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Guns n' Roses por 7cielos

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Notas del capitulo:

¿que pasará con nuestros personajes? ¿sabrán quién es el verdadero malo de la historia?

CAPITULO VII


Un ruido de un motor de carro a lo lejos lo hizo despertar un poco desubicado, abrió los ojos lentamente pero veía borroso, no sabía que sucedía, indagó con su vista hacia los lados mientras su visión se aclaraba lentamente, se dio cuenta que estaba en el suelo... aturdido se sienta y soba su cabeza ya que sentía una leve punzada cerca de su nuca, se da cuenta que trae algo entre la chaqueta pues estaba más pesada de lo normal, esculca en el bolsillo interno y lo saca con la mano... estaba en una bolsa transparente plastificada un arma... se levanta, se da cuenta que está en un callejón sin salida, cerca de un gran contenedor de basura, caminó lento hasta llegar a la calle que reconoció la cual no estaba muy lejos del hospital, con paso lento empieza a avanzar tambaleándose un poco...

Mientras tanto Shura ya había movilizado a toda la policía, no permitiría que otro mas de sus policías saliera lastimado, así que haría todo lo que estaba en sus manos, incluido Camus seguía buscando como loco, un poco desesperado y casi preso de la histeria. Seguían buscando y deteniendo a cualquier sospechoso, ya fuera transeúnte o algún conductor.

Milo seguía ahora con paso más firme, está ahora en el estacionamiento del hospital preguntándose si tal movimiento de patrullas y personal era debido a el, cuando divisa a Camus que venía bajando las escaleras que daban al estacionamiento, al ver al pelimorado se va corriendo a recibirlo con un fuerte abrazo, lo estrujó y luego lo retiró de si pero sin soltar sus brazos lo mira.

- ¿Donde coños estabas? - Casi le temblaba la voz a la par que las manos, sentía alivio por verlo a salvo. Mientras lo abrazaba nuevamente de forma desesperada.

- Me... golpearon... - Habló despacio, como si apenas tuviera energía para ello, aunque sintió alivio de sentirse en esos brazos que lo estrujaban como si se quisiera escapar.

- ¿Estás bien? - Camus empezaba a revisarle todo, no deseaba que estuviera lastimado y si así era para actuar rápidamente.

- Estoy bien Camus... me han dejado algo... - Recordó lo que encontró entre sus ropas. Saca la bolsa con el arma y la muestra a su compañero.

- ¿Y esto? - Ve sin tocarla siquiera el contenido, no entiende bien ahora lo que sucede.

- No lo sé - Aun confuso por lo que había pasado y un tanto estresado por no recordar mucho, el heleno estira más su mano como si quisiera que le quitasen la bolsa de ella.

- ... vaya... tenemos que analizar esto. - Entendiendo, el galo la toma y le da otro vistazo. Alguien parece ser quiere dar una "ayudadita" al caso y no estaba por demás.

- Vamos a decirle a Shura.- Sugirió el moreno caminando a la vez que se sujetaba del hombro de su compañero peli agua marino.

- No... hoy no... hagamos el trabajo tú y yo, él esta muy dolido por la muerte de Shaka. - Le recordó el galo, ya que por un momento olvidó aquel duelo por pensar en el bienestar de su amado moreno, pero sabía que el jefe estaba más que dolido.

- Es verdad... - Sintió mucho haber preocupado a su jefe, también vio la aflicción en el rostro de Camus, que había tomado un tono pálido pero que poco a poco empezaba a volver a la normalidad. Aun ni él mismo sabía que había ocurrido en realidad.

- Vamos a avisarle que ya apareciste... me sacaste buen susto... - Respiró aliviado, sintió que su corazón dejaba de bombear sangre de manera intempestiva además de que su alma volvió a su cuerpo. Sintió que moría cuando no encontraba a Milo y llegó a imaginar lo peor, sabía que moriría si lo perdiera.

Ambos suben las escaleras, Shura da un respiro de alivio al ver a Milo llegar sano y salvo, se deja caer en una silla de la sala de espera por que su cuerpo no podía más, aparte de estar agotado, estaba abatido emocionalmente.

