Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amistad o amor por kiauchiha

[Reviews - 112]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Todos los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.

Disfrutad del capi!!
Chidori era un antro que se había puesto muy de moda en el último año, sobre todo entre la gente universitaria y del último año de instituto, de modo que se llenaba en las noches de los viernes y sábados de adolescentes que iban a pasarlo bien. La discoteca se situaba cerca del parque central de la ciudad, algo apartado del resto de los edificios, de modo que el ruido que generaba no afectaba en absoluto al resto de la población.

Nada más entrar, Sasuke se quedó boquiabierto por lo que veía. Ya desde fuera se podía apreciar que el lugar era amplio, pero aquello sobrepasaba todas sus expectativas. La entrada daba directamente a una pista gigantesca de baile, con barras a ambos lados de la misma, y coronada al fondo por un amplio escenario donde bailaban al menos una docena de gogós, al menos que él pudiera ver. Al mismo tiempo, varias tarimas elevadas se hallaban distribuidas en la pista, de modo que el número de bailarines podría aumentar fácilmente a unos veinte o treinta. Elevada sobre la pista y rodeando el perímetro de ésta, se hallaba la zona de palcos elevándose dos plantas, zona de reservados con mesas y butacas para aquellos que prefirieran un ambiente más calmado. De este modo, la pista de baile tendría una altura de diez metros, asomándose los palcos directamente a ésta. Existía también una planta inferior, a la cual se accedía desde un lateral de la pista cero. Según podía ver el menor desde donde estaba, esa zona era de un ambiente más íntimo, pues constaba de una serie de reservados separados por cortinas y… ¿Qué demonios? Sasuke se sonrojó violentamente por lo que estaba observando. El área estaba lleno de parejitas que estaban... ejem… intimando… Se recordó mentalmente no acercarse nunca a esa zona de la discoteca.

- ¡Vamos arriba a donde siempre! – les gritó Hidan que iba encabezando el grupo, para hacerse oír por encima de la música – ¡Llamé a Kisame esta tarde para que nos reservara sitio!

- ¡Nosotros vamos a bailar! – les señaló Temari y Tenten, mientras arrastraban consigo a un Shikamaru con cara de aburrido. – ¡Luego nos vemos!

- ¡Si, nosotros también! – Kiba se despidió con la mano mientras se perdía entre la gente de la mano de su novio.

- Vamos, ototo, no te separes – Itachi se acercó a su hermano quitándole de encima a Ino (no iba a arriesgarse a dejarlos solos después de lo dicho por Naruto).

Deidara rodó los ojos ante el gesto de su novio, y los siguió hacia la zona de reservados mientras esquivaba a la gente. El sitio estaba a rebosar, y la música estaba realmente muy alta. Era una suerte que uno de los guardias del antro fuera amigo suyo. Así podían asegurarse de tener siempre un reservado para ellos.

Naruto notó como Ino volvía a colgarse de su brazo cuando Itachi la había apartado de mala manera de Sasuke. No es que hubiera sido precisamente amable, pero el moreno nunca se había caracterizado por ser amable con ninguna de sus parejas. Según Itachi, no merecía la pena pretender caerles bien a sus amiguitos o amiguitas, puesto que en un par de días el rubio tendría otro diferente. Subió las escaleras hacia la zona del palco sin quitarle la vista de encima a Sasuke. Iba a ser difícil encontrar un momento a solas con el menor si Itachi insistía en su papel de guardaespaldas.

- Vamos a pedir las bebidas – avisó Hidan en cuanto llegaron– Sasuke, ¿tu qué bebes? ¿Vodka? ¿Ron, quizá?

- ¡Eh! Nada de alcohol para mi ototo – avisó Itachi con mala cara. No iba a dejar que Sasuke se emborrachara en esa discoteca. – Pídele una coca-cola.

- Aniki, déjame tomar mis propias decisiones – dijo Sasuke exasperado. Itachi siempre le trataba como si tuviera cinco años.

Itachi les mandó una mirada de lárgate-ante-de-que-espachurre a Hidan y Kakuzu para que se marcharan de una vez. No quería discutir con su ototo delante de éstos.

- Sasuke, todavía eres menor de edad. Nada de alcohol hasta que cumplas los dieciocho.

- Ya, y supongo que tampoco puedo cruzar la calle sin que me acompañes porque me podría atropellar un coche, ¿no? – dijo el peliazul mordazmente. – Deja de tratarme como a un niño pequeño, aniki. Ya te he dicho que me sé cuidar solo. He sobrevivido dos años sin ti fuera, por si no lo recuerdas.

- Eh, venga, venga. Dejadlo ya, que estamos en una discoteca. ¡Hay que pasarlo bien! – Deidara intentó cortar la pelea antes de que se pusiera más seria. Ya había presenciado una vez una pelea de esos dos y era como ver una lucha entre dos demonios enrabietados. Por no hablar de la mala leche que cargaba Itachi después. No quería volver a pasar por eso.

- Si, venga chicos. – le ayudó Konan también mientras sonreía amablemente. – Ven, Sasuke, siéntate a mi lado y cuéntame algo más de ti. Así que has estado estudiando fuera, ¿a qué país te fuiste? – Se sentó en uno de los sofás mientras dirigía una mirada a Pein para que le ayudara a distraer al menor. Todos sabían muy bien el humor endiablado que tenía el Uchiha mayor cuando se enfadaba.

- Dale un respiro a tu hermano, ¿quieres? – Deidara arrastró a su novio a otro de los sillones, enfrente del de Konan y los otros. – Ya tiene diecisiete años, Itachi, dale más cuerda o si no Sasuke acabará odiándote.

