta al espadachn, el rubio fcilmente pudo darse idea. El peliverde estaba envenenado. Aunque para la sorpresa del rubio, el chico sobrevivi demasiado; segn sus pocos conocimientos, ese monstruo tena uno de los venenos ms mortales, al tal grado como para morir en segundos. An as Zoro segua vivo.
Despus de una gran discusin entre los recientes novios, en los que intervena el dejar a cierto espadachn en la subcueva; Luffy gan, con ayuda de Kan. El estado de Zoro les causara problemas para conseguir comida y si no poda conseguir la comida en menos de dos horas, el peliverde sufrira las consecuencias, algo que al pelinegro no le pareca en absoluto. Aunque a Zoro no le agradaba verse dbil ni intil ante nada, se resign, aunque no le gustaba admitirlo ambos tenan demasiada razn como para contradecirlos. As la discusin termin.
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Al dejar a un peliverde malhumorado en la subcueva, Kan y Luffy recorrieron la cueva en busca de ms comida, curiosamente, los monstruos desaparecieron. Sin poder encontrar nada, los chicos estaban a punto de regresar cuando encontraron un nuevo camino.
“Huh?” Kan sorprendi al ver el nuevo sendero.
No dur mucho su asombro cuando el pelinegro sin dudarlo fue a explorarlo.
“Oi! Luffy…Espera!”
El otro hombre no hizo caso y con una gran sonrisa sigui su rumbo.
Al llegar al final, los dos se toparon con un risco. El mar golpeaba contra la roca mientras la brisa soplaba finamente, una maravillosa vista, si no fuera por un escenario no tan pintoresco. En el borde, se encontraban unos pilares de roca con grilletes en cada lado, los cuales tenan pedazos de brazos, ya esquelticos por el tiempo, sangre seca embarrada tanto en el suelo como en el metal y la misma roca. Tal sitio era.
La sonrisa de Luffy decay inmediatamente ante tal escenario. Observ en silencio el lugar sin creer lo que vea.
“Creo…que esto es a lo que llaman…” Kan se acerc a los pilares. “El altar”
“Altar?” Luffy repiti. “Conoces ste lugar?”
“No” dijo sin mirarlo. “Cuando me capturaron…” se volte al pelinegro quien lo vea seriamente. “Escuch a alguien decir sobre un altar, con tres pilares, en donde se encadenaba al maldito hombre-b con su monstruoso fruto”
El silencio inund el ambiente.
“Hombre-b?” Luffy inquiri, no con su usual idiotismo.
Kan suspir pesadamente.
“No me sorprende que no sepas” Se sob la sien. “En fin, un hombre-b es una nueva raza…no, ms bien un nuevo sexo” Luffy le mir un poco confuso. “Sabes qu las mujeres pueden dar a luz, no?” Luffy asinti. “Y los hombres no, verdad?” De nuevo asegur. “Bueno, el hombre-b es… es un hombre que puede dar a luz como la mujer, nace con esa habilidad y Zoro es uno, como yo”
Nuevamente un gran silencio se dio, Luffy estaba atnito ante la revelacin.
“Qui…” trat de hablar. “Quieres decir que…Zoro…Zoro…puede…”
“Embarazarse? S” dijo simplonamente.
“Y t tambin!” Le seal con el dedo an sorprendido.
“S, porque soy hombre-b, por lo mismo fui capturado”
“Nah?”…ah cierto, ya me habas dicho eso” Su cara pareca estar intentando armar los nudos sueltos. “No entiendo, por qu capturaron por ser hombre-b” confusin total.
Kan aturdi.
“No te da asco, no sientes qu es algo horrible, monstruoso?”
El capitn parpade, luego sonri.
“Nop, se me hace genial y me encanta que Zoro lo sea, eso quiere decir que podremos tener hijos” su cara se ilumin de emocin.
El rubio al ver el jbilo del chico, no podo evitar sonrer, por primera vez conoca a un hombre que al saber que era hombre-b, reaccionara de una manera positiva, de cierta forma senta envidia de Zoro, el pelinegro era un novio de ensueo. An as, senta alegra por el peliverde, por lo menos no tendra que lidiar con el rechazo por parte de la persona que quieres.
El bailar de emocin Luffy detuvo en seco, repentinamente su semblante se torn oscuro y serio.
“Cuando dijiste que en este altar…” su voz fue seca. “Eran hombres-b emb…”
“Embarazados” le cort la palabra. “As es”
Luffy enfureci como al mismo tiempo sorprendi.
