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Los simuladores por Aphrodita

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Notas del capitulo: No lo iba a publicar, pero mejor hacerlo, así puedo dedicarme de lleno a otro fic y quitarme éste de la cabeza por unos días.
Reprobado, dos veces, y en un da. Sus manos sostenan su cabeza como si esta en cualquier momento fuese a caer. El nico alivio que abrigaba era el taller; all, en Msica, encontraba el blsamo necesario y la cura para cualquier mal.

Chaddo not el semblante agobiado en el shinigami sustituto y por ese nfimo instante se arrepinti, pero al igual que el resto llegaba a la conclusin o consuelo de que era por su bien… y ms le vala a Ishida explicarles en qu consista la segunda parte del plan porque en verdad no comprenda cmo estaban ayudndolos. Odiaba tener que ser l, el responsable de colmar el vaso, Kurosaki era su mejor amigo y esas cosas no se le hacen a quien se lo considera como tal.

—Bien —exclam el profesor logrando que su voz se elevase por encima de semejante gritero—, hay una guitarra criolla cada dos alumnos, as que formen grupos de dos—dej su portafolio sobre el escritorio y continu—: En la clase pasada vimos el origen de sta, s que muchos estn acostumbrados a la electrnica…

Sigui su clase, pero Ichigo ya no le prestaba tanta atencin, se situ junto a Sado, como si ambos hubiesen pactado sin palabras de por medio formar ese do. El coloso tom el instrumento y se lo cedi amablemente.

—Empiezo yo? —no se iba a negar, necesitaba mover sus dedos y pensar en otra cosa que no fuesen materias y notas escolares.
—Bueno, si ya la afinaron —concluy el hombre, extranjero de pie a cabeza, sus facciones y enrulado cabello rubio as lo indic desde el primer da pese a manejar un excelente japons.

El joven vapuleado le dedic una mirada a Yasutora, ste asinti indicando que ya estaba afinada… y limada previamente para que sucediese lo que escasos segundos despus ocurri: Ichigo no alcanz a tocar “Re Mayor” que la cuerda se rasg causndole un sobresalto.

—Kurosaki… —musit el profesor; iba a reprocharle, a pedirle ms cuidado, a resaltarle que no haban ms guitarras criollas en la escuela pero la exclamacin de su alumno lo amilan:
—Me lleva el demonio!
—Ichigo —dijo su amigo tratando de aplacar los nimos.
—Algo ms, Dios?! —continu ste ignorando la mirada de todos, observando el techo del aula y agitando su puo.
—Ya, no es tan terrible —consol el maestro—. Algunos instrumentos son viejos y estn gastados, lo que s… lo lamento pero tendrn que formar grupo con otro y tocar por turnos.

Lleg a la conclusin de que para el ao entrante debera tener en consideracin pedirle a la escuela, dentro del presupuesto anual para la materia, ms guitarras.

No era algo tan grave, no era el fin del mundo, Ichigo no haba matado a nadie… pero el muchacho no pudo evitar sentirse como si todo eso fuese en realidad as. Haba sido, sin dudas, su peor da de clases.

Al llegar a casa pasada las siete no se molest siquiera en responder la agresin de su padre por llegar tan tarde, vio a Renji sentado en la sala frente a la pequea mesa ratona pintando con Yuzu o haciendo “algo” que le import poco. Salud desganado y subi a su cuarto avisando al paso que no iba a cenar y que no lo molestasen.

Abarai se puso de pie, no necesitaba ser Nostradamus para adivinar que Kurosaki no se hallaba de diez puntos. Con algo de duda subi las escaleras, fren ante la puerta cerrada y esper unos segundos antes de decidirse a llamar.

—Pasa, est abierto.

Eso hizo, encontrndose con la semi penumbra del cuarto, el joven echado boca abajo en su cama an con la ropa de escuela puesta, incluso el bolso cruzado en su cuello. Busc en su mente las palabras correctas:

—Hey, Ichigo…
—Estoy bien, Renji —fue abrupto, pero es que no quera tener que relatarle al otro todo lo sucedido.
—Un mal da? —ri forzosamente—S lo que es eso.
—Ms que un mal da —corrigi con bro en su voz para voltear y mirar, por cortesa, a su interlocutor.
—Te peleaste en la escuela?
—Si hubiese sido slo eso… —murmur suspirando con hartazgo.