- ¡Me van a provocar un infarto! ¿Donde estabas? - Dijo sabiendo que no debía mostrar debilidad, pero de verdad le estaba resultado imposible mantenerse firme.

- Es algo difícil de contar... ahora jefe... nos retiramos... tenemos trabajo que hacer... una nueva pista. - El policía sabía que ahora no tenía que darle más preocupaciones al jefe, era mejor hacerlo por su cuenta y dejando que viviera su duelo.

- Los dejo en sus manos... voy a recibir el cuerpo de Shaka. - Agradeció en sus adentros lo que sus policías hacían. Al menos veía sano y salvo a Milo y eso ya lo tranquilizaba.

Milo y Camus se suben al auto y se dirigen al departamento del peli aguamarina, llegan y ven aun la puerta con agujeros debido a las balas, los dos se sientan y sin decir nada guardan silencio por el fallecimiento de Shaka... el vecino tenía música puesta, se escuchaba la canción de The Pixies "Where is my mind? "...

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Dos semanas del fallecimiento de Shaka, todo el departamento había asistido a los funerales y Shura había hecho colgar una fotografía del chico en lo que fue su cubículo, esos días habían transcurrido tranquilos, ningún incidente... aun estaban esperando resultados del arma encontrada, no solo buscaban huellas digitales en ella, sino también en la bolsa para así comparar en la base de datos si se encontraba registrada las huellas dactilares.

Camus estaba en su carro vigilando en las calles... Milo permanecía en la casa de Shun junto con DM que parecía en la luna desde la llegada del primo de Shun, cosa que no le parecía muy bien al heleno pero lo dejaba ser.

En el carro donde aguardaba el galo sonaba la canción de Placebo "Without you I'm nothing"... la tarareaba mientras comía una hamburguesa tamaño jumbo y miraba por la ventana del vehículo...

- Lamento interrumpir tu comida - Una voz demasiado grave sonó cerca de su cara ya que se había asomado por la ventana del auto.

Gira su rostro encontrándose al detestable novio de Milo.

- ¿Que demonios quieres? - Su cara denotaba el enfado y molestia que este le causaba.

- Siempre tan mal educado... y así quieres que Milo se fije en ti. - Saga sabía muy bien como incomodarlo y hacerlo explotar de coraje.

- ¡¿Que demonios quieres, bastardo?! - No se le ocurrió otro insulto, tal vez se le antojaba decir todos los que conocía, pero sabía bien lo que pretendía el tipo.

La cara de Saga se endureció ante tal insulto.

- Mira estúpido... vengo a advertirte. - Lo había logrado, el franco le había hecho enojar y era mejor decirle unas cuantas verdades para callarle la boca.

Camus se baja del auto y con cara amenazadora le mira. Retándolo.

- ¿Tu me vas a advertir? Jajaja no mames. - Su risa era burlona, si algo odiaba era que le amenazaran y si a esas iban, el prefería actuar de inmediato que dejar avisos.

- Solo quiero que dejes en paz a Milo. - Colocó sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón de pana de vestir color negro, cerró por un segundo sus ojos y luego miró al galo con tanta seguridad.

- Imposible, trabajamos juntos... o ¿es que eres tan tonto que no entiendes? - Encantaba insultándolo, ya que era la única válvula de escape por quitarle lo que él tanto quería.

- Idiota... Milo es mi novio y seguiremos juntos. - Aunque varias veces ya dudaba si iba a ser así.

- Eso quieres pensar... ok... piensa lo que quieras... - Dijo recordando que Milo le había dicho que iba a terminarlo, pero debido al exceso de trabajo, tenía entendido que casi no se habían visto.

En eso comienza a tocar la canción de Turbo negro "Fuck the world"... Camus dibuja una sonrisa y deja de lado su hamburguesa que nunca soltó. El ritmo rudo, crudo y fuerte le hacen una invitación.

- Esa canción me inspira para darte una chinga buena, cabrón. - Argumentó mientras se ponía en frente del novio de su amado griego.

- ¿Que demonios? - Miró como se ponía en posición de combate, cosa que le sorprendió, era del conocimiento de todos que tenían sus rencillas y que tenían una rivalidad irreconciliable, pero no imagino lo que el galo estaba por hacer.

