Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Guns n' Roses por 7cielos

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

La primer ausencia...

CAPITULO VI.


Una semana después....

Camus estaba viendo por el cristal a Shaka que estaba inconsciente todavía, sueros y aparatos que medían su ritmo cardiaco estaban conectado a él, su piel que noches atrás había contemplado con tonos rosados, ahora lucía totalmente pálida... había perdido mucha sangre y la herida había sido fatal... aún era incierto su futuro... aún podía morir...no sabían si volvería a mirar ese brillo en los ojos azules que con devoción se habían posado sobre él; lo saca de sus pensamientos el tacto suave de Milo que no lo había dejado sólo durante esos días brindándole todo el apoyo que podía necesitar.

- Has venido aquí toda la semana... no fue tu culpa lo sucedido... lo sabes. - Intentaba convencer a su compañero que se auto castigaba de la peor manera, sólo el sabía que tan duro podía ser consigo mismo y también sabía que estaba más que afligido.

- Si no hubiera estado en mi casa... - Habla por fin, aun miraba por el cristal, se sentía como si él mismo hubiera disparado la bala mortal.

Milo abraza a Camus transmitiéndole todo su apoyo... sabía que Camus por más duro que se hiciera pasar le afectaban tanto cuando alguien querido salía lastimado. Recordaba claramente cuando los pusieron a trabajar como equipo que alguna vez Camus le había mencionado que le interesaba ese joven pero pronto terminó su interés... luego sabía a la perfección que comenzó un extraño coqueteo con él olvidando al chico por completo.

Antes de entrar a ese departamento de policías Milo había trabajado como policía en alguna ciudad pequeña de Grecia, por su alto desempeño fue transferido a la Capital, en ese entonces Saga era ya su novio y tenían exactamente 1 año en su relación cuando conoció a Camus, le había dejado en claro que él no quería iniciar nada con el, puesto que tenía pareja, cosa que a su compañero parecía importarle poco pues sus comentarios halagadores a Milo iban en aumento, igual que su coquetería... a él no parecía disgustarle pues siendo sinceros sentía una conexión especial con el chico de ojos azules profundos como el mar, no sólo por tener cosas en común sino por que lo que le hacía falta a Camus, Milo lo tenía y viceversa... un complemento... conocía a Camus en algunos aspectos, sabía que veces era un tanto impulsivo y que veces actuaba sin pensar bien las cosas, pero eso sucedía rara vez, sólo cuando de veras estaba enfadado y fuera de sus casillas, generalmente analizaba las cosas para no equivocarse, por que ese era el miedo más grande de Camus.... equivocarse... y cuando las cosas no salían bien se reprochaba constantemente... era su propio juez.

En cambio Milo era espontáneo, tenía la habilidad de analizar las situaciones rápidamente y al contrario de Camus, se desesperaba con más dificultad siendo él quien trataba de tranquilizar al otro... le gustaba llevarse la vida sin complicaciones y también le gusta presumir de lo que tiene... no de esas presunciones que se recalcan en la cara de todos los demás, sino de esas que cuando salían las cosas como las planeaba su orgullo se hacía presente simplemente al andar.

La combinación era perfecta... Camus era excelente conductor y era muy veloz.... practica Muay Thai y eso le ayudaba mucho en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, además de saber acerca de nuevas tecnologías que podían ayudar en su trabajo, además de su habilidad con las armas siendo muy certero y que fácilmente podía ocuparse como francotirador.

Milo era todo un pistolero además que conocía cada detalle de cada arma utilizada, ya sea por ellos o por los delincuentes, seguía sus corazonadas, era veloz y sabía hacer buenas tácticas para atrapar a los sujetos que violaran la ley... con esa combinación nada les podía pasar.

O así pensaban todos que era, pero la realidad es que son tan humanos como cualquiera y que a pesar de sus habilidades siempre existe la incertidumbre frente a los delincuentes. En ese momento es que el griego de cabellos violáceos se dio cuenta que su seguridad se basaba en uno al otro, juntos se creyeron invencibles, intocables pero la vida es la que da las lecciones más crueles para enseñar que sólo somos un grano de arena en la playa.