El otro mal interpret su gesto, crey que l comenzaba a hastiarlo con sus preguntas, por eso se apresur a decir:

—Lamento molestarte pero es que… —Qu? se pregunt el teniente—Se nota a tres cuadras que no ests bien y quera saber s… —iba perdiendo potencia en su voz, invent algo rpido, para salir del apuro—podas acompaarme a un lado, pero…
—No me molestas —corrigi, de paso notando que la excusa del otro era slo eso: Excusa. —A dnde tienes que ir? Para qu quieres que te acompae?
—Pues, no conozco mucho Karakura y pens.
—No soy gua turstica —rechaz—. Adems, s que conoces Karakura. No mientas. Y en tal caso, sabes cuidarte perfectamente bien solo.

Se sinti, adems de maleducado, cruel por su hosca actitud. Comprenda que lo nico que intentaba Renji era saber que le pasaba, levantarle el nimo, sacarlo de all.

—Bien —asinti Abarai dando la vuelta—Si te arrepientes… es aburrido caminar solo.
—Espera —se frot los ojos. No tena ganas de salir, menos de caminar… ni hablar de estar a solas con l.

O sea s, le encantara estar a solas con l si fuese otra la circunstancia pero en su estado tema ladrarle ms de una vez al teniente, y si de algo se arrepentira luego, sera de hacerlo sentir mal… a Renji o quien fuese: El resto de la humanidad no tena la culpa de sus histerias.

—Es cierto: Es aburrido caminar solo —argument Kurosaki pese a creer lo contrario—. Espera a que me cambie y salimos un rato.

El teniente sonri, haba logrado su cometido; dio la vuelta y sali del cuarto para darle la privacidad que necesitaba. En pocos minutos ya estaban listos en la puerta, esperando por el regao de Yuzu respecto a salir sin cenar y a esas horas.

Abarai ri enternecido… Sin dudas Ichigo tena una familia hermosa.
Salieron de la casa y tuvieron que pasar unos cuantos minutos hasta que abriesen la boca, ms all de la incomodidad que les causaba estar juntos, en soledad, caminando por la calle. Cost, pero en pocas palabras Ichigo le cont lo terrible que haba sido su da… y todava quedaba tener que decirle a su padre que haba reprobado dos materias.

—Pero no es tan terrible —consol el teniente—; para una tienes los apuntes como prueba, y para la otra slo tienes que esperar a ver que dice tu profesora al respecto.
—Lo s… Por suerte la de ingls lleva anotado todo en su cuaderno personal, y estoy segursimo de que all tiene mi nota, firmada por ella, con las respuestas bien.
—Qu habr pasado?
—No s —Frunci su frente—; me huele raro—Observ al frente—, muy raro. Alguien debi haber cambiado las respuestas una vez que los exmenes fueron archivados.
—Tantos enemigos tienes?

Ichigo lo mir como si hubiese encontrado insultante esa pregunta. Renji se arrepinti de inmediato por haberla hecho, no fue su intencin darle a entender que crea ser odiado, pero saba que Kurosaki tena malas relaciones con los ms yankees de la escuela… no le pareca entonces raro.

Iba a disculparse, a explicar a que iba su inquisicin pero Ichigo lanz una risa apagada e irnica:

—Debes pensar que soy un pendejo.

