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Harry Potter y el Fénix dorado por Shiochang

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Harry Potter y el Fénix dorado

El aprendiz engañado

Tanto los hijos de Harry como las hijas de James estaban viviendo ahora en el castillo del colegio rodeados de los atentos cuidados de la mayoría de los alumnos del mismo, en especial por los Griffindor que por poco y no se peleaban por cargar a los bebitos. A tanto había llegado la emoción que hasta algunos Slytherin se había acercado a verlos, claro que Draco no les había despegado el ojo.
- Creo que debes tranquilizarte un poco, estando dentro del colegio no van a intentar nada - le dijo Harry - es imposible.
- No voy a permitir que esos mortifagos, marcados o no, le hagan daño a mis bebés - respondió el rubio.
- Yo tampoco pretendo hacerlo, amorcito, pero si sigues así te vas a enfermar de los nervios - lo besó en la frente - ¿te digo algo? Ellos tienen un hechizo especial que los protege, yo siempre sabré donde están, por muy lejos que se encuentren de nosotros.
- ¡Harry, tengo excelentes noticias! - dijo James entrando en la habitación - son muy bellos ¿verdad? - dijo acercándose a sus nietos.
- ¿Qué ha pasado, papá? - dijo entre divertido e intrigado.
- Sirius ha despertado al fin - dijo acariciando la cabecita morena de Godric - y él recuerda haber escuchado el lugar a donde se llevaron a sus hijos.
- Quizás fue por eso que le lanzaron tantas maldiciones juntas - dijo Harry pensativo - no les agradó darse cuenta que eran una partida de idiotas.
- De todas maneras, Fawkes ha ido a investigar al respecto - le dijo - me temo que se están comunicando por medios poco comunes con los mortifagos que están fuera del castillo.
- ¿Por qué no toman a los que están aquí y los hacen hablar? - dijo Draco molesto - no creo que pudieran resistirse a responder por mucho rato.
- Eso pondría en alerta a los otros y al final tendríamos que recomenzar la cacería - le dijo James - pongámoslo así, quizás ellos sospechen que los buscamos, pero mientras no tengan la certeza que están en la mira, podemos usarlos para llegar a los otros y recuperar a los pequeños Black,
- Pero mientras podrían tratar de arrebatarme a los niños - insistió Draco.
- No es la magia de ellos la que quieren - negó James - o ya habrían hecho el intento. Necesitan tu magia, la de Lucius y la de Jeremy para lo que ellos quieren lograr, sin embargo, Godric tiene la firme sospecha que no han actuado porque el aprendiz teme que no le cumplan lo prometido.
- ¿Le prometieron algo a cambio que obtuviera nuestra magia?
- ¿Recuerdas a ese muchacho que te intentó atacar antes? - le dijo Harry.
- Sí, dijo que lo hizo por acercarse a ti.
- Exacto, tu tía querida le prometió que yo sería suyo si él conseguía llevarte con ella, o a tu padre y él le creyó. Sin embargo, nosotros sabemos bien que ella me quiere bien muerto y que le estaba mintiendo, pero se ha visto muy persuasiva en ese aspecto, creo que eso lo aprendió del propio Voldemort, aún recuerdo cuando engañó a Ginny en segundo año, Dumbledore dijo que era capaz de engañar a magos más viejos y sabios.
- Entonces ¿Creen que se trata de Blaise? Él no lo haría, es tan orgulloso y parece estar tan enamorado de Jeremy...
- Bueno, no es que lo creamos - le dijo James - Jeremy les dio a todos los Slytherin a beber cierta poción y resultó que el Zabinni que estaba en el colegio era una copia mágica. Y Severus recordó haberlo visto allí donde lo tenían prisionero y que lo engañó para escribir una nota que no recuerda con claridad pero sabemos que fue la llave para que atacaran la casa de Sirius.
- Debe haber sido la autorización que necesitaban para entrar en la casa de Sirius - dijo Harry pensativo.
- Y obviamente engañó a uno de los mejores legimens que hay en Inglaterra, sólo me pregunto ¿qué clase de entrenamientos reciben que son capaces de trastornar sus propios recuerdos? - suspiró James.
- Pero Blaise está enamorado de Jeremy, no le haría daño - insistió.
- Puede ser, pero él no debe saber lo que verdaderamente pretende Bellatrix - le dijo James - no creo que colaborara tan decididamente si supiera que al tomar su magia mi hijo va a morir.
- Pero robar la magia no le va a quitar su alma - dijo Draco frunciendo el ceño.
- Mira, un fénix sin magia se vuelve cenizas, es como si llegara a perder su alma - le dijo - sí, él también es veela, pero es lo mismo, un ser mágico que pierde esa cualidad deja de existir ¿comprendes ahora?
- Sí, es como un unicornio al que le quitan el cuerno, por poco que sea el daño hecho, este se muere - dijo pensativo.
- ¿Y si un mago pierde toda su magia? - intervino Harry.
- Bueno, en ese caso es distinto, se vuelve un muggle más, claro que al perder la magia no va a perder los recuerdos de cuando la tuvo, así como tampoco le van a poder modificar la memoria, creo que al perderla ella evita que sobre esta persona pongan ciertos conjuros y maldiciones.
- ¿Cómo cuales? - dijo Draco.
- Bueno, yo no he visto ninguno hasta el momento, pero dicen que no funcionan sobre ellos cinco maldiciones: Oblibiate, sectum sempra, Imperius, Cruciatus y Aveda Kadeva.
- ¿Las imperdonables no los afectan?
- La magia toma senderos insondables - les recordó - por supuesto no se sabe de nadie que haya sido capaz de sobrevivir a ellas, en especial la última, excepto Harry.
- Pero Harry es el ser más mágico que hay - señaló Draco preocupado.
- Sí, pero él conserva su magia debido al sacrificio de su madre - le recordó James - de no ser así, la magia habría llegado a él, se habría devuelto contra Voldemort, pero se habría llevado toda su magia, por eso es fácil para él resistirse a un imperius, el Aveda rebota y el cruciatus solo le provoca un dolor superficial.
- Entonces ¿sigo siendo uno de sus blancos?
- Me temo que sí - dijo y sonrió al ver que Harry lo abrazaba protectoramente.
- Nadie le va a hacer daño a mi familia - dijo este molesto - sobre mi cadáver - aseguro mientras le tomaba el rostro entre las manos - lo juro.
- Lo sé, Harry, pero trata de ser menos aprensivo - le dijo Draco rodeándole la espalda - yo tampoco pretendo dejarlos.
- Bueno, regreso con Lucius, no está muy contento conmigo - suspiró - creo que las niñas le han cambiado el genio, no me soporta.
- Mi padre es bastante insoportable más de la mitad del tiempo - le dijo Draco encogiéndose de hombros - no es algo de lo que deba preocuparse.
- Es que me dijo que ya no me quería - suspiró - espero que no se le esté pasando el efecto de mi esencia sobre su sangre.
- ¿Eso puede pasar? - dijo Harry preocupado.
- No lo sé - suspiró - Godric no lo sabía, fue la maldición de Slytherin ¿saben?
- Quizás debamos averiguar al respecto - dijo Draco - creo que no sería bueno para nuestros hijos si existe esa posibilidad ¿no creen?
- Le pediré a Hermione que lo haga, ella siempre encuentra lo que busca - dijo Harry convencido - pero no le hagas caso a Lucius, quizás sean las hormonas las que lo tienen alterado.
- Yo estoy en las mismas condiciones y no te odio - dijo Draco.
- Es distinto - aseveró Harry con cara de entendido - eres joven y te has adaptado bien a ellas, a él le han de afectar mucho más.
- De todas formas, creo que deberías ir a ver a Sirius, está bastante deprimido.
- Muy bien, te dejo con Draco, cuídalos bien.

Sirius se veía más que deprimido, según pudo constatar el propio Harry, parecía que el alma se le había ido, era peor que cuando lo vio por primera vez en tercer año, recién fugado de Azkaban, era como si un ejército de dementores lo hubiese atacado.
- Padrino - se acercó a la cama y lo abrazó - los recuperaremos, verás que sí.
- No fui capaz de evitar que esos idiotas se los llevaran, me siento tan inútil como cuando te atacaron cuando eras un bebé - le dijo correspondiendo el abrazo - soy un mago que no sirve ni para proteger a los suyos.
- No digas eso, Sirius, no fue tu culpa - le dijo tratando de calmarlo - ellos eran demasiados contra ustedes, tienes suerte de seguir vivo.
- ¡Pero tienen a mis hijos! - replicó.
- Pero no por mucho tiempo - dijo Snape desde la puerta, se veía pálido, de seguro se sentía peor porque veía a Sirius sufriendo por lo que creía su culpa - Dumbledore me dijo que Fawkes los localizó al fin, al parecer pretenden rescatar a Bellatrix de Azkaban antes de hacer nada.
- Debemos interrogarla - dijo Harry decidido - no permitiré que les haga daño a los pequeños, le sacaré las tripas para afuera antes que lo consiga.
- Para ser un brujo blanco, tienes muy malos pensamientos.
- Tal vez me los traspasó Voldemort - se encogió de hombros - iré a hablar con Godric, de seguro a él se le ocurre la manera de hacerla hablar sin forzarla, no podemos poner sobres aviso a los otros.
- Ese brujo tiene muchas mañas - le dijo al verlo salir - lamento mucho lo que pasó, Sirius, es mi culpa por recordar todo ese tiempo, no hubiese querido que tú sufrieras daño alguno.
- Siempre fuiste un idiota, Snivellus, pero no es tu culpa.
- ¿Cómo no iba a ser mi culpa? - le reclamó.
- Conozco a Bella desde siempre, habría encontrado otros métodos peores para sacarte la información que quería - se encogió de hombros - y usó tu punto débil para meterte en problemas - lo miró e hizo una mueca - ¿sabes? Nunca pensé que llegaría el día en que me dieras explicaciones o me pidieras disculpas.
- Te rogaría que no mencionaras nunca más el asunto - replicó molesto.
- Supongo que te molesta - se burló recuperando un poco el ánimo - pero te veías tan dulce siendo un niño de cuatro años, lo único malo eran tus berrinches por las noches: "¡Quiero a mi papá Sirius!" Y obligado a dormir contigo. Además, tienes pésimo dormir, te movías como culebra toda la noche, si no fuera porque tengo el sueño ligero, habrías amanecido debajo de la cama en vez de encima mío.
- ¿En serio? - le dijo más rojo que un tomate, avergonzado.
- Y muchas otras cosas más que podría contarte, si quieres - dijo malicioso.
- Olvídalo, no quiero saber - le dijo y se marchó mucho más tranquilo, si Sirius tenía ánimo de molestarlo, debía ser signo que estaba mucho mejor. Suspirando, se regresó a sus mazmorras, debía preparar una poción especial para Dumbledore y no iba a dejar que Jeremy Potter se le adelantara.