El sufrimiento en ese momento era la mejor prueba para el mundo, que son como cualquiera que cumple su deber y que, pese a su capacidad, está bajo riesgos imprevistos.

------------------------------------------------------*--------------------------------------------------------

 

Ambos salían del hospital, se suben al vehículo que esta vez Milo manejaría ya que el galo no se sentía en condiciones para hacerlo, las fuerzas le hacían falta debido a que se estaba mal alimentando y de que no podía conciliar el sueño debido a que tenía los nervios de punta, le mira antes de encender el motor...el franco estaba cabizbajo, entonces le toma de una mano haciendo que Camus volteara a mirarle.

- Camus... no me gusta verte así... eres muy especial para mi... lo sabes. - Trataba de decirle "aquí me tienes, no te abandonaré", sus impulsos era abrazarlo y darle un tierno beso sobre sus párpados cansados pero ante sus deseos se anteponía la imagen de Saga y desistía.

- Tú... también lo eres... y no sabes cuanto. - Sintió ese apretón sobre su mano tan cálido, tan reconfortante y fue así capaz de admitir que en su vida era tan importante como el aire mismo.

Milo sin pensarlo dos veces se acerca y le besa antes de que esa imagen inoportuna apareciera en su mente, era agradable volver a sentir esos labios cálidos, delgados y suaves, pero aun más por que era un beso tierno. Se separan, ambos con un ligero rubor en sus mejillas, se sonríen y vuelven a acomodarse en los asientos de manera correcta para partir del lugar. Milo empieza a buscar un CD para escuchar música y relajar un poco el ambiente que últimamente los envolvía. No encuentra el que buscaba, repasa de nuevo disco por disco sin resultado alguno.

- Camus, ¿donde dejaste el CD de Gun's que te regale? - Aun buscaba en los discos sueltos que había juntado de la guantera.

Camus se encoge entre sus hombros para luego decir en voz baja... sabía que no le iba a parecer a su compañero.

- Lo... tiré... - Apretó sus ojos esperando recibir el reclamo.

- ¿Que hiciste que? - Le había sorprendido de sobre manera esa respuesta, que aunque ya se habían enojado, ese disco casi lo consideraban intocable.

- Oye cabrón... estaba enojado. - Se justificaba ahora poniendo cara de enfado, como si realmente dijera "Fue tu culpa que lo tirara".

- ¡¡¡El cabrón eres tu!!! Cómo te atreviste. - Sus ojos abiertos al máximo, su boca chueca y su cabello parecía unirse a la rebelión.

- Me hiciste enojar y pues... ¡¡¡lo tiré sin pensar!!!

Milo movió la cabeza en forma de negación y enojo para luego colocar un CD de Megadeth y subirle a todo el volumen, ambos iban en el camino con la cara de enfado y no se miraban a la cara para nada.... mientras tanto Camus pensaba "Que idiota fui ¿por que diablos lo tiré? no es importante solo por que sea Guns n' Roses... fue un ¡¡¡obsequio de Milo!!!... de verdad que eres un completo imbécil Camus"...

- ¿En que piensas señor idiotez? - El griego había notado que su compañero iba absorto en sus pensamientos y que por momentos su frente se arrugaba, pensó entonces que se estaba reclamando algo, o tal vez no, por eso se había decidido a preguntar.

- En que eres un verdadero hijo de puta...- Respondió enojado y manteniendo firme su cara de enfado, a Milo le pareció un poco divertido esa actitud que a veces le recordaba a un adolescente queriendo rebelarse en contra del mundo.

- ¿Y se puede saber por que? - Sabía que si respondía riendo solo lograría alterarlo más, al menos estaba pensando en alguna cosa distinta al hospitalizado rubio.