- ¡¡¡Prepárate!!!

Camus tira un golpe en el pecho de Saga sin más aviso que su anterior exclamación, lo tumba y ríe victorioso.

- Yo también tengo unas ganas de darte tu merecido... -dice Saga incorporándose y colocando sus puños en alto.

- ¡¡Vamos!! ¿Acaso puedes conmigo? - Su mano empuñada se rota y los dedos se despliegan para hacer el movimiento retándolo a tirar el golpe.

Saga se deja ir a Camus y le da un golpe en la cara, pero a Camus le importa poco eso ya que ha recibido peores golpes...

"I feeling good.. I feeling great"...

Tarareaba mientras golpeaba incontables veces en la cara de Saga que había perdido la guardia quedando sin defensa alguna. Sentía el ardor en su rostro a la vez que su boca probó el sabor metálico de la sangre propia.

- ¡¡¡Te destrozaré la cara para que no tengas nada que le agrade a Milo!!! - Estaba un poco descontrolado sacando su frustración acumulada por años.

- ¡¡Imbécil!! - Reúne todas sus fuerzas a la vez que le insulta.

Da un empujón retirándose de encima a un Camus furioso que lo había dejado en el suelo... se pone de pie y da unas patadas altas queriendo golpear a Camus, pero este las esquiva perfectamente.

-Siempre me detuve por respeto a Milo, pero no sabes desde hace cuanto tenía ganas de golpearte Saga. - Se confiesa el franco mientras vuelve a tomar su postura.

- Ja, ardido... sabes que Milo me ama, por eso me esperó... y tu siempre te quedarás con el deseo de tenerlo. - Sonaba convencido, cosa que molestó más al compañero de su novio.

- ¿Que no te ha contado Milo?... en tu ausencia la pasamos muy bien... hacer sexo con él es adictivo mmm... no sabes lo bien que lo pasé. - A parte de ser una verdad, quería demostrarle que Milo ya había sido suyo y que en realidad Saga no hacía falta en la vida del otro.

- ¡¡Cállate!! - Fue algo que no se esperaba, una verdad dolorosa y también sabía que pedir absoluta fidelidad era un absurdo debido a su repentina desaparición.

Saga más enojado que antes se lanza y le da un golpe fuerte en el estómago sofocándolo... Camus trata de reponerse rápido pero es tumbado por Saga... sangre sale de su boca, se relame con la lengua, se pone de pie y le da un aventón, sujeta la cabeza de Saga para estrellarlo a la pared aprovechando la inercia del cuerpo.

La canción de The rolings stones "Paint in Black" empieza a sonar en todo su esplendor siendo la testigo muda de aquella pelea que parecía proclamar ya a un ganador. Camus descontrolado deja desmayado a Saga, le da un par de patadas y luego empieza a respirar agitado...

- No me ganarás nunca... ¡¡hijo de puta!!

Escupe y luego se limpia el sudor con su mano... luego que se controla un momento se queda viendo a un Saga inconsciente... se acerca y se inclina lentamente... no sabe si levantarlo o dejarlo ahí hasta que alguien lo encontrara... tuvo que admitir que esta vez si se había pasado.

- Me sacaste de las casillas cabrón. - Le dijo al cuerpo que aun seguía sin conocimiento.

Le levanta un brazo para cargarlo, cuando en eso Milo llega...

- ¿Que sucede Camus? ¡¡Baja el volumen!! - La música se escuchaba perfectamente hasta el inicio de la cuadra, aun el de cabellos violáceos no se percataba de lo que ahí acababa de suceder.

Ve que no estaba solo, ve a su novio golpeado e inconsciente. No supo como reaccionar, pensó en un momento que quizás había sufrido un atentado debido a la cercanía que tenía consigo. Pero luego ve el rostro rojo de su compañero y lo entiende todo.

- ¿Que has hecho Camus? - No lo podía creer, ese Camus tan fuera de sí no era para nada al que conocía de tiempo.

También le miró con sangre en la boca.

- Me provocó... - Justificó sabiendo que quizás fue todo lo contrario.

Milo le arrebata de los brazos a Saga y se da la vuelta, de verdad estaba molesto, no era para que lo dejara en ese estado, sabía que no eran los amigos, pero ese odio ya estaba desmedido.