- Hn… - Itachi frunció el ceño disgustado. Sabía que Dei tenía razón por mucho que le disgustase la idea.

Naruto se había quedado pensativo ante la escena. Era bueno que Sasuke quisiera más libertad. Quizás así podría acercarse más al menor, y quién sabe, con el tiempo Itachi hasta podría aceptar que hubiera algo entre los dos…

“¡Pero qué…!” se sobresaltó ante sus propios pensamientos. “Baka, baka” se regañó a sí mismo, “¿no habíamos quedado en que lo de antes fue un error? Tú NO quieres NADA con Sasuke. No, no, no, no…” Se dio golpecitos con su puño en la cabeza para intentar meterse esa idea en la cabeza.

Miró a su alrededor. Ino y él se habían sentado en la butaca del medio y ahora su novia tenía puesta toda su atención en lo que relataba el menor. Sintió un aura de depresión sobre su cabeza, era deprimente que su novia prefiriera a un mocoso cinco años menor, que a él (aunque para ser exactos, él le sacaba tres años a Ino, así que ésta se hallaba más cerca de la edad de Sasuke que de la de él; pero esa no era la cuestión).

- Así que ya has vuelto, Uchiha-bastardo – la voz burlona de un muchacho atrajo la atención de todo el grupo.

Se trataba de un chico joven, de unos veinte años, moreno, alto, con el pelo moreno corto y la tez muy pálida, vestido de negro de pies a cabeza, con su penetrante mirada negra puesta fijamente sobre el Uchiha menor, y esbozando una sonrisa totalmente falsa en el rostro. Era asombroso su parecido con los Uchiha, habría podido pasar por hermano de éstos.

- Copia barata… - Sasuke esbozó una sonrisa de lado en cuanto vio al chico. Se levantó de su sitio y se dirigió a su encuentro, parándose a escasos pasos del otro tomando su típica pose.

- ¡Sai! – saludó Ino efusiva desde su sitio.

Sai pasó totalmente del saludo de la rubia. Su atención estaba puesta sobre el peliazul. Sabía, por lo que le había dicho Neji, que éste volvería a la ciudad esa semana, pero no había esperado por nada del mundo encontrárselo justamente en esa discoteca. Miró al menor de arriba a abajo y agrandó su sonrisa satisfecho. El Uchiha menor se había puesto muy apuesto… muy pero que muy apuesto…

- Veo que sigues igual de arrogante que siempre, Uchiha, aunque supongo que eso le viene bien a un nene tan lindo para defenderse… ¿no, Sasu-chan? – le dijo mientras le pasaba un mechón de pelo por detrás de la oreja al menor. Sonrió satisfecho comprobando que todavía era más alto que el otro. Nada había en el mundo que le gustase más que hacer de rabiar al peliazul.

Sasuke se sonrojó de furia tanto por el gesto de Sai como por lo que había dicho. ¿Cómo se atrevía a decirle “nene lindo”? ¡Demonios! Alzó su puño dispuesto a pegarle un buen golpe a su estúpida copia barata, pero Sai detuvo el gesto sin ningún esfuerzo, sabiendo de antemano de su reacción. Le acercó a él tirándole del brazo por el que le tenía cogido, y le envolvió en un abrazo por primera vez desde que se conocían.

- Me alegro de verte, Sasuke – le susurró en su oído al menor sinceramente.

Sasuke esbozó una sonrisa ante esa frase y devolvió el gesto al mayor. A pesar de todos sus piques, Sai era un buen amigo. Uno de los mejores amigos que tenía, de hecho.

- Yo también me alegro de verte, Sai. – le dijo en medio de su abrazo.

Naruto rechinaba los dientes ante esa escena. ¿Quién demonios era ese tal Sai? ¿Y por qué le tenía abrazado? ¡¿Y por qué hablaban en susurros?! ¡¡¿Y a qué había venido ese toqueteo de antes?! ¡¡¡¿Y por qué demonios no hacía nada Itachi?!!! ¡¡¡¡¿No se suponía que no dejaba que nadie se acercase a su ototo?!!!! ¡¡¡¡¡Que alguien hiciera algo por dios, o le iba a dar un infarto!!!!!!

Itachi veía la escena aun disgustado por la disputa con su ototo. La única razón por la que no había alejado ya las manos de ese mocoso de Sasuke era porque sabía que era uno de los mejores amigos de su hermano (bueno, también porque Deidara le había lanzado una mirada de muévete-y-te-quedas-un-mes-en-abstinencia en cuanto se quiso poner de pie). Había visto muchas veces al muchacho en su casa en el pasado, así que podía confiar en él.

- Bueno, y dime, ¿qué haces aquí? ¿Estás buscando diversión, Uchiha? – le dijo Sai en cuanto se separaron. Lanzó una mirada en dirección al aniki de Sasuke, sorprendido de que no los hubiera separado. – Porque podemos ir a la zona baja de la discoteca a pasarlo bien, ya sabes… – le insinuó al menor guiñándole un ojo y con una sonrisa sensual en su rostro, mientras le cogía por la cintura acercándolo a su cuerpo. Se había dado cuenta de que era por el rubio novio de Itachi, por el que éste todavía no le había saltado encima, y le hacía mucha gracia la situación. Además, no pudo sino notar que el otro rubio, que si no recordaba mal era el mejor amigo del Uchiha mayor, estaba más que celoso por su relación con Sasuke. Vaya que si estaba resultando divertido todo esto. Y como guinda tenía al menor hecho una furia en sus brazos por su comentario. Se lo estaba pasando de lo lindo, sí señor.