Godric había recibido muy bien la sugerencia de Harry y había llevado a la Mortifaga a un lugar especial para interrogarla, allí ella no sería capaz de usar magia ni ninguna clase de triquiñuela para engañarlo, pero él sí podría usar sus dotes para hacerla hablar sin ningún esfuerzo.
- Estamos listos - dijo Godric sentándose en una silla frente a Bellatrix que no sabía que detrás de la supuesta pared Harry escuchaba - supongo que sabes o al menos sospechas quién soy.
- ¿En serio eres Godric Griffindor?
- Lo soy - le dijo y vio un brillo extraño en sus ojos - también se me conoce como el Gran Brujo Blanco - le explicó y sonrió, podía ver brillar en sus ojos la ambición y la coquetería, de seguro le agradaba la idea de estar con uno de los magos más poderosos de la historia.
- Vaya, pero te ves muy joven para ser uno de los fundadores...
- Mi magia me conserva - la interrumpió - vayamos a lo nuestro.
- ¿No necesitas una mujer que te ayude?
Godric la miro intrigado ¿qué pretendía? Pero el entendimiento le vino como un mazazo, esa mujer amaba el poder y de seguro pensaba que él podría dárselo si lo conquistaba. Sonrió y supo de inmediato qué era lo que debía hacer si quería que ella le contara de sus planes.
- Ah, bueno, hace mucho tiempo que mi esposa murió - le dijo tranquilo - dime ¿qué planes tendrías tú para mí?
- Ah - sonrió ella relamiéndose - tengo dos niños a los que podríamos entrenar para hacerlos los magos más poderosos de la historia. La magia de los Black está totalmente manifestada en ellos, pese a ser tan pequeñitos, quizás se deba a que el licántropo les heredó toda aquella magia que él no puede manifestar - sonrió - pensaba dárselos a mi señor, pero tú eres más guapo y te ves mucho más joven y poderoso que él.
- No llegué a conocer a tu señor ¿qué era lo que él quería?
- Ser el mago más poderoso, que todos temblaran a la sola mención de su nombre, ser inmortal, ser dueño del mundo.
- Pero él fue derrotado ¿verdad?
- Pero nos dejó algo de su esencia para revivirlo, sin embargo, para ello se necesita la magia de dos criaturas mágicas muy poderosas, pero ellas deben haber encarnado en cuerpos humanos y ser poderosos magos, supongo que mi señor lo sabía y por eso conservó a los Malfoy a su servicio pese a que sabía que en cualquier momento caerían bajo el encanto del fénix.
- Sé que quiere tener a los fénix.
- Desconozco qué era lo que quería de ellos, sólo lo que dijo Potter.
- Un brujo que es dueño de un fénix, obtiene ciertos dones del mismo - le dijo poniéndose de pie - y más cuando este está encarnado en un mago ¿sabes que Lucius Malfoy, igual que su hijo ahora son magos más poderosos que antes? Y eso se debe única y exclusivamente porque los Potter se entregaron a ellos voluntariamente y de corazón.
- Y tú eres ancestro de ellos ¿no?
- Cierto - le dijo - soy un león fénix mucho más poderoso porque mi sangre está menos mezclada con la de los magos, a quien yo le entregue mi corazón, será terriblemente poderoso - sonrió malicioso, esa magia ya no existía porque se la había traspasado a Harry.
- Un fénix más poderoso que todos los magos.
- Bellatrix - le dijo acercándose a ella haciendo que lo mirara directamente a los ojos - dime donde están los demás mortifagos y los bebés de tu primo - ella pestañeó, era muy buena en occlumency, pero la invasión a su mente no era molesta, al contrario, era placentera, mucho más que cualquier cosa, ni el sexo la hacia sentir así, por lo mismo lo dejó entrar.
- Están en el castillo de Aflows, al sur de Upon Avon, un lugar que los Muggles no pueden ver. Allí, en una cajita de cristal labrado, está el último trozo del alma de mi señor y los niños permanecen con un hechizo especial que los cuida y mantiene a salvo de nuestra magia negra.
- Dime, Bellatrix ¿cómo pretendías robarle su magia a los Malfoy?
- El cristal sólo necesita ser tocada por ellos para tomar toda su esencia mágica y volver a darle un cuerpo a mi señor - suspiró.
- Por ser tan buena niña, te daré algo - le dijo sonriendo malicioso y la dejó sola con sus pensamientos y se reunió con Harry - vamos, no podemos dejar que esto siga o alguien cometerá el error de tocar la famosa caja y darle vida de nuevo a Voldemort.
- ¿Qué le hiciste? - le dijo al verla retorcerse.
- Un poco de lo que quería - sonrió - el placer que jamás ha obtenido en los brazos de ningún hombre porque jamás se ha entregado por amor.
- O sea que ella...
- Se está imaginando que el amor de su vida la está poseyendo y tendrá el orgasmo más grande de su historia.
- ¡Maestro! - le dijo escandalizado, pero se rió mientras regresaban al colegio.

Jeremy estaba sentado con tres jóvenes de Slytherin amarrados mágicamente a sus sillas cuando Harry y Godric llegaron, se le veía muy molesto, pero no decía nada, así que Harry le tomó las manos y se agachó frente a él.
- ¿Qué pasó, hermano? - le dijo preocupado.
- Estos tres han tratado de abusar de su joven y guapo profesor de pociones.
- ¡Yo no quería abusar de ti! - se defendió Blaise Zabinni - quería prevenirte acerca de las intenciones de estos - señaló con la cabeza a Nott y a otro Slytherin al que Harry no le recordaba el nombre - ellos venían por ti.
- ¿En serio? - le dijo molesto - pues bien que me agarraste por detrás y te colgaste de mi cuello - le recriminó poniéndose de pie.
- Es que estás de comerte - le dijo ruborizado.
- ¡Pues te recuerdo que hasta que no termine el año soy tu profesor! - le replicó exaltado.
- Pero eso no quita que estés bueno - le dijo Nott.
- Por Merlín ¿qué clase de locura les ha dado conmigo? - dijo furioso comenzando a perder la paciencia.
- Tranquilízate, Jeremy - le dijo Harry divertido.
- No, no me calmo, menos cuando tres mocosos tratan de violarme - comenzó a pasearse por la sala.
- ¡No habríamos llegado a tanto! - se defendió el otro muchacho.
- Pretendíamos seducirte - agregó Nott - pero Blaise se apuró demasiado y no alcanzamos a intentar nada antes que nos amarraras.
- Por favor, Jeremy, yo lo hice porque me gustas - gimoteó Blaise - y no quería que estos otros te tocaran, en serio.
Godric miró a los Slytherin divertido, así que los tres aprendices esperaban obtener lo mismo por su cooperación a los mortifagos, el corazón de Jeremy Potter, sin embargo, se había vuelto una competencia entre ellos por ser quien lo atrapase primero.
- Lo lamento mucho, chicos, pero los tres están en detención a partir de este mismo instante - les dijo tratando de recobrar la calma y se volvió hacia su hermano - Harry ¿puedes pedirle al Profesor Snape que venga? Es su jefe de casa y es quien debe decretar sus castigos.
- ¡Por favor, no! - dijeron los tres y Harry se salió conteniendo la risa ¿Sería capaz su hermano de mantener la calma delante de Snape? Ya lo vería. Caminó hacia las mazmorras y golpeó la puerta de la oficina de Snape.
- Potter, a que debo tu visita - le dijo sarcástico.
- Ni crea que vengo por mi propio gusto - le dijo cruzándose de brazos - Jeremy quiere que vaya a su oficina.
- ¿Qué le pasó a tu hermano ahora?
- Tiene bajo detención a tres de sus alumnos - se encogió de hombros - ya le explicará la situación.
Iban de camino a la oficina de Jeremy cuando se les apareció Lucius muy molesto con una niña en cada brazo. Se notaba de lejos que estaba enojado y Harry se adelantó a ayudarlo con una de sus hermanas.
- Si busca a mi papá, está con Draco - le dijo.
- ¿Pasó algo malo? Porque tú no andarías con Severus por tu cuenta.
- Atacaron a Jeremy - le dijo - no, no como se imagina - se rió y se acercó a él - los chicos esos trataron de "comerse" a mi hermano - le dijo al oído.
- Pero no le hicieron daño ¿verdad?
- Creo que no estaban muy de acuerdo en compartirlo y por eso él pudo detener sus avances antes que consiguieran nada.
- Es el problema de ser un joven guapo - suspiro - todos quieren contigo menos la persona que verdaderamente te interesa.
- Creo que estás siendo muy dramático, Lucius - le dijo Severus - tú nunca tuviste problemas para obtener a quien querías.
- Si así hubiese sido, no existirían ni Draco ni Harry - le replicó - vamos con James, estoy seguro que Jeremy se las puede arreglar muy bien solito.
- De acuerdo - suspiró Harry - de todas maneras Godric está con él.

