Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amistad o amor por kiauchiha

[Reviews - 112]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Todos los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.

Gracias por leer! Espero que os guste el capi!
Sasuke estaba mirando la televisión cuando Itachi entró en el salón. Eran las once de la noche, y fuera hacía ya rato que había oscurecido. Había pasado la tarde en su habitación durmiendo e intentando olvidar lo que había pasado con Naruto durante el partido, y después de cenar a eso de las nueve, había decidido pasar el rato enfrente del televisor. Dirigió su vista a su hermano desganadamente, encontrándose con un Itachi bien arreglado para salir.

- ¿Vas a algún lado? – preguntó un tanto sorprendido.

- Hn… los chicos han quedado en ir a Chidori, así que… - se encogió de hombros despreocupadamente.

- ¿Chidori? ¿Qué es eso? ¿No vas a cenar?

Itachi elevó una ceja sorprendido. ¿A qué venían tantas preguntas?

- Chidori es una discoteca. Y no, ya picaré algo por el camino.

- Hn… - hizo un ligero puchero ante el hecho de quedarse sólo un viernes por la noche.

- ¿Qué pasa? – preguntó Itachi.

- Nada – dijo desviando la vista. No iba a obligar a su aniki a quedarse en casa con él. Ya no era un niño al que le tuvieran que cumplir los caprichos.

- Sasuke… - dijo Itachi cogiéndole la barbilla al menor para que le mirase a los ojos. – Dime.

- Es solo que pensé que podíamos pasar la noche juntos – dijo con un ligero sonrojo en sus mejillas. – Pero no te preocupes. Ve con tus amigos y pásatelo bien. – intentó convencer a su aniki. Sabía que si se lo pedía éste se quedaría con él.

- Hn… - dijo Itachi pensativamente. No le gustaba dejar sólo a su ototo, no cuando éste quería su compañía. – Oye, ¿y por qué no te vienes conmigo y los chicos? Ya tienes diecisiete años, así que podrás pasar sin problemas.

- No se… - dijo Sasuke un poco dudoso. - ¿No crees que a tus amigos les importará que vaya yo contigo?

Itachi sonrió burlonamente ante lo dicho por su hermano. ¡Por favor! ¿Alguien oponiéndose a lo que decidiera hacer Uchiha Itachi? Eso era impensable.

- Ve a cambiarte, anda. Te espero en diez minutos.

Sasuke puso los ojos en blanco ante lo dicho por su nii-san. Era sorprendente que tuviera amigos con el ego que se tenía a sí mismo. Aunque desde luego él no era el más indicado para pensar esas cosas, si era en ocasiones incluso más orgulloso que su aniki…

Se desvistió en un santiamén y revisó su armario en busca de algo que ponerse. No estaba seguro de qué tipo de ropa llevaría la gente a esos antros, así que escogió un par de vaqueros medio ajustados a la cintura, y una camisa blanca. Se colocó una chaqueta negra por fuera y se puso algo de colonia en el cuello, cogiendo su billetera al vuelo y bajando corriendo las escaleras, pues sabía que a su aniki no le gustaba esperar a la gente.

Cuando Itachi le vio no puedo evitar sentirse un poco inquieto por su decisión de llevarlo consigo. Su hermano se había puesto muy guapo en esos dos años, y realmente se veía arrebatador con lo que traía puesto. A saber a cuántos y cuántas tendría que sacarle de encima a Sasuke esa noche.

- Ototo, escucha. No quiero que te separes de mí una vez dentro. Si ves que alguien se intenta sobrepasar contigo vienes y me lo dices y yo le…

- Nii-san, no empieces otra vez. – dijo Sasuke con un mohín de disgusto. Se estaba empezando a hartar de esa sobreprotección que ejercía Itachi alrededor suya. – Ya no soy un niño al que tienes que proteger. Sé defenderme solito. Además, ¿qué pasa si yo quiero que alguien se sobrepase conmigo, eh?

