Tras veinte minutos de partido, Naruto empezó a pensar seriamente en retirarse. Nada estaba saliendo como lo había planeado. Lo que al principio pensó que sería divertido, ¡se estaba convirtiendo en una tortura! El marcador iba cuatro a ocho a favor del menor, y éste no dejaba de picarle por ello. ¿Pero cómo demonios se iba a concentrar en el partido teniendo el cuerpo sudado de Sasuke rozándose con él a cada movimiento? Cada vez que le tocada para robarle la pelota, cada vez que se acercaba para bloquearle un tiro… ¡Por Kami! Su cuerpo reaccionaba casi instintivamente…
- No pensé que fueras tan malo en deportes, dobe – dijo Sasuke con una mueca de superioridad tras marcar su noveno punto. – Esto está resultando más fácil que quitarle un dulce a un niño.
Naruto sintió crecer una venita en su sien en cuanto escuchó lo dicho por menor. ¿Que no entendía que si estaba jugando tan patéticamente era por el esfuerzo que tenía que hacer para no saltarle encima y violárselo? Ya le gustaría verle a él en su misma situación… ¡Un momento! Eso era, ya sabía lo que tenía que hacer. Esbozó una sonrisa perversa. A ver cómo se desenvolvía el teme en "su misma situación"…
- Oe, dobe… ¿me estas escuchando? – Sasuke arrugó el entrecejo en una mueca de disgusto. Nada había que le disgustase tanto como el que lo ignorasen, y Naruto no le hacía caso desde hacía un buen rato.
Naruto levantó la vista y la fijó directamente en los ojos del centro de sus pensamientos. La mirada era tan intensa, tan azul, que Sasuke se quedó por un momento paralizado. Algo en definitiva había cambiado. No sabría descifrar el mensaje que le intentaban transmitir, pero se sintió algo inquieto por dentro. Esa mirada le ponía sumamente nervioso.
- ¿Na.. Naruto? – dijo algo dudoso.
- Vamos a "jugar", Sasuke… - dijo Naruto con un tono seductor. – Sólo te falta un punto. – Le lanzó la pelota para que sacase el menor. – ¿No querías ganar? Demuéstrame lo "bueno" que eres.
Sasuke cogió la pelota un tanto inquieto. ¿A qué venía lo todo lo dicho por el rubio? No le encontró sentido a nada. ¿Ya no estaban compitiendo? Sacudió su cabeza para quitarse el aturdimiento de encima y se encogió de hombros en un movimiento involuntario. Estaba bien, si el usuratonkachi ese quería perder no era su problema.
Se puso en movimiento botando el balón. Sólo tenía esquivar al rubio y meter canasta. Cuando llegó al lado del mayor intentó engañarle con una finta, pero al no lograr su objetivo, le dio la espalda protegiendo la pelota e intentando ganar tiempo. Intentara lo que intentara no sería fácil puesto que el rubio, aun a pesar de su desafortunado juego hasta el momento, era rápido en reflejos e interceptando tiros. Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que el mayor se había ido acercando hasta que lo tuvo pegado a su espalda.
“Pero qué demonios…” pensó Sasuke totalmente desconcertado.
Naruto había pegado su cuerpo al del peliazul, de modo que su pecho y la espalda del menor estaban totalmente en contacto. Ladeó su cara lentamente hasta situarla por encima del hombro derecho del otro, dejando que su aliento chocara suavemente en su nuca durante el proceso. Una vez situado donde quería, respiró sobre la oreja del menor, dejando escapar el aire caliente sobre el cuello de éste. Notó cómo el cuerpo debajo del suyo se estremecía al tiempo que el menor dejaba escapar un suspiro entrecortado de sus labios, y no pudo sino esbozar una sonrisa, satisfecho por el resultado.
Sasuke dejó escapar la pelota de entre sus manos por la sorpresa. ¿Qué se supone que estaba pasando aquí? Notaba perfectamente su cuerpo pegado al de Naruto, y sintió sus mejillas sonrojarse cuando notó el aliento cálido del otro sobre su nuca y su cuello.
- ¿Qué… qué estás haciendo? – dijo lo más claramente que pudo, intentando aparentar indiferencia.
Naruto siguió con lo suyo sin hacerle caso al reclamo del menor. Se acercó aun más al cuerpo cálido de Sasuke, y mientras posaba sus manos en las caderas del menor, rozaba su nariz con el cuello de este, respirando profundamente para llenarse del delicioso olor que emanaba el peliazul.