La puerta de la habitación se abrió y dejó pasar a Harry y a Lucius cargando a las niñas que venían más dormidas que despiertas. Harry sonreía a sus hermanitas, ambas rubias pero muy parecidas a los Potter ¿sería una maldición que todos los de su sangre se parecieran? Entró en la alcoba y se acercó a las cunitas de sus hijos. Allí estaba James mirando a sus nietos que dormían plácidamente aún asombrado que uno fuera rubio y el otro moreno, ni el propio Griffindor había sido capaz de explicarse la situación ya que ambos eran idénticos, pero el color del cabello los diferenciaba inconfundiblemente.
- Así que aquí te escondías - le dijo Lucius.
- Un Potter jamás se esconde - le replicó con calma - simplemente hice lo que me pediste, me desaparecí de tu vista - se encogió de hombros y tomó a su hija de los brazos de Harry - además, dijiste que me odiabas.
- Detesto que tengas tan buena memoria - le dijo fastidiado - estaba cansado y tu vienes y empiezas con tontos arrumacos...
- Vaya, lo que me faltaba, que ahora no te gusten mis caricias - lo interrumpió fastidiado - si no me quieres, dímelo y ya, no empecemos con esto de tira y afloja para ver quien tiene más paciencia que el otro - agregó - al menos no estamos casados todavía, no será necesario un divorcio.
- James Artemius Potter, tú que rompes nuestro compromiso y te romperé algo mucho más doloroso - lo amenazó Lucius furioso.
- ¿Artemius? - dijo Harry sorprendido - ¿es tu segundo nombre?
- Si, aunque nadie me lo dice - miró al rubio - realmente eres insoportable, Lu.
- Pero, James, no es verdad que me quieres dejar - le dijo haciendo un gesto muy infantil y Harry tuvo que morderse para no reírse al ver que su padre se le acercaba y le acariciaba tiernamente la mejilla - nunca lo harías ¿verdad?
- Por supuesto que no, pero pensé que era lo que tú querías.
- Claro que no.
- Perdonen que los interrumpa, pero ¿y Draco?
- En el baño - señaló la puerta - me temo que el pequeño Alvin los vomitó y él se fue a bañar.
- Mm, quizás quiera ayuda ¿cuidarían a mis hijos mientras ustedes arreglan sus diferencias? - les pidió y ambos asintieron sentándose en el sillón - genial.
Harry entró en el baño y se agachó junto a la tina para mirar a su esposo que estaba hasta los hombros con espuma de violetas, el aroma le llegaba fuerte a la nariz y lo hizo estornudar alertando a su rubio.
- Harry, te habías tardado - lo regañó - no dejarías a los niños solos ¿verdad?
- No, tienen a sus abuelos vigilándolos - le sonrió - además, los aprendices están detenidos en este momento por tratar de abusar de Jeremy.
- ¿Cómo fue eso? - lo miró sorprendido.
- Desconozco los detalles, pero Jeremy nos dijo que ellos entraron en su oficina y Blaise se le colgó del cuello y trató de hacerle cosas malas, claro que se le unieron Nott y otro muchacho, no recuerdo su nombre, pero creo que es de sexto. Lo cierto es que Jeremy se enfadó y los dejó fuera de combate, los amarró y luego llamó a Snape para que aplicara el castigo correspondiente.
- No creo que les agrade mucho el castigo que él les dé, después de todo él les tiene sangre en el ojo por lo que pasó con tu padrino - lo miró y se sonrió - ¿no quieres hacerme compañía en el agua?
- Pensé que no ibas a pedírmelo - le sonrió y se desvistió metiéndose en el agua - siempre es agradable estar contigo ¿sabes?
- Me preguntó qué castigo les pondrá Snape - sonrió el rubio acomodándose en sus brazos - por cierto, ¿dónde andabas?
- Fuimos con mi maestro a interrogar a Bellatrix y conseguimos la información necesaria para recuperar a los bebés de mi padrino - le acarició el cuello - sólo existe un pequeño problema, la caja en que está el último trozo del alma de Voldemort se activará con cualquier magia y le dará un cuerpo. Por lo visto, ellos necesitan que sea una criatura mágica encarnada en un mago para que él sea mucho más fuerte que yo.
- Así que no es tan necesario que seamos dos de nosotros.
- Quizás ya no, dado que tú y tu padre han recibido la magia del amor de un fénix, por eso son mucho más poderosos, pero lo mejor es no arriesgarnos a que tengan su magia.

Harry se había quedado con su padre y Godric vigilando el castillo donde estaban ocultos los mortifagos a la espera de la señal que les daría Fawkes. Por supuesto, ellos habían tratado de rescatar a Bellatrix de prisión, sin embargo, no era ella a quien habían sacado de allí, era Remus usando una mezcla especial de poción multijugos que le dio Snape, le dijo que le duraría tres horas, así que debía estar pendiente del tiempo, claro que era más que el que normalmente tomaba en dejar de surtir efecto, pero que no se confiara. También Sirius y Jeremy estaban al pendiente de la señal del otro lado del castillo, ellos serían apoyo por si Lucius o Draco eran descubiertos.
- Allí está la señal - le señaló James y se movilizaron hacia el interior.
Sin embargo, algo inesperado había acontecido. Harry pudo ver que tres mortifagos se habían reunido con los anteriores y ahora rodeaban a Remus-Bellatrix preguntándole por los planes inmediatos.
- Se suponía que uno de ustedes, al menos, me traería a uno de los Veela - les dijo este fingiendo a la perfección la voz de la mujer - no podemos retrasar más tiempo el despertar de mi señor.
- ¿Qué le pasará luego a ese mago? - le dijo uno de los jóvenes al que Harry identificó por la voz como Zabinni.
- No te preocupes, pequeño, tendrás lo tuyo.
- Pero yo quiero a Jeremy Potter y no quiero compartirlo con estos.
- Será del primero que lo cace - le dijo Nott.
- Pues, entonces ¿qué están esperando? - les dijo elevando la voz - mientras antes los tengamos, antes podrán tenerlo ¿saben?
- Pues que no interfieran en mis planes ¡si no me hubiesen seguido, él habría sido mío y ya estaría aquí!
- ¡Pues no iba a dejarte libre el camino para que te lo quedaras!
- ¡Pues yo lo vi primero y, por lo tanto, es mío!
- Tráiganlo aquí y ya veremos quien se lo queda después que terminemos de usarlo - les dijo y los tres desapareciendo dejando a la falsa Bellatrix a solas con Avery - espero que los bebés estén bien.
- Claro que sí, su magia es muy fuerte y los protege de muchas cosas - dijo este dándole la espalda - una lástima que tengan que morir.
- No habíamos planeado eso - le dijo tratando de mantener la calma - los vamos a entrenar para que sean los mejores mortifagos.
- Pues con los muchachos hemos decidido tomar sus poderosas magias y rejuvenecernos con ella, así seremos eternos - le dijo complacido sin notar el rictus que Remus hacía - será agradable tener una apariencia mejor, creo que incluso a nuestro señor le agradará mi idea.
- Ni lo sueñes, Avery - le dijo con los dientes apretados y levantó su varita lanzándole un potente rayo de luz dorada que lo aturdió - no matarás a mis hijos, no lo voy a permitir.
James entró en la habitación con cuidado y lo dio vuelta, el idiota no despertaría por varias horas, así que podría ocupar su lugar.
- Deberías tener más cuidado, Lunático - le dijo divertido - lo trasladaré a Azkaban mientras Harry lleva a tus hijos con Sirius ¿de acuerdo?
- ¿Y quién ocupará el lugar de Avery? Nadie sabe cuál es el comportamiento de ese mortifago, no es como Bellatrix, a la que Griffindor hizo hablar.
- Snape ocupará su lugar, se lo debe a Sirius - le dijo - espera un poco más y destruiremos lo poco que queda de Voldemort.
- No me agrada este lugar, es mucho más siniestro que la casa de los gritos.
- Ah, pero ese lugar jamás estuvo embrujado - se rió - eras tú quien gritaba allí, quizás este lugar te parece tenebroso por sus habitantes.
Harry entró al cuarto continuo y tomó a los bebés de sus cunitas con cuidado de no despertarlos para no alertar a los otros mortifagos.
- Vamos - les dijo Godric poniendo ante ellos una taza que funcionaba como traslador - ten cuidado, Remus, no hagas nada hasta que Avery regrese - le advirtió al licántropo y los cinco desaparecieron, apareciendo luego en el jardín de una casa antigua en donde los esperaban Sirius y Jeremy.
- Regresaron pronto - les dijo Jeremy viendo como Sirius tomaba a sus dos pequeños y los acunaba con ternura.
- Ya regreso - dijo James desapareciendo de nuevo.
- ¿Qué ha pasado? - dijo Sirius colocando a sus hijos en una improvisada cunita - Remus sigue en su lugar ¿verdad?
- Bueno, no podíamos dejar a los bebés allí, menos con las intenciones que tienen ahora con ellos esos mortifagos - le dijo Godric.
- ¿Qué querían? - dijo Jeremy preocupado.
- Robarles su magia para rejuvenecerse - dijo Harry - y creo que es mejor que regresemos al colegio y te dejes atrapar, o sino tratarán de usar o a Draco o a Lucius para revivir a Voldemort.
- Bien, seré la carnada, pero como ellos intenten algo parecido a lo del otro día, les va a ir muy mal antes de dejarme capturar.
- Jeremy, no te vayas a entregar en bandeja, sospecharían - le dijo Godric - es mejor que te hagas el difícil, nosotros te protegeremos a una distancia prudente para que no te hagan lo que temes.