- ¡¿Qué?! – a Itachi casi le da un infarto al oír eso. Su ototo no había dicho lo que había dicho, ¿verdad? No, no, no, no…

- Itachi – Sasuke le miró seriamente a los ojos. – Ya tengo diecisiete años, como tú bien has dicho. No soy un niño al que tengas que proteger de todo mal, ¿sabes?

- Sasuke, dime que todavía eres puro y casto como una flor! – dijo Itachi abrazando a su ototo. No podía dejar de pensar en gente haciéndole cosas pervertidas a su lindo hermanito pequeño. ¡Nooooo! Los iba a castrar a todos…

- ¡Nii-san! – Sasuke se sonrojó violentamente ante lo dicho por su hermano. ¿Cómo le podía estar preguntando aquello tan tranquilamente? - ¿Qué clase de pregunta es esa?

- ¿Qué pasa? Es natural hablar de sexo entre hermanos. – le dijo Itachi tan campante. – ¿O es que te has sonrojado por otra cosa? – estrechó sus ojos sospechosamente – No me digas que… - abrió sus ojos por la sorpresa y cogió a su hermano por los hombros - ¡Noooo! ¡No me digas que ya entregaste tu linda flor! ¡Sabía que no tenía que haberte dejado ir estos dos años al extranjero! ¡Te han pervertido! ¡A mi lindo hermanito! – lloraba cascaditas abrazado a su ototo - ¡¡Dime quién fue!! ¡¡¡¡Dímelo que voy a matarle!!!! – y zarandeaba a Sasuke impaciente por su respuesta, con llamitas de ira en sus ojos dispuesto a ir corriendo a casa del culpable con la catana de la familia para castrarte o castrarla.

- ¡¡Nii-san!! ¡Contrólate! – dijo Sasuke medio mareado. – Yo todavía soy… en fin… eso… ¡Y no lo llames linda flor! – se sonrojó sólo de decirlo. Itachi eran tan… ¡él no era una nena! – No tuve pareja cuando estuve fuera, y cómo tú bien sabes antes de eso tampoco, así que… - recordó lo sucedido esa misma tarde con Naruto y no puedo sino volver a sonrojarse. Era lamentable que en sus diecisiete años, las únicas experiencias sexuales que había tenido fueran lo acontecido ese día y las largas sesiones con su manita derecha. Le cayó un aura de depresión sobre su cabeza… a este paso (y con ese hermano, todo hay que decirlo), iba a morir virgen…

- ¡Cómo me alegro, ototo, cómo me alegro! – dijo Itachi con renovadas energías, - Oe… ¿ototo? – preguntó al ver al otro sentado en una esquinita con un aura de depresión rodeándole, - Sasuke, - dijo acercándose y abrazándolo – sabes que el acto sexual hay que hacerlo con una persona especial, ¿verdad? No te tienes que preocupar por eso ahora, ya llegará el día en que…

- No me suertes sermones, nii-san – le replicó el menor con una mirada desafiante en el rostro. – Tú a mi edad eras todo un pervertido. Y no me digas que no, que sé que traías a mucha gente a casa…

- Eh… jejeje, – rió Itachi nerviosamente con un goterón recorriéndole la nuca – pero lo tuyo es diferente ototo…

- Si, – afirmó Sasuke con una mueca lastimera en su rostro – yo soy penoso. Diecisiete años y ni siquiera he dado un beso en la boca… - lo cual era cierto. Aun con lo que había pasado entre el rubio y él, no había recibido ni un sólo beso en sus labios.

- ¡Eh! No digas eso ni en broma – cortó Itachi a su ototo mirándole seriamente. - ¿Sabes qué, Sasuke? Ojalá yo hubiera esperado a alguien especial para dar mi primer beso. Ojalá yo hubiera sido tan paciente como lo estás siendo tú… Así que no digas que eres penoso. Cuando por fin encuentres a esa persona, podrás comprobar por ti mismo que la espera ha valido la pena…

Itachi abrazó más fuerte a su hermano contra sí. Sabía que a los diecisiete uno tenía las hormonas más que revolucionadas, y no quería que por ese motivo su hermano fuera a cometer alguna estupidez. No se perdonaría si por no estar vigilando bien a Sasuke, éste pudiera llegar a hacer algo de lo que se arrepintiera más tarde. Se quedaron un rato más abrazados, cómodos con el gesto.

