Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Guns n' Roses por 7cielos

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Carajo, ¿Otro lemon? Si, así es... viene otro lemon, creo que estos polis ocupan una tv... 

CAPITULO III.


Ambos guardaespaldas estaban hablando entre sí dándole la espalda a Shun, este empieza a dibujar una cara llena de coraje y odio y luego se lanza con el cuchillo hacia Milo, Camus logra reaccionar a tiempo y sujeta de la muñeca a Shun el cual empieza a forcejear pero la fuerza del policía era superior a la de él

- ¿Que te pasa? ¿Estás loco?- Dice Camus arrebatándole el cuchillo.

El peli verde empieza a llorar descontroladamente y a gritar, ambos se quedan extrañados, la reacción del joven era muy extraña, no entendían nada... Milo se acerca y le toma del hombro pero este se retira...

- ¿Que te pasa Shun?- Desconcertado pregunta al ver al chico tan descolocado, casi desquiciado.

- Yo... juro que no quería... lo juro.- Lloraba sonoramente sin siquiera atreverse a mirar al par de hombres que le acompañaban.

Ambos policías se miraron...

- Nos has mentido otra vez Shun.- Dice Camus enojándose.-... por lo tanto hemos tomado una decisión... no seguiremos arriesgando nuestras vidas por alguien que ni siquiera nos está diciendo la verdad... ¿entiendes?- Hablaba lo mas sereno que su coraje le permitía para no alterar mas al chico.

- ¡¡¡¡No!!!! Yo no quiero morir.- Asustado ahora si miraba a quien le acababa de hablar.

- ¡¡¡Pero si intentaste matarme!!!- Dice Milo acercándose y mostrándole el cuchillo.- ¿estas loco?- Este no lograba apaciguar su incredulidad ante tal acto, además de sentirse mas que traicionado por su "protegido".

- Solo nos has salido con puras putadas... así que nos vamos... ya verás que haces.- Camus hace una seña a Milo.- nosotros no andamos con niñerías...- Ambos salen de la habitación y dejan solo a Shun quien no sabe que hacer.

- ¿en serio nos vamos?- Pregunta en susurro Milo sintiéndose incapaz de dejar a Shun solo expuesto a que lo mataran.

- no... Solo quiero saber la verdad.- Explicó Camus que usó el temor del peli verde para presionarlo a hablar.

- Pero... ni siquiera ha intentado detenernos.- Eso preocupó más al policía que ahora lo veía como el chaval que era.

- lo hará... ya verás.- Aseguró confiado.

Camus enciende un cigarrillo y se coloca junto a la puerta de la que era su habitación designada... en eso entra Shun implorando.

- No se vayan.... por favor.... yo... desconozco por que me quieran matar... es verdad...

Milo entra a la habitación, mira al chico con torrentes de lágrimas, pone cara de compasión ante la mirada de Camus quien mueve su cabeza en forma de negación para luego dar un suspiro... no se podía negarse a la petición de su compañero...

- Esta bien... nos quedamos... pero... ya no confiamos de igual manera que antes... vete a dormir.- Ordenó puesto que no tenía ganas de verlo, no después de lo que intentó contra Milo.

El chico tembloroso obedece la orden de Camus quedando solos los guardaespaldas.

- ¿No crees que esta actuando así por el miedo? - Dijo Milo tratando de justificar, no solo al chico, sino a sí mismo puesto que parecía buena persona su protegido.

- No... Algo sabe y no lo ha querido decir... ¡¡¡mierda!!! Eso me enoja... si le estamos cuidando las espaldas, ¡¡¡nos hemos jugado el maldito pellejo por salvarle la vida!!!- Estalló por fin. Sus ojos azules se veían distorsionados por el enojo que le sacudía.

- Lo sé Camus... aun así creo que se comporta así por el miedo.- Vio con preocupación a su amigo.

- ¿Que coños dices?... ¡¡¡te quiso matar!!! Es un completo cabrón...- Lanza el cigarrillo al piso y con el pie lo hace pedazos... Milo se acerca y le toma del hombro... Camus más que nada quería que Milo estuviera bien pues le amaba aunque el otro no quisiera nada con él... da un gran suspiro.