“QU…?!” Bram, su mirada recay en los restos de la pintoresca escena.
El ambiente se torn pesado.
“Cmo pudieron!… Quines eran? Por qu demonios lo hicieron?!” Luffy estaba furioso.
Kan sorprendi al verlo as, nunca antes haba visto a alguien tan enojado al saber de estas atrocidades.
“Se hacen llamar Bmisia Klan” su voz se torn amarga. “Su misin en la vida es exterminar a todos los hombres-b del mundo, porque para ellos somos una monstruosidad, un error de la naturaleza que nunca debi existir ni merece vivir”
El pelinegro sinti como su garganta se cerraba ante lo mencionado.
“Ellos…fueron los que te lastimaron, no?”
“Ms bien queran matarme…” su vista recay al suelo. “Si no fuera por Zoro, ya estara muerto”
“Qu fue lo qu pas?”
Curiosamente el rubio comprenda el completo requerimiento del otro chico. Luffy quera saber cmo fue qu lo capturaron y a la vez, el saber de ese clan.
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“…Cuando unos piratas derrotaron a la tripulacin en donde yo estaba, decid dejar de ser pirata y regresar con mi hermano a mi pueblo natal. El problema era que una endemoniada mujer nos haba robado todos los tesoros que habamos conseguido. Tuve que quedarme en el pueblo a trabajar para conseguir dinero para irme. En mi tiempo en el pueblo, lleg un clan llamado Bmisia Klan. Yo no saba nada de ellos hasta su llegada.
Comenzaron hacer daos al pueblo y decan que no lastimaran a nadie, si entregaban a todos los hombres-b de ah. Al principio nadie dijo nada, pero tan pronto empezaron hacer ms destrozos y lastimar a gente inocente, el miedo los embarg, de inmediato los entregaron; lastimando a sus propios residentes s estos intentaban protegerlos. Varias parejas fueron separadas, hijos, sobrinos, inclusive embarazados. Todos fueron dados, a excepcin ma; nadie saba que yo era un hombre-b.
Nadie intentara salvarlos, eran sacrificios para salvar a la dems gente inocente, y qu con ellos! Tambin son vctimas, an as, no les importaba. Al ver que ninguno movera ni un dedo, decid ser yo quien rescatara a esa pobre gente.
Al principio consegu liberarlos, varios de ellos eran dbiles; sin embargo, no contaba con su arma secreta. Yen Zoku, el ms cruel de los asesinos, con una recompensa de ms de 100 millones de Beris. Al verlo me qued petrificado, uno de los hombres ms peligrosos del mundo era parte de ese clan y estaba ah enfrente de m. Desde ese momento saba que morira. Sin saber cmo, todo a m alrededor se torn negro, varios gritos se escucharon y luego perd conciencia.
Cuando despert me encontr dentro de un barco, a m alrededor, estaban todas las personas que haba intentado salvar, gran hroe fui, al final result capturado como ellos. Todos se encontraban lastimados, tanto los nios como los embarazados, uno se sent a mi lado; me agradeci por haber intentado salvarlos y lamentaba que ahora estaba en su misma situacin, cuando intent hablar uno de ellos comenz a gritar despavorido. Maldeca ser hombre-b, de mi debilidad, porque si no fuera as los hubiera salvado y no estaran ahora aqu, se ech a llorar, varias veces deca que una muerte horrible nos esperaba en Saint Island. Al escuchar el nombre no pude evitar preguntar por todo. Varios me explicaron a detalle.
Quienes nos haban capturado era un grupo de anti-b’s extremistas, quienes crean que la raza humana deba perdurar como fue creada en un principio, con los sexos normales hombre y mujer, en donde el hombre-b no tena razn de existir y por lo mismo deba ser eliminado. Eso sera el Bmisia Klan, su nombre significa Clan que odia a los hombres-b. Pronto se convirtieron en crueles asesinos, cazndonos por todo el mundo. Quien cayera en sus manos hubiera deseado estar muerto, sera an mejor que la espantosa muerte en sus garras. Si eras hombre-b odiaras serlo, porque para ellos un monstruo es un monstruo, no importa quin seas ni siquiera tu edad.
Cuando me dijeron eso, no poda creerlo, como poda alguien ser tan cruel. Sin embargo, al verlos poda darme cuenta en sus caras la realidad, era posible y en ese instante lo estaba viviendo. Saint Island era uno de los muchos lugares de tormentos del Bmisia Klan.