- ¡Estúpido, Sai! – Sasuke se soltó rápidamente de su agarre con las mejillas encendidas al recordar lo que había visto que hacía la gente en esa parte de la disco. – Para de decir tonterías.

- Jajaja… - no pudo sino reírse ante la escena. Deidara se hallaba deteniendo a duras penas a un Itachi colérico que le miraba con cara de estás-muerto-mocoso-pervertido, mientras que Naruto le echaba miradas de puro odio. Estaba seguro de que si las miradas mataran él ya estaría más que muerto. – Era una broma, Uchiha, jajaja… Pero es muy divertido fastidiar a tu aniki – amplió su sonrisa ante la mirada que prometía muerte que le lanzó Itachi. – Pero vente conmigo, en serio. Están Neji y Hinata conmigo, les darás la alegría de su vida cuando te vean. Estamos justo aquí al lado.

- ¿En serio estáis todos juntos? – a Sasuke se le iluminó la mirada ante la mención de sus mejores amigos. Tenía muchísimas ganas de verlos. – Aniki, voy a ir con Sai, ¿vale? Luego me avisas cuando te vayas. – le dijo a su hermano.

- Hn… - no le hacía nada de gracia dejar irse a su ototo con ese mocoso-graciosillo-toca-pelotas (como le pillase a solas se iba a enterar de quién era Itachi Uchiha), pero sabía que Sasuke querría ver a sus mejores amigos, y estaría bien si estaba con Neji y Hinata. Esos sí que eran bueno amigos, no como el moco de Sai que era un maldito-pervertido-hijo-de… Respiró profundamente para calmarse, - Está bien. Pero no te alejes mucho, ¿vale? Cualquier cosa me llamas al móvil.

- Si, si, ok. Hasta luego – se despidió Sasuke de todos yéndose con Sai.

- Ey, tranquilo, ya verás como no le pasa nada a Sasuke – intentó tranquilizar Deidara a su novio viendo cómo miraba preocupado hacia donde se iba Sasuke. – Además estará con Neji y Hinata, no le pasará nada. Venga, vamos a bailar nosotros también – y agarró a su reticente pareja intentando guiarlo hacia la pista de baile.

- Pero, Dei, va a estar con el pervertido de Sai. Debería acercarme y… - Itachi protestaba ante el agarre de su novio.

- Uchiha Itachi – llamó Deidara mirando con enojo al moreno – Vamos a bailar. Ya.

Itachi sintió un escalofrío recorrerle la columna ante el tono de voz de su koi. Deidara daba miedo cuando se enfadaba.

- …chale una ojeada a Sasuke, dobe – le dijo en un susurro a su mejor amigo mientras dejaba que su novio le arrastrase fuera del lugar.

“Pero qué…” pensó Naruto furioso mientras veía a esos dos alejarse. ¿Cómo demonios podía dejar al peliazul a manos de un pervertido como el tal Sai? ¿Pero qué clase de hermano protector era Itachi? ¡Demonios! Como se atreviera a ponerle un sólo dedo encima a Sasuke se iba a enterar ese pequeño diablillo… Paseó su vista por su alrededor en busca del menor. Lo había perdido de vista al prestarle atención a Itachi.

- ¡Eh! ¿Dónde está todo el mundo? – Hidan y Kakuzu acababan de volver de la barra y se encontraron solamente a dos parejas.

- Itachi y Deidara se han ido a la pista, y Sasuke se encontró con un amigo – les contestó Konan mientras los ayudaba con las bebidas.

- Os habéis perdido el espectáculo, no veas cómo se ha puesto Itachi… jajaja… - se reía Pein mientras les contaba lo sucedido. Ahora que no estaba el moreno presente, no podía ocultar más la gracia que le había causado todo lo anterior. Cualquiera se reía con el Uchiha mayor delante…

Naruto sonreía falsamente a sus amigos mientras seguía buscando discretamente con la mirada a Sasuke. Hasta que al fin lo ubicó. Se hallaba sentado en un reservado a pocos metros de ellos, justo en un sillón enfrente suya, con el idiota de Sai a su lado. Frunció el ceño por el disgusto. ¿Que el menor no tenía más amigos que a ese degenerado? En un momento dado Sai alzó la vista y sus miradas se encontraron. Aprovechó y le mando la mirada más odiosa que pudo, que venía a decir tocas-a-Sasuke-y-te-mato. El menor alzó una ceja ante eso y esbozó una sonrisa cínica. Sin apartar su mirada del Uzumaki, se sentó más cerca del peliazul si cabía y le pasó una mano por el cuello, acariciando su nuca con un movimiento suave, mientras acercaba su rostro a la oreja del otro y le susurraba algo al oído, depositando un beso suave en la mejilla del peliazul antes de alejarse. Sasuke se sonrojó ante el gesto del moreno, pero al contrario que momentos antes, no hizo ningún movimiento por apartarlo. Sai agrandó su sonrisa satisfecho mirando burlonamente al Uzumaki. “Chúpate esa, rubito” era su mensaje, y Naruto lo captó fácilmente. “Capullo, capullo, capullo…” apretó fuertemente su copa hasta que se le pusieron los nudillos blancos. “¡Te voy a matar! ¡¡Te voy a matar!! ¡Muerteeee! ¡Destrucciónnnn!” eran los pensamientos del rubio mientras se tragaba sus celos intentando aparentar normalidad ante los otros.



- Chicos, mirad lo que os he traido – había anunciado Sai en cuanto llegaron a su propio reservado.