- ¿Hasta donde eres capaz? - Viendo el rostro de su novio inconsciente es que preguntó.

- A lo que sea con tal de que estés a mi lado. - Se confesó. No tenía otra explicación.

Milo sigue su trayecto hasta su carro, introduce al desmayado Saga con sumo cuidado y por fin se gira a mirar a los ojos del peli aguamarina.

- Venía a que fuéramos a ver los resultados de la pistola... pero creo que irás tu solo... - Avanzó hasta el lado del piloto, abrió la puerta y se metió al carro.

Camus se lamentó de lo sucedido, pero nadie le quitaba la satisfacción de haber golpeado a Saga hasta el cansancio... Milo por su parte miraba a Saga, conducía rápido para llevarlo al hospital... ¿que se creía Camus? ¿Que podía golpear a quien quisiese?... estaba molesto... a últimas fechas Camus hacía puras estupideces... Saga abre los ojos y con dificultad gira su rostro, le dolía el cuerpo más de lo que hubiera imaginado.

- Mi... Milo. - Dijo mientras un hormigueo recorría su mentón y labios.

- ¿Estas bien? - Sonaba bastante preocupado.

- Ese maldito... me las pagará. - Se compuso en el asiento y se miró en el espejo retrovisor viendo que comenzaba a inflamarse y a cambiar de color algunas partes de la piel.

- Ya estuvo bien de ese estúpido juego... mírate nada más. - Era mas bien un regaño. Estaba comenzando a hartarse.

- Milo... dime... ¿aun me quieres? - Recordó lo que había dicho el galo, agachó su vista por un instante y se dio ánimos para soportar la posible respuesta.

Milo hizo caso omiso a la pregunta y siguió conduciendo... Saga empezaba a darse cuenta... tal vez Camus no le había mentido, tal vez si habían estado juntos en su ausencia... el silencio de Milo solo reafirmaba sus dudas...

 

 

En el anochecer, DM dormía como siempre con su arma abrazada, esa tensa calma lo estaba agotando demasiado y desesperando un poco... Milo había llamado para avisar que no iría a dormir a la casa de Shun por causas mayores... así que tenía que estar al pendiente...

Se escucha que se abre la puerta lentamente... DM se despierta de forma rápida y apunta con su arma...

- ¿Que haces aquí? - Dice aliviado al ver de quién se trataba.

- Vine para estar contigo... me has abandonado últimamente. - Miraba a Ángelo DM con una inocencia tan tierna. Da unos pasos más para adentrarse a la habitación.

- No es verdad... no vuelvas a entrar así o harás que te mate... - No supo que decir ante el comentario, ¿abandonar? Pero ¿de que habla?

Se acerca peligrosamente a DM y pone su rodilla entre las piernas del moreno pelicorto que aun permanecía acostado y ya había dejado el arma de lado... acerca su cara al moreno y empieza a besarlo... DM reacciona y lo aparta de sí un poco alterado.

- ¿Que diablos haces? - con el dorso de su mano cubrió su boca, siendo este el único reflejo que su cuerpo hizo.

- Quiero estar contigo... - Aquella vocecita sonaba a penas y la cercanía se volvía a reducir.

- Shun... vete a dormir. - Ordenó al ver que aquellos labios amenazaban con tocar los suyos nuevamente.

- ¿Te da miedo que Afrodita se de cuenta? - Dijo dejando sin defensas al policía que ahora solo se dedicó a mirar aquellos ojos que ahora le miraban tan diferente.

Empuja a DM hacia atrás y se lanza encima... empieza a besarlo y a manosearlo completamente arrancándole suspiros, aunque Shun era alguien difícil de rechazar.

Afrodita se levanta de su cama a penas con un pantalón de pijama dejando su torso al descubierto mostrando lo rosado, suave y bien formado abdomen... sale de su habitación y luego se dirige a la de DM sin saber lo que le esperaba...

- ¿Ángelo?... soy yo... abre... - Habló sin tocar la puerta, y con un tono moderado para no despertar a su primo.

Al no haber respuesta decide entrar encontrándose con Shun encima de él.