- ¿Que tal si escuchamos música?- Propone Milo para relajar la tensión del momento.

Cerca de la 7 de la tarde, ambos acostados en la cama de Milo mirando el monitor observando a un Shun echado en su cama... juntos escuchaban la canción de "Comfortably numb" de Pink Floyd, ambos alucinaban con esa canción, comían hamburguesas que habían encargado, sin embargo había un silencio entre ellos hasta que Milo empieza a cantar el coro, cerraba sus ojos y hacía como si tocara la guitarra... Camus también sonríe y empieza a cantar con él... para luego ambos volver al silencio y cerrar los ojos para sentir como esas guitarras se introducían hasta su torrente sanguíneo y el sonido cuadra fónico se colaba a sus tímpanos, al terminar la canción ambos se volvieron a echar en la cama...

- Nos hace falta distraernos un poco... extraño patrullar... - dice Milo con toda franqueza a su compañero que lo entendía a la perfección.

- Si... pero trabajo es trabajo...- Dijo para motivarse un poco ya que no tenían de otra. Era el castigo que su jefe había escogido sabiendo bien donde eran vulnerables. Ellos amaban la calle.

- Camus... no quiero hacerte sentir mal...- Prosiguió Milo que ya era arrebatado por otro tipo de pensamientos. Camus le mira extrañado y frunciendo las cejas.

- ¿A que te refieres?- Estaba fuera de tema el comentario recién hecho.

- No quiero ser un cabronazo contigo.- Intentó explicarse por que algo le preocupaba mas que las armas y los asesinos que los andaban rodeando.

- ¿A que te refieres? De verdad que no entiendo...- Volvió a preguntar Camus que aun seguía ajeno a lo que el otro trataba de decirle.

- Tuvimos sexo... sin ser nada... y luego me dijiste que... te gustaba... yo la verdad no quiero que te hagas ilusiones conmigo... me conoces... a mi no me gusta tener compromisos, al menos no en esta parte de mi vida... tu sabes el por que...- Tan preocupado como nunca antes, no quería dañarlo y además necesitaba el mismo aclararse.

Camus sube el volumen de la música haciendo caso omiso a lo que Milo le había dicho... su mejor forma de evitar llorar por lo que su peli azul le había explicado era ser esquivo... esa canción quedaba perfecto por el título "High hopes"... cierra los ojos con él pretexto de disfrutar la canción pero en realidad era para que no viera el reflejo de sus ojos que proyectaban una tristeza inmensa.

- Camus... yo no...- Al verlo Milo intenta tratar de decir algo que no fuera hiriente, que no dañara pero parecía que no tendría éxito.

Camus solo aprieta más sus ojos, sin querer se habían humedecido...

- Camus... mírame por favor... por que te aprecio es que te digo esto... no quiero lastimarte...- Milo rogaba que lo mirara para saber que todo estaba bien.

El seguía escuchando más con sus ojos cerrados evitando que quebraran su coraza de hielo, Milo calla, por instante pensó que era mejor seguir en silencio... no... no era bueno... no quería que Camus siguiera esperanzado en algo que él en esos momentos no deseaba, no por que no le quisiera, sino por que esperaba a alguien más... a alguien a quien ya le había prometido que aguardaría... apaga el aparato reproductor portátil...

- Camus, ¡¡¡con un demonio!!! Escúchame.- Logra desesperarse al no obtener respuesta alguna.

- Te he escuchado a la perfección... no tengo nada que decir...así que no te preocupes... lo que pasó ambos lo provocamos... sea como sea... ya es pasado... así que no has hecho ningún daño...- Por fin pudo hablar sin que sintiera su voz quebrada por su desilusión y desespero.

Se levanta extrayendo el cd y se retira a su cuarto, dejando un mal sabor de boca a Milo, por que aunque sus palabras parecían serenas, tranquilas, sus ojos se veían a punto de llorar...

Al llegar a la habitación coloca de nuevo el CD de Pink Flyod y se tumba boca abajo en la cama para llorar sin ser visto por la cámara, que al fin sus sollozos se los tragaría el sonido fuerte de esa canción titulada "Wish you were here" que le encantaba y ahora acompañaba en su melancolía... Milo sin ver nada podía sentir el gran dolor de Camus, así que solo se limitó a escuchar las canciones sin querer imaginar a su compañero de trabajo con esas lágrimas salinas que recorrían su rostro...