No había conducido a Sasuke más que un par de metros más allá, puesto que por casualidades de la vida, sus amigos habían elegido ese día un palco cercano al del grupo del Uchiha mayor. Las dos personas presentes se volvieron ante la voz del moreno, agrandando los ojos al ver a la persona que se encontraba a su lado.

- Sa… ¡Sasuke! – Hinata se echó a los brazos del peliazul mientras gritaba su nombre por la emoción.

- Hinata – Sasuke envolvió a su amiga en un abrazo con una sonrisa de felicidad en el rostro.

Hinata había sido su mejor amiga desde que se conocieron de pequeños en el jardín de infancias. Debido a la buena posición económica de sus padres y a que él era el pequeño de la familia, Sasuke creció como un niño mimado acostumbrado a que todo el mundo obedeciera sus órdenes ante un gesto suyo y, para un Sasu-chibi de cinco años recién ingresado en la escuela, aquello no tenía por qué cambiar. Más pronto descubrió que los niños que le rodeaban no tenían la misma concepción que él, así que pronto se ganó la enemistad del resto de sus compañeros de clase, que le veían como a un niño orgulloso-prepotente que se creía mejor que nadie sólo por apellidarse Uchiha. Es así como ya en la primera semana de clases, el chibi se encontraba solo en un rincón de la sala jugando consigo mismo, mientras intentaba aparentar por fuera que no le importaba y que no necesitaba a nadie. Pero en cuanto sonó la campana que anunciaba el recreo y todos los demás niños salieron al parque, el chibi dejó de fingir y se le salieron las lágrimas, pues no entendía por qué nadie quería ser su amigo. Hinata había regresado a la sala en busca de un cuaderno y se había encontrado al pequeño Sasuke llorando sólo silenciosamente. A ella no le caía mal el peliazul, pues comprendía que su carácter fuera algo mimado perteneciendo a la familia Uchiha (ella misma pertenecía a una familia de renombre, los Hyuga), pero no se había atrevido a acercarse por su timidez. Pero al verlo allí solo se armó de valor y se acercó ofreciéndole un pañuelo, y preguntándole si quería jugar con ella. Sasuke había dudado en un principio, pues supuso que Hinata se lo ofrecía porque le daba pena, pero al ver la sonrisa tan sincera y tierna que le ofrecía la chibi, decidió confiar en ella y le dijo que sí, saliendo los dos juntos al patio dados de la mano. Es así como descubrió que Hinata tampoco tenía amigos dentro de su clase, los otros niños bien por envidia, bien por celos, no querían juntarse con la heredera de los Hyuga; de modo que en los recreos se juntaba con su primo Neji, mayor que ellos por dos años, que la venía a buscar para estar juntos. Así, con los años Neji, Hinata y Sasuke se convirtieron en los mejores amigos, uniéndose más tarde Sai a ese trío tan peculiar.

- Te he echado mucho de menos, Hina – Sasuke le dio un beso en la mejilla a su mejor amiga mientras se separa de ella tras el abrazo.

- ¡Estas guapísimo, Sasu! – Hinata recorrió con la mirada al Uchiha de arriba a abajo, mirándole con una sonrisa de aprobación. Con los años se le había vuelto más segura de sí misma, y la timidez que le caracterizaba de pequeña, era sólo un vago reflejo que rara vez se manifestaba. – ¿Pero cuando has llegado? ¿Por qué no nos avisaste? ¡Me tienes que contar todo lo que has hecho estos dos años!

- ¡Ey, ey! Dale un respiro al pobre, ¿quieres? – comentó Neji con una diminuta sonrisa en su rostro. Su prima se había emocionado tanto con la aparición de Sasuke que ni le había dejado saludarlo. Dirigió la mirada hasta el peliazul y le alargó una mano, - Uchiha…

Sasuke levantó una ceja ante ese saludo tan… formal. Neji era de lo que no había…

- Hyuga – le siguió el juego al castaño y le estrechó la mano como si cerraran un pacto. Ambos dejaron sus manos juntas mientras se miraban a los ojos esperando una señal en el rostro del otro… Era un juego que practicaban desde hacía años. Siempre les decían que eran fríos como el hielo y que una pared era más expresiva que sus rostros, de modo que un día decidieron competir por cuál de ellos lo era más. Simplemente se quedaban quietos, uno frente al otro, mirándose a los ojos esperando por una señal, una desviación de la mirada o un gesto en el rostro del contrario, una pequeña mueca que demostrara quién era mejor en ese juego. Hinata solía perder la paciencia y dejarlos solo en cuanto comenzaban ese juego macabro, ya tenía suficiente con andar todo el día con las dos personas más calladas y silenciosas del planeta, para prolongar más su sufrimiento con sus estupideces.

- Venga ya, ¿es en serio? – la ojiblanca no pudo sino soltar un bufido disconforme ante lo que veía. Era el primer día que se veían después de dos años, ¿e iban a jugar a mira-que-imbécil-que-soy-que-puedo-no-mover-un-sólo-músculo-de-mi-cara-durante-horas? ¿Hasta dónde podía llegar la estupidez de esos dos? Arrugó la cara enfadada cuando vio que seguían a lo suyo – ¡¿En serio?! – le salió una venita en la sien, - ¡¡¿En serio?!! – cerró sus puños acercándose peligrosamente a la pareja.