- Dita... no es lo que... parece...- empujó al chaval que aun intentaba besarlo. Se sintió un tonto por dejarse engatusar por uno mucho más joven y que hasta podría pasar por su hermano menor.

- ¿Shun? ¿Que haces? -pregunta Afrodita algo sorprendido y molesto, no daba crédito a lo que veían sus ojos celestes, y a pesar de que DM era el mayor, su intuición le decía que no era culpable de lo que estaba sucediendo.

Shun gira su rostro, su cara mostraba una lujuria desconocida para ellos, un rostro transformado.

- ¿Lo querías para ti? - Pregunta dulcemente, dejando descolocados a ambos hombres.

Se quita de encima de Angelo y se acerca a su primo con un paso gatuno... se pone de puntillas para alcanzarlo debido a que era más alto que él, pasa su lengua por el cuello blanco de Afrodita logrando estremecerlo por completo.

Entonces entienden a la perfección lo que el "chaval" deseaba... Ángelo se levanta de la cama y empieza a acariciar al niño de pelos verdes mientras Afrodita le besaba sin importarle sus lazos sanguíneos... Shun acariciaba la entre pierna de su primo y con su lengua inspeccionaba la cavidad bucal del mismo... era como un sedante, como si los hubiera hipnotizado.

La pijama de Afrodita cae al suelo al igual que los bóxers de DM, el peli verde se gira para besar a su policía favorito mientras su primo se arrodillaba para darle placer bucal a Ángelo, mientras el recorría con sus manos el cuerpo de ese chavalillo... gemidos no se hicieron esperar por parte de los tres... DM se derrama entero en la boca de Afrodita que lamía sus labios no queriendo desperdiciar nada de esa semilla...

Ángelo recuesta de lado al peli verde y levanta una pierna colocándola sobre sus hombros para lamer el miembro erecto del chico y Afrodita se encargaba de prepararlo para penetrarlo... el éxtasis los invadía y la lujuria se apoderaba de ellos... Dita introducía y sacaba un dedo de la cavidad intima del peli verde que no dejaba de gemir, termina en gritos al sentir que se venía en la boca de Angelo, Dita coloca en cuatro a Shun e introduce hasta dentro todo su virilidad, el italiano se limita a contemplar por unos minutos las embestidas de su sueco para excitarse más... luego se dirige ante aquellos para arrodillarse detrás de Dita y así poseerlo como tanto deseaba... sin previo aviso también le penetra lentamente pero con demasiado éxtasis, aquello parecía una locomotora ... los tres jadeaban al por mayor respirando irregularmente.

Afrodita se sale de Shun y rocía su liquido blanquecino sobre las piernas del chico, DM baja la velocidad mientras Dita terminaba de sacar su semilla... luego siguieron su "arte sexual", el chavalillo se recuesta en la cama, estaba agotado pero al parecer Ángelo y Afrodita tenían energía para toda la noche... notó una diferencia... lo que habían tenido con él era solo sexo... pero ahora... estaban haciendo el amor... susurros empezaron a salir de la boca de aquellos que pronunciaban sus nombres, su tocaban más pero eran caricias suaves... lo hacían sin prisa y sin tanta lujuria... se amaban... al mirarlos sintió coraje, envidia... Ángelo DM se parecía un tanto a su hermano muerto, razón que le hizo sentir una ola de ira envolverlo.

- Todos son igual. - Dijo mientras tomaba el arma de Ángelo que había dejado sobre el buró, luego volvió a mirarlos...

- Todo a su tiempo Shun... todo a su tiempo... - Se dijo convencido.

Dejó el arma en su lugar y fue a echarse encima de ellos... sujetando las caderas de DM que estaba dentro de Afrodita con su lengua humedece aquel anillo y empieza la danza a la que no había sido invitado...

Los tres terminan abrazados en la cama, un tanto exhaustos por lo ocurrido... pero al parecer Shun era el único que no lograba dormir...

 

 

Milo veía dormir a Saga, aun hinchado por los golpes que Camus le había proporcionado, fue entonces que se preguntó por que Camus era tan impulsivo. Lo único que había logrado es hacerlo molestarse con él pero de algo si estaba seguro Milo y es que ya no sentía lo mismo por Saga... tenía que decírselo... pero no sabía como terminar con una relación tan duradera y ya le había dado muchas largas desde que le dijo a su compañero que lo haría... suena su celular... ve que es Camus, no deseaba contestar, pero la insistencia del otro era demasiada...