- ¿Vamos? – preguntó Itachi a su ototo en cuanto se separaron.

- Vamos – contestó éste con una sonrisa. No sabía cómo, pero Itachi siempre conseguía reconfortarlo.

Montaron ambos en el deportivo negro del mayor y se dirigieron al punto de encuentro, la entrada de la discoteca. No tardaron mucho en llegar, puesto que a esas horas (ya pasaban de la medianoche), no había mucho tráfico por la carretera, y aparcaron en un parking cerca del antro. La mayoría de los amigos del Uchiha mayor ya estaban allí, así que se dirigieron directamente hacia el grupo.

- ¡Itachi, llegaste! – gritó un rubio de pelo largo lanzándose a los brazos del mayor y plantándole un beso de película en los labios, mientras Sasuke se apartaba a un lado dejando espacio a la pareja.

El que estaba con su hermano era Deidara, primo del usuratonkachi que tenía su hermano por mejor amigo, y pareja de Itachi desde hacía ya varios años. La cosa había surgido a partir de un verano en que el rubio mayor pasó las vacaciones en casa de Naruto, conociendo a Itachi y, no se sabe muy bien cómo, acabaron ambos de novios. Nadie se esperaba que siguieran juntos tanto tiempo, pero parece que la cosa iba bastante en serio entre ambos.

- Dei – Itachi sonrió a su pareja dándole pequeños besos en los labios, mientras le cogía por la cintura. Hacía unos días que no le veía y le había echado de menos. - ¡Ey! Saluda a mi ototo.

- ¿Sasuke? – Deidara se volvió a verle aun colgado del cuello de su chico. - ¡Sasuke! ¡No sabía que vendrías! El baka de tu aniki no me dijo nada.

Se acercó al menor a pasos rápidos dándole un abrazo. Siempre había apreciado mucho al hermano de Itachi. Era como tener al lado a un Itachi-chibi, salvando las diferencias, por supuesto. Sasuke era mucho más tierno…, y nadie en su sano juicio se atrevería a llamar a Itachi tierno.

- ¡Hay que ver cómo has credido, Sasuke! – dijo Deidara recorriéndole con la mirada de arriba a abajo. – ¡Pero mírate! ¡Si estás guapísimo! – le sonrió coquetamente a su cuñado guiñándole un ojo. – Me parece que hoy van a recibir una paliza más de uno y más de dos… - miró de reojo a su novio, viendo cómo este gruñía frunciendo el ceño – Jajaja… - No pudo evitar reírse del moreno. Era tocar el tema de los pretendientes de Sasuke, y éste se convertía en un demonio vengativo te-voy-a-descuartizar mode on.

Sasuke se sonrojó ante lo dicho por el rubio. Deidara siempre le había tratado como si fuera un adulto más, suponía el menor para caerle bien como novio de su hermano. Y la verdad es que se llevaban de maravillas. Más de una vez y más de dos, le había ayudado a escapar de las sobre restricciones de su aniki. La verdad es que hacían una buena pareja, Deidara conseguía calmar el carácter tan endemoniado que tenía Itachi a veces.

- Hola, Dei-nii – se había acostumbrado a llamarlo así hace tiempo. – Yo también me alegro de verte – le dijo con una sonrisa, y le besó en la mejilla de saludo.

- Jejeje… - rió Deidara al sentir sobre sí la mirada celosa de más de uno ante el beso, - Creo que ya te has hecho famoso, Sasuke… - le dijo al oído al menor para que no pudiera escucharle su aniki. – Ven, vamos, te voy a presentar al resto del grupo.