- Em… jeje, chicos, mejor dejemos esta pelea de gallitos para luego, ¿vale? – Sai separó a sus amigos por el hombro mientras veía cómo la venita de la sien de la ojiblanca crecía a ritmo exponencial. No era buena idea dejar que Hinata explotara. Desde que había dejado de lado su timidez, la chica daba miedo en ocasiones. Nadie podría creer que la dulce y tímida Hinata de antaño fuera la misma persona que la chica con fuerte personalidad que tenía enfrente.

- Hinata, era broma, no te pongas así… jeje - Neji sintió como le recorría un sudor frío por la espalda. Ya había probado los puños de Hinata en más de una ocasión y no tenía ganas de hacerlo de nuevo. A veces echaba de menos a la dulce niña de antes. Le dio un codazo al Uchiha mientras sonreía nerviosamente - ¿A que sí, Sasuke? Jeje…

- Si, si – se apresuró a corroborar el peliazul. No podía quitar su mirada de asombro al ver al demonio-con-puños-de-acero llamada Hinata que tenía delante. ¿Pero dónde estaba su dulce y tímida amiga de la infancia?

Hinata sonrió con dulzura ante lo dicho por su primo. Nadie se resistía a sus… ejem… encantos… ejem…

- Bien, ahora daros un abrazo de bienvenida como corresponde, Neji-kun.

- Señor, sí, señor – bromeó Neji mientras abrazaba al Uchiha. Si es que Hinata a veces se lo ponía en bandeja…

- Ven, Sasu, vamos a sentarnos y nos cuentas - Hinata mantuvo su sonrisa en su sitio mientras le lanzaba una mirada venenosa a su primo por la burla.

Sasuke observaba la nueva relación entre los Hyuga con una sonrisa divertida. De modo que así estaban las cosas… Se alegraba de que la chica fuera más desenvuelta ahora, quizás así por fin ambos se decidieran a dejarse de tonterías y a estar juntos como pareja. Tendría que preguntarles más tarde por separado cómo iban las cosas.

- Si, además creo que el bastardo nos tiene que comentar algo muy interesante – Sai se sentó junto al peliazul mientras esbozaba una sonrisa pícara. Desde que viera la reacción del rubio amigo de Itachi para con el Uchiha, se moría por saber qué pasaba.

- ¿Qué? ¿Qué se supone que tengo que contar que sea tan interesante? – Sasuke miró confundido a su copia. ¿A qué se estaba refiriendo?

- Antes, cuando me he encontrado con este, – señaló al peliazul mientras empezaba su relato para los Hyuga, ubicados enfrente suya – le he hecho un par de bromitas subidas de tono, ya sabéis – Neji puso los ojos en blanco, hay que ver cómo le gustaba a Sai fastidiar al aniki de Sasuke, - y, ¡oh, sorpresa! ¡El Rubio-bombón se ha puesto hecho una furia! Tendríais que haber visto cómo me miraba, ¡se le notaban los celos kilómetros a la redonda! – finalizó feliz por su descubrimiento. Ahí había tema para rato.

- ¡¡Quéee!! – Neji y Hinata se quedaron con la boca abierta mirando a Sasuke exigiendo una explicación.

- ¡¿Has tenido algo con el Rubio-bombón?! – preguntó Hinata en un grito.

- Pero qué demonios… - Sasuke no entendía nada. ¿Rubio-bombón? ¿Quién demonios era el Rubio-bombón?

- Con Naruto, Sasuke – explicó Neji para que el Uchiha les entendiera.

- ¡Pero qué mierda…! ¡¿Le habéis puesto de mote al dobe “Rubio-bombón”?! – no se lo podía creer. ¿Pero en qué estaban pensando sus amigos?

- Si, ¿por qué? No me negarás que está como un tren, con ese pelo rubio, esos ojazos azules y ese cuerpazo… - Sai estaba que babeaba – No me importaría nada hacerle un par de favorcitos, o que él me los hiciera a mí, ya me entendéis… - les guiñó un ojo a sus amigos mientras ponía una cara de pervertido total.

Los demás rodaron los ojos ante eso. Sai era un pervertido desde que lo conocieron.

- A mí no me mires, - Neji se intentó lavar las manos, - fue cosa de estos dos.

- Pero no me cambies de tema, Uchiha – Sai retomó el tema principal de la conversación, - ¿Qué ha pasado entre el Rubio-bombón y tú? Porque de la noche a la mañana uno no cela a alguien así… Y no me salgas con que eran celos de hermano mayor – se adelantó a Sasuke antes de que éste les viniera con una pobre excusa, - la mirada del Rubio-bombón no tenía nada que ver con la de tu aniki.

- Te estás imaginando cosas, Sai – respondió Sasuke con las mejillas levemente sonrosadas y desviando la vista para que sus amigos no lo notaran. ¿Naruto celándole? Por favor, Sai tenía que haber visto mal. – No hay nada de lo que dices.

Neji y Hinata miraron asombrados la reacción del peliazul. ¿Desde cuándo el Uchiha se sonrojaba ante la mención de un nombre? (Si, lo habían notado aunque el azabache intentara ocultarlo). Aquí había gato encerrado…

- Ah, ¿si? – Sai había notado la mirada del rubio desde la distancia vigilándolo. ¡Ja! Ahora iba a comprobar si había algo o no. – Muy bien, comprobémoslo. El Rubio-bombón me está mandando miradas asesinas ahora mismo, así que si hago esto, – se acercó a Sasuke pegándo su cuerpo al suyo, mientras hacía señas a Hinata y Neji para que vigilasen la reacción de Naruto – y luego esto, - acarició la nuca del azabache y acercó su rostro al suyo susurrándole en la oreja “no me apartes después de lo que voy a hacer” – y esto, - besó al menor en la mejilla y a continuación se apartó – supongo que no pasará nada, ¿no? – amplió su sonrisa burlona al ver como se oscurecían los ojos del Rubio-bombón, cuya mirada había estado pendiente de cada gesto suyo. – Neji, Hina, ¿qué pensáis?