Al día siguiente Camus no estaba, Milo llamó al móvil de este mientras desayunaba con Shun...

- ¿Donde rayos estás?- Preguntaba algo molesto por que no sabía a que hora se había ido.

- Trabajando... vine a ver a los tipos que atrapamos el día del atentado contra Shun... el jefe está arreglando algo para que me dejen hablar con ellos... si Shun no nos dice nada... investigaremos.

- Ok... espero que regreses pronto.- Se temió lo peor, ya que el trabajo siempre lo hacían juntos sin pretexto alguno.

- Si... bueno... bye.- Sonó algo tajante además de que guardó el móvil con algo de violencia.

Shura mira de reojo a Camus.

- Parece que no dormiste bien... aunque trates de cubrir tus ojeras con esos lentes de sol... es demasiado obvio... ¿que sucede?- Conocía bien a sus hombres así que sabía que algo ocurría entre este par.

- Nada... sólo que tengo que vigilar bien, ¿no cree jefe?- Explicó sin ganas a Shura, ni siquiera le miró a la cara al tiempo de responderle.

- Si... como tu digas... pero no se por qué pienso que Milo tiene algo que ver.- Había dado en el clavo. Camus algo molesto se levanta de la silla que ocupaba y saca un cigarrillo.

- Sabes que no me gusta que fumen delante de mi.- Shura arruga su frente al ver el cilindro que era colocado entre los labios delgados de Camus.

- Lo siento jefe... pero lo ocupo...- No estaba para complacer al jefe, estaba furioso consigo mismo y tal vez lo tenía más que merecido, pero ¿Cómo no luchar por quien ama?

En eso Shura recibe una llamada de su secretaria diciendo que ya podía pasar a ver a uno de los presos, ambos se dirigen hasta la sala de visitas de la cárcel hasta encontrarse con un tipo de no más de 30 años... toman asiento en la silla que estaba frente a un vidrio donde se divisaba la molestia del tipo...

- Ya dije que no diré nada...- Cerró los ojos y cruzó las manos.

- ¿Que coño es lo que buscan?... ¿por que atentan contra la vida del joven Shun?... es tan sólo un inocente chaval...- El peliazul es interrumpido por el interrogado con una cara sarcástica.

- ¿Inocente? Jajajajaaja.- La risa del tipo era estrepitosamente ruidosa... hacía eco en toda la habitación.

- ¿De que diablos te ríes cabrón?- Le dice Camus no encontrando gracia a la situación.

- Cuando descubran todo, ustedes también se reirán de su estupidez.- Aseguró mirando fijamente a Camus sin titubeos.

- ¿Para quien trabajas?- Preguntó retándole con sus ojos azules que lograban intimidar al que lo veía.

- No diré nada.- Esquivó la vista pero respondió firme.

- Sabes que pasarás el resto de tus días aquí si no hablas...- La molestia de Camus era más que evidente y el preso lo sabía.

- No importa... no diré nada.- Estaba a punto de lograr que el policía se desesperara.

- ¡¡¡Hijo de Puta!!! ¡¡¡Tienes que hablar!!!- Shura trata de tranquilizarlo, pero la actitud de ese tipo estaba colmando a Camus que estaba de poco aguante.

- Pregúntale a quien cuidas...- Sonrió retadoramente. Camus prefiere salir de ese lugar siendo alcanzado por Shura.

- Camus, relájate... ¿que diablos te traes? Tu no eres así... tu táctica para hacer hablar a los presos hoy no la aplicaste... ¡¡¡no has ganado nada!!!- Shura precisamente por eso había llamado a Camus que siempre actuaba inteligentemente y lograba sacar información, pero esta vez se le cayó el santo.

- Jefe... sáqueme del caso.- Sonaba desesperado, además que ni el mismo era crédulo a su petición.

- ¿¿¿¡¡Que!!???- Eso si lo tomaba por sorpresa, no los imaginaba trabajando por separado.

