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Esto pasa cuando... por Kokoro no Tenshi

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Notas del capitulo:

 

Ya se esta haciendo como costumbre que comience cada episodio con una disculpa, de pana, que estress. yo siendo ustedes me mato, de pana! Jajajaja mentira, bueno, en serio, disculpas por la tardanza pero es que el 2011 no me ha tratado muy bien desde que empezó y pues… me las ha puesto de todos colores menos de los brillantes. Pero ni al caso, espero les guste este capítulo. Es un poco corto pero… ojala les guste. Nos leemos más abajito.

Enjoy!

 

 

Se encontraban celebrando la salida del hospital del pelinegro. Todos los demás detectives estaban allí acompañándolos por pocos momentos antes que Watari llevase casi a rastras al muchacho de vuelta a su habitación para que pudiese continuar con su reposo. Su dieta seguía siendo un tanto restringida pero al menos podía comer un poco más de dulce que cuando estaba en el hospital. Todos estaban contentos por la rápida recuperación del muchacho y por la finalización del caso en el que habían trabajado tan arduamente y en el que, lastimosamente, muchas personas habían perecido incluyendo varios conocidos. Pero todo eso se encontraba ya en el pasado, un doloroso pasado que ahora tocaba enterrar no sin antes aprender todo lo posible de el. Pasar la hoja y comenzar a escribir un nuevo capítulo en sus vidas aun sabiendo lo difícil que iba a resultar eso para la mayoría.

 

Dicho capitulo comenzaba allí mismo donde se encontraban en esos momentos. Con varias botellas de sake abiertas, cervezas que pasaban de mano en mano y el sake siempre llenando las copas de los presentes. El banquete que degustaron, las risas que compartieron y los recuerdos que los llevó por un momento a la tristeza y a la nostalgia pero como estaban en onda de celebración decidieron brindar por los que no estaban presentes y pedir que desde donde estén los protegieran.

 

Cuando todos habían celebrado lo suficiente, el jefe de la familia Yagami propuso el irse a sus respectivos hogares para que el joven convaleciente pudiese descansar tranquilo. El anciano agradeció el gesto. Todos estaban preparados para irse cuando el castaño le informó a su padre que se quedaría un poco más con Watari para poder ayudarlo a arreglar lo que hasta hacía unos momentos ellos habían estado utilizando, todos concordaron en regresar a arreglar todo pero el castaño insistió en que él sería el más indicado ya que era el que menos ebrio se encontraba, sin contar con el conductor designado que en esta ocasión resultó ser su propio padre. Sin tener razón con la que objetar le dio el visto bueno y los detectives se dirigieron a una de las camionetas para dirigirse a sus hogares. Solamente a Matsuda, la idea del castaño, no le pareció del todo convincente especialmente cuando él sabía lo que sabía. Pero no podía hacer nada al respecto, simplemente accedió e ingresó al vehículo agradeciendo por todo lo bueno que había sucedido hasta los momentos y pensando en el momento cuando confesaría todo lo que sabía. Pero eso sería en otros momentos, estaba demasiado ebrio como para mantener sus ojos abiertos, se recostó en el asiento trasero y casi inmediatamente cayó en un profundo sopor.

 

Light ayudó a recoger un poco todo lo del salón donde se encontraban hacía unos momentos y al terminar subió a ver como se encontraba el pelinegro. Watari supo desde el primer momento la razón por la que el joven se había quedado a “ayudar” pero él no era tan desconsiderado como para impedírselo, él sabía perfectamente todo lo que había pasado durante el caso y la verdadera identidad del muchacho pero estaba claro que eso ya había pasado y que había renunciado a esa identidad que tanto mal le había ocasionado al planeta entero muy a pesar de las buenas intenciones detrás de sus acciones. En un primer momento pensó en ir en contra de la decisión del pelinegro de dejar al muchacho en libertad, después de todo, tenía pruebas suficientes como para encarcelarlo por muchísimos siglos pero solo con recordar la cara de tristeza que pondría su hijo… no podía soportar siquiera el pensarlo. Amaba demasiado al detective como para permitirle tenerlo como un cuerpo sin alma que al final podría dejarse morir por el simple hecho de no tener a su lado la persona que más amaba en ese momento a pesar de no quererlo aceptar.

 

Pensó en eso y decidió cometer una locura por amor: dejar tranquilo al joven Yagami y regalarle muchas sonrisas a su querido hijo. Durante todos los años que tiene de vida el planeta se han cometido miles de locuras por amor, que él cometa una no quiere decir nada.

 

Pero aceptar que sea parte fundamental del corazón del pelinegro no lo salvaba de una que otra jugarreta para poner a prueba su temple, paciencia y cariño hacia el detective. Por esa razón le informó al castaño que al día siguiente el personal de limpieza se encargaría de todo lo que estaba allí así que si no tenía otra cosa que hacer sería mejor que se retirara y como respuesta obtuvo un contundente deseo de chequear al detective antes de marcharse y así lo hizo luego de obtener el permiso del anciano. EL joven subió las escaleras hasta la habitación que hasta hacía poco tiempo compartió con el otro muchacho mientas Watari se daba la vuelta sonriendo y suspirando al mismo tiempo, se dispuso a retirarse a sus aposentos no si antes apagar las luces del lugar.

 

Ryuuzaki se encontraba recostado en su cama boca arriba con sus ojos cerrados respirando calmadamente. Light tomó una silla y se sentó cerca de la cama igual que lo hacía mientras el pelinegro estuvo en el hospital.