- Por que... por que me tienes en frente y prefieres a Saga. - Por fin pudo exteriorizarlo, no lo entendía, si lo dejó dos años, cómo se atrevía a regresar reclamando a Milo como su pareja, por lo que él sabía, jamás le mandó un e-mail, una carta, o un mensaje, nada que le explicara el motivo de su partida, y de paso sabía que el compañero suyo era demasiado noble como para rechazarlo a su regreso. Aunque aquel noviazgo había durado dos años antes de que se fuera como mero delincuente y tuvo que soportarlo un año besando en su cara al que tanto ama ya que cuando conoció a Milo ya eran pareja.

- ¿Estás celoso? - Quiso imprimir un tono divertido, pero vio que el galo hablaba más que en serio, así que borró su sonrisa casi de inmediato. Y es que el mismo sabía que extrañaba a Camus horrores cada que se separaban.

- Sabes que si... ¿para que coños preguntas? - Cruzó sus brazos, miraba sus propias rodillas y rechinando un poco los dientes. ¿Qué acaso no lograba que entendiera que ya le había entregado todo su ser?

- Solo quería escucharlo de su boca, Mr. Gruñón. -

Milo sonríe... mira de reojo a Camus y lo ve aun más furioso, era una clara seña cuando Camus cruzaba los brazos y a los pocos minutos sacaba un cigarrillo... efectivamente... estaba encendiendo el cigarrillo.

- Camus... dime... ¿pasaste la noche con Shaka? - Necesitaba saberlo, quizás tenía la esperanza de que fuera un No rotundo. Una extraña sensación recorrió su cuerpo, quería que el galo solo fuera de el y de nadie más.

Este le mira un instante para luego girar su rostro... esquivaba la mirada, sabía que el de cabellos esponjados sabía interpretar sus ojos mejor que nadie.

- Dime la verdad, contéstame Camus. - Insistió al ver tan renuente a su compañero.

- Si... al igual que tu pasaste la noche con Saga. - Soltó humo de su boca pero seguía sin mirarlo, sintió un poco de vergüenza al confesarse, pero más era su coraje al recordar a Saga y a Milo en paños menores.

- Pero... pero Saga es ¡¡¡MI NOVIO!!!... y tu no eres más que amigo de Shaka. - Quiso justificar sus actos, aunque sabía que daba una explicación estúpida y barata.

- También soy amigo tuyo y pasamos varios ratos de ese mismo tipo, ¿que no? - Ahora si le miró para reclamarle, lamentaba que estuviera conduciendo, si no, en ese mismo momento le hubiera zarandeado un par de veces para a ver si así entendía que dejara a su actual novio y lo eligiera a él.

- ¡¡¡Vale!!!... pero fue por que... por que... ambos quisimos. - No supo que más agregar, sabía que no le quedaba para nada reclamar, ya que el mismo se había encargado de recalcarle a su compañero que no quería compromisos. Lo que le dolía era pensar que si decía el otro que tanto lo amaba, ¿Por qué rayos estaba acostándose con el nerd?

- Shaka y yo también lo quisimos, ¿cual es la diferencia? - Volvió a inhalar el humo para recargar su codo en la ventana. Se odió por traicionar a Milo, por que en sus adentros, eso era lo que realmente sentía que había hecho.

- Lo hiciste... por despecho... si, por eso lo hiciste, cada vez que te enojas haces cosas sin pensar que luego te arrepientes. - En eso tenía toda la razón, pero ahora mismo dudaba si el hombre de cabellera lacia siente tal arrepentimiento.

- Pues vieras que no me arrepiento... además solo me convencí que nunca vas a dejar al mugroso que tienes por novio... te dejó dos años, tuviste pocas noticias, no sabes ni por que se fue... regresa y tu con los brazos abiertos... ¿tanto le amas? - No encontraba tanta explicación, nadie que es abandonado así, en sus cinco sentidos, es capaz de perdonar y recibir, al menos que esté loco de amor. Así pensaba el galo.

La pregunta de Camus le dejó pensando. No podía responderle, no sabía que responderle, Camus se dio cuenta de eso y entonces fue más insistente.

