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Corazón Indómito por sue

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Notas del capitulo:

 


Konnichi wa!!! ^o^ como están todos? Aquí aprovechando de actualizar n_n quiero agradecer por los rr dejados en los capis pasados… espero que la siguiente lectura sea de su agrado ;p

 

 

 

 

Aquella mañana el tiempo se encontraba despejado. Riki se estiró, era hora de alimentar a los caballos. Fue hasta el establo, pero un sonido lo hizo desenfocarse de su faena. Alguien estaba llorando, era un sollozo casi imperceptible, extrañamente era algo agradable y hermoso.



- ¿Qué te pasa? – Preguntó al pelinegro - ¿Eres Daryl no? Te he visto en la casa grande.


- Eh… - Desvió el mojado rostro – Si… soy uno de los mayordomos del señor Mink.


- Tan joven. Pensé que ese trabajo sólo lo tenían los vejetes.



- Eh… pues no – Le miró – Desde pequeño he aprendido a ordenar la casa, a cocinar…



- Vaya… yo no sé más que calentar frijoles. Deberías enseñarme un día de estos algo de “la alta cocina” – Riki le dio un pequeño golpe en el hombro para alentarlo.



- Si… - Con ello logró que Daryl le mostrara una tenue sonrisa.



- ¿Y por qué lloras? ¿El señor te ha tirado la comida?



- Ah… no, no es eso… - Desvió de nuevo la mirada.



- ¿Ah no? ¿Entonces? ¿Te sientes mal pero no quieres dejar de trabajar?



Daryl notó que el pelinegro en verdad estaba preocupándose por él. No le vio nada malo en darle algo de confianza.



- Nada de eso… es que… el señor va a traer a una nueva sirvienta.



- ¿Una mujer? ¡Wooooow! – Exclamó con alegría – Pero esas son buenas noticias mi amigo, de vez en cuando no está mal tener a donde mirar – Le guiñó un ojo, a lo que el otro se sonrojó.



- Señor Riki… esos no son los comentarios de un caballero.



- ¿Eh? Yo no soy caballero, yo soy lo que soy y nada más… - Se metió el dedo en la oreja, como a quien no le importa lo que escucha  - Pero no entiendo porque eso es tan malo para ti…



 - Es que, ella es la protegida del señor Raoul.



- ¿Raoul? – Permaneció unos instantes pensativos, como buscando en el banco de memoria - ¿El mentecato de ojos verdes?




- ¡Señor Riki! – Se sentía avergonzado de que hablara así de los señores.



- Está bien, está bien… ya entendí.



-… Y la razón por la que ella viene, es porque yo me voy. El señor Raoul lleva tiempo solicitándome para que vaya a su mansión, el señor Iason siempre lo había negado y en cierto modo me sentía feliz por ello.



- ¿? – Riki alzó una ceja - ¿Feliz? ¿Por qué?



- Porque creí que el señor me apreciaba… que era diferente, único entre los demás. Ni siquiera me preguntó si deseaba irme… ahora me doy cuenta de que no es más que una fantasía, para él no soy más que uno de los mayordomos – Se ocultó la cara entre sus manos - Nada más.



A Riki esto lo hizo estallar, tiró al suelo el azadón que traía consigo. El muchacho reaccionó y se descubrió el rostro, más el pelinegro ya se había marchado.



- ¿Señor Riki?



En la casona, Iason se encontraba alistándose para salir, tenía pensado llevar él personalmente a Daryl y traerse a Mimea. Aprovecharía que tenía algunos asuntos que atender en la casa de su amigo.



-  ¿? – Katze se extrañó, Riki se acercaba - Oye ¿Adonde crees que vas? – El hombre se hallaba obstaculizándole la entrada al interior del recinto.


- ¡¡Quítate!!



- ¡¿Qué has dicho?! – A Katze semejante osadía lo tomó por sorpresa.



- ¡¿Qué no has escuchado viejo?! ¡¡Que te quites!! ¡¡Quiero hablar con el tal “señor Iason”!!



- Eres un vulgar… ¿Con qué derecho vienes a gritar así?


- ¡¡Con el derecho de la mierda!! ¡¡Quítate o no respondo!!



