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Amor entre panas por sue

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Notas del capitulo:

 

 

Hi!!! *w* disculpen la demora con éste fic <.< es que no encontraba la manera de escribir las ideas (aparte que tengo nuevos fics en proceso) ahora si! a leer se ha dicho! n.n

 

 

 

 

 

 

- Naruto. Levántate que ya es hora de ir al liceo – Iruka se encontraba frente a la puerta del cuarto. Cuando no recibió respuesta alguna decidió darle “cinco minutos más”.

 

 

 

Cuando pasaron esos cinco minutos, el pelicastaño entró a la habitación. No encontró a Naruto y si   un trozo de papel sobre la cama. Al leerlo se escandalizó y salió corriendo, encontrándose al Nara a punto de llegar a buscar al Uzumaki para irse juntos a estudiar.

 

 

- ¡Shikamaru!

 

 

- ¿Qué ocurre señor Iruka? – Preguntó ante el estado en que lo hallaba.

 

 

- ¡Es Naruto!

 

 

- ¿Qué pasó con Naruto? – Shikamaru sintió una punzada en el corazón, pensó en lo peor, miles de cosas le llegaron a la cabeza.

 

 

- ¡Huyó de la casa!

 

 

 

El Nara no supo que decir, se le atoraron las palabras “eso no podía ser cierto” pensaba, ¿Dónde podía estar?... se aterró ante la idea de que no volviera a verle nunca y lo que era peor, que le sucediese algo.

 

 

 

- ¿A dónde vas? – Totalmente preocupado.

 

 

No dijo nada. Salió corriendo y tomó la bicicleta que tenía en la cochera de su casa. Tenía que encontrarlo.

 

 

 

- ¡¡Naruto-chan!!

 

 

 

- ¡Sasuke!

 

 

 

Ambos se abrazaron. Kakuzu esperaba en la limosina.

 

 

 

- Ja ja ¿Nani? ¿Esto es todo lo que te llevas? – Notando la pequeña mochila naranja – No importa, te compraré muchas cosas buenas.

 

 

 

- Sasuke.

 

 

  - ¿Hai?

 

 

- Tú nunca… me harías daño ¿No es así?

 

 

- Ja ja teme ¿Doshita no? – Le tomó de la cintura – Tsk, daijobu, no tienes que tener miedo. Cuando estemos en Japón te pondré unos guardaespaldas, así nadie podrá lastimarte ¿ne?

 

 

 

- Mmm… supongo.

 

 

Pero Naruto no se refería a esa clase de daño, recordaba a sus padres lastimándolo con sus peleas y a sus amigos lastimándolo con sus palabras… esperaba que su nueva vida le trajera momentos de felicidad.

 

 

- Te encantará Japón.

 

 

- Eso no lo pongo en duda.

 

 

El Uchiha notaba cierto descontento en su voz. Le tomó de la barbilla, obligándolo de éste modo a encararlo.

 

 

- De ahora en adelante estás con un idol… lo que te viene es bueno mi lindo kitsune – Trató de besarlo, más el rubio apartó el rostro -  ¿Qué sucede? ¿No quieres un poco de mí?

 

 

 

- Eh… ¿Podríamos esperar un poco para eso? Digo ¿Cuál es la urgencia? – Hacía muecas juguetonas – Después de todo… tú y yo no somos nada aún.

 

 

- …

 

 

El peliazul permaneció un rato en silencio. El Uzumaki llegó a cierto punto de sentirse incómodo ¿Se habría molestado? Era aceptable pensar en esa suposición.

 

 

 

- Eh… ¿Te debo plata o algo? – Naruto movió sus manos para hacerlo reaccionar – No me mires tan feo – Se cruzó de brazos y infló sus cachetes.

 

 

 

- No precisamente es okane lo que me debes…

 

 

Caminó lo suficiente para estar a su lado. Le hablaba sin mirarlo.

 

 

- Hay cosas que se pagan de otro modo ¿Sabes? La fama cuesta y mucho.

 

 

- ¿? – El ojiazul tenía cara de no saber a qué rayos se refería exactamente con esas palabras.

 

 

 

- En éste mundo, todo tiene un precio:… la comida, las cosas, los animales e inclusive las mismas personas. Muchos darían todo lo que tienen por estar en tus zapatos. Espero que sepas aprovecharlo mi rubito. Veamos hasta donde eres capaz de llegar.

 

 

- Si… - Lo mencionó en un tono de desconcierto, no sería exagerado el mencionar que hasta le había llegado a doler la cabeza al tratar de entender aquello.

 

 

- Ikuzo. Nuestro vuelo está por salir.

 

 

Colocó su mano en el hombro del chico, de modo que pudiera guiarlo hasta en donde se encontraba el auto.

 

 

- ¿No te dirán nada porque me lleves así?

 

 

- Ja ja tranquilo. Yo me gobierno solo y no tengo que rendirle cuentas a nadie.

 

 

- Además ni machuco el japonés – Mencionó - ¿Cómo haré para entender lo que me dicen?

 

 

- No tienes que hablar con nadie. Sólo conmigo. Eso es lo que lo hace interesante.

 

 

 

Otra persona le hubiera dicho “tranquilo, allá  veremos como se hace para enseñarte”, pero en la mente del Uchiha estaban las intenciones de controlar al rubio en un cien por ciento, y al llevarlo a vivir a un país en el que no supiera ni decir las buenas tardes, le facilitaba el hecho de que Naruto fuera a volverse dependiente de él por completo. Cosa que obviamente quería.

 

 

 

- Tu hermano se molestará – Mencionó Kakuzu sin dejar de mirar al chico ojiazul.