Hubo mucho detrs de sus palabras, as lo sinti el teniente quien se qued sin saber qu acotar. Eso iba por lo relatado en la escuela o por… lo sucedido en el bar, lugar donde decidieron festejar el cumpleaos de Yasutora? Por suerte el mismo shinigami sustituto sali al rescate acotando y disipando las dudas del mayor:

—Digo… debes pensar que me preocupo por cosas triviales. La escuela y todo eso. T eres un shinigami, un teniente y ya has pasado…
—Te equivocas —lo interrumpi, entendiendo lo que quiso expresarle el otro—. A tu edad la escuela es algo importante… Una esfera importante de la vida, es lgico…
—A mi edad —cit, sin borrar esa media sonrisa mordaz de sus labios.
—Quiero decir… Ahora —y se explicaba falta, otra vez y para no perder la costumbre—, cuando vayas a la facultad, ser la facultad; cuando tengas familia… ser tu familia.
—Entend, no hace falta que me expliques. No soy tonto.
—No quise darte a entender eso. —Silenci, las cosas le estaban saliendo al revs. Cuando pudo encontrar coraje para abrir su boca, murmur—: Cuando yo iba a la escuela de shinigami era igual: Me ahogaba en un vaso con agua ante cualquier problema—sonri trayendo a la memoria sus clases—Siempre fui pattico con el uso de Kidou…

Y as empez a narrarle ancdotas al respecto, contndole los accidentes que haba causado, las reprimendas recibidas, los aplazos, las prcticas exhaustivas con Hinamori y Kira, quienes le ayudaba a manejar mejor el asunto.

Ichigo as, riendo con franqueza, se distendi, olvidndose por esos momentos de todo… como si el mundo, en ese instante, fuese Renji; encerrados ambos en una burbuja que los aislaba del resto de las personas que integraban el Planeta.


***


Supo que no tardara en or reproches pero esper que fuesen los otros dos quienes diesen el primer paso. No explicara gratuitamente aunque se muriese de ganas por soltar la lengua.
La mirada de Inoue sobre su enjuta persona lograba ponerlo nervioso e incomodo:

—Qu sucede Inoue? —intent no parecer descorts—Entiendes o quieres que te explique de nuevo? Es complicado pero…
—No, gracias Ishida-kun —le sonri—. No s qu hara sin ti y Tatsuki—revel con honda sinceridad.

De repente, Chaddo se sinti sobrar. Miro a uno y luego a otro, enfrentados los dos se haban quedado as, observndose en completo mutismo. Decidi que era momento para abrir la boca, ahora era l quien se senta incmodo:

—Ishida.
—Si, Sado? —quebr el contacto visual con su amiga para reparar en el coloso.
—Sobre Kurosaki…

Uryuu sonri con altivez, era el pie que necesitaba.

—Qu ocurre con l?
—Hay algo que no entiendo —prosigui—Cmo es que estamos ayudndolo?
—Hasta ahora —se inmiscuy la chica—Ishida-kun nos ha explicado todo y entendimos el fin. Hemos logrado que Renji-kun vuelva a Karakura para que est cerca de l pero… Cmo sigue esto?
—Vern, lo mismo me pregunt Kuchiki-san —trajo a su memoria—; y ella, dado que lo conoce a Abarai, supo entender con rapidez, sin que yo se lo dijese expresamente.

Se acomod en el almohadn realizando una pregunta en general: si recordaban la pelea en Hueco Mundo. Desde ya que s, era algo que no lograran olvidar en su vida por mucho que lo intentasen, que los haba marcado y cambiado. No eran los mismos desde entonces.

—Abarai es una persona que tiende a confortar a los dems en situaciones de crisis. Lo comprob en Hueco Mundo, frente a la pelea de Szayel Aporro. Busc por todos los medios brindarme confort cuando ni siquiera l poda mantenerse en pie.
—Ah! —solt Inoue—Y t crees que no durar en hacerlo con Ichigo cuando llegue mal humorado.
—Claro, lo ms comn en esa situacin, cuando vemos que alguien ha tenido un mal da es buscar distenderlo. Se me ocurre, dado que ellos no tienen mucho tiempo juntos, a solas, y por ende no conocen demasiado los gustos del otro y no saben de qu manera distraerlo…

Chaddo interrumpi al Quincy para formular la idea que estaba planteando.