- ¡Ah, tienes razón, Sai! – chilló Hinata entusiasmada. – ¡El Rubio-bombón está que se muere de celos por Sasu!

- ¿Queréis dejar de llamar así al dobe? – les recriminó Sasuke con las mejillas ardiendo en vergüenza. ¿Cómo demonios había podido dejar que sus amigos le utilizaran para sus experimentos? ¡¿Y por qué demonios tenían que haberle puesto ese mote tan… tan… aghh… ese dichoso mote a Naruto?!

- Tienes razon, Sasuke – concordó Neji con él, - es un mote estúpido. Pero eso no hace que sea menos cierto lo que ha dicho Sai, ¿qué demonios ha pasado entre Naruto y tu?

- Y no intentes engañarnos, Sasu – señaló Hinata a su amigo - te has ruborizado más en el rato que llevamos hablando del Rubio-bom… digo de Naruto, que en toda tu vida.

- Yo.. yo… - Sasuke desvió la vista incómodo ante tantas preguntas. No estaba seguro de querer contarlo. Todavía se sentía humillado por lo que había pasado con el dobe, sobre todo porque se sentía usado por él, un simple capricho de un instante para luego volver con su novia. - … Tengo que ir al baño. Ahora vuelvo. – escapó por la tangente. Necesitaba aclarar sus ideas antes de poder confiarles nada.

Sai se quedó asombrado por la reacción del menor. Iba a llamarlo para detenerle pero observó por el rabillo del ojo que Naruto también se excusaba con sus amigos y seguía a Sasuke a los baños.

- Ey – llamó la atención de los Hyuga, señalando hacia el rubio, - esto se pone interesante. ¡Vamos! – se levantó él también para seguirles.

- ¡Pero qué dices, Sai! ¡No vamos a ir a espiarles! – Hinata le reclamó enfadada.

- ¡Pues claro que sí, Hina! ¡Está más que claro que aquí pasa algo y el bastardo no nos lo quiere contar! – Sai la miró con una mirada lastimera en la cara – ¡Yo quiero saberlo!

- Sai, siéntate – la ojiblanca le habló con voz de ultratumba mientras apretaba sus puños. No iba a dejar que el pervertido de Sai espiase a Sasuke – Sasu nos lo contara cuando vuelva.

- Pero yo quería… - Sai lo volvió a intentar pidiendo ayuda con la mirada a Neji, pero éste desvió la mirada desentendiéndose del asunto. “Cobarde” pensó para sí. – Hina… por favor… ¿si? – le puso una carita de perrito degollado.

- A tu sitio – la voz de Hinata había mutado a ultra-ultratumba.

Sai se sentó con un suspiro de disconformidad. No había modo, cuando Hinata hablaba con ese tono era mejor no discutir.



Fantástico. Había dado la excusa a sus amigos de que iba al baño y no sabía donde estaba. Caminó varios metros más intentando visualizar alguna señal, cuando de pronto sintió que alguien le cogía de la cintura.

- Hola, monada. ¿Cómo aquí tan solo? – le habló un moreno al oído mientras acercaba el cuerpo del Uchiha al suyo. – Deja que te haga compañía…

- Suéltame – pidió Sasuke calmadamente. No tenía ganas de hacer una escena entre tanta gente, así que intentó soltarse sin armar escándalo.

- Jaja… ¿por qué tan arisco? Te aseguro que nos lo podemos pasar muy bien… - el desconocido apretó el agarre que tenía sobre el menor, acercando sus labios al cuello del azabache para degustarlo.

- Quita tus sucias manos de ahí, capullo – Naruto apareció de la nada separando bruscamente a Sasuke de su agresor. – Da gracias a que ahora no tengo tiempo para mierdas como tú, pero como vuelvas a ponerle una mano encima, los que lo vamos a pasar bien seremos tú y yo, ¿entendido? – Su voz salió en un susurro venenoso, mientras veía al mayor con sus ojos rojos por la furia.

- Cla… claro… - tartamudeó el desconocido ante esa mirada. – Lo siento mucho… perdón… - se fue echando leches de allí. No tenía ningún deseo de que el rubio memorizase su cara para buscarle más tarde. Si no se confundía, ese era al que llamaban Kyubi, famosos por su forma de luchar y el número de batallas que había ganado en peleas callejeras.

- ¿Estás bien? – Naruto se volvió preocupado hacia Sasuke una vez hubo desaparecido el indeseable ese.

- No necesito tu ayuda, dobe – Sasuke se soltó del agarre del rubio con un gesto brusco. Odiaba que le trataran como a una nena inválida.

Naruto suspiró ante el gesto del menor. No parecía que el peliazul estuviera muy por la labor de conversar con él. Se pasó una mano por el pelo nerviosamente.

- Escucha, Sasuke, tenemos que hablar. – intentó mirar a los ojos al azabache pero éste le esquivaba la mirada.

- Yo no tengo nada que hablar contigo – Sasuke intentó largarse del sitio pero sintió como el rubio se lo impedía cogiéndole por el brazo.

- Deja de comportarte como un niño caprichoso, teme – Naruto se empezó a enfadar ante la negativa del menor. Por lo menos podía mirarle a la cara, ¿no?