- Estos son Hidan, Kakuzu, Kiba, Shino, Shikamaru, Konan, Pein, Temari y Tenten. – les presentó a sus amigos mientras éstos iban saludando al peliazul ante la mención de su nombre. – Grupo, éste el Sasuke, el hemano de Itachi. – dijo mientras dirigía una mirada de advertencia a los chicos. A Itachi no iba a gustarle si alguno de sus amigos intentaba sobrepasarse con el menor.

- Hola – saludó Sasuke volviendo a su pose seria. No lo quería admitir, pero se sentía aliviado de que no se hallara cierto rubio en el grupo. No sabría cómo volver a tratarle después de lo de aquella tarde.

- ¿Dónde anda el dobe que todavía no ha llegado? – preguntó Itachi a nadie en particular.

- Me llamó hace un momento – contestó Hidan – Me dijo que ya venía en camino. No debe de tardar mucho ya. – Se volvió hacia Sasuke – Así que tú eres el hermano de Itachi-san. Nunca te había traído, aunque no para de hablar de ti. Os parecéis mucho, la verdad…

- Em… si, la gente lo dice mucho… - contestó el peliazul algo distraído ante la mención de Naruto.

Diez minutos después, rogaba a todos los cielos que el usuratonkachi ese llegase de una vez. ¿Pero de dónde había sacado esa gente su hermano? ¡Cada cual era más extraño! El tal Hidan no había parado de hablarle de un tal Jashin-sama, intentando convencerle de que se convirtiera a su religión… ¿Pero eso era una religión? Por lo que le había contado había pensado en un principio que era una especie de secta que perseguía la exterminación total del mundo… Luego había venido el tal Kakuzu a rescatarlo, pero no había dejado de hablarle sobre la economía del mundo, que tal país le debía tal dinero a tal otro, que si las divisas no se que… ¡Por Kami! ¡Y a él qué le importaba eso!

Luego se acercaron Shikamaru, Kiba y Shino, al parecer estos dos últimos eran pareja porque iban cogidos de la mano, pero la cosa no mejoró. Shikamaru no dejaba de mirar el cielo con aire aburrido, comentando lo relajante que eran las nubes y el cielo… ¿Pero qué nubes ni qué ostias? ¡Si era de noche por amor de Dios! En cuanto a la parejita, Sasuke estaba seguro que una persona muda haría más ruidos que Shino y Kiba, ¿qué ser humano racional se tatuaría un par de triángulos de tales dimensiones en sus mejillas? Y encima no dejaba de hablarle de su perro, Akamari o Akamaru o como fuera que se llamaba, que si hacía tal cosa, que si era más inteligente que no se que otro animal, que si bla, bla, bla… ¡Le iba a estallar la cabeza!

Cuando vio que las chicas se acercaban pensó que serían su salvación. Ellas tenían pinta de ser más normales… ¡Para nada! Tenía que haberlo sospechado. La tal Temari no dejaba de abrazarlo como si fuera un peluche, diciéndole lo mono y lindo que era… Y en cuanto a Tenten… ¡esa chica era un peligro andante! No dejó de aconsejarle sobre qué tipos de patadas, puñetazos y demás golpes eran mejores para cada situación. Según ella, un chico como Sasuke tenía que saber defenderse correctamente… ¡Por Kami! Como hiciera lo que le decía esa chica a cada uno que se le acercase, no dudaba que acabaría en la cárcel por cargos de agresión. Pero eso no era todo, no, de pronto le sacó de su bolsillo un catálogo de toda clase de armas (y cuando decía toda clase quería decir toda clase literalmente), señalándole con el dedo aquellas que por su complexión, el peliazul podría manejar mejor…

En cuanto vió acercarse a Konan y Pein, los dos restantes del grupo, no dudó en irse corriendo hacia donde estaban su aniki y Deidara. ¡No tenía ningún interés en enterarse de vete a saber qué cosas profetizaban los dos que quedaban! ¡Si iba a resultar que el dobe era el más normal de los amigos de su aniki!