 

Sintió nuevamente en ese instante que todo era un sueño o más bien una pesadilla todo ese tiempo que la persona frente a él estuvo dentro de la sala de operaciones del hospital, pensó que lo perdería para siempre y solamente al recordar el sueño que había tenido algún tiempo atrás su pecho comenzó a dolerle, no tenía ni idea de que hacer consigo mismo, esa espera lo estaba matando, aunque tal vez ese sufrimiento era parte de una cruel venganza del destino por todas las cosas malas que había estado haciendo hasta ese momento. Sus manos seguían cubiertas de sangre cuando lo tocó, aquella sangre que el pelinegro estaba necesitando en ese preciso instante, sangre tan valiosa que él tenía en sus manos, quiso exprimirse sus manos o tan siquiera utilizar una esponja para regresársela al ser que la estaba necesitando pero sabía que eso sería algo inútil de hacer. Estaba comenzando a perder la cabeza, tenía que calmarse de alguna manera. Ryuuzaki iba a estar bien, él era un fenómeno después de todo, un panda, un milagro médico, una fábrica de azúcar, la razón por la que el mercado de dulces seguía siendo tan popular. Él iba a estar bien, eso era seguro, iba a estar bien.

 

Pero no importaba cuantas veces se lo repetía, esa frase le terminó sonando como una mentira. Cuando estaba a punto de estallar, de llamar a una enfermera y exigir que le dieran información, la luz que indicaba que la operación estaba llevándose a cabo se apagó y un leve aire de alivio le llegó al cuerpo pero oh, la realidad golpeaba nuevamente, ¿Y si la luz se apagó porque el muchacho no lo logró? ¿Y si en ese momento, el pelinegro estaba acostado sobre una fría camilla sin pulso? La desesperación hizo ahínco en su alma, sus puños estaban preparados y todo el color de su cara desapareció por un instante. El doctor salió y cuando Light escuchó de sus labios la frase “fue difícil pero al parecer el joven quiere vivir” cayó de rodillas, sus puños se relajaron, el color progresivamente regresaba a su rostro y algunas lágrimas de emoción contenida se escaparon de sus ojos mientras le agradecía al doctor, aún de rodillas, haciéndole grandes y repetidas reverencias. Incontables gracias salieron de su boca pero no alzó la mirada, no podía. Y al estar en ese momento de la manera en la que estaban, le trajo de regreso esos duros recuerdos de desesperación, angustia y tristeza.

 

- ¿Por qué no te fuiste? –escuchó que preguntó el detective-

- Quería ver como estabas y ayudar a Watari a limpiar un poco. Pensé que estabas dormido.

- Yo también lo pensé pero sentí a alguien que estaba entrando a la habitación y me desperté.

- ¿Por qué no dijiste nada desde el momento que me notaste llegar?

 

No hubo respuesta por parte del joven de ojos azabache, el castaño sonrió levemente.

 

- Querías ver que era lo que yo iba a decir, ¿verdad?

- … en realidad no.

- ¿Entonces, que?

- Es que no sabía que decir

 

Esta vez fue el castaño quien no dio respuesta alguna al comentario de Ryuuzaki y esto hizo sentir un tanto incómodo al convaleciente. Un tanto decepcionado, un tanto avergonzado y otro tanto molesto.

 

- ok, bueno, como puedes ver estoy bien ahora si puedes regresar a tu casa –acotó secamente-

- No tienes ni la más mínima idea de cuanto le agradezco a los dioses y a los cielos porque estas vivo, Ryuuzaki.

- Ya me lo has dicho, lo se –respondió apenado-

- Pero nunca me cansaré de decirlo. No sabes lo doloroso que fue para mí el esperar que salieras de esa sala de operación con vida y solo con verte otra vez así en una cama me hizo recordar todo eso. Por eso fue que no dije nada al entrar.

- No pareciera que fuese Yagami Light quien me esta hablando incluso cuando te estoy viendo y se que eres tu.

- Es que me hiciste cambiar Ryuuzaki, y solamente estoy siendo honesto. ¿No crees que es mejor de esta manera?

- … claro pero yo… yo…

- ¿Tu, qué? No estas acostumbrado a eso ¿verdad? No te preocupes, porque yo tampoco lo estoy –dijo mientras le acariciaba el cabello cual si fuese un niño-. Tienes toda la vida para acostumbrarte a mi sinceridad porque seré lo más honesto que pueda, al menos contigo –confirmó el muchacho mientras sonreía y lo miraba a los ojos-

 

Ryuuzaki no dijo nada pero eso le sonó como una confesión. La mejor que pudo haber escuchado. Media hora después se dieron cuenta que los trenes habían dejado de circular y por ende tenía que pasar la noche allí. Ambos pensaron lo mismo pero decidieron contenerse porque después de todo Ryuuzaki estaba usando la cama que solían compartir. Light por supuesto durmió en otra habitación pero teniendo varios sueños eróticos donde, por supuesto, el actor principal era Ryuuzaki. Cuando despertó en la mañana, lo hizo cual adolescente virgen: con una carpa de acampar entre sus piernas.

 

 

 

Notas finales:

 

The End of Omake2. Aún me quedan 3 omakes más. Diooooos! Lo mejor es que estoy de vacaciones por una semana y podré escribir. No prometo nada pero bueno…

Light: ¿Cómo así que me levanté como un adolescente? Me vas a dejar así?

K-san: Q quieres? Que te haga el favor?  1313

Light: *se poner verde de asco* NO!

K-san: ¬¬# no me gustó tu reacción, estúpido

Light: Vas a tener que hacer algo

K-san: YO no voy a hacer nada, pero tu amiguito el pelinegro tal vez quiera hacer algo, tu que crees L mi amor?

L: (^////^)

Light: *nervioso* jeje

K-san: xDDD tranquilo que eso se soluciona 1313 Nos vemos en el próximo capítulo que espero no sea tan lejano. Nos leemos :3

 

 

 


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