- ¿Que quieres Camus? No me tienes nada contento. - Su tono sonaba molesto, mientras seguía viendo al recién llegado novio.

- Milo... discúlpame... - Sabía que había sobre pasado los límites y sentía que tenía que pedir perdón al amor de su vida por acarrearle una preocupación más.

- Al que deberías pedir disculpas es a Saga. - Lo decía en serio. Ver aquella mallugaduras le hacía sentir totalmente responsable.

- Solo hasta que él me las pida. - convencido de que él también las merecía.

- Eres un orgulloso. - Aseveró.

- Tal vez... bueno, pero no te hablé para eso... - Sus ojos rodaron sabiendo que no podía ya hacer nada, lo hecho, hecho estaba.

- ¿Entonces? - Dejó a Saga en la habitación y salió de ella para proseguir con la llamada.

- Los resultados llegan a primera hora de mañana... tenemos que revisarlos. - Había ido él a preguntar si estaban listos, pero la burocracia en un proceso de investigación veces resultaba tedioso.

- Lo sé. - Estaba más que curioso, sabía que revelando esa pista tendrían más para dar con la verdad en el caso, ya que ninguno de los arrestados confesaban aunque les echaran los años encima de encierro.

- Pero aparte... dejaron algo en mi puerta... una cinta de video... creo que te va a interesar verla. - Sostenía el video-casete y lo agitaba un poco.

- ¿De que trata? - su voz denotaba la curiosidad que ahora le invadía.

- Ven a verla, no te puedo decir por teléfono. - Y es que era verdad.

- Estoy cuidando a Saga. - Se excusó frunciendo sus labios en una mueca de que no podía zafarse de esa responsabilidad.

- Apuesto que está dormido... no dura mas que unos 40 minutos o menos... ven. - Intentaba convencerlo, quizás el video podía esperar hasta el día siguiente, pero sus ganas de verlo eran tan inmensas.

- Mmmm... bueno... voy para allá... - No tuvo que pensarlo mucho debido a que también deseaba estar unos momentos con el, aunque el pretexto fuera el trabajo.

- Ok... te espero. - Quiso disimular la sonrisa que se pintaba en sus labios ante aquella respuesta. Dieron por terminada la llamada.

Milo miró unos instantes a Saga, toma su chaqueta negra y las llaves para luego salir, Saga abre los ojos y se queda en silencio... había escuchado la llamada y sabía que Milo vería a Camus... se levanta y se queda sentado mirándose al espejo sus moretes e hinchazón...

- Esto no se queda así Camus. - Sentenció mientras delineaba su rostro con su mano derecha.

Tocan la puerta y abre Camus haciéndolo pasar de inmediato.

- ¿Que tiene la cinta? - Deseó abrazar al peli aguamarina, pero se contuvo, aunque también aprovechó su curiosidad por el contenido de su cinta para retirar de sus pensamientos la idea de sujetar a su "amigo" y besarlo intensamente.

Camus se acerca a la televisión y enciende la video casetera.... le arrima un vaso con agua y hielo...

- ¿Y esto? - Recibe el vaso dubitativo y después echa una mirada a su compañero.

- Lo ocuparemos... - No da más explicaciones mientras se sienta junto al heleno.

Toma el control remoto y presiona el botón play.

El video contenía una plática entre Shun e Ikki, no muy interesante en una habitación de hotel, de pronto se ve a Shun acercarse a Ikki para comenzar a abrazarlo y a desnudarlo lentamente.

"no quiero que me dejes por nadie"

Los hermanos empiezan a besarse para terminar haciendo sexo... después Ikki sale de la habitación y Shun aprovecha para esculcar una mochila extrayendo el chip para después esconderlo entre sus ropas que estaban tiradas en el piso... se vuelve a acostar y a cubrir su desnudez con una sábana, a los pocos minutos entra Ikki para volverse a recostar al lado de su hermano...

"tu no tienes que querer a nadie mas que a mi"- decía Shun cada vez que hablaba a su hermano...