 

 

- Urusai. Esto es asunto mío, no te preocupes que a ti, nada te pasa si se llega a enterar… ahora,  vámonos. Estoy ansioso por llegar.

 

 

 

Shikamaru pedaleaba a toda mecha, buscaba y buscaba sin un sitio en específico al cual ir, estaba tan desesperado.

 

 

- ¡¡¡Naruto!!! ¡¿Dónde estas Naruto?!

 

 

 

 

Naruto por su lado miraba por última vez el camino de su tierra, sabía que quizás no volvería a ver a sus conocidos y de que en Japón todo el ambiente era distinto… extrañó su hogar mientras se dirigían al aeropuerto.

 

 

- Espero que no estés pensando en echarte para atrás mi kitsune. No tienes ni idea de todo lo que he tenido que hacer para poder sacarte de aquí.

 

 

 

- Eh… no. Es sólo que… - Desvió la mirada – Sasuke… ¿Nunca has extrañado tu casa? Ser un cantante famoso debe ser algo increíble, pero a la vez debe de se algo triste y solitario… estar alejado de la familia… dejar de joder con los amigos… - Sonrió, se notaba la añoranza que sentía al pensar en esas cosas - Las tardes de verano echados sobre la cama sin hacer nada más que vaguear… los videojuegos… los postres caseros… ¿No extrañas todo eso cuando te vas de gira?  

 

 

- La verdad no.

 

 

 

La sequedad con lo que hubo mencionado aquello desconcertó al ojiazul.

 

 

- ¿No?

 

 

- ¿Te parece extraño?

 

 

- Pues… si… se supone que deberías de extrañarlo… ¿Sasuke?

 

 

El mayor se había acercado hasta él, invadiendo su espacio personal, le miraba con cara inexpresiva. Finalmente se decidió por hablar.

 

 

 

- Cuando eres una estrella, como yo – Subrayó – Tienes que hacer sacrificios… ¿Crees que las cosas, la fama y la fortuna, te llueven así como así?

 

 

 

- …

 

 

 

- Mis padres nunca se han preocupado por lo que hago o no hago. Siempre han estado demasiado ocupados con sus “asuntos” – Hizo las comillas con sus dedos – No necesito amigos y si los necesitara, el dinero los atrae rápido. Créeme – Dijo como si su afirmación fuera la correcta – Cada tour que hago me trae… muchas ganancias y de vez en cuando uno que otro amorío… aparezco en las mejores revistas del mundo y soy el más envidiado y deseado… ¿Crees que querría cambiar todo esto que tengo, por una mísera tarde jugando… videojuegos con un par de vagos? No my honey, tengo asuntos más lucrativos que atender – Hizo un gesto con su mano y se acomodó en su asiento – Todo lo demás es insignificante para mí.   

 

 

 

 

El Uzumaki quedó con la cara idéntica a un signo de interrogación. Él no sería un chico muy listo, pero estaba seguro que lo que todo lo que hacía como adolescente que era – jugar, reír y joder con los cuates – era algo que lo llenaba por dentro. Era feliz con ello. No importaba si no tuviera ni una moneda en el bolsillo, estaba seguro de que Shikamaru le regalaría un helado en aquella tarde tan calurosa. No importase que no fuese popular, Lee siempre lo trataría como un igual e inclusive lo llamaría para formar parte de su equipo – a pesar de que perdieran, no dejaría de invitarle -, estaba más que seguro, de que a pesar de sus constantes peleas, él quería a sus padres y viceversa. Sobretodo, el catire estaba más que seguro de que de ocurrirle algo no estaría solo, sus panas estarían allí para ayudarle.

 

 

 

Naruto entonces tuvo un extraño sentimiento, sintió vértigo al pensar en que estaba a punto de perder aquellas pequeñas cosas que durante años lo habían hecho el niño más feliz de su cuadra, a pesar de todas las carencias que siempre tuvo.

 

 

¿Y si la vida allá no era tan buena? ¿Y si quería regresar? El catire empezó a dudar y más, cuando empezó a pensar en su amigo Shikamaru, aquel muchacho que siempre estuvo a su lado a pesar de todo…

 

 

 

***Flash Back***

 

 

- ¡Wow! – Sus ojitos brillaban.

 

 

 

- ¿Te gusta?

 

 

El ojiazul se encontraba frente a la pantalla de la tv, estaba jugando por primera vez con un nintendo, el Snes para ser más exactos. Tenía puesto el juego que vulgarmente se conoce como “Mario 1” (Sue: quien no haya jugado Mario no es un gamer xD)

 

 

- Es divertido.

 

 

- Si quieres. Puedo prestarte el nintendo.

 

 

- ¿En serio? – El Uzumaki estaba todo emocionado.

 

 

- Si… mi papá va a comprarme el nuevo nintendo 64, así que estaré distraído con ese por un rato.

 

 

El rubio  se levantó y abrazó al Nara, lo cual lo dejó impresionado.

 

 

 

- Gracias…

 

 

- Eh… no tienes porqué chamo…  somos panas ¿No? Los amigos hacen éste tipo de cosas con sus amigos – Trataba de ocultar que se había sonrojado.

 

 

 

El Uzumaki sonrió, era la primera vez que alguien le prestaba algo.  Sintió como si desde allí, se formara un vínculo de confianza entre ellos.

 

 

 

***Fin del flash back***

 

 

- “Je je” – No pudo evitar sonreír internamente. Había tenido buenos momentos en su hogar… momentos que estaba a punto de sacrificar por una vida supuestamente mejor.

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

 

Espero que les haya gustado n.n gracias por leer y por cualquier comentario… hasta el siguiente capi! Bye Bye!!

 

 

 


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