- ¿Le amas acaso Milo? ¿Aun te despierta las mismas sensaciones de antaño? ¿Sigues pensando en él? - Quería respuestas reales, sabía que Milo no le podía mentir, se conocían tanto para reconocer cuando una falsedad salía de sus labios.

- Claro... que si... - Ni el mismo se convenció de lo que dijo, fue por eso que usó un tono tan bajo de voz.

- Me sientes de tu propiedad como para reclamarme si estoy con alguien más ¿por que estuvimos juntos algunas veces o porque realmente sientes algo por mi? - Necesitaba escucharlo, entender, no le parecía lógico lo que hacía su compañero con lo que decía.

- Cállate Camus... estas diciendo tonterías. - Sereno respondió, quería dar por terminada la plática que en ese momento no llevaría a resolver nada, sólo a confundir más.

- ¡¡¡¡Me encabrono por que tu no dices nada!!!! ¿Por que veces siento que realmente te intereso?... ¡¡¡ ¿estás jugando o que diablos Milo?!!! -

Milo frena el auto y apaga la música, se queda quieto mirando al frente mientras Camus seguía esperando una respuesta.

- Yo no juego... - Por fin sentía que la verdad de su interior saldría a relucir, estaba dispuesto a liberarse para no sentir esa punzada que tanto malestar le causaba.

- Entonces aclárame por favor... que ya no entiendo. - Su cuerpo se giró un poco para quedar su rostro alineado para mirar al griego.

Milo quita el cigarrillo de entre los dedos de Camus y empieza a fumarlo mientras se recargaba en el respaldo.

- No se... estoy confundido. - Esa era su absoluta verdad.

- ¿Confundido?... ¿y que coños quieres que haga?... ¿esperar? Y mientras te decides sigues pasando las noches con ese. - No estaba dispuesto a compartirlo, no más. Sentía odiar tanto al dichoso novio que no recordaba que antaño lo hubiera hecho.

El de ojos turquesa toma de las manos a Camus. Las presiona más de lo que hubiera deseado, el galo solo miraba como aquella mirada se veía un poco desesperada y un poco suplicante.

- Cabrón... es que así me tienes... ¿no entiendes?... yo... ¡¡¡yo te quiero!!!

--------------------------------------------------*-------------------------------------------------------------

 

Tocan la puerta en la casa de Shun con un poco de insistencia, se dirige a abrir DM tomando las debidas precauciones ya que últimamente no confiaba en nadie.

- Ehm... Hola... se encuentra Shun? - Una voz suave, con un acento que lo hacía más que interesante y sobre todo un porte casi inmaculado, Ángelo DM no recordaba haber visto un traje más planchado e impecable que aquel que estaba tras la puerta.

- ¿Quien le busca? - Pero bien sabía que ahora todo mundo era sospechoso así que mantenía sujetada su arma bajo su saco.

- Soy Afrodita, su primo. - Sonrió mientras cordialmente estiraba su mano para dar un apretón en forma de saludo.

Shun que estaba detrás de DM sin pedirle permiso hace a un lado al policía y sale al encuentro de aquel hombre lanzándose a sus brazos.

- ¡¡¡¡Dita!!!!

El hombre de cabellos azul cielo lo acaricia del cabello de manera cariñosa, el chaval a penas llegaba a la altura de sus hombros así que facilitaba esa labor.

- ¿Como estás chaval? - Su sonrisa, se asomaban sus dientes blancos a la vez que alejaba un poco aquel cuerpecito para verle el rostro.

- Triste.- La vocecita apenas sonaba, los ojos enormes y verdes, casi puros, se humedecieron mientras veía a su primo-hermano.

- Me imagino, me enteré de lo de Ikki... ustedes siempre fueron tan unidos... has de tener un profundo dolor en tu corazón. - Volvió a abrazarlo fuertemente para mostrar su apoyo. Sintió aquellos brazos más cortos rodearle, pero por alguna extraña razón ese abrazo le pareció transmitirle una extraña vibra.