- Vaya... ese Shun, quien lo viera tan inocente. - Dijo Milo mientras bebía todo el vaso de agua fría de un sorbo al ver la escena tan candente de un sexo desenfrenado.

- Incesto... - Pronunció el franco mientras analizaba todo lo acontecido hasta ahora.

- Si... ¿que piensas, Camus? - Parecía que su compañero intentaba atar hilos sueltos.

- Un asesinato pasional encubierto por un chip que se estaba haciendo de forma "ilegal" de alguna manera... buen pretexto para inculpar a alguien... - Fue lo primero que pudo pensar.

- Entonces lo del chip es solo una cubierta. - Se atrevía a afirmar.

- En cierta manera... si... - Prosiguió Camus que parecía que parecía aclararse detalles que habían pasado por alto.

- Los resultados de mañana serán muy importantes para descubrir y desenredar todo este caso... - Sabían que ahora tenían más para por fin dar carpetazo al caso y seguir con sus vidas. Así lo deseaba Milo.

- El tipo que te entregó el arma también está interesado en que se aclare el asesinato... - Se puso de pie y miraba directo a los ojos de su griego compañero.

- Si... ¿por que todo apunta a Shun?... el tiempo que he convivido le he visto tan inocente... - El de cabellos violáceos intentaba explicarse como alguien que parecía tan frágil podía enmarañar todo.

- Pues... ni tanto... ¿recuerdas el día que te atacó? - Recordaba con enojo aquel acontecimiento, ese día deseó tanto darle unos buenos golpeas al chavalillo.

- Si... ese muchacho tan raro... nos jugamos el pellejo por él y hasta la fecha no nos ha dicho la verdad. - Se lamentó el heleno.

- Quizás por que él es el culpable.- Analizó encontrándole mucha lógica.

Milo se levantó y tomó su chaqueta... estaba dispuesto a retirarse.

- ¿Ya te vas Milo? - Lo miró con ojos decepcionados.

- Si... - No supo que más decir.

- Quédate conmigo... - Le salía de corazón hacerle aquella petición esperando una respuesta positiva.

El policía peli-morado le miró... deseaba de verdad quedarse con él...

- Tu siempre tan ardiente Camus... - Sonrió tras su comentario.

- ¿quien dijo que tenía ganas de sexo?... solo deseo... tu compañía... - Era más que cierto. Se acercó y abrazó a Milo, solo deseaba tenerlo a su lado y que así se quedara siempre... Milo al no resistirse asintió con la cabeza.

Ambos se acomodaron en la cama de la habitación de huéspedes debido a que la principal seguía destruida por aquel atentado y se abrazaron para dormir... era una sensación tan agradable y placentera más que si estuvieran teniendo sexo...

 

 

La penumbra de la noche lo acompañaba nuevamente... miraba con tristeza la foto que le traía el recuerdo más feliz y a la vez el más triste...

Ikki era y sería su gran amor... ¿como había sido tan cruel la vida?... ¿por que se lo había arrebatado?, lagrimas empaparon el retrato, alzo la vista y se puso de pie.

- Si no hacen nada mañana ustedes, policías... ese joven saciará mi sed de venganza tomando yo el poder de la justicia... Ikki, ¿me odias por odiar a tu hermano? Espero que me perdones, pero no puedo perdonarle... no sólo por robar nuestro trabajo, sino por apartarte de mi lado... utilizaré el chip por que para eso tu lo creaste... y viviré por ambos... por ti y por mi... aunque solo vivas en mis recuerdos...

Volvió a mirar la foto del gran amor de su vida y la luz de la luna dejaba apreciarla mejor, al igual que sus cabellos se agitaban por la brisa, esos cabellos de color rubio que tanto le encantaba a Ikki acariciar...

 

 

Tocan la puerta insistentemente, Camus muy a su pesar se levanta a abrir... mira a Milo y le sonríe... se veía tan sereno dormido... los toquidos se hacen mas insistentes provocando enfado al dueño de la casa.

- ¡¡¡Ya voy!!! - Exclamó cerca de la puerta.

Al abrirla lo primero que recibe es un puñetazo en la cara...