- ¡Yo me comporto como un niño caprichoso! ¡¿Yo?! – Sasuke le miró iracundo. ¿Pero cómo se atrevía el muy cabrón a decirle eso? - ¡Que te jodan, Naruto! ¡Suéltame! – forcejeó con el rubio para que le soltara el brazo.

- ¡Estate quieto, teme! ¡Te vas a hacer daño! – el rubio intentaba hacer entrar en razón al ojinegro.

- ¡He dicho que me sueltes! – y le asestó una patada en la espinilla al mayor.

- ¡Auch…! ¡¡Me cago en…!! – Naruto lo soltó inmediatamente sobándose con la mano la parte afectada.

Sasuke aprovechó la distracción y se largó a paso rápido de allí. Por fin divisó el dichoso cartelito que señalaba los aseos, así que se dirigió a ellos raudamente. Pero apenas había dado un par de pasos cuando sintió cómo le volvían a coger por el brazo y le arrastraban hacia su destino.

- Vamos a hablar quieras o no. – Naruto estaba más que furioso con el azabache. “Maldito mocoso y sus puñeteras patadas…” Arrastró consigo al menor a pesar de sus protestas y sus intentos por soltarse, y le metió en una cabina privada apenas entraron en los baños. Cerró la puerta tras de sí con el seguro y se apoyó en la puerta cortando todo intento de escape.

Sasuke le miró rabioso analizando la situación. Muy bien, se encontraba encerrado en una cabina con Naruto al frente y paredes a los lados, así que no tenía forma de escapar. No es que tuviera muchas opciones, la verdad…

- Está bien. Di lo que tengas que decir y lárgate. – dijo con la voz más fría que pudo dada las circunstancias.

Naruto respiró profundamente un par de veces en un intento de calmarse. Era pasmosa la facilidad con que el menor conseguía alterarle en apenas unos segundos. Fijó sus ojos en la figura enfrente suya y abrió la boca para replicarle… pero la cerró nuevamente sin haber dicho nada. ¿Qué demonios se supone que le iba a decir ahora al peliazul? Tenía muy claro que quería arreglar las cosas con Sasuke, pero no sabía cómo ni por dónde empezar la conversación. Al principio de la noche había pensado en decirle que lo de aquella tarde había sido un error, que lo olvidaran y pasaran página, pero en cuanto había visto al azabache con otra persona… ¡Kami! Se ponía rabioso sólo de pensar en otras manos rodeándole la cintura al menor que no fueran las suyas… No, estaba claro que dejar al menor libre para que cualquiera se le acercara no era una opción…

- ¿Vas a decir algo o no? ¿No estabas tan ansioso por que habláramos? Estoy esperando.

- No me apresures, teme – gruñó el rubio ante la impaciencia del otro. Soltó un suspiro nervioso mientras volvía a fijar sus ojos en los negros. Tendría que improvisar, no había más remedio. – Sasuke, lo de esta tarde, yo…

- No necesito tus explicaciones. – le cortó el menor secamente, - Está más que claro lo que pasó. Tienes novia y aun así te atreviste a… - se interrumpió apartando la mirada incómodo. Carraspeó aclarándose la garganta e hizo un nuevo intento – Te atreviste a… a… - imposible, no podía decirlo. Dejó que se sobreentendiera. – Sólo aléjate de mí de ahora en adelante, Uzumaki. No soy alguien con quien puedas jugar cuando a ti te plazca.

- ¿Qué? ¡No, claro que no! – Naruto se sentía mal. ¿Eso era lo que pensaba Sasuke que era para él? No había pretendido en ningún momento hacerle sentir así al azabache. – Sasuke, yo no prentendía que las cosas fueran así, te aseguro que…

- ¡Ah, no! ¿Y se puede saber qué pretendías, Naruto? – Sasuke no se lo podía creer lo que le decía el rubio. ¿Todavía se atrevía a defenderse después de lo que hizo?

- Yo… yo no…

- ¡Eres un embustero! – el menor le soltaba las palabras envenenadas a la cara. – Ya te lo he advertido, no te acerques más a mí.

- Haré lo que me dé la gana, Uchiha – sabía que no tenía ninguna manera de defenderse ante el menor, pero aun así no permitiría que le alejase de él. Su mirada se volvió firme ante su decisión. – No oí que te quejaras, así que ambos somos igual de culpables.

- ¡Pero yo no sabía que tenías novia!

- ¿Y qué? ¿Me estás diciendo que de haberlo sabido no habrías cedido tan fácilmente? Lo dudo…

Sasuke se sonrojó violentamente ante la insinuación del rubio. ¡Cómo se atrevía! Le estaba diciendo prácticamente que era un regalado… Apretó el puño fuertemente y le aventó un puñetazo en la cara al ojiazul.

Naruto ni se inmutó ante el golpe. Apenas si giró la cara ante el impacto, sintiendo cómo le resbalaban algunas gotas de sangre por la comisura de los labios. Seguramente se le habría partido con el golpe.

- Con esto no has hecho sino confirmarlo. – le dijo con una mirada de superioridad al azabache – Ya lo sabes, Sasuke, haré lo que me dé la gana.

Sasuke sintió cómo la bilis le subía por la garganta por al rabia. Tenía que salir de allí o si no mataría al rubio.

- Quítate… ¡quítate de la puerta, ostia! – le espetó con toda su furia. Sólo Naruto conseguía romperle su perfecta máscara de indiferencia.

- No hemos terminado. – contestó el rubio calmadamente.

- ¡Claro que sí! ¡Quítate de en medio! - al no ver ningún atisbo de movimiento por parte del ojiazul perdió por completo la paciencia - ¡Quítate Naruto! ¡Quiero salir que aquí! – y se acercó al rubio para intentar moverle por la fuerza.