- Si... necesitaba a alguien a mi lado. - Se sueltan para luego dibujarse sonrisas entre ellos.

Lo hace entrar a la casa jalando su mano no importando si DM daba o no su autorización y mientras tomaban el té, empieza a contarle a su primo de todos los atentados que ha sufrido, el otro escuchaba con atención sin perder detalle, DM le miraba, realmente no podía evitar quitar la vista de el, Dita se había percatado pero el en cambio si sabía disimular.

----------------------------------------------------*-----------------------------------------------------------

 

Shura caminaba furioso, ninguno de los tipos hasta ahora capturados deseaba hablar ni aun con amenazas... le preocupaba la situación bastante pues hasta ahora no lograba descubrir nada del caso Ikki, no sabían quien lo mató y solo tenían una ligera sospecha de la razón... ¿sería por el chip?... toma en sus manos la carpeta con el caso de Ikki y lo mira, de verdad que había causado grandes dolores de cabeza.

Le preocupaba Shaka, era tan joven... aun recordaba cuando entró a la corporación, cualquier cosa o información que se le pidiera rápido la encontraba, era todo un As en las computadoras. Al pasarse tanto tiempo frente al monitor se fue ganando apodos por parte de los demás trabajadores, el chico lo sabía a la perfección y se entristecía pero su soledad y eterna seriedad hacían que no se notara pero siempre había alguien que le levantaba el ánimo: Camus. Todos los días al llegar primero iba con él, fue difícil buscar sacarle plática pero el galo se las ingeniaba y como siempre lograba que el chico se ruborizara con comentarios tales como "que mono te ves hoy"... "Tienes una sonrisa encantadora"..."eres muy especial"... frases que se quedaban grabadas en la memoria de Shaka logrando que se enamorara de el.

Entra a trabajar Milo, de inmediato lo colocan de compañero de Camus y al parecer se llevan rápidamente bien. Shaka pensó que nada cambiaría pero las visitas de Camus fueron disminuyendo al igual que las frases que tanto le animaban. Shura se percataba de ello; no quería inmiscuirse en detalles como esos pero se sentía como el padre de ese joven tan solitario, habló con el rubio... le dijo que Camus era ya un hombre mas mayor que él y que tenía que buscarse alguien de su edad, que con Camus nada era seguro puesto sus relaciones no duraban más de tres meses. Shaka negaba sentir algo por el, hasta que ya no pudo más. Después de esa plática el chico actuaba como siempre volviendo a su soledad y convirtiendo la computadora como su verdadera amiga... Shura se había prometido protegerlo y cumpliría en lo posible pero al parecer el destino le tenía preparado una mala jugada.

En el hospital empiezan a correr doctores y enfermeras, lo sacan de sus recuerdos y ve como abren la puerta bruscamente y empiezan a tratar al chico con choques para hacer reaccionar su corazón que hace apenas unos segundos se había detenido.

-----------------------------------------------------*------------------------------------------------------------

 

Camus saca otro cigarrillo y lo enciende, cuando se sentía tenso procuraba aquellos cilindros y aunque no terminara de fumarlos, era más la ansiedad por encenderlos y apachurrar la puntilla para apagarlos.

- ¿Entonces... dejarás a Saga? - No quería mostrar lo que su corazón agitado sentía al escuchar lo anterior. Quería centrarse y ver que era lo que seguía.

- Eso... intentaré... sabes que son muchos años y... - Titubeó. Sabía que lo que acababa de responder no le parecería al galo pero el no sabía terminar algo tan complicado.

-Y¿ que Milo?... debo esperarte hasta que tengas valor? - Quizás solo provocando el orgullo de su compañero era la manera de que realmente lo hiciera.

- ¡¡¡Tengo valor!!! Pero entiende que dejarlo sin razón alguna... - Sus puños se habían encogido, realmente sentía una ligera sensación de impotencia. Pretextos hay miles se dijo pero jamás encontraría el adecuado para dejar al hombre que tanto amó antes de Camus.