Apenas llegó al lado de Itachi cuando los pitidos de un coche llamaron la atención de todos. Al levantar la vista se topó con un deportivo de un llamativo color naranja aparcando al lado del coche de su hermano. ¡Vaya horterada! ¿Quién podía conducir un coche con ese color tan chillón? En cuanto vio salir a Naruto del lado del piloto sitió una gotaza resbalar por su sien. Claro, quién si no el usuratonkachi ese llevaría un coche así...

Abrió los ojos por la sorpresa cuando vio descender por el lado del copiloto a una rubia despampanante. Llevaba un vestido negro ajustado, que junto a los tacones que portaba y la melena suelta ondeando a su espalda, no hacía sino realzar más la buena figura que tenía. Sintió algo revolverse en su tripa cuando vio cómo se colgaba del hombro del dobe mientras ambos se acercaban al grupo. Cerró los ojos por un momento e intentó relajarse. Ese gesto no tenía por qué significar nada, ¿verdad? Podían ser simplemente amigos y haber venido juntos, ¿verdad? No tenía por qué sacar conclusiones precipitadamente… Abrió los ojos de nuevo y deseó no haberlo hecho. Justo en ese momento ambos rubios compartían un beso bastante húmedo frente a todos sus amigos. Desvió la vista inmediatamente y apretó sus puños, notando cómo la extraña sensación de su estómago se iba tornando más y más fuerte…


Naruto había pasado la tarde acostado intentando olvidar lo sucedido ese día. Al levantarse vio que tenía un mensaje en el móvil de Itachi, recordándole que habían quedado todos esa noche para ir a Chidori, la nueva discoteca de moda de la ciudad. “Bien, bien.”, pensó. Eso era justamente lo que necesitaba para despejarse, pasar un buen rato con sus amigos, tener una buena sesión de sexo con su novia, y olvidarse definitivamente de todo lo pasado con Sasuke. Su primera impresión acerca de lo sucedido era sin duda la acertada, sólo tenía las hormonas alteradas. Necesitaba ver a Ino, de veras que lo necesitaba.

Mientras terminaba de arreglarse, se puso un par de vaqueros negros y una camiseta naranja (le encantaba ese color), llamó a su chica para verificar que iba a recogerla, y sin perder tiempo, se puso en marcha.

Llevaba ya más de un año viviendo sólo. A sus veintiún años recién cumplidos, convenció a sus padres para que le dejasen más libertad, arrendando un apartamento cerca de la universidad. Era algo pequeño, pues sólo contaba con un salón con cocina americana incorporada, el dormitorio y un cuarto de baño; pero era justo lo que él necesitaba. Estaba más que orgulloso de su pisito de soltero, como le gustaba llamarlo.

Ino vivía a unos veinte minutos de su casa en coche. Se conocieron en una noche loca, en una fiesta en casa de alguien que conocía a alguien que conocía a algún amigo suyo, en una de esas típicas fiestas en las que no sabes dónde estás pero te da igual. Lo que empezó como un rollo de una noche, fue pasando a salidas más seguidas, hasta llegar a convertirse en pareja formal hace un par de semanas. No podía decir que estuviera loco por ella, pero le divertía estar a su lado y, siendo sinceros, la rubia era buenísima en la cama, así que él no iba a desaprovechar lo que tan fácilmente se le ofrecía.

Ensimismado en sus pensamientos, no tardó nada en llegar a su destino. Detuvo el coche frente a la casa de la rubia y se apeó, dándole un toque al móvil de la chica para avisarle de su llegada. No conocía a los padres de ésta y no tenía el más mínimo interés en que eso cambiara, así que se apoyó en la capota de su coche con las manos en los bolsillos, esperando pacientemente a que su novia saliese. Diez minutos tuvo que esperar hasta que la ojiazul se apareció. Esbozó una sonrisa en cuanto la vio. Ino siempre iba deslumbrante a donde fuera. Estaba realmente guapísima con el vestido que llevaba. Estaba seguro de que muchos le tendrían envidia esa noche por tenerla de pareja.

- Hola, nena – le dijo dándole un ligero beso en la boca. – Estás preciosa.

- Gracias, cariño. – dijo Ino con una sonrisa en los labios. – Tú estás arrebatador, como siempre.

