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UN PAPÁ PARA SEVERUS por ANTARES

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Notas del capitulo:

 

 

 

 

 

CAPITULO VII: ASTORIA Y DRACO

 

 

 

Sam aún se debatía pensando en Lucius y Harry cuando le anunciaron que alguien quería verla. Asombrada siguió a Argus Filch pensando sino sería Draco quien llegaba por fin a completar el trío de sus  impuestos pretendientes. La despampanante rubia que la esperaba la sacó de cuadro.

 

-Astoria Malfoy… - musitó.

 

-Señora Teodorakis  - sonrió la rubia  -  creo que usted y yo tenemos un asunto que tratar.

 

La madre de Alex se puso tensa. Venía a reclamarle, eso era seguro. Y lo peor: venía a reclamarle por algo de lo que ella no tenía culpa alguna.

 

-Señora, si es respecto a su marido, creo que esta reunión sale sobrando. Es con él y no conmigo con quien tiene que…

 

-Querida. No vengo a pelear. Vengo a hablarte de tu hijo y de Draco.

 

-Mi hijo es asunto mío señora.

 

-Y mío. El era el amante de mi marido en… ¿su otra vida?

 

-¿Viene a reclamarme por la otra vida de mi niño de 6 años? – la voz de Sam sonó medio fastidiada medio divertida.

 

-Querida, no vengo a reclamarte. Vengo a ayudarte. El Ministerio te ha puesto en una difícil situación.

 

-¿Difícil? – bufó la morena – Me obligan a casarme y lo que es peor, a escoger entre tres hombres que no quieren nada conmigo.

 

-Tres hombres que son gays, han sido amantes de tu pequeño y lo que es peor… aún tiene esperanzas de seguir siéndolo.

 

-Insinúas que Draco quiere violar a mi Alex – exclamó espantada Sam.

 

-Niña, Draco es el menor de tus problemas. Es el más inocente del trío. Y yo no insinúo nada. Afirmo. Puede que ahora, con 6 años, tu “Alex” este a  salvo de esos dos, y me refiero a Lucius o Harry. Pero ¿qué ocurrirá cuando pase el tiempo y tu pequeño se convierta en un atractivo adolescente? ¿Crees que Harry o Lucius, por más esposos tuyos que sean alguno de los dos, respeten la inocencia de tu hijo?

 

-Ellos…Harry…

 

-¡Oh! el Salvador del Mundo Mágico. El honesto Gryffindor. Tan leal… tan integro… y nadie sabía de sus amores ocultos con Severus Snape. Quien dicho sea de paso tenía pareja en ese entonces…mi suegro. Porque Draco estuvo con Severus cuando ni Lucius ni Harry tenían algo que ver en su vida… Pero tu gran Harry Potter se metió con un profesor que tenía pareja mientras salía con la que ahora es su esposa, Ginebra Weasley, a quien no le ha importado darle la patada… Y tu Alex, tan inocente… Porque déjame decirte que no importa lo que Severus Snape haya sido en su otra vida, ahora es un niño inocente que merece una oportunidad de ser feliz con su verdadero amor.

 

-¿Verdadero amor?- Sam estaba alelada.

 

-¡Ay Sam! ¿Tú no has leído nuestros libros de historia verdad? ¿Tu Alex no te ha dicho nada? ¿Tú adorado Harry o incluso mi suegro?  ¿No te has dado cuenta a quien vive pegado tu muchacho?

 

-Yo…

 

-¡Lily Potter,  niña! Lily Potter… que juraría es la reencarnación de la famosa Lily Evans. Tu hijo, siendo Severus Snape, la amó hasta el día de su muerte. Y tu hijo, siendo ahora Alex, la idolatra con algo muy parecido al amor,  aunque sea demasiado niño para darse cuenta.

 

-Lily – susurró Sam.

 

-Tú hijo merece ser feliz con quien él elija en esta vida. Y no atarse a recuerdos del pasado ni a  hombres que estarán demasiado viejos para cuando el comience a despertar al mundo.

 

-¡Por supuesto!  - y allí Sam reaccionó - Jamás permitiré que nadie toque a mi niño, ni marque su vida… - y sus ojos refulgían con un brillo asesino.

 

-Bien dicho. Así actúa una madre.

 

-Por lo mismo. Tampoco dejaré que su Draco se le acerque. Además, se me hace extraño. Usted viene aquí…  ¿para?...