- ¿¿¡¡¡Que diablos!!!?? - Gritó mientras por reflejo se tocaba la zona del golpe.

Saga se introduce hasta dentro viendo a un Milo dormido placenteramente...

- ¡¡¡¡¡Milo!!!!! - Sintió que su corazón iba a explotar, se imagina lo peor y se sintió un poco humillado.

El peli-morado se despierta un poco exaltado y mirando hacia todos lados... no caía en lo que estaba pasando hasta que logra enfocar a un Saga muy enfadado.

- ¡¡¡¿Quien te ha invitado a pasar?!!! - Reclamaba Camus mientras pasaba sus dedos sobre la parte recién golpeada mirando al intruso como si lo fuera a fulminar con sus ojos.

- ¡¡¡Milo!!! Aclárame por favor. - No quiso adelantarse a nada, sabía que existía una buena explicación, o al menos, eso era lo que deseaba.

- Yo... ehm... yo... me quedé dormido... - Sonrió inocentemente mientras permanecía sentado al borde de la cama y sin saber que decir.

- ¡¡¡¿Que?!!! - Era absurdo. No era algo que pudiera aceptar como explicación, menos sabiendo como estaban ahora las cosas entre los tres.

Sin comprender las cosas, o más bien, sin querer entenderlas, Saga se recarga en la puerta sintiéndose un poco derrotado... miraba hacia el piso tratando de aclarar sus pensamientos... luego siente unos dedos suaves en su mentón y que estos lo obligaban a levantar la cara lentamente... sus ojos se toparon con un Camus muy cerca de él, mas de lo que imaginó que un día estaría... su cara no pudo expresar otra cosa mas que duda, sus ojos totalmente abiertos al igual que sentía que tragaba saliva dificultosamente... ¿que pretendía ese detestable peli-azul?...

Los labios de Camus se posan sobre los de Saga, dejando boquiabierto a Milo... sacudió su cabeza para constatar que no era una ilusión o un sueño lo que estaba viendo.

Saga no opuso resistencia cerrando sus ojos, ni el mismo entendía el porque de lo que estaba haciendo, debería arrojarlo lejos de sí con el odio que tanto decía profesarle... por fin Camus se separa y le mira a los ojos... Saga sigue con los ojos cerrados y con la boca entreabierta...

- ¿Ca..camus? - Dice Milo aun no creyendo lo que acababa de ocurrir... Saga abre los ojos y mira a Camus con una gran indiferencia... se sintió un completo estúpido. Cómo había permitido ese contacto.

- ¡¡Es..estas loco!! ¡¡¿Por que me has besado?!! - Por fin reaccionó y al fin reclamó el evento más que inusitado.

- Solo... quería saber que tienen tus labios que no tengan los míos... ¿porque te prefiere Milo?... necesitaba averiguarlo... - Esa fue su única explicación que dejó sin sabor a los otros dos.

Camus parecía ser el único que no tenía una expresión de sorpresa... para él ese beso no significaba nada.

- ¿Que te has creído, cabrón? No juegues con nosotros. - Reclamó Saga dándose cuenta de que se había dejado besar por su rival... ¿por que demonios había recibido el beso?... lo peor, que de cierta manera lo correspondió... sacudió su cabeza y pasó su mano por su boca como si tratase de limpiarse algo. Pero de nada servía, el contacto ya había sido.

- ¡¡Milo!! ¡¡¡Di algo!!! - Exigió el griego que fue víctima de la boca del franco.

- Camus... yo... - Milo no sabía que decir, la escenita era poco esperada y para colmo al parecer tanto Camus como Saga pedían con sus miradas una respuesta... una solución... - Saga... yo ... he decidido... - Sabía era el momento de tomar las riendas de su vida y afrontar las consecuencias que implica tomar un camino en la vida.

Las dos miradas estaban colocadas sobre Milo, sobre todo en sus labios esperando oír cada quien lo que más deseaba.

- Has sido... lo mejor de mi vida y... - sus labios se despegaron y por fin, su elección estaba hecha.

Saga dibuja una sonrisa en su rostro esperando que Milo terminara la frase y mirando de reojo a Camus quien había bajado la cabeza.

 

Notas finales:

¿por quién se decidirá Milo?


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