—Invitarlo a pasear.
—Para distenderlo —asinti el pelinegro, dichoso de ver que estaba siendo comprendido y ya no ms juzgado como un tipo cruel que juega con sus amigos—. Ah entra en juego tambin la supuesta banda que ellos, si todo marcha bien, irn a ver.
—Por otro lado —analiz Orihime demostrndole a los otros dos que era buena en ello si alejaba los pajaritos mentales—, Kurosaki tiende a aplacarse cuando nota que alguien se preocupa por l, no le gusta que lo protejan —sonri con la pureza caracterstica que posea—. No le gusta eso aunque contradictoriamente se siente a gusto amparado por Abarai…
—Por eso intentar revertir la situacin —asinti Ishida—, para evitar ese golpe a su ego. Adems es agradecido, para nada descorts y no querr hacer sentir mal a Abarai.
—Waou! Ishida —exclam la joven a punto de saltarle encima presa de un arrebato emocional—Conoces bien a Kurosaki!
—No mejor que ustedes —se ajust los lentes, abochornado por tamaa apreciacin.
—Lo dems, como el libro… —Yasutora dej la oracin a medio formar, era de los que esperaban que con poco los dems entendiesen lo que quera decir.
—S —concedi el Quincy—. El libro de relatos homosexuales, la aparente relacin o inters que tienen entre s Inoue y Kuchiki… no son ms que condimentos. Detalles irrelevantes pero que le dan peso al plan. S sale bien, perfecto, y si no, no influye para nada.

Su idea, desde un inicio, jams haba sido juntarlos en plan de pareja, comprenda que esto era algo personal que deban arreglar entre ellos, exclusivamente. Su intencin no era otra que ayudarlos a comprender lo que ellos haban podido hacer en su momento: Se queran.

Ese cario poda traducirse a una simple camaradera. Pero irrefutable era que se estimaban. La pelea ocasionada en el bar haba logrado no slo causar inestabilidad emocional entre los dos, sino que para males mayores haba contagiado al grupo.

Entendieron que tanto Abarai como Kurosaki necesitaban darse cuenta de eso: Que se apreciaban, mutuamente, que no les agradaba la idea de estar distanciados, que no soportaban pensar que las cosas ya no seran igual en el grupo de amigos.

Si ese cario iba ms all de una mera amistad —y era ms que obvio para el resto— era otra cosa que nada tena que ver con Ishida. …ste fue reiterativo, hasta el cansancio, con esto: No buscaba inmiscuirse en la vida sentimental de esos dos barbaros, pero hablando se entiende la gente, y aquellos dos parecan no poder entenderse si no haba zampakutou de por medio.

Necesitaba un pequeo empujn, entonces, por la paz mundial y mental de sus amigos.

El telfono celular de Yasutora comenz a sonar en su bolsillo, Ishida lo mir tratando de descifrar si era algo que le competa a l o no.

—Harutoki?

El Quincy elev sus cejas.

—Acaban de pasar frente a la tienda —dijo Sado mirando al chico de lentes que esperaba disimulando su ansiedad.

Le quit el aparato de la mano para poder ser l quien hiciese tan extraa peticin:

—Tienes los volantes que te dio Sado-kun? —cay en la cuenta—Lo siento: soy Ishida, mucho gusto. Lo tienes?
—S, pero…
—Puedes alcanzarlos? —sin darle tiempo a responder, dando por hecho un rotundo s, agreg—Debe parecer natural, as que por favor aparece caminando frente a ellos.
—Un momento —suspir el muchacho del otro lado—; por empezar, tengo que quedarme en la tienda, no puedo dejarla sola —su padre, dueo del lugar, ya se haba marchado—Por otro lado, fue Chaddo quien me pidi el favor —. Molesto acot—: y l es mi amigo.
—Te pagar —entorn los ojos.
—Ok —canturre—Qu parezca natural?
—S, por favor.
—Bien, ya cierro y los alcanzo —total, ya era la hora de cierre, hacerlo unos minutos antes de lo habitual no le haca dao a nadie.

Ishida cort y le cedi, muy resuelto, el aparato a su amigo, ste lo mir con sus pequeos ojos bien abiertos, lo que lo llev al Quincy a disculparse, avergonzado, por semejante frenes… se notaba que todo el asunto se lo estaba tomando muy enserio, quizs ms que los dems.