 

-Para decirte que Draco no es un problema para ti. No estando yo cerca. Y que he encontrado la manera perfecta de proteger a tu hijo, salvar mi matrimonio, alejar a esos buitres que los rondan y contentar a mi marido.

 

-¿Y es?

 

-Cásate con Draco y que este adopte a Alex.

 

--¿Usted me esta pidiendo que me case con su esposo? ¿Ha venido a decirme que va a divorciarse y cedérmelo? – la mandíbula de Sam cayó hasta el piso.

 

-No niña. He venido a decirte que si te casas con él, y ambas somos sus esposas, podremos aliarnos para tenerlo controlado. Créeme. Draco es un cachorrito indefenso en mis manos. Tú estarías con tu hijo, protegida, millonaria… y absolutamente libre para hacer  lo que te venga en gana. Harás vida de soltera, siempre que seas discreta claro, tendrás los amantes que quieras, el dinero que quieras… y en mi una aliada para salvaguardar a Alex de…

 

-Espere – Sam la cortó – lo que me dice suena bien pero hay un pequeño problema. La bigamia no esta permitida en este país. Ni en este  ni en ningún otro. Draco no puede casarse con las dos.

 

-Allí te equivocas querida. Si puede. Tú  puedes ser su esposa sin yo dejar de serlo.

 

-¡Madre mía ¿cómo?!

 

-¿Sabes lo que es el mundo árabe? ¿El mundo musulmán?

 

Y Samantha recibió de una muy divertida Astoria una clase de historia, religión y leyes tanto mágicas como muggles.

 

-¡Dios!  - dijo al final de la exposición - Debes amarlo demasiado para haber ideado todo esto. Y debes ser extremadamente lista y valiente.

 

-Soy una Slytherin, querida. Nosotros siempre torcemos las cosas a nuestro favor. Por muy adversas que nos sean.

 

-¿Segunda esposa?

 

-Si.

 

-¿Y eso se puede?

 

-En el mundo árabe si.

 

-Pero vivimos en el Londres mágico. En el mundo inglés.

 

-Pero existe libertad de culto…religión… Y aunque el 99% de los magos son agnósticos…queda el 1%

 

-¿Qué son…?

 

-Católicos, protestantes, adventistas… y claro: musulmanes.

 

-¿Musulmanes?

 

-Si. En Arabia también hay magos. Algunos muy famosos  ¿Qué de chiquita tu madre muggle no te leía Aladino?

 

-Mi madre era una perra bastarda. Lo único que me leía era su biblia, me la recitaba más bien. A la par que me molía la espalda a golpes.

 

Astoria la miró por primera vez. Entendió entonces porque el alma del tal Severus debió elegirla. Al parecer tenían muchas cosas en común.

 

-Como sea querida. Los magos musulmanes existen. En gran cantidad debo añadir. Y en los países árabes es legal la poligamia. Es más, su religión los obliga. Claro, también están los mormones pero se ve más exótico y misterioso ser musulmán.

 

-¿Entonces?

 

-Entonces nada. Draco va al ministerio, hace constar su adhesión a la fe de Mahoma, luego de casa contigo bajo esas leyes, registra el matrimonio en nuestras oficinas y voila… Tú serás su segunda esposa. Yo continuare siendo la primera. Mi Scorpius no perderá a su padre, tu Alex habrá ganado uno nuevo con el correspondiente apellido Malfoy, el dinero y el poder familiar…

 

-Lo tiene todo planeado.

 

-Si. Pero al final la que decide serás tú. Yo solo te ofrezco una salida a tu “¿problema?”. Porque me pareces bastante lista y creo que sabrás que Harry, Lucius y el Ministerio son un verdadero problema para ti ¿no? Para ti y para tu hijo…

 

Sam la miró y no pudo decir nada. El miedo había comenzado a invadir su sistema. Miedo a no poder proteger a su hijo. Miedo a que se lo quiten. Miedo a que arruinen su vida otra vez. Si su hijo quería ser homosexual por voluntad propia, una vez que sea mayor de edad y con pleno dominio de su cuerpo… ¡que remedio! Ella lo amaría sea, hetero, gay, marciano o santo… Pero eso debía decidirlo él, y no un destino y tres hombres buscando el recuerdo de un amante  que ya estaba muerto.

 

Astoria se puso de pie y se dispuso a marcharse. Ya había lanzado sus cartas y sabía que tenía la mejor jugada.

 

-Debo irme. Y usted debe pensar y tomar la mejor decisión para usted y su pequeño. Buenas tardes señora Teodorakis… o quizás deba decir, ¿señorita?