Nuevamente se me acerc el joven, con lgrimas en sus ojos me deca que tena mucha ilusin de ver a su hijo nacer, al fin tendra la familia que nunca tuvo, l y su dameyo seran padres, su hijo crecera, vivira, no pudo terminar cuando solt el llanto por completo, no saba que decirle, al voltear a ver a todos, en sus caras se vea el miedo, el dolor, la impotencia, algunos lloraban mientras otros solamente vean el suelo perdidos en sus pensamientos. Intent consolarlo, no poda hacer ms. Comenc a pensar en m mismo, morira as de una manera horrenda, sin poder regresar a mi hogar, sin poder despedirme de mi hermano…el tiempo de llegada se torn en las horas ms largas de mi vida.
Al llegar, nos separaron, trat de lucha nuevamente; sin embargo, Yen Zoku se encontraba ah, me golpe tan fuerte que casi perda de nuevo la conciencia, tom al joven que estuvo a mi lado y ro diciendo que l sera para el altar, otros agarraron a los dems embarazados, otro grupo agarr a los nios y los restantes fuimos llevados a una cueva. Ah nos esposaron a los grilletes en las paredes, varios fueron acuchillados por los integrantes, yo recib una apualada, en el estmago, luego riendo se fueron diciendo que disfrutramos del festn. No comprend hasta or el grito de uno, un monstruo baj del techo, pareca ser como una tarntula con alguna mezcla extraa, era enorme, se acerc a quien estaba gritando y sin esperar ms, comenz a devorarlo vivo. La espeluznante escena no termin cuando de pronto ms criaturas llegaron para alimentarse de nosotros…no s porque, si fue suerte o no, fui el nico a quien no tocaron; ramos suficiente como para llenar a las criaturas, quizs eso fue, an as, la imagen qued pasmada en mi mente como los gritos de aquellos hombres-b. Con el tiempo, la prdida de sangre me llev a desmayarme, por suerte ma, se sera devorado al ltimo, no sentira en dolor. Nuevamente la negrura nubl mi vista.
Una voz fue quien me llev a despertar…una voz que no conoca ni se me haca familiar…”
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“…Fue ah cuando Zoro me encontr”
El relato de Kan termin en un gran y profundo silencio. La mirada de Luffy era un gran mar de caos, muchos sentimientos encontrados queriendo salir en ese mismo momento.
“Esos…” la voz se escuch rasposa. “Esos…malditos…esos HIJOS DE PUTA! MALDITOS PERROS!” La furia del pelinegro incrementaba a cada instante, ni siquiera las groseras poda decir el tremendo odio que senta en esos momentos. “C”MO SE ATREVEN!” Continuaba preguntndose, tal ser poda existir, tan malvado, lo peor era la respuesta…S.
“Lu…”
“C”MO DEMONIOS SE ATREVEN A MATAR A GENTE INOCENTE!!!” Bram a todo pulmn, intentado sacar su furia.
“Luffy…”
Por un instante Kan se haba arrepentido de contar aquella historia. El ver semejante furia en aquel risueo chico, no le agradaba. Si bien agradeca ver a alguien quien le importara, no deseaba amargar ese corazn tan noble.
“Luffy tranqu…” no termin la frase cuando el otro hombre se acerc a los pilares.
“Gomu Gomu no…” comenz hablar, sus dientes apretados fuertemente. “…GATLING GUN!!”
El ataque de Luffy fue tan inmenso, poderoso, en segundos destruy los tres sangrientos pilares ante la sorpresa del rubio. El hecho mismo se convirti en sublime, el ver caer semejantes rocas en donde se llevaba una de las ms crueles torturas sobre ellos. Kan sinti un alivio al ver las rocas caer al mar, para l, significo la liberacin de aquellas pobres almas que perecieron, como los pequeos entes quienes nunca lograron ver el mundo.
“…Luffy…” su voz fue entrecortada. Un pequeo sollozo ahogado se escuch, sin poder evitarlo. Se acerc al pelinegro y lo abraz. “Gracias” dijo en un susurro.
“Nah?” Ante aquella repentina accin, Luffy aturdi olvidando por un instante su gran enfado. “Gracias?” repiti perplejo. “Por qu?”
“Por ser un gran hombre” su voz apenas era audible. Una diminuta lgrima se derram por su mejilla, al limpiarla se incorpor. “Perdn no pude evitarlo” un leve rubor se mostr en su rostro. “Sabes, no puedo evitar sentir una gran envida por Zoro” sonri.