- ¿Yo no soy razón suficiente? - Suelta el humo de sus pulmones una vez más. Sentía que su garganta se cerraba pero poco le importaba. Sabía que reclamando no lograría nada, así que decide hacer algo más confortante y que sabía, daba más ánimos que hiriéndolo.

Abraza a Milo fuertemente.

- No quiero compartirte. - Lo susurró en el oído derecho del moreno provocándole que su piel se erizara.

- Eres un maldito coqueto, ¿lo sabes? - Por fin sintió un poco de calma, sonrió mientras titubeante levantaba sus manos. Las manos del lacio se sentían tan cálidas como ningunas otras.

- Si... pero solo te coqueteo a ti. - Eso estaba más que afirmado. No era tan abierto con las personas en lo referente a los sentimientos, pero con Milo todo surgió tan rápido, supo que lo quería desde el momento que lo vio entrar por la puerta del jefe para ser presentado como su pareja de trabajo.

Milo también le abraza con toda la intensidad que requería el momento y recarga su cabeza en el hombro de Camus... esa misma noche abandonaría a Saga... definitivamente estaba en la certeza de que Camus era para el, de que era tan especial que estar un día sin verle era fatal... ese abrazo duró mucho tiempo pero para ellos el tiempo se había detenido, se estaban disfrutando exquisitamente y no pensaban en que terminase siquiera.

Suena el móvil de Milo, muy a su pesar saben ambos que tiene que ser contestada esa llamada.

- Milo, soy Shura. - Al fondo se escuchaba un silencio absoluto, no pasos, no máquinas, no gente.

- ¿Que sucede jefe? - Algo le parecía que no iba bien, no quiso ser fatalista pero en esos instantes sintió la corazonada de algo grave.

- Debo avisar... - Su voz se quiebra inevitablemente. - Que... Shaka ha muerto hace unos instantes... - Silencio por unos instantes. - ¿quieres avisarle a Camus?... yo... no puedo... - se escuchan sollozos, unos que ni el compañero más antiguo de la corporación había escuchado.

- Esta... bien jefe... vamos en camino. - No sabía como dar la noticia, que no conociera suficiente al chico no quería decir que esa noticia no le afectara, pero ahora estaba más preocupado por la reacción del galo que sabía, se sentía totalmente responsable aunque haya sido acto vil de un hombre que había sido pagado por matar a Camus.

Mira a Camus quien esperaba una explicación... Milo lucía sombrío y le miraba algo triste.

- ¿Que sucede? - Veía la expresión del de cabellos violáceos y no esperaba una buena noticia.

- (...)

- ¡¡¡habla ya con un carajo!!! - La incertidumbre le mataba.

- Shaka... - vuelve a quedarse sin palabras, era pésimo para dar malas nuevas y ahora sentía que soltarla de golpe sería como darle un golpe en la sien al que tenía enfrente.

- ¿Que pasa con él?- Lograba imaginar que, su corazón latía a mil por hora. Su cuello se engrosaba y sentía que le faltaba un poco de aire.

- Acaba de morir... - Por fin lo dijo. Cerró sus ojos por un instante mientras el otro reaccionaba.

Camus golpea fuertemente en el asiento, se baja del auto y empieza a golpear un muro hasta cortarse los nudillos de su puño, Milo se baja y le sujeta por la espalda tratando de tranquilizarlo con palabras dulces. El galo empieza a respirar rápido para luego lanzar un grito ensordecedor... luego cae de rodillas y sigue golpeando el suelo desesperadamente, Milo trata de tranquilizarlo pero solo para ser empujado por Camus quien a paso apresurado empieza a caminar... Milo mueve la cabeza en forma de negación, se sube al auto y rápido le da alcance...

- Sube al auto... llegaremos más rápido... - Sabía que todo eso que había hecho su compañero era parte por dolor, pero más debido a que tenía oprimidos muchos sentimientos acumulados desde hace tiempo. Tenía que estallar algún día y la muerte del rubio sólo fue la última gota que derramó el vaso.