- Ya no quiero trabajar con Milo...- Explicó con tono de tristeza y mirando al suelo como pocas veces lo había hecho en su vida.

- Pero si ustedes han sido la mejor pareja dentro de la corporación policíaca... ¿que coños sucede?- Necesitaba entender el por qué de su petición.

- Quiero volver a las calles... es todo... ser guardaespaldas me saca de mis casillas.- Justificó, necesitaba convencerse a sí mismo, aunque en parte era verdad que deseaba regresar a las calles, pero la razón más poderosa era mantenerse lejos por un tiempo de su compañero.

- Tu nunca te habías quejado del trabajo.- El peli corto miró directamente al hombre que tenía sus ojos derrotados.

- Ahora lo hago... por los años que tengo aquí... y por que no le he fallado... es que me atrevo a pedirle que envíe a alguien más con Milo.- Su tono era suave y parecía pedirle un favor que creía merecía que le hiciera.

Shura mueve la cabeza en forma de negación y cerrando los ojos, jamás hubiera esperado esa petición que Camus le estaba diciendo.

- Está bien Camus... hoy regresas solo a las calles... enviaré a Angelo D.M... Sólo espero que su carácter no choquen... en que aprietos me metes Camus.- Sabe que DM es un tipo confiable pero que ha tenido sus disputas con el de piel de canela, era realmente para esperar continuas quejas si los ponía como nuevos compañeros, pero era necesario ya que no había mejor candidato.

- Gracias jefe... iré por mi vehículo.- El de cabellos azul agua sube al carro que tantas veces habían arreglado por los múltiples choques, abrocha su cinturón, y coloca un CD... se acomoda sus gafas y sube el volumen. Ahora su compañero sería la música de Kiss.

Mientras tanto...

Ya eran las 6 de la tarde y Camus no regresaba. Estaba preocupado, miraba con insistencia el reloj que portaba en su mano izquierda... tocan la puerta y con precaución va a abrir...

- ¿¿Angelo?? ¿Que diablos haces aquí?- Era a la persona que menos esperaba detrás de la puerta, lo miró con suma extrañeza mientras sentía un escrutinio sobre su persona proveniente del Italiano de cabello corto, ojos pequeños azules pero destellantes, labios delgados y una nariz pequeña y respingada.

- Pues... voy a ocupar el lugar de Camus.- Sabía que para nada iba a ser aceptado por Milo y sentía venir una tempestad, a un inicio también se había negado con el jefe pero al no quedarle opción, resignado, acudió al domicilio. Todo por complacer los caprichos de un policía que era demasiado consentido a su ver. Tenía cierto recelo con la pareja de policías ya que casi les daban el título de "policías perfectos" por más desmanes que hicieran.

- ¿Que coños dices? - Le dieron unas ganas tremendas de sacudir a DM y que este soltara todo lo que sabía al respecto, pero se contuvo con mucho esfuerzo para no empeorar la situación sin saber aun los motivos.

- Camus pidió regresar a patrullar... yo vengo a cubrir el caso contigo.- Sabía que tenía que dar mínimo la razón que le dijo el jefe, aunque el mismo sospechaba que algo más fuerte sucedía ya que este par nunca se habían separado, pero no tenía ánimos de provocar al de cabellos esponjados.

- ¡¡¡Camus no puede hacer eso!!! - Exclamó incrédulo. Sintió como si le golpearan el pecho, sospechaba la razón... no, sabía a ciencia cierta el verdadero motivo: él.

- Pues... ya lo hizo... bueno, solo cumplo órdenes, así que déjame pasar... - Un poco arto de que le obstruyera el paso estiró su mano para sujetar del hombro a Milo y hacerlo a un lado. No obtuvo resistencia.

Angelo D.M pasa con una pequeña maleta y Shun mira algo extrañado... ¿¿donde estaba el chico de cabellos largos y verde azulados?? No tenía claro lo que sucedía y esperaba que le dieran una explicación ya que no le gustaban demasiado los cambios, menos de un momento a otro sin su previa consulta.