Ciertamente Jeremy se las puso difícil a los aprendices, cada cual lo había perseguido por el castillo tratando de llevarlo a una emboscada y este se le escapó por los pelos. Sin embargo, no podía perder más el tiempo, si ellos descubrían que los pequeños Black no estaban, Remus estaría en problemas, así que caminó hacia los invernaderos con el mapa de los merodeadores que su hermano le había prestado. Blaise lo seguía a cierta distancia, según podía ver en el mapa, de seguro planeando hacerle algo malo. Suspiró y se detuvo junto a la puerta del invernadero nº 4, allí borró el mapa y se lo echó en el bolsillo, era hora de enfrentarlo y fingirse vencido.
- Al fin te alcanzo, Jeremy - le sonrió tomándolo del brazo y este alzó una ceja sorprendido - parece que me has estado evitando.
- Después de lo que pasó, no debería sorprenderte - replicó.
- Yo sólo quería evitar que esos dos te hicieran algo malo, lamento no haber conseguido contenerme, sabes que me gustas.
- Pues deberías recordar que soy tu profesor - le dijo soltando su brazo y abriendo la puerta del invernadero, pero el Slytherin lo detuvo de nuevo - deberías tenerme un poco de respeto - le dijo molesto.
- Jeremy, no me hagas tomar medidas extremas - le advirtió.
- Mira, Blaise, yo te aprecio mucho, eres uno de los mejores amigos de Draco y te quiero como si fueras uno de mis hermanos...
- ¡No quiero que me trates como a uno de tus hermanos! - lo interrumpió.
- Lo siento, Blaise, yo sé que sientes algo mucho más fuerte por mí, pero no puedes obligarme a que sienta lo mismo por ti - lo abrazó apoyándolo en su pecho - siempre quise tener muchos hermanos y con ustedes me he sentido así ¿por qué no lo aceptas y te buscas alguien que de verdad sea para ti?
- Así que te sigue gustando Snape ¿verdad? Y él comienza a corresponderte.
- Claro que no, es que simplemente no creo que yo sea la persona adecuada para ti ¿no lo ves? Y con respecto a Snape, yo...
- Debí matarlo una vez que obtuve la información - gruñó apartándose - y me veo obligado a tener lo que quiero por la fuerza.
- No te entiendo - le dijo intrigado.
- Desmaius - le dijo levantando su varita - perdóname, Jeremy, te amo demasiado y te tendré como sea - lo besó en los labios y lo convirtió en un gato - que bueno que se me dan bien las transformaciones, no podría sacarte del colegio con tu verdadera forma.

Harry seguía vigilando atentamente el castillo, era un trabajo aburrido, nada ocurría, pero un ruido lo sacó de su letargo. En la habitación donde estaba Remus-Bellatrix se había aparecido Blaise Zabinni con un gato rubio platinado entre sus brazos.
- ¿Qué me traes, pequeño mío?
- Lo que usted quería, mi señora - dijo colocando el gato sobre el sofá con gran cuidado - perdona, Jeremy, tú me obligaste a tomar medidas drásticas - le dijo acariciando su cabeza antes de volverlo a la normalidad - No le pasará nada malo ¿verdad?
- Por supuesto que no - le dijo Snape-Avery desde las sombras haciendo una mueca maligna y Harry se estremeció al verlo, ciertamente Snape podía verse aún más siniestro que el propio Voldemort - puedes retirarte.
- ¿No puedo quedarme a ver la ceremonia? - dijo esperanzado no queriendo separarse ni un poco de Jeremy - quiero estar a su lado cuando pierda su magia, para ayudarlo.
- No, debes regresar al colegio y llevar a los Malfoy a una emboscada, mientras más veela nos den su magia, más fuerte será nuestro Señor - le dijo la falsa Bella tratando de no reírse de la ingenuidad del muchacho.
- Mi pobre Jeremy, si no fuera que necesitamos tu magia - lo besó en la frente - ya regreso, amorcito, yo te cuidaré luego - se despidió y desapareció.
- Parece que el escenario ya está listo - dijo Harry divertido entre las sombras - pronto será hora de actuar ¿han descubierto donde está aquella caja de cristal? Mientras no aparezca, todos corremos peligro.
- Tengo una leve idea - le dijo Remus sentándose junto al inconsciente Jeremy - Avery dijo algo acerca de bajarlos al sótano para que una serpiente encantadora los guiara hacia el fin de sus días.
- ¿Una serpiente encantadora? - dijo Harry - debe ser algo que sólo afecte sus esencias de veelas, como pasó en el hospital - miró a su hermano - enervate.
- ¿Dónde estoy? - dijo este al recobrar la conciencia mirando a su alrededor.
- En el nido de las serpientes - le dijo Remus - es mejor que te finjas que sigues inconsciente, esperamos que pronto lleguen con los demás para iniciar la última parte de este plan.
- ¿Quién se quedará con los bebés? - les dijo - porque no creo que Sirius...
- No te preocupes por ellos - le dijo Harry - estarán a salvo, los que corren peligro son ustedes, necesito algo que evite que los vuelvan a hechizar.
- Existe una poción que evita que la poción de la verdad surta efecto sobre aquellos que la toman - dijo Jeremy pensativo - quizás surtiera un efecto similar con ese encantamiento.
- Sólo funciona contra el verisitasem - le dijo Snape.
- Y no hay tiempo para preparar algo así - dijo Remus.
- Claro que lo hay - dijo Harry - sólo necesito a papá para hacerla.
- Tu padre no era el mejor en pociones - le dijo Snape.
- Necesito a mi padre para ir al lugar del tiempo no-tiempo - le contestó - podré investigar en la biblioteca de allí y preparar una poción en lo que aquí serían minutos - agregó - ya regreso - y desapareció.