- ¿Sabes, Sasu? – dijo en un susurro mientras empezaba a lamer el delicado cuello bajo su merced, - En realidad soy muy bueno en deportes. – Posó sus labios en la piel fina del menor, y fue dejando un recorrido de pequeños y húmedos besos desde la base del cuello hasta la oreja. - Te puedo asegurar que soy realmente "bueno" en "ciertos deportes"…
Naruto atrapó entre sus labios el lóbulo de la oreja del menor y empezó a succionar y jugar con él con su lengua, mientras que sus manos empezaron a recorrer la cintura del peliazul, colándose una de ellas bajo la camiseta, mientras la otra mantenía bien sujeto al menor para que no se moviera, empezando a palpar la blanca piel bajo esta. Recorrió con su mano el vientre del menor, subiendo por su abdomen hasta encontrarse con uno de los pezones, pellizcándolo para darle mayor placer al menor.
Sasuke gemía quedamente mientras espasmos de placer recorrían todo su cuerpo. Se hallaba completamente atrapado bajo las manos del rubio, y aunque hubiera querido apartarse, no hubiera podido. Había ladeado su cuello hacía la izquierda dejando más espacio a los labios de Naruto, dejando sus manos inertes a ambos lados de su cuerpo, sin intentar siquiera pararle. Sentía claramente cómo las manos del mayor se movían sobre su cuerpo, dándole un placer como no había sentido nunca en su vida.
- ¡Ahhh!… - gimió más alto cuando notó cómo Naruto le masajeaba los pezones. – … Mmm… Ahhh… - Dejó caer la cabeza hacia atrás apoyándose en el hombro del rubio, dejando su cuerpo totalmente a merced de éste.
Naruto sitió cómo lo que le quedaba de cordura se iba cuando Sasuke se apoyó sobre él, dejándole hacer lo que quisiera. Bajó ambas manos hacia las piernas del menor, y se las empezó a acariciar por encima del pantalón, mientras pegaba aun más sus caderas a las de Sasuke, rozando su ya más que despierta entrepierna contra el trasero del menor. Le separó las piernas al peliazul sin ningún esfuerzo, y empezó a acariciarle los muslos por su cara interna ascendiendo cada vez más, mientras seguía dejando húmedos besos en toda la parte derecha del rostro y cuello de Sasuke que estaba a su alcance, siempre con cuidado de no dejarle marcas.
- Ahhh… Na… ahh… Naru… - Sasuke intentó llamar la atención de Naruto en cuanto sintió que éste acercaba sus manos a su entrepierna, - … mmm… Naruto… no… ahh…
- ¿Qué... qué pasa… ahh… Sasu? – habó entrecortadamente Naruto. Había iniciado un vaivén con sus caderas restregando su hombría contra el trasero de Sasuke. El menor había entendido perfectamente lo que quería, y ambos se hallaban restregando sus cuerpos, con movimientos de arriba a abajo que los volvían locos de placer.
- Naruto… espe… ahh… espera… - Sasuke posó sus manos encima de las de Naruto, intentando parar el recorrido de estas. Mas sus fuerzas eran apenas nulas en esos momentos, por lo que estas seguían ascendiendo acercándose cada vez más a la entrepierna del menor. – No, Naruto… ahh… por favor… espe… ahh… espera…
El menor seguía intentando detener las acciones del rubio entre gemidos, mientras sentía como los labios de Naruto le acariciaban su cuello. En un momento dado sitió como la lengua de Naruto se adentraba en su oreja, lamiéndosela por completo mientras le daba suaves mordidas con los dientes. Soltó un gemido más alto que los anteriores por el placer, y dejó de oponer la poca resistencia que ofrecía hasta el momento, dejándose llevar completamente.
En cuanto Naruto sintió a Sasuke relajarse completamente en sus brazos cobró conciencia de lo que estaba haciendo realmente. ¡Por Kami! ¡Estaba metiéndole mano al hermano menor de Itachi! Se apartó rápidamente del cuerpo del menor, haciendo que éste se bamboleara ligeramente por la acción antes de volver a cobrar el equilibrio.
Sasuke miró confundido a los ojos del rubio. ¿Qué estaba pasando? Si hacía solo un segundo habían estado a punto de… se sonrojó sólo de pensarlo… y ahora le apartaba como si su tacto le quemase. ¿Acaso había hecho algo mal? El rubio parecía haber disfrutado mucho de todo lo que habían hecho. Es más, el bulto bajo sus pantalones confirmaba que había disfrutado más de la cuenta de todo eso. Entonces, ¿dónde estaba el problema? No entendía nada.
Naruto sentía la mirada confundida de Sasuke sobre sí, pidiéndole una explicación que él no podía darle. ¿Qué le iba a decir? ¿Paro porque le prometí al psicópata de tu hermano que no intentaría nada contigo y ahora tengo que cumplir la promesa? ¡Ah! Y encima ya la había roto porque al minuto de haberle prometido eso a Itahi, le estaba metiendo mano al menor. ¡No, claro que no! Si Sasuke se enteraba ya iban a ser dos los que le quisieran matar.