Al pelinegro parecía que las venas se le reventarían, su cara estaba llena y el rojo había marcado parte de ella.



- Katze… ¿Qué es ese escándalo?  - El rubio aparecía al escucharlos gritar – ¿Qué es lo que quieres?



- Tú… - Riki apretó los puños. Acto seguido se abalanzó hasta el ojiazul, increíblemente logró asestarle un puñetazo lo suficientemente fuerte como para hacerle girar el rostro.



- ¡Señor Iason! – Katze no había tenido tiempo de detenerlo, había sido demasiado rápido.



El ojiazul permaneció quieto, sin mover un músculo, a contrario del pelinegro, que parecía que se contenía por dentro.



Katze iba a arremeter en contra del muchacho, pero no llegó a hacerlo, con un gesto de su mano, el rubio le hizo detenerse en su idea.



- ¿Y a que ha venido eso Riki? – Preguntó por fin el rubio.


- Quería ver si sentías algo, porque al parecer no sentiste nada cuando decidiste deshacerte de uno de tus más fieles sirvientes.



- … – Iason le miró.



- A mi tu dinerito no me sorprende, tu prepotencia me resbala… ¿Crees que por tener una buena posición te vuelves dueño de los demás, que puedes botarlos como basura luego de que te han servido tanto? – El entrecejo de Riki estaba marcado – Si eres esa clase de persona… me das asco.



- ¡!



- Bueno, ya he dicho lo que tenía que decir ¡Agarro mis cuatro trapos y me largo de ésta mierda! – Alzó los brazos de modo dramático – Antes de tener hambre y necesidades, tengo orgullo señores.



Acto seguido, dio la vuelta y se fue con una sonrisa en los labios. El golpe y no sólo eso, la expresión en el rostro del señor, le había dejado un dulce sabor en la boca.



- ¡Pero señor Riki…! – Daryl estaba atónito, no podía creerse lo que chismorreaban los demás sirvientes - ¿Por qué hizo eso… y por un simple…?



- Lo hice por un amigo. Los que se metan con mi gente tendrán problemas.



Daryl entonces se dio cuenta de que Riki le parecía de lo más agradable, había escuchado de la boca de Katze que no era más que un vándalo y un sin vergüenza, pero hacer esa clase de cosas por defenderlo… ahora tenía su propio punto de vista acerca de él, y era bastante bueno.
 


- Voy a extrañarlo señor Riki.



- ¿Eh? – Le miró, al hallarse el bello y puro rostro del chico, Riki no pudo evitar sonrojarse – No digas cosas así…




En la mansión, Iason era atendido por uno de los sirvientes. El golpe le había dejado una marca en el pálido rostro. Sin embargo y aunque no le dolía, había algo que lo hacía sentir incómodo mentalmente.



- No se preocupe señor Iason. Voy a mandar a que echen a ese animal a patadas – Mencionaba Katze. 



- No será necesario Katze – Intervino el rubio – Por nada del mundo permitas que se vaya.



- ¿Señor…? ¿Acaso piensa pagarle con la misma moneda?



- Yo no soy un bruto Katze. No pienso rebajarme a su nivel – Hizo una pausa – Dile que puede quedarse, que todo será olvidado y que desistí de la idea de intercambiar al chico… luego me las arreglo con Raoul…



- ¡Pero señor Iason…!



- Katze… - Mencionó con fuerza – También notifica a Daryl que deshaga sus maletas.



- Si, señor Iason.



El rubio mantenía la vista en le techo. Aquella había sido la primera vez en que alguien le hablaba así. Riki le había llegado a lo más profundo, sus palabras le perforaron el corazón…. tenía que quitarse esa sensación tan amarga. Una sonrisa se formó en sus labios.



“Quiero destrozar ese orgullo tuyo, borrar esa sonrisa de satisfacción que tenías… quiero que te inclines ante mí… que me lamas las botas… Riki”

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Ajá! Ya Riki ha empezado a desatar los sentimientos de Iason, esperemos a ver que sucede n.n gracias por llegar hasta aquí y por los comentarios con respecto al capi que deseen dejar… hasta la siguiente actualización!! Bye Bye!!

 

 


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