- Ven aquí – y la cogió por la cintura para poder degustar bien esos labios. Notó el sabor del pintalabios que llevaba Ino, e hizo una ligera mueca de disgusto dentro del beso. No le gustaba nada el sabor de los cosméticos. – Vamos ya, que llegamos tarde. – dijo separándose y abriendo la puerta para que subiera su chica.

Puso el coche en marcha y pisó el acelerador a tope, sacando un ruido nada bonito del motor y quemando las llantas con el asfalto.

- Naruto, ten cuidado, por dios – le recriminó Ino mientras le miraba algo sorprendida. – Tampoco llegamos tan tarde. No vayas tan acelerado…

- Hn… - no hizo mucho caso de lo que le decía su novia. Estaba disgustado consigo mismo. Por un instante, durante el beso, no había podido evitar preguntarse cómo sabrían los labios de Sasuke.

“Maldita sea” se recriminó a sí mismo. “Olvídate de eso, Naruto.” Puso toda su atención en la carretera y cogió el móvil para avisar de que ya estaban en camino. Más valía que dejase de hacer el tonto con el tema del peliazul, o si no le iba costar caro.

Cuando llegaron fueron directos a la zona del parking donde aparcaban siempre, pitando el rubio para avisar a su grupo que ya habían llegado. Dejó su coche al lado del de Itachi y, cogiendo a su novia por la cintura para que todos supieran a quién pertenecía tal belleza, se acercó a sus amigos. Durante el trayecto pudo escuchar varios piropos y expresiones, bastante obscenas hay que decir, dirigidas a su acompañante; así que para que quedara totalmente claro, la acercó hacia sí cogiéndola por la nuca y le plantó un beso demandante en la boca delante de su público, satisfecho por los silbidos que escuchó gracias a su acción.

Se separó de los labios de su novia con una sonrisa satisfecha en la cara (era algo obsesivo en cuanto a marcar lo que era suyo), y al dirigir la mirada hacia su grupo de amigos, sintió que se quedaba paralizado en el sitio. ¿Qué demonios hacía Sasuke allí con ellos? Por un momento su mente se quedó en blanco y no supo cómo reaccionar.

“Oh, Kami, dime que esto es una broma” pensó casi en un estado de pánico. ¿Y ahora qué se supone que le diría al menor? “Hola, Sasuke. ¿Qué tal? Por cierto, ¿te he dicho ya que tengo novia pero que aun así te quiero follar?” Maldijo mentalmente a todos los dioses. “Mierda, mierda… ¡Mierda! ¿Por qué cojones tengo tan mala suerte?”

- Oe, Naruto, ¿estás bien? – preguntó Ino algo preocupada. El rubio se había quedado estático en el sitio y no avanzaba. - ¿Por qué estás tan distraído hoy?

- ¿.. Eh? Ino… no, no pasa nada. – dijo recuperándose y volviendo a componer su sonrisa de siempre. – No te preocupes. Vamos, anda.

- Por fin llegas, dobe. – le dijo Itachi en cuanto se acercaron. – Creía que por fin te habrían detenido por conducir esa horterada de coche. – se burló el mayor.

- No le hagas caso, Naru – dijo Deidara dándole un codazo a su novio para que parase sus burlas - Te estábamos esperando.

- Ja, ja. Muy gracioso, Ita, muy gracioso – no pudo evitar mirar a Sasuke de reojo mientras hablaba.

El menor estaba realmente arrebatador con lo que llevaba puesto. “Mierda”, se maldijo otra vez por dentro. Las hormonas se le revolucionaban en cuanto sus ojos entraban en contacto con Sasuke. “Valor, Naruto, valor” se dijo a sí mismo intentando darse ánimos.

– Hola, Sasuke, no esperaba verte aqui. – intentó que sonara lo más amigable que pudo, mientras esperaba ansioso la respuesta del menor. Estaba consciente de que seguía teniendo a su novia pegada contra su cuerpo, y no estaba seguro de cómo reaccionaría el peliazul.