Camus lo aborda y todo el camino se va agachado sin decir palabra alguna.

---------------------------------------------------*-------------------------------------------------------------

 

Dita acorrala a DM en el baño cerrando la puerta con seguro, lo había atrapado mientras el peli corto iba a su cuarto a descansar.

- ¿Así que no me recordabas? - Insinuante atrapaba aquel cuerpo moreno, atlético, varonil aunque vestido con un saco café algo viejo.

- Claro que te recuerdo, ¿como olvidarte?... ese viaje a Suecia fue lo mejor de mi vida... - Ahora los brazos fuertes del policía rodeaban al de piel de porcelana que ahora estaba teñido con un suave tono rojizo sobre las mejillas. Sus miradas eran intensas y electrificantes.

Afrodita empieza a recorrer el abdomen de DM mientras le besaba con pasión y deseo, coloca su pierna entre las del peli-corto a la vez que comenzaba a desabotonar aquella camisa blanca.

- Tampoco lo he podido olvidar... olvidarte... - La voz del primo de Shun sonaba tan sexy y provocativa.

DM empieza a apretujar el trasero del otro que se esforzaba por robar todo el aliento de la boca del policía.

Ambos pantalones caen al suelo, luego Dita se coloca de rodillas maniobrando torpemente debido al espacio reducido de ese medio baño mientras retiraba al mismo tiempo el bóxer del pelicorto para luego empezar a probar la virilidad que hace ya 2 años había saboreado... el cuerpo moreno de DM empieza a emanar pequeñas gotas de sudor en su rostro, sentía su cuerpo arder, sentía su miembro arder... gemidos escaparon de su boca mezclado con una risilla provocada por el pensamiento de travesura que lo asaltó y a la vez por recordar aquel encuentro entre sus compañeros policías. Algo debía tener aquella casa que les parecía tan apropiada para esconderse entre sus múltiples puertas y enajenarse con la pasión y deseo.

- Eres... fuego... Dita.- Entre suspiros le dijo al que ni tardo ni perezoso lo comía sin darle un respiro.

Al terminar el sexo oral, DM carga a Dita y recargándole en la pared empieza a dar embestidas, el otro recargaba su cabeza en la de DM y se sujetaba fuertemente de los hombros del moreno... chocaban en la pared en cada segundo y sus bocas se abrían cada vez mas con ruidosos gemidos cargados de pasión, después de todo esa era su reencuentro... haberse conocido en Suecia, enamorarse y luego separarse para luego, por azares del destino volver a estar juntos donde menos se habían imaginado era algo digno de festejar.

Shun estaba fuera del baño, miraba con coraje esa puerta, escuchaba con envidia esos gemidos de placer, empuñaba sus manos fuertemente que hasta sus venas se alteraban...

- Me las pagarán... los dos... más tu Angelo...más tu... - Hirió sus propias manos al encajar sus uñas en sus palmas. Esos ojos que antes lucían gentiles, tomaban un aire que a más de alguno asustaría.

---------------------------------------------------*-------------------------------------------------------------

 

Milo y Camus entran corriendo al hospital, Shura estaba desecho por dentro, sus ojos estaban nublados por las lágrimas así que al verlos entrar se echa sobre los brazos del lacio y sin temer a lo que pudieran pensar de él, trata de desahogarse.

- ¡¡¡Se nos ha ido!!! - Apenas eran entendibles sus palabras. El par de policías nunca imaginaron tal fragilidad de su jefe y sin dudarlo se unieron a darle fuerzas.

Camus no sabía que hacer... solo atinaba en corresponderle ese abrazo... se culpaba en su interior, si tan solo lo hubiera hecho irse a su casa estaría en estos momentos vivo... tan joven... inteligente... tenía un buen porvenir que él le arruinó, o al menos eso se decía.

Milo solo agachó la cabeza para salir luego del lugar, no le gustaban para nada los hospitales... hace su camino hasta el vehículo negro que siempre lo recibía gozoso, hasta que siente un golpe en la cabeza... se oscurece todo y se desvanece.