Draco se sentó en el sofá junto a Jeremy, hacía una hora que Nott lo había traído este lugar y ahora tenía que fingir que estaba inconsciente igual que su hermano, mientras su padre y Harry no estuvieran allí, no podrían hacer nada contra los mortifagos.
- Al fin lo conseguí - dijo Harry apareciéndose a su lado - estás bien ¿verdad?
- Claro que sí, dejé que Nott me atrapara con un simple conjuro para no sufrir daños mayores - le explicó enderezándose - Jeremy está dormido.
- No es cierto, estoy cansado - le dijo este molesto - y aburrido - agregó.
- Bueno, yo encontré una poción especial que evitará que sus mentes sean atontadas por culpa de sus esencias de veela, como ocurrió en el hospital.
- Bravo, Harry - su hermano le sonrió divertido.
- ¿Aún no llegan con Lucius? - miró a su alrededor - espero que no se haga el difícil o a Remus y a Snape se les va a acabar la poción.
- Espero que le hayan avisado - le dijo Draco.
- Papá dijo que se había hecho cargo - le dijo Harry - el problema es que tu padre es muy orgulloso y no se dejará atrapar así como así.
- Alguien viene - le dijo Jeremy y junto con Draco se fingieron desmayados mientras Harry retrocedía hacia un rincón haciéndose invisible.
En eso entró el muchacho de sexto cargando a Lucius Malfoy inconsciente seguido por la falsa Bellatrix y alguien más, quizás Nott.
- Buen trabajo, mi muchacho, ya los tenemos a los tres - le decía Remus.
- ¿Los tres? - dijo este preocupado - ¿es que Jeremy está aquí?
- Si, Zabinni lo trajo hace una hora - le señaló y Harry vio también a Nott que apretaba los puños, furioso - me temo que les ganó.
- Mi señora - le dijo Nott - ¿se lo dejará a Zabinni?
- Eso lo decidirá mi Señor - le dijo divertido - ahora estamos listos para empezar la ceremonia, díganle a Zabinni que venga - y los dos se marcharon echándole una mirada preocupada a Jeremy. Remus espero que estuvieran lejos antes de hablar - Harry, sé que estás aquí ¿lo conseguiste?
- Si, encontré una poción especial - sonrió apareciéndose y sacando del bolsillo una botellita de cristal con un líquido plateado - esto bloqueará sus esencias de veela, pero no su magia.
- Despertemos a Lucius para que la beba antes que los otros lleguen - dijo Remus y apuntó a Lucius con su varita y lo despertó - espero que estés bien, te ves un poco golpeado, a James no le va a gustar eso - le dijo negando con la cabeza - parece que se te pasó un poco la mano.
- No podía dejar que un niño me venciera - le contestó - lo malo fue que Nott intervino y no pude con los dos - explicó.
- Era que te hicieras el difícil, nada más - le dijo Harry.
- Pues eso hacía, un Malfoy...
- Olvídelo, no tenemos tiempo que perder - le dijo este y le entregó la botella - bébalo para evitar que ataquen su esencia veela.
- Espero que sea menos asquerosa que las pociones que prepara Severus.
- No lo sé, a mi no me afectaría aunque lo quisiera - dijo Harry viendo como se tragaba el líquido y le pasaba a Draco la botella - apúrense, no tenemos todo el tiempo del mundo - Jeremy la bebió también - bueno, espero que esto resulte, nunca experimenté con esa poción - se retiró a un rincón y se hizo invisible - parece que estamos listos.
- Bien, me temo que los voy a tener que desmayar en serio - les dijo Remus y los hechizó. Luego se bebió un poco de la poción multijugos y esperó a que entraran los Mortifagos.
- Así que ya están todas las piezas en su lugar - le dijo el falso Avery entrando con ocho mortifagos enmascarados - ustedes, carguen al Malfoy mayor, Nott, Bunster, carguen al otro, Zabinni...
- Yo puedo solo con Jeremy - lo interrumpió este, se notaba que no quería que nadie más lo tocara.
- Muy bien, andando - dijo secamente poniéndose la máscara - empecemos cuanto antes, así podremos ver a nuestro señor pronto.
Harry los siguió en silencio y vio como los mortifagos dejaban a los tres rubios junto a una puerta dentro de lo que era el sótano de ese castillo. Regresaron sobre sus pasos y escuchó como les lanzaban un conjuro para despertarlos y luego los dejaban a solas.
- Mi señora - escuchó a Blaise decir - ¿por qué los dejamos solos?
- No te preocupes tanto, pequeño, más tarde volveremos por ellos - le dijo y escuchó su risa siniestra, al menos la que se parecía a la de la bruja.
Harry se hizo visible y miró el lugar, estaba terriblemente oscuro y escuchaba un ligero siseo venir hacia ellos, seguramente era la serpiente encantadora de veelas que los llevaría a la caja de cristal.
- "Humanos con esencia de veela - la escuchó decir mientras caminaba hacia ellos - debo llevarlos al cristal".
- "Espera - le dijo Harry hablando su idioma - ¿sabes qué es lo que pasará con ellos? Porque no pareces ser mala".
- "Vaya, hablas mi idioma, igual que el brujo que está encerrado en el cristal"
- "Pero no me has respondido" - insistió.
- "No, yo sólo sé lo que el hombre me dijo, que si los llevaba con él me dejaría ser libre para siempre".
- "Siempre diciendo mentiras - dijo Harry - yo te puedo prometer lo mismo si nos llevas hasta donde él se encuentra ¿te parece? Yo no te pido nada a cambio".
- "Pero se supone que debo encantar a los veela".
- "Uno de ellos es mi esposo, el otro es mi padrastro y el último es mi hermano, no puedes hacerles daño" - se sonrió y ayudó a Draco a ponerse de pie mientras observaba como Jeremy hacía lo mismo con Lucius.
- "Muy bien, entonces comiencen a caminar, los guiaré, pero quiero que me liberes tan pronto este esté a tu vista"
- "Muchas gracias, no sabes lo que eso significa para nosotros".
- ¿Qué tanto hablan? - le dijo Draco.
- Bueno, ella me estaba explicando su situación, pero la he convencido para que nos guíe al lugar correcto sin que ustedes sufran ningún daño.
- Entonces ¿para qué bebimos la poción que preparaste? - le dijo Lucius.
- Bien, fue más que nada para evitar problemas - tomó a Draco de la mano - no podía estar seguro que ella quisiera escucharme, recuerdo que a Nagini no la pude convencer de nada, igual que al basilisco de la cámara de los Secretos.
- Bien, entonces, vamos tras ella - le dijo Lucius y comenzaron a seguir a la serpiente que agitaba la cola cada vez que avanzaba.
- "Diles que no toquen nada a su alrededor, todo está preparado para robarle la magia a quien los toque"
- Tengan cuidado de no tocar nada - les tradujo Harry - dice que les robará la magia al primer contacto.
- Es magia negra muy poderosa - aceptó Lucius - siempre hacía lo mismo para cuidar los lugares clave dentro de una base, recuerdo bien que sus habitaciones en la mansión Riddle estaban protegidas así, como si alguno de nosotros hubiese sido tan idiota de ir por él sin que nos llamara.
- No les temía a ustedes - le recordó Harry - temía que yo fuera tras él para tomar venganza y lo venciera de una buena vez.
- ¿Por lo de la famosa profecía? - le dijo Jeremy.
- Él jamás la escuchó completa - le dijo Harry - por eso cometió el error que permitió que hubiese 14 años de paz entre guerras - escuchó el siseo de la serpiente y los detuvo - lumos.
- "Allí al frente está la caja, pero si me acerco más me dominará por completo y le haré daño a tu familia" - le dijo la serpiente.
- "Gracias por ayudarnos - le dijo Harry - te liberaré de inmediato ¿a dónde quieres que te envíe?"
- "Bueno, yo pertenezco a los bosques húmedos del Ecuador".
- "Bien allí te enviaré, que tengas buen viaje - le dijo y sacó algo de un bolsillo y lo puso en el hocico de la serpiente - cuando llegues a tu destino, destrúyelo por completo ¿de acuerdo? - le sonrió - que seas feliz" - y se alejó un poco para hacer un conjuro, al poco rato la serpiente desapareció.
- ¿Puedes explicarnos lo que está pasando? - exigió Lucius.
- Es tan típico de ti, Lucius - le dijo Harry moviendo la cabeza - nunca pides, exiges - suspiró - me dijo que ya no podía acercarse más o él la dominaría y les tendría que hacer daño. Lo cierto es que la liberé y ahora es nuestro turno de acabar con el resto de Voldemort.
- Pero ¿cómo lo vas a hacer si no puedes tocarlo?
- Simple - dijo Harry divertido y avanzó un poco más - nos volvemos a ver, Tom - le dijo al cristal y este pareció relucir.
- ¡No eras tú quien debía venir! - le respondió.
- Ah, bueno, no debiste dejar tu vida en manos de unos inútiles.
- Bellatrix me es fiel hasta la médula - le replicó.
- Eso quisieras - se burló - pero un mago más poderoso que tú le ofreció algo más a cambio y ella nos dio el secreto y aquí hay tres veela, pero no tendrás su magia ¿sabías? Hoy has llegado al final.
- ¡Robaré tu magia! - lo amenazó, pero Harry simplemente lo ignoró y lanzó un hechizo que hizo saltar en pedazos el cristal que protegía el último trozo del alma de Voldemort y un vapor negro se vio desaparecer en el aire, de inmediato la magia negra que rodeaba el lugar desapareció.
- Se escuchan ruidos en el exterior - dijo Draco - parece que llegaron los del ministerio ¿cómo supieron dónde buscarnos?
- Sería por el traslador que hice para la serpiente - dijo Harry encogiéndose de hombros - no importa demasiado - regresó junto a Draco - volvamos arriba, no vayan a creer que son Bellatrix y Avery quienes dirigen a los mortifagos.
Rápidamente caminaron hacia la puerta y escucharon como alguien trataba de forzarla para abrirla y sacarlos de allí. De repente, esta se abrió y dejó entrar a un Blaise que corrió a abrazar a Jeremy mientras gruesas lágrimas corrían por su rostro. Él lo abrazó con fuerza y le acarició el cabello tratando de calmarlo aunque fuera un poco.
- No te pasó nada ¿verdad? - lo miró - ellos dijeron que él les quitaría su magia, pero no me dijeron que ustedes eran como las criaturas mágicas a las que encarnaban, que sin magia morirían irremediablemente.
- Voldemort no va a regresar jamás - le dijo Harry - ellos están bien.
- ¿Potter? - lo miró intrigado - pero ¿cómo?
- Bueno, siempre hay maneras de engañar hasta al más astuto - se encogió de hombros - espera y verás.
Regresaron a la sala y se encontraron con que en el vestíbulo de desataba una violenta batalla entre mortifagos y aurores del ministerio, pero no había ni luces de Remus y de Snape. Al poco rato los mortifagos habían sido reducidos y comenzaron a ser trasladados al ministerio, con excepción de Blaise que permanecía abrazado a Jeremy.
- Regresemos al colegio - dijo Harry - no nos queda más por hacer aquí, Remus y Snape habrán regresado por su propia cuenta a casa.