Luffy estaba en confusin total.
“Ser mejor irnos”
El cambi de tema extrao al capitn quien an no comprenda que haba pasado.
“No es bueno dejar a Zoro solo por tanto tiempo, no crees?” le sonri nuevamente.
“Nah?” no comprenda. Sin embargo la mencin de Zoro le bast para preocuparse por l. “Cierto! Regresemos con Zoro”
Sin perder tiempo Luffy camin hacia la entrada por donde haban llegado. Atrs de l Kan lo segua. Antes de irse, el rubio volte a ver las ruinas del que una vez fue el Altar
Recuerdos regresaban a su mente al recordar las escenas que presencio en este lugar, las memorias de cmo eran asesinados aquellos hombres quienes simplemente haban cometido el pecado de dar vida; no quera imaginarlas, era demasiado para l, por lo mismo, decidi omitir esa parte en su relato, era demasiado atroz como para mencionarlo y si Luffy se haba comportado as con la muerte de ellos al ser devorados…como hubiera reaccionado al contarle con exactitud lo que se llevaba a cabo en aquellos pilares. No, jams lo mencionara, sera un secreto enterrado en las profundidades del mar como en su mente. Si sala con vida, muchas pesadillas llegaran a l.
“Kan?!” La voz de Luffy lo sac de sus pensamientos. “Qu esperas, vmonos!”
“S…ya voy”
Volte a ver por ltimo el lugar, una sonrisa se mostr en su rostro, al fin se acab el el altar, suspir pesadamente y al or nuevamente la voz del pelinegro, comenz a caminar hacia l.
Ambos, se perdieron en la oscuridad de la cueva…
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En la orilla de la isla, un barco desembarca, varios jvenes son tirados al suelo fuertemente, entre ellos uno se encontraba en estado
“MEVANSE ENGENDROS!” La voz era recia, prominente.
Al voltear a ver a quien le perteneca, el hombre los mir de reojo con desprecio. Su cuerpo era enorme, muscular, de piel morena, cabellera castaa larga, despeinada y en su sonrisa, uno enormes caninos se mostraban sin pudor, sus ojos eran de un color carmes dando una mirada demoniaca. Su vestimenta solamente era un pantaln de piel, varios cinturones cubran su pecho, los cuales servan para soportar su pesada arma, un mandoble Su sola figura era imperiosa.
Pate a varios al verlos no reaccionar y agarr al chico quien pareca estar en su sptimo mes. Su fuerza fue tan grande que le disloc el brazo. El joven se quej ante el dolor para ser silenciado al sentir como parte de su cara era cortado por un cuchillo. El miedo lo petrifico. De nuevo fue aventado contra los dems quienes intentaron socorrerlo. La gruesa risa llen el ambiente.
“Imbciles, debera matarlos ahora” dijo mientras lamia la sangre de la hoja del cuchillo.
“Oi Zoku!” otra voz llam atrs de l. “Eso no es parte del trato” el hombre era delgado, traa lentes oscuros, cabello corto negro recogido para atrs y una toga del mismo color. “Si haces eso, estas aberraciones no tendrn el castigo que merecen” Se acerc a l. “Ya vers, cuando lleguemos al Altar el verdadero castigo ser impuesto y lo disfrutars tanto como yo”
Ambos rieron malvadamente mientras los otros jvenes se retorcan del terror.
“Oi!”
Los hombres atendieron a la extraa voz. Al ver hacia donde provena, sorprendieron al ver a un joven hombre, de tres katanas y de un color de cabello singular.
“Quin demonios son?” La voz del nuevo hombre se escuch amenazante. “Y qu van hacer con esas personas?”
Ms tripulantes llegaron hacia ellos. Sin embargo, el hombre de negro los detuvo.
“Es de mala educacin preguntar el nombre de alguien sin presentarse primero” dijo sardnicamente.
El otro hombre guard silencio analizando la situacin, luego habl.
“Mi nombre es Zoro…Roronoa Zoro”
“Zoku es uno de ellos?” el hombre inquiri.
El gigante hombre comenz a oler, luego sonri triunfante.
“Exactamente” comenz a rer.
“Con que es uno, hmmm” se arregl los lentes.
Zoro los observ perspicaz.
“Lamento no presentarme” dio unos pasos al frente. “Mi nombre es William G. Gordon” sonri cnicamente. “Lder y castigador del…” un silencio inund el ambiente. “Bmisia Klan”
Una sonrisa torcida fue suficiente para saber que en unos segundos… habra problemas.