Después de mucho tiempo dentro, el lacio peli azul sale a buscar a Milo, mira el carro donde lo habían estacionado, entonces empieza a caminar a los alrededores y ni sus luces. Demasiado extraño, él no se iría sin avisar, menos en esos momentos donde el y su jefe lo necesitaban más que nunca.

- ¿Donde te metiste cabrón?, ahora es cuando más te necesito. - Hablaba para si mismo, pero la soledad del estacionamiento permitía que su voz grave sonara lo bastante clara y fuerte.

Se acerca al carro y ve las llaves tiradas en el asfalto a tan solo un par de pasos... Milo no era descuidado como para haberlas extraviado... las junta y mira hacia todos lados esperando localizarlo pero sin éxito... eso no le parecía nada bien, de hecho no le agradaba ya que empezaba a imaginarse lo peor... algo le había sucedido a su Milo... ¿ahora que haría? ¿Donde empezaría a buscar?... le dio más coraje y sintió rabia por que nunca debió dejarlo alejar.

- ¡¡¡No permitiré que te hagan daño!!! - Grito y sin pensarlo dos veces se decide por buscarlo hasta por debajo de las piedras si era necesario.

Se sube al auto y empieza a recorrer los alrededores. Nada, regresa al hospital después de casi una hora y cuando estaba dispuesto a subir las escaleras para entrar y permanecer junto con Shura, ve a un hombre entre los tambos de basura, se regresa y se acerca al tipo que estaba cubierto de periódicos y estaba echado con su vista en los carros.

- ¡Hey! tu, ¿viste a un hombre con cabellos violeta oscuro y ojos color turquesa... un poco más alto que yo? - Hacía señas con sus manos mientras lo describía con la esperanza de obtener una respuesta que al menos le diera indicio de donde rayos estaba el griego.

- Si... iba a subir a ese auto. - El hombre se enderezó un poco y señaló el auto Datsun Darge Sedan que acababa de abandonar Camus.

- Dime. - Sujetándolo de las ropas y asustando un poco al vagabundo que trataba de soltarse del agarre. - ¿que le ha pasado, a donde se ha ido? - Hacía más que evidente su desesperación y preocupación no importando si maltrataba al pobre hombre.

- Pues.... ¡¡¡yo no se nada!!!! - Estaba asustado al tener al policía casi encima zarandeándolo como cualquier muñeco de trapo.

- ¡¡¡¡Que hables!!!! - Volvió a exigir, tenía poca cordura en esos momentos y estaba a punto de perderla por completo.

Camus trató de tranquilizarse al darse cuenta de que así no lograría nada, mostró su placa y luego habló serenamente, o al menos eso intentaba.

- Dime hombre, ¿que le ha sucedido? - Esperaba ahora si obtener respuesta.

- Le han golpeado y se lo han llevado. - Contestó mientras se ponía de pie y comenzaba a juntar sus hojas de periódico para abandonar ese lugar.

- ¿Viste quien?... anda, recuerda... - Esculcó los bolsillos de los pantalones y extrajo un par de billetes y monedas para dárselas al hombre que temeroso estiraba la mano.

- El hombre llevaba una sudadera con gorro, no logre verle ni el cabello. - Se guardó en un calcetín el dinero luego sintió que le sujetaban fuertemente del hombro y miró temeroso al policía que se veía descolocado.

Camus se siente morir y suelta al hombre, entra al hospital y se acerca a Shura sabiendo que quizás no era el momento y que él solo tenía que resolver el paradero de Milo, pero sintió que más que nunca, su jefe pondría todo su empeño para resolver el caso, hacer pagar a los culpables de la muerte de Shaka y también sabía que no permitiría otra baja de sus elementos.

- Se han llevado a Milo... - Susurró en los oídos del peli corto que abrió sus ojos ante tal comunicado.

CONTINUARÁ....

 

Notas finales:

Agarrense por que se viene, se viene la batalla entre Saga y Camus uyuyuyyyyy


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).