Cuando llegaron al castillo, Dumbledore los estaba esperando junto con Godric y James. Este último tenía en su regazo un sobre y a Fawkes. Al poco rato se les unió Sirius que sonreía, en especial cuando Remus se reunió con ellos y lo abrazó con fuerza.
- Las cosas comienzan a solucionarse - les dijo Dumbledore - aunque el ministerio insiste en que le entreguemos al otro aprendiz de mortifago.
- Bueno, Blaise no quiere despegarse del costado de Jeremy - dijo James mirando burlón a su hijo mayor - parece que se convirtió en lapa ¿eh?
- Pobrecito, creo que el pobre quedó algo traumado - lo acarició.
- Además, no llegó una terrible noticia del ministerio, una hora después que ustedes dejaron a Bellatrix - le dijo a Harry - la encontraron muerta, creen que de un fallo al corazón.
- Pero murió feliz - dijo Godric divertido - en especial después de lo que la hice sentir cuando entré en su mente.
- Para ser un brujo blanco, eres un pervertido ¿sabías? - dijo Harry.
- ¿Y se puede saber que fue lo que le hizo? - le preguntó Blaise sorprendido.
- Bueno, creo que ella jamás se había sentido tan plena en toda su vida y yo la hice vivir la mejor de sus fantasías, aunque creo que se me pasó la mano, no pensé que por tener un orgasmo se fuera a morir.
- Me parece que los Griffindor son tan pervertidos como los Slytherin - dijo Snape divertido - si no lo hubiese escuchado de su boca, no me lo creo.
- Hay muchas cosas que los Griffindor guardamos para nosotros - le dijo Sirius divertido - cosas que son muy íntimas nuestras ¿Verdad, Remus?
- Y muchas otras que hacemos para callado - dijo James divertido abrazando a Lucius - cosas que nuestras parejas jamás confesarían ¿verdad, Lu?
- Me estás avergonzando, Jim - le dijo ruborizado - no sigas.
- ¿Y qué ha sido de Avery? - dijo Harry divertido.
- Es un caso diferente, no sé qué hechizo le habrá puesto Remus que aún no consiguen despertarlo - le dijo James - creo que se pasó la mano.
- Quería matar a mis hijos y me enfadé, así que quizás sea eso, pero sólo será que le tomará un poco más de tiempo el reaccionar, es todo.
- No importa mucho si no lo hace, pero habrá una investigación y ello podría ser la causa que les revoquen el permiso de matrimonio - le dijo Dumbledore
- ¡No pueden hacernos eso! - se quejó Sirius molesto.
- Por lo mismo preparamos su boda para hoy - dijo Godric.
- ¿Para hoy? - repitió Remus asombrado.
- Si, se casarán al mismo tiempo que James con Lucius, no podemos dejar que dos descendientes mías no lleven bien su apellido ¿no creen?
- Entonces, debemos preparar a los novios - dijo Harry y se volvió hacia su hermano y su esposo - Jeremy, Draco, ustedes se harán cargo de preparar a Lucius y a Remus, yo me haré cargo de preparar a papá y a mi padrino para la boda - sonrió.
- Bien, quien llegue al último a la boda, hará de "novia" - dijo Jeremy sonriendo - nos veremos más tarde.
- A mí me gustaría casarme contigo - le dijo Blaise sacando el habla.
- Bueno, ya veremos que pasa - le sonrió besándole la frente - ya será nuestro tiempo - le explico - mientras, nos puedes ayudar.

James miraba el traje que le mostraba su hijo, sabía que Remus lo había guardado para Harry, pero nunca sospechó que él volvería a usarlo y menos para una boda con Lucius.
- Y, claro - decía Harry, aunque en realidad ninguno de los dos le prestaba mayor atención - traeré al mismo mago que me arregló a mí para la boda - los miró divertido - ¿de casualidad alguno de los dos me está prestando atención?
- ¿Decías algo, cachorro? - le dijo Sirius saliendo de su ensimismamiento.
- Ya me parecía a mí que estaba hablando con las paredes.
- Oh, vamos, sólo estaba recordando mi boda con Lily - le dijo su padre.
- A Lucius no le va a gustar nada que te acuerdes de ella, menos ahora.
- Pues se va a tener que aguantar, después de todo, él regresó aquí todo golpeado sólo por su tonto orgullo Malfoy.
- En fin - suspiró - les decía que voy a ir por el estilista que me arregló a mí para que los prepare para la boda.
- Sí, él estará feliz de arreglarnos - asintió Sirius - y si te apresuras, estaremos antes en el gran comedor y haremos el papel masculino.
- Padrino ¿usarías el traje que me trajo Jeremy de Francia? Tendremos que agrandarlo un poco, pero te verás perfecto.
- Espero que tu querido hermano no se enfade, no le gustó mucho que te lo cambiáramos a ti en tu boda.
- No le molestará - afirmó muy seguro.
- Quizás sea mejor que yo me lo ponga y le traigas el suyo a Sirius de su casa - le dijo James - no quisiera que Lucius se sienta mal si me ve con el traje de los Potter, más cuando sabe que con él me casé con Lily.
- Sí, así el traje será usado por un Potter - le dijo Sirius - de todas maneras tendrás que ir a casa por el estilista.
- Bien, mientras tanto, se bañan muy bien - les ordenó desapareciendo.
- Se parece a Lily más que en los ojos - sonrió James divertido caminado hacia el baño con su amigo - es tan mandón.
- Oye, Cornamenta ¿qué tal una última travesura de solteros?
- ¿Qué planeas, Canuto?
- Bien, tenemos unos minutos para... - se inclinó y le contó su plan al oído, ambos se rieron y se transformó en perro - a la carga, merodeadores.
- ¡A la carga! - repitió James riendo transformándose también en siervo luego de echarse encima la capa de invisibilidad, quedando ambos ocultos.
En silencio entraron a la mazmorra donde trabajaba Snape y se dedicaron a vigilarlo atentamente. James tenía hacía días deseos de fastidiarlo, era más fuerte que él y por lo mismo había preparado una poción especial.
- Canuto, distráelo - le dijo en voz baja y este asintió saliendo de la capa hasta sentarse frente a Snape sobre sus cuartos traseros.
- Guauf - le dijo con su mejor acento perruno y el profesor se sobre saltó.
- ¿Qué...? Eres Black - le dijo molesto - por poco me matas del susto ¿no que te estabas preparando para tu boda?
- Guauf - le volvió a decir moviendo la cola.
- Mira, Black, tú quieres algo, así que dímelo y acabemos con este juego.
- Guauf - repitió.
- Esto no es gracioso - le dijo - parezco idiota hablando con un perro.
- Es que eres idiota - dijo y agachó la cabeza tapándose el hocico con las patas delanteras - guauf.
Snape se alejó del caldero amenazándolo con el cucharón y James aprovechó el momento para echar un poco de su poción en el caldero, se alejó del mismo cuidando no perder su capa.
- Aquí hay gato encerrado - dijo el Slytherin preocupado - si tú estás aquí, Potter también - se volvió - mejor se van de aquí, si descubro qué planean, los voy a entregar al ministerio.
- Guauf - le replicó Sirius en tono molesto y salió por la puerta seguido por James que seguía invisible - ¿lo conseguiste?
- Sí, tomará un poco de tiempo, pero será como planeamos.
- Regresemos a las habitaciones de Harry, no me quiero ganar un regaño si no nos encuentra allí - le dijo el animago volviendo a la normalidad.

Draco había ido a buscar el traje de novio de su padre, pero este estaba más nervioso que él cuando se casó, quería verse perfecto para su querido fénix y no dejaba de pasearse.
- Hola - dijo Harry sonriendo - me mandaron por el traje de Sirius, así que también traje el de Remus - se lo entregó a Jeremy - tranquilízate, Lucius, mi padre te verá perfecto.
- ¿Él ya está listo?
- No lo creo - dijo divertido, la magia del castillo le había dicho que tanto su padre como Sirius habían andado dando vueltas por allí y habían ido a molestar a Snape, pero que no le había hecho nada - debo ir con ellos, nos vemos más tarde - se despidió.
- Espero que James no use el traje aquel - suspiró sentándose al fin para dejar que Jeremy lo peinara - lo mato antes.
- No creo que mi padre te haga semejante cosa - le dijo este divertido mientras estiraba el cabello con un cepillo especial - habrá encontrado alguna solución.
Remus miró al rubio divertido, de seguro pensaba en la tradición de los Potter, pero James ya había cumplido con ella cuando se casó con Lily, al siguiente que le tocaba usar ese traje era Jeremy, pero no se lo iba a decir, de seguro el joven Zabinni se lo tomaba como insinuación, ya bastante le había tomado al muchacho quitárselo del costado para trabajar en ellos como para hacerlo retomar su actitud.
- Sea como sea que esté vestido, James te va a dejar sin aliento - le dijo el licántropo sentándose en otro taburete para que Draco y Zabinni lo arreglaran a él - Sirius suele hacer trampa y conseguirán ser la parte masculina.
- No quiero ser quien lleve el ramo - le dijo Lucius.
- Pues yo me conformo, me habré casado con Sirius al fin, nadie me lo podrá quitar ya, así que no me importa.
- Pues ya tuve bastante con el embarazo - replicó.
- Pues James estuvo embarazado primero, por si se te olvida.
- Ya, no discutan - les dijo Jeremy - se van a poner feos par la boda, mi magia no puede hacer milagros ¿saben?