Sasuke elevó sus ojos y los clavó en los azules del rubio. ¿Cómo demonios se atrevía a saludarle como si no hubiera pasado nada entre ellos? Sintió la furia recorrerle las venas del cuerpo. ¡Maldito bastardo! Si tenía novia, ¿qué demonios había sido lo de aquella tarde? Se iba a enterar el muy cabrón. Nadie jugaba con Sasuke Uchiha y se iba de rositas, no señor. Le dirigió la mirada más fría que tenía.

- No es asunto tuyo, dobe – contestó secamente apartándole la mirada. Apenas si podía contener las ganas que tenía de romperle la cara al rubio.

Naruto sintió cómo se oprimía su pecho ante esa respuesta y la mirada helada del menor. La había cagado, la había cagado del todo…

- Vaya, ya sé quién ganó el partido esta tarde, ¿eh? – comentó Itachi al ver esto.

“Así que Sasuke no le ha contado nada a su aniki” suspiró aliviado el rubio. Lo único que le faltaba era sumar un Itachi colérico a su lista de desgracias del día.

- Si, jeje… En fin, ya sabes… - se rascó la nuca el rubio con una sonrisa nerviosa. Tenía que disimular lo mejor posible si no quería que le descubrieran. Ya luego se las apañaría para quedarse a solas con Sasuke e intentar arreglar las cosas.

- Vosotros siempre con lo mismo… - Deidara rodó sus ojos ante lo mencionado por Itachi. Era asombroso como Sasuke conseguía siempre sacar el lado infantil de su primo. – Por cierto, Sasuke, esta es Ino. Y si, todos nos preguntamos cómo es posible que alguien como ella esté con un dobe como Naruto… Jajaja – se rió el Deidara de su propia gracia.

Sasuke sintió revolverse sus tripas cuando Ino le sonrió y le extendió la mano como saludo. A él no le había hecho nada de gracia el comentario del rubio.

- Encantado – dijo el peliazul intentando sonar desinteresado, como si no le importara.

- Sasuke-kun, ¿no me recuerdas? – le dijo Ino animada. – Iba a la misma clase que Sai. Nos presentó él, en la fiesta de cumpleaños de Neji-kun de hace unos años…

Sasuke intentaba hacer memoria según la rubia iba hablando. Que él recordase nunca había visto a esa chica antes… La miró otra vez fijándose mejor en sus fracciones… No, estaba seguro de no haberla visto en su vida. En la fiesta que decía la rubia, la del último cumpleaños de su mejor amigo a la que asistió, no recordaba que el estúpido de Sai le hubiese presentado a ninguna chica así, y ella era de esas chicas que no pasan desapercibidas…

- … si, acuérdate, en un momento de la noche bailamos juntos y alguien te tiró una copa encima y tuviste que ir al baño… - seguía relatando la ojiazul.

Sasuke abrió los ojos sorprendido ante ese comentario. ¡No podía ser! Se acordaba perfectamente de la chica con la que tuvo que bailar casi al final de la fiesta. Sai se la había presentado a comienzos de la velada, y la tuvo pegada durante toda la noche a él como una lapa, hasta que al fin le concedió un baile con la esperanza de quitársela de encima. ¿De veras eran la misma la chica que tenía delante y la de tres años atrás?... Ahora que lo pensaba, seguía teniendo los mismos ojos azules. Recordó que cuando la conoció pensó que eran bonitos, aunque luego el encanto se vio opacado por su desesperante personalidad. No le dejó tranquilo en toda la noche, y al final tuvo que fingir que alguien le tiraba una copa encima (cuando fue él el que se chocó con el otro), para así ir al baño y perderla de vista. “Pues sí que cambia la gente con los años…” pensó para sí. “Desde luego ha mejorado mucho”.

- Si, tienes razón. – respondió secamente. Ahora que sabía quién era, no tenía el más mínimo interés en conversar con ella. No podía creer que la misma chica que le persiguió incansablemente en el pasado fuera ahora la novia del dobe. – Ya te recuerdo.