—Tienes dinero Ishida-kun? —murmur la joven algo preocupada.
—No pero… ya ver de donde saco —ante la mirada de Yasutora agreg—: Le pagar, siempre cumplo con mi palabra.

Su padre, banco personal. Odiaba pedirle dinero pero la realidad era que an se trataba de un joven estudiante de secundaria… Si bien ganaba un poco de dinero haciendo manualidades y trabajos por encargo eso le alcanzaba slo para comer; y si haba prometido una remuneracin, y deba pasar por eso una semana sin probar bocado, tampoco morira de inanicin.

Ya lo haba hecho con anterioridad cuando necesitaba dinero extra: Ajustar el presupuesto. Y ah estaba, ms flaco que un palo de escoba, con la presin por el suelo, seguramente que anmico, pero vivo.

Era consciente, igualmente, que para rendir bien en la escuela deba tener una buena alimentacin, pero malas rachas, cuando se depende de uno mismo, suelen haber y nadie ha muerto por ello.

***

Los silencios que se ocasionaban entre ellos dejaron de ser tan incmodos, el bullicio de la gente no les permita, asimismo, perderse demasiado en sus introspecciones, por fortuna… Un joven de cabello a la altura de los hombros sac de cavilaciones al shinigami.

Acept un volante con desidia para reparar en que se trataba de una invitacin muy interesante. El chico que se lo haba entregado, luego de cerciorarse que haban quedado atrs, ech un vistazo general y desech el piln que llevaba en su mano en el cesto ms cercano.

—Qu es? —El teniente not el repentino inters que haba puesto su compaero en papelito insignificante.
—Una banda har covers de otra que me gusta: Bad Religion.

La sonrisa de Ichigo, tan franca, fue lo que necesit Abarai para proponerlo:

—Vayamos, entonces Cundo es? —luego se dio cuenta de lo que acababa de decir, y es que el rostro del joven se lo indic—Digo, podemos invitar a Chaddo, a Ishida, Inoue… a quien quieras.
—A Inoue no creo que le guste, a Ishida desde ya te digo que no… Seguramente tendr algo muy importante que hacer ese da. Quizs Chaddo.

Pero desde ya que ste, aun que no lo supiese, tambin iba a tener “algo muy pero muy importante” por hacer, oh casualidad, justo esa noche.

—Tocan el sbado, el lugar lo conozco, fuimos con Chaddo en varias oportunidades.
—Bien… No es mala idea verdad?
—Hay que ver, tal vez son malsimos. —Pero recapacit—Desde ya que podemos ir y en tal caso mandaros a mudar.
—La entrada es gratuita?

Kurosaki recin reparaba en ese detalle:

—Maldicin, no.

Para colmo era bastante cara, al menos para sus bolsillos… y es que su padre restaba dinero semanal por cada examen que reprobaban sus hijos; haciendo cuentas no llegaba a juntar dicho dinero para el sbado, y seguro que para maana, a ms tardar, Isshin estara enterado (si es que no lo atosigaba al regreso de esa caminata nocturna para saber que le haba pasado en la escuela como para portar ese humor de los mil demonios).

—Si no tienes dinero… Yo an conservo bastante de ste mundo, en el Seireitei no lo puedo usar as que…
—No hace falta Renji —frunci su frente, no le gustaba que le pagasen las cosas. No ira, punto. No morira por no asistir a esa fiesta.
—Vamos… yo quiero salir, pero solo no… Quiero ir a ver esa banda.

Quera conocer los gusto de Ichigo, quera saber qu clase de msica le gustaba, quera verlo emocionado en un recital.

—Ve con Chaddo.
—Pero de qu hablar con l? Hablar con l?! —se cuestion; pregunta retrica hecha con nfasis.

Kurosaki ri con ganas… Era cierto, a veces olvidaba que pocas personas lograban entender el lenguaje del mestizo.

—Vamos.

La insistencia del mayor le dio la pauta de que otra vez intentaba reanimarlo, como aquella vez frente a su primer encuentro con Grimmjow. Encuentro en el que haba perdido as Abarai intentase pintrselo con colores pasteles y rosas.