 

-Señora… señorita… ¿Qué más da? Buenas tardes lady Malfoy.

 

Astoria ya se había volteado cuando la mano de Sam agarró la suya y la obligo a girarse. Sus ojos azules y curiosos la miraron y se encontraron con otros igual de azules. La ternura era patente en ellos.

 

-Gracias Astoria…. muchas gracias.

 

Y Sam salió corriendo rumbo a la Dirección. Tenía mucho que hablar con Minerva McGonagall.

 

 

 

****************

 

 

 

Cuando creía que ya todo estaba concluido, y  sus tres  “pretendientes” debían estas esperando que ella comunique su decisión al Wizengamot, una nueva visita la sorprendió: Draco Malfoy solicitaba ser recibido.

 

Extrañada, pues pensaba que el rubio había mandado a su esposa como mensajera, fue a su encuentro.

 

-Samantha Teodorakis supongo  -  Draco Malfoy le tendió la mano.

 

-Lord Malfoy.

 

-Mi padre aún esta vivo señorita. El Lord sigue siendo él. Aunque mi esposa ostenta el titulo de lady.

 

-Disculpe.

 

Y ambos se miraron sintiéndose algo estúpidos. Draco inspiró con fuerza y rompió el silencio.

 

-Se que mi esposa habló con usted. Y le hizo llegar nuestra propuesta.

 

Sam asintió sin responder.

 

-Ella es única. Siempre ha encontrado la perfecta solución a todos nuestros problemas de familia.

 

Sam siguió mirándolo sin hablar.

 

-Aunque ahora, creo, se ha equivocado.

 

Los ojos de Sam se abrieron pasmados.

 

-Quiero que sepa, señorita, que amé  profundamente a Severus Snape. Más que a nada y a nadie. El no solo cambio mi vida, cambió mi alma. Y por eso quiero darle a él lo que él me regalo siendo aún un bebe. Una familia unida. Por experiencia se que un matrimonio sin amor a la larga no resulta… y solo hace infeliz a los involucrados y a los niños de esa relación.

 

-¿Por experiencia…propia?

 

-No se equivoque. Astoria me ama. Y la persona que ame ya no existe. Por eso su amor es suficiente para los dos. Su amor, su ignorancia y lo experto que soy para fingir. Pero Sev no merece eso. Y no lo creería además, es demasiado inteligente para que alguien pueda engañarlo.

 

-No entiendo que pretende.

 

-Decirle que busque Samantha… Vaya,  póngase  sus mejores ropas y salga a buscar el amor… para que en un mes pueda presentar otra pareja al Wizengamot… quizá ganar más tiempo. Para que cuando se case lo haga enamorada y pueda darle a su hijo, a mi Sev, la felicidad que solo un matrimonio que se ama puede dar. Hay algo que quizá no haya entendido, solo una madre que es feliz puede darle felicidad a su hijo, solo quien es feliz puede enseñar el significado de esa palabra a un niño.

 

Sam lo miró llorosa.

 

-La he investigado. Se que vive para Alex… que nunca ha habido un hombre en su vida. ¿Pero así, como podrá enseñarle lo que es el amor? ¿De donde lo aprenderá usted?

 

-Yo…

 

-Si en verdad decide casarse conmigo o con cualquiera de los otros dos… estará bien. Pero si decide luchar por su felicidad estará mejor… y será lo ideal, para usted… y por consiguiente para su hijo. Y yo no me opondré a ello.

 

-Pero en la corte…

 

-He tenido mucho tiempo para pensar. Para recordar. Para arrepentirme. Quiero a Sev a mi lado, pero no para tenerlo en la cama. Quiero que sea feliz. Y, para bien o para mal, su felicidad ahora es usted. Solo, por favor, permítame estar cerca, apoyarlo, ayudarlo, protegerlo…

 

-Draco.

 

-Quiero que vea. Quiero compartir mis recuerdo con usted…quiero mostrarle…

 

Y Draco posó suavemente sus dedos en la sien de la mujer, que recibió en su mente una riada de recuerdos. Entonces comprendió.

 

-Draco  - y Sam rozó suavemente los labios del rubio – gracias.

 

-Gracias a usted por quererlo tanto.

 

Y Draco Malfoy, vestido de negro de los pies a la cabeza, en eterno luto por el que fuera su amante y su padrino, salió del lugar con paso elegante.

 

“Es lo correcto, es lo correcto”, se repetía en su mente mientras lloraba. “Estarías tan orgulloso de mi Severus”.

 

 

 

 

 

 


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