Milo marca al móvil de Camus el cual no contestaba y no era que no lo escuchara, era que realmente no deseaba hablar con él. Lo que la noche anterior habían hablado le había lastimado y aunque sus palabras habían sido objetivas, no dejaba de ser dañino para el galo. Desde un inicio fue un error estar con su compañero de trabajo y más por que sabía que el griego seguía esperando a quien le había dejado. Era prudente y necesario para él alejarse un poco... sólo un poco...

Es sacado de sus pensamientos mientras estaba patrullando en el Dodge Dart Sedan 1980, un tipo extraño vestido de negro, con una gorra de tela que cubría en su totalidad el cabello y parte de la frente, rondaba una casa, sin hacer mucho ruido se baja cauteloso del vehículo. Parecía ser que estaba robando debido al nerviosismo que tenía, miraba a los alrededores mientras giraba la perilla de la casa la cual no cedía hasta que se abre. Los ojos azules del policía lo seguían con detenimiento verificando la escena. El tipo sale de la casa con un maletín sin demorarse mucho dentro de la casa. Camus empieza a caminar detrás del ratero quien al notar la presencia del que lo seguía empieza a acelerar el paso, Camus igual, entonces empieza a correr y el policía también. Queriendo perderlo se mete a un callejón. Veloz no le pierde la pista, el tipo salta una barda con suma facilidad y el de cabellos azules y lacios también de un salto logra estar del otro lado.

- ¡¡¡Detente!!! - Le ordena sabiendo que sería desobedecido por completo. Era más que nada para hacerle notar que seguía tras el y estaba más que dispuesto a atraparlo.

- ¡¡¡Vete al diablo!!! - Grita al voltear y ver lo cerca que lo tenía.

Sigue corriendo cuando al fin, el sujeto queda acorralado, Camus saca su arma y apunta...

- Suelta el maletín.- Ordenó sin titubear con su arma la cual ya estaba lista para detonar. Nada, seguía inmóvil. El tipo hace caso omiso a la orden del policía y únicamente se gira para quedar de frente a su persecutor.

- que lo sueltes y levanta las manos... - su voz era ruda pero no eran gritos. No deseaba alarmar a los vecinos y que saliera algún curioso y corriera riesgo de salir dañado.

De manera astuta el ladrón lanza una navaja a Camus logrando herirle junto al hombro, pero esto no evita que Camus siga con la guardia a pesar de una leve punzada y el calor de su propia sangre que mojaba su ropa.

- Hijo de puta... ¡¡¡te he dicho que levantes las manos!!! - Por fin grita furioso ya que le molestaba que aun estando prácticamente atrapados se pusieran renuentes.

El tipo suelta el maletín y Camus se acerca sin dejar de apuntarle, le gira de manera violenta y lo recarga junto a la pared, le esposa y le revisa por completo pasando sus manos sobre la ropa recorriendo todas sus extremidades por si tenía algún arma oculta. Abre el maletín y en su interior había una mágnum de 9mm acompañada de una foto de Shun. Camus sabia que ahora menos estaría fuera del caso y ese tipo tenía que dar muchas explicaciones. Lo lleva a la comisaría y ahí da su informe a Shura de lo encontrado, Shun tenía que hablar ahora con la verdad o de cualquier manera sabrían en que esta involucrado. La verdad no permanece oculta por siempre.

- Encontramos un chip y un CD en la casa de Shun, según lo que él nos dijo su hermano lo ocultó un día antes de ser encontrado muerto... - Explicó el policía franco a su jefe que atento lo miraba, por un segundo apartó su vista de las orbes azules que eran de un color más claro que la de los cabellos lacios y largos que caían sobre la espalda.

- Muy bien Camus, irás por ellos y que Shaka los revise... - Sabía de antemano que la orden no sería muy agradable para el que tenía enfrente y no se equivocó.

- ¿Por que yo? - Refunfuñó queriendo sacudir de las ropas a su jefe peli negro.

- Ya dije, es una orden... así que entre más rápido vayas por ellos mucho mejor. - Tenía que hacer notar su autoridad, dejar claro que la última palabra la tenía él y no iba a dejar que alguna estúpida pelea entre el helénico y el francés interviniera en la investigación.