“Si ests vivo… es una victoria”

Supo, incluso en ese momento, que era un consuelo barato. Haba perdido, y tal como le profes, en su lugar hubiese sentido exactamente lo mismo.

Fue como aquella vez, de esa forma volvi a sentirse: que Renji buscaba reconfortarlo de alguna manera, sin que nadie se lo pidiese, sin que lo necesitase y sin tener la obligacin de hacerlo. Era una buena persona, sin dudas.

—Slo si consigo el dinero.
—Pero te dije…
—No, Renji —elev su mano silencindolo con su rictus—. No quiero que me pagues, aunque te sobre el dinero y aqu en el mundo humano seas multimillonario.
—Bueno… te presto Si?

Ichigo suspir… era un hueso duro de roer el terco teniente. Asinti, nada ms que para darle con el gusto y dejar el tema all pero ya vera que hacer llegado el da; por lo pronto situaciones vividas con anterioridad golpearon a su mente. Reminiscencias lejanas y apagadas haban sido despertadas por ese acontecimiento ocasional que hasta pecaba de irrelevante.

Kurosaki se pregunt, puertas adentro, en su alma, si Abarai era as con todos… o slo con l. Narciso su instinto si crea eso: Renji era as.

Quizs por eso le agradaba tanto su presencia y poder decir que tena una amistad con l. Al fin de cuenta todos sus allegados, a su particular manera, tenan cosas positivas (as como negativas, desde ya) que le demostraban lo afortunado que era de poseerlos involucrados en su da a da, pese a sentir que no lo mereca por ser un tipo tan ceudo por momentos.

Decidieron regresar a la casa, sin tener nocin de la hora ni del tiempo que pasaron deambulando por el pequeo centro comercial que posea Karakura. El shinigami sustituto se sorprendi al no encontrarlo a su padre despierto dispuesto a joderle la paciencia, pero mejor as para qu mentirse?
Subi las escaleras siendo seguido por Renji, ambos dispuestos a descansar, Abarai deba levantarse temprano al otro da puesto que le haba prometido ayudarlo a Isshin en la clnica y el adolescente tena clases; pero apenas llegaron al cuarto, tanto el comunicador del teniente como la insignia de Ichigo comenzaron a sonar al unsono advirtiendo la presencia de un hollows en los alrededores.

Nada serio. Por lo que Abarai le pidi que se quedase, poda hacerse cargo solo. Dej su gigai dentro del armario para no alarmar a nadie por si llegasen a entrar al cuarto de Kurosaki y encontraba al invitado en mitad del mismo con el trasero levantado y aparentemente muerto.

A su regreso, que fue en pocos minutos, Ichigo se maravill al contemplar el porte del hombre. Todo orgulloso, valeroso e imponente, como supuso se necesitaba para ser teniente. Sonri, pero esa sonrisa se borr de un plumazo cuando Renji se dispuso a recuperar su giga sin delicadezas logrando que los libros de Rukia cayesen cual catarata literaria.

Llovan tomos, y no era la poca de la Feria del Libro.

El destino quiso que Abarai reparase en uno muy llamativo, y es que las letras doradas resaltaban por encima de la tapa negra, su tamao no era precisamente pequeo, ni el epgrafe que ostentaba. Lo tom con calma:

—Qu es esto?

El compendio hablaba por s slo. Su titulo era sugestivo: “Relatos homosexuales. Libro de oro”.

—Es de Rukia —explic con tranquilidad, sin reparar en l.
—Desde cundo la enana lee sobre estas cosas?

Elev sus hombros, l tambin se haba hecho esa pregunta pero no le dio mayor importancia hasta ese instante.

—No es mo —afirm el chico con ms energa, tratando de desligarse del asunto.
—Est bien.

Qu importaba? Renji se acomod, ya en su gigai, sentndose en el futn. Kurosaki lo mir como si en sus ojos pendiese esa pregunta: “Qu? Lo leers?” El teniente se puso de pie y orden todo guardando de paso el polmico libro.

***

El fin de semana lleg en un suspiro, Ichigo estaba ansioso puesto que ms all de gustarle la idea de ir a un recital, o de tener un momento de relajacin en esa semana, le agradaba la idea de salir slo con Renji.