Harry se puso a ayudar a su padre a vestirse mientras el estilista arreglaba a Sirius, que se había acomodado cerrando los ojos para que el hombre le acomodara el cabello y lo hiciera lucir lustroso.
- Ustedes hicieron algo ¿verdad? - le dijo a su padre acomodándole la túnica blanca - ni caso que me mientan ¿saben?
- Lo admito, es más fuerte que yo - admitió James - pero no le hicimos nada.
- Entiendo que no lo quieras, pero te diré que te comportas como un crío ¿no pueden dejar atrás el pasado?
- Esta fue la última travesura de los merodeadores - le dijo Sirius divertido - al menos de los de nuestra generación.
- Pero ¿qué hicieron? - dijo preocupado.
- Ya verás - le dijo James sentándose frente a Sirius dejando que el estilista lo arreglara a él mientras Sirius se terminaba de vestir - será dentro de unos minutos.
- Por Merlín ¿Le arruinaste una de sus pociones?
Y casi como un eco se escuchó una explosión proveniente de las mazmorras donde trabajaba Snape. Harry miró a su padre y luego a su padrino con bastante molestia antes de desaparecer y aparecerse en una mazmorra llena de humo tornasol.
- Maldito James Potter - gruñía Snape tratando de arreglar el desbarajuste que había provocado la explosión - no sé qué hizo, pero esto no se queda así.
- Vaya, así que a esto se refería papá - dijo Harry haciendo un movimiento con la varita regresando todo a la normalidad - ¡por Merlín!
- Espero que lo que haya hecho, no sea lo que estoy pensando - le dijo - o te juro que lo mato, aunque Lucius se enoje conmigo.
Harry transformó la pared frente al profesor en un espejo y vio como este abría tamaños ojos al ver su imagen reflejada allí.
- ¡Lo voy a matar! - dijo apretando los puños, furioso.
Harry no podía contener por más tiempo la risa, así que mejor se fue a su habitación y se enfrentó a su padre y a su padrino que lo miraban expectantes.
- ¿Y, resultó? - le dijo James divertido.
- ¿Qué color tomó Snivellus? - dijo Sirius.
- Bueno - trató de no reírse - está muy pálido, tiene el cabello color damasco fosforescente, sus ropas son de color violeta y sus ojos - se cubrió el rostro con las manos - son dorados, parecen de gato ¿cómo pudieron?
- Bueno, me lo debía por permitir que se robaran a mis hijos - le dijo Sirius.
- Está muy molesto, los quiere matar - le dijo.
- Bueno, pues no creo que salga de las mazmorras así como está - se rió James - siempre ha sido del tipo que no le gusta hacer el ridículo.
- Son terribles - los regañó - y ni crean que Lucius y Remus no se van a enterar de esto, en especial porque Snape es el padrino de Lucius ¿se les olvidó acaso?
- Pues así se debe ver mucho mejor ¿no crees?
- Ustedes no tienen arreglo - dijo cruzándose de brazos.
- Anda, cambia esa cara, te pondrás viejo antes de tiempo - le dijo el estilista.
- Mm, parece que los merodeadores originales no madurarán jamás - dijo fastidiado.
- Harry, nos quitaron gran parte de nuestras vidas - le dijo James - trata de comprender. Además, te juramos aquí mismo, con todo y un testigo, que nunca más vamos a molestar a Snivellus, palabra de Potter.
- Palabra de Black - asintió Sirius.
- Muy bien, acepto sus palabras - dijo Harry - terminemos de arreglarnos para irnos al gran salón e iniciar la boda antes que los maten.

Tal como había presagiado Remus, James y Sirius ya estaban allí cuando Lucius y él entraron, ambos se veían muy guapos y ciertamente el primero había solucionado perfectamente el problema del traje de novio. Sin embargo, lo que más llamaba la atención era Severus Snape, estaba seguro que se trataba de él, pero ¿por qué estaba así? Una simple mirada le bastó para comprender la situación y se tuvo que morder el labio para no soltar la carcajada, de seguro había sido culpa de James y Sirius que ahora estuviera con ese aspecto, al menos eso parecía por la cara de fingida sorpresa que estos habían puesto, si no los conociera tan bien, se las habría creído.
Pero Lucius no había podido contenerse y lo había mirado fijamente antes de mirar a su futuro esposo, que se reía con los ojos mirando al profesor, conocía bien la famosa poción que este le había echado a Snape, ya antes la había echado sobre todos ellos en plena clase, claro que el atacado en aquella ocasión quedó albino.
- Vaya que te gusta llamar la atención, Severus - le dijo divertido tocando su cabello - te sienta bien ese color.
- Que gracioso, Lucius - le dijo molesto - voy a matar a Potter.
- Oh, vamos ¿acaso fue él quien te hizo esto? - siguió fingiendo asombro - yo creo que deberías darle las gracias, te ves mucho mejor.
- Sí, claro, y ahora tengo dones de veela - le replicó sarcástico - te dejaré casarte con él, pero pronto quedarás viudo de nuevo.
- Anda, Severus, no seas así - dijo riéndose al fin - no es peor que cuando quedaste albino - miró a James - o como cuando yo quedé brillando en rosa.
- A ti siempre te ha gustado llamar la atención, Lucius, no a mí.
- Pues deberías hacer el intento, a ver si te consigues pareja.
- Olvídalo, prefiero ser tío a ser padre o madre - señaló a los escandalosos hijos de Sirius que jugaban con varios Griffindor - no si me tocase tener hijos como aquellos, o peor - señaló a los hijos de Harry - me pregunto ¿cómo que uno moreno y el otro rubio si son idénticos en todo lo demás?
- Cosas de la naturaleza, la magia no puede hacerlo todo ¿sabes?
- Bien, iniciemos la ceremonia - dijo Dumbledore mirando divertido a su profesor de pociones, se le notaba de lejos lo molesto, pero obviamente se estaba conteniendo para no arruinar la boda de su amigo.
James le tendió el brazo a Lucius mientras Sirius hacía lo propio con Remus antes de colocarse los cuatro frente al ministro que los iba a casar.
Harry suspiró, no habría pensado en ver a su padre casándose con alguien que se había declarado su enemigo cinco años atrás, pero tampoco se había imaginado el siquiera llegar a conocerlo. ¿Quién diría que James Potter, el mismo que se había sacrificado para mantener vivo a su hijo, que no era único como todos pensaban, iba a regresar a la tierra de los vivos siendo un fénix? Ni en el mejor de los casos se hubiese imaginado siquiera que tenía un hermano mayor o que él era el siguiente brujo blanco, o que tendría dos hijos con la persona que se había declarado su enemigo desde que empezó la escuela, o que ellos, pese a ser gemelos, serían de diferentes colores.
- Estás muy silencioso, amor mío - le dijo Draco apoyándose en su hombro.
- Pensaba en todas las cosas raras que han pasado últimamente - le tomó la mano y le acarició los dedos - al final tengo tres hermanos, uno mayor y dos menores y estas últimas tienen la misma edad que mis hijos.
- Sigo preguntándome cómo es que uno es rubio y el otro moreno.
- Creo que es bastante simple, en uno de ellos es predominante su parte veela y en el otro es dominante su parte fénix, tal como pasa con Jeremy y conmigo.
- Así que crees que es eso - suspiró mirando a Jeremy que se había sentado del otro lado de sus padres y tenía la mirada fija en Snape - me pregunto si le sigue gustando Severus.
- No lo creo - sonrió Harry divertido - creo que está especulando acerca de cómo papá lo dejó así y de qué manera lo hizo.
- Así que fue tu padre a fin de cuentas - dijo Snape mirándolo - aunque no lo admita jamás - agregó molesto.
- ¿Quién más iba a ser? - le dijo Godric desde atrás - claro que le ha prometido a Harry que nunca más, pero creo que ese color te sienta más que el cabello negro, te quita lo terrible.
- Así mis alumnos me perderán el respeto - replicó.
- Jeremy se ve muy guapo y nadie le falta el respeto - le dijo Draco.
- Y quisieron violárselo - le dijo de vuelta mirando a Zabinni - pero creo que él no lo va a dejar ni a sol ni a sombra - les señaló.
- Me temo que mi hermano le está dando alas para que siga.
Un golpecito en el tobillo de Snape de parte de Lucius les hizo volver a tomarle atención a la ceremonia y se quedaron en silencio, aunque de todas maneras Snape parecía lanzarle dardos asesinos a James con la mirada, se iba a desquitar, ya vería ese malvado, sería como cuando eran estudiantes, pero esta vez nadie lo defendería como en ese tiempo, ya no tenía que cuidarse que lo fueran a expulsar o nada parecido. Además, aunque Lucius se enojara, aquí no estaba Lily para defenderlo o sacarlo del problema. Y una sonrisa maligna se dibujó en su rostro.
Harry miró de reojo a Snape y supo de inmediato que este algo malo planeaba contra su padre, sabía que quizás era mejor no intervenir, era bastante claro que su padre se las debía, pero si no lo hacía, estaría dejando que aquello se convirtiera en un círculo vicioso, ya que su padre no se quedaría tranquilo hasta hacerle algo peor.