Desvió su vista del menor para no tentarse más. Sasuke seguía respirando entrecortadamente, y eso, junto al hecho de que su ropa estaba algo desarreglada y al bulto que había en sus pantalones, no hacía sino hacerle más deseable a los ojos del rubio. Le estaba empezando a doler horrores su entrepierna.
- Em... esto… Sasuke, me tengo que ir – le dijo esquivando su mirada, - Eh… ¡He quedado! Si, eso, he quedado y llego tarde. Nos vemos, ¿vale? – Naruto habló sin dirigirle la mirada al peliazul en ningún momento. Recogió su sudadera del suelo (se la había quitado antes de iniciar el partido), y se largó a toda prisa.
Sasuke se quedó anonadado por la acción del rubio. Pero qué mierda… ¡Qué mierda había pasado allí! ¡Primero le metía mano sin venir a cuento y luego le dejaba con las ganas! ¿Pero quién se creía el dobe ese para hacerle algo así? ¡Capullo! ¡Ese rubio era un capullo! Capullo, capullo, capullo, capullo…
Recogió la pelota y se dirigió lentamente hacia su habitación, sintiendo cómo la rabia le seguía hirviendo en su interior.
Naruto llegó a su casa con la respiración entrecortada. Había hecho todo el trayecto corriendo con la esperanza de quitarse de la cabeza la imagen de un Sasuke excitado, pero no había funcionado. ¡Maldita sea! Seguía estando con la libido por las nubes. Se dirigió inmediatamente al baño con la idea de despejarse algo lavándose la cara con agua fría, pero seguía teniendo su hombría bien levantada. Se sentó en la taza del inodoro y dejó escapar un suspiro mientras se tomaba la cabeza con las manos. ¡Vaya mierda de día! ¿Cómo demonios podían haberse torcido tanto las cosas?
…l sólo había pretendido poner un tanto nervioso a Sasuke. Cuando se pegó al cuerpo del menor, no pretendió en ningún momento llegar a lo que habían llegado, aunque no podía negar que le había gustado, demasiado. No se arrepentía para nada. La piel tan suave de Sasuke, sus gemidos en su oído, ese cuerpo que se movía acompasado con el suyo… Dirigió sus manos involuntariamente hacia su pene y se empezó a tocar por encima de los pantalones, mientras cerraba los ojos y dejaba que las imágenes de lo pasado minutos atrás invadieran su mente. El cuerpo de Sasuke apoyado completamente en el suyo, sus manos recorriendo toda la extensión de los muslos del menor… Se bajó la cremallera del pantalón e introdujo una mano dentro mientras seguía con la imagen del peliazul excitado en su mente. Sasuke gimiendo mientras se arqueaba, Sasuke frotando su trasero contra su pene en un movimiento exquisito…
- Ahh… - suspiró el rubio mientras se imaginaba todo esto.
Necesitaba más. Elevó sus caderas mientras se bajaba sus pantalones junto con su bóxer y dejaba salir su miembro más que duro. Se la cogió con su mano derecha, mientras empezaba a frotarla de arriba a abajo imaginando lo que habría pasado con Sasuke de no haberse detenido… Sus manos llegando por fin a la entrepierna del peliazul, masturbándosela por encima de la ropa mientras éste gemía de placer en su oído. Sasuke pidiéndole por más, guiándole con sus propias manos por debajo de la ropa, haciendo que Naruto le cogiera el miembro y le masturbara sin ropa de por medio, Naruto bajándole los pantalones al menor y los suyos propios, de modo que su miembro se frotara directamente contra la piel del menor…
- Ahhh… Sasuke… - Naruto frotó su pene más rápido con esa imagen en la mente. Sus movimientos eran más y más frenéticos mientras imaginaba que era el trasero del menor lo que le apretaba el miembro, consiguiendo que con apenas unos cuantos vaivenes más se viniera en su propia mano, acompañado de un largo gemido de placer - … Ahhhhhh….. mmm….
Se frotó un par de veces más el pene acompañado de los últimos vestigios de placer. Se quedó allí sentado un rato intentando recobrar el aliento. Cuando estuvo recuperado, se limpió los restos de semen de sus piernas y manos, y se dirigió a su habitación con la idea de ir a la cama, esperando que una cabezadita le hiciera olvidar la malsana obsesión que estaba teniendo por el hermano pequeño de Itachi. Después de todo, lo que había pasado sólo había sido por un calentón.
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