S, porque para su sorpresa Chaddo tena algo que hacer, que aunque no le supo explicar qu, supuso o que era algo de suma importancia, o algo que le avergonzaba confesar (conjetur esta ltima).

No haba podido reunir el dinero necesario para pagar la entrada, por eso resignado acept el ofrecimiento de Abarai, total en su consciencia estaba tranquilo: Le devolvera el dinero el fin de semana entrante, como que se llamaba Kurosaki Ichigo.

Sinti un alivio inexplicable a medida que sus pies los condujeron a travs de las calles de Karakura, rumbo al predio, como si de repente todas aquellas cosas que lo abrumasen comenzasen a disiparse con algo tan frvolo como un insignificante recital… Podra, al menos, durante las horas que durase el show, alejar de su mente las preocupaciones. Sera su cable a tierra.

Claro, si el recital en cuestin existiese en verdad:

—Qu extrao… —musit el shinigami sustituto, especulando.

Se supona que a medida que se acercasen al sitio en cuestin la msica o el bullicio de los que iban a ver la banda se escuchase varias cuadras antes, pero eso no pasaba, ni pas siquiera an frente a la puerta de chapa.

—Ests seguro que es aqu?
—S, vine un montn de veces —golpe, molesto con la pregunta de Abarai, molesto con su perra suerte.

Alguien lo atendi del otro lado y tal como sospecharon desde un principio no exista tal banda, el hombre ni siquiera la conoca, ni autentificaba el volante pese a nombrar su establecimiento en l. De hecho, ese da, slo haba karaoke, ningn show se realizara.

La cara de Kurosaki expresaba sin dudas su frustracin. Renji guard un prudencial silencio hasta que se anim a decir:

—Ya que estamos aqu podramos entrar, o ver qu otra cosa…
—Hazlo tu, me voy a casa a dormir —bien aburrido; un joven a su edad, fin de semana, lo que menos hace es quedarse en casa.
—No es tan terrible, Ichigo.
—Deja de consolarme, ok —solicit de mala manera, frenando con brusquedad su caminata para exigrselo de frente.
—Ya, no te alteres —frunci su frente—. S que ayer has tenido un mal da pero…
—No s qu pasa… te lo juro —neg con su cabeza, siguiendo su camino—Estoy meado por un rinoceronte.

Analiz la situacin: le resultaba extrao y sospechoso que slo ellos dos hubiesen cado en la broma de quien invent lo del volante… porque para Kurosaki era evidente que se trataba de un engao. Qu estaba pasando?

—No hace falta que me sigas.
—No te estoy siguiendo —ahora fue el teniente quien detuvo su caminata—. Si te molesta mi presencia dime y te dejo solo.
—Bien —concedi el joven sin voltear ni pararse.

Pero pese a darle el visto bueno sinti a sus espaldas al otro acercarse; fue lo que necesit para aplacarse:

—Lo siento, t no tienes la culpa.
—Es bueno que te des cuenta —rechist.
—Al final tienes razn —expres bajando su vista al suelo—. Me comporto como un pendejo.

Cit las palabras textuales que esa fatdica noche el teniente le haba dedicado. …ste guard silencio, percibi como los latidos de su corazn se aceleraban de manera alarmante, pero no acot nada… absolutamente nada, motivo que logr arrastrar a Ichigo al borde de un ataque de nervios.

—Por qu siempre es igual contigo? —Se quej—Es que nunca vamos a hablar de lo que pas? Por cunto tiempo ms vamos a seguir actuando como si nada de eso hubiese ocurrido?

Que mal, y ahora lo encaraba sin tapujos. Renji ya no tena para donde salir corriendo, el muchacho lo haba acorralado literal y metafricamente. Sin titubeos tuvo que haber rechazado el ofrecimiento de quedarse en su casa, tuvo que haber esperado por el regreso de Urahara.