Camus se sube al vehículo y arranca, lo acompañaba la canción de Audioslave "show me how to live"... Milo estaba con DM, la verdad que enfadado al punto de la desesperación, no había punto de plática, ya le había contado los pormenores de lo sucedido y no tenían nada más que decirse... por su parte DM no apartaba su mirada del chaval peli verde... al escuchar música fuera de la casa Milo se levanta de inmediato del sofá donde yacía su cuerpo inmóvil y sale a la calle... ahí lo mira...

- ¡¡¡Cabrón!!! ¿Como que pediste salir del caso? - Le dice con voz fuerte y enojada mientras su compañero se acercaba a la entrada.

- No me he salido... esto apenas comienza...- Lo dice quitado de la pena, no quería demostrar que tenía ganas de no verlo por un buen tiempo, que tenía ganas de olvidar su nombre y más, de olvidar esa fragancia que emitía su cuerpo, misma que aun sentía sobre su propia piel.

- ¿De que hablas? - Un poco más tranquilo pregunta, mirando directo a los ojos de su amigo. Le encantaba ver su propio reflejo en ellos ya que parecían tan puros como agua de manantial.

- Capturamos o un tipo que traía un maletín con una mágnum dentro, además de una foto de Shun. - Explicó sin demostrar que se moría por rodear esos labios con los propios. Odiaba sus propios deseos.

- ... pero... - Se ha quedado mudo por contemplarlo tan cerca, llegó a un punto de no parpadear mientras le sostenía la mirada.

- Vengo por el CD y por el chip, Shaka los va a analizar... - Quería terminar con esa deliciosa tortura. Así que solo tenía que acelerar todo y recoger por lo que había ido.

- Necesito una explicación... ¿por que has decidido irte? - Su voz serena y en tono bajo llegó a oídos del galo que en ese mismo instante deseaba reventar sus tímpanos para no caer en ese canto de sirena que lo llamaba a caer en tentación.

- Necesitamos avanzar en el caso... ahora yo investigo por fuera... es más práctico. - Deseaba venderse y venderle esa idea ya que tampoco deseaba que terminaran enojados y eternamente separados.

Milo ve una indiferencia enorme en los ojos de Camus... eso le lastimaba más de lo que llegó a imaginar. Se había acostumbrado tanto a su presencia que tenerlo lejos por unas horas era una verdadera Odisea.

- ¿Que pretendes Camus? ¿Pensar que no pasó nada? - Sabía que no había mas opción mas que ser claro, sin rodeos y sincerándose un poco.

- De que pasó, pasó pero... no tiene por que ser relevante ya... ambos somos amigos, ¿que no? - Odio que su amigo fuera siempre directo al grano. No deseaba en ese momento hablar de ellos ya que lamentablemente ciertas dudas nublaban a ambos.

Milo lo toma de la mano y lo hace pasar a la casa, el galo mira a DM y solo mueve su cabeza en forma de saludo luego mira a Shun...

- Hola Shun. - Solo saludó por educación por que el misterio que ese chico estaba manejando comenzaba a hartarlo de sobremanera.

El peli verde solo agacha la cabeza, cosa que dejó pensando más a Camus sobre el misterio que portaba este chico.

- Ven Camus. - Dice el de cabellos esponjados mientras avanzaba. Aun no sabía bien lo que iba a hacer, sólo sentía esa necesidad de hablarle a solas.

Camus le sigue y se introducen a la habitación donde estaba durmiendo días atrás. El griego saca de un cajón las cosas encontradas y se las da al peli azulado galo, el cual los guarda en su eterna gabardina negra y esta dispuesto a salir cuando Milo lo vuelve a detener... se adelanta y cierra la puerta con seguro...

- ¿Que pretendes Milo? - sus ojos se entrecerraron mientras observaba lo que el griego hacía. Para nada le estaba gustando la dirección que estaba tomando la situación.

- Que te quedes. - Era verdad, quería hacer entender a su tozudo compañero que la decisión de distanciarse para nada era buena, mucho menos correcta.