- No, Sasuke, ya te he dicho que todavía no hemos terminado la conversación – atrapó sin dificultad los brazos del menor sujetándole por las muñecas, mientras lo estampaba contra una de las paredes laterales del cubículo para que dejara de moverse. – Estate quieto o te haré daño, teme.

El peliazul no hacía ningún caso al mayor, forcejeando con éste para que le soltara y dejara irse de allí, por lo que el rubio tuvo que apoyar su cuerpo contra el del ojinegro para intentar pararle. Sintió como una de las piernas de Sasuke se elevaba para asentarle otra patada, así que rápidamente coló sus piernas entre las del menor, separándoselas de modo que no se pudiera mover.

- ¡¡¡Aaaaahh!!! – gritó Sasuke de frustración por no poder soltarse, - ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio!

Naruto sólo levantó una ceja divertido por la reacción del menor. La verdad es que todo ese ejercicio le había empezado a excitar, y tener a Sasuke sometido bajo su cuerpo no ayudaba en absoluto.

- Estás muy deseable en esta postura, ¿sabes? – su voz salió en un susurro sensual.

- Ni te atrevas, dobe. – le envió una mirada congelada al rubio. ¿Cómo se atrevía? – Como te atrevas a tocarme un pelo te enteras.

- Ya te he dicho que voy a hacer lo que me de la gana – dijo mientras acercaba su rostro al del menor - Dime, Sasuke, ¿a quién le diste tu primer beso? – susurró sobre los labios del ojinegro.

- Yo… - Sasuke se sonrojó levemente ante la pregunta. El dobe no iba a besarlo, ¿verdad? No podía dejar que el rubio le sometiera de esa manera. Desvió la cara hacia un lado para evitarlo, - No es asunto tuyo.

A Naruto no le gustó la respuesta del menor. ¿De modo que alguien ya había poseído antes esos labios? Pues él no iba a ser menos. Elevó los brazos del menor por encima de la cabeza y cogió ambas muñecas con una sola mano, de modo que con la mano que tenía libre ahora, cogió de la barbilla al azabache para volver su mirada al frente y mantener su cara fija.

- Nadie te besará como yo – dijo antes de unir sus labios con los del menor.

Sasuke sintió cómo sus mejillas ardían en cuanto sintió los labios de Naruto sobre los suyos. Intentó girar el rostro pero la mano del rubio le tenía iben sujeto. Sentía perfectamente cómo el rubio movía sus labios sobre los suyos, exigiéndole una respuesta, pero no iba cooperar, aunque tuviera que apelara a todas sus fuerzas. Le demostraría al dobe que su beso le era del todo indiferente.

Naruto frunció en ceño ante la nula respuesta del menor. Así que esas teníamos, ¿eh? Pues si quería jugar, iban a jugar. El menor le iba a responder al beso como que él se llamaba Naruto Uzumaki. Siguió moviendo sus labios sobre los del azabache, dejando paso a su lengua, con la que delineó suavemente los labios contrarios, repasando el contorno de éstos lentamente. Una vez humedecidos, atrapó el labio inferior del peliazul entre los suyos succionándolo y alternando el gesto con suaves lamidas de su lengua, buscando abrirse paso para invadir su boca. Sintió cómo el cuerpo del peliazul temblaba levemente ante esto, pero seguía sin conseguir que cooperase en el beso, así que, buscando una respuesta como fuese, alzó una de sus rodillas hacia la entrepierna del menor apretándole en la zona en una leve caricia. Sasuke abrió la boca dejando escapar un jadeo sorprendido y Naruto aprovechó el gesto para colar su lengua dentro de la boca del menor. ¡Kami! El sabor del ojinegro era lo mejor que había probado nunca. Recorrió con su lengua todo el interior de esa boca tan dulce y buscó impaciente a su compañera, dándole leves toques con su lengua para incitarle a unirse al juego.

Sasuke respiraba entrecortadamente mientras sentía la lengua de Naruto recorrerle el interior de su boca. Sentía como los labios del rubio degustaban golosamente los suyos, con besos húmedos que lo volvían loco. No sabía cuanto tiempo más podría seguir resistiendo esa tortura…

Naruto, impaciente, volvió a mover su rodilla sobre la entrepierna del menor, sintiéndose satisfecho cuando consiguió otro suspiro placentero del peliazul ahogado en su boca, de modo que continuó el gesto de su pierna, mientras volvía los besos más profundos, más húmedos e intensos en busca de su ansiada respuesta.

Sasuke ya no pudo más. Naruto lo estaba volviendo loco de placer con lo que estaba haciendo. Movió su lengua tímidamente chocándola con la del mayor enredándolas, acariciando y saboreando el sabor de Naruto dentro de su propia boca, mientras movía sus labios acompasando sus besos a los del ojiazul. No se dio cuenta de la sonrisa satisfecha que esbozó el rubio ante su respuesta…, ni de cómo éste le soltó los brazos posando ambas manos en su cintura mientras acercaba más ambos cuerpos, ni de cómo enrolló con sus piernas la cintura del mayor buscando más contacto, ni de cuándo movió sus manos pasándolas por encima del hombro del mayor enredando sus dedos en el pelo rubio acercando más sus caras… No se daba cuenta de nada mientras correspondía con toda la pasión que tenía a los besos tan embriagantes que le regalaba el rubio, besos que le hacían vibrar por dentro y perder el sentido de la realidad por el placer…
Notas finales: Muchísimas gracias por los reviews!! Sois los mejores!!! ^^

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).