—Hay cosas que t no entiendes, Ichigo.
—Qu, maldicin?! Dime! —explot, harto del silencio que le profesaba el otro—Voy a terminar pensando que en verdad el pendejo eres t.
—Oye, te lo dije porque estaba enojado! (Adems de borracho)—reproch apuntndolo con su dedo ndice—Y porque tu actitud, no lo puedes negar, fue de un pendejo!
—Al menos no soy un hipcrita, ni un cobarde —se haban parado los dos en medio de la calle para gritarse cuanto hiciese falta, pero luego de soltar aquello Kurosaki le orden a sus huesos marchar no sin antes vociferar un—: Cagn!

Crey que iba a lograr su cometido, que iba a conseguir que Abarai estallase, preso de ira, dispuesto a irse a las manos para as descargar esa tensin que a ambos les estaba costando sobrellevar, pero contrario a lo pensado, y dejando de lado todo su orgullo de guerrero, confes:

—S! —Logr con su afirmacin que el shinigami sustituto voltease a verlo—S, lo soy! —asinti reiteradas veces, conforme con la idea—Pero t me das motivos Y sabes qu? No quiero complicarme ms la vida. Antes! —explic con energa—Antes todo era como deba ser! Hasta que t! —realiz una pantomima con sus manos —Pendejo de mierda—musit realmente cabreado, como nunca lo estuvo en su vida—Te crees que me preocupa ser puto? Qu me preocupa el qu dirn? Viv ms de 200 aos, estoy ms all de todo eso!

La furia en Ichigo mengu del todo ante las palabras del teniente, entendi que ste estaba tratando de explicarse, quizs de muy mala manera, pero gracias a Dios, por fin comenzaba a hablar del tema.

—Qu yo te doy motivos? —eso era lo que le haba mellado—Al menos fui sincero desde el inicio —continu calmo para luego rer con irona —Has vivido ms de doscientos aos pero no tienes ni puta idea de cmo tratar a una persona, Renji.

Quizs lo dicho haba sido producto de su enojo, tal vez no pensaba en verdad eso del teniente, era lo ms probable; pero intentaba decirle mucho ms que eso, saba que Abarai era un tipo considerado con los sentimientos de los dems, pero luego de lo mucho que le cost aceptar y confesar que la tensin que senta a su lado era meramente sexual, el otro lo haba ignorado.

Haba ignorado su preocupacin, porque claro, una vez, luego de darse cuenta de ello, necesitaba saber que hacer al respecto pero Renji se haba limitado a tratarlo como un nio, a decirle que pronto se le pasara, que era un adolescente hormonal y que era comn sentir curiosidad y deseo en relacin a todo lo que implica algo sexual.
Eso doli.
Abarai no le haba entendido, le haba insultado y lastimado... Y as y todo, se lo perdon. Pero no tolerara que le hachase por entero la culpa.
Haba jugado con l, le haba cedido espacio para luego decirle todo aquello? Pues bien, si lo pensaba que no le reprochase entonces nada… y eso inclua hacer el ridculo en una fiesta de cumpleaos.

Pero no… no le lastimaba tanto la indiferencia de Abarai, era el recuerdo de su beso lo que lo tena mal. Si tan slo no lo hubiese besado las cosas seran muy distintas entre ellos pero hablar de amistad luego de haber sentido tanta pasin? Eso s que era hipocresa.

No quera que Abarai se apareciese as de la nada, dispuesto a jugar a “los buenos amigos”, ya no lo eran, por mucho que le pesase. Y eso s que haba sido SU culpa, porque Ichigo slo habl, ms no “hizo”, el que quebr esa barrera no haba sido nadie ms ni nadie menos que el mismo teniente.
Borrachos o no, nada borraba que haba pasado.


Continuar…
Notas finales: No creo que falte mucho, si mis cálculos no me fallan (y los muy bastardos suelen hacerlo) el próximo capítulo es el último.

Gracias por leer n.n, lo sigo después de hacer un Isshin x Ryuuken. Edit: olvidaba aclarar que tanto Shigeo como Harutoki NO son OC´s, son en verdad los amigos de Chaddo que aparecen en el manga (capítulo del periquito maldito xD)

25 de enero de 2010
Merlo Sur, Buenos Aires, Argentina.

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