Camus saca un cigarrillo y lo enciende mientras ve como Milo se le acercaba de forma insinuante, le toma de la barbilla, retira el cigarrillo de la boca de Camus mientras este soltaba el humo en el rostro del peli azul griego... no importándole este hecho le besa... El de ojos de agua de mar a un inicio se resiste pero le es imposible evitar dejar entrar esa lengua en su cavidad bucal... se retiran y el huidizo le mira... estaba derrotado ante el compañero de piel canela... siempre lo ha estado... agacha su mirada como reprochándose a sí mismo por ser tan débil... El hombre de sangre de Dios mitológico deja caer el cigarrillo al suelo no antes de fumarle un poco, luego lo destroza con la punta de su pie, hace hacia atrás a su lacio hombre fuente de deseo y luego lo arroja a la cama...

- Tu no te vas... no ahora. - Sentía una presión fuerte entre sus piernas, no solo por tenerlo a su merced, si no por que de alguna manera extraña sentía un mar de sensaciones más parecidas al amor que a la amistad.

- La carne es débil, no es así Milo? - Al ver el frenesí con que era presa recordó la tonta promesa de su amado hacia el infeliz que se marchó haciendo que el deseo de recalcarle que el griego solo sentía pasión por algo físico lo nublara, cosa que al francés no le interesaba por que el quería mas.

El helénico que había empezado a besar el cuello blanco de Camus se detiene en seco, le mira a los ojos azules profundos de su compañero y con actitud seria le da una bofetada. El franco empieza a reír... Milo le vuelve a golpear como si así fuera a borrar esa pregunta que ni tenía idea del por qué le había molestado tanto.

- ¿Sabes?... si estás enojado... me excita. - soltó una risa que a los oídos de quien tenía encima resultó mas que excitante, sabía que lo invitaba a mas.

Con violencia el heleno empieza a despojar la ropa de Camus, arrojando la gabardina lejos y rompiendo la camisa, forcejea con los pantalones los cuales logra retirar y empieza a morder en el abdomen de Camus, este reía tratando de disimular el placer que le embargaba... toma una muñeca del de cabellos lacios y la sujeta con fuerza... coloca las esposas que el mismo policía cargaba y luego atrapa su otra muñeca, lo esposa en la cabecera de la cama... ahora estaba a su merced... se quita la ropa también, luego sujeta la cabellera lacia jalándola hacia atrás, provocando que Camus abriera su boca... sin pedirle permiso introduce su miembro ansioso y palpitante en la boca de su "amigo"...

- Dame placer... Camus. - Ese juego del amo lo estaba haciendo arder, sentía como la calentura corporal de ambos se elevaba al mismo tiempo que su deseo mutuo.

Lo introducía por completo en la cavidad bucal de Camus provocando que este derramara unas cuantas lagrimillas, pero al parecer la situación no le desagradaba del todo... Milo seguía jalando los cabellos del otro que por su piel blanca demostraba cuanto le excitaba todo esa situación por estar al rojo vivo... Milo se derrama rociando su líquido blanquecino en el rostro de su compañero para luego probarlo lamiéndole todo el rostro...

- ¿Te gusta eh? - Deseaba escuchar su voz para estimularse aún más.

Camus esbozaba una sonrisa y luego saca su lengua recorriendo sus labios inferior y superior. Sabía que el tenía el mando sobre la provocación.

- ¿Es todo lo que tienes Milo? - Parecía que en el rostro del francés se dibujaba una sonrisa de burla, cosa que al piel canela le irritó un poco. Estaba dispuesto a demostrar que tenía mucho para dar.

El griego sujeta el cuello del galo presionándolo fuertemente...

- Grita para mí... - Ese deseo hacia que su cuerpo se estremeciera de excitación.

Luego atrapa la boca de Camus para besarla... mientras sus uñas dejaban camino por la espalda de porcelana, se separa y con brusquedad abre las piernas del que tenía sometido mirando con extremado deseo la cavidad que pronto poseería... sin previo aviso le penetra haciendo que Camus lanzara un grito

- Eso... así me gusta Camus. - Por fin dominaba al que parecía indomable, comenzó a moverse lentamente disfrutando del encarcelamiento de su virilidad.

- ¡¡¡Cabrón!!! - Exclamaba entre gimoteos y con sus ojos cerrados, tenía las enormes ganas de desatar sus manos y sujetar esas caderas para jalarlas hacia si y ser penetrado por completo.