Todo había estado bastante tranquilo durante la fiesta, al menos nada raro había pasado porque James parecía decidido a pasarse la mayor parte del tiempo al lado de su esposo y de sus hijas, negándole a Snape la posibilidad de hacerle algo. Pero este tenía planeado algo, aunque al final iba a significar que Lucius se enfadara rotundamente con él.
- ¿Pasa algo malo, Harry? - le dijo Ron al notar que seguía constantemente con la mirada a Snape.
- Sé que quiere vengarse de papá por lo que le hizo, pero ¿qué le va a hacer? - le dijo en voz baja - les podría arruinar la fiesta también los demás y aquello no sería justo, Sirius y Remus han esperado mucho para casarse.
- Para mí Snape es un bicho raro - le dijo Ron - jamás ha sido justo con un Griffindor, aunque fuera el mejor, no es extraño que quiera venganza.
- Si, pero va a arrastrar a su mejor amigo de paso.
- Harry - le dijo Godric - recuerda que es un Slytherin y ellos no tienen los mismos miramientos que los que son de mi casa ¿recuerdas lo que le hiciste a Draco el año pasado? Te sentiste tan culpable que no habías reclamado si te expulsaban, no creo que si hubiese sido al revés tu ahora esposo hubiese tenido los mismos miramientos.
- Lo sé, pero se trata de lealtad entre camaradas.
- Bueno, no sé si haya lealtad entre serpientes - suspiró - Salazar no la sentía por nada ni por nadie, así que supongo que no sería una cualidad muy preciada dentro de su casa a la hora de elegir un estudiante.
- Ese tipo era muy "especial" - dijo Ron - primero fue a quien se le ocurrió eso de la limpieza de sangre, después se peleó con el resto de los fundadores porque no pensaban como él y luego, antes de dejar el colegio, creó una cámara secreta en donde puso un monstruo al que le bastaba una mirada para matar y para rematar, sus descendientes han sido una partida de sicópatas y abusadores que han querido ser los "mejores" siempre.
- Me pregunto qué habría pasado si Salazar hubiese tenido amor alguna vez en su vida - dijo Godric pensativo - recuerdo que, cuando empezamos a formar el colegio era un joven amable, pero un tanto obsesivo, en especial conmigo, sé que le gustaba, pero debíamos tener en cuenta la situación mágica y política de aquellos tiempos. Además, yo amaba a alguien más.
- Pero a usted no le gustaba él - le dijo Ron.
- No, nunca me atrajo siquiera - suspiró - por lo mismo le costó tanto tenerme, le opuse feroz resistencia, pero me di cuenta que si seguía así me iba a dejar convertido en un bebé, así que le di lo que quería pero no mi corazón ¿Cómo iba a hacerlo con todo lo que me hizo?
- Pues creo que debería buscarse una pareja - le dijo Jeremy divertido - ya casi todos sus descendientes casaderos están con alguien para el resto de sus vidas ¿por qué no lo intenta de nuevo?
- Bastará con que les diga que soy Godric Griffindor como para que me lluevan las y los pretendientes - le dijo este - pero ¿qué me dices de ti?
- Mm, creo que me quedaré con Blase si consigo sacarlo de lío en que él solito se metió - sonrió - aunque se está mostrando excesivamente posesivo.
- Vamos a partir el pastel - les dijo James poniendo una mano en cada hombro de sus hijos varones - vengan, quiero que me ayuden.
- Papá, no usaste el traje de los Potter - le dijo Jeremy en voz baja.
- A Lu le habría dado un ataque y no se habría querido casar conmigo, en especial cuando Remus le dijo que lo había usado antes.
- Y te pusiste el traje que pedí para Harry en París.
- Bueno, somos casi de la misma talla - miró a su hijo y sonrió - aunque creo que está un poco flacucho - le guiñó un ojo.
- Y yo podría decir que tú estás un poco entradito en carnes, papá.
James sonrió ampliamente y los abrazó.
- ¿Vieron cómo nos quedó Snape? - dijo mirándolo - sé de sobra que está rumiando su rabia y que algo quiere hacerme en venganza, pero no me preocupo - le guiñó un ojo a Lucius - después de lo que va a pasar ahora, no va a querer ver nunca jamás a un Potter en su vida, se los aseguro.
- ¡Me prometiste que no le ibas a hacer más jugarretas!
- Y no se las he hecho - se defendió divertido - es sólo que el efecto de la poción que le estalló se le va a pasar pero va a tener efectos secundarios.
- No tienes remedio, papá.
- ¿Qué clase de poción usaste, papá? - intervino Jeremy curioso.
- Bueno, esa poción es bastante simple, se llama colorice y tiene efecto sólo sobre los colores neutros, es decir, si la persona a la que le cae o está vestido de negro o de blanco. No siempre da los mismos colores, por eso la preparé para que no estallara de inmediato, sino cuando él la revolviera.
- Pero esa poción necesita un cabello de veela - le dijo Jeremy.
- Lucius me lo dio - sonrió.
- Así que él estaba de acuerdo con tu niñería - le dijo Snape apareciendo por detrás muy enojado.
- Por supuesto que no, me lo dio para hacer otra cosa - le mostró el anillo que tenía en su mano - simplemente era demasiado largo y utilicé sólo la mitad.
- Debería darte una buena paliza, pero contigo jamás han servido de escarmiento - le dijo el Slytherin molesto.
- Severus, eres demasiado cerrado ¿por qué no disfrutas de la vida? Te vas a poner viejo antes de tiempo ¿sabes?
- Tú me vas a poner enfermo con tus tonterías.
- Ay, Sev, no vas a cambiar nunca ¿verdad? Te está haciendo falta un Griffindor que te haga cambiar de actitud.
- El único que he querido ya se casó con otro - suspiró.
- Hay otros peces en el mar ¿sabes? Podrías pescar al que quisieras.
- ¿Te me estás insinuando, Potter? - alzó una ceja.
- Ni de broma - sonrió apartándose - pero hay uno de mi familia al que le gustas así como estás ¿sabes?
- ¿Con alguien de tu familia? - dijo escandalizado - primero abrazo al sauce boxeador - replicó - anda, partan el pastel.
- Je, que genio - le sonrió y se paró junto a Lucius.
Un vapor verde azulado se arrastró por la sala y se detuvo frente al pastel. Harry extendió su magia para evitar que s acercara más a los bebés, pero no era magia negra, no, era casi blanca y estaba siendo convocada ni más ni menos que por una de sus hermanitas, así que se acercó a ellas y las tomó a ambas en brazos, casi de inmediato la niebla pareció levantarse pero una forma humana surgió de ella. Harry se quedó de una pieza al reconocer a la persona a la que imitaba, así que guardó silencio.
- ¿Lily, eres tú? - le dijo James caminado hacia ella pese a que Lucius intentó detenerlo.
- Hola, James, tanto tiempo sin vernos - le dijo sonriente - sólo quería conocerlas y poder brindarles lo mismo que les brindé a tus otro hijos - se acercó a Harry - no tengas miedo, hijo, jamás les haría daño.
- ¿De verdad eres mi mamá? - le dijo Harry sin bajar la guardia mágica.
- Harry, querido, vivir con Petunia tanto tiempo te hizo desconfiado - se acercó a él y un suave calorcito lo rodeó - he amado a los hijos de James como si fueran míos y como tales siempre los voy a proteger ¿te parece?
- Gracias, mamá - le sonrió sintiendo que una débil lágrima se deslizaba por su mejilla.
- Y tú, Lucius Malfoy - avanzó hacia el rubio que la miraba con los ojos cargados de rabia y celos - ni se te ocurra hacerle algo a mi querido James - lo amenazó sin inmutarse por su mirada - porque te las vas a ver conmigo.
- No te tengo miedo, estás muerta - le replicó.
- No, vivo en Harry, tal como James lo hizo mucho tiempo antes de volverse un fénix, así que no te confíes - le dijo y avanzó hacia el otro rubio - tú, Draco Malfoy, vas a cuidar mucho a mi niño ¿verdad?
- Claro que sí, señora, porque lo amo - sonrió.
- Jeremy, estás muy guapo ¿cuándo te casas?
- Aún no me quiere dar el sí - le dijo Zabinni.
- Ah, no te preocupes por eso, creo que le gusta hacerse el difícil - le sonrió y regresó al lado de Harry - te quiero mucho, hijo - le dio un beso en la frente y ella desapareció dejando su magia en las pequeñas y en los hijos de Harry - mientras mi sangre siga existiendo, estarán a salvo - le susurró antes de desaparecer definitivamente.
- ¿Cómo fue que ella se apareció aquí? - Lucius miró directamente a James pero este seguía mirando a Harry sorprendido y no le prestaba atención.
- Harry - le dijo y abrazó a su hijo con fuerza luego de dejar a ambas pequeñas en sus respectivas cunitas - hijo - y este se puso a llorar - tranquilo.
- Ella sólo quiere que seamos felices - le dijo Harry calmándose al fin.
- Si, Lily siempre fue muy buena - le sonrió y miró a Lucius que lo miraba con unos ojos - no te me pongas celoso, amor mío - soltó a su hijo y lo abrazó a él - siempre estaré contigo.
- Eres un Griffindor malvado ¿sabías? - lo abrazó también - te amo.
- Yo también - le sonrió - ahora sí partiremos el pastel ¿están de acuerdo, Remus, Sirius?
- Por supuesto - le sonrió el animago y los cuatro se acercaron al pastel.
- A la cuenta de tres - dijo Jeremy que vigilaba como Colin sacaba fotografías - uno, dos...
Pero una pequeña explosión a su lado los volvió a detener. Justo donde había estado Severus Snape ahora había un niño de unos cuatro años que los miraba furioso y amenazador.
- No se suponía que pasara eso ¿verdad? - dijo Sirius mirando a su amigo y este negó con la cabeza - no entiendo.
- Debe haber sido la poción sobre la que vertí la nuestra - dijo James pensativo y divertido - no sé que era.
- Yo quiero pastel - les dijo el niño y ellos sonrieron divertidos ¿qué podían hacer ahora sino complacerlo?
Y finalmente cortaron el pastel.


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