- ¡Qué sorpresa encontrarte aquí, Sasuke-kun! ¡No sabía que fueras el hermano de Itachi-kun! – dijo Ino emocionada. Nunca pensó en volverse a encontrar con el guapo chico que conoció en aquella fiesta. – El mundo es un pañuelo, ¿no crees?

- Hn… - ¿Qué acaso no se cansaba la rubia del estúpido sufijo –kun? ¿Cómo podía Naruto estar con alguien así? ¿No veía que era una niña estúpida? Se retractaba de lo dicho anteriormente. La rubia no había cambiado para nada– Tsk… - chasqueó los dientes con una mueca molesta…

Naruto paseaba la vista de Sasuke a Ino totalmente incrédulo. ¿Cómo era posible que, entre todos los seres del planeta, se conocieran esos dos?

- Estoy muy contenta de volver a verte, Sasuke-kun – seguía Ino con su parloteo. Tan emocionada estaba de ver al azabache que incluso se había soltado del agarre de Naruto. – Sai nos dijo que te habías ido a estudiar al extranjero.

Itachi alzó una ceja de incredulidad ante la escena. ¿Ahora iba a resultar que la novia de Naruto conocía a su hermanito? Y por lo que parecía, el recuerdo de su ototo-baka había calado hondo en la rubia, pues no dejaba de recordarle el momento a Sasuke. Y hablando del menor, tenía ya una venita marcada en su sien, reflejo de que estaba empezando a perder la paciencia. Itachi sofocó una carcajada. Ahora resultaba que la novia despampanante del dobe estaba más que interesada por su hermano. Se moría de ganas de molestar al rubio por ello.

- Em… ¿Por qué no mejor nos movemos ya para dentro? – Deidara intentó llamar la atención de los presentes. Por la sonrisa macabra que había puesto Itachi, estaba más que seguro que iba a soltar algún que otro comentario mordaz contra su primo en cualquier momento, y dado que Ino no disimulaba ni un poquito su interés por Sasuke, no hacía falta ser un superdotado para saber el por qué. – Venga, venga, que se nos hace tarde…

- Si, vamos Sasuke-kun. – e Ino se colgó del brazo dirigiéndola hacia la entrada de la discoteca.

- Hn – Sasuke se dejó conducir dócilmente por la rubia suspirando para sus adentros. La noche no estaba siendo como él pensaba.

- Me parece que a Ino dio mucho gusto reencontrarse con Sasuke, ¿no? – Itachi se colocó al lado de su mejor amigo mientras andaban detrás de los menores. – Ten cuidado a ver si te va a levantar a tu chica, dobe. – amplió su sonrisa mientras se burlaba del rubio.

- ¿Ah, si? Pues el que tendría que tener cuidado eres tu, no vaya a ser que pervierta a tu querido hermanito. ¿Te he dicho ya las cosas que le gustan hacer en la cama? – Naruto contestó mordazmente al moreno. Estaba más que molesto al ver cómo Ino se cogía al brazo de Sasuke, aunque no tenía nada claro si era por la rubia o por el peliazul…

- No bromees con eso dobe. – a Itachi se le cortó la risa en cuanto oyó eso. Con las cosas que le había contado Naruto sobre Ino, ya se estaba imaginando a Sasuke en una orgía… - Más vale que controles a tu novia porque si no voy a…

- Paz, paz, chicos. – Deidara intervino para calmar los ánimos. – Naruto no va a dejar que nadie toque lo que es suyo, ni Sasuke parece para nada interesado en Ino, ¿contentos?

Naruto frunció el ceño al oír lo dicho por su primo. Si, él no dejaría que nadie tocase lo que era suyo y estaba más que claro que Ino era suya… pero Sasuke, ¿aguantaría sin hacer nada si alguien se acercaba al menor? Suspiró disgustado en su interior. Y él que pensaba que esa noche podría olvidar lo sucedido con Sasuke…
Notas finales: Muchísimas gracias por todos los reviews!! ^^

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).