- Si, lo soy... dime más. - Pedía mientras sus movimientos ahora eran más profundos y rápidos. Seguía viendo aquel rostro que estaba teñido del rojo más hermoso que había visto. Lejos de verse vulgar, veía la escena más erótica que recordaba.

- ¡¡¡Hijo de perra!!! - Gritó, pero realmente sus deseos eran exclamar "Dame más". No podía dominarse, la carne es débil, tal como le había hecho notar a su compañero de trabajo y de cama.

Milo ante las groserías que Camus le lanzaba aumentaba su ritmo a la vez que nalgueaba a Camus. Escuchaba el sonido del chocar de la piel, no solo la de sus manos con el trasero del que tiene la piel mas clara que la suya, si no también el sonido que se escuchaba cada que embestía a su presa.

- ¿Es todo lo que puedes hacer Milo? - Eso lo preguntaba ya que sentía que un cosquilleo se producía en su bajo vientre. Quería que lo tomara más rápido pues su cuerpo lo pedía.

- Cállate. - Casi no había escuchado su propia voz, solo hacía caso a su deseo de moverse mas y mas antes de venirse.

Con su mano tapa la boca de Camus que gemía sin poderse contener mientras seguía poseyéndolo... luego la retira para atrapar sus labios y besarlo mientras formaban un vaivén, luego prueban líquido rojo proveniente del labio inferior de Camus... los gemidos de ambos eran perfectamente audibles.

Angelo DM que estaba en la sala con Shun no pudo evitar sonrojarse por lo que suponía que pasaba, que aunque no escuchaba lo que decían pero se escuchaba a la perfección uno que otro gemido, mira de reojo al peli verde.

- Creo que se les está haciendo costumbre.- Dijo riendo el chaval mientras se levantaba para ir a la cocina... DM solo sentía más y más calor y mejor decide acompañar a su nuevo protegido ya que necesitaba distraer su mente en algo diferente a sexo.

Saca su miembro del cuerpo al que anteriormente tenía sometido para derramarse completamente en la boca de él, el galo lo saboreaba de manera que le provocaba más placer a Milo. Luego ríen de manera divertida. El hombre de piel canela recorre los brazos de Camus hasta llegar a las muñecas y retira las esposas para luego besarle con pasión, esta vez las manos del peli azul-verdoso le recorrían lentamente... había vuelto a ser suyo... una vez más...

- ¿Te he lastimado, Camus? - Pregunta con la mirada más tierna que jamás le había visto su ahora amante.

- No... no lo has hecho... - No sabía que sentido tenía esa pregunta. ¿Daño físicamente? ¿Daño en sus sentimientos? Tenía respuesta para ambas pero prefiere pensar en su integridad física al responder.

Ambos se levantan de la cama y comienzan a vestirse, lo bueno es que Camus aun no se llevaba su ropa por que la que traía puesta se habían convertido en harapos rotos... se coloca la gabardina y acomoda su cabello, Milo hacía lo mismo... se acerca al rostro del lacio hombre y con su dedo índice recorre el labio herido de su amigo...

- Lo siento... - Aquella herida era más que notable y se veía un poco inflamada, quizás había sido excesivo.

Camus le sonríe para luego retirarse de él y salir de la habitación... Milo va detrás de él... va hasta la cocina por que escucha a Shun y DM riendo y bromeando.

- Me voy... estaremos en contacto... DM. - Su voz tan indiferente como en esas ocasiones donde no hablaba más que lo necesario y casi por obligación.

- Si Camus... oye, ¿que te pasó en el labio? - su intención era burlona por que lo tenía mas que imaginado.

- Gajes del oficio. - En sus adentro se sentía mas que complacido por ese pequeño dolor sobre sus labios, sintió ganas de acariciarlos pero sabía que delante de su italiano compañero era menos que adecuado.

Camus se dio la vuelta para luego irse del lugar, Milo observa por la puerta como aborda el vehículo y pone una canción con volumen alto... "Nothing else matters" de Metallica, por la ventana le dedica una sonrisa y acelera.